Archivo de la etiqueta: capilla

1954• Capilla del Junko Golf Club

Capilla Junko Golf Club.jpg

1954• A poca distancia de la casa club del Junko Golf Club se concluye la construcción de la Capilla Santa Ana, ubicada en la calle El Duraznal, en la urbanización Junko Country Club, Parroquia Carayaca, D.F. (hoy estado Vargas), proyectada por el arquitecto Graziano Gasparini (1924-2019).
El altar de la Capilla tiene de fondo escenas alusivas a la Última Cena, pintadas por Gasparini.

Capilla de Santa Ana, ubicada en la Calle El Duraznal de la urbanización Junko Golf Club, proyectada por Graziano Gasparini. En esta fotografía tomada por el arquitecto proyectista se observa mejor la espadaña con su solitaria campana.

Lamentablemente, el sencillo y austero proyecto para la Capilla Santa Ana para el Junko Golf Club del arquitecto Gasparini fue severamente alterado con una remodelación cuestionable y desacertada.

HVH

1936• Capilla de Nuestra Señora del Carmen, Campo Alegre

Capilla Nuestra Señora del Carmen.jpg

1936•  Se termina la construcción de la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, proyectada por arquitecto Manuel Mujica Millán (1897-1965), ubicada en el eje compositivo de la urbanización Campo Alegre. Este eje de orientación norte-sur, se inicia en el acceso a la urbanización desde la Carretera al Este (hoy Av. Francisco de Miranda) y remata en la proporcionada y hermosa capilla que tiene a El Ávila como fondo.

La urbanización Campo Alegre fue diseñada por Mujica para Carlos Heny entre los años 1929 y 1932 en los terrenos de la Estancia Pan Sembrar.

Iglesia de Campo Alegre, en una fotografía del año 2022 donde se observa a la Capilla “ahogada” por las edificaciones que la rodean producto, su mayoría, al cambio de zonificación aprobado por la Alcaldía de Chacao el 14 de mayo de año 1992, a causa de la cual pocas semanas después de promulgada oficialmente, ya se habían demolido viviendas de valor patrimonial y condenado a desaparecer a muchas más.

Foto H. Vera

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 199

La iglesia de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la urbanización Campo Alegre, constituye una clara muestra de la capacidad que poseía su arquitecto, Manuel Mujica Millán (1897-1963), de manejar con sabiduría y talento diferentes estilos arquitectónicos, lo cual demostró a lo largo de toda su trayectoria pero muy particularmente a la hora de proyectar y construir hasta un total de 38 quintas (incluidas tres en estilo internacional que una a una convirtió en su propia vivienda para luego venderlas), en la misma zona que alberga la edificación que centra nuestra atención el día de hoy. Arquitecto, lugar y obra ameritan, por tanto, ser considerados aunque sea someramente a la hora de abordar la pieza cuyo dibujo engalana este domingo nuestra postal.

1. Ejercicio académico realizado por Manuel Mujica durante sus estudios de arquitectura. Instituto de 2ª enseñanza para una población de 2º orden. Alzado frontal, 1923.
2. Izquierda: Croquis de la estructura de la capilla del Palacio Real de Pedralbes, de Manuel Mujica Millán (1922). Derecha: Perspectiva a vista de pájaro del proyecto de reforma del barrio de Atarazanas, dibujado por Manuel Mujica en abril de 1926.
3. Plano de urbanización de la Ciudad-Jardín La Florida. Escala 1:2.000. Año 1934.

Mujica, nacido en Vitoria (País Vasco) arriba a Venezuela en 1927 requerido por Eloy Pérez Alfonzo, en principio, para dirigir el trabajo de refuerzo de las fundaciones del hotel Majestic el cual posteriormente terminó rediseñando. En 1925 se había graduado de arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona donde fue alumno de José M. Jujol, colaborador de Antoni Gaudí, destacando como un excelente dibujante y alumno de la cátedra de composición. Además se conoce que, mientras realizaba sus estudios, colaboró en 1922 con Eusebio Bona, una de sus profesores en la Escuela, en el diseño del Palacio Real de Pedralbes, y que en 1923 trabajó para Francisco de Paula Nebot, también profesor suyo, en el diseño y construcción del cine Coliseum de Barcelona, una de las obras destacadas de la época. Bona y Nebot fueron dos de los más destacados representantes de novecentismo (noucentisme) monumentalista en arquitectura que cobró auge en Barcelona por aquellos años basado en los planteamientos de Eugenio D’Ors. Tal y como expone Vicente Casals Costa en “Manuel Mujica Millán y el urbanismo novecentista en Cataluña”, artículo aparecido en Biblio 3W (2011) accesible a través de http://www.ub.edu/geocrit/b3w-925.htm, muy probablemente la experiencia y aprendizaje que Mujica adquirió en la construcción del cine Coliseum explica el que haya aceptado trasladarse a Venezuela para trabajar en el refuerzo de la estructura y cimentación del hotel Majestic.

Es en la formación que Mujica obtuvo y su experiencia acumulada en España durante sus años de estudio (1916-1925) y luego de graduarse entre 1925 y 1927, donde se pueden encontrar los más claros precedentes y bases que soportarán su posterior despliegue como destacado arquitecto en nuestro país. Apoyados en el artículo de Casals Costa hemos conocido que en 1924 colaboró con Cayetano Cabañes Marfá en una polémica propuesta de renovación del centro de Mataró que luego el propio Mujica retomará en 1927 proyectando la reforma de la Rambla. De una experiencia previa con Cabañes en el desarrollo del Sector de Terramar, Sitges (1922), Mujica asimila principios urbanísticos que aplicará con toda propiedad años después, en 1925 (ya graduado de arquitecto), durante el proceso inicial de urbanización de la ciudad-jardín La Florida, en Santa Perpètua de Mogoda, cuyo trazado urbanístico y primeras construcciones proyectó, donde se cimenta, sin duda, su posterior participación en los diseños de las urbanizaciones caraqueñas de La Florida (1929, promovida por Juan Bernardo Arismendi y Luis Roche) y Campo Alegre (1929-1932, impulsada por Carlos Heny).
Posterior a ello es el frustrado plan de reforma del barrio de Atarazanas en Barcelona (1926-1927), su participación sin éxito (1926) en el concurso de anteproyectos para la construcción del Palacio del Sol dentro del plan que se seguiría para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, para donde se presenta, además, en los concursos para el Palacio de Deportes y el Palacio de la Luz, conjuntamente con E. Gutiérrez.

4. Urbanización Campo Alegre, Caracas, 1932 con la ubicación de las quintas realizadas por Manuel Mujica Millán
5. Vista de la Avenida 4 de la urbanización Campo Alegre (circa 1936)
6. Manuel Mujica Millán, Quinta Atalaya (rematando la Avenida 4). 1935
7. Urbanización Campo Alegre. Paseo central de la calle El Parque (circa 1937)

Ya en Venezuela, luego de trabajar en la reestructuración y decoración del Majestic, Mujica participa en el concurso para la sede del Caracas Country Club (1928) y, casi en simultáneo con su participación a partir de 1929 como urbanista de La Florida y Campo Alegre, realiza la intervención del proyecto y obra del Templo Expiatorio de las Siervas del Santísimo Sacramento (1930) y se le encarga la completa remodelación del Panteón Nacional (1930) al que cambia radicalmente su aspecto neogótico echando mano al neobarroco con proporciones más monumentales, estilo este último que replicará a la hora de proyectar la capilla de Nuestra Señora del Carmen. La rápida adaptación de Mujica a nuestro medio, acompañada de una clara habilidad para las relaciones sociales y profesionales impulsan, junto a su talento, su éxito como arquitecto lo cual se corrobora en la serie de importantes encargos que recibió. Baste añadir que entre 1930 y 1940, además, saldrán de su oficina más de 70 proyectos entre casas-quintas y edificios pequeños a los que se sumarían, los teatros Coliseo y Continental (1936), entre otros, todos edificios ubicados en Caracas.

Como ya hemos adelantado, Campo Alegre, cuyo trazado obedece a los lineamientos típicos de la ciudad-jardín formada por calles y avenidas relacionadas entre sí, con espacios públicos y arquitecturas ubicadas en una trama irregular, termina de construirse en 1932 en los terrenos de la Estancia Pan Sembrar, cuyo propietario y futuro suegro Carlos Heny había encargado a Mujica en 1929. El principal eje compositivo de la urbanización de orientación norte-sur (hoy Avenida El Parque) se inicia en el acceso desde la Carretera al Este (hoy Av. Francisco de Miranda), tiene en su parte central una “alameda” con espejo de agua y fuente, y remata en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen a la cual el Ávila sirve de telón de fondo.

Será en 1935 cuando Mujica presente su propuesta para el templo, terminándose de construir y consagrar en 1936. La primera piedra había sido colocada en 1934 luego de que Carlos Heny junto al Sr. Roberto Tood, uno de los primeros habitantes de la urbanización, acordaran con la curia dominica que la iglesia fuese dedicada a la Virgen del Carmen. La Sra. Dolores de Ustáriz, esposa de Heny, junto a un comité de damas se encargó de recaudar los fondos que en dos años permitieron su construcción con base al proyecto de Mujica. Será el 20 de julio de 1941 cuando  el R.P. Fr. Pablo del Olmo, siendo Provincial de la Provincia Bética, oficie la primera misa y el Nuncio de S.S. Rvm. Mons. Dr. José Misurata bendiga el Altar Mayor.

8. Vista lateral de la Capilla de Nuestra Señora del Carmen
9. Vista frontal de la Capilla de Nuestra Señora del Carmen
10. Espacio interior de la Capilla de Nuestra Señoa del Carmen

A su estilo neobarroco manejado volumétricamente a través de buenas proporciones, la Capilla suma en su interior una profusa decoración pintada en trompe l’oeil  que no sólo incorpora la ilusión de una escala mayor de la que posee, sino que la convierte en una de las más exquisitas curiosidades arquitectónicas de la ciudad.

Mujica, quien nunca creyó en las modas arquitectónicas y se refería a la arquitectura más bien como un “arte dúctil”, “defendió siempre un lenguaje que se inspirara en las claves de la arquitectura histórica venezolana, para lo cual sostuvo en todo momento la originalidad del estilo colonial de este país, estilo que tenía su origen en el arte español, pero que con el paso de los años adquiere un sello propio e indeleble. Esta peculiaridad la basaba no sólo en aspectos formales, sino también técnicos y matéricos. Todas sus cualidades quedaron, durante algún tiempo, ocultas por alternativas de carácter internacionalista, inadecuadas por constituir un trasvase a zonas de diferente clima, luz, etc, en contraposición con la arquitectura colonial que sufre un proceso de adaptación que dura tres siglos”, tal y como señala Alberto Darias Príncipe en “Juan Vicente Gómez y la arquitectura de su tiempo: aportación de Venezuela al lenguaje neocolonial” (2010) texto presentado en el XIV Encuentro de Latinoamericanistas Españoles (https://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00530488/document), basándose en una entrevista que Mujica concediera al periodista Víctor Samuel Rivas de El Universal el 12 de noviembre de 1930 con relación a la remodelación del Panteón Nacional, reproducida por Juan Pedro Posani en Caracas a través de su arquitectura (1969).

Así, apunta Rivas, Mujica logró gracias a su personalidad “que las constantes neocoloniales de Venezuela fueran más permeables que las del resto del continente. De sus experiencias en viviendas individuales y urbanizaciones residenciales como Campo Alegre, el Paraíso o la Florida se pueden extraer diferentes escuelas regionalistas con una total desinhibición. Tipologías constructivas vascas, catalanas, montañesas, etc, se verán exornadas con complementos ornamentales coloniales que, aunque se incluyen habitualmente dentro de este fenómeno típicamente iberoamericano, deberían estar incluidas en un apéndice propio que podríamos llamar recreaciones hispanas”, cuyo ejemplo más claro es la iglesia de Nuestra señora del Carmen en Campo Alegre “que remite al neobarroco andaluz con adiciones coloniales” y lo corroboran sus tres importantes intervenciones posteriores en la ciudad de Mérida, donde fijó su última residencia: la Universidad (1953-1955), la Catedral (1958) y el Palacio del Gobierno (1958). Por los vientos que soplan, en virtud del cambio de zonificación de que fue objeto la urbanización Campo Alegre en 1992 a raíz de la aprobación de la “Ordenanza de Zonificación de Campo Alegre y San Marino”, objeto de particular atención del semanario Arquitectura HOY de los lejanos 13 y 20 de marzo (nº 4 y 5), 23 de octubre (nº 36), 6 de noviembre (nº 38) y 18 de diciembre (nº 44) de 1993, la capilla de Nuestra Señora del Carmen será dentro de muy poco el único vestigio edificado que quedará para la posteridad de lo que fue un lugar lleno de piezas arquitectónicas de valor individual y coral que debió ser preservado como parte importante de la memoria de la ciudad.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 7 y 9. Colección Crono Arquitectura Venezuela

1, 2 y 3. http://www.ub.edu/geocrit/b3w-925.htm

4. Arquitectura HOY, nº 5, 20 de marzo 1993

5. https://www.pinterest.de/pin/384917099384487333/

6. https://prodavinci.com/hacia-las-quintas-de-este/

8. https://issuu.com/publicacionesaecid/docs/cata__logo_suite_iberia_maquetacio_

10. https://www.facebook.com/126931544009850/photos/detalleiglesia-nuestra-se%C3%B1ora-del-carmen-campo-alegre-manuel-mujica-mill%C3%A1n-chaca/1584934348209555/

¿SABÍA USTED…

… que entre 1957 y 1959 se proyecta y construye la Iglesia de La Asunción dentro la comunidad 2 de diciembre (hoy 23 de enero)?

1. Iglesia de La Asunción (1957-1959). 23 de enero, Caracas. Carlos Raúl Villanueva. Colaborador: Juan Pedro Posani. Vista exterior

Considerada por algunos como iglesia y por otros como capilla debido a sus controladas dimensiones, esta pequeña edificación se insertó como parte del centro cívico (junto al teatro y los comercios), que complementó la tercera etapa del conjunto de vivienda multifamiliar obrera de alta densidad y gran altura situado al oeste de Caracas, conocido inicialmente como Comunidad 2 de diciembre y hoy como el 23 de enero.

Proyectada por Carlos Raúl Villanueva con la estrecha colaboración de Juan Pedro Posani su singularidad dentro de la trayectoria del Maestro y la manera como es abordado y resuelto el problema arquitectónico ha hecho que esta pieza, pese a su escala, no haya pasado desapercibida por quienes se han dedicado a comentar el legado del más importante arquitecto venezolano del siglo XX.

Así, de las descripciones que se han hecho del proyecto en diversas publicaciones, llama la atención, por un lado, los señalamientos a “las cambiantes percepciones espaciales y luminosas derivadas de las diferencias entre desnudos muros rugosos y las plegaduras del techo, las múltiples entradas de luz natural y el desprejuiciado uso del concreto armado”, los cuales “traen reminiscencias del templo de Notre Dame du Haut en Ronchamp, de Le Corbusier (Beatriz Meza Suinaga en la ficha elaborada para Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje -2015-), y, por el otro, la economía de recursos, la sencillez extrema y el máximo provecho que se le sacó al partido arquitectónico asumido, cuyos antecedentes se pueden encontrar en “las pequeñas iglesias coloniales de Paraguaná y Margarita…” (Paulina Villanueva y Maciá Pintó en Carlos Raúl Villanueva -2000-).

2. Izquierda: Plano de conjunto de la Comunidad 2 de diciembre (23 de enero). Derecha: Croquis de la iglesia La Asunción (Carlos Raúl Villanueva)

Está claro que Villanueva trae a este rincón del 23 de enero todo el bagaje acumulado de su experiencia en la Ciudad Universitaria patente en su capacidad para experimentar con la forma, la envolvente y sobre todo el carácter de la cubierta, entendida esta última como oportunidad para resolver problemas funcionales, lumínicos y estructurales, sin dejar de lado aspectos simbólicos, que permiten a Paulina Villanueva y Maciá Pintó recordarnos el anteproyecto para la capilla universitaria “que tiene la misma plegadura dirigida en otro sentido” y el vasto laboratorio constructivo en que se convirtieron las pasillos cubiertos.

3. Iglesia de La Asunción (1957-1959). 23 de enero, Caracas. Carlos Raúl Villanueva. Colaborador: Juan Pedro Posani. Arriba y abajo izquierda: El espacio interior. Abajo derecha: Vista exterior del camapanario

Pero es quizás el espacio y su tratamiento el tema que con mayor maestría está trabajado en esta obra en virtud del dramatismo que inspira, muy asociado al uso al que está destinada. De esta manera, si Sibyl Moholy-Nagy en Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela (1964) encuentra en la circunstancia de que está dedicada a la Asunción de la Virgen el detonante que hace que en el interior se perciba, con la complicidad de la cubierta en zig-zag, una escala ascendente desde la entrada hacia el altar (que alcanza los 24 metros de altura), no es menos cierto que la forma adoptada para trazar la planta de una sola nave, ideada para generar tensión entre las paredes laterales convergentes hacia el altar, es el otro componente que acude en auxilio del ambiente pleno de teatralidad barroca que se percibe, donde la luz natural trabajada de diversas maneras se apodera del protagonismo. La historiadora y crítica de origen alemán lo expresará así: “El diseño dio enfática importancia a las variaciones de la luz natural, comenzando con un angosto vestíbulo casi a oscuras abierto hacia el baptisterio que debe recibir a numerosos grupos familiares asistentes a los actos religiosos. Desde este amplio espacio, la nave se angosta gradualmente más y más a cada paso.  En el lado este y por encima del altar principal todas las fuentes visibles de luz desaparecen y una luz indirecta desciende por los muros de concreto tal y como las ocultas fuentes de luz articulaban el interior de las capillas barrocas”. En pocas palabras, como aseverarán Paulina Villanueva y Maciá Pintó se establece “un doble juego: se entra por un espacio ancho y bajo para finalizar en un espacio estrecho y alto”.

4. Iglesia de La Asunción (1957-1959). 23 de enero, Caracas. Carlos Raúl Villanueva. Colaborador: Juan Pedro Posani. Planta y corte
5. Iglesia de La Asunción (1957-1959). 23 de enero, Caracas. Carlos Raúl Villanueva. Colaborador: Juan Pedro Posani. Vista exterior

Implantada de forma tal que no se vea afectada por la volumetría de los superbloques que la acompañan, la Iglesia de La Asunción contiene todos los elementos característicos del uso al que está destinada: un baptisterio a la entrada y un coro sobre ella ocupando una mezzanina, confesionarios, nichos en los que se resuelven pequeñas capillas y sacristía, elementos estos últimos que se adosan con aleatoriedad a la planta cuasi triangular cuyo eje central de simetría demarca el trayecto desde el acceso al altar.

Descripciones aparte, también resulta cuando menos curioso que Carlos Raúl Villanueva se haya hecho acompañar para el desarrollo del proyecto de esta edificación, si se quiere excepcional en su trayectoria, de su colaborador y mano derecha en la realización de la Ciudad Universitaria de Caracas (CUC), Juan Pedro Posani, y no de quienes aparecen junto a él como realizadores del complejo habitacional: José Hoffman y José Manuel Mijares. También de que, a diferencia de lo ocurrido en la CUC, Villanueva haya reconocido la importante participación de Posani en esta obra ubicada en la etapa final de la realización del campus universitario, preámbulo de un período donde decrecerá significativamente su actividad con el advenimiento de la democracia.

6. Carlos Raúl Villanueva y Juan Pedro Posani a finales de los años cincuenta, trabajando en la Ciudad Universitaria de Caracas

Posani, quien desde agosto de 2018 tiene un blog que ha titulado “El viejito inquieto” y que subtitula “Un blog por el ostracismo de las ideas negativas, pero también muy realista” (https://juanpedroposani.wordpress.com/), donde se identifica a sus 88 años como “arquitecto moderno y testarudo”, ha ido sacando poco a poco a la luz pública su hasta ahora velada y particular relación con Villanueva en lo relativo a su mutua dependencia intelectual y profesional, vital, hasta el punto de dejar varias anécdotas y algunos testimonios.

En su ultima entrega del 9 de agosto, en la que insiste en su papel de “ghost-writer de CRV”, al referirse a la autoría de la frase “El arquitecto es un intelectual, por formación y función. Debe ser un técnico, para poder realizar sus sueños de intelectual. Si tales sueños resultan particularmente ricos, vivos y poético, quiere decir que a veces puede ser también un artista”, lanza al aire lo siguiente: “… por muchos años mi trabajo al lado del maestro, fue ser su traductor, de sus dibujos, croquis y que el 90% de sus escritos han sido redactados por mí, en mi papel de ‘ghost-writer’ ¿Por qué el maestro nunca habló de esa o de otras colaboraciones…? Es un pequeño misterio que tal vez habría que estudiar. Por qué, por ejemplo, tampoco nunca mencionó al papel de un arquitecto tan bueno y con hasta dos interesantes edificios en la Ciudad Universitaria, como fue Gorka Dorronsoro. En mi caso, lo hizo únicamente con la iglesia del 23 de Enero”. El repaso de la relación Villanueva-Posani a través del blog autobiográfico que éste ultimo ha venido realizando puede ser objeto de otra nota en otro momento. Sin embargo, queda abierta la duda acerca de hasta dónde llegó su participación en la Iglesia de La Asunción (“puro espacio, verdadero y sin afectaciones; un ráfaga de aire desplegando la cubierta al cielo” como dirán Paulina Villanueva y Maciá Pintó) en medio de la creciente simbiosis que con el tiempo se fue creando entre maestro y discípulo. Si la frase mencionada que define al arquitecto “fue pensada, escrita y redactada por ese muchacho, Juan Pedro Posani, así eran las cosas, y así fue, tal vez ayude a entender mejor lo complejo de la vida y a precisar el recorrido de cada quien. Eso no le quita nada a Villanueva. Tan solo ayuda a entender lo que cada quien ha hecho en la vida”.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. http://guiaccs.com/obras/iglesia-la-asuncion/

2 izquierda. http://guiaccs.com/obras/comunidad-23-de-enero/

2 derecha, 3 arriba derecha y 5. Paulina Villanueva y Maciá Pinto. Carlos Raúl Villanueva, 2000

3 arriba izquierda. https://www.flickr.com/photos/juliocesarmesa/14134004561/

3 abajo. Sibyl Moholy-Nagy. Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela, 1964

4. Galería de Arte Nacional. Carlos Raúl Villanueva. Un moderno en sudamérica, 2000

6. https://www.arquine.com/juan-pedro-posani-1931-2020/

1929• Capilla de «María Inmaculada», Camoruco, Valencia, estado Carabobo

Capilla María Imaculada Camoruco

1929•  El día 7 de mayo el Obispo Mons. Montes de Oca consagra la Capilla de «María Inmaculada» ubicada en Camoruco, Valencia, estado Carabobo.
En años recientes al establecerse los Padres Scalabrinianos, en la capital carabobeña, el I Arzobispo de Valencia les otorga como sede la capilla de Camoruco, encomendándoles a los feligreses italianos y portugueses, razón por la cual, popularmente se conoce a la Capilla La Inmaculada como «La Capilla de los Italianos».

HVH

1965• Capilla de la Nunciatura Apostólica de Caracas

Capilla Nunciatura Apostólica.jpg

1965•  Los arquitectos Carlos Guinand Baldó (FI.UCV, graduado 1949 en la primera promoción de egresados de la Escuela de Arquitectura) y Richard Rosenman (arquitecto Universidad de Toronto, Canadá), concluyen la Capilla de la Nunciatura Apostólica de Caracas, ubicada en el edificio sede proyectado por Manuel Mujica Millán en 1943 y construido veinte años antes, en la avenida La Salle, urbanización Los Caobos.
El interior de la capilla se complementa con una escultura metálica de Cristo crucificado, obra del artista escultor venezolano Víctor Valera.

HVH