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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 445

En medio del desarrollo de la Caracas Design Week, hemos creído oportuno recordar el que quizás haya sido el primer concurso convocado públicamente en nuestro país que contó con la participación de diseñadores de diferentes disciplinas, cuyo objeto era elaborar elementos que formarían parte del equipamiento de los cascos históricos de Coro y su puerto (La Vela), considerados Monumento Nacional desde 1960 y declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1993.

El llamado al “Concurso de mobiliario urbano para los centros históricos de Coro y La Vela, estado Falcón” se hizo en 1996 y el que se haya asumido esta modalidad tiene mucho que ver con que la Corporación Mariano de Talavera (principal ente organizador) estuviera presidida en aquel entonces por el importante arquitecto venezolano Henrique Hernández, premio Nacional de Arquitectura 1988. Colaborarían en la organización: la Asociación Latinoamericana de Diseñadores Industriales (Aladi-Venezuela, fundada en 1980) y el Centro de Arte La Estancia, Acción Cultural de Petróleos de Venezuela (que abrió sus puertas en 1995).

1. Ubicación de los cascos históricos de Coro (izquierda) y La Vela (derecha).

El jurado estuvo integrado por el artista plástico Virgilio Trompiz, el arquitecto y profesor Andrés García de la Universidad del Zulia, los profesores Juan Pedro Posani y Alberto Sato de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV y el músico Efraín González.

A través del concurso se buscaba equipar los centros históricos de Coro y La Vela con tres tipos de componentes que pasarían a formar parte de su equipamiento urbano: bancos, papeleras y kioskos fácilmente desmontables y transportables, debiendo ser presentados a nivel de prototipo. Además, se entregaría por cada categoría un primer y un segundo premio, así como las menciones que el jurado considerara pertinentes. Para los ganadores en cada uno de los temas se previó un monto de 250 mil bolívares y para los segundos la cifra se fijó en 100 mil, amén de una certificación especial que en acto especial entregaría, en Coro, la Corporación Mariano de Talavera.

Una vez entregados los trabajo el mes de julio de 1996, la deliberación del jurado favoreció con el primer premio del diseño de la papelera y el banco a la dupla conformada por Franco Micucci y Luis Treviño, correspondiéndoles el segundo premio en los mismos renglones al tandem Ignacio Urbina Polo y Marcel Erminy Castillo. En el diseño del kiosko resultó ganador Roberto Castillo M. recayendo el segundo lugar también en Ignacio Urbina Polo y Marcel Erminy Castillo.

En cuanto a las menciones, fueron otorgadas, en el diseño del banco, una a Doménico Silvestro y otra a Alfredo J. Caraballo; en el de la papelera una a Roberto Castillo; y en el del kiosko cinco: Franco Micucci y Luis Treviño, Doménico Silvestro, Ruth Mora, Nelson González y Alfredo Caraballo.

2. Nº 168 del semanario Arquitectura HOY del viernes 23 de agosto de 1996.

Es de la reseña dedicada al concurso, publicada en el nº 168 del semanario Arquitectura HOY (viernes 23 de agosto de 1996), de donde provienen las imágenes que engalanan nuestra postal del día de hoy.

3. Franco Micucci y Luis Treviño. Lámina presentada para el concurso de la propuesta para el banco (izquierda). Prototipo elaborado en el Taller de Procesos Metalmecánicos de la Universidad Simón Bolívar (derecha).
4. Franco Micucci y Luis Treviño. Lámina presentada para el concurso de la propuesta para la papelera.
5. Franco Micucci y Luis Treviño. Bocetos incorporados a la lámina presentada para el concurso de la propuesta para la papelera (izquierda). Prototipo elaborado en el Taller de Procesos Metalmecánicos de la Universidad Simón Bolívar (derecha).

Micucci y Treviño tuvieron “la oportunidad de desarrollar prototipos en los talleres de metalurgia de la Universidad Simón Bolívar y junto a artesanos de la región de Falcón procesar y preparar las maderas de Curari que empleamos en los proyectos” se recoge de la página de Instagram @francomicucci. También se apunta lo siguiente: “El jurado en aquel momento compuesto por ilustres arquitectos y diseñadores (…) destacó el valor de las propuestas por su capacidad de apelar a aspectos de la tradición sin dejar de ser contemporáneos”.

6. Roberto Castillo. Sección transversal del kiosko ganador del concurso.

Por su parte, Roberto Castillo, quien presentó su trabajo ganador de la categoría kiosko en el renglón “Espacio público” la IX Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura venezolana de fin de siglo. 1987-1998, destaca que “la premisa básica fue la creación de un objeto compacto con las máximas posibilidades. El resultado es una pieza semejante a una tienda de campaña: ofrece un amplio espacio de protección al sol cuando está abierto y ocupa el mínimo espacio cuando no está en uso”.

En cuanto a su conformación, el kiosko diseñado por Castillo consta de dos partes: “la cabina para la ubicación del vendedor, la exhibición y el depósito de la mercancía; el techo puerta movible, que cumplía las funciones de techo al abrirse y de única puerta al cerrarse”.

7. Roberto Castillo. Prototipo ubicado en el casco histórico de Coro. Modo cerrado.

Al igual que la papelera y el banco de Micucci y Treviño, la construcción del prototipo del kiosko de Castillo “fue posible gracias a un convenio entre la Corporación Mariano de Talavera y el Taller de Procesos Metalmecánicos de la Universidad Simón Bolívar”. Fue elaborado “según la idea original con las modificaciones necesarias para obtener un resultado más eficiente. Los materiales utilizados fueron tubos y chapas de hierro para el kiosko y madera para el mobiliario (estante)”.

Luego de haber sido dado el veredicto los trabajos reconocidos fueron expuestos a partir del 25 de agosto de 1996 en el Centro de Arte La Estancia de La Floresta y el jueves 29 se llevó a cabo un foro con la participación de los miembros del jurado, el representante de la Fundación Mariano de Talavera y los diseñadores premiados.

Los prototipos ganadores de los primeros premios del concurso fueron colocados en algunos lugares del casco histórico de Coro en el mes de marzo de 1997 (particularmente en la plaza San Clemente frente a la iglesia de San Francisco) pero, lamentablemente, nunca fueron desarrollados de forma intensiva. Con ello, pasaron a ocupar otro de los capítulos inconclusos relacionados con certámenes de diseño convocados a nivel nacional con carácter abierto.

8. Roberto Castillo. Prototipo ubicado en el casco histórico de Coro. Modo abierto y en pleno uso.

Tampoco tenemos noticias de que después de 29 años se haya llevado a cabo otra convocatoria similar dedicada a un tema tan importante como necesario que, sea cual sea el lugar del país al que nos refiramos, suele resolverse utilizando indiscriminadamente modelos industriales de todo tipo, tamaño y calidad (tanto de diseño como de elaboración), poblando sin orden ni concierto aceras, plazas y parques de todas nuestras ciudades.

Por otro lado, vale añadir que, pese a la declaratoria de 1993, los cascos históricos de Coro y La Vela fueron incluidos desde 2005 en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro por parte de la UNESCO, debido a la falta de inversión y mantenimiento por lo que enfrentaban amenazas graves que podían comprometer su valor universal excepcional.

Pese a los esfuerzos adelantados por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), que a partir de 2004 asumió como primera prioridad el rescate de los dos centros históricos a través de un Plan Integral de Conservación y Desarrollo, para lo cual se conformó una Comisión Presidencial y se logró contar una asignación presupuestaria anual, desde 2010, al cambiar la dirección del ente, el interés volvió a decaer y la falta de mantenimiento volvió a hacer acto de presencia. La importante iniciativa involucró diferentes asociaciones y entes estatales, destinándose los recursos a la mejora de la infraestructura (restauración de inmuebles, recuperación de la memoria constructiva artesanal y nuevas redes de aguas blancas y servidas y de electricidad) y renovación de espacios públicos.

Por otra parte, la página del Institutional Assets and Monuments of Venezuela (IAM) registra que en 2018 el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, aprobó la solicitud de asistencia técnica que le hizo el Estado venezolano con el objetivo de sacar a Coro y La Vela de la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro en la que, pese a los esfuerzos, permanecía desde hacía 13 años. La asesoría se realizaría a través de dos misiones que tendrían el objetivo expreso de contribuir a que las autoridades gubernamentales, encargadas en Coro y La Vela de conservar el sitio inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial en 1993, pudieran cumplir con las recomendaciones hechas por la Unesco desde 2008.

9. Coro, estado Falcón. Plaza San Clemente frente a la iglesia de San Francisco, sector del casco histórico en el que los prototipos ganadores de los primeros premios del concurso fueron colocados a modo de prueba.

Sin embargo, en noviembre de 2023 la página web del Correo del Caroní recogía con motivo de cumplirse 30 años la declaratoria de patrimonio como “Clemencia Medina, vicepresidenta de la Fundación Comunal Patrimonial, informó que en la actualidad no se estén realizando trabajos de conservación o restauración a las casas ubicadas en la poligonal patrimonial es un punto desfavorable para Falcón, por lo que puede perder el título otorgado por la Unesco”. En julio de 2024 la UNESCO ratificó que la ciudad de Coro y su puerto, en Falcón, siguen en riesgo al dejarlos en la lista de patrimonios en peligro.

Si hoy se visita la página de la UNESCO World Heritage Convention y se consulta “List of World Heritage in Danger” (https://whc.unesco.org/en/danger-list/), se puede apreciar cómo aún Coro y su puerto siguen apareciendo con fecha 2005.

Por lo visto se sigue corriendo la arruga.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 2 y 6. Arquitectura HOY, nº 168, viernes 23 de agosto de 1996.

1 y 9. Capturas de Google Earth.

3, 4 y 5. Cortesía de Franco Mucucci.

7 y 8. Colegio de Arquitectos de Venezuela/Fundación Museo de Bellas Artes. Catálogo de la IX Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura venezolana de fin de siglo. 1987-1998 (1998).

sucursal de la Entidad de Ahorro y Préstamo El Porvenir, Coro

1971• Se concluye la construcción y es inaugurada la sucursal de la Entidad de Ahorro y Préstamo El Porvenir, Coro, estado Falcón, proyectada por el arquitecto Jorge Castillo (FAU UCV, promoción 9/1959).
Para este momento el arquitecto Castillo había proyectado La Iglesia de los Olivos, Maracaibo (1958); el Museo de Bellas Artes de Valencia (1963); el Parque Recreacional El Conde (1968); y el Sistema Constructivo Casa Mara (1969-1976).
Jorge Castillo fue distinguido con el Premio Nacional de Arquitectura otorgado por el CONAC en el año 1999.

HVH

LA RED HOTELERA NACIONAL

1. Vista general (c.1955)

Hotel Miranda

La Memoria y Cuenta del Ministerio de Fomento del año 1953, recoge lo siguiente: “El proyecto para la construcción del ‘Hotel Miranda’, en la ciudad de Coro, con capacidad para sesenta y seis (66) dormitorios dobles, fue concluido, adelantándose los preparativos para la iniciación de los trabajos de su construcción, cuyo costo se ha estimado, aproximadamente, en dos millones doscientos mil bolívares (Bs. 2.200.000,00)”.

Y en efecto, el mismo año la Revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV) dedica la portada y 8 páginas del nº 212 (noviembre) a presentar el “Proyecto de un hotel de turismo en la ciudad de Coro” el cual había sido contratado a la Oficina Técnica Eduardo Arnal (OTEA) -encabezada por el ingeniero Eduardo Arnal- donde a una nota introductoria, en la que se señala por un lado la trascendencia de la concepción por parte dell Ministerio de Fomento de una red hotelera nacional que contará con su apoyo tanto en lo económico como en lo técnico para que se desarrollen “hoteles de turismo” y, por el otro, la largamente sentida necesidad en la ciudad de Coro por contar con una instalación de gran nivel, destinada a sus visitantes, más aún con el auge que se esperaba una vez abiertas “las carreteras pavimentadas a Puerto Cabello y Paraguaná y los desarrollos petroleros en las zonas cercanas a ella, incluyendo las refinerías de Punta Cardón y Punto Fijo”, sigue la descripción de toda una serie de aspectos que permiten su cabal comprensión.

2. Perspectiva del anteproyecto

Así, dentro de los completos «Estudios preliminares» realizados por OTEA, publicados en la Revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela, se puede detectar en primer lugar “la definición del tipo de hotel planeado”; en segundo lugar “la elección del sitio para el hotel”; en tercer lugar “la investigación del movimiento de pasajeros en la ciudad de Coro”; en cuarto lugar “la formulación del programa arquitectónico”; en quinto lugar el “presupuesto aproximado y justificación económica de la inversión necesaria”; y, finalmente, una serie de “conclusiones y recomendaciones”.

Cierra la presentación del hotel Miranda en la publicación mostrando la “memoria descriptiva del proyecto” acompañada de los planos correspondientes a plantas, cortes y fachadas, a detalles de puertas y ventanas y al abastecimiento de agua (esquema de ramales), lo cual permite encontrarse con un valioso documento de gran utilidad para hacerse una buena idea de todo un proceso que permitió dar inicio a su construcción el 1-9-54, luego de que el Ministerio de Fomento otorgara, entre las dos firmas que se presentaron a la licitación, la buena pro a la empresa De León & Magdaleno por un monto de Bs. 2.500.475,67, quien tras más de un año de trabajos en los que tuvo que superar diversos problemas técnicos cumplió entregando la obra para su inauguración el 5 de diciembre de 1955 a un costo definitivo de Bs. 5.500.00,00 (como se verá, más del doble de lo originalmente presupuestado).

Podríamos resumir, por tanto, que el hotel Miranda se concibió como una instalación “de 1ª calidad” dotado de todos los servicios y comodidades necesarias para el alojamiento de viajantes de negocios, con suficientes atractivos de recreo para turistas o viajeros en vacaciones que además debía prestar servicios sociales, públicos u oficiales a los residentes de la ciudad de Coro y ofrecer locales comerciales tanto para huéspedes como para vecinos que generarían ingresos adicionales destinados a cubrir la inversión, colaborar en labores de mantenimiento y producir ganancias.

3. Plano de situación dentro de la ciudad
4. Planta baja del conjunto

Su céntrica localización, la cual pasó por un proceso de adquisición de las parcelas vecinas a la originalmente destinada, con el objeto de dar cabida en una manzana mayor al hotel-club que se buscaba hasta alcanzar los 14.300 m2 de terreno, da frente a la Avenida Francisco de Miranda (que conecta con el casco histórico de Coro, donde se ubican en un cuerpo bajo los 12 locales comerciales con estacionamiento al frente), la Avenida del Aeropuerto -hoy Josefa Camejo- (hacia donde se presenta el volumen de tres plantas a doble crujía con orientación norte-sur que contiene las 66 habitaciones -6 suites incluidas- y parte de sus instalaciones de apoyo, retirado suficientemente para lograr el aislamiento necesario que requiere su uso), y la calle Hernández (paralela a la Miranda que junto a la paralela a la del Aeropuerto funciona como calle de servicios). En definitiva el resultado es una edificación de varios cuerpos en “U” articulados que bordean las zonas verdes, recreacionales y deportivas del hotel.

El programa que dio como resultado un área de construcción de 4.220 m2, orientó el desarrollo de un hotel “en varias plantas, destinando la Planta Baja a los servicios comunes del mismo y a los locales comerciales y las plantas superiores a las habitaciones para los huéspedes, lográndose así una eficaz circulación vertical, una mayor intimidad y aislamiento de los dormitorios y utilizando al máximo la orientación más favorable y el aprovechamiento de los vientos dominantes para obtener una ventilación natural adecuada”. Las tres zonas que componen la planta baja (recepción, servicios y comercios) “tienen acceso diferente y son independientes unas de otras, pero están íntimamente ligadas por corredores de circulación que conectan los ambientes relacionados entre sí”.
Llama la atención la consideración de los proyectistas a las variables funcionales de las que destacan el cuidado por lograr el confort ambiental necesario para las zonas destinadas a las habitaciones y las de disfrute social. Así, la memoria descriptiva puntualiza cómo los “locales comerciales sirven a la vez de pantalla, para aislar las zonas de reposo y parque del tránsito intenso de la Avenida (Miranda) y de los rayos directos del sol poniente. La orientación de estos locales condujo a la elección de las paredes pantalla en diente de sierra y al empleo de un alero continuo apoyado en dichas pantallas, para evitar así que el sol penetre en las vidrieras de exhibición y en los locales. Para facilitar su uso por los huéspedes del hotel se proveyeron de entradas y vidrieras adicionales al fondo, conectadas con un pasillo cubierto”, a lo que se suma: “Todas las habitaciones con vista al Norte tienen terrazas individuales techadas defendidas del sol poniente con pantallas racionalmente orientadas. Las habitaciones con vista al Sur, que se pueden ratar (sic) a un precio más reducido para halagar a los viajantes de comercio, no tienen terrazas, pero sus ventanas están defendidas del sol con pantallas y aleros proporcionados especialmente a fin de no permitir a los rayos del sol penetrar por ellas”.

El hotel Miranda aunque quedó fuera del grupo de instalaciones diseñadas por arquitectos destacados o que se abrían paso dentro de la profesión (seleccionados en su mayoría por Daniel Camejo Octavio) y un tanto al margen del reconocimiento que ello implica se constituye, sin embargo, de mano de su ingeniero-proyectista, en una respuesta clara resuelta bajo criterios absolutamente racionales ajustada a un esquema funcionalmente correcto y a los patrones que privaban internacionalmente para el diseño hotelero. También cumplió con las expectativas que la ciudad albergó con su apertura y se constituyó, en uno de las edificaciones que dieron pie a la creación de la CONAHOTU en 1955, luego de que el Ministerio de Fomento detectara que la política hotelera seguida por ellos no daba los resultados que se esperaban. En tal sentido, de la Memoria y Cuenta del Ministerio de Fomento de ese año se recoge: “…en base de la experiencia adquirida, se llegó a la conclusión de que era necesario crear una organización capaz de dirigir en forma centralizada y eficaz los hoteles en que tenía participación el Ministerio de Fomento estableciendo al mismo tiempo normas de operación. Por estos motivos, el Ciudadano Ministro resolvió la. creación de la Corporación Nacional de Hoteles y Turismo, empezando con la fusión de las siguientes compañías: Compañía Anónima Hotel Miranda (Coro); C.A. Hoteles y Turismo de Nueva Esparta, Hotel Bella Vista (Porlamar); y Compañía Anónima Hotel Barinas (Barinas). Para la fecha de la fusión, se encontraban estos tres hoteles en construcción.”

A pesar de las auspiciosas expectativas creadas, en fecha tan temprana como 1960, la Memoria y Cuenta del Ministerio de Fomento precisa: Hotel Miranda. Las operaciones de este hotel se han reducido de manera notable como consecuencia del descenso de las actividades industriales en aquella región. Ha sido el único hotel de la red donde no fue posible rebajar las pérdidas finales, no obstante las rigurosas medidas de reajuste económico ejercidas en dicho establecimiento”.

Más adelante gracias a la inversión pública el Miranda amplió en 20 el número de habitaciones en una nueva ala y mejoró sus instalaciones y servicios lo cual aumentó su área de construcción a 7.196 m2. También fue modificada la forma original de la piscina.
No obstante los esfuerzos hechos, el hotel entra dentro de las instalaciones que en 1991, de manos del Fondo de Inversiones de Venezuela, se busca privatizar con la finalidad de detener el deterioro en el que de nuevo había caído. Lo acompañan el Tamá, el Cumanagoto y el Trujillo.

5. Vista actual desde el acceso
6. Vista actual desde la piscina

Hoy en día se le conoce como hotel Miranda-Coro Cumberland, posee calificación de tres estrellas y forma parte de una cadena que opera varias instalaciones a lo largo del país. Mantiene, por tanto, una actividad constante y a la vez modesta dadas las circunstancias económicas que atraviesa Venezuela pero su privilegiada ubicación, adecuada escala y completa infraestructura aún permiten presagiar tiempos mejores.

Nota Esta aproximación al hotel Miranda ha sido posible en buena medida gracias al apoyo que hemos conseguido en el Trabajo de Grado para obtener el título de Magister Scientarium en Historia de la Arquitectura de la UCV de Juan Manuel De Ascencao De Jesús, titulado “Arquitectura hotelera estatal en Venezuela: 1952-1958” presentado el año 2005.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 3 y 4. De Ascencao De Jesús, “Arquitectura hotelera estatal en Venezuela: 1952-1958”, Trabajo de Grado para obtener el título de Magister Scientarium en Historia de la Arquitectura, 2005

2. Revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela, nº 212, noviembre 1953

5. https://us.pricetravel.com/hotel-miranda-cumberland/hotel-detail

6. https://www.hotelescumberland.com/contact_mir/

1973• Se inaugura el Hospital General de Coro, estado Falcón

Hospital General de Coro.jpg

1973•  El día 16 de junio, siendo Presidente el Dr. Rafael Caldera, se inaugura el Hospital General Dr. Alfredo Van Grieken, de Coro, estado Falcón, ubicado en un terreno de 188.600 m2 con frente al Callejón Ampíes, diseñado por el arquitecto venezolano especializado en instalaciones hospitalarias José R. Iranzo.
El conjunto hospitalario, que fue terminado de construir por el Ministerio de Obras Públicas a finales de 1971, tiene capacidad para 359 camas. Su edificio principal tiene sótano, planta baja y seis pisos y cuenta con Servicios de Cirugía General, Medicina Interna, Ginecología y Obstetricia, Pediatría, Traumatología y Subespecialidades. El hospital fue distinguido con el nombre del Dr. Van Grieken en reconocimiento a sus excepcionales méritos como sanitarista, actividad que prestó al Servicio de Sanidad de la República.

HVH