… que en 1948, hace ya 70 años, se terminó de construir en la avenida Orinoco de la urbanización Las Mercedes el edificio Gastizar?

En 1943, la familia Eraso, propietaria de la hacienda Las Mercedes, junto a la compañía constructora Venezolana de Inversiones C.A. (VICA), y su presidente Gustavo San Román, se asociaron con el fin de urbanizar inicialmente lo que en la actualidad identificamos como El Rosal y Las Mercedes, produciéndose así la primera incursión hacia «el sureste» de la ciudad de Caracas. De este modo se ofrecía a la clase media emergente la oportunidad de adquirir “quintas” o alquilar apartamentos, en edificios de baja altura dentro de un suburbio residencial bien planificado con base en una retícula homogénea. Los proyectistas, arquitectos y delineantes que materializan su desarrollo, muchos de ellos de origen vasco, dotan de un sello característico a las viviendas unifamiliares y a muchas de las multifamiliares que allí tempranamente se implantan siendo la tipología del “caserío”, típica construcción rural de Euskadi, la que termina predominando como lenguaje formal tanto en casas como en edificios. Apellidos como Basagoiti, Salvador, Iñiguez, Abásolo y Aguirrezabala, por citar algunos, se encuentran entre quienes firmaron los planos o diseñaron para la urbanizadora los modelos que, identificándose posteriormente con denominaciones extraídas del norte de la península ibérica, se repitieron a todo lo largo y ancho de un sector que, valga la pena acotar, fue aprovechado por las transnacionales del petróleo para residenciar a buena parte de sus altos gerentes, funcionarios y empleados.

Así, el edificio Gastizar, cuyo nombre en euskera remite a la vieja torre de una casa solariega del pueblo de Ustáriz, cuya veleta da pie a las reflexiones que acompañan el breve relato El dragón de Gastizar escrito por Pio Baroja en enero de 1918, cobró en el paisaje urbano de Las Mercedes un papel importante dentro de la evolución del “estilo arquitectónico vasco” que su diseñador, Miguel Salvador Cordón, auspició, tras la firma en este caso de su compañero de exilio el ingeniero Lorenzo de Basagoiti. Su fecha de construcción ubicada después del Toki Eder (1943, situado en Chacaíto) y antes del Donosti (1949, localizado muy cerca en la misma avenida Orinoco), permiten considerar el Gastizar como otro eslabón en la manera como el “caserío”, por lo general de uso unifamiliar en tierras vascas, es reinterpretado para dar cabida a un edificio multifamiliar en tierras venezolanas. También el Gastizar se suma a la búsqueda igualmente ecléctica que Miguel Salvador Cordón materializa en 1950 en el proyecto para la casa-club del Centro Vasco de Caracas, situado en la urbanización El Paraíso.
Tras su aspecto doméstico que asemeja una caserón de tres pisos con techo a dos aguas, el Gastizar alberga seis funcionales apartamentos (dos por nivel, incluido el nivel suelo) dentro de una planta simétrica, casi cuadrada, horadada por un pequeño patio posterior. Su elocuente expresividad, manifiesta en el cuidadoso tratamiento de su fachada principal, hace que rejas, contraventanas, uso de superficies empedradas, entramados, garajes y decoraciones alusivas a su origen jueguen un papel determinante.

Así, en el Gastizar, a diferencia de su “hermano” el Donosti donde se percibe una mayor fidelidad con respecto al modelo originario, se apela a dotar de un mayor dinamismo formal a la fachada principal, variando la proporción de los llenos, modificando algunos de los materiales usados como ornamento, resaltando verticalmente su cuerpo central y jugando con la disposición de los techos, todo ello sin alterar significativamente el tamaño y colocación de las perforaciones dentro del planteamiento absolutamente simétrico que en ambos casos rige toda su composición. Otra ligera alteración se percibe al comparar la dimensión de las plantas (algo más rectangular en el Gastizar) y la disposición de los servicios dentro de la distribución de los apartamentos, más concentrados en la obra que estamos considerando en torno al pequeño patio incorporado en la parte posterior el cual permite la ventilación natural de los ambientes. La suma de todo lo antes señalado convierte al Gastizar en claro vestigio de la memoria de una urbanización que intentó propiciar una escala íntima y tranquila que no rompiera con el espíritu residencial y que, con el pasar de los años, ha ido transformando dramáticamente su fisonomía dada su incorporación a la vorágine urbana, acompañada de un virulento cambio de usos.

La descripción que hemos hecho del edificio, aunque apela mayoritariamente al presente como tiempo verbal, debimos haberla redactado completamente en pasado. El sábado de 3 de diciembre de 2016, por sorpresa y a plena luz del día, el Gastizar fue demolido con la venia de las autoridades municipales y del Instituto de Patrimonio Cultural sin que mediara contemplación alguna por parte de sus propietarios, a pesar de la voz de alerta que alzaran en su momento DoCoMoMo Venezuela y la Fundación de la Memoria Urbana, y luego de haber sufrido paulatinas modificaciones en su robusta imagen que, sin saberlo, enviaban una clara señal de advertencia.
ACA
Procedencia de las imágenes
1 y 4. Colección Crono Arquitectura Venezuela
2. González Viso I.; Peña M.I.; Vegas F. Caracas del Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, 2015
3. https://iamvenezuela.com/2016/12/demolido-edificio-emblematico-de-las-mercedes/


