La Torre Cápsula Nakagin será desmantelada (y regenerada en forma de unidades modulares de alojamiento)
Escrito por Dima Stouhi
Traducido por Fabian Dejtiar
12 de julio de 2021
Tomado de Plataforma Arquitectura
Después de las continuas incertidumbres sobre el futuro del edificio Nakagin Capsule Tower, Kisho Kurokawa Architects y Urban Design Office Chiyoda-ku han decidido desmantelarlo y regenerar sus cápsulas como unidades modulares para alojamiento e instalaciones de museos. El plan de regeneración sigue el concepto inicial del Movimiento Metabolista, reconfigurando los elementos en lugar de su demolición completa.
Todas las cápsulas se renovarán a su forma inicial mediante crowdfunding. Algunas de las cápsulas se retirarán y se donarán a museos, mientras que el resto se «reutilizarán» como alojamiento. Después de muchas solicitudes de transferir las cápsulas al extranjero a museos como el Centro Pompidou en París, los arquitectos decidieron exhibir las cápsulas en museos de todo el mundo para que muchas personas puedan experimentar su diseño único. Una cápsula de habitación modelo se exhibe actualmente en el Museo de Arte Moderno de Saitama, diseñada por Kisho Kurokawa.
Desde 2018, el edificio ha estado funcionando como una instalación de «Cápsulas Mensuales», lo que permitía a las personas permanecer en la torre como alojamiento de prueba durante un mes. En casi dos años y medio, las cápsulas han sido utilizadas por más de 200 personas con comentarios positivos, lo que convenció al equipo de arquitectos de desarrollar «cápsulas de alojamiento» a nivel nacional. El crowdfunding ya comenzó en el sitio de Motion Gallery desde el 2 de julio para financiar las reparaciones de las cápsulas que se donan a los museos.
Construida en 1972, la Torre Nakagin fue el primer proyecto de arquitectura de cápsulas diseñado en torno a la visión de una arquitectura adaptable y dinámica, donde los módulos se pueden conectar al núcleo central, reemplazar o intercambiar. Las cápsulas fueron diseñadas para albergar a empresarios viajeros que trabajaban en el centro de Tokio; por tanto, cada unidad de 4×2,5 metros contiene las comodidades necesarias para alojar a una persona. Todas las características y accesorios fueron fabricados y preensamblados en fábrica.
La Torre Cápsula Nakagin en Tokio podría ser demolida
Por: Andrea Cutieru
16 de mayo 2021
Tomado de Plataforma Arquitectura
Uno de los ejemplos icónicos de la Arquitectura Metabolista podría estar encaminada a la demolición. Se trata de la Torre Cápsula Nakagin de Kisho Kurokawa, ya que según informó Japan Forward, la asociación responsable de su gestión vendió el edificio a principios de este año. La demolición de la Torre ha sido intensamente especulada en los últimos años debido al precario estado de la estructura y la incompatibilidad con los estándares sísmicos actuales.
Una propuesta audaz de crecimiento orgánico y extrema flexibilidad, la Torre Nagakin enfrenta un momento de incertidumbre, a pesar de su reconocimiento internacional y de ocupar un lugar prestigioso en la historia de la arquitectura moderna. Hasta el momento no se ha hecho ningún anuncio oficial sobre la posible demolición, sin embargo, el resultado parece inevitable, ya que a lo largo de los años, las iniciativas de preservación no han logrado llevar a cabo acciones concretas contra el envejecimiento de la estructura, y la falta de mantenimiento ha provocado daños irreversibles en las tuberías de agua y alcantarillado. También vale la pena señalar que, aunque el proyecto se diseñó específicamente para permitir el reemplazo de las cápsulas, la función no se ha explorado.
Construida en 1972, la Torre Nakagin es uno de los primeros proyectos arquitectónicos registrados basados en cápsulas, concebido a partir de la idea de una arquitectura adaptable, dinámica y en constante cambio, donde los módulos se pueden conectar al núcleo central. Las cápsulas fueron diseñadas para una audiencia joven que trabaja en el centro de Tokio, por lo que cada unidad de 10 metros cuadrados contiene lo que se necesita para acomodar a una sola persona. Todas las características y accesorios fueron prefabricados y traídos al lugar de trabajo para ser ensamblados.
El Movimiento Metabolista tomó forma en la década de 1960 en Japón, en torno a ideas de entornos urbanos flexibles y transformables. Nociones como el crecimiento orgánico y la impermanencia fueron fundamentales para el movimiento arquitectónico, junto con una afinidad por los avances tecnológicos.
Venezuela se presentó en la Exposición Universal de Aichi 2005, Japón, compartiendo con Bolivia, Ecuador y Perú (con la notable ausencia de Colombia) el que fue denominado como “Pabellón Andino Amazónico”, impulsado desde la Secretaría General de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el cual se ubicaría en una de las 12 áreas integrantes del recinto expositivo denominada Global Common 2 (Comunidad Global 2) destinada a los pabellones de América. La Feria, inaugurada el 25 de marzo de aquel año, estuvo abierta a lo largo de 185 días siendo clausurada el 25 de septiembre. Participaron de manera oficial 121 países y cuatro organizaciones internacionales, agrupados en 69 pabellones divididos en cuatro categorías. La visitaron más de 22 millones de personas, tuvo un costo de tres mil trescientos millones de dólares y asumió como lema “La sabiduría de la naturaleza” y como sublemas: “La matriz de la naturaleza”, “El arte de la vida” y “Desarrollo de Eco-Comunidades.
1. Logo oficial, mascotas y plano de conjunto de la Exposición Universal de Aichi 2005, Japón2. Expo 2005 con los Pabellones Corporativos en el fondo
De la página de Wikipedia dedicada a la Expo Aichi 2005 se recoge lo siguiente: “El recinto de la exposición se situó en un área forestal de la ciudad de Nagakute, al este de Nagoya, con una extensión de 1,85 km². Un pequeño sector de 0,15 km² cerca de Seto formó también parte de la Expo. La ciudad de Toyota también acogió algunos eventos, pero sin un área de exhibición propia.
El acceso al área de Nagakute se realizaba desde Nagoya por metro (línea Hagashima) a la última parada en Fujigaoka, seguido por un recorrido en el LINIMO, un tren de levitación magnética construido para la ocasión.”
Allí los visitantes pudieron experimentar tecnologías de punta relacionadas con la energía, las imágenes animadas y los robots, así como nuevas estructuras sociales y modos de vida. Ello le permitió a Expo Aichi 2005 tener un peculiar carácter diferenciándose de exposiciones anteriores.
En las palabras de clausura, el Sr. Soichiro Toyoda, Presidente del Comité Organizador de la Expo declaró: «La reunión y los intercambios entre personas llegadas del mundo entero también han permitido que nos demos cuenta de la importancia de comprender y tolerar culturas y valores diferentes a los nuestros. Pienso que cada visitante -a su manera- se ha visto incitado a reflexionar sobre la vida en el siglo XXI, y los jóvenes visitantes – que serán los líderes del mañana – también han podido adoptar nuevos sueños y esperanzas, y preguntarse lo que les reserva el porvenir.»
3. Dos vistas exteriores del Pabellón Andino Amazónico en Aichi
El proyecto del Pabellón Andino Amazónico, asumido por Venezuela, fue el resultado de una intervención sobre una estructura existente (un galpón prefabricado) que estuvo a cargo del arquitecto Francisco Bielsa a quien se le pidió “encerrar en una edificación el alma de la selva amazónica y la magia de la región andina”, como se recoge en la nota aparecida en la revista Tecnología y Construcción -TyC- (III 2005). Allí Bielsa también señalaba: “…era necesario que la individualidad de Venezuela se doblegara para adecuarse a la identidad de los otros tres países” por lo que el problema del pabellón desde el punto de vista arquitectónico era crear un único símbolo que representara a todas las naciones involucradas: “En un principio -dirá Bielsa- pensamos en llenar el edificio con bromelias, pero estas plantas no tienen una fuerza universal en los cuatro países, así que decidimos utilizar el agua, que es un elemento muy común”. Fue entonces que optaron por “ocultar” la frialdad que encierra un galpón metálico prefabricado con una bruma del vital líquido.
La nota de TyC continúa exponiendo que “La idea se cristalizó en una cortina de agua que genera un bloqueo visual del soporte físico del pabellón: ‘Crea -según Bielsa- el efecto de una pantalla de vidrio que permite transparencia, no total porque deja ver que hay algo detrás que no se llega a distinguir a plenitud’. La intención de este efecto es despertar la curiosidad del visitante y conminarlo a que entre sin titubeos al recinto Andino Amazónico”. Definitivamente la sensación de misterio que creó la brumosa cortina que generaba la incorporación del agua en la envolvente se constituyó en todo un acierto.
4. Dos tomas de la ambientación del espacio interior del Pabellón Andino Amazónico en Aichi
En el interior, de 1.296 m2, tras el tema presentado: la rica biodiversidad de este enorme bioma compartido entre Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela (entre los 12 países más ricos en biodiversidad del mundo), que trasciende fronteras, y tiene en las montañas andinas y el río Amazonas un espacio común, el visitante era conducido teatralmente a lo largo de una rampa que iba mostrando imágenes y objetos de paisajes sudamericanos, dramáticamente acentuada por una serie de paneles metálicos que se plegaban sobre la circulación. El recorrido culminaba en un vistoso y multinacional restaurante.
5. Proyecto de diseño de los dispositivos de museografía del pabellón
El proyecto expositivo del pabellón fue comisariado inicialmente y durante dos años por Sergio Antillano contando con el aporte en el diseño interior de Ignacio Urbina Polo y de un numeroso equipo de trabajo. Desavenencias con personeros del gobierno nacional produjeron la destitución de Antillano con todo su equipo lo cual ocasionó un retraso de 51 días en la entrega, ocupación final e inauguración del edificio, afectando a los otros tres países que lo ocuparían. Sin embargo, superados los inconvenientes, y actuando el nuevo comisario con base al trabajo ya planeado, la asistencia del público a partir de la apertura superó todas las expectativas ingresando diariamente entre 16 mil y 26 mil personas. Su tránsito fue fluido, ya que se privilegiaron los medios audiovisuales para facilitar la comprensión y evitar filas de gente leyendo textos.
6. Portada y página de inicio de la presentación del Pabellón Andino Amazónico en Dos pabellones sudamericanos en las Ferias Mundiales de Asia (2005-2010) de Katherine Fernández, Exequiel Klopman, Jaime Rodríguez y Sonia Vélez7. Danzas folklóricas bolivianas como parte de los eventos que se desarrollaron en el pabellón durante la feria.
De la publicación Dos pabellones sudamericanos en las Ferias Mundiales de Asia (2005-2010) de Katherine Fernández, Exequiel Klopman, Jaime Rodríguez y Sonia Vélez, producto del Seminario “Comunicar las Exposiciones Universales”, Fundación Walter Benjamin, 2011, accesible en https://issuu.com/exeklopman/docs/expos, extraemos que “para los países del Pabellón de los Andes, figurar en esta Expo se sumó a un próspero momento económico. 2005 significó para la CAN un aumento en los precios de los productos básicos, especialmente el petróleo, destacándose la producción venezolana, que elevó el promedio de intercambio de la región a un 81.6% superando los altos promedios de los años ’90 en el comercio andino. (…) Y fue precisamente Venezuela el gran impulsor del Pabellón Andino Amazónico, su aporte de ocho millones de dólares en relación a los presupuestos de los otros tres países, que no superaron el millón cada uno, le permitió desplegar una arquitectura y un concepto tan diferenciador que le mereció varios reconocimientos dentro de la Expo: premio oro a la Sabiduría de la Naturaleza en la categoría de pabellón común de región, premio al pabellón más visitado (con más de dos millones y medio de visitantes) y mejor documental sobre el día nacional (día de Venezuela).”
En otro punto, la misma publicación acota lo siguiente: “La muestra tuvo básicamente un carácter reflexivo: este fue quizá el máximo valor de la propuesta andina amazónica. Hubo una preocupación por interpelar al espectador y hacerlo consciente de su impacto negativo en el medio ambiente. La desmedida tala y quema de madera, o la sobreexplotación de los recursos marinos, al igual que otras catástrofes ambientales, fueron abordadas según la problemática específica de cada país. En el fondo, lo que trataba de explicarse era un sistema económico que explota a la naturaleza y al hombre por igual.”
Sin duda lo acontecido en Aichi trajo muy buenos réditos a la propaganda desarrollada por la revolución bolivariana por la calidad de las instalaciones que contenía y las impactantes gigantografías que junto a una pantalla cilíndrica de 7 metros de alto y 180 grados de cobertura se dedicaban a mostrar destrucciones ecológicas e injusticias sociales. Si a ello sumamos la serie de eventos que remarcaban la tradición y la cultura popular de cada nación (presentaciones musicales en vivo, shows de megadiversidad cultural, bailes folclóricos o desfiles de alta costura con estilos tradicionales) y las exposiciones de artistas importantes a nivel de la macro-región, el éxito alcanzado a los ojos del visitante fue mayúsculo.
Sólo cabría preguntarse si lo que en nuestro país ha terminado aconteciendo con el “arco minero” o la contaminación creciente de muchos santuarios naturales no encierra una enorme contradicción con un mensaje reflexivo como el que en Japón se trató de transmitir, asociado a las maneras como puede llevarse adelante un desarrollo sostenible y darse un necesario entrecruzamiento de las relaciones entre el hombre y su medio ambiente. En resumen: doble discurso y doble moral.
El Serpentine Pavilion diseñado por Junya Ishigami toma forma en Londres
Por Eric Baldwin
Traducido por Nicolás Valencia
18 de junio 2019
Tomado de Plataforma arquitectura
El Serpentine Pavilion 2019 diseñado por el arquitecto japonés Junya Ishigami está tomando forma en Londres. Una serie de fotografías tomadas por Laurian Ghinitoiu revela la cubierta flotante del proyecto, una lámina de pizarra que se eleva desde el suelo, sostenido por pilares que lo convierten en un refugio.
Junya Ishigami explicó que su diseño materializa su filosofía del «espacio libre» con el cual busca una armonía entre estructuras artificiales y naturales. Al respecto, Ishigami explicó:
“Mi diseño para el pabellón juega con nuestra perspectiva del entorno construido sobre un fondo del paisaje natural, enfatizando una sensación natural y orgánica como si hubiera crecido fuera del césped, asemejándose a una colina hecha de rocas”.
El programa del Serpentine Pavilion fue fundado en 2000 por Julia Peyton Jones y Han Ulrich Obrist para darle una oportunidad en el Reino Unido a arquitectos extranjeros de compartir su talento a una nueva e influyente audiencia. El encargo es reconocido por su intenso calendario: una vez elegidos, los arquitectos solo tienen seis meses para diseñar y construir su pabellón.
La presentación del pabellón deja atrás la controversia en torno a las pasantías sin pago en Junya Ishigami + Associates, por lo cual The Serpentine Gallery ordenó a la firma pagar a todos los empleados que trabajaron en el diseño del pabellón.
Las críticas a las condiciones laborales en la oficina japonesa se desataron tras un email publicado por The Architects’ Journal donde una persona candidata a trabajar en la oficina denunció que la pasantía era sin pago, en jornadas laborales de seis días y con horas extras. The Serpentine publicó un comunicado de prensa el pasado 27 de marzo aclarando que no permitiría que pasantes o personas en cargos sin sueldo formaran parte del equipo de diseño del Serpentine Pavilion 2019.
Ishigami es el 19° arquitecto en diseñar el Serpentine Pavilion, tras Frida Escobedo (2018), Francis Keré (2017), Bjarke Ingels (2016) y SelgasCano (2015).