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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 366

“Los que hemos tenido la suerte de acompañar a Martín Vegas en un viaje, conocemos su manera de sentarse en el banco de una plaza y empezar a dibujar en una pequeña libreta de croquis lo que está viendo… sus libretas de croquis son ejemplo generoso de como nuestro ser entra en acción, y esta acción es lo que cuenta”.

Estas palabras de Federico Vegas, preceden a los maravillosos dibujos de su padre, el arquitecto Martín Vegas Pacheco (1926-2012), que fueron publicadas en el libro Croquis de viaje diseñado por John Lange en el 2012. Un sencillo tributo al final de su vida, que recoge parte de la exposición inaugurada el 20 de octubre de 2011 en la Sala TAC del Trasnocho Cultural, donde se mostraron libretas, bosquejos y fragmentos de su vida en algunos videos.

Croquis de viaje es una cuidada selección que en 190 páginas contiene el testimonio de la observación atenta de un viajero incansable y un arquitecto y dibujante excepcional quien a través de sus trazos nos acerca a su experiencia de observar el mundo con una mirada íntima. Vegas poseedor de una mano prodigiosa y una personalidad reflexiva, logró llenar de croquis y anotaciones cientos de libretas que íntimamente fue recopilando como un tesoro personal, apelando a la conjunción de la memoria, la percepción y representación como elementos fundamentales del arquitecto que viaja para maravillarse. Todo aquello que observa reaparece plasmado en el papel en hermosas acuarelas, trazos a lápiz y creyón, cargados de sentido que intentan plasmar “el lugar”, aquello que no se mide.

1. Invitación a la inauguración de Croquis de viajes y dos de los dibujos de Martín Vegas Pacheco.

En los dibujos de Martín Vegas, cuidadosamente seleccionados por Federico Vegas y John Lange, todo adquiere la escala de un primer plano: rostros, calles, casas, monumentos, lugares cotidianos o paisajes donde la naturaleza se impone. Sus croquis más que desvelar los secretos de la práctica, (propios, por ejemplo, de algunos bocetos de Corbusier), son un empeño por fijar en la memoria la experiencia adquirida durante sus viajes interrogando al paisaje, a su arquitectura y sus habitantes, haciéndose acompañar de cortas reflexiones que evidencian su interés por el modelo de las ciudades europeas, la arquitectura vernacular, los pueblos venezolanos, su gente, el clima, la naturaleza, la vida urbana, el paso del tiempo, las lecciones del pasado y la civilización, entre muchos otros temas.

2. Otros cuatro dibujos que forman parte de la publicación.

En cierta medida, Vegas valoriza el par dibujo/viaje como una dimensión que forma parte intrínseca de la educación del arquitecto y nos invita a salir a experimentar la realidad de primera mano, a recorrer el país y el mundo. A fomentar la curiosidad para adentrarnos en rutas desconocidas, nuevos aspectos de lo cotidiano y despertar aficiones e impulsos espontáneos.

El libro recuerda los innumerables registros de grandes arquitectos, para quienes, desde siempre, el apunte y el croquis de viaje han sido herramientas fundamentales dentro de su educación. Cabe recordar que jóvenes británicos del siglo XIX como John Soane, John Ruskin o Charles Rennier Mackintosh no concebían concluida su etapa formativa sin la realización de un viaje por Europa conocido como el “Grand Tour”. Llevar a cabo un importante itinerario también es asumido por Charles Édouard Jeanneret en 1911, cuando aún no se hacia llamar Le Corbusier, al realizar su célebre Viaje a Oriente; por Eric Gunnar Asplund quien en 1913 recorre Italia y el norte de África; por Alvar Aalto quien después de graduarse y antes de abrir su estudio profesional explora Europa durante 1921; y por Walter Gropius quien en 1928, tras renunciar a su cargo como director de la Bauhaus en Dessau hace otro tanto, por sólo mencionar algunos de los más conocidos.

Por otro lado, Croquis de viaje guarda una estrecha relación con dos publicaciones previas donde Martín Vegas junto a Ramón Paolini y Federico Vegas recorren el país por puro placer, para construir uno de los archivos fotográficos mas importantes sobre la arquitectura popular venezolana: Pueblos. Venezuela 1979-1984 (Fundación Polar, 1984), y Venezuelan Vernacular (Princeton Architectural Press, 1985).

3. Carátula del libro Pueblos. Venezuela 1979-1984 de Martín Vegas, Ramón Paolini y Federico Vegas y algunas de las imágenes que contiene.
4. Carátula del libro Venezuelan Vernacular de Federico Vegas y algunas de las imágenes que contiene.

Pueblos, un hermoso fotolibro impreso en Editorial Arte con textos de la curadora de arte Xiomara Jiménez, expone una mirada fotográfica hacia el mundo rural sustentada principalmente en las imágenes del arquitecto y fotógrafo Ramón Paolini acompañadas por las de Martín y Federico Vegas. El interés de este equipo de viajeros se concentró, según Xiomara Jiménez, en “divisar el lugar con mirada paisajística para luego ir en pos de retratos más próximos. De esta manera el repertorio dibuja un perfil de panorámicas, arquitectura, costumbres, creencias y faenas”. (https://prodavinci.com/sobre-el-fotolibro-pueblos-de-martin-vegas-ramon-paolini-y-federico-vegas/)
Venezuelan Vernacular, cuyo autor es Federico Vegas, introduce la mirada del escritor, como preámbulo a las imágenes a partir de un ensayo que busca fijar en el lector esa condición mas permanente de nuestra arquitectura, buscando acortar “la distancia entre dos extremos, entre lo vernacular o popular y lo civilizado o civilizatorio”. El libro muestra bellas tomas de paisajes, ciudades, calles, casas, ornamentos e iglesias, que nos permiten conocer algunos de los lugares que recorrió este trío de incansables viajeros por el interior del país: La Guajira, Carora, Los Roques, Páramo La Negra, Paraguaná, Laguna de Sinamaica, Pedregales, el Morro de Puerto Santo, San Juan de las Galdonas, Mucuquí, La Mesa, Choroní, Altagracia, Canoabo, San Isidro de Ceuta, Tucacas, San Rafael de Muchuchíes, Agua Larga, San Francisco de Tisnados, Mitare, Carache, Sinamaica, y El Tocuyo entre muchos otros.

En cierta medida, en las tres publicaciones se puede recoger lo que Xiomara Jimenez asevera en su reseña sobre Pueblos: que “el sentido de lugar adquiere un cierto espesor de experiencia viva, porque lo que transcurre de manera natural y cotidiana en esa geografía tan distinta a la de donde procede, se vuelve más inestimable”.

Los tres libros son evidencia de una historia compartida de vida y de viajes, que recoge la fascinación de Vegas Pacheco, Paolini y Vegas Pérez por la travesía la cual nos hace cuestionarnos sobre qué somos, de donde venimos y qué es este hoy en que vivimos. Viajes donde persiste la voluntad por llegar a un sitio para traducirla en dibujos, imágenes y palabras, que buscan revelar la hoy olvidada riqueza de los pueblos de Venezuela, como parte fundamental de nuestra herencia arquitectónica.

5. Martín Vegas Pacheco (1926-2012). A la derecha con Carlos Raúl Villanueva en la inauguración el 23 de noviembre de 1955 de la exposición Latin American Architecture since 1945, MoMA, Nueva York, frente a una fotografía de la torre Polar.

En cuanto a la figura de Martín Vegas Pacheco, bueno es reconocerlo, poco se ha escrito en profundidad. Sin embargo, Oscar Tenreiro -quien fue su alumno y ayudante en el Taller a su cargo en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo- narra en su Blog Entre lo cierto y lo verdadero en un artículo escrito a raíz de su fallecimiento publicado el 12 de agosto de 2012, que “Vegas era uno de los más claros representantes de una Venezuela vanguardista, que ocupaba un lugar en el mundo. Un arquitecto joven y mundano a partir de su experiencia en el Illinois Institute of Technology donde fue alumno del mítico Ludwig Mies Van der Rohe (1886-1969), arquitecto y diseñador industrial germano-estadounidense pionero de la arquitectura moderna”.

Por ello su labor docente estuvo muy vinculada a la filosofía docente de Mies, “donde prevalecía el dominio técnico del acero y el profundo conocimiento de los materiales que permitían rellenar el esqueleto metálico, donde era necesario conocer el problema técnico de las tolerancias dimensionales entre el acero y el concreto”. Elementos determinantes en el diseño, ensayados junto a José Miguel Galia en la magnífica Torre Polar, destacada en la primera edición de Latin american architecture since 1945 de Henry-Rusell Hitchcock, que hacía gala del espíritu modernizador del país.

Cuenta Tenreiro, que Vegas solía llevar a sus clases “dibujos a lápiz de partes de edificios, isometrías, donde se mostraban las distintas capas de materiales, los elementos metálicos, paredes dibujadas ladrillo por ladrillo, todo hecho con gran pulcritud y dominio técnico”.

Por otro lado, Tenreiro destaca que una de las grandes virtudes de Vegas Pacheco fue abrir oportunidades para la profesión. Como presidente de la Sociedad Venezolana de Arquitectos, Martín Vegas junto a Oscar González Bustillo fundaron en 1970 la Fundación para el Desarrollo de la Arquitectura (FUNDAR), ubicada en el sótano del Centro Comercial Chacaíto, cuyo objetivo fue crear un centro de información y promover la investigación en el área de la arquitectura y el urbanismo, la cooperación entre organismos públicos y privados, apoyar los estudios académicos y ofrecer créditos educativos a profesionales y estudiantes. FUNDAR, según Oscar Tenreiro se convirtió en un lugar de encuentro y un “un espacio de discusión excepcional”.

6. Martín Vegas Pacheco. Quinta «Ladrillal», Chuao, Caracas, 1958.
7. Martín Vegas Pacheco en colaboración con Ricardo Binggeli. Edificio sede del Banco Industrial de Venezuela, Esquina de Traposos, Caracas, 1961. A la derecha espacio rodeado por la escalera y los pasillos de circulación donde la artista venezolana de origen alemán Gego (Gertrud Goldschmidt) (1912-1994) realizó su primera gran obra integrada a la arquitectura: una escultura que llamó “Tubos” y que llena el espacio de cinco alturas.
8. Martín Vegas Pacheco. Hotel Intercontinental Valencia, estado Carabobo, 1967.

En cuanto a su obra arquitectónica, poco se ha indagado sobre lo que realizó individualmente fuera de su sociedad con Jose Miguel Galia. Su casa familiar, “Ladrillal” (1958) ubicada en la urbanización Chuao (hoy lastimosamente irreconocible), emerge como una de sus realizaciones más singulares y hermosas. Un ejercicio depurado de la forma, donde se percibe la exploración de un lenguaje que incorpora la influencia de la arquitectura de Mies.

Sobre esta obra en particular, Tenreiro comenta que “No era sin embargo de estructura de acero sino de concreto, material cuya superficie estaba intervenida a golpes de bujarda (aquí lo llamamos martillado) y tratado con algún tipo de barniz. Pórticos muy próximos, de dos pisos, que se sucedían en una planta estrictamente rectangular, con el ladrillo sólido como material de relleno y detalles de protección solar hacia la calle (el temido oeste del trópico) en aluminio de color natural. No exagero si digo que profesaba yo una admiración incondicional por esa casa, que se me antojaba modélica”. Y añade más adelante: “Siempre pensé que esa casa debía conservarse como monumento arquitectónico al igual que la de Graziano Gasparini, casi frente a ella”.

En resumen, parte de la historia de viajes de Martín Vegas se puede leer en en Croquis de Viaje, en Pueblos y en Venezuelan Vernacular. Su revisión y lectura, declaran y siembran la necesidad de acercarnos a conocer más nuestra realidad. Ellos representan apenas un pequeño capítulo de la importancia de nuestra herencia arquitectónica para Vegas Pacheco, quien, desprendido de posturas intelectuales y bajo una mirada íntima, dejó una profunda huella.

Martín Vegas Pacheco fue distinguido el año 1998 con el Premio Nacional de Arquitectura. De él hemos querido complementar esta nota con anécdotas sobre su faceta como docente y su obra individual, con el fin de despertar la necesidad de investigar en profundidad sobre su relevancia como parte de la segunda generación de arquitectos modernos en Venezuela.

IGV

Procedencia de las imágenes

Postal y 2. Martín Vegas. Croquis de Viaje, Sala TAC, 2011

  1. https://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2011/10/27/exposicion-croquis-de-viaje-martin-vegas-sala-tac-trasnocho-cultural-caracas/ y Martín Vegas. Croquis de Viaje, Sala TAC, 2011

3. Martín Vegas, Ramón Paolini y Federico Vegas. Pueblos. Venezuela 1979-1984, Fundación Polar, 1984

4. Federico Vegas. Venezuelan Vernacular, Princeton Architectural Press, 1985.

5. http://venezuelaehistoria.blogspot.com/2020/11/martin-antonio-vegas-pacheco.html y https://www.moma.org/calendar/exhibitions/2436/installation_images/19893

6, 7 y 8. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

¿SABÍA USTED…

… que el 15 de abril de 1955 se llevó a cabo la primera función en el Teatro del Este?

1. Teatro del Este. Vista del acceso desde el noreste con la Torre Polar al fondo (c.1955).

El conjunto Torre Polar-Teatro del Este le fue encargado en 1952 por la empresa que le da nombre (recordemos que Cervecería Polar se funda en 1941), encabezada por Lorenzo Mendoza Fleury, a la ya para entonces reconocida firma de arquitectos Vegas & Galia, con la finalidad de proveerla de una imagen corporativa impactante y acorde con el espíritu modernizador que vivía la capital de Venezuela así como de dotarla, dada la inclinación de Mendoza hacia el espectáculo de categoría, de un teatro que sirviera de escenario para montar y presentar varias obras y revistas así como a la exhibición de cintas cinematográficas.

2. Panorámica de la Plaza Venezuela y sus alrededores donde destaca la silueta del conjunto Torre Polar-Teatro del Este (c.1955).
3. Vegas & Galia. Vista desde el este (en fechas cercanas a 1960) del conjunto Torre Polar-Teatro del Este, Plaza Venezuela, Caracas (1953-1955).

Como señal de ello, Alberto Sato inicia su aproximación crítica a la edificación (incluida dentro de la categoría “Los palacios del trabajo”) en el libro de su autoría titulado José Miguel Galia. Arquitecto (2002), de la siguiente manera: “Cualquier relato de la arquitectura venezolana contemporánea menciona inevitablemente al conjunto Polar, que se ha constituido en un paradigma de modernidad y también de emulación metropolitana. Gozaba del privilegio de ser tan contemporáneo como el Seagram de Mies van der Rohe y la ciudad de Caracas, por lo tanto, era tan moderna como Nueva York”.

Aunque el mayor peso de los comentarios que Sato lleva adelante en la publicación están dirigidos al cambio sufrido sobre la marcha (y prácticamente por casualidad) en la envolvente de la torre (que pasó de tener sus fachadas este y oeste cerradas revestidas de ladrillo de arcilla y las norte y sur con protecciones solares, a estar recubierta en su totalidad con curtain wall), al impacto que ello produjo en el contexto donde se ubicó y a las polémicas que suscitó tanto positiva como negativamente en el mundo de la crítica arquitectónica del momento (desde Henry-Rusell Hitchcock hasta Juan Pedro Posani pasando por Francisco Bullrich), no deja de recordarnos algunas de las interpretaciones que enfatizan el contraste evidente en el tratamiento exterior de los dos volúmenes que forman el conjunto. Tal contraste, que aquivocadamente llegó a atribuírsele a las diferencias de formación y búsquedas entre Martín Vegas (graduado en M.I.T., Boston, a quien se atribuía el diseño de la torre) y José Miguel Galia (egresado de la Universidad de la República, Uruguay, quien se habría encargado del teatro), también se usó como excusa para establecer juicios sobre la presencia o no de la identidad nacional dentro de un edificio señero, pasando por alto que el proyecto con el que se inició la construcción de la obra mostraba total coherencia en el sistema estructural y uso de los materiales que se emplearían en ambas piezas, siguiendo las pautas seguidas para caracterizar el edificio El Municipal (1951).

4. Fachada del Teatro del Este.
5. Dos vistas de foyer original del Teatro del Este.

De tal manera, habría que decir que el Teatro del Este (definido como “cine” en el programa inicial), se sumó a la condición volumétrica plasmada a través del cuerpo bajo de la torre de oficinas, buscándose con ambos acentuar el contraste horizontalidad-verticalidad que ya era característico de diversos conjuntos modernos y que tuvo en el Lever House (Nueva York) de Skidmore, Owings and Merril un ejemplo paradigmático. Asimismo, el cuerpo bajo de la torre y el teatro se conectaban a través de un puente que fungía de articulador desde donde se podía acceder, siendo este un complemento de la amplia escalera central ubicada en su frente hacia la avenida Lima, la cual se constituye en su entrada principal.

Diseñado con base en una estructura aporticada de concreto armado postensada con vigas exteriores a la vista (la primera construida en el país), calculada por el ingeniero italiano Riccardo Morandi (diseñador del Puente Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo y del Viaducto Puente República), sería luego realizada por sus colegas locales Otaola y Benedetti a través de la empresa Precomprimido C.A. El teatro disponía de una capacidad para 1242 asientos -todas butacas de lujo- (769 en la platea y 473 en el balcón), “que lo convertía en una de las salas de espectáculos más grandes y modernas de la ciudad, sólo comparable con el cine La Castellana de 1952”, afirmará Sato. La superficie exterior del volumen estaría revestida cuidadosamente con ladrillos de arcilla lográndose con ello una textura que le otorga la calidez propia del material.

6. Izquierda: Acceso al Teatro del Este (c.1955). Derecha: Conjunto Torre Polar-
Teatro del Este. Planta mezzanina.
7. Interior de la sala original del Teatro del Este.

El teatro se inauguró el 19 de abril de 1955, con la presencia del dictador Marcos Pérez Jiménez, como teatro en vivo con Pilar López y su Compañía de Danza Ballet Español. Proyectó su primera película el 11 de octubre de 1955: “The Seven Year Itch” con Marilyn Monroe. A partir del 13 de septiembre de 1956 se convirtió en «Cinerama» y continuó proyectando películas de ese formato de 3 proyectores actuando simultáneamente hasta el 2 de octubre de 1960.

“La tradición artística que obligaba todo lugar público en la tradición moderna venezolana, se resolvió en el frontón de la fachada del teatro con el mural bajorrelieve de Carlos González Bogen y policromías de Alejandro Otero; otra escultura de Bogen (hoy desaparecida), emplazada en el pequeño jardín de acceso, conformaban un fragmento de integración plástica que por esos años había enriquecido y también caracterizado a los espacios arquitectónicos internos y externos”, afirmará Sato.

Con el tiempo, dentro del conjunto, también fue habilitada, echando mano de la posibilidad existente de contar con acceso independiente, una pequeña sala ubicada en el cuerpo bajo de la Torre Polar para abrirla al público ofreciendo cine de arte y ensayo que se conoció como el “Pequeño Teatro del Este”.

8. Imágenes del proyecto de remodelación interna del Teatro del Este (1985-1987).
Juan Carlos Parilli con la colaboración de Francisco Arocha y Tabaire Pérez.

Como se reseña en Crono Arquitectura Venezuela, tras treinta años de funcionamiento, “en 1985 se cierra el Teatro del Este habiendo sido una de las grandes salas de proyección de cine caídas en desuso y se acomete su remodelación por parte de los arquitectos Juan Carlos Parilli, Francisco Arocha y Tibaire Pérez, con estructura de los ingenieros Fuentes y Gallango. El proyecto de 3.900 m2 de construcción dividió la sala de espectadores en dos espacios de igual dimensión, creó una recepción, un bar-restaurante, locales comerciales, un centro de comida rápida y un bar con escenario, espacio para mesas y pista de baile. La nueva estructura, metálica, construida en el interior del teatro no tocó las paredes de ladrillo en obra limpia del edificio original”.

9. Vista exterior actual de lo que fue el Teatro del Este hoy ocupado por una
congregación religiosa.

Desde 2007 la congregación Iglesia Santuario G3D fundada por el pastor Rogelio Suárez fija como sitio de reunión para sus seguidores el Teatro del Este en donde se reúnen 600 personas cada domingo. A partir de entonces se encuentra protegido de los intrusos por una sólida cerca de metal que hoy define su frente hacia la calle.

10. La Torre Polar en fechas cercanas a su inauguración.

Como dato curioso vinculado al momento en que el conjunto Torre Polar-Teatro del Este entró en funcionamiento, al ser encuestados Vegas & Galia por los editores de la revista A, hombre y expresión en el nº3 (enero 1957), respondieron a las provocadoras preguntas “¿Creen Uds. que se debe estimular la búsqueda de los caracteres nacionales de nuestra arquitectura?» y «¿Sobre cuáles bases habría que plantear esa búsqueda?”, de manera clara, para nada complaciente y a tono con un momento en el que el profesionalismo era la medida del comportamiento de los arquitectos del país, de la siguiente manera: “La interdependencia y difusión de la cultura del mundo actual restan toda significación a una búsqueda de caracteres ‘nacionales’ en la arquitectura. Es nuestro criterio que la arquitectura es producto de factores de orden social, económico, tecnológico y regionales. (…) Por tanto, la aparición de caracteres nacionales en una arquitectura, de producirse, sería una resultante histórica”. Una muy interesante reflexión.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Colección Crono Arquitectura Venezuela

2. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. https://twitter.com/Caracascuentame/status/1251229964265021442

4 y 7. http://mariafsigillo.blogspot.com/2015/04/teatro-del-este.html

5. https://precomprimido.com/project/teatro-del-este/ y http://mariafsigillo.blogspot.com/2015/04/teatro-del-este.html

6. https://www.pinterest.at/pin/290834088417170440/ y http://guiaccs.com/obras/torre-polar-y-teatro-del-este/

8. Revista Punto, nº 68, abril 2000

9. http://cinematreasures.org/theaters/16430

10. http://guiaccs.com/obras/torre-polar-y-teatro-del-este/

Edificio sede del Banco Industrial de Venezuela

1961• Se concluye la construcción del edificio sede del Banco Industrial de Venezuela, ubicado en la esquina de Traposos, Caracas, proyectado por los arquitectos Martín Vegas Pacheco (1926-2012) con la colaboración de Ricardo Binggeli.

El edificio fue construido en 12 meses (diciembre de 1960 a diciembre de 1961) por el Consorcio Delta + Fertis (Delta, S.A y Fertis, C.A.), ganadores entre 47 empresas de la licitación organizada por la Junta Directiva del Banco, con el apoyo del Colegio de Ingenieros de Venezuela y la Cámara Venezolana de la Construcción.

En el espacio central del edificio sede del Banco Industrial de Venezuela, proyectado por los arquitectos Martín Vegas Pacheco (1926-2012) y Ricardo Binggeli, espacio rodeado por la escalera y los pasillos de circulación, la artista venezolana de origen alemán Gego (Gertrud Goldschmidt) (1912-1994), realizó su primera gran obra integrada a la arquitectura. Una escultura que llamo “Tubos” que llena el espacio de cinco alturas.
Por esta obra instalada en 1962 en el edificio de este banco, Gego obtuvo el Primer Premio en la categoría de dibujo en la IV Exposición Nacional de Dibujo y Grabado, celebrada en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, ese mismo año.


Fotos-Archivo-Fundación-Gego

HVH