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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 397

El Concurso Nacional de Ideas para el Teatro Municipal El Hatillo, promovido el año 2001 por la Gobernación del estado Miranda, la Corporación de Servicios y Mantenimiento del estado Miranda y la Alcaldía del Hatillo buscaba, de acuerdo a las bases que acompañaron su convocatoria, obtener propuestas para la solución de un teatro clásico (tramoya y servicios) para 1.000 espectadores con actividades de apoyo, zona rental de oficinas (4.000 m2), servicios y estacionamientos.

1. Ubicación del terreno al este del pueblo de El Hatillo.

Se ubicaría en un terreno de 4.500 m2 delimitado al norte por la calle El Progreso (entrada a la urbanización La Lagunita), al sur por parcelas residenciales y al oeste con la calle Buena Vista, el pueblo del Hatillo y (a la distancia) la iglesia parroquial.

Culminado el período de entrega para el que se exigían un máximo de seis láminas rígidas de 60 x 90 cms. que mostraran la información fundamental (memoria, plantas, cortes, fachadas y perspectivas, siendo la maqueta un requisito opcional), el jurado otorgó el primer premio que garantizaba la contratación del anteproyecto y proyecto al escultor, pintor y dibujante Miguel Acosta González, profesor universitario, egresado de la FAU UCV en 1979, quien contó con la colaboración de los también arquitectos Luciano Landaeta, Juvenal Salcedo y Luis Sánchez Alonso.

El interesante proceso de diseño seguido por Acosta, recogido en “Distancias y aproximaciones entre dibujos e ideas. Experiencias en cuatro concursos de arquitectura”, trabajo de ascenso presentado en 2004 para optar a la categoría de Asistente dentro del escalafón universitario en la FAU UCV, permite no sólo encontrar los aspectos claves que fueron esgrimidos para producir y sustentar la propuesta ganadora, sino el importante peso que cobraron los medios de representación utilizados para que dicho éxito cristalizara.

Lo primero que salta a la vista a la hora de observar cómo se abordó el problema es la interpretación que se le dio al programa. Alejándose de la aspiración expuesta por los convocantes de contar con un “teatro clásico”, Acosta y su equipo propusieron más bien la creación de un “centro cultural”, transformando el teatro en una pequeña sala anfiteátrica para 250 espectadores, planteando sólo las oficinas propias de la institución llevándolas a 400 m2 y reduciendo el estacionamiento para una capacidad de 100 vehículos.

2. Del tradicional patio colonial a su adaptación al terreno.

La consideración del diseño de un edificio público asociado a la imagen arquetipal de la casa (célula de un organismo mayor como lo es la ciudad), y en particular de la casa colonial propia de pueblos como El Hatillo, estará presente desde un comienzo como idea generadora de la propuesta. En tal sentido, en el texto introductorio del proyecto elaborado por Acosta para el trabajo de ascenso mencionado, señalará: “La mayoría de las casas de pueblos coloniales como El Hatillo tiene patios internos alrededor de lo cuales se colocan los corredores, habitaciones y espacios. (…) Cuando comenzamos a trabajar en este concurso esto fue lo primero que se nos vino a la mente y propusimos esquemas de funcionamiento y formas que tuvieran que ver con la creación de un patio interno: una serie de volúmenes alrededor de un espacio central. (…) La idea de casa colonial con patio, heredada de la tradición española, fue la primera imagen con la cual trabajamos; se mantuvo presente con ciertas alteraciones”.

3. La idea va tomando forma.
4. Vista general de la idea dentro del contexto.

Otra imagen recurrente, presente desde el inicio, estará asociada a la idea de teatro: “Al igual que con la casa, cuando pensamos en un teatro es casi seguro que recordemos los teatros griegos como imagen arquetipal. (…) Dichos teatros eran tallados en las montañas y los constructores aprovechaban las pendientes naturales de los terrenos para su construcción. (…) De aquí surgieron dos temas para el Centro Cultural: el escalonamiento y la topografía. (…) El primero se manifiesta en la vibración que produce la repetición sucesiva de las gradas de un teatro y el segundo en el tallado de la edificación por niveles: continuidad entre naturaleza y arquitectura”.

Las ideas expuestas dieron pie a lo presentado a concurso luego de un rico proceso en el que, en primer lugar, la geometría triangular del terreno (con los tres lados diferentes entre sí) obligó a adaptar la forma rectangular del patio tradicional. Ello junto a las consideraciones topográficas llevó a proponer la imagen de un “triángulo cubista” el cual fue boceteado “repercutiendo en el conjunto en formas geométricas curvas, rectas y quebradas”.

5. De arriba a abajo: Plantas, corte longitudinal y fachada oeste de la propuesta presentada a concurso.

A los ajustes sucesivos a que se sometieron las primeras ideas se sumó el tratamiento propuesto para el hall de acceso del edificio entendido como una “plaza cubierta” desde donde se pudiera “atravesarlo mediante una calle interna escalonada”. “La edificación comienza a funcionar como un edificio urbano: plaza cubierta, pequeña plaza interna (patio en escalera) y una calle peatonal que permitiera la conexión entre las calles colindantes. La edificación se planteó como una pieza adaptable a las distintas situaciones espaciales y formales del contexto. (…) En ese momento, la imagen de casa se transformó en imagen de edificio institucional (Centro Cultural) que responde al contexto de una manera uniforme con una geometría ligera y severa al mismo tiempo”.

6. Proceso de ajustes que conllevó el anteproyecto.
7. Lámina resumen del anteproyecto.

Durante el desarrollo del anteproyecto una vez obtenido el premio, los promotores y organizadores insistieron en la necesidad de incorporar el “teatro clásico” (ahora para 700 espectadores) planteado en las bases del concurso, transformado (como ya se dijo) en sala anfiteátrica con capacidad sólo para 250 presentada como idea ganadora. Ello originó un importante ajuste que “afectó considerablemente las condiciones formales y espaciales del programa”, el intento de equilibrar sin éxito el teatro con el resto del edificio y el inicio de un proceso de diálogo que condujo a la aceptación por parte de los clientes de retomar la idea de una sala de conciertos para 350 espectadores, “con las dimensiones suficientes para hacer danza y teatro pero sin las complicaciones de un Teatro Clásico”. De aquí surgiría la volumetría resultante plasmada finalmente: “un par de xilófonos (marimbas) de direcciones y proporciones distintas, integradas por el cuerpo del Hall de Acceso … lo cual fue aprovechado como imagen para resolver también la Biblioteca”.

Finalmente, el resultado logrado permitió afirmar que el teatro se abrió hacia el pueblo del Hatillo e interactúa con él, y que el edificio institucional paso a ser un edificio-teatro donde el escalonamiento de pisos y techos cobran gran protagonismo.

8. Dibujos de Miguel Acosta que acompañaron la propuesta presentada a concurso.

Los dibujos utilizados para presentar tanto las dos etapas de ideas -material entregado para el concurso- (bocetos y croquis exploratorios a mano alzada en los que se van alternando perspectivas y plantas de conjunto que concluyen con plantas, cortes y fachadas a escala 1/200), como el anteproyecto (croquis definitorios de plantas a mano alzada y dibujos a escalas 1/100 y 1/50,) fueron realizados fundamentalmente utilizando lápiz y marcadores negros (punta fina y punta gruesa) sobre croquis blanco y amarillo.

La riqueza expresiva que muestra a modo de memoria conceptual la presentación realizada desde el primer boceto a los dibujos más precisos, denota una vez más la virtuosidad como dibujante de Acosta y el valor que siempre ha tenido para él como método de aproximación creativa a la arquitectura. Ello le permitirá afirmar: “la relación entre dibujo e ideas es de orden dialéctico: donde comienza el dibujo concluyen las ideas y donde surgen las ideas se define el dibujo”.

Acosta, asiduo participante en concursos de arquitectura, había obtenido el segundo premio en el certamen para la “Escuela de Danza de la Ópera de París, Nanterre” en 1983, fue finalista en el convocado para el “Palacio Municipal del Distrito Sucre del Estado Miranda” en 1986 y obtuvo en 1998 el primer premio del “Concurso de Ideas para el Edificio de Apoyo al Museo de Arte Colonial-Quinta Anauco”, antes del reconocimiento alcanzado en el que hoy nos ha ocupado. Posteriormente continuaría cosechando éxitos como ganador del primer premio en: el “Concurso para el Mercado Popular de Antímano” (2013), el “Concurso Público para el Proyecto Sede del Banco Central Guayana” (2015), el “Concurso para la remodelación de la vieja oficina postal de Miami” (2015) y, más recientemente, junto a Rafael Montes, del “Concurso de Ideas para la manzana del Taller del Hierro, Oporto” (2022).

9. Vistas aéreas del Anfiteatro El Hatillo.
10. Dos imágenes recientes del Anfiteatro El Hatillo.

Nota

Entregado el trabajo por parte de Acosta, finalmente como tantos otros concursos realizados a nivel nacional los promotores decidieron no construirlo. En su defecto lo que se realizó años después fue, tomando en cuenta parte de lo propuesto por Acosta, la restitución de lo que era una infraestructura venida a menos y que hoy se conoce como Anfiteatro El Hatillo, sala multipropósito que, sobre la calle Bella Vista (justo al lado del Centro Comercial Paseo El Hatillo), ocupaba uno de los tres terrenos (el identificado como P2) que se pensaban integrar al momento del lanzamiento del certamen. Con un aforo para 700 espectadores los trabajos se terminaron en 2013 y desde entonces ha funcionado con el objetivo de promover los talentos locales nacionales. La obra requirió la restitución del techo y la refacción de general de paredes e iluminación.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8. Miguel Acosta. “Distancias y aproximaciones entre dibujos e ideas. Experiencias en cuatro concursos de arquitectura”, Trabajo de ascenso presentado para optar a la categoría de Asistente dentro del escalafón universitario, FAU UCV, 2004 (visitable en https://issuu.com/miguelacostagonzalez/docs/distancias_y_aproximaciones_entre_dibujos_e_ideas); y ACOSTA (https://miguelacostaarteyarquitectura.com/portfolio/arq2000/)

9. Capturas de Google Earth.

10. Goliiive (https://www.goliiive.com/venue/anfiteatro-el-hatillo); y Ernaly Hernández (https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=anfiteatro+El+hatillo#lpg=cid:CgIgAQ%3D%3D,ik:CAoSLEFGMVFpcE5SZlJtMmF0RXhueUNaUzNFcXl4M2x3enRjTXBCcVFvRXAxSEtO)

1968• Restauración de la Iglesia de Santa Rosalía de Palermo, El Hatillo

Iglesia de Santa Rosalía de Palermo El Hatillo.jpg

1968• Se concluye la restauración de la Iglesia de Santa Rosalía de Palermo, ubicada entre la calle Santa Rosalía y la calle Escalona, frente a la Plaza Bolívar, El Hatillo, Caracas, la cual estuvo a cargo del arquitecto Graziano Gasparini (1924-2019).

La primera piedra de esta iglesia fue colocada el 19 de diciembre de 1784 y su construcción fue realizada por el ingeniero militar maestro Juan Manuel Oses. Una vez culminada fue consagrada el día 3 de septiembre de 1786.

En el año 1960 la Iglesia Santa Rosalía de Palermo fue declarada Monumento Histórico Nacional.

HVH

NOVEDADES ARQUITECTÓNICAS DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Bulevar Sucre

El Hatillo, Caracas

Bastidas y Salinas + Emilia Monteverde

31 de julio de 2023

Tomado de https://www.archdaily.cl

Descripción enviada por el equipo del proyecto.

El Bulevar Sucre es un proyecto de renovación urbana emplazado en el pueblo de El Hatillo, ubicado al sur este de la ciudad de Caracas. Un lugar declarado monumento nacional por su valor histórico y conservación de la arquitectura colonial. Una zona con un enorme potencial turístico, pero con severas deficiencias de conectividad y servicios.

El objetivo del proyecto fue restaurar una zona del pueblo marginada por el caos vial, la apropiación de la calle por parte de vehículos en desuso y en consecuencia el abandono del espacio público. En ese sentido, la estrategia principal fue considerar al peatón una prioridad dentro de los usos del lugar, limitar el paso vehicular, ensanchar las aceras para evitar carros estacionados y probablemente lo más importante, disolver la acera para permitir la fluidez de tránsito peatonal en toda el área de la intervención.

El diseño como mediador entre la tradición y la innovación.

El pueblo El Hatillo es un lugar que permite imaginar una sensible relación entre tradición e innovación, en ese sentido, la materialidad fue una variable que nos permitió establecer vínculos con las preexistencias pero, aprovechando la oportunidad para experimentar con la geometría que define los distintos lugares, donde diseñamos una trama de composición radial que se proyecta en el piso y se densifica y dilata según la circunstancia, con la intención de vincular espacios comerciales y focos importantes de conexión como lo son la calle Santa Rosalía que conecta el bulevar con la Plaza Bolívar de El Hatillo, y la plaza Sucre, un espacio en deterioro que se renovó también totalmente para formar parte del sistema.

Tectónica y atmósfera.

El concreto estampado y cepillado fue el material fundamental para la construcción del pavimento y el mobiliario urbano, las lajas de piedra para la contención de jardineras en pendiente y barandas de acero inoxidable para el talud que se eleva sobre la plaza Sucre.

El mobiliario fue pensado de manera tal que invita al usuario a deambular y recorrer los escenarios de manera aleatoria, bancos curvos y esferas de concreto aparentemente dispuestos de manera arbitraria sobre las líneas del pavimento generan la sensación de continuidad y fluidez e invitan a reconocer la ciudad como un territorio lúdico y de confluencia ciudadana. 

Ficha

Arquitectos: Bastidas y Salinas, Emilia Monteverde

Área: 4100 m²

Año: 2022

Fotografías: Diego González

Proveedores: Graveuca

ACA

1987• Quinta La Osera, urb. La Lagunita, El Hatillo

1987• La empresa Construcciones Solsa C.A. concluye la construcción de la Quinta La Osera, ubicada en la Calle El Lazo y Laguna Seca, urb. La Lagunita, El Hatillo, Caracas, proyectada por Oscar Solórzano Sierralta (título de arquitecto validado en la FAU UCV Promoción 20C/1972) y César Sarmiento C. (FAU UCV promoción 27A/1979) y calculada su estructura por la firma C.G.A.P. Ingenieros Proyectistas.
La casa tiene 620 m2 de construcción divididos en dos plantas (370 m2 la baja y 250 m2 la alta).
Los arquitectos proyectistas aprovechando la topografía existente y teniendo como premisa la integración con las áreas verdes, las visuales, la captación de la luz y las ventajas de una buena ventilación, desarrollaron en la planta alta, que es por la cual se ingresa a la vivienda, la habitación principal con su baño incorporado, tres habitaciones adicionales también con baño, un estar íntimo, el garaje y la habitación para el chofer.
En la planta baja, desarrollaron el salón, el comedor, un bar, la cocina, un estudio, el área de servicio (área de faena, patio de secado), un gimnasio muy cercano a la piscina, rodeados de jardines que se integran a los diferentes ambientes de la casa a través de terrazas.


Fuente – «Anuario de Arquitectura Venezuela Nº 3», Proimagen Editores C.A., 1988.

HVH

Es noticia

Alcaldía de El Hatillo anunció ganadores del Concurso para construcción del mercado y estacionamiento municipal

23 de noviembre 2018

Tomado de Primicias24.com

El martes 20 de noviembre, la Alcaldía de El Hatillo anunció los  ganadores del concurso de proyecto para la construcción del Mercado y Estacionamiento Municipal. Nilka Mercedes Sarmiento Mujica (arquitecto UCV), Josmil  Bruzco, Eduardo Bello Yturbe y Juan José Carrillo; presentaron la propuesta que reunió todos los requisitos que exigió el jurado y fueron los acreedores del primer lugar.

“Estar haciendo ciudad en este país, es algo que nadie creería; de las cosas más positivas que estamos viendo hoy; la Alcaldía logra un terreno y ya  empezamos un proyecto, es un orgullo participar y contribuir al desarrollo de la localidad”, destacó Nilka Sarmiento en representación del grupo ganador.

Las consideraciones para seleccionar el proyecto ganador fueron: identidad del pueblo, sus alrededores, el valor histórico–patrimonial del casco y su vinculación con estos nuevos espacios, calidad arquitectónica y las conexiones de ejes de circulación peatonal y vehicular, entre otras.

Propuesta ganadora

El Mercado Municipal con 20.000 metros cuadrados de construcción, será la obra de mayor envergadura del municipio, por su impacto socioeconómico lo que implicará mejoras en la calidad de vida de los hatillanos.

La parte interna contará con 37 locales para carnes y pescados; 80 para víveres y mercancía seca, 19 cavas de congelado, 4 módulos de circulación vertical, 7 cuartos administrativos, baños y 5 andenes de carga y descarga.

El área de  estacionamiento tendrá capacidad para 464 vehículos y la parte externa tendrá 20 quioscos para comida gourmet, zonas de parque y mobiliario público.

Para llegar a este anuncio, se realizó un Concurso de proyectos para El Mercado Municipal y Estacionamiento; evento con escasos antecedentes en la vida pública del país, en el cual se presentaron 12 propuestas de alto nivel técnico.

El Jurado calificador estuvo conformado por Elias Sayegh como primera autoridad municipal; María Gabriela Ochoa, arquitecto y paisajista, profesora de la Universidad Simón Bolívar; Gabriel Trujillo, abogado, urbanista; Jacqueline Da Silva, Directora de Gestión Urbana del municipio y el Concejal Omar Nowak.

Mención honorífica

Nota: Fue acreedor de Mención Honorífica el equipo conformado por los arquitectos Omar Seijas, Patrizio Vasallo y Alessandro Del Vecchio y el ingeniero Doménico Del Vecchio.

ACA