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EL ACERVO EDITORIAL DE LA FAU UCV

Croquis.

Plan Rector. Ciudad Universitaria de Caracas

Gorka Dorronsoro

Ediciones Instituto de Urbanismo/Comisión de Estudios de Postgrado FAU UCV

2000

El Plan Rector de la Ciudad Universitaria de Caracas (CUC) -Premio de Diseño Urbano en la IX Bienal Nacional de Arquitectura (1998)-, realizado entre 1993 y 1999 por el Instituto  de Urbanismo de la FAU, luego de ser designado para tal fin por el entonces Rector de la UCV Dr. Simón Muñoz, estuvo coordinado por los arquitectos Juan Pedro Posani, Gorka Dorronsoro y Frank Marcano, siendo este último quien, además, asumió la dirección del trabajo y de un amplio equipo que se apoyó, en cuanto al diseño urbano, en Ángel Luis Yánez y Carlos García García, fungiendo de colaboradores Sebastián Monteagudo y Giancarlo Pesiri.

Bajo la premisa de que se estaba en presencia de un “organismo vivo” y de que la “restauración no puede ser tan sólo un acto puntual aislado, sino también y sobre todo un proceso ininterrumpido de conservación, cuya continuidad debe estar garantizada por un uso constante, cuidadoso y respetuoso, pero activo…” (tal y como se recoge del informe aparecido en el nº 69 de Arquitectura HOY del 16-7-1994), el Plan surgió de la necesidad de dotar a la Universidad Central de Venezuela de un instrumento que permitiera abordar de manera integral, articulada, clara y ordenada su recuperación y conservación en el tiempo, así como su mantenimiento y posible crecimiento, con miras a apoyar la condición de Monumento Histórico de su recinto que ya poseía. También cabe acotar que, pese a su valor, fue considerado sólo como un anexo indicativo de que existían estudios previos realizados, dentro del expediente de postulación de la Ciudad Universitaria ante la UNESCO con miras a su declaratoria como Patrimonio Mundial (hecho que aconteció el año 2000), ello en virtud de las discrepancias surgidas entre el equipo de investigadores que redactaron dicha postulación y los principios de “intervención, zonas y anteproyectos” propuestos por los coordinadores del Plan.

De los diferentes documentos que se produjeron para concretar esta herramienta orientadora y normativa, destacan aquellos de carácter técnico dirigidos a poner al día toda la información relacionada con la situación actual del objeto que se estaba estudiando, producto de un diagnóstico del estado de sus edificaciones (destacándose aquellas que poseen alto valor patrimonial), de sus espacios vacíos y de su funcionamiento. De aquí se derivó otra información escrita y gráfica tendiente a precisar actuaciones a favor de la recuperación de alteraciones de diversa índole que afectaran tanto los edificios proyectados por Carlos Raúl Villanueva como una serie de espacios descuidados u ocupados por construcciones provisionales, a detectar áreas con potencial de intervención y a atender todo lo correspondiente al tránsito vehicular con miras a priorizar la peatonalización del campus.

Por otro lado, se contó con la elaboración de una serie de propuestas de nuevas intervenciones registradas a través de un grupo de documentos e imágenes que permitirían canalizar su abordaje al momento de emprenderse los correspondientes proyectos involucrados. De este proceso de aproximación proyectual llevado adelante por el equipo coordinador y en particular por Gorka Dorronsoro se recopiló un rico material que dio lugar al libro que hoy nos ocupa.

La publicación está conformada por un “Prólogo” de Juan Pedro Posani, el valioso ensayo “El croquis como instrumento de diseño” de Frank Marcano Requena, los textos “Comentarios sobre el Plan Rector” y “Comentarios sobre los croquis” de Gorka Dorronsoro y, finalmente, la selección de croquis su elemento protagonista.

La aproximación al contenido de Croquis… puede hacerse de dos maneras: o bien siguiendo lo planteado por Marcano en su ensayo, y así obtener una visión panorámica y reflexiva del rol jugado por el boceto dentro del proceso de creación de una obra artística, arquitectónica o de diseño urbano; o bien a través de la “Guía” que Dorronsoro ofrece para recorrer y apreciar los dibujos escogidos.

Así, Marcano, quien divide su texto en tres partes: “El croquis, mecanismo de lo inefable”, “Croquis: monólogo del diseñador” y “Croquis y Plan Rector”, hace un recorrido histórico y se debate conceptualmente entre el valor que tiene este medio de expresión como parte del proceso de realización de una obra y su condición de elemento que cobra total autonomía cuando es considerado como pieza artística. Sin embargo, en un pasaje de su escrito se puede encontrar que “… los croquis pueden ser visualizados (también) como ayudas para establecer un orden en las imágenes de un diseñador ya que, de acuerdo con estudios realizados, el diseñador es propietario de un número de temas y preocupaciones que van más allá del tema específico del problema que quiere solucionar. Nos referimos al mundo interior del creador, que de acuerdo con su riqueza y conformación, propondrá respuestas prototípicas o temáticas. Esto nos lleva a tomar en cuenta el mundo de los fantasmas del creador y el mundo específico del problema a resolver”.

Con lo anterior en mente es que vale la pena aceptar la invitación que hace Dorronsoro para adentrarse en el libro proponiendo un recorrido imaginario que, siguiendo la ruta de algunas propuestas arquitectónicas de nueva planta hechas dentro del Plan Rector de la CUC, se inicia con lo planteado para el “Borde sur”, mostrándonos de inmediato “La entrada” desde las Tres Gracias, las ideas para el edificio de “Ingeniería Mecánica” (antesala de la universidad desde “La entrada”), para los “Edificios de aulas” (dos de ellos a ambos lados -este y oeste- de la “Plaza de la Biblioteca” y otro formando un patio con el “Instituto Anatómico”), para “La Plaza de la Biblioteca” en cuyo interior estaría el “edificio de Servicios de Extensión”, la nueva visión  del “Conjunto” de la CUC” con la incorporación de lo anteriormente propuesto, el edificio para la “Escuela de Arte” y el que albergaría los “Institutos de la Facultad de Arquitectura” al este de dicha entidad. El libro, en resumen, ofrece variadas lecturas acerca de la capacidad manifiesta para lograr expresar las ideas, cultura y fuero interno de un talentoso arquitecto y estupendo fotógrafo, nacido en 1939, cercano colaborador durante 11 años de Villanueva en la CUC, egresado de la FAU UCV en 1963, Premio Nacional de Arquitectura (2008) y que nos dejó en abril de 2017 a la edad de 77 años.

ACA

LA NOTICIA DE LA SEMANA

50 años de la creación del Instituto de Urbanismo de la FAU UCV.

Desde su fundación en 1953, la Facultad de Arquitectura de la UCV contó como parte de su nombre propio con el calificativo “y de Urbanismo”, situación que más allá de permitir especular acerca de la necesaria complementariedad existente entre ambas disciplinas y la aportación de la segunda en la formación de arquitectos, no terminaba de encontrar un claro reconocimiento dentro de su estructura organizativa.

Descartada prácticamente de inicio la creación de una escuela dedicada a graduar urbanistas que acompañase a la de arquitectura, empezó a cobrar fuerza, en virtud de la complejidad e interdisciplinariedad que caracteriza al fenómeno urbano, la idea de darle forma a una entidad que se dedicara a la investigación, la extensión y la formación de cuarto nivel en ese vasto territorio disciplinar. La figura de Instituto resultó ser la más idónea entre las contempladas en la estructura universitaria dando pie para que finalmente el segundo apellido de la Facultad quedase debidamente completado catorce años después.

Así, el Instituto de Urbanismo (IU), pasa a ser el primero que se crea en la FAU UCV. Inició sus actividades en noviembre de 1967 como resultado de los esfuerzos desarrollados por el profesor Omer Lares, quien para ese entonces dirigía el Centro de Estudios Urbanos, contando con el apoyo irrestricto del decano Víctor Fossi. Designado Lares como su primer director, el Instituto inaugura sus actividades centrando su atención en la estructuración de un curso de Planificación Urbana y dándole continuidad a una investigación que ya se adelantaba desde 1966 en el Centro, el Estudio de Caracas (publicada finalmente en 1990, ver Contacto FAC 18 del 12-03-2017), a cargo de Alberto Morales Tucker, Marta Vallmitjana y Rafael Valery. A ellos se sumará como parte del equipo seminal Carmelita Brandt. Funcionó el IU inicialmente en el espacio actualmente ocupado por la biblioteca en la planta baja de la sala de exposiciones de la Facultad. Luego se instalaría en una parte y posteriormente en todo el piso 4.

Los años iniciales en que le correspondió operar al Instituto estuvieron signados por la tensa situación que se vivía en la Escuela de Arquitectura en particular, embarcada en el proceso de Renovación académica, y en la universidad en general, la cual sin duda salpicó su funcionamiento, impactó el enfoque con que se creó y generó no pocas discrepancias entre los líderes de dicho proceso de transformación y las autoridades del recién creado centro de investigación, que decidió trasladarse temporalmente al Ateneo de Caracas mientras duró la “agitación”. Paralelamente, se daban los primeros pasos para la creación de la Carrera de Urbanismo en la Universidad Simón Bolívar, la cual se gestó y nutrió de buena parte del cuerpo profesoral del joven IU quienes, culminada la Renovación, encontraron mejor acomodo ideológico y menor conflictividad para el desarrollo de sus planes académicos en los predios de Sartenejas.

Marta Vallmitjana, nombrada a la postre en dos ocasiones como su directora, señala en “El Instituto de Urbanismo: una reconstrucción de los últimos 30 años”, texto que encabeza el folleto conmemorativo del aniversario nº 30 de la entidad (1997) lo siguiente: “En los años de la ‘Renovación’ (1970), el ambiente es propicio para la revisión de la pertinencia de la base gnoseológica que orientaba la formación del arquitecto y el urbanista. El Instituto no escapa de ese fervor por cuestionar la tradición y emprender la búsqueda de nuevos caminos” .

Entre el éxodo señalado y “la incorporación de un grupo de nueve profesores que venían de culminar cursos de postgrado en Inglaterra, se inicia un período donde la investigación pasa a tener un papel importante” y se conforma el núcleo humano que a lo largo del tiempo le dará al Instituto un importante vuelco y la fortaleza que durante años ha demostrado tener. Así, en 1970 entran a formar parte de su planta profesoral: Mélida Brewer, Alberto Feo, Rafael González A., Gonzalo Lander, Raúl Herrera, Hugo Manzanilla, Luis Carlos Palacios, Julio Riquezes y Marta Vallmitjana, a quien en 1970 se le había rescindido el contrato que la ataba a la institución. Más adelante se incorporarán, entre otros, Marco Negrón, Marta Abeucci, John Foley, Irene Niculescu, Frank Marcano, Tomás de la Barra, Ana Semeco, Tani Neuberger y María Isabel Peña en un proceso que permitió permanentemente intercambiar recursos con la Escuela de Arquitectura.

Para completar un perfil ilustrativo de su importante andadura, pasan a ser datos significativos (no exhaustivos) a ser tomados en cuenta dentro de una cronología del IU los siguientes:

1969: en medio de la convulsa situación que atraviesa la UCV el IU abre por primera vez la Maestría en Planificación Urbana, primer curso de postgrado a ese nivel que se realiza en la Facultad.

1971: Omar Hernández pasa a ser el segundo director del IU.

1973: El IU es distinguido con el Premio Nacional de Urbanismo otorgado en la V Bienal Nacional de Arquitectura.

1975: Marta Vallmitjana es designada como directora de IU.

1978: Se asume a partir de su VI edición la sede de la Maestría en Planificación del Transporte tomando el testigo dejado por la Universidad de Los Andes.

1980: Siendo director desde ese año Luis Carlos Palacios, aparece en nº1 de la revista Urbana.

1981: Se abre por primera vez la Maestría en Planificación Física y Diseño Urbano.

1984: Se crea INSURBECA empresa universitaria adscrita al IU.

1985: Es designado director el profesor Hugo Manzanilla.

1985: El IU abre la primera cohorte  del Doctorado en Ciencias, mención Urbanismo, primer curso de este tipo que se dicta en la FAU. En 1995 egresa el primer doctor y en

2004 cambia su denominación por Doctorado en Urbanismo.

1986: Se concluye el Plan Maestro de la Zona Rental Plaza Venezuela.

1987: Se lleva a cabo una reestructuración general de los cursos de postgrado dictados por el IU y se revisan los contenidos de todas las maestrías incorporándose la Especialización en Planificación del Transporte. Se racionalizan los recursos sobre la base de asignaturas comunes a los distintos programas.

1991: Se publica el libro El Plan Rotival. La Caracas que no fue. 1939/1989. Un plan urbano para Caracas el cual obtiene en 1992 la Primera Mención en la VIII Bienal Panamericana de Arquitectura realizada en Quito, Ecuador.

1992: Frank Marcano es designado director del IU.

1994: Se concluye la realización del Plan Rector de la Ciudad Universitaria de Caracas.

1996: Urbana recibe Mención de Honor en la X Bienal Panamericana de Arquitectura realizada en Quito, Ecuador.

1996: El IU concluye el Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL) del Municipio Libertador.

1997: Marta Vallmitjana asume de nuevo la dirección del IU.

1998: El Plan Rector de la Ciudad Universitaria de Caracas obtiene el Premio de Diseño Urbano en la IX Bienal Nacional de Arquitectura.

1999: La Maestría en Planificación Física y Diseño Urbano se transforma en Maestría en Diseño Urbano y se abre la Especialización en esa área con dos menciones cada una: Diseño y Gestión. La Maestría en Planificación Urbana, Mención Estructura y Economía Urbana se transforma en Maestría en Economía Urbana.

2001: El IU realiza sus primeras jornadas formales de investigación.

2002: Aparece el libro José Miguel Galia. Arquitecto.

2003: Tani Neuberger es designada directora del IU.

2006: María Isabel Peña asume la dirección del IU.

2011-2015: Se asume la coordinación académica de la elaboración de Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje.

2016: Yelitza Mendoza es designada directora del IU.

Si bien se podría afirmar que el IU vivió una etapa dorada a lo largo de las décadas de los 80 y 90 del siglo XX, en las que las actividades investigativa y de extensión, con el apoyo de la firma de importantes convenios de cooperación, arrojó la realización de más de 170 proyectos en los que se vio involucrada de manera determinante INSURBECA, y que si bien a partir del año 2000 la última actividad empieza a decaer abruptamente cobrando visos dramáticos a partir de 2005, el IU ha mantenido en alto el espíritu con el que fue creado y mantenido activos la casi totalidad de sus áreas de investigación y postgrado. Sin embargo, la disminución en la capacidad productiva de su empresa ha repercutido, junto a la crisis que atraviesan el país y la universidad, en una importante descapitalización de su planta académica y en la obsolescencia de los equipos de apoyo a sus diversas actividades.

Dentro de este panorama se celebró el pasado miércoles 15 de noviembre en los espacios del piso 1 (Postgrado) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV una intensa e interesante jornada que tuvo justamente como objetivo el conmemorar el 50 aniversario del IU.

El acto, denominado “Haciendo ciudad”, organizado por un equipo conformado por profesores y empleados del Instituto teniendo a su directora actual Yelitza Mendoza a la cabeza, se inició con un conversatorio para el que fueron invitados todos sus ex directores. Luego se dio paso a una serie de exposiciones breves realizadas en el transcurso de la mañana donde se tocaron una serie de temas de enorme vigencia a cargo de personas vinculadas a la entidad o invitadas especialmente para cada caso: Resiliencia (Zulma Bolívar), Cambio de mirada en el transporte urbano (Tomás de La Barra), Accesibilidad universal (Ariana Tarhan), Vulnerabilidad (Jesús Delgado), CCS city 450 (María Isabel Peña), Trazando espacios: diseño participativo (Ana Cristina Vargas), Caracas en 450 (Mirelis Morales), Haciendo ciudad desde la identidad visual (Manuel Lara) y Peatonalidad caraqueña (José “Cheo” Carvajal).

Después de almuerzo, se realizó un recorrido interno en la Ciudad Universitaria que contó con María Isabel Peña y Carolina Bencomo como anfitrionas. Al llegar a sus 50 años el IU, mantiene su vocación de investigar y hacer docencia a nivel de postgrado, a lo que se suma la experiencia cumulada y el empuje de un grupo al que le corresponde asumir el necesario relevo generacional en medio de las dificultades. Desde aquí les damos nuestras más sinceras felicitaciones, nuestras palabras de estímulo y le deseamos a la entidad una larga vida.

ACA

EL ACERVO EDITORIAL DE LA FAU UCV

JOSÉ MIGUEL GALIA. Arquitecto

Alberto Sato

Ediciones del Instituto de Urbanismo. FAU. UCV

Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico. UCV

Comisión de Estudios de Postgrado. FAU. UCV

2002

Dentro de la historiografía venezolana no es frecuente toparse con estudios monográficos que den cuenta de la vida, trayectoria y pensamiento de los más importantes arquitectos que han dejado su impronta en el país. Más extraño aún es el conseguir publicaciones que las recojan de forma sistemática apelándose a un orden que, sin dejar de ser cronológico, apueste al sentido crítico derivado de los grandes temas que pueden resumir los intereses vitales del personaje tratado. La construcción de la historia de nuestros arquitectos se encuentra, por lo general, dispersa en artículos de prensa, breves ensayos aparecidos en revistas de carácter comercial, catálogos de montajes museísticos, investigaciones de talante académico o, en el peor de los casos, cuando se conservan, en archivos a la espera de ser abordados con orden y criterio a sabiendas que muchos de ellos han sido desmantelados o se encuentran sumidos en el más absoluto abandono.

Es por ello que resultó ser excepcional dentro de la producción editorial venezolana la aparición en 2002 de un libro dedicado a la figura de uno de los profesionales de mayor significación en la arquitectura moderna del país (José Miguel Galia -1919-2009-), cuya excepcionalidad consistió en poner en marcha un proyecto que reunió las condiciones ideales para llegar a feliz término: contar con la vitalidad, el interés y apoyo incondicional del protagonista de la historia, tener acceso a un archivo bien conservado que además de orden requería ser visitado con ojo crítico, disponer de una bibliografía dispersa que ofrecía pinceladas y opiniones sobre la vida y obra del personaje, pero sobre todo el haber podido mostrarse previamente el ordenamiento de los materiales del archivo y una valiosa aproximación a la obra en una relevante exposición montada en 1992 en los espacios del Museo de Bellas Artes por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV.

De esta manera, cuando el maestro Galia se acerca a finales de la década de los años 80 del siglo XX al Instituto de Urbanismo de la FAU UCV para dejar en sus manos la producción de la publicación, y propone que sea Alberto Sato el encargado de elaborar el texto que la acompañaría, buena parte de los insumos que permitirían la elaboración de un exquisito plato se encontraban sobre la mesa. Sato, interesado de antemano en estudiar la obra de Galia, encuentra así la oportunidad de convertir sus indagaciones en un trabajo de ascenso presentado en 1993 que servirá de base a la redacción del libro. También conviene recordar que luego, como cursante de la Maestría en Historia de la Arquitectura, en otra vuelta de tuerca, Sato convertirá a Vegas & Galia (la mítica sociedad conformada durante los años 50 que marcó cualitativamente la producción edilicia de esa década), en uno de sus objetos de estudio dentro del trabajo “Cinco oficinas de arquitectura: 1948-1958”, entregado en 1996.

Como toda empresa editorial, José Miguel Galia. Arquitecto sufrió durante el lapso comprendido entre su concepción, elaboración, culminación del trabajo de diseño y montaje y su salida a la luz los avatares ligados a problemas económicos y logísticos que obligaron en muchos casos a su reformulación. Sin embargo, como resultado final quedó en manos del lector una impecable publicación en tapa dura, de 216 páginas de 21.5 x 31.5 cms, papel Lumisilk 150 y tipografía Futura, diagramada con sobriedad y elegancia por Martha Sanabria con la colaboración de Catherine Goalard en el diseño, montaje electrónico y selección cuidadosa del material fotográfico, proveniente en su mayoría de los lentes de Paolo Gasparini y José Antonio Maldonado. La reelaboración de los dibujos de los proyectos procedentes del Archivo de José Miguel Galia, realizada por más de 14 personas coordinadas por Carlos Enrique Roig, con la supervisión de Magali Ruz Brewer (Coordinadora General del Archivo) y la asesoría de Henrique Vera, cierran un ciclo que da cuenta de un diverso equipo de trabajo que actuó de manera acompasada sin descuidar detalles, que el Grupo Soluciones Gráficas-Editorial Arte supo coronar.

Además de un Prólogo elaborado por Marco Negrón (“Galia y la formación de la Caracas contemporánea”) y la Introducción redactada por el autor, el libro se compone de seis capítulos (“El Portafolio Rioplatense”, “Galia en Venezuela”, “Vegas & Galia, Arquitectos Asociados”, «Propiedad Horizontal”, “Protagonismos” y “La Academia”), que junto a una detallada Cronología y selecta Bibliografía permiten, como señala el propio Sato “construir una historia, más que personal, de un quehacer arquitectónico que atraviesa el ciclo moderno venezolano” donde «el método empleado para organizar esta construcción ha sido determinado por áreas de interés, desde el Uruguay moderno hasta la Venezuela contemporánea» y donde también resultó oportuno  “… destacar algunos aspectos que interrumpen la linealidad de una cronología”.

Como apunta Marco Negrón en el Prólogo: «En el texto …, Alberto Sato aborda con rigor e inteligencia el reto de analizar críticamente la extensa producción de Galia, consiguiendo armar una obra que, pese a la frecuente necesidad de apelar al conocimiento especializado y hasta erudito, en más de una ocasión logra la rara virtud de combinar el rigor investigativo y analítico con la amenidad del relato”. Tras haberse cumplido recientemente 15 años de su aparición, José Miguel Galia. Arquitecto, cuyo tiraje fue de 500 ejemplares, se ha convertido hoy en día en pieza de colección que permite adentrarse, a través de una figura señera quien arriba de su Uruguay natal a Venezuela en 1948, «en el análisis de la obra de uno de los más prolíficos arquitectos de la modernidad venezolana (…) pero, al mismo tiempo, en un esfuerzo por desentrañar algunas de las claves que explican la formación de la Caracas de hoy.”

ACA

EL ACERVO EDITORIAL DE LA FAU UCV

EL PLAN ROTIVAL
La Caracas que no fue
1939/1989
Un plan urbano para Caracas

Marta Vallmitjana (coord.)


Ediciones Instituto de Urbanismo. Facultad de Arquitectura y Urbanismo
Universidad Central de Venezuela
1991

“En ocasión de cumplirse 50 años del Plan Rotival (1939-1989) el Instituto de Urbanismo con el apoyo del Consejo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo; del Vicerrectorado Académico y del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela, organizó un conjunto de eventos:
Una investigación en la que participaron varios profesores de la Facultad, una Exposición y la Edición de un libro.
La Coordinación del Programa de eventos (investigación, exposición y libro) estuvo bajo la responsabilidad de la Arquitecto Urbanista Marta Vallmitjana. La Exposición es propiedad de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, fue realizada por el Arquitecto Henrique Vera H. y la Diseñadora Martha Sanabria”.
Con este texto, que aparece en la página de créditos del libro que hoy nos ocupa, se contextualiza su aparición en 1991 bajo los auspicios de Petróleos de Venezuela S.A. y se abre la oportunidad de adentrarse en su valioso contenido.
Al artículo introductorio de compromiso, denuncia y recargada añoranza, elaborado por Arturo Uslar Pietri (“La Caracas que no fue”, cuyo encabezado se aprovecha casualmente para subtitular la publicación), le sigue la “Presentación” elaborada por la arquitecto Vallmitjana y de seguidas ocho escritos de muy diferente tono que ofrecen un mosaico interpretativo diverso acerca de lo que significó para la ciudad, su historia y su desarrollo la publicación en noviembre de 1939, en la Revista Municipal del Distrito Federal (Año 1. Número 1. Caracas-Venezuela), del Plan de Urbanismo de Caracas (o Plan Rector de Caracas), oficialmente llamado “Plan Monumental de Caracas” y comúnmente (e impropiamente) conocido como “Plan Rotival”, elaborado por el equipo de urbanistas franceses contratado en 1938 por la recién creada Dirección de Urbanismo de la Gobernación del Distrito Federal, conformado por Maurice Rotival, Jacques Lambert, Henry Prost y Wegenstein, que terminarán asumiendo los dos primeros.
En la “Presentación”, Vallmitjana señala, con el objeto de contextualizar la elaboración del Plan, como “a mediados de la década de los treinta, Venezuela contaba con 3.340.849 habitantes (1936) y Caracas con 203.342 (1936), 6% de la población total (…)
La Caracas del período de los años 1936-1939 es una ciudad capital de un país rural y con una sociedad con mentalidad decimonónica muy arraigada, en proceso de reacomodo.
La ciudad en ese momento presenta un área compacta en su ocupación territorial (parroquias urbanas) de baja altura, y sin zonas de ranchos como las conocemos hoy ocupando aproximadamente unas 542 hectáreas. Entre 1936 y 1941, Caracas aumenta en 65.688 habitantes y su dinámica de crecimiento se empieza a orientar hacia el Este, donde las grandes haciendas habían liberado vastas extensiones de terreno para urbanizar; al mismo tiempo, zonas del área tradicional comienzan a detectar signos de abandono y deterioro”.
Este preámbulo donde además se acota el rango que abarca la investigación (1939-89), le sirve a Valmitjana, con el acompañamiento teórico de Aldo Rossi, Carlo Aymonino y José María Ezquiaga, para aclarar: “el debate que nos proponemos iniciar con esta investigación acerca del Plan Rotival y los desarrollos que le siguieron, asume en primer lugar, la dificultad de dar respuesta o aproximaciones globales de la ciudad en su conjunto, (…) asume también la dificultad para la existencia de una teoría urbanística, (…) supone que es esencial dar importancia a lo particular dentro de lo universal…”
Como colofón en lo que se refiere a orientar la lectura de los textos que constituyen el libro, Vallmitjana precisará: “En esta investigación sobre el Plan Rotival y posteriores desarrollos, se analizan circunstancias y hechos, como son, las características culturales de la época, la formación social del período, la dimensión urbana, la opinión de los ‘actores del Plan’ en relación a la idea de ciudad que esa sociedad buscaba imponer, los enfoques urbanísticos que se manejaban, el trasfondo ideológico y las elecciones de naturaleza política y económica que influyeron en la conformación de tal intervención, así como los juicios que pueden hacerse de su representación formal y su inserción en la problemática de la morfología urbana, en el caso de Caracas”.
Con ello en mente, el simple repaso de los títulos de los textos contenidos en la publicación ilustra con claridad el variado y amplio espectro que se abrió a partir de la investigación. Así, Marco Negrón aporta “Territorio y sociedad en la formación de la Venezuela Contemporánea”; Ciro Caraballo, “Últimos días de aquella de los techos rojos, o los ‘planes’ antes del plan”; Juan José Martín Frechilla, “Rotival desde 1939 a 1959. De la ciudad como negocio a la planificación como pretexto”; María Fernanda Jaua, “Lógica y eclecticismo o los buenos modales de Maurice Rotival”; Marco Negrón, “La gestación del plan urbano de Caracas de 1939 y su incidencia en la formación de la tradición urbanista venezolana. Conversación con Leopoldo Martínez Olavarría; Silvia Hernández de Lasala, “Violaciones sucesivas: notas sobre la arquitectura de la avenida Bolívar de Caracas, después del Plan Monumental de 1939”; Max Pedemonte, “Rotival y el Metro”; y Jesús Sanoja Hernández “La utopia: medio siglo de búsqueda”.
EL PLAN ROTIVAL. La Caracas que no fue es, sin lugar a dudas, un libro referencial para quienes están interesados en seguir la huella de lo que somos como ciudadanos habitando un ambiente construido a veces incomprensible que día a día nos incomoda y nos agobia. También es una indispensable herramienta para poder armar el rompecabezas de un importante segmento de nuestra historia urbana y su evolución cuyas repercusiones han llegado hasta nuestros días.
Aunque suene reiterativo, transcurridos 28 años desde su aparición (sin necesidad de esperar que pasen otros 50), bien podría aprovecharse la oportunidad de llevar a cabo un segundo repaso para el cual ya Marco Negrón con sus reflexiones semanales vertidas en la prensa y su actuación como asesor en la Alcaldía Metropolitana, Juan José Martín Frechilla a través de su incansable labor como investigador que busca explicarse, copiosa documentación en mano, cómo y por qué ha surgido la Caracas moderna y Oscar Tenreiro desde su blog Entre lo cierto y lo verdadero, se podría decir han colocado una primera piedra que se sumaría a otros estudios y al interés demostrado por la Embajada de Francia en desempolvar (y quien sabe si ampliar y actualizar teniendo otra publicación como producto) la exposición original. Caracas, que en pocos días llega a su 450 aniversario, lo agradecería.

ACA

EL ACERVO EDITORIAL DE LA FAU UCV

ESTUDIO DE CARACAS.
Evolución del patrón urbano desde l fundación de la ciudad hasta el período petrolero

Alberto Morales Tucker, Rafael Valery y Marta Vallmitjana

Universidad Central de Venezuela, Instituto de Urbanismo
1990
 
Prevista originalmente para formar parte del numeroso grupo de publicaciones que acompañaron la celebración de su cuatricentenario (1967), Estudio de Caracas debió imprimirse 20 años después por problemas surgidos con el costo asociado al formato, cantidad y tipo de información que contenía (cuadros, gráficos, mapas y planos) y la dificultad de encontrar un patrocinante que la financiara.
La investigación que le dio origen, desarrollada entre 1966 y 1970, una de las primeras emprendidas en el aquel entonces recién creado Instituto de Urbanismo de la FAU (1967), se sumó a la iniciativa impulsada por el Consejo Universitario de la UCV, asumida por sus distintas Facultades, que buscaba colocar en manos de técnicos, académicos y ciudadanos en general una importante documentación necesaria para comprender integralmente la ciudad y su evolución en el tiempo desde diferentes ámbitos disciplinares.
Finalmente, en 1990, con el apoyo económico de Petróleos de Venezuela (PDVSA) sale a la luz el libro que, dado su carácter retrospectivo, mantuvo y aún mantiene una vigencia que muchos estudiosos de Caracas deben agradecer por el período que examina y por su enfoque, que Víctor Fossi (decano de la FAU en el momento en que se inicia y desarrolla la investigación), en las palabras de presentación, califica de “análisis sistemático, con énfasis en el estudio de las realidades socioeconómicas y en la identificación de aquellas funciones significativas del sistema urbano cuya expresión espacial quedó plasmada en la estructura urbanística que puede ser observada en la documentación gráfica y escrita, o directamente en aquellas zonas urbanas que todavía conservan algunas formas de ese pasado”.
El Estudio trata, pues, del desarrollo urbano de Caracas desde su fundación hasta 1936, cuando se produjo su primer Plano Regulador, publicado dos años después. Se encuentra dividido en dos partes. La primera denominada Sistema Regional, trata de la relación de los sistemas nacional y regional con la ciudad de Caracas; la segunda, el Sistema Urbano de Caracas, concentra su atención en la ciudad propiamente dicha, analizando sus diferentes aspectos.
De la «Introducción» del libro se recoge, como clara exposición de la metodología seguida, lo siguiente: “Se partió de la consideración inicial de que los núcleos urbanos conforman sistemas jerarquizados; en este sentido, el estudio específico de Caracas podría considerarse como el análisis de un subsistema particular del sistema general. Teniendo en cuenta que los atributos de los subsistemas son iguales a los de los sistemas, parece válida la simplificación del término; sin embargo, por la naturaleza del presente trabajo, su complejidad y, principalmente, lo extenso del lapso histórico considerado (1567-1936), no se pretende hacer un estudio exhaustivo del desarrollo urbano de Caracas, sino destacar aquellos aspectos que influyeron en forma amplia y definitiva en el desarrollo físico de la ciudad capital, lo cual, naturalmente, lleva a considerar aspectos socio-económicos y político-administrativos relacionados con dicho desarrollo”.
La salida postergada de Estudio de Caracas sirvió para conformar una dupla con otro libro coordinado desde el Instituto de Urbanismo, casi del mismo formato y auspiciado también por Petróleos de Venezuela: El Plan Rotival. La Caracas que no fue (1991), que parte justamente del punto donde el Estudio llegó para desarrollar a fondo todas las circunstancias, vicisitudes, antecedentes e implicaciones que generó la realización del Plan Monumental de Caracas de 1939, encargado al equipo de urbanistas franceses conformado por Henri Prost, Jacques Lambert y Maurice Rotival.
Estudio de Caracas todavía puede ser adquirido a través de www.edicionesfau.com.

ACA