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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 458

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL

El diseño de muebles en Venezuela, aunque se presume es de larga data, carece aún de estudios rigurosos que permitan detectar orígenes, influencias, transformaciones, asimilaciones y búsquedas que a su vez puedan darle estructura a un sustancioso relato. Si quisiéramos precisar el importante (preponderante se podría decir) uso de la madera en ellos e, hilando más fino, buscamos elaborar una mínima cronología del proceso evolutivo seguido por el importante segmento ocupado por el asiento, la orfandad de investigaciones llama poderosamente la atención.

Tales apreciaciones, junto al interés por echar a andar, aunque sea de forma incipiente,un necesario trabajo indagatorio, se encuentran entre los detonantes que dieron origen a la Exposición Nº19 montada en el Centro Cultural Chacao del 17 de agosto al 21 de octubre de 2007, titulada “Sentados en una tradición. Las mecedoras de Vestuti, origen y evolución”, cuya curaduría y museografía corrió a cargo del arquitecto Enrique Fernández-Shaw (contando con la colaboración en el montaje de Héctor Sierra y Luis González), de cuyo catálogo diseñado por Eduardo López hemos extraído la portada para engalanar nuestra postal del día de hoy.

Sin ánimo de establecer criterios definitivos, la oportunidad de reseñar la exposición que nos ocupa da pie para ir reconociendo, por un lado, hitos dentro del desarrollo del diseño industrial en Venezuela en los que el acto de sentarse ha sido protagonista y, por el otro, el lugar alcanzado por la muestra dentro de las dedicadas al tema dado su valor específico.

1. Izquierda: Cornelis Zitman. Dining chair, 1955. Silla de comedor que surgió de un pedido del arquitecto Fruto Vivas para amueblar el Club Táchira. Derecha: Miguel Arroyo. Silla para el estar de la casa de Alfredo Boulton en Pampatar, Isla de Margarita, 1954.

La producción industrial de sillas en nuestro país podríamos decir que parte de una preocupación que desde los años 50 del siglo XX, publicaciones periódicas como El Farol, Cruz del Sur, Integral y A, Hombre y expresión, empezaron a mostrar al registrar la irrupción de delicadas piezas de mobiliario doméstico hecho fundamentalmente en madera, que fusionaban la mirada hacia raíces locales con una clara influencia escandinava de manos, principalmente, de Cornelis Zitman y Miguel Arroyo. A ellos se irán sumando Rudolf Steikal, Jorge Castillo y Emile Vestuti, pero la disciplina recibirá un espaldarazo trascendental con la creación en 1964 del Instituto de Diseño, iniciativa del industrial Hans Neumann, y luego, en los años setenta e inicios de los 80 el Instituto de Diseño Caracas y el Instituto Tecnológico Antonio José de Sucre aportarán junto a las escuelas de arquitectura un nutrido grupo de profesionales que hoy han tomado el relevo de los que se consideran como pioneros en el área.

2. Ture de madera, tapizado en cuero crudo. Adaptación criolla del asiento indígena. Fines del siglo XVIII.

Sin embargo, si nos centramos en la madera como material de trabajo, en el dar preponderancia al hecho de sentarse y en buscar en las raíces de lo local el punto de partida para alcanzar lo universal, pocas experiencias dan cuenta de ello como la desarrollada por Vestuti.

3. Guinand, Benacerraf y Vestuti. Hotel-residencias Montserrat, Altamira, 1951. Curiosamente, el equipamiento los apartamentos fue realizado en su totalidad con muebles diseñados por Cornelis Zitman.

Nacido en New Heaven, Connecticut, EE. UU. en 1927, Vestuti llegó a Venezuela en 1949 recién graduado de arquitecto en Yale donde recibió la influencia directa de Louis Kahn y manifestó su admiración por la manera como trabajaba Frank Lloyd Wright. Recorre un trecho importante de 10 años laborando junto a su compañero de estudios Moisés Benacerraf y su socio Carlos Guinand Baldó diseñando piezas memorables dentro del paisaje urbano caraqueño que no han corrido con suerte y de las que sólo quedan en pie dignamente el hotel-residencias Montserrat en Altamira y la sucursal del Banco Unión en la Calle Real (hoy bulevar) de Sabana Grande.

4. Silla de paleta venezolana. Colección Casa de estudio de la Historia de Venezuela Lorenzo A. Mendoza Quintero, Caracas.

Aunque Vestuti retorna a los Estados Unidos para trabajar como arquitecto en 1965 y permanecerá allí hasta 1975 cuando definitivamente se radica en nuestro país, para los fines de esta nota vale la pena recordar que desde su época de estudiante en Yale ya había tenido contacto laboral con firmas como Herman Miller y Knoll y no es casual que su primer empleo en Venezuela en 1950 haya sido en la tienda de mobiliario de Tony Dibo (Decodibo) donde manifestó su claro interés por el diseño de sillas, butacas, mecedoras y sillones. Ello lo refrendó al trasladarse a Milán entre 1960 y 1962 para incorporarse en el diseño y producción de la firma Knoll International, durante el intervalo entre el final de su primera estadía en Caracas y su regreso a Norteamérica.

5. Izquierda: Mecedora tradicional de cardón. Tallada a mano con machete. Talladores: Richard y Misael Álvarez. Madera: cardón. Asiento y respaldo: bejuco proveniente del río Mitare, tejido por Roberto Álvarez. Fecha: 1997. Origen: Valle de Pecaya. Edo. Falcón. Derecha: Juego de muebles de paleta versión Casa Curuba, realizado a partir de un juego de muebles fabricado por Zenón Bonillo en los inicios del desarrollo de la empresa en la Casa La Siempreviva, Quíbor, Edo. Lara. Diseño: tradicional. Madera: caoba pintada con acrílico. Ebanista: Edison Daza. Fecha: circa 1988.

Así, al residenciarse en Venezuela a partir de 1975 respaldado con una sólida experiencia acumulada, Vestuti, sin dejar la arquitectura, se dedicará de lleno a su enseñanza y sobre todo al diseño de muebles para Casa Curuba empresa constituida por Don Bell y Dennis Schmeichler para promover y comercializar lo mejor de la artesanía del país. De tal modo, a partir de 1989 es imposible referirse a los muebles de Vestuti sin mencionar a Casa Curuba, que contaba con un taller de carpintería en Quíbor y una tienda en Caracas, que desafortunadamente fue clausurada en 2011.

6. Emile Vestuti para Casa Curuba. Trío «Goldilocks» o «Mamá, Papá y Bebé». 1989.

La aproximación de Vestuti al diseño de muebles en su última etapa, donde demostró un claro interés por la cultura local sin dejar de lado su formación moderna, confirma la ventaja que muchas veces ha tenido el “ser extranjero” dentro de una cotidianidad que para el nativo pasa desapercibida y que devela el poder descubrir e identificar dónde y cómo actuar. “Su originalidad fue hacer aflorar la tradición artesanal en el proyecto moderno”, sintetizará Alberto Sato en la semblanza que elaboró sobre Vestuti para el catálogo de la exposición motivo de esta nota.

7. Emile Vestuti para Casa Curuba. Izquierda: Mesa «Margarita», 1991. Derecha. Silla «Bailarina» (1997).

Cuando decide dedicarse seriamente al diseño de muebles, dirá Sato, “no agregaría un modelo más, dentro de la búsqueda de originalidades modernas. Inquirió donde ya había, y conjugó el popular sistema de paleta con la abstracción elementarista, destacada en el plano de asiento y respaldo, contenida dentro de una estructura. Así, universal y local, la sucesión de asientos de cerezo, de carreto, de capure -maderas extraídas de los bosques tropicales venezolanos, densas y de gran dureza, pulidas hasta parecer porcelana, entarugadas y acopladas con precisión de relojero- es el refinado tributo devuelto a una tierra que algunos insisten en describir como sólo propia de grandes gestos, sagas y epopeyas, como si nunca existiera en ella el tiempo para el acabado fino, agobiada siempre por una urgencia que no termina de resolver sus propósitos”.

8. Las cinco piezas de Vestuti seleccionadas por Enrique Fernández-Shaw para protagonizar la exposición. De izquierda a derecha: Sillón 139. Madera: caoba (1989), Mecedora 143. Madera: roble (1989), Mecedora 197 (para niños). Madera: capure, zapatero, curarí (1991), Silla IVIC. Madera: capure (1993) y Mecedora 281. Madera: zapatero (1996-1998).

Será con parte de lo producido por Vestuti para Casa Curuba, representado por un total de cinco piezas (tres mecedoras, un sillón y una silla) que Enrique Fernández-Shaw irá construyendo el origen y evolución de ellas, así como su proceso de creación y desarrollo para con ello dar cuerpo a la investigación conducente a la curaduría y montaje de la exposición “Sentados en una tradición”.

9. Vista parcial del espacio de la exposición.

En el texto principal del catálogo, Fernández-Shaw explicará: “El ture, la mecedora, el mueble de paleta son entonces elementos referenciales dentro del planteamiento de nuestro ejercicio intelectual. Con estos precedentes que hemos incluido en la curaduría -así como también con las piezas seleccionadas diseñadas por Vestuti- el discurso se estructura a partir de categorías que reconocen los ámbitos de acción, y que hemos denominado Origen y referencia, Aproximación a la tradición e Interpretación y creación”. (…) De este modo, la exhibición se estructura como un tejido que describe un camino aparentemente claro, un sentido evolutivo, evidenciado en las planimetrías, fotografías e íconos que hemos incluido. Nuestro planteamiento hace a un lado la idea moderna de piezas innovadoras y sin precedentes, cargadas de singularidad y ambiciosas propuestas de autor, en donde sólo la innovación legitima. En esta muestra del trabajo de Vestuti queda en evidencia el valor que ha tenido el crear a partir de procesos, conexiones y secuencias evolutivas. Estas operaciones se desarrollan desde un planteamiento que podríamos afiliar a una condición clásica, en donde el rigor de la referencia y la tradición son capitales del ejercicio creativo y proyectual, y nuestra aproximación a ello, se da bajo su concreción en la producción específica de Vestuti”.

10. Vista parcial del espacio de la exposición.

Habiendo dejado clara la estructura de la muestra y el lugar desde donde se mira la obra expuesta, valdría la pena agregar que, para el montaje, ocupando el espacio central de la sala, las cinco sillas de Vestuti identificadas como Sillón 139 (1989), Mecedora 143 (1989), Mecedora 197 (1991), Silla IVIC (1993) y Mecedora 281 (1996-1998), estuvieron acompañadas de otros cuatro muebles tradicionales: un ture o butaca, una mecedora y dos asientos de paleta versión Casa Curuba.

Las paredes, por su parte, albergaron un total de hasta 81 fotografías y planos que incorporaron además de las láminas correspondientes a los objetos protagonistas y los dibujos que Vestuti utilizaba para explicar su construcción a los artesanos, imágenes de espacios donde ellos formaban parte del mobiliario. Las siete láminas finales las dedicó Fernández-Shaw para mostrar parte de la obra arquitectónica desarrollada por Vestuti en Caracas primero junto a Guinand y Benacerraf y luego con Ramírez Isava.

11. Izquierda: Gustavo Legórburu. Biblioteca Marcel Roche del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (I.V.I.C.), Altos de Pipe, 1987. Derecha: Emile Vestuti. Sillas IVIC en los espacios de estudio de la biblioteca Marcel Roche.

La exhibición, un claro homenaje que había quedado pendiente luego de la repentina muerte de Vestuti en 1998, fue resumida por Fernández-Shaw (quien de paso es su sobrino político) de la siguiente manera: “Con lo que presentamos en esta exposición podemos percibir un relato cultural, social y objetual, sobre los valores y su desarrollo en nuestra cultura. Todo ello al calor de piezas que nos brindan el sosiego de sentarnos en unos diseños y unos materiales de valores, que parecen trascender las generaciones”.

Como complemento a la muestra se proyectó un audiovisual y se realizó un ciclo de cuatro conferencias: «Textura, color, sabor y olor de las maderas en Venezuela» a cargo de Gilberto Rodríguez y «Las maderas en Venezuela» a cargo de Katy Castillo, el 21 de agosto de 2007; «El mueble artesanal y su evolución en la zona de Quíbor», de Dagmar Peña y Dennis Schmeicler, el 22 de agosto de 2007; y «Las mecedoras Vestuti, origen y evolución» , a cargo de Enrique Fernández-Shaw, el 29 de agosto; todas a las 7:00 p.m.

12. Prototipos de la Mecedora 143 («Easy Rocker») en caoba realizada por el ebanista Edison Daza para Casa Curuba (izquierda) y del mueble de paleta construido por Zenón Bonilla, pintado y en madera desconocida. 1989 (derecha).

Para cerrar citamos de nuevo a Alberto Sato: “Nunca como en la modernidad se ha diseñado y producido tantos modelos de sillas, como si el sentarse fuese insatisfactorio. El hombre moderno está incómodo, nunca está satisfecho. Con esta serie de sillas, mecedoras, butacas y sillones, Vestuti dio valor a la artesanía de los carpinteros de Quíbor dentro de las líneas del tiempo de la modernidad y creó -como ocurre con los grandes- pues su imitación es única”.

Notas

1

“Sentados en una tradición” podría considerarse como una clara repercusión del esfuerzo adelantado por el Centro de Arte La Estancia de PDVSA (creado en 1995) a quien correspondió durante los 90 tomar la batuta en cuanto al montaje de exposiciones y con ello dar apoyo a la divulgación del diseño industrial. La emblemática muestra “Detrás de las Cosas: El Diseño Industrial en Venezuela” (1995) sirvió para abrir la puerta de una actividad que a lo largo de la década no cesó. Así, a ella se sumarán, en este caso relacionadas al tema de la silla: “Hans Wegner: hacedor de sillas (1996), “Sentados en un siglo. Emblemas cotidianos en Venezuela” (1997), “Vitra Design: 100 sillas Clásicas” (1997) y “La butaca, un asiento venezolano” (1998, complementada con “El asiento de al lado. Cien años de descanso”).

13. La Mecedora 143 conocida como Easy Rocker fue seleccionada para formar parte de la emblemática exposición “Sentados en un siglo. Emblemas cotidianos en Venezuela” (1997) montada en el Centro de Arte La Estancia bajo la curaduría de Alberto Sato. En el catálogo diseñado por Álvaro Sotillo, se le acompañaba con la siguiente nota: «Inspirada en las populares sillas de paleta, la simplicidad formal y delicadeza de detalles, actualiza la tradición de la artesanía en términos de producción industrial contemporánea».

Por otro lado, el momento en que aparecen las sillas de Vestuti seleccionadas por Enrique Fernández Shaw correspondería a lo que Alberto Sato, curador de “Sentados en un siglo. Emblemas cotidianos en Venezuela” (donde se incluyó la Mecedora 143 también conocida como “Easy Rocker”), calificó como un “Sexto Tiempo” que tenía a la década de 1990 como escenario. Apuntaba Sato: “Hoy todo vale, aun cuando la silla deja pocos rastros de su función primigenia que es la de sentarse cómodamente”. (…) “La silla nos permite dos tipos de fruición: desde adentro y desde afuera. Cuando nos sentamos disfrutamos de su comodidad y estamos dentro de ella; cuando la contemplamos a cierta distancia nos transportamos al mundo de los valores estéticos: estamos afuera. Es así como podemos pasar de una experiencia totalmente individual (sentarse) a una colectiva (la contemplación del objeto por varias personas a la vez). Es por ello que un elemento que nace signado por su utilidad se ha podido convertir en pieza museable”.

2

Finalmente, no podemos dejar de mencionar del artículo titulado “De los bancos a las sillas” escrito por Juan Pedro Posani para el diario Economía HOY publicado el sábado 22 de septiembre de 1990, donde por primera vez se hace un merecido reconocimiento al trabajo de Vestuti, el siguiente pasaje:

14. En 1990 cuando la producción de muebles diseñados por Vestuti para la Casa Curuba despegaba con fuerza, Juan Pedro Posani dedicó una de las páginas sabatinas que escribía en el diario Economía HOY a resaltar su trayectoria como arquitecto y diseñador.

“Los procesos íntimos del diseño y las circunstancias dentro de las cuales éstos se dan, son extraños y, en el fondo, inasibles. Y le dan la razón a quienes le conceden muy especial atención al papel que, dentro de ellos tienen la memoria y la intuición. ¿Cómo imaginar un posible contacto, en un objeto concreto, aquí en Venezuela, entre el infinito entusiasmo de pionero de Wright y la modestia y comodidad de los muebles de ‘paleta’?

Pues bien, ese contacto, esa combinación, ahí está, sorprendentemente realizado en los muebles de Vestuti. Veamos como él describe su mejor pieza, la mecedora:

Las mecedoras se asocian tradicionalmente con el movimiento repetitivo y pendular. Esta, sin embargo, ofrece su propia experiencia cinética. Ella no invita al movimiento exagerado ni lo permite. Es una silla que más bien se mueve agradablemente pero con moderación, en la medida que el ocupante cambia de posición o desplaza su peso. La silla ‘cede’ a la presión, por lo tanto el contacto nunca es demasiado duro o abrupto: hay un trato amigable bien definido entre el usuario y el objeto. No hay nunca la sensación de inestabilidad, de que uno está por caerse hacia atrás, como suele suceder en algunas mecedoras: la especial curva compuesta de las dos bases está diseñada para contener el centro de gravedad dentro de sus límites. Y, finalmente, para la persona sentada hay una sensación de contención. Uno se acomoda dentro del recinto sugerido por sus propias cercas circundantes, protegido, apartado, por lo menos sicológicamente, de lo que Walt Whitman llamó ‘el ruido del día’».

ACA

Procedencia de las imágenes

1. MoMA (https://www.moma.org/collection/works/450692); y PROPUESTAS IN_CONSULTAS (https://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2010/11/15/miguel-arroyo-1920-2004-pionero-del-mobiliario-moderno-el-nacional-caracas/)

2. Carlos Duarte. Un asiento venezolano llamado butaca (1999)

3. Colección Crono Arquitectura Venezuela

4, 5, 8, 9, 10 y 12. Centro Cultural Chacao. Catálogo de la exposición “Sentados en una tradición. Las mecedoras de Vestuti, origen y evolución” (2017)

6 y 7. Symbold. «Emile Vestuti: EL CARNAVAL QUIBOREÑO PLASMADO EN MUEBLES» (https://www.simbold.com/2013/02/el-carnaval-quiboreno-plasmado-en.html)

11. José Humberto Gómez y Víctor Sánchez Taffur. Gustavo Legórburu y la conciencia del lugar (2023); y Centro Cultural Chacao. Catálogo de la exposición “Sentados en una tradición. Las mecedoras de Vestuti, origen y evolución” (2017)

13 y 14. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 415

MASISA, empresa de la cual publicamos el anuncio publicitario que acompaña nuestra postal del día de hoy, dentro de nuestra pauta dedicada periódicamente a comentar temas relacionados a la industria de la construcción, fue fundada en el año 1960 por Klaus Wiechert como la primera empresa productora de tableros aglomerados en Chile, con el nombre de maderas Aglomeradas Ltda., y tiene hasta el día de hoy importante presencia en Venezuela.

1. Productos que ofrece MASISA Venezuela a través de su página web.

Dedicada fundamentalmente a la fabricación de tableros de madera para muebles y arquitectura de interiores, MASISA ha diversificado su oferta de productos siempre relacionados con su actividad esencial. Así, en su página web https://venezuela.masisa.com/ encontramos que se dedica a “la fabricación y comercialización de soluciones para muebles y espacios interiores, con productos MDF, MDP, PB, OLB, melamina, revestimientos, molduras, maderas y otros productos de valor agregado”, lo cual nos permitirá refrescar algunos conceptos relacionados con el origen, evolución y diversificación en la producción de tableros desde el momento en que se constituyen en una alternativa a la hora de resolver elementos de madera de grandes dimensiones.

Lo primero que podemos precisar, acompañados por el Diccionario de la RAE, es que “tablero” se define como “tabla o conjunto de tablas unidas por el canto, con una superficie plana y alisada, y barrotes atravesados por la cara opuesta o en los bordes, para evitar el alabeo”. De allí que el primer tablero conocido, cuyo origen es difícil establecer, haya sido el que se obtiene al cortar el tronco del árbol en diferentes grosores siendo luego ensamblados por diversos sistemas (dentados, machihembrados o encolados y juntas a tope, por ejemplo), existiendo tantas variaciones como tipos de madera disponible hay, pudiendo ser de madera dura o blanda, de primera, segunda o tercera, o de tono claro u obscuro.

2. El contrachapado, también conocido como madera terciada, multilaminado, plywood, o triplay.

Gracias al auxilio de diferentes páginas especializadas en el tema, podemos afirmar que el siguiente paso tendiente a la obtención e industrialización de superficies de grandes dimensiones en madera llevó a la creación de lo que se conoce como contrachapado. La técnica de fabricación consiste en cortar la madera en hojas delgadas que después se encolan y prensan formando las capas del tablero. Estas capas se unen una sobre otra, de manera que las fibras de una capa quedan perpendiculares a las fibras de la próxima. La obtención de chapas de diferente espesor de gran flexibilidad y ductilidad, permite utilizarlas mediante la técnica del entamborado (construcción de una especie de bastidor reforzado con base a tablas de madera), o aplicarlas sobre piezas procesadas industrialmente para ofrecer un acabado semejante al de la madera natural de la que procede la chapa.

3. Construcción de pianos en la Enciclopedia Diderot y D’Alambert
4. Dos icónicas sillas realizadas con madera laminada. Izquierda: Alvar Aalto. Silla Paimio (1932). Derecha: Ray y Charles Eames. LCW -Lounge Chair Wood- (1946)

Valga recordar que una de las actividades que más hizo avanzar la aparición del contrachapado fue el trabajo de los luthiers durante el siglo XVII-XVIII y que la ebanistería ya en el siglo XIX comenzó a aprovechar la facilidad del curvado de las chapas para economizar madera sólida y formar, por ejemplo, los peldaños curvos de las escaleras. También que ha tenido presencia importante en la historia de la aviación, la automoción, la fabricación del mueble moderno y como auxiliar en la industria de la construcción, y que producto de las mismas preocupaciones y utilizando al máximo las propiedades del material surge la madera laminada encolada patentada por primera vez como método de elaboración de elementos constructivos por Karl Friedrich Otto Hetzer de Weimar (Alemania) en el siglo XIX.

5. Dos imágenes históricas dentro del proceso industrializado de fabricación de láminas de contrachapado. Izquierda: Primera fabricación de contrachapado en USA, Portland Manufacturing Company, 1905. Derecha: Fabrica Schauman en Finlandia, 1912.

Entrando de lleno en el terreno de la industrialización proveniente del aprovechamiento de los residuos de madera o de los productos de reciclaje de la propia industria de la madera, es que encontramos la presencia de lo que se conocen como tableros de partículas o su sinónimo: tableros de aglomerado. Su finalidad no es otra que la de sustituir a la madera sólida y convertir así los restos de la madera en superficies con cierto valor y con propiedades incluso mejoradas respecto a la madera natural. Su nacimiento, en los albores del siglo XX, fue propiciado por la mayor precisión de las herramientas de corte y principalmente por la mejora de los adhesivos industriales y las técnicas de encolado y prensado. Se obtienen aplicando presión y calor sobre partículas de madera y/o de otros materiales lignocelulósicos en forma de partículas, a las que se las ha aplicado previamente un adhesivo.

6. Diversos tipos de tableros derivados de la madera.

A riesgo de repetirnos en algún momento podemos, de acuerdo a http://www.cscae.com/area_tecnica/aitim/actividades/act_paginas/libro/09%20tableros%20en%20general.pdf, afirmar que los tableros, afirmar que los tableros, cuyo principal reto ha sido siempre superar sus dificultades en cuanto a la resistencia al agua, pueden clasificarse según el recubrimiento de las caras en: desnudos, recubiertos, acabados y rechapados. Por el formato de la madera en: de madera maciza, de chapas (contrachapados y laminados), de partículas (a base de partículas de madera -incluyendo también cáñamo, lino, bagazo y similares-), de lino (a base de partículas de madera más otras de diferente tipo -lino, bagazo, paja, etc.- en un porcentaje especificado), de virutas y de fibras.

7. Clara diferencia entre el MDF (izquierda) y el MDP (derecha) al que se suele asociar con el PB o aglomerado.
8. Clara diferencia entre el OLB (izquierda) y el OSB (derecha).

Entre los tableros de fibras se encuentran: el MDF (cuyas siglas significan Medium Density Fibreboard -fibra de densidad media- que se fabrica mediante fibras de madera, normalmente astillas, y resinas sintéticas cuyo objetivo es proporcionar más densidad que la madera contrachapada; el MDP (cuyas siglas significan Medium density particleboard -fibra de densidad media- compuesto por partículas de madera que se aglomeran mediante un adhesivo termoestable y se prensan a alta presión para formar paneles. El MDP tiene una densidad media, es decir, no es tan denso como el MDF pero es más denso que el aglomerado o PB); el PB (tablero desnudo que se caracteriza por una baja densidad y a veces se usa como sinónimo de aglomerado); el OLB (-one layer board- no estructural para uso en construcción y remodelación así como en tabiquería para interior, revestimiento de muros y cielos interiores, embalajes y cierre temporal de obras; y el OSB (-Oriented Strand Board- estructurado con base en varias capas de virutas de madera que son prensadas y unidas perpendicularmente con el objetivo de obtener más estabilidad o resistencia siendo su proceso de fabricación algo similar al del tablero contrachapado).

9. Bosque de Uverito, reserva forestal ubicada entre los estados Anzoátegui y Monagas en la Mesa de Guanipa, creado en 1968. El pino caribe es principal el recurso del que se sustenta la producción de MASISA Venezuela.

MASISA, que tras su creación en 1960 empezó a transar en la Bolsa de Comercio de Santiago de Chile en 1970, para 1993 MASISA comienza a cotizarse en la Bolsa de Nueva York (NYSE), mediante su programa de ADR como parte de un proceso sostenido de expansión internacional que en 1992 ya se había concretado al crear MASISA Argentina. Luego, en 1995, alcanzó Brasil con la apertura de MASISA do Brasil Ltda. y, en 1996, con la fundación de Terranova Forest Products, Inc. y Constitución de Terranova Internacional S.A., consolida su intención de desarrollar proyectos transnacionales de explotación y comercialización de productos derivados de negocios forestales. En 1997 llega a Perú, y en 1998 comienza a desarrollar en Carolina de Sur, Estados Unidos, una planta de molduras y un centro de distribución. Ese mismo año se constituyen en Venezuela las filiales Andinos C.A. y Fibranova C.A. dedicándose la primera a la construcción de un aserradero y planta de secado. También en 1998, hace acto de presencia en Canadá y se constituyen filiales comerciales en México, Costa Rica y Colombia, llegando en 1999 a construir una planta México. En 2002 se crea MASISA Ecuador S.A.

10. Planta de MASISA en Macapaima, sur del estado Anzoátegui (ribera norte del Orinoco).

La actividad de MASISA en nuestro país se fortalece a partir de 2001 cuando Terranova Venezuela termina la construcción de su complejo industrial en Macapaima, estado Anzoátegui, iniciándose la puesta en marcha del aserradero y la planta de tableros. A su vez, Terranova Internacional S.A. materializa la compra de activos forestales a la venezolana Sociedad Manufacturas de Papel S.A. (MANPA). En 2003 MASISA asume la gestión de las operaciones de Fibranova C.A., filial venezolana de Terranova, que poseía una planta de tableros de partículas y de MDF en Puerto Ordaz.

11. El logo y el slogan que identifican a MASISA.

El crecimiento sostenido de la transnacional se mantiene ampliando sus operaciones de fabricación y comercialización, lo que la llevó en 2005 a aumentar su capital y a la fusión de Terranova S.A. y la antigua MASISA S.A. aprobándose el cambio de nombre de la compañía fusionada a MASISA S.A.

Sin embargo, si hasta 2013 la curva de la empresa fue siempre en crecimiento, a partir de 2017 comienza paulatinamente un proceso de reestructuración y desinversión de activos industriales, reorientando su estrategia de negocios en generar productos de mayor valor agregado y en su negocio forestal. Por ello anunció la venta de sus plantas en Argentina, Brasil y México además de poner en venta sus activos forestales en Argentina con el objetivo de tener una estructura más liviana, que le ha permitido a la empresa obtener eficiencias operativas y una mejora en sus márgenes operacionales.

12. Otra imagen de la planta industrial de MASISA en Macapaima, estado Anzoátegui.

Completado en 2020 el proceso de reestructuración y reorganización que incluyó la venta de los activos forestales en Chile, desde entonces la compañía se ha dedicado a desarrollar canales de venta a través de nuevas tecnologías con un modelo de negocios con mayor orientación al cliente, así como la reducción de su carga financiera neta, concentrando su capacidad industrial principalmente en Chile y en segundo lugar en Venezuela, “mercado este último definido por la compañía como ‘reserva de valor’, dados sus costos competitivos y su posición geográfica privilegiada”, de acuerdo en lo publicado en la página web del periódico chileno La Tercera el 9 de septiembre de 2017 (https://www.latercera.com/noticia/masisa-ve-reserva-valor-activos-venezuela/).

Se trata, por tanto, se una rara excepción en la que una empresa transnacional ha continuado apostando por nuestro país pese a las adversas condiciones económicas y políticas que lo han acompañado y gracias a que no fue incluida dentro de las numerosas expropiaciones y nacionalizaciones de que fueron objeto numerosas industrias ligadas al área de la construcción. Su página https://venezuela.masisa.com/ es una clara muestra de vitalidad dentro de un campo que no se caracteriza precisamente por ello y su gestión de actividades forestales e industriales al sur de los estados Anzoátegui y Monagas, a través de un grupo de empresas la han caracterizado por tener un fuerte compromiso con el desarrollo local.

13. Imagen tomada de la página web de MASISA Venezuela.

Así, MASISA Venezuela que cuenta con una clara “Política de Desarrollo Sostenible Corporativa”, “… trabaja para transformar los espacios e inspirar la vida de sus clientes a través de diseño, calidad y sustentabilidad… (…) La Compañía cuenta además con una amplia gama de productos y soluciones para la industria de la construcción, los cuales son elaborados siguiendo estrictos controles de calidad, con certificaciones técnicas y altos estándares ambientales y sociales”.

También, dentro de su política de responsabilidad social MASISA Venezuela ha mantenido una estrecha relación con las instituciones académicas y comunidades locales y se ha convertido en centro de negocios industriales y comerciales de la firma hacia Colombia, Ecuador, Estados Unidos, México y Perú.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Revista entrerayas, nº 101, septiembre-octubre 2013

1 y 13. MASISA Venezuela página web (https://venezuela.masisa.com/)

2. CATENVA (https://catenva.com/calidad-del-tablero-contrachapado-de-chopo/)

3 y 5. Nacimiento y evolución de los tableros estructurales (https://infomadera.net/uploads/articulos/archivo_4693_15630.pdf)

4. DiseñoyArquitectura (https://www.disenoyarquitectura.net/2009/05/silla-paimio-de-alvar-aalto-un-diseno.html); y HermanMiller (https://www.hermanmiller.com/es_mx/products/seating/side-chairs/eames-molded-plywood-chairs/)

6. CSCAE (http://www.cscae.com/area_tecnica/aitim/actividades/act_paginas/libro/09%20tableros%20en%20general.pdf)

7. MULATA (https://mulata.com.uy/explicacion-de-que-es-mdp-y-mdf)

8. MADERA21 (https://www.madera21.cl/blog/project-view/construccion-olb/); y BRICOMARKT (https://www.bricomarkt.com/madera/tableros/precio-tableros.html)

9.ElSumario.com (https://elsumario.com/el-bosque-de-uverito-es-considerado-el-mas-grande-del-mundo/)

10. Revista entrerayas (https://entrerayas.com/2016/07/masisa-venezuela-15-anos-presente-en-el-mercado-venezolano/)

11. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

12. El Diario de Guayana (https://eldiariodeguayana.com.ve/afectadas-operaciones-de-masisa-por-cierre-ilegal-de-portones/)