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1955• Club Puerto Azul, Litoral Central

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1955•  El equipo integrado por el ingeniero Daniel Camejo Octavio (1914-2008) (FI UCV), la empresa de proyectistas Carpio & Suárez (Oscar Carpio Méndez, arquitecto, Facultad de Ingeniería UCV, promoción 1º/1947 y Guillermo Suárez Mier y Terán, arquitecto, validado FAU UCV, promoción 7A/1957) y la Oficina Técnica Bernardo Nouel como responsables de la Ingeniería de Puerto, conciben y proyectan en 151.000 m2 de terreno que formaba parte de la Hacienda Longa España, Naiguatá, Distrito Federal, ubicada a 25 km. de La Guaira, el Club Puerto Azul.
El paisajismo fue realizado por el arquitecto brasileño Roberto Burle-Marx (1909-1994).
Este centro social fue proyectado para tener 6.000 miembros y sus instalaciones fueron programadas para esa población.
El proyecto inicial propuesto contó con una Casa Club de tres niveles, que tenía una cafetería abierta hacia las amplias zonas verdes, cocina central y anexos (vestuarios, lockers y sanitarios para empleados); vestuarios para damas y caballeros con sus respectivos lockers, sanitarios, duchas y demás servicios; oficinas administrativas, servicios médicos y enfermería.
En su segundo nivel la Casa Club contaba con una fuente de soda con vista al mar, salones de juegos de mesa y en un tercer nivel con un restaurante formal, bar y salón de bailes.
Como parte de las áreas exteriores se construyeron dos piscinas: una diseñada por el propio paisajista Burle-Marx, como un lago, con isletas con altos cocoteros existentes que fueron preservados al fijar la forma y contorno, complementadas con la inclusión de plantas tropicales; y la segunda, una piscina olímpica (50 m x 25 m) con instalaciones para competencias complementada con área de salto dotada de plataformas y trampolines reglamentarios, provista de una tribuna para 600 espectadores.
Se construyó un largo espigón-rompeolas que definió una bahía en cuyas aguas se instaló un puerto deportivo y consolidó una playa sin olas, a lo largo de los terrenos sombreados por cocoteros en los cuales se desarrollaría un campo de golf.
El puerto deportivo, concebido para pequeñas embarcaciones, está complementado por talleres, servicios náuticos, estación metereológica y un faro, que con el tiempo se convirtió en el símbolo del Club.
La segunda playa, abierta directamente sobre el Mar Caribe, tiene características oceánicas.
Con el tiempo, para complementar las facilidades recreativas, se construyó un bowling, un anfiteatro, cine al aire libre, canchas de tenis, bolas criollas, etc.
El proyecto de las instalaciones del club se complementó con un área residencial, construyéndose tres edificios (de 4 que fueron planteados inicialmente), de 16 pisos cada uno: planta baja, catorce plantas y un nivel de servicios.
Cada edificio cuenta con habitaciones tipo PH-A (para seis personas) y PH-B (para 4 personas), Suites A y B (para 4 y 3 personas), éstas con balcones con vista hacia el mar, y el resto de las habitaciones para 4 o 3 personas, existiendo la posibilidad de establecer comunicación entre algunas de ellas.
En el plan general del club se previó un área, adjunta al acceso principal de las instalaciones (junto a la carretera La Guaira-Naiguatá) para la construcción de un centro comercial privado, que nunca se realizó. Al vender el terreno del centro comercial se utilizó para la construcción de un edificio residencial que se vendió bajo régimen de propiedad horizontal.
El deslave que hubo en el Litoral Central en diciembre de 1999 dañó muchas de las instalaciones del Club Puerto Azul, las cuales fueron reconstruidas con prestancia, dedicación, rapidez, calidad y respeto por su ya consolidada tradición.

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Durante el año 1954 se había iniciado la construcción del Club Puerto Azul en Naiguatá, Litoral Central, Distrito Federal. Antes de finalizar la construcción de las obras contempladas en el proyecto se habilitaron instalaciones temporales para poder recibir a los miembros accionistas del club.

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Piscina con sus isletas con vegetación cuyo trazado fue realizado por el arquitecto paisajista brasileño Roberto Burle-Marx

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Muelle, marina y faro.

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Escalera del edificio que congrega las actividades sociales.

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Vista aérea del Club Puerto Azul, del Club Playa Azul y en la parte posterior de la imagen, el movimiento de tierra de lo que llegaría a ser la urbanización Longa España.
En esos terrenos se construyeron en diferentes momentos, las Residencias Mar Caribe, Farallón Centinela, varias viviendas unifamiliares y el Club Puerto Azul se expandio ubicando alli la Fundación Puerto Azul, Canchas de tenis y otras de football y entre estas un amplio estacionamiento.
A la izquierda de la fotografia se distingue el pueblo de Naiguatá.
(foto de Frohmund G. Burger-1974).

LA RED HOTELERA NACIONAL

Dentro de las políticas adelantadas por la Dictadura perezjimenista tendientes a mejorar el medio físico y hacer de la obra pública su baluarte fundamental, una de las que con más empeño se siguió fue la correspondiente a dotar el país de una amplia red de hoteles, acorde con el potencial turístico que siempre Venezuela ha tenido y con la visión nacionalista que el Nuevo Ideal Nacional sostenía.
Así, casi desde el mismo momento en que asume en solitario la Presidencia de la República, Pérez Jiménez crea en 1953 la Dirección Nacional de Turismo dependiente del Ministerio de Fomento, responsabilizada de hacer el plan hotelero correspondiente con base en una serie de edificaciones existentes, a las que se incorporarán otras de nueva planta ubicadas en lugares de gran valor desde el punto de vista turístico, con lo que se abarcará prácticamente todo el territorio nacional.
El listado de instalaciones con que se contará, abarca, en primer lugar, los conocidos como “Hoteles Nacionales”, heredados de las iniciativas adelantadas durante la época en que Juan Vicente Gómez gobernó el país (1908-1935), entre los que se encuentran: el hotel Maracay (1919) en Maracay, el «Hotel Termal» en San Juan de los Morros (1920) –ambos proyectados por la Sala Técnica, Dirección de Edificaciones del MOP-, el hotel Miramar (Alejandro Chataing, 1928) en Macuto, y el “Hotel Jardín” (Carlos Raúl Villanueva, 1929), también en Maracay.
A dicha lista, habría que agregar los financiados a través de participaciones accionarias del Ministerio de Fomento, conjuntamente con el sector privado, entre los que se encontraban: el albergue Pico de El Águila (Mérida) y el hotel El Corozo (San Cristóbal); los hoteles Caribe (Las Piedras) y Nueva Cádiz (Pampatar), ambos en la Isla de Margarita; Cuatricentenario y Nueva Segovia (Barquisimeto); y los hoteles Tamanaco (Caracas), Del Lago (Maracaibo), Cumboto (Puerto Cabello), Coromoto (Guanare), Apure (San Fernando), Amazonas (Puerto Ayacucho), Barlovento (Higuerote), Torres (Carora), Bolívar (Ciudad Bolívar), Guácharo (Caripe), El Junkito (Distrito Federal) y San Felipe (Yaracuy), dispersos a lo ancho de la geografía nacional.
Luego, paulatinamente, el Ministerio de Fomento, una vez adquirida la mayoría de las acciones de las compañías de hoteles en que se involucró, aumentará su poder de decisión y ejecución, contemplando varias etapas, desde mediados de la década de los 50, en la complementación de la llamada “Red Hotelera Nacional”. En la primera etapa se inaugurarán los hoteles Trujillo (Trujillo), Bella Vista (Isla de Margarita, Nueva Esparta) y Miranda (Coro, Falcón). Para la segunda etapa, la Dirección de Edificios y la recién creada Corporación Nacional de Hoteles y Turismo (CONAHOTU) estarán participando directamente, en la escogencia de los terrenos, revisión de los proyectos y fiscalización de las obras, de los hoteles Maracay (Maracay, Aragua), Llano Alto (Barinas), Prado Río (Mérida) y El Tamá (San Cristóbal, Táchira). Los hoteles Humboldt (Parque Nacional El Ávila, Caracas) Guaicamacuto (Litoral Central, Vargas), Cumanagoto (Cumaná, Sucre) y Moruco (Santo Domingo, Mérida) estarían previstos para la tercera etapa. El Aguas Calientes (Ureña, Táchira), debería incorporarse a la primera etapa pese a no aparecer mencionado en las memorias oficiales. Se trata, pues, de un total de doce edificaciones que constituirán la red gestionada directamente por la CONAHOTU, ilustradas como parte de la significativa imagen propagandística de la época que acompaña esta reseña.
Con el criterio de ir convirtiendo cada hotel en punto de partida para el fomento del turismo interno, se llevó a cabo la contratación de los 12 proyectos, que gracias a la importante gestión del ingeniero Daniel Camejo Octavio (quien para 1951 había participado en la construcción del Laguna Beach Club, el Bahía Mar y posteriormente el club Puerto Azul), son otorgados a los más destacados arquitectos u oficinas de arquitectura que había en aquel momento en el país, localizadas básicamente en Caracas. Así, el Trujillo será contratado a Alberto Chávez, el Bella Vista a la oficina Vegas & Galia (Martín Vegas y José Miguel Galia), el Miranda a la firma OTEPI de Eduardo Arnal, el Maracay y el Guaicamacuto a la oficina Malaussena & Silveira (Luis Malaussena y Manuel Silveira), el Llano Alto a la oficina Carpio & Suárez (Oscar Carpio y Guillermo Suárez), el Prado Río y el Cumanagoto a Tomás José Sanabria y Julio Volante, El Tamá a Julio Volante, el Humboldt a Tomás José Sanabria, el Moruco a Fruto Vivas y El Aguas Calientes a la oficina Ferris & Vegas (Julián Ferris, Juan Andrés Vegas y Gustavo Ferrero Tamayo).
Ahondar en el análisis de este grupo de edificios podría conducir a clasificarlos por regiones, por tipologías o por el carácter asociado a la manera como enfrentan la relación entre modernidad y tradición, a lo que podría añadirse la valoración del sentido del lugar donde debieron construirse o la conciencia de estar representando un país a los ojos del viajero que los disfrutaba.
De todo ello nos iremos ocupando paulatinamente en próximas entregas contando con que este texto sirva de nota introductoria.

ACA

Procedencia de la imagen

https://www.facebook.com/lavenezuelainmortal/photos/publicidad-de-la-corporaci%C3%B3n-nacional/674863685945901/

1980• Se concluye la construcción de Pueblo Viejo, El Morro, Lechería

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1980•  Luego de 4 años de trabajos se concluye la construcción de Pueblo Viejo, condominio de carácter recreacional ubicado en el Complejo Turístico El Morro, Lechería, estado Anzoátegui.
El desarrollo, concebido con el estilo mediterráneo francés como referencia, está integrado por siete islas y cinco sectores en los cuales se edificaron 720 viviendas, de dos y tres niveles, muchas de ellas con la posibilidad de anclar lanchas y veleros, los cuales tienen acceso a la Bahía de Pozuelos a través de canales navegables.

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2000• Sector Península del Complejo Turistico El Morro, Puerto La Cruz

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2000•  Con el décimo proyecto construido en un lapso en 12 años por Inversiones Cavdeca, diseñado por la arquitecto Maritza Domínguez Nelson, se logró cambiar radicalmente el aspecto del Sector Península del Complejo Turístico El Morro, Pto. La Cruz, Anzoátegüi. El Complejo Turístico tiene 888 hectáreas divididas en dos áreas: Las Salinas, con los canales que se construyeron en él, de 762 hectáreas y la Península El Morro de 126 hectáreas. Su desarrollo se inició en septiembre de 1968 cuando se registró la Compañía Anónima Turística de Oriente CAZTOR, con el objeto de promover, construir y vender las tierras aportadas por los Concejos Municipales de Bolívar y Sotillo, las cuales se desarrollarían con un capital inicial aportado por la Corporación Venezolana de Fomento.
El promotor del proyecto fue el Ing. Daniel Camejo Octavio, quien había proyectado y ejecutado obras tales como la Red de Hoteles de CONAHOTU y el Club Puerto Azul, Naiguatá, Litoral Central.

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