La Modernist Travel Guide es un libro de referencia de bolsillo escrito y fotografiado por el historiador del diseño Adam Štěch (@okolo_architecture), que presenta casi 400 de sus ejemplos favoritos de arquitectura modernista en 30 importantes ciudades del mundo. Basada en el extenso archivo de Štěch, compuesto por 150.000 fotografías que documentan más de 6.000 edificios e interiores en 40 países, la guía es un instrumento esencial para los entusiastas del diseño. Ofrece información de fondo, direcciones e información sobre la accesibilidad tanto de lugares emblemáticos como de joyas ocultas.
Un festín de edificios y color, este libro de referencia de bolsillo enumera casi 400 ejemplos de arquitectura modernista en 30 ciudades de todo el mundo. No es solo una guía práctica para explorar el mundo, sino también un impresionante archivo de unas 150.000 fotografías y más de 10.000 edificios e interiores. Si a esto le sumamos algunas ilustraciones recientes en colores primarios modernistas, obtenemos una publicación vibrante para explorar y disfrutar.
Los orígenes del libro son de lo más natural. Štěch explica: «La gente me pregunta constantemente qué ver en determinados lugares. Me encanta ayudar, pero a veces no tengo tiempo para responder a todas las solicitudes. Esta guía es perfecta porque me permite compartir mis conocimientos con cualquiera que esté interesado en la arquitectura y el diseño».
Continúa: «Además, me encantan las guías de arquitectura. Siempre compro una guía para cualquier lugar que planeo visitar; ofrece mucha información en un formato pequeño. Pero eso es también lo que distingue a mi libro, porque no se centra en un solo destino, sino que es una guía universal de 369 edificios en 30 grandes ciudades». Realmente ayudará a los lectores a navegar por el vasto y a menudo intimidante mundo de la arquitectura moderna.
La larga relación de trabajo y amistad de los editores de Sight Unseen con Štěch impulsaron esta colaboración, surgida de una necesidad real de él de compartir sus consejos y su pasión por el modernismo y todas sus expresiones regionales.
La Guía de Viajes Modernista se lanzó el 8 de mayo de 2025 en un evento en Nueva York, durante el mes anual del diseño de la ciudad, y con un estilo propio en el famoso edificio Modulightor de Paul Rudolph, de la década de 1990.
Caracas en los años sesenta era una ciudad que se estiraba y se comprimía, que se hallaba en el umbral de una modernidad sin tregua, y que, sin embargo, empezaba a mostrar las costuras de sus contradicciones. Si bien las Páginas Amarillas de CANTV eran la biblia de la orientación masiva, y ese gran tomo amarillo que casi cada hogar tenía a mano junto a los mapas turísticos ofrecían una visión más amable y ordenada de la metrópolis, existían otras iniciativas, menos extendidas, pero no menos reveladoras, que nos hablaban más de la verdadera piel de la ciudad.
Y aquí es donde asoma la figura de Mario Rugiadi Battini, el ingeniero que en 1959, con una lucidez preclara, inscribió su «Guía-Plano de calles, inmuebles y comercios de Caracas» en el Registro Público de propiedad intelectual. Una guía que convertía el catastro como principio para ubicarse, en un sistema de orden, para hacer de Caracas una ciudad más comprensible.
1. Portada de la «Guía-plano de calles, inmuebles y comercios de Caracas» (1962) correspondiente al sector Centro-Sur. Llama la atención que pese a ser la guía patrocinada por la Compañía Shell de Venezuela se haya seleccionado esta excelente foto (s/f), perteneciente hoy al Archivo Fotografía Urbana, que muestra antiguo edificio Creole (ocupado hoy por la Universidad Bolivariana de Venezuela), urbanización Los Chaguaramos, Caracas, diseñado por Lathrop Douglass a partir de 1947 y terminado de construir en 1954.
No era un mapa turístico, ni un mapa para el conductor motorizado; era un ejercicio catastral disfrazado de guía práctica, una radiografía de la ciudad al detalle.
2. Propaganda que acompañaba la publicación de la Guía-plano de Caracas.
Mientras otros se conformaban con representar las vías principales, Rugiadi Battini con gran esfuerzo se dio a la tarea de desglosar Caracas en 560 planos parciales distribuidos en cuatro tomos: Centro Norte, Centro Sur, Centro Este y Centro Oeste.
El plano que acompaña la postal corresponde al sector Centro-Sur, inserto al final del libro. Sobre el plano, es posible notar una cuadrícula superpuesta en color rojo, indicativa del número de la página, correspondiente a cada uno de los 137 planos parciales que forman parte de la guía.
No solo las calles y avenidas, sino cada edificio, cada quinta con su nombre, sus números de parcela respectivos, los comercios más insignes y un índice de los edificios de toda Caracas, en orden alfabético impreso solamente en el tomo correspondiente al centro norte, conformaban la valiosa información que aporta el trabajo. Impreso en La Victoria, en los talleres de Grabados Nacionales, esta guía en cuatro tomos era, en esencia, un inmenso levantamiento catastral de una Caracas que se exhibía sin pudor.
3. Detalle del Plano-guía de Caracas correspondiente al sector Centro-Sur donde es posible notar una cuadrícula superpuesta en color rojo, indicativa del número de la página, correspondiente a cada uno de los 137 planos parciales que forman parte del documento. Los puntos rojos corresponden a la ubicación de Estaciones de Servicio Shell.
Así, el dibujo de la propiedad en su encuentro con la calle, fue el intento de poner orden en el caos que reinaba en la determinación precisa de los dueños de los terrenos. A ello se suma un inventario de los bienes inmuebles que no llego a ser total, pues faltaban los linderos que separan a los vecinos, la superficie total de la parcela, y el tipo de construcción que se yergue sobre ella.
En los años sesenta, en esa Caracas que se inflaba con el dinero del petróleo y el espejismo de la modernidad, el catastro era el instrumento vital para la administración municipal. Era la base de la recaudación fiscal, el ingreso que debía alimentar las obras públicas, las escuelas, los hospitales. Una herramienta para la planificación del crecimiento formal, para las zonificaciones, para la gestión de ese suelo que, si bien creíamos dominado, nos desafiaba a cada paso.
4. Detalle del Plano-guía que recoge el sector donde aparece Puente Mohedano y parte de la urbanización El Conde, en el que se puede apreciar la meticulosidad del trabajo de Rugiadi Battini basado en información catastral.
Pero Rugiadi Battini, en su meticulosa guía, no solo buscaba la utilidad fiscal. Él quería comprender la ciudad, desentrañar su complejidad usando el catastro como sistema de ubicación. Porque en cada cuadra, su prontuario no solo mostraba el trazado de las calles, sino que demarcaba el frente de cada propiedad inscrita, con su número de parcela, siguiendo esa lógica casi poética de la numeración par e impar. Eso permitía ubicar con una exactitud asombrosa no solo una calle, sino un edificio específico, una parcela en particular. Era un mapa que le hablaba al urbanista, al abogado, al simple curioso, al que quería saber quién era el dueño de aquella propiedad. En cierta medida este plano es la memoria parcelaria de la ciudad desvelada.
Sin embargo, la magnitud de este esfuerzo no hubiera sido posible sin sus anunciantes, y Shell, el gigante del petróleo, era su principal auspiciador. La red de estaciones de servicio de Shell –La Florida, El Peñón, Los Palos Grandes, Las Mercedes, Santa Mónica, Los Mangos, Veracruz, El Pedregal y La Castellana – se convierten en elementos destacados del mapa, una señal que nos habla de la vida automovilística de entonces, donde una gasolinera no era solo un lugar para cargar combustible, sino un centro de servicios, casi un punto de encuentro, ofreciendo desde lavados hasta el lujo de recoger y devolver el carro a domicilio.
5. Otro detalle del Plano-guía que recoge un sector de la Parroquia San Juan donde aparecen la avenida San Martín y la Plaza Capuchinos, en el que se puede apreciar la meticulosidad del trabajo de Rugiadi Battini basado en información catastral.
Este plano, inserto en la guía, es otra de esas iniciativas privadas que intentaron abarcar la totalidad de Caracas en los años sesenta, con la esperanza de que nos pudiéramos desplazar con cierta sensatez en ella. Una ciudad en rápida metamorfosis, con una estructura parcelaria que empezaba a complicarse como un reflejo brutal de las contradicciones que afloraban de sus instrumentos regulatorios. En sus páginas, se comienza a percibir el roce de la modernidad con la realidad de un crecimiento urbano que, a pesar de los esfuerzos, hacía cada vez más difícil controlar y sistematizar la nomenclatura. Una situación que, hoy, décadas después, sigue siendo una característica insoslayable del tejido urbano caraqueño. Y que Rugiadi Battini, en su afán de orden, plasmó en un documento inestimable para entender esa complejidad.
Nos queda pendiente la tarea de conseguir los otros 3 tomos de esta magnífica guía, para poder recomponer la ciudad de Caracas en 1962 vista por Rugiadi Battini.
La imagen que ilustra la postal de hoy, es la portada de un pequeño libro impreso por la Editorial Corporación Mercantil Venezolana en la Cooperativa de Artes Gráficas, Caracas, en 1934: Plano Parcial de Caracas por Esquinas.
Según esta guía, para 1934 el Distrito Federal con una superficie de 1.939 kilómetros cuadrados estaba habitado por 173.201 almas que sumadas a las del Departamento Vargas arrojaban 215.012 habitantes. Las casas, las urbanizaciones, pasajes y callejones de las parroquias urbanas del Distrito Federal, sumadas, alcanzaban las 26.879; las parroquias foráneas alcanzaban las 5.845 casas; y el Departamento Vargas y sus parroquias estaban constituidas por 7.683 viviendas.
La práctica y completa guía comercial editada por José Kuster y José Mimó, se vale de los nombres de las esquinas de la ciudad ordenadas por orden alfabético, asumiendo la tarea de dibujar de forma esquemática todas las esquinas de la ciudad.
Sin embargo, de las cuatro esquinas que conforman una manzana ¿por qué sólo una se nombra? ¿qué pasa con la nomenclatura de las otras tres esquinas que permanecían sin nombre?
Revisando la cartografía histórica caraqueña es visible que el nombre de las esquinas suele estar en la esquina inferior izquierda de cada manzana. Esta idea de nombrar la esquina, según señala Santiado Key Ayala en el libro “Los nombres de las esquinas de Caracas”, de 1926, no fue otra cosa sino un abuso de una figura retórica, pues lo que “llamamos en Caracas ‘esquina’ es lo que en castellano se llama crucero o cruce de calles”.
1. Plano Parcial de Caracas por Esquinas 1934. Detalle de la Esquina de Solís, indicando los comercios existentes en cada esquina, los nombres de las avenidas, y los nombres de las siguientes esquinas ubicadas al norte, sur, este y oeste, para orientarse en la ciudad. Adicionalmente se señalan las Vías de Comunicación (Tranvía La Guaira)
Es decir, que, en realidad, los nombres de las esquinas de Caracas hacen referencia al cruce de calles, al nodo como tal, a la intersección de vías que genera cuatro esquinas.
Key Ayala atribuye esta ocurrencia a que “el pueblo de Caracas es relativista a su manera y tiene un sistema propio para guiarse en la ciudad. Huye de las grandes líneas y se aferra con terquedad a los puntos. Una esquina es en la geometría caraqueña un punto fijo; la otra esquina es otro punto fijo; y refiriéndose a ellos, por ellos queda determinada la cuadra que los une”.
Siguiendo esta lógica abstracta el Plano Parcial de Caracas por Esquinas centra su atención por primera vez en los nodos, para estructurar un directorio comercial a partir de los cruces de las calles y no de las manzanas como tradicionalmente se hacía. A su vez, esta forma de representar la estructura de la ciudad, permitía señalar en cada esquina la que le sigue en sentido norte, sur, este y oeste.
Así, los autores proponen un sistema de orientación en la ciudad, aparentemente simple: “Este plano no es más que el haber ordenado todas las esquinas por orden alfabético y al querer saber la situación de cualquiera de ellas, no tenemos más que buscarla en el orden que corresponda a su letra para saber su situación, sus vías de comunicación y su nomenclatura oficial”. A su vez, para encontrar un comerciante o profesional también era muy sencillo: “si vive en una esquina se le encontrará anotado en su propia situación, y si vive a media cuadra, con buscarlo por cualquier nombre de las dos esquinas próximas se le hallará lo mismo”.
Sin embargo, los autores en el prólogo reconocen que, aunque la lógica de la nomenclatura caraqueña es sumamente fácil, el seguir designando las esquinas con nombres peculiares dificultaría conocerlas todas, pues simplemente habría que tener una memoria privilegiada.
El plano también innova, sumando por orden alfabético todos los barrios, sitios, parroquias y urbanizaciones de la ciudad, explicando su ubicación y carácter, e incorporando un índice nominativo de todos los anunciados para facilitar su búsqueda.
Otra virtud de la guía es que permite ver qué línea de autobús o transporte público permite llegar hasta esa esquina. Por ejemplo, para ir a Brisas de Gamboa (Norte 13 – Este 9) se debía tomar el autobús de la Línea Gamboa. Para ir a la esquina Abanico, se debía tomar el autobús y el tranvía San José, hasta la esquina Socorro, tal y como lo muestra la imagen.
2. Plano Parcial de Caracas por Esquinas 1934. Pagina donde se muestran las esquinas de Bomboná y Boyacá apuntándose la proximidad al Bulevar del Cristo. También se puede apreciar los comercios ubicados en dichas esquinas, el “Movimiento de Pasajeros habido en las Líneas de Tranvías de Caracas y El Valle durante el año 1932, los directorios comerciales entre las esquinas de Boyacá y Junín y del Bulevar El Cristo, y las Vías de Comunicación (Autobús Carabobo)
Adicionalmente Kuster y Mimó incorporan una completa descripción de la ciudad, de su historia, situación topográfica y geográfica, clima, edificios públicos e históricos, así como cifras y datos de importancia. También ofrecen una lista de los ríos y quebradas del Distrito Federal, los planteles de instrucción secundaria, las jefaturas civiles, los templos e iglesias católicas, hospitales y asilos. A su vez, introducen datos de interés como las distancias de la carretera transandina, la distancia de las parroquias de la capital al Departamento Vargas, las Normas postales para envíos al exterior; los puertos de Venezuela; la tarifa para la exportación de Bultos Postales para el exterior, y hasta una tabla de multiplicar.
Podríamos decir que esta guía, concebida como plano parcial de la capital, está muy emparentada con las guías telefónicas y páginas amarillas que circulaban anualmente en Caracas en los años 70 y 80, como obsequio de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela CANTV, y de Caveguías.
Sin duda era un producto que buscaba competir con los directorios comerciales, y los planos persuasivos que fueron tan populares entre 1910 y 1940.
El libro entró en circulación a las vísperas de la muerte de Juan Vicente Gómez, el mismo año en que comenzó a circular el conocido Plano de Caracas y sus alrededores (escala 1:30.000) de Eduardo Rohl de 1934 que, como se sabe, mostraba como la ciudad se iba extendiendo hacia el este, conquistando los territorios de las haciendas.
Nota
3. Ubicación en una vista aérea de Caracas actualizada de las esquinas de Solís (izquierda), Boyacá (centro) y Bomboná (derecha)4. Aproximación a la esquina de Solís.5. Edificación donde funcionaba la Panadería de Solís en 1919 (izquierda). Aviso publicitario de la Panadería de Solís de 1933 (derecha)
Ampliando la información de las imágenes escogidas del Plano Parcial de Caracas por Esquinas 1934, quizás valga la pena añadir que en la esquina de Solís, situada en la Parroquia Catedral, en la actualidad se encuentran el Liceo Fermín Toro (1943-1946) al suroeste (donde estuvo el negocio de Fulgencio Rodríguez); la entrada a la Plaza Bicentenario (1981-1983) al noroeste (donde estuvo ubicada la recordada Panadería y Pastelería de Solís de la cual se tienen referencias desde 1787-cuando su propietario era Augusto Solís- de quien deriva el nombre a la esquina a partir de 1796); una salida de la estación El Silencio de la línea 2 del Metro de Caracas (1988) al sureste; y el edificio Simón Rodríguez al noreste.
6. Aproximación a las esquinas de Boyacá (izquierda) y Bomboná (derecha)
Por su parte la esquina de Boyacá se encuentra en San Agustín del Norte al igual que la Bomboná (que se ubica aledaña al área que ocupó el estadio de beisbol de San Agustín, terreno donde hoy se encuentra el conjunto Residencias La Yerbera), obedeciendo ambas a la nomenclatura que sus urbanizadores en 1926 utilizaron para denominar los cruces de calles con base en apellidos de próceres y nombres de batallas libradas durante la Independencia.
IGV
Procedencia de las imágenes
Postal,1 y 2. Plano Parcial de Caracas por Esquinas1934. Editorial Corporación Mercantil Venezolana, Caracas,1934.
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