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Diseñando Pabellones Nacionales: poder e identidad en las Exposiciones Universales

Por Camilla Ghisleni

Pabellón de la República Checa en la Expo Osaka 2025 en contexto.

Traducido por Agustina Iñiguez

Publicado el 10 de junio, 2025

Tomado de https://www.archdaily.cl

¿Qué puede revelar la arquitectura de un pabellón sobre su país? En las grandes Exposiciones Mundiales, la mayoría de los pabellones nacionales intenta responder a esta pregunta, convirtiéndose en una arquitectura cargada de simbolismo. Estructuras temporales, sí, pero densas en significado, funcionan como declaraciones políticas. Son pabellones que condensan, en su forma y material, las ambiciones de sus países de origen. La Expo Osaka 2025, como el capítulo más reciente de esta tradición, evidencia la creciente sofisticación con que las naciones utilizan el espacio construido para proyectar al mundo una imagen de sí mismas: sostenible, tecnológica, culturalmente distinta y geopolíticamente relevante.

Pabellón de Uzbekistán en la Expo Osaka 2025.

A lo largo de las décadas, los pabellones nacionales se convierten en símbolos de narrativas cuidadosamente orquestadas, en las que arquitectura, política y cultura se entrelazan para proyectar al mundo una imagen deseada. En Osaka 2025, esta vocación diplomática y simbólica se intensifica: los edificios retratan cómo es un país, pero también cómo quiere ser visto, una versión estratégica y, a veces, hasta aspiracional. La dimensión ambiental, por ejemplo, se ha convertido en un poderoso vector de soft power. En este contexto, el pabellón de Japón recurre a la madera local, diseño paramétrico y ventilación natural no solo como soluciones técnicas, sino como una metáfora viva de circularidad y coexistencia con la naturaleza.

Gran Anillo. ExpoOsaka 2025.

Mientras tanto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes construyen experiencias de alta inmersión tecnológica, con realidad aumentada, fachadas responsivas e inteligencia artificial, buscando recontar la historia de sus territorios — ya no como enclaves de petróleo, sino como centros pulsantes de innovación y futuro. En este nuevo escenario, la identidad nacional se cura como si fuera una instalación artística de gran escala. Materiales, sonidos, aromas, luces y ritmos espaciales no son neutros — son discursos.

La arquitectura como declaración política

Mucho más allá de vitrinas culturales o tecnológicas, los pabellones nacionales funcionan como herramientas de comunicación política. A través de elecciones arquitectónicas, muchos países transmiten mensajes sutiles — o deliberadamente explícitos — sobre sus valores, ambiciones y posicionamientos geopolíticos. Un pabellón que privilegia la transparencia, como el de Dinamarca en la Expo 2020 Dubai, con sus rampas abiertas y ambientes fluidos, puede sugerir apertura democrática e inclusión; mientras que el pabellón de Rusia, con su espiral monumental y simbología nacionalista, podría expresar dominio cultural y control técnico. La arquitectura, en este contexto, actúa como un discurso codificado: cada curva, vacío o fachada se convierte en un signo político.

Pabellón de Rusia en la Expo 2020 de Dubái.

En la Expo Osaka 2025, estas estrategias continúan manifestándose. El pabellón de Israel, con un diseño inspirado en la resiliencia ecológica del desierto, promueve una narrativa de innovación y supervivencia en medio de adversidades, respondiendo tanto a urgencias climáticas como a posicionamientos geopolíticos regionales. Así como el pabellón del Bahrein, de Lina Ghotmeh Architecture, y la resiliencia y adaptabilidad de las culturas marítimas. Ya el pabellón de Corea del Sur apuesta por una estética high-tech futurista que refuerza su identidad como potencia digital en ascenso.

En otros casos, sin embargo, la ausencia es el propio mensaje: en ediciones anteriores, países como Corea del Norte y Siria boicotearon el evento como forma de protesta política. Estas elecciones, aunque veladas, construyen un escenario silencioso en el que cada gesto arquitectónico representa una pieza estratégica en el juego de la diplomacia internacional.

Anatomía de un dhow, Pabellón de Baréin, Expo Osaka 2025.

La sostenibilidad en exhibición

En un escenario de cambios climáticos, los pabellones nacionales se han convertido en herramientas críticas en la construcción de una diplomacia ambiental. El discurso de la sostenibilidad, antes periférico, hoy ocupa el centro de la narrativa arquitectónica de estos eventos. No se trata solo de cumplir con parámetros técnicos, sino de elaborar un lenguaje consciente que traduzca, espacialmente, el compromiso ambiental de una nación. Este nuevo paradigma también cuestiona la propia lógica de la efimeridad. La temporalidad, antes aceptada como característica de las exposiciones, ha sido confrontada con estrategias de reutilización, desmontaje inteligente y reintegración de los materiales al tejido urbano o social.

Esta preocupación ambiental se intensifica en la Expo Osaka 2025, donde el tema «Diseñando la sociedad futura para nuestras vidas» incentiva proyectos que encarnen modos de vida más regenerativos, solidarios y resilientes. Pabellones como los de Suecia y de Alemania, por ejemplo, están diseñados para tener una «segunda vida» después de la Expo, serán desmontados y remontados como escuelas, centros culturales o estructuras comunitarias. Así como el pabellón de los Estados Unidos, diseñado por Trahan Architects que incorpora acción, tejido y sistemas de HVAC reutilizados de estructuras desmontadas de las Olimpíadas de Tokio 2020, materiales que serán reutilizados en otras partes de Japón después de la feria. La Expo, en este contexto, se convierte en un laboratorio geopolítico donde la sostenibilidad es argumento diplomático.

Pabellón de Estados Unidos en la Expo Osaka 2025.

El espectáculo tecnológico como estrategia nacional

En las Exposiciones Universales contemporáneas, la tecnología dejó de ser exhibida como un fin en sí misma para convertirse en un medio narrativo y experiencial. Instalaciones inmersivas, interfaces sensoriales y narrativas guiadas por inteligencia artificial transforman los pabellones en ecosistemas interactivos, donde el visitante es tanto espectador como agente. Esta transición señala un cambio importante: no se trata solo de presentar innovaciones, sino de inscribir la tecnología en la dramaturgia del espacio. La arquitectura, en este contexto, deja de ser un escenario estático y se fusiona con el diseño de experiencia, disolviendo los límites entre lo construido y lo digital. Además, la manera en que cada país articula estos elementos revela su capacidad de crear futuros deseables — y también de proyectarse como protagonista de la transformación tecnológica global.

Pabellón de Arabia Saudita, Expo Osaka 2025 – La masa del pabellón recuerda las formas orgánicas de los pueblos tradicionales saudíes.

En la Expo Osaka 2025, esta carrera por la afirmación tecnológica se materializa con contundencia en pabellones como el de los Emiratos Árabes Unidos, que propone un viaje interactivo a través de ambientes sensibles a la presencia humana, inteligencia artificial narrativa y sensores que responden en tiempo real a las acciones de los visitantes, expresando un dominio técnico sofisticado con implicaciones en diferentes esferas. En este sentido, también destaca el Pabellón de Uzbekistán y su exposición que se centra en el empoderamiento, destacando la apertura a la innovación y el compromiso del país con la preparación para el futuro.

Hay, sin embargo, un desafío cada vez más presente: equilibrar el fascinante tecnológico con la integridad arquitectónica. En muchos proyectos, la arquitectura se arriesga a ser consumida por el espectáculo, perdiendo coherencia formal y valor espacial. Los pabellones más exitosos son los que logran articular forma, función e innovación en un gesto unificado — en el que el edificio no sirve a la tecnología, sino que la incorpora como lenguaje crítico y sensible.

Pabellón de Japón de la Expo Osaka 2025 / Nikken Sekkei. Entrada a la exposición.

Colaboraciones interculturales: el verdadero legado

Aunque las Exposiciones Universales son, por definición, organizadas bajo la lógica de la representación nacional, se han transformado en potentes escenarios de intercambios culturales. Es común, por ejemplo, que pabellones nacionales sean diseñados y desarrollados por equipos multiculturales. El resultado, a menudo, son proyectos más innovadores, sensibles e inclusivos, que expresan el país no como una esencia fija, sino como una identidad en flujo, enriquecida por miradas múltiples.

El pabellón de Indonesia se inaugura en la Expo Osaka 2025 con un diseño inspirado en barcos.

En la Expo Osaka 2025, la colaboración internacional se destaca especialmente en pabellones como el de Suiza, diseñado por un equipo internacional, y el de Indonesia, que une arquitectos locales a consultores extranjeros. Estos ejemplos muestran cómo la arquitectura puede ser una plataforma de encuentro y diálogo. En un contexto de discursos nacionalistas, tales colaboraciones funcionan como gestos de diplomacia silenciosa, reforzando que la innovación nace del intercambio y la disposición para aprender del otro. Cada pabellón es, por lo tanto, también un aula, donde los países comparten soluciones y absorben experiencias, expandiendo colectivamente lo que significa pertenecer al mundo.

Pabellón suizo de Osaka para la Expo 2025.

En este contexto, se entiende que el verdadero legado de las Expos no está en reforzar la imagen de cada nación, sino en ofrecer un terreno fértil para que diferentes saberes y experiencias puedan encontrarse y generar respuestas colectivas a las urgencias de nuestro tiempo. Como afirma el arquitecto Manuel Herz, responsable del Pabellón de Suiza, «en un momento de tensión global, toda posibilidad de encontrarnos físicamente en un espacio compartido y celebrar algo que aún puede describirse como un espíritu cosmopolita debe ser valorado y aprovechado». En medio de tantas urgencias, los pabellones nacionales nos recuerdan que la arquitectura puede ser más que forma o función, puede ser instrumento de aproximación, espacio de aprendizaje y ensayo de futuros que solo son construidos colectivamente.

ACA

HA SIDO NOTICIA

Faltan 3 meses para la apertura de Expo 2020 Dubai: “Conectar mentes y crear el futuro”

Escrito por Christele Harrouk

Traducido por Fabian Dejtiar

13 de julio de 2021

Tomado de Plataforma Arquitectura

Faltan 3 meses para la apertura de la Expo 2020 Dubai el 1 de octubre. El comité organizador ha publicado imágenes actualizadas que destacan los pabellones ya listos y completados. Con la participación oficial de 191 naciones, la exposición busca «explorar el poder de las conexiones en la configuración de nuestro mundo». La exposición mundial ha sido, durante los últimos 170 años, la plataforma líder para presentar grandes inventos y revoluciones arquitectónicas, la mayoría de las cuales dieron forma al mundo en el que vivimos hoy.

Pabellón de Francia

Bajo el lema de “Conectar mentes y crear el futuro”, la Expo 2020 de Dubái se desarrollará desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 31 de marzo de 2022, luego de haber sido postergada durante un año debido a la situación mundial del coronavirus.

Al Wasl Plaza

Ubicada al sur de Dubai, el plan maestro de la exposición mundial diseñado por HOK se centra en Al Wasl Plaza. Adrian Smith + Gordon Gill presentaron la cúpula sin soporte más grande del mundo en la intersección de los tres distritos temáticos de la exposición y sus pabellones correspondientes: el Pabellón de Sostenibilidad «Terra” de Grimshaw, el Pabellón de Movilidad “Alif” de Foster + Partners y el Pabellón de Oportunidades “Misión Imposible” de AGi Architects.

Pabellón de Suiza

Los ‘Distritos Temáticos’, que albergarán más de 87 nuevos edificios permanentes y albergarán el trabajo de más de 136 países participantes, han sido creados por Hopkins Architects.

Pabellón del Reino Unido

La Expo 2020 Dubai, que tendrá lugar por primera vez en Oriente Medio, África y el sur de Asia, incluirá además de las principales atracciones arquitectónicas, pabellones de países divididos en los Distritos de Sostenibilidad, Movilidad y Oportunidad; pabellones especiales como el Pabellón de la Mujer; pabellones asociados y pabellones de organizaciones como el Pabellón de la Unión Africana.

Pabellón de Australia

Las últimas imágenes reveladas en el Distrito de Movilidad, presentan al Pabellón de Australia terminado por bureau ^ proberts, la estructura del Pabellón de Francia por Atelier Pérez Prado + Celnikier & Grabli, el Pabellón de Irlanda con su fachada rítmica de Ciarán O’Connor, y el Pabellón cilíndrico de Rusia diseñado por Tchoban SPEECH. Además, en el Distrito de Oportunidades, el Pabellón de Suiza fue imaginado por OOS, el Pabellón del Reino Unido por Es Devlin y el Pabellón de Estados Unidos por Woods Bagot.

ACA

ES NOTICIA

Se anuncian nuevas fechas para Expo Dubai 2020

Por Christele Harrouk

Traducido por Fabian Dejtiar

08/05/2020

Tomado de Plataforma arquitectura

Expo 2020 Dubai se ha pospuesto y se llevará a cabo del 1 de octubre de 2021 al 31 de marzo de 2022.
La decisión se ha declarado después de que la mayoría de los dos tercios de los votos fuera superada dentro de una semana de votación iniciada el 24 de abril.

Con la situación actual de COVID-19, una Asamblea General de los Estados miembros de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) era imposible de organizar, por lo tanto, los funcionarios tenían que votar a distancia. Una mayoría de dos tercios votaron, dentro de una semana, a favor de posponer la próxima Exposición Mundial por un año, «según lo propuso el Gobierno de los EAU a principios de abril junto a lo recomendado por el Comité Ejecutivo de la BIE el 21 de abril».

Sin embargo, la votación permanecerá abierta hasta el 29 de mayo.

En su declaración oficial, Expo 2020 Dubai señaló que “damos la bienvenida a esta decisión final, que permite a los países participantes de todo el mundo atravesar con seguridad el impacto de COVID-19. Este tiempo adicional también nos permite prepararnos para dar la bienvenida a un mundo más unido y resistente en 2021, donde celebraremos colectivamente la cultura, la creatividad y la innovación”.

Aunque la Expo 2020 se llevará a cabo en 2021, su nombre no cambiará. Dará la bienvenida a 192 países, además de empresas, organizaciones multilaterales y establecimientos educativos desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 31 de marzo de 2022.

Dimitri S. Kerkentzes, Secretario General del BIE, comenta: “aplaudo la rápida respuesta de los Estados miembros del BIE. Su apoyo al aplazamiento de la Expo 2020 Dubai, que se aprobará formalmente el 29 de mayo, es una señal renovada de solidaridad y demuestra la voluntad compartida de trabajar juntos en ‘crear el futuro’ […] bajo el tema ‘Connecting Minds, Creating the Future’, Expo 2020 Dubai ofrecerá al mundo una plataforma única para compartir las lecciones, soluciones e ideas para un mejor mañana».

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 152

Después de la realización de los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964 (también conocidos como Juegos de la XVIII Olimpiada), le correspondió a la Exposición General de Primera Categoría de Osaka (1970) certificar ante el mundo que el renacimiento de Japón y su conversión en potencia industrial era un hecho, después de la humillante capitulación y dantesca destrucción de que fuera objeto durante la Segunda Guerra Mundial. Ya para entonces descollaba la figura de Kenzo Tange como máximo representante de la arquitectura de ese país a quien se le otorgó el protagonismo en cuanto al diseño de las más destacadas instalaciones deportivas de Tokio (las piscinas y el gimnasio -el estadio olímpico de 1958 objeto de una remodelación le fue asignado a Mitsuo Katayama-), condición que se repetirá al ser el encargado de realizar el master plan de Osaka junto a Uso Nishiyama.

Tampoco estaría de más recordar que cuando se organiza Expo Osaka ’70, Japón ya había entrado a formar parte del debate arquitectónico internacional a raíz del surgimiento de lo que se conoció como el movimiento metabolista (o metabolismo) que fusionó las ideas sobre megaestructuras arquitectónicas con las del crecimiento biológico orgánico, dándose a conocer por vez primera en el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) de 1959, siendo probadas sus ideas provisionalmente por estudiantes del estudio MIT de Kenzo Tange. Posteriormente, durante la preparación de la Conferencia Mundial de Diseño de Tokio (1960), un grupo integrado por el crítico de arquitectura Noboru Kawazoe, los jóvenes arquitectos Masato Otaka, Fumihiko Maki, Kiyonori Kikutake y Kisho Kurokawa y los diseñadores Kiyoshi Awazu y Kenji Ekuan (entre otros), liderados por Tange, prepararon la publicación del manifiesto titulado “Metabolismo 1960: Propuestas para un nuevo urbanismo” serie de cuatro ensayos titulados: Ocean City, Space City, Towards Group Form and Material and Man que también incluía diseños para vastas ciudades que flotaban en los océanos y torres de cápsulas enchufables que podrían incorporar el crecimiento orgánico. Asímismo, el movimiento involucró a otros arquitectos como Arata Isozaki y Sachio Otani que se sumaron a algunos de los ya mencionados al llamado hecho por Tange a trabajar en Osaka.

Si bien el grupo metabolista logró alcanzar un gran impacto y difusión a raíz del lanzamiento de su Manifiesto sus ideas siguieron siendo en gran medida teóricas y la escala de sus intervenciones se redujo a edificaciones pequeñas e individuales, convirtiéndose Osaka’70 en la oportunidad donde se pudo concentrar y visibilizar en buena parte su trabajo. Tange al ser encargado del master plan encontró en la feria una excelente oportunidad para cristalizar la realización de las ideas urbanas que los metabolistas habían estado desarrollando en los años cincuenta y sesenta. Además invitó a doce arquitectos, incluidos Isozaki, Otaka, Kurokawa y Kikutake para diseñar elementos individuales. También le pidió a Ekuan que supervisara el diseño de los muebles y el transporte, a Shigeo Fukuda y Yusaku Kamekura que intervinieran en el diseño gráfico y a Kawazoe que curara la Exposición Mid-Air que estaba ubicada en el techo del enorme espacio que identificará el evento, para la cual se convocó a una selección de arquitectos del mundo para diseñar pantallas entre quienes se encontraban Moshe Safdie, Yona Friedman, Hans Hollein y Giancarlo De Carlo.

Expo Osaka 1970, Japón. Izquierda: Plano del conjunto. Derecha: Vista aérea

Osaka’70 cuyo tema fue «Progreso y Armonía para la Humanidad» apuntando directamente a las nuevas generaciones, había sido elegida como sede por la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE según sus siglas en inglés) en 1965. Precedió a la Expo’68 de Montreal y antecedió a la Expo’92 de Sevilla. Contó con la participación de 76 países (Venezuela incluida), una colonia (Hong Kong), tres estados de los Estados Unidos y una ciudad alemana, y fue visitada desde su apertura el 15 de marzo hasta su clausura el 13 de septiembre por más de 64 millones de personas, lo cual da una muestra del éxito obtenido.

Debido a la forma del terreno de 330 hectáreas seleccionado, Tange y su equipo de arquitectos concibieron la exposición como un organismo vivo y cambiante con una «columna vertebral central que podría servir como el centro de una ciudad futura» y la organizaron basándose en dos tramas, una paralela a la avenida principal de conexión y la otra girada 45 grados. La zona más importante recorría de norte a sur el recinto, que abarcaba una carretera principal en dirección este/oeste.

Expo Osaka 1970, Japón. Festival Plaza. Arquitectura: Tomoo Fukuda, Koji Kamiya y Kenzo Tange. Cálculo: Yoshikatsu Tsuboi Institute y Kawaguchi & Engineers

Tange imaginó que la Expo debería concebirse principalmente como un gran festival donde los seres humanos pudieran reunirse. Bajo esta premisa los diseñadores que lo acompañaban pensaron que, a diferencia de anteriores exposiciones, deberían apostar por un lugar de encuentro y celebración abierto, surgiendo así la «Festival Plaza», una gran plaza cubierta por un gran techo de cristal (que en cierta forma rememora al Crystal Palace elemento central de la Gran Exposición de Londres de 1851), ubicada al norte de la carretera que tenía la puerta principal en su extremo sur. Al norte de la puerta principal, y fundamental para el Festival Plaza, se encontraba la Torre del Sol (creada por el artista japonés Tarō Okamoto y símbolo de la Expo), desde la cual los visitantes podían acceder a pasarelas peatonales que les llevaban hacia cualquier punto del recinto.

La gran cubierta, una estructura basada en un malla de doble capa de 10,8 x 10,8 metros con una profundidad de  de 75,6 metros de ancho y 108 metros de longitud, con una altura de 30 metros y con el único apoyo de sólo seis columnas de entramado, fue diseñada por Tomoo Fukuda, Koji Kamiya y Kenzo Tange y calculada por el Yoshikatsu Tsuboi Institute y Kawaguchi & Engineers, quienes la concibieron como gran marco espacial metálico. Mamoru Kawaguchi inventó una rótula sin soldadura para distribuir de forma segura la carga y elaboró un método para ensamblar en el suelo toda la estructura del techo de 4800 toneladas  la cual se elevó a su posición final por medio de gatos neumáticos que subían a lo largo de las seis columnas principales.Todo un sueño metabolista hecho realidad.

El concepto de planificación fue comparado con un árbol: la idea era pensar en los pabellones nacionales como flores individuales que tenían que estar conectados a la totalidad a través de ramas y un tronco en común. Así, la «Festival Plaza» sería el tronco y  las zonas peatonales y sub-plazas, las ramas. Estos elementos fueron reforzados con el color, con el tronco y las ramas en blanco liso y los pabellones en sus propios colores, que fueron determinados por los arquitectos nacionales.

Vistas generales de la Expo Osaka 70 donde se pueden apreciar algunos de los pabellones

Los pabellones se convirtieron en todo un laboratorio que permitió experimentar con ideas que se gestaron en los años 60: los marcos espaciales, la prefabricación, la integración tecnológica, las estructuras a tracción, las cúpulas, los inflables, el metabolismo y los viajes espaciales fueron algunos de los temas que se destacaron. Dennis Crompton, fundador de Archigram, manifestó que realmente disfrutó su tiempo allí porque «fue la primera vez que muchas de esas ideas aparecieron en forma construida».

Dentro de este marco, Venezuela se presentó compartiendo una estructura con Panamá, Uruguay y Perú: la llamada “Plaza Internacional II-B”, diseñada por las oficinas japonesas “Environmental Design Associates” y “Toshi Kenchiku Sekke Firm”, tal y como se recoge en Architectural Review 148, nº 882, agosto, 1970, p. 96, de donde hemos extraído la foto que acompaña nuestra postal del día de hoy. Los 80 metros cuadrados que ocupó Venezuela en una edificación compartida, cuya estética estructural se asemeja mucho a la que predominó en el evento, dan a entender que se trató de una participación a la cual el gobierno de Rafael Caldera no le prestó mayor atención quedando muy lejos del esfuerzo y calidad mostrados en la Expo 67 de Montreal. Tampoco ha sido posible obtener mayores datos relacionados al contenido de la muestra enviada y las gestiones que dieron como resultado el que al menos se hiciera acto de presencia.

Commemoration Park de Osaka, ubicado en el área donde en 1970 se llevó a cabo la Expo donde aún se conserva la Torre del Sol, creada por el artista japonés Tarō Okamoto

El recinto de la Expo ’70  es ahora el «Commemoration Park». Casi todos los pabellones fueron demolidos, pero unos pocos monumentos permanecen, incluyendo una parte del techo de la «Festival Plaza». La estructura más famosa y recordada sigue intacta: la Torre del Sol.  En el marco de lo distópico y del ambiente de ciencia ficción que también rodearon el evento cabe apuntar que al finalizar la Exposición, se enterró una cápsula del tiempo la cual no se puede abrir hasta pasados 5.000 años, coincidiendo con el año 6970. La cápsula fue donada por Matsushita Electric Industrial Co.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 112

Venezuela, a pocos meses del derrocamiento de la dictadura perezjimenista, participa en Bruselas (Bélgica) como parte de los 43 países extranjeros que, junto al anfitrión, 2 colonias y 8 organizaciones internacionales, se mostraron en la primera Exposición Universal organizada después de la Segunda Guerra Mundial lo cual marcó la reanudación de eventos de esta categoría, suspendidos desde Nueva York 1939.

1. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Posters elaborados para promocionar el evento

Expo Bruselas 58 al situarse en plena posguerra sirvió para que los gobiernos de los aliados de Europa Occidental aprovechasen para demostrar sus éxitos y prosperidad posbélicos, mientras que los países del Eje -Alemania, Japón e Italia- vieron en ella una oportunidad de lavar su imagen internacional. Sin embargo, lo más destacado entre la general exuberancia de la feria fue la tensión evidente entre Estados Unidos y la Unión Soviética quienes, como protagonistas de lo que se conoció como la Guerra Fría ya desatada para entonces, utilizaron sus respectivos pabellones para promover su antagonismo político, mostrar sus avances científicos y tecnológicos y hacer pulso en cuanto a su poderío armamentista e influencia internacional. Muchos recuerdan esta situación como similar a la que se presentó en la Exposición Internacional de París (1937) entre la Unión Soviética y la Alemania nazi de la cual sus respectivos pabellones representativos fueron también un claro reflejo de la crispación política e ideológica existente en el momento.

2. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Plano general de la feria

Propuesta originalmente para 1947 y aplazada inicialmente para 1955, la exposición se convirtió en un lugar para exaltar las posibilidades de la convivencia humana a la sombra de la amenazante destrucción nuclear. Identificada con el lema “Por un mundo más humano”, símbolo en sí mismo del mensaje pacifista que se quería colocar en el corazón del evento, la feria belga, abierta entre el 17 de abril y el 19 de octubre, se ubicó en un recinto de 200 hectáreas en la meseta de Heysel, a 7 kilómetros del centro de Bruselas. Muchos de los edificios utilizados fueron construidos originalmente para la exposición internacional de 1935 pero su extensión se amplió en un 50% debido a la incorporación del Parque Real de Leaken que dio cabida a un número importante de nuevas edificaciones. Su costo total, según las autoridades de la Expo, fue de 43.4 millones de dólares y recibió la visita de cerca de 42 millones de personas a lo largo de los 185 días que duró su apertura.

3. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Atomium. Arquitectos: A. y J. Polak. Creador: André Waterkeyn
4. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Izquierda: Pabellón Philips, Le Corbusier. Derecha: Pabellón de España, José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún

En términos generales, la Expo 58 ofreció un verdadero rango de las múltiples tendencias del paisaje arquitectónico de los años cincuenta. Sin embargo, el debate se ha centrado en precisar si lo allí mostrado no fue sino una vuelta de tuerca más para comprobar el ya decadente uso indiscriminado y tergiversado de los códigos propios del “estilo internacional” como sustituto del “modernismo” (caracterizados ahora por la transparencia, la dinámica de las superficies curvas y las construcciones suspendidas), sumados a la permanente búsqueda de efectos asociados a muchas “acrobacias neo-expresionistas” y a la superficialidad propia que toda feria impone. Por otro lado, ofrece una clara oportunidad para valorar posibilidades técnicas ilimitadas y, por lo tanto, los esfuerzos para dar la impresión de entrar en una nueva era donde el “progreso” vuelve a ser el protagonista. En este marco, quizás valga la pena recordar dos piezas como claras excepciones que confirman la regla: el pabellón de España (obra  de José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún), que ocupa un lugar muy destacado dentro de la arquitectura del siglo XX de ese país y el Pabellón Philips, donde Le Corbusier manifiesta su particular interpretación de la integración de las artes bajo el ropaje de una inusual utilización de la tecnología constructiva. Caso emblemático pasó a ser con el tiempo el Atomium, símbolo de la Expo, diseñado por André Waterkeyn cuya presencia aún hoy llama la atención en la ciudad.

Paradójicamente, en Bruselas también se colocó de nuevo sobre el tapete la cuestión de si una exposición universal podría seguir siendo un medio de comunicación adaptado a nuestros tiempos. Algunas partes de la muestra, así como otras contribuciones, trajeron a la mente enfoques del siglo XIX. La presentación de las colonias belgas en un período de descolonización (el Congo se independizó dos años más tarde), así como los modelos de eventos arquitectónicos de una pequeña ciudad belga o la «Pequeña Holanda» del Pabellón holandés con reconstrucciones diques, faros y la simulación del oleaje, revivieron una puesta en escena que se creía superada.

En lo concerniente a la representación venezolana, lo primero que salta a la vista es la cercanía de las fechas entre la caída de Pérez Jiménez y el inicio de la Expo, lo cual nos hace presumir que la decisión de participar ya venía siendo manejada por el régimen defenestrado y que pudo lograrse gracias a una curiosa demostración de continuidad y tino político de parte de una administración que, apostando a la democracia como forma de gobierno, buscaba dar una imagen fresca y novedosa alejada de la tiranía que la precedió.

El pabellón nacional será diseñado por Dante Savino, formado en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela quien, a causa del cierre de la Universidad en 1952, concluye el último año de estudios en Firenze, Italia, donde obtiene el título en 1954. Nos encontramos pues, en presencia de un criterio de selección que, precedido por las actuaciones de Villanueva y Malaussena en París (1937), y de Alejandro Pietri (Santo Domingo -1955-) y Guido Bermúdez (Berlín -1957-), prevalecerá hasta hoy en día dejando atrás la costumbre instaurada desde la época de Guzmán Blanco de encargar a arquitectos foráneos el diseño de nuestros pabellones representativos.

5. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Ubicación del Pabellón de Venezuela (cercano a los de México y Brasil)

La propuesta de Savino, ubicada en un lugar privilegiado dentro del conjunto de la feria, alejado a la vez de su zona más densa, bulliciosa y llamativa, nos permite apreciar una edificación horizontal, extendida, sin estridencias, de proporciones si se quiere modestas, conformada por una serie de piezas articuladas que se adaptan a la topografía y borde curvo del solar, logrando su mayor desarrollo por debajo del nivel de la calle permitiendo así la definición del acceso principal a través de un puente (que puede observarse en la fotografía que acompaña la postal del día de hoy) para dar así inicio a un recorrido en medio de patios sembrados con orquídeas que conducirán luego a un gran espacio de usos múltiples, integrado mediante una pérgola con una terraza que le sirve de expansión.

6. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Pabellón de Venezuela, Dante Savino. Arriba: perspectiva. Abajo: planta nivel acceso
7. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Pabellón de Venezuela, Dante Savino. Cortes y fachadas

La muy bien lograda espacialidad se suma a un atinado criterio en cuanto al aprovechamiento de la luz, lo que permite valorar una ambientación vinculada a la tropicalidad del país que se representa, donde la utilización de las cubiertas destinadas a los dos espacios más importantes y las pieles tramadas que los envuelven juegan un papel fundamental, aspectos todos que hemos podido apreciar gracias a la información que nos suministrara Víctor Sánchez Taffur, a quien se le encomendó la realización de una maqueta que mostró el pabellón venezolano de Bruselas en la Exposición “Horta & after” montada en la FAU UCV el año 2005 (ver Contacto FAC, nº 39, 06-08-2017).

8. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Pabellón de Venezuela, Dante Savino. Diversas fotos del exterior y el interior tomadas durante la celebración de la feria
9. Exposición Universal e Internacional de Bruselas 1958. Pabellón de Venezuela, Dante Savino. Maqueta elaborada en el taller de Víctor Sánchez Taffur en ocasión del montaje de la exposición «Horta & after. 25 maestros de la arquitectura moderna en Bélgica» realizada en la FAU UCV el año 2005

Los organizadores de la Expo, se refieren en el catálogo del evento (Guía oficial Exposition Universelle de Bruselas 1958 – Desclée & Co) al contenido del pabellón como una muestra de lo que el país puede ofrecer: “su arquitectura, la belleza de sus ciudades, el esplendor de su vegetación tropical y sus vastas riquezas industriales, minerales y agrícolas”. También remiten al “alto grado de industrialización que este país ha alcanzado (que) sin duda sorprenderá al visitante” y a la posibilidad de saber “que la refinación del petróleo (…) principal actividad industrial de Venezuela (…) sirvió como un trampolín para el desarrollo de otras industrias… (…) la mecanización agrícola y el aumento y racionalización de la cría, ayudados por la construcción de presas y sistemas de riego, han transformado este sector en uno de los principales activos del país”. Con respecto a la incorporación del arte y en busca de su no siempre lograda integración con la arquitectura, es bueno destacar que el pabellón incorporó en su recorrido, para así mostrarse a plenitud, obras de Soto, Narváez, Carreño, Leufert, Gego, Otero, Cruz-Diez, Pardo y Barrios. Ello permitió a la organización de evento declarar, no sin un cierto grado de ingenuidad y algo de verdad que: “El arte ha encontrado una nueva forma de expresión en este país donde, con la ayuda del clima, todo florece. Algo de la calidez y afecto de Caracas, la capital que se conoce como la ‘Ciudad de la Eterna Primavera’, ha sido infundida en este pabellón”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 8. Colección Crono Arquitectura Venezuela

  1. http://jdpecon.com/expo/wfbrussels1958.html

2. https://www.urbipedia.org/hoja/Exposici%C3%B3n_Internacional_de_Bruselas_de_1958

3 y 4. https://www.worldfairs.info/expolistepavillons.php?expo_id=14

5. Alayón J.J. «Naturalezas bajo cubierta. Los pabellones de Brasil, México y Venezuela en Bruselas 1958», Zarch, 2019

6, 7 y 9. Archivo de Víctor Sánchez Taffur