
Relectura de CARACAS DEL VALLE AL MAR Guía de arquitectura y paisaje a diez años de su lanzamiento
Iván González Viso
Algunas ideas y notas.
A diez años de la salida de imprenta en junio de 2015 de Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje nos ha parecido pertinente comentar algunas ideas respecto a la importancia de este libro, que aún se mantiene como una valiosa herramienta para observar atentamente la ciudad y su arquitectura. Un libro que habla del pasado, el presente y el futuro, pensado para orientar acciones que permitan la transformación urbana.

Quizás valga recordar para empezar que Caracas durante las décadas de 1950 y 1960 fue objeto de atención constante por parte de los editores de la versión en español de la revista LIFE, cuyos excelentes reportajes dieron cuenta del proceso de modernización que vivió tanto la ciudad como el país. Entre la reseña realizada en 1953 por el fotoperiodista de origen húngaro Cornell Cappa (1908-2008) y la que ofreció en 1966 el fotógrafo y cineasta venezolano de origen húngaro Joseph Fabry en la entrega del 26 de mayo, se puede notar el tránsito hacia el progreso expresado a través de las transformaciones logradas a lo largo de más de una década. Complejas obras de infraestructura, nuevos modelos de vida urbana, vanguardistas edificaciones modernas, una frenética vida nocturna y una apuesta por la modernidad de cara al futuro conformaban un atractivo menú con el cual la capital venezolana, gracias al impulso de la renta petrolera, cambiaba de escala, fruto de una colaboración interdisciplinar y una apertura hacia lo nuevo que marcaría por los próximos 40 años su fisonomía con una impronta que es hoy aun su rasgo más distintivo.

La pujanza que el país empezó a mostrar a partir de la cuarta década del siglo XX convirtió a Caracas en atractivo lugar donde grandes figuras de la arquitectura vieron la posibilidad de plasmar propuestas impregnadas de modernidad con absoluta libertad, cuyo eco sería replicado con soltura y maestría en cuanto a su aclimatación al trópico por una valiosa pléyade de arquitectos venezolanos.
De tal manera, se construyeron obras que le dieron brillo a la capital, bajo un espíritu de renovación, progreso y capacidad de riesgo que la colocaron junto al país en el mapa mundial de la arquitectura. De la inédita fuerza con que Venezuela abrazó la modernidad dieron cuenta numerosas revistas tanto nacionales como internacionales y, en particular, la exposición y el libro publicado en 2015 por el MoMA, “Latin America in construction 1955-1980”. Stefan Gzyl, en su investigación “Prácticas desarticuladas: la percepción de la arquitectura venezolana en el exterior” no dudará en señalar que entre la década de 1950 y 1960 se produciría la mayor difusión de arquitectura venezolana en publicaciones impresas de su historia.


Sin embargo, la capital que una vez estuvo volcada al futuro, optimista y moderna, en estos últimos 25 años ha sufrido las consecuencias de una larga crisis política que la ha dejado fuera del panorama arquitectónico contemporáneo latinoamericano y mundial. Señalada como una urbe caótica, maltratada, insegura, ingobernable y rezagada en la construcción de proyectos urbanos innovadores y transformadores, carente de políticas públicas que promuevan interés alguno en ella, Caracas se muestra hoy como una ciudad sin arquitectura visible, muy alejada del pujante desarrollo de otras urbes latinoamericanas y como antónimo del progreso que otrora protagonizó, viéndose castigada por el errático modelo antiurbano que caracteriza el socialismo del siglo XXI.
Ante este panorama y con el ánimo, por un lado, de rescatar, enaltecer, valorar el patrimonio construido, poner de relieve estrategias para su rescate, y construir vínculos con sus habitantes y, por el otro, de impulsar su comprensión a fin de retomar su brillo en compañía de las virtudes y la belleza de su marco paisajístico, geográfico y ambiental donde el Ávila es máximo protagonista, la gestación de una guía de arquitectura y ciudad podía resultar un útil instrumento que facilitase recuperar la fe en la posibilidad del descubrimiento y del rescate de nuestro patrimonio, y de que éste nos resulte relevante y transformador, para recodar lo olvidado, frente a la saturación de imágenes provenientes de las redes sociales que nos ha hecho creer haberlo visto todo.
Con la premisa de afianzar la histórica relación entre Caracas y el litoral considerando al Ávila como un parque interior, Caracas del valle al mar: Guía de arquitectura y paisaje, se basa en dos axiomas: “observar para descubrir” y “conocer para actuar”. Concebida para reconstruir y narrar la ciudad a través de sus arquitecturas y del conocimiento, la práctica, y la experiencia, se buscó en todo momento despertar una actitud curiosa ante lo que se observa e impulsar el gusto por descubrir mostrando a través de sus páginas una “versión” de la ciudad, es decir, una adaptación de un complejo contexto urbano presentado de forma distinta del original para ofrecerlo a otros con nuevos ojos.

El ambicioso reto de contar con una herramienta para liderar y acompañar la transformación urbana y que a su vez facilite la lectura que una ciudad compleja como Caracas (develando cuál es su forma, cómo ha crecido y se ha desarrollado, rescatando aspectos y obras de arquitectura le otorgan sentido), llevó a pensar que más que una tradicional “guía de viaje” orientada al turismo se debía realizar una “guía de arquitectura” entendida como forma de conocimiento, modalidad que, valga decirlo, ha sido poco explorada.
Enmarcada en el rol de “culture brokers” que Fiona Smith en “¿Constructing place, directing practice? Using travel guidebooks” (2008) otorga a las guias de arquitectura, es decir, mediadores entre el arquitecto, el lugar y la experiencia de recorrer la ciudad en sí misma, es la propia especificidad disciplinar la que exige mostrar otros contenidos que resultan esenciales para comprender una obra: situarla en su contexto y tiempo histórico, explicitar sus aportes a la ciudad, su idea de fuerza, lenguaje, lógica estructural, aportes tecnológicos, y construcción formal. A su vez se hace necesario que la fotografía tanto histórica como actual sea relevante, y que, junto a las descripciones y planos, formen un relato para entender las relaciones que se construyen en el edificio y a partir de el con su contexto.
De tal manera, la guía invita al ciudadano a vestirse con el difícil traje de ser paseantes para leer la ciudad, ver sus mejores obras y deambular por sus calles ajenos al ajetreo cotidiano y busca ayudarlo en la tarea de sugerir proporciones, ayudar a distinguir formas, reconocer las texturas, descubrir los colores, señalar espacios, percibir las categorías, disfrutar de las imágenes, intensificar las sensaciones y excitar los sueños. A los arquitectos, adicionalmente, los conmina a mirarla de una forma distinta que involucra un doble sistema de observación: uno que trata de descubrir la forma, la constitución y particularidades funcionales del edificio, y otro que la circunscribe a su lugar.
Sobre la guía


Caracas, ha tenido varias guías de ciudad, pero pocas sobre su arquitectura. Las primeras eran planos históricos, o mapas comerciales que luego se sofisticaron como guías turísticas. Una de las primeras, con un formato muy similar a las guías Baedecker, se trata del libro rojo titulado Caracas, Guía Histórica artística e indicador general, editado en 1951 por dos inmigrantes, Terzo Tariffi y Natalia Rosi de Tariffi que en su formato de pocketbook logró recoger e incorporar toda la complejidad de la ciudad mostrando un plano desplegable, dibujado en líneas que describían el área ocupada del valle, delineando sus calles e introduciendo la variable espacial como forma de conocer la extensión y estructura de la capital.

Ya en el campo de la arquitectura, en 1980 el profesor Mariano Goldberg publicó en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV la Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela (Caracas. Parte 1), primera en su género. Ese mismo año Noris García incorporó en la revista Punto 62, una pequeña “Guia Arquitectónica” de los edificios construidos por el MOP entre 1874 y 1910, con 83 obras.
Por otro lado, para el 2005, por interés personal, junto a Federico Vegas ya habíamos realizado la maqueta de un posible libro, que recorría la historia de la ciudad a través de sus planos, con la idea de mostrarlo a patrocinantes interesados, que no corrió con suerte.

Entretanto, el arquitecto Pedro García del Barrio, quien coordinaba el exitoso programa de colaboración internacional con otras administraciones y entidades públicas impulsado desde por la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía (que para entonces ya mostraba como resultado la publicación de hasta 31 guías de ciudades), había iniciado contactos en Caracas desde el 2005 para ofrecer a los entes gubernamentales apoyo institucional, financiero y la vasta experiencia acumulada por la Junta para hacer la única guía de Suramérica que faltaba en la colección: la guía de Caracas. García del Barrio ante la indiferencia mostrada y la falta de apoyo oficial reorientó la mirada hacia la academia logrando concretar el año 2010, la suscripción de un contrato para realizar la Guía en el Instituto de Urbanismo de la FAU UCV donde los firmantes eran María Isabel Peña, Federico Vegas y William Niño, quien ya tenía en mente hacer un libro, y había recopilado en una carpeta un inventario de obras que a su juicio determinaban la historia, fisonomía y carácter de la capital, inventario que se logró rescatar después de su muerte en 2010. Sin embargo, el proyecto prosiguió con más ánimo que nunca y por pura casualidad fui incorporado al equipo. Recuerdo que, en la primera reunión, María Isabel, Federico y yo empezamos estructurar la ciudad.

A partir de allí, la guía cobró forma. La lista de edificios realizada por William solo llegaba hasta el año 1980 y muchas de las obras habían sido demolidas por lo que quedaba un mundo por explorar hasta el 2010. La catalogación inicial generó una lista de más de 500 obras, entre arquitectura y espacio públicos. Una vez resuelta la curaduría final que alcanzó las 364, comenzaba la tarea titánica de formar grupos de colaboradores para registrar los catastros municipales, contactar a los autores, revisar libros y revistas, y consultar por la web para obtener toda la información posible sobre cada obra. Afortunadamente en muchos casos la difusión de estas obras se había reflejado en las revistas Punto, Espacio y Forma, Revista SVA, Revista CAV, Publicaciones de las Bienales de Arquitectura, Gacetas del Distrito Federal, Boletín del CIHE, Revista A, hombre y expresión Revista Integral, y Entrerayas, entre muchas. En otros casos las distintas monografías sobre arquitectos coordinadas por Niño fueron claves, así como trabajos de investigación de corte académico.

Se conformaron grupos de trabajo para la fotografía, el redibujo de planos y la investigación documental. Mas de 60 personas, todas ellas movidas por un entusiasmo admirable para materializar un proyecto colectivo. En el caso de los textos, el criterio fue seleccionar un grupo amplio de académicos y arquitectos, y plantearles la idea de que escribieran una cuartilla sobre sus obras favoritas. Nada mejor que escribir sobre aquello que conoces y que te gusta.
Para el diseño gráfico del libro se realizó un pequeño concurso interno convocando a tres oficinas de diseño de muy alto nivel. El resultado favorable recayó sobre ABV Taller de Diseño, Carolina Arnal, Waleska Belisario y Daniela Alcalá, quienes se dieron a la tarea de redibujar el plano de Caracas que acompañaría la guía, y proponer un diseño hermoso, legible, coherente y estructurado para comprenderla. El libro bilingüe, impreso en China, de 624 páginas y formato de 13 x 26 cms., llegaría a Caracas por valija diplomática en septiembre del 2015. Finalmente, en octubre de 2015, se presentaría la publicación en la Embajada de España, en Caracas.


La guía que produjimos muestra en su primera parte (titulada “Historia de Caracas a través de sus planos») la evolución urbana de Caracas, según el análisis cronológico de sus planos históricos evidenciando la importancia de la representación. Ello determinó su división en las 10 zonas que conforman la segunda parte, reflejo de como la ciudad fue creciendo y apropiándose del valle. De esta forma también dentro del contexto de caos urbano actual, se confirma que la ciudad sí tuvo unas reglas de crecimiento, que en muchos casos fueron disímiles, opuestas, azarosas, y predeterminaron una ciudad sin forma. Es un relato si se quiere, del abandono de la historia, donde se evidencian las operaciones urbanas y arquitectónicas que propiciaron el progresivo abandono del damero fundacional, y donde también es posible visualizar las transformaciones tipológicas, urbanas y estilísticas que se han producido desde la construcción de la Catedral de Caracas hasta edificaciones contemporáneas.






La segunda parte, corazón de la publicación, congrega en 10 zonas las principales obras arquitectónicas y espacios públicos. Cada una está llena de referencias escritas y visuales logradas a través de fotografías que nos van escoltando a través de cambiantes edificaciones y envolturas urbanas que nos acompañan, consciente o inconscientemente, en la memoria individual del lector sobre la ciudad de Caracas. Es aquí donde se encuentran las 364 fichas que recogen lo más representativo de la arquitectura patrimonial y moderna de la ciudad. Para reforzar la memoria, intentamos contrastar con imágenes el estado actual de la arquitectura y las de su mejor momento, para señalar de forma crítica su valor en el contexto de la ciudad y poner en evidencia su deterioro con el ánimo de remover la conciencia de los actores responsables de su cuido y preservación. De forma nostálgica, incluir fotografías históricas también aspira mostrar esa voluntad de progreso que una vez tuvimos, como referente para lo que podría volver a ser esta ciudad en el futuro.



Pero quizás lo novedoso, es que la Guía nos muestra en su tercer capítulo titulado “Caracas a futuro: miradas sobre la ciudad”, su capacidad de convertirse (valga la redundancia) en verdadera “guía” de la ciudad. Allí se muestran imágenes de proyectos en curso para la ciudad y opiniones de diversos actores, se plantean los problemas, amenazas y oportunidades de la capital. Surgen temas medulares como la “gobernabilidad”, la importancia de la capitalidad o la necesidad de canalizar la ciudadanía desde el poder. A su vez se tratan temas como el respeto al monumento, el rescate de los espacios públicos y la necesidad de que la arquitectura sea de calidad y realice aportes a la ciudad.
Muchos de estos conceptos que en cualquier otra sociedad resultan más que obvios, en un contexto como el de Caracas son hoy más que nunca necesarios de recordar. También se promueven ideas sugerentes, y se evidencian sus oportunidades: la construcción de una red de parques lineales a lo largo del Guaire y de las quebradas con el objeto de recobrar las fuentes de agua que bajan del Ávila entre Catia y Petare; imaginar que en vez de transitar en carro, podemos caminar sin accidentes, o movernos con un sistemas de transporte alternativos y sostenibles; desarrollar un transporte público eficiente que nos permita gestionar perfectamente nuestro tiempo; que dentro de unos años, los barrios, gracias a las acciones y políticas adecuadas, puedan llegar a ser lugares deseados para vivir, por sus vistas sobre el valle, porque estarán rehabilitados y porque sus problemas actuales se habrán resuelto. Que podemos, con solo un boleto de metro, transitar del valle al mar a través del Ávila, tal como se planteó los años 50 del siglo XX con la construcción del sistema teleférico, y que la Carlota puede llegar a ser un gran espacio urbano para los ciudadanos. Todo ello les daría gran felicidad a los caraqueños.


Resulta útil entonces mirar a Caracas a través de esta guía, que diez años después, se mantiene como una herramienta que muestra un relato de un proceso, abierto, dinámico, complejo, donde Caracas se mueve, se redefine, y que condensa una forma de relectura, útil a propios y visitantes, que valora el pasado, evidencia el presente y delinea su futuro. A partir de la lectura de su pasado, su presente y su futuro aspiramos a lograr que los ciudadanos, arquitectos, urbanistas y gobernantes la tomen como referencia y usen su plano para pasearse por ella y redescubrirla. Si logramos que algún gobernante o legislador use la guía para poder entender a Caracas un poco más, seguramente podrá delinear, emprender o implementar tácticas urbanas útiles a las transformaciones profundas que la ciudad necesita. Entonces nos sentiremos satisfechos de nuestra labor al habernos acercado con éxito al ciudadano y al gobernante para mostrarle su ciudad.
Esperamos que la guía haya cumplido con el objetivo hacer sentir a quien la lea el orgullo de pertenecer a su ciudad, y de ofrecerle los nombres de aquellos arquitectos y profesionales que la han materializado como una urbe compleja, heterogénea e inmersa en un potente marco geográfico y paisajístico.
Nota complementaria 1

Dos años después de su lanzamiento, con el apoyo de Econoinvest, la guía pasaría a formato web (www.guiaccs.com), plataforma que hoy en día se mantiene activa gracias al esfuerzo económico de los autores y el financiamiento del Archivo de Fotografía Urbana. Este importante paso busca aun convertirse en vehículo para seguirla impulsando, actualizando y hacerla crecer incorporando edificios que se considere hayan quedado por fuera de la versión en papel o que, construidos después del año 2010, merezca la pena incorporar.
Nota complementaria 2



El año 2017, dentro de la serie Architectural Guide publicada por DOM publishers (Berlín), apareció Architectural Guide. Caracas, un tomo simplificado y más compacto (272 páginas) de Caracas del valle al mar…, preparado por Iván González Viso y José Rosas Vera, dirigido fundamentalmente al público anglosajón y redactado totalmente en inglés. La utilización como base de la estructura de la guía caraqueña y de buena parte del material original (reelaborando y simplificando los textos y complementando las fotografías con la aparición de nuevas tomas), lo convierten en un subproducto más ligero y de fácil lectura resuelto bajo otro concepto de diagramación. Todo ello obliga a señalarlo como un derivado de importancia con otras aspiraciones y alcance el cual ha logrado su objetivo divulgativo hasta el punto de que ya cuenta con una edición revisada impresa el año 2019.
Nota complementaria 3


Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, como ya se mencionó, formó parte del programa de colaboración internacional con otras administraciones y entidades públicas impulsado por la Junta de Andalucía que dio origen a un total de hasta 33 publicaciones (guías y planos guías) para Latinoamérica y Marruecos, siendo la primera la Guía arquitectónica y urbanística de Montevideo (1992) y la última la Guía de arquitectura y paisaje de El Caribe colombiano (2017). De entre ellas Caracas del valle al mar… ha sido, por tanto, la penúltima guía publicada dando la impresión de que el programa se encuentra en estos momentos detenido.
Para los interesados en acceder y descargar la totalidad de estos importantes documentos existe el portal
Procedencia de las imágenes
Encabezado, 1, 2, 6, 7, 8 y 18. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.
3. MoMA (https://www.moma.org/calendar/exhibitions/1456?)
4, 9, 10, 11, 12, 13, 14 y 15. Iván González Viso, María Isabel Peña y Federico Vegas. Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje. 2015
16. Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (https://guiaccs.com/)
17. ArchDaily (https://www.archdaily.cl/cl/876338/architectural-guide-caracas-ivan-gonzalez-viso-plus-jose-rosas-vera)
















