
Quizás es temprano para afirmarlo pero la Filarmónica del Elba (Elbphilharmonie), ubicada en Hamburgo (Alemania), proyectada por Herzog & de Meuron entre 2003 y 2009, terminada de construir el 31 de octubre de 2016 e inaugurada por todo lo alto el 11 de enero del presente año con el Prometeo de Ludwig van Beethoven y el estreno de una pieza del compositor Wolfgang Rihm (interpretados por la Orquesta Sinfónica de la NDR), encabeza hasta la fecha el grupo de edificaciones, inscritas dentro del star sistem y aupadas por el dinámico e interesado mundo de las publicaciones de arquitectura, para obtener la corona de “edificio del año”.

Y no es poco lo que puede decirse a partir del despliegue informativo y la cobertura de que ha sido objeto esta peculiar pieza de 125.512 metros cuadrados de construcción, que ocupa un poco más del 50% de un lote de 10.540 metros cuadrados, que se superpone a unos robustos, pesados y abstractos almacenes portuarios abandonados que soportan la acristalada masa colocada sobre ellos, la cual alberga un centro cultural con una sala de conciertos para 2100 asientos y un salón de música de cámara para 550 oyentes (incrustados entre pisos de lujo y un hotel de cinco estrellas con servicios integrados como restaurantes, un centro de salud y fitness e instalaciones para conferencias), cuyo costo se elevó de 75 a 789 millones de euros en siete años, tan alejada del austero y sobrio trabajo desplegado, por ejemplo, por el grupo RCR Arquitectes, ganadores de la más reciente edición del Premio Pritzker.

Sólo el esfuerzo tecnológico utilizado para resolver “a la perfección” la acústica de la sala, dejada en manos del “número uno del mundo, el japonés Yasuhisa Toyota, de Nagata Acoustics”, da para redactar un interesante y aleccionador análisis comparativo de lo que significa forzar dentro de una forma predeterminada un uso de estas características a diferencia de la honesta perfección lograda cuando se acondicionó el Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas, en un esfuerzo integrador conjunto emprendido por Alexander Calder, Carlos Raúl Villanueva y la firma estadounidense Bolt, Beranek y Newman.

De nuevo, la arquitectura hecha espectáculo hace eclosión en una apuesta por hacer de Hamburgo, ciudad portuaria, el centro de atención del que fue objeto otra (Bilbao) hace ya 20 años de la mano de Frank Gehry.
ACA
Procedencia de las imágenes
Filarmónica del Elba
https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/802863/elbphilharmonie-hamburgo-herzog-and-de-meuron