Archivo de la etiqueta: Chuao

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 224

El Centro Ciudad Comercial Tamanaco (mejor conocido por sus siglas CCCT) ostentó durante muchos años el lugar que lo colocaba con el establecimiento de su tipo más grande del país. Ello ocurrió desde que se terminó su primera etapa en 1976 hasta 1998 cuando abre sus puertas el Centro Comercial Sambil Caracas. La denominación de ciudad comercial tiene que ver justamente con sus dimensiones, las características de su organización y la diversidad de usos que alberga. Se levanta sobre un terreno de aproximadamente 83.000 m2 (8,3 Há) ubicado en la urbanización Chuao, municipio Chacao, estado Miranda, que, luego de la lotificación de la hacienda de la cual tomó el nombre la urbanización, estuvo durante muchos años vacío y luego subutilizado como lugar donde funcionaba el Autocine o Cinemóvil Tamanaco.

1. Arquitecto Diego Carbonell Parra (1923-2000)
2. Vista aérea del sector de Chuao en 1970 donde se construiría el Centro Ciudad Comercial Tamanaco y otros importantes edificios

Su proyectista, Diego Carbonell Parra (1923-2000), egresado del Massachusetts Institute of Technology en 1944, Presidente de la Sociedad Venezolana de Arquitectos (SVA) (1951-53) y uno de los miembros fundadores de la FAU UCV (1953), ya había hecho acto de presencia casi a modo fundacional en la zona donde se implantará el CCCT diseñando entre 1957 y 1958 junto a Miguel Salvador Díaz y José Lino Vaamonde el edificio La Estancia (antiguo edificio Shell, luego Maraven y hoy sede de la UNEFA), hito de la arquitectura moderna venezolana. También sería bueno recordar que Carbonell constituye entre 1949 y 1953 la que se reconoce como la primera oficina de arquitectura de Caracas junto a Tomás José Sanabria (Carbonell y Sanabria Arquitectos), experiencia que, al servir de modelo para otra serie de profesionales, cambiará el perfil de la disciplina durante la década de los 50 del siglo XX y que realizará una serie de obras señeras en las que modernidad y tradición serán tratadas con particular equilibrio. Ya de manera independiente Carbonell proyectará en 1953 el Centro Comercial del Este (sobre la avenida Casanova); en 1955 la sede del Colegio de Médicos del Distrito Federal (Plaza Las Tres Gracias) y el edificio Las Fundaciones (Avenida Andrés Bello); en 1957 el edificio La Hacienda (Las Mercedes); y en 1958 la Casa Club del Junko Golf Club (El Junko) por citar algunas de sus obras a las que habría de sumarse el trazado y diseño de viviendas tipo para las urbanizaciones Santa Marta y Santa Cecilia (1955).

En esta oportunidad Carbonell, quien durante los años sesenta había reorientado su actividad arquitectónica hacia el campo de la planificación y gerencia de edificaciones, se asociará para enfrentar el proyecto del CCCT con el arquitecto norteamericano Chris Ramos.

3. Diego Carbonell y Chris Ramos. Primera propuesta de conjunto para el Centro Ciudad Comercial Tamanaco (1971)

La ambiciosa propuesta, prevista para ser construida por etapas, se propone desde un inicio concentrar las edificaciones que la integran destinándose la casi totalidad del resto del terreno para resolver los estacionamientos los cuales se desarrollarían, además, en los sótanos del complejo. Los primeros bosquejos elaborados por Carbonell (1971) muestran la existencia de tres volúmenes principales en los que se jugaba con el escalonamiento de las fachadas de diferentes formas ofreciéndose una presencia si se quiere más homogénea en que ya destacaba la imagen de una pirámide invertida como elemento de mayor impacto visual.

Se buscaba en todo caso responder a las variables del contexto en el que se insertaba (rodeado de vías rápidas, de difícil accesibilidad peatonal y afectado por el cono de aproximación del Aeropuerto La Carlota) e impactar, dada su estratégica ubicación, mediante el uso del concreto armado obra limpia con visos brutalistas y el protagonismo del elemento piramidal que en definitiva identificará el conjunto de cara a la ciudad.

4. Anuncio promocional de la preventa del CCCT
5. Vista aérea de la primera etapa del CCCT junto al Distribuidor El Ciempiés y la Autopista Francisco Fajardo

El desarrollo y evolución del proyecto apuntará a acentuar y liberar la lectura formal del elemento protagónico de la composición (destinado a oficinas) el cual junto a la construcción en las plantas inferiores de un extenso centro comercial (con 9 salas de cine, el automercado CADA y la tienda por departamentos BECO como “anclas”) y las respectivas áreas de estacionamiento, conformará la primera etapa inaugurada el año 1976 luego de cuatro años de iniciadas las obras.

La “pirámide invertida”, que perdura desde el primer planteamiento de conjunto hasta la propuesta final, permitirá, además, incorporar importantes innovaciones estructurales, introducir la iluminación cenital a su espacio central y manejar de manera peculiar la incidencia solar en sus fachadas, aspecto este de importancia para el uso que alberga. Finalmente, estará acompañada para cuando se concluya la construcción de la segunda etapa (1982) de otras 4 torres de oficinas y un hotel de 200 habitaciones (morfológicamente muy distantes de la primera propuesta), incrementándose a 450 tiendas del centro comercial (tres niveles más) y a más de 5000 los puestos de estacionamiento.

6. Tomas cercanas de la «pirámide invertida» del CCCT
7. Vista aérea del CCCT totalmente concluido
8. Uno de los espacios interiores del CCCT

En total se construyeron 480.000 m2 bajo un esquema de propiedad multiuso, correspondiéndole a don Siro Febres Cordero, quien creó la empresa Ciudad Comercial Tamanaco, la tarea de reunir al nutrido grupo de inversionistas que se asociaron para lograr que la obra se concretara de acuerdo al proyecto definitivo de Carbonell (de mayor incidencia en la primera etapa) y Ramos (con mayor peso en la segunda).

Acompañaron a los arquitectos proyectistas en la tarea de llevar adelante los cálculos estructurales los ingenieros Francisco Pérez Rodríguez, Luís Enrique Madriz y Manuel Porras, con el apoyo de Hugo Hernández López y Celso Fortoul Padrón.

La construcción de la primera etapa se hizo a través de un consorcio formado por tres empresas: Fibrocemento, Inversora Taca y la Constructora de los Hermanos González. El ingeniero Francisco Pérez Rodríguez, se encargó de la inspección de la obra. Al iniciarse la segunda etapa se incorporó al Ing. Enrique Pardo Morales con un equipo de profesionales para contribuir con la supervisión de la obra en la que participaron más de 120 contratistas.

La condición de isla que siempre ha caracterizado al CCCT ha hecho de la llegada en vehículo su principal forma de acceso. Sin embargo, desde la apertura de la estación Chacao de la línea 1 del Metro de Caracas (1988) se ha reforzado su vinculación aunque lejana con este sistema de transporte, estándose a la espera de la finalización de las obras de la línea 5 que aproximaría a los usuarios desde la estación Tamanaco. Esta particularidad ha hecho que desde la apertura del Centro Sambil, mucho más accesible desde el transporte público, la actividad del CCCT disminuyera sensiblemente, obligando a sus propietarios a llevar a cabo importantes inversiones que han buscado una reactivación la cual ha llegado.

Pese a todo ello el CCCT (cuyo slogan es “todas las soluciones en un mismo lugar”) desde su apertura se convirtió en referencia y lugar de encuentro concentrando buena parte de los comercios de élite de la ciudad además de lugares de diversión y entretenimiento. Su versatilidad y permanente actualización le ha permitido albergar también exposiciones industriales y comerciales, eventos musicales y de entretenimiento a gran escala en su áreas destechadas. Hoy, sin duda, es una de los principales lugares de distracción dentro de una ciudad que no ofrece seguridad y que ha hecho de los centros comerciales cerrados y con sistemas de vigilancia espacios urbanos de disfrute masivo.

9. SIMBIOSIS Arquitectura + Gerencia. Arq. Alejandro Borges G. Dos láminas del proyecto presentado para el concurso privado organizado por el CCCT para la remodelación y actualización de los pisos del centro comercial. 2008

En 2013, a raíz de un concurso privado organizado por el CCCT para el proyecto de remodelación y actualización de los pisos del centro comercial ganado por la arquitecto Vivian Dembo, el arquitecto Alejandro Borges a la vez que presenta su propuesta, señala con claridad cómo “la dinámica urbana actual y la bien comprendida necesidad de generar espacios dados al peatón, han cambiado radicalmente el papel potencial de una pieza tan importante como lo es el CCCT. Tanto su escala como su ubicación en la ciudad lo han convertido en pieza fundamental en las posibilidades reales de establecer conexiones Norte-Sur en este tramo de nuestra ciudad combinando esfuerzos privados y públicos. Las presiones actuales ineludibles de múltiples fuerzas del lugar constituyen una oportunidad valiosa de desarrollar estrategias que permitan ser repetidas a lo largo de la gran escisión que representan la autopista y el río en el tejido de Caracas”. Y añade: “En la actualidad, el CCCT opera como un extraordinario pasaje urbano que de una manera precaria y accidental conecta peatonalmente la avenida Francisco de Miranda, el metro de Chacao y la avenida Libertador con el sector de Chuao y Las Mercedes. La nueva estación del metro Las Mercedes y el futuro Parque La Carlota van seguramente a acentuar el flujo peatonal desde y hacia el CCCT”, todo lo cual le permite realizar una interesante propuesta que con el título de “Arqueología del espacio. Del fragmento a la idea globalizadora” se puede consultar en el nº 103 de la revista entre rayas de febrero de 2014.

Diego Carbonell tras diseñar y ejecutar el CCCT recibió desde el gremio arquitectónico duras críticas en cuanto al claro distanciamiento que mostró esta obra con su anterior producción, muy alejada en cuanto a los patrones estéticos hasta entonces había manejado dando rienda suelta en este caso a las exigencias de inversionistas y agentes inmobiliarios. La desproporcionada escala de los espacios, falta de claridad en los recorridos y llegadas a las diferentes partes que lo conforman, ausencia de contacto con el exterior, impureza y descuido en el tratamiento de la masa construida, y presencia de materiales y acabados suntuosos y aleatoriamente combinados, si bien alejaron a Carbonell de la “buena arquitectura” dejaron sumamente satisfechos a los promotores y también a quienes desde mediados de los años 70 han podido conocerlo. La idea de una ciudad dentro de la ciudad donde la seguridad y el confort del usuario y del vehículo predominan lo convierten en pionero y referencia ineludible dentro de los malls caraqueños.

10. Julio Volante. “Edificio Ciudad Tamanaco”, 1964

Nota

Como dato curioso hemos encontrado que Julio Volante publicó en la Revista Punto nº 17, abril 1964, para la sección “Habla un arquitecto” la imagen de un proyecto que se identifica como “Edificio Ciudad Tamanaco” que bien podría ser una primera propuesta para el lugar donde finalmente de erigió en CCCT, sin que nos atrevamos a afirmarlo categóricamente. Sería interesante que nuestros lectores nos

ayudaran a corroborar si esto es o no cierto.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. https://www.academia.edu/36603255/Biografia_sobre_el_Arquitecto_venezolano_Diego_Carbonell_Parra

2, 3, 4 y 6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

5. https://www.pinterest.com/pin/483574078716324439/

7. https://hectorucsar.wordpress.com/2012/12/06/caminando-por-caracas-piero/caracas-ccct/

8. https://www.tripadvisor.com.ve/LocationPhotoDirectLink-g316066-d316539-i94542393-Centro_Comercial_Ciudad_Tamanaco-Caracas_Capital_Region.html

9. https://entrerayas.com/2014/03/arqueologia-del-espacio-del-fragmento-a-la-idea-globalizadora/

10. Revista Punto nº 17, abril 1964

2015• El edificio IBM refuerza su estructura

Edificio IBM refuerzo estructural.jpg

2015•  Como parte del programa periódico de mantenimiento a escala mundial de sus edificios corporativos, la IBM – Venezuela decide hacer un refuerzo estructural sísmico a su sede ubicada en la Av. Ernesto Blohm de la urbanización Chuao, Baruta, Caracas.
Los trabajos fueron realizados por la empresa Aliva Stump, C.A. Se empezaron en el mes de julio de 2012 y se concluyeron en julio de 2015.
El edificio sede de la IBM-Venezuela fue diseñado en 1973 por los arquitectos Julían Ferris (Universidad de Sicacuse 1947/ EA-FI UCV, reválida promoción 1/1948) y Luis A. Galarraga (FAU UCV, promoción 16E /1967), con la colaboración de Luis López, Nelson Ocando y Pedro Álvarez. Su construcción e inauguración se hizo en 1974. El cálculo estructural del edificio fue realizado por Agustín Mazzeo y Armin De Fries y fue construido por la empresa DOF, C.A. de Construcciones (ingenieros Oscar Pacheco Pifano y Darío Lugo Román -ambos egresados de la FI UCV, 1945- y Federico Wulff).
Esta empresa constructora se hizo merecedora del Premio Anual de Construcción otorgado por la Camara Venezolana de la Construcción, por la eficiencia y calidad de la construcción.
Anual de Construcción otorgado por la Camara Venezolana de la Construcción.


(Fotografía tomada del archivo de Aliva Stump, C.A.)
.

HVH

1962• Se celebra la primera misa en la Iglesia San Luis Gonzaga, Chuao

Iglesia San Luis Gonzaga.jpg

1962•  Cinco años después de terminado y habitado el excelente edificio La Guairita, diseñado por el arquitecto Pedro Lluberes, un 24 de diciembre de 1962, con el templo aún en construcción, se celebra la primera misa en la Iglesia San Luis Gonzaga, ubicada frente del citado edificio, en la avenida Principal de El Cafetal y la calle La Guairita, urbanización Chuao, proyectada por el arquitecto Graziano Gasparini.
En 1959 el Arzobispo de Caracas, Cardenal José Humberto Quintero, tras nombrar párroco de Chuao al sacerdote salvatoriano Policarpo Kräutle,
le encarga a dicha congregación el proyecto de creación de una Iglesia parroquial dedicada a San Luis Gonzaga.
Y fue a través de las gestiones de estos sacerdotes, numerosos fieles y vecinos, quienes lograron que la compañía urbanizadora de Chuao donara el terreno y que el arquitecto Gasparini, residente de la urbanización en ese momento, hiciera otro tanto con el proyecto. Con la organización de colectas, rifas, verbenas, donaciones y un aporte del Ministerio de Justicia, completaron los recursos necesarios y terminaron la construcción.

HVH

¿SABÍA USTED…

…que entre 1974 y 1978 se proyecta y construye el Centro Banaven, Chuao, edificio de comercios y oficinas, cuyo anteproyecto pertenece a la firma de arquitectura norteamericana Johnson & Burgee, y generó en su momento una agitada polémica?

Centro Banaven. Vista exterior

Coincidiendo casi exactamente con el primer período presidencial de Carlos Andrés Pérez, conocido como el de la “Gran Venezuela” o la “Venezuela saudita”, por el efecto que causó en la economía del país el incremento abrupto de los precios del petróleo y el dispendioso uso que se le dio a la enorme masa de dinero percibida, se proyecta y construye en uno de los lotes del sector de oficinas de La Estancia de la urbanización Chuao, próxima al aeropuerto La Carlota, Caracas, una obra que se ha conocido coloquialmente como “el cubo negro”, cuyo indudable impacto visual y urbano produjo y aún hoy en día produce opiniones encontradas.

2. Plano de ubicación

Empecemos por señalar que en el año 1974 los propietarios e inversionistas que se encargan del desarrollo del lote de 17.197,74 m2 donde se ubicaría, tras el afán de dotar a la ciudad con un edificio que contase con el más alto nivel de diseño, contactan a la firma de arquitectos norteamericana Johnson & Burgee, de Philip Johnson y John Burgee (socios entre 1967 y 1991) y autores de un importante grupo de sedes corporativas. Sobre la dilatada trayectoria individual de Johnson, caracterizada por un variado eclecticismo que lo llevó de ser considerado uno de los más importantes arquitectos de la vanguardia moderna en la escena estadounidense a reconocido impulsor del “postmodern”, mucho se ha escrito y no es el caso ahondar en ello.

3. Arriba. Izquierda: planta baja. Derecha: planta de un nivel intermedio. Abajo: corte transversal

El hecho es que el anteproyecto para el Centro Banaven fue presentado con un alto nivel de definición en el primer trimestre de 1975 basando su concepto arquitectónico en un cubo parageométrico (en términos estrictos se trata más bien de un paralelepípedo de base cuadrada), del cual algunas secciones han sido sustraídas generando un espacio central abierto iluminado cenitalmente y plantas con áreas todas diferentes. Esta primera etapa contó con la colaboración de un equipo de profesionales venezolanos conformado por los arquitectos Enrique Gómez, Carlos Eduardo Gómez y Jorge Landi quienes, conjuntamente con el ingeniero estructural Mathias Brewer, se familiarizaron con el criterio de diseño de la firma norteamericana y fueron responsables del desarrollo del proyecto.

4. Proceso constructivo
5. Proceso constructivo
6. Proceso constructivo

Tal y como se recoge en el completo portal del Centro Banaven (http://www.centrobanaven.com) : “La construcción fue realizada por la empresa Tempreca C.A. bajo la coordinación del Ingeniero Domingo Lucca. Como jefe del Proyecto y de la Obra participó el Ing. Leopoldo Azpúrua y los ingenieros residentes fueron el Ing. Pedro Alfonso y el Ing. Carlos Villegas. (…) Los trabajos de construcción se extendieron desde abril 1976 hasta septiembre de 1978.”

El resultado final fue una obra de gran pureza volumétrica, impecablemente ejecutada, cuidada al máximo en sus detalles, que combina el poderoso efecto visual percibido desde el exterior con la riqueza espacial que ofrece en su interior, regida por el escalonamiento progresivo de la forma a partir de dos de sus aristas que refuerzan una diagonal vacía cuyo centro contiene una imponente obra de Jesús Soto. Sus 96.000 m2 de construcción distribuidos en 13 plantas vinculadas por 4 núcleos de circulación vertical, con una ubicación de 6.241 m2, encierran una delicada selección de materiales contrastantes y un limpio tratamiento exterior que colabora en gran medida a enfatizar el impacto que produce el edificio dotándolo de una gran sobriedad y serenidad.

7. Proceso de colocación de la envolvente acristalada

Dentro de toda esta positiva apreciación que la obra genera hay que detenerse, sin duda, en las decisiones que giraron en torno al diseño de su envolvente, para lo cual se apeló a un curtain wall conformado por vidrios de un negro grisáceo de 12 mm. de espesor con una modulación horizontal de 2,86 metros y vertical de 1,20 metros (que muestra al exterior la menor cantidad de aluminio posible del sistema que lo soporta), resistente a la presión de vientos de hasta 170 kilómetros por hora, con flexibilidad ante eventos sísmicos, cuya colocación comenzó “en agosto de 1977 como resultado de un trabajo en equipo entre todas las empresas que participaron en la obra, permitiendo el diseño de un sistema integral que contempló una serie de innovaciones. (…) El sistema es hermético cumpliendo con la normas para edificios de oficinas de la National Association of Architectural Metal Manufacturers (Office Building NAAMM Standard), tomando en cuenta los siguientes items: Prueba de presión de viento. Prueba de presión negativa de lluvia. Prueba de viento y lluvia.”

Tras la indudable conmoción que la construcción y puesta en funcionamiento del Centro Banaven generó en la Caracas de finales de la década de los 70 del siglo XX, mucho se especuló y debatió acerca de su condición de claro representante de la opulencia que signaba aquellos tiempos de bonanza petrolera; de obra “importada” ajena al contexto donde se insertó producto del desconocimiento del medio; de vedette que intentaba sobresalir, llamando la atención, de los otros edificios que lo rodean; de objeto creador de un status y un patrón de gusto; y de su desprecio hacia la consideración de las condiciones climáticas del trópico y, en consecuencia, del derroche energético que se derivaba de la acumulación de calor derivada justamente de la decisión que estuvo tras el diseño de sus herméticas y oscuras fachadas.
La revista Punto número 62 (junio de 1980), que dedica un importante espacio al análisis crítico y descripción del «Edificio de Trasbordo» (ver Contacto FAC, nº 39, 06-08-2017), incluye un polémico artículo aparecido en el cuerpo E del diario El Nacional (3-6-1979) con el título “¿Ha muerto la arquitectura?” firmado con el seudónimo Urbano del Valle en el que se comparan las actitudes asumidas por los proyectistas del “Cubo Negro” y del “banco de aulas” diseñado por el IDEC en la Ciudad Universitaria de Caracas.

Dicho texto empieza disparando lo siguiente: “El panorama de nuestra arquitectura actual es heterogéneo, presenta gran diversidad de enfoques que intentan abrirse camino por la vía de una experimentación gratuita, sin referencia cultural y ética alguna transformando la ciudad en un gran laboratorio del caos. (…) Esta situación se refleja tanto en la arquitectura comercial como en las propuestas calificadas de ‘progresistas’; de ambas podemos extraer dos ejemplos extremos, opuestos y que a la vez se tocan como dos caras de una misma moneda, cuyo valor se afirma en la tecnología, desplazando al hombre como centro del proceso de diseño y producción del objeto, y estableciendo una definida formulación ideológica no sólo ante la arquitectura, sino ante la sociedad misma. (…) Estos edificios son el conocido “Cubo Negro” en Chuao … y el menos conocido “Edificio de Trasbordo” construido en la Universidad Central de Venezuela.”

8. Espacio central con la impresionante obra «Lluvia» de Jesús Soto realizada en 1978

La relectura del artículo en cuestión, cargado de una vehemencia crítica propia del momento, respaldada por una clara postura a favor de “la recuperación de las formas significativas en una ciudad que deberíamos construir a través de su arquitectura”, permite hoy, también, llevar a cabo un balance sobre la vigencia de las consideraciones hechas acerca de la aparición en escena y la sobrevivencia de cada una de las piezas objeto de su atención, particularmente en lo relacionado al envejecimiento de ambas y al valor anticipativo que debe albergar todo proyecto a partir de los objetivos para los que fueron pensados cada uno, comparación (odiosa como todas) de la que sale airoso el edificio de Chuao, que con el transcurrir del tiempo se ha convertido en referencia dentro de la ciudad de Caracas ante la proliferación de ejemplos de dudosa calidad que podrían sumarse a la tipología por él representada. Luego de casi 40 años, gracias justamente a la comprensión del papel que juega la calidad del contenedor arquitectónico en el éxito corporativo de cualquier empresa, debidamente acompañada de políticas que velan por el cabal mantenimiento y cuidado tanto del objeto como de la imagen edificada, debe reconocerse que el “Cubo Negro” mantiene intactas las aspiraciones para las que fue creado, lo cual permite disfrutarlo a cabalidad hoy en día como una llamativa excepción (una burbuja) que confirma la decadencia de una ciudad que en buena parte se cae a pedazos.
Sobre su carácter de obra ajena a criterios de sostenibilidad que más que nunca se deben exigir a las nuevas edificaciones, las críticas hechas en su momento dirigidas al derroche energético que lo sostiene, sin lugar a dudas, tienen aún plena validez.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 8. González Viso I.; Peña M.I.; Vegas F. Caracas del Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, 2015

2. https://fundamemoria.blogspot.com/2013/05/333-municipio-chacao-parroquia-chacao.html

3. Revista Punto, nº 61, junio 1979

4 y 6. http://www.centrobanaven.com

5 y 7. https://www.ccscity450.com/obra/centro-banaven/

1974• Edificio Sede de la IBM

Edificio Sede de IBM.jpg

1974•  Se concluye la construcción y es ocupado el edificio Sede de la IBM, ubicado en la Av. Ernesto Blohm, Chuao, Caracas, propiedad de la empresa Rofer, C.A., diseñado por los arquitectos Julián Ferris (Universidad de Sicacuse 1947/ EA-FI UCV. reválida promoción 1/1948) y Luis A. Galarraga (FAU UCV, promoción 16E /1967) con la colaboración de Luis López, Nelson Ocando y Pedro Álvarez. El cálculo estructural del edificio fue realizado por Agustín Mazzeo y Armin De Fries. Fue construido por la empresa DOF, C.A. de Construcciones (ingenieros Oscar Pacheco Pifano y Darío Lugo Román, ambos egresados de la FI UCV, 1945) y Federico Wolff.
El edificio se levantó sobre un terreno de 6.100 m2 de área, tiene una planta baja a doble altura, una planta intermedia destinada a servicios y administración del propio edificio, diez plantas tipo libres, y dos sótanos para estacionamiento con 10.000 m2 con capacidad para 270 vehículos.
La obra totaliza 25.000 m2 de construcción, mayoritariamente de concreto armado. La estructura se organizó con una retícula de nueve metros, dando como resultado la existencia de 8 pórticos longitudinales y tres transversales, con placas reticulares.
Por la eficiencia y calidad de la construcción realizada la empresa DOF, C.A. de Construcciones obtuvo el Premio Anual de Construcción otorgado por la Cámara Venezolana de la Construcción (CVC).

HVH