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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Intimate Spaces

Exploring Adaptive Living Spaces in a Pandemic Era

Mladen Jadrić

(with contributions of Alexander Peer)

Actar Publishers

2024

Idioma: inglés

Nota de los editores

Jadrić examina el concepto evolutivo de la familia en la sociedad contemporánea, enfatizando que se extiende más allá de las unidades nucleares tradicionales para abarcar comunidades más amplias como vecindarios, arreglos de co-vida y grupos de trabajo. Estas diversas formas de «familia» han adoptado cada vez más las características de grupos sociales muy unidos y de apoyo mutuo, proporcionando consuelo y resiliencia durante los tiempos desafiantes.

A través de la lente de tres proyectos distintos, Jadrić ilustra los diversos ritmos de la vida experimentados por diferentes familias que navegan por el equilibrio entre la privacidad y la participación pública. Cada proyecto representa una interpretación única de los espacios de vida adaptativos, que ofrece un espectro de posibilidades para la autodeterminación y el cumplimiento.

Intimate Spaces sirve como un recurso estimulante para arquitectos, planificadores urbanos, formuladores de políticas y cualquier persona interesada en reinventar la forma en que vivimos en un mundo en constante cambio. Ofrece información sobre el profundo impacto del entorno construido en nuestra vida diaria y enfatiza el potencial de las soluciones de diseño innovadoras para mejorar nuestra resiliencia colectiva y calidad de vida.

Proyectos realizados por Mladen Jadrić trabajados en el libro:

Green House Austin / Texas / USA 2013

Haus Grill-Reichenauer / Payerbach / AUT 2020

En casa en los Alpes / Ramsau / AUT / 2022

ACA

INVITACIÓN

La Comisión de Infraestructura de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat invita al video-foro

INFRAESTRUCTURA URBANA Y CALIDAD DE VIDA DE LAS CIUDADES DE VENEZUELA

a realizarse en Caracas el 1 de septiembre de 2023.

Hora: 09:30 a.m. a 12:00 m.

El foro tiene como objetivo proponer políticas públicas y soluciones para mejorar la infraestructura urbana, los espacios públicos y el equipamiento de las ciudades. Se analizará el estado de las ciudades y se explorarán planes de rehabilitación urbana para mejorar la calidad de vida de los habitantes. También se abordarán recomendaciones para mitigar y adaptarse al cambio climático, especialmente en ciudades costeras y vulnerables a deslaves e inundaciones.

Para inscripción (gratuita): enviar correo electrónico con nombre y apellido, profesión, residencia, número telefónico y organización a la que pertenece, a la siguiente dirección: anih.reuniones@gmail.com

ACA

VALE LA PENA LEER

Para cerrar temporalmente el debate que ha podido suscitarse alrededor del texto publicado la semana pasada, hemos decidido incluir como lectura navideña y despedida del 2021, las reflexiones actualizadas que la misma autora ha llevado al cabo a un año de presentado el tema en cuestión.

Reexaminando la ciudad de los 15 minutos

El crono-urbanismo es una alternativa esperanzadora ante el futuro desolador post-pandemia, pero ¿cómo responde a los problemas sociales actuales?

Alexandra Paty

1 de Noviembre de 2021

Tomado de transecto.com

El crono-urbanismo, o la ciudad de los 15 minutos, ganó popularidad durante la pandemia por predicar la accesibilidad como elemento fundamental de una buena calidad de vida urbana. Cuando Carlos Moreno presentó el modelo en el 2015 durante la conferencia COP21, la propuesta fue desechada ya que no se veía posible conseguir dicho cambio dado los valores sociales y económicos del momento. Cinco años después, luego de una pandemia que hizo evidente la necesidad de asegurar el acceso a bienes y servicios básicos a escasos minutos, el concepto es pilar de C40 Cities Mayor’s agenda for a Green and Just Recovery.

El crono-urbanismo ganó muchos fanáticos y defensores en los gobiernos locales de ciudades alrededor del mundo ya que brindó una aparente alternativa al futuro de cómo trabajamos, con una vida urbana más simple y sin carros. Se presentó como una alternativa esperanzadora, hacia un futuro diferente y optimista, en medio de una crisis mundial desoladora.

Sin embargo, las primeras críticas destacaron cómo el modelo desincentiva el movimiento alrededor de la ciudad. Algunos relacionaron la anti-metrópoli con la exacerbación de la inequidad social. Muchos otros nos hemos preguntado, con respecto a las propuestas establecidas, dónde está el espacio para la participación ciudadana. A pesar de las críticas, muchas ciudades han continuado con su implementación y otras se han sumado a esta visión para transformarse, mientras otros se están aventurando en utilizar su filosofía para diseñar ciudades desde cero. 

Nos preguntamos entonces ¿dónde están las oportunidades para mejorar el modelo de la ciudad de los 15-20 minutos? ¿Cuáles son las cuentas pendientes que las ciudades tienen con sus ciudadanos? ¿Es este modelo sólo una nueva forma de mercadeo para las nociones básicas del buen diseño urbano?

Falta de innovación en la participación ciudadana 

Una de las críticas principales es que el modelo no incorpora nuevos métodos de participación, no propone novedosas maneras de involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones, y que los planes vienen propuestos desde los gobiernos locales. Cuando leemos sobre cómo fueron elaboradas las estrategias, no hay indicio de información que venga de procesos de participación ciudadana sino de análisis de bases de datos y/o promesas hechas durante campañas políticas. Hasta ahora, sólo Melbourne y Londres abren camino a que la selección e implementación de las estrategias sea a cargo de los residentes, no sin antes contar con un menú preparado de opciones y financiamiento a escoger. Quizás el caso más avanzado en este sentido es Suecia que, junto a su modelo de ciudad de un minuto, da el control a sus ciudadanos de cómo diseñar sus calles, con la meta de ser implementado en todo el país.

Este modelo busca mejorar el sentido de comunidad, incentivar encuentros sociales locales y generar confianza y cooperación entre ciudadanos y agencias de gobierno. Empoderar a los ciudadanos a que organicen un block-party o una guardería comunitaria, como es el caso de Londres y Melbourne, no tiene las mismas implicaciones que diseñar y construir una nueva ciclovía o viviendas asequibles en la ciudad. Usualmente, los ciudadanos pueden dar su opinión en proyectos de transformación urbana cuando la Ciudad organiza una asamblea de vecinos, en un tiempo y espacio físico determinado, o cuando se abre un proceso de consulta pública.

Muchas quejas a estos procesos argumentan que son poco accesibles y no diseñados para facilitar la recolección de datos. Sin embargo, no hacer ninguna consulta pública puede conllevar a que las intervenciones puedan ser vistas como prácticas “colonizadoras” y/o impuestas para generar gentrificación. Por eso extraña que un modelo que busca potenciar las dinámicas urbanas locales no innove en cómo involucrar a los ciudadanos en su diseño y planificación.

Evento comunitario en Coney Island relativo al Plan de Resiliencia ante Inundaciones.

La innecesaria y excesiva vigilancia policial

París propuso la utilización de 5.000 policías – con igual cantidad de mujeres que hombres – para asegurar la implementación de las estrategias para lograr la ciudad de los 15 minutos. No hay argumento o descripción alguna que justifique por qué el uso y la presencia de la fuerza policial es necesaria. Dicha práctica parece contradictoria al espíritu del modelo que promueve que las personas mejoren su calidad de vida estrechando sus lazos comunitarios. 

El uso de la fuerza policial debe verse con cautela y contexto cultural. No es recomendable utilizar una misma estrategia exactamente en una locación que en otra, las políticas públicas deben adaptarse basadas en la historia, cultura y costumbres de sus habitantes. París podría tener una sociedad donde la supervisión policial pueda ser bienvenida sin mayor resistencia pero, por ejemplo, este no es el caso de ciudades estadounidenses, donde la presencia policial y el exceso de su fuerza ha generado traumas irreparables en grandes sectores de la población. Siendo el modelo de ciudad de los 15 minutos un modelo europeo, por estrategias como la utilización de la fuerza policial, refuerza la perpetuación de conflictos locales en otros contextos. Por ello, muchos llegan a catalogar la réplica literal de este modelo como colonizador y conquistador que, sin la apropiada adaptación cultural, llega a ser presuntuoso e imponente.

Un concepto espacial que puede exacerbar las inequidades sociales

Edward Glaeser argumenta que el modelo no promueve a la ciudad como un todo sino se enfoca en promover a las comunidades como autosuficientes. Esto puede sonar tentador para habitantes de ciudades donde la segregación basada en usos del suelo es tan severa que, para poder satisfacer cualquier necesidad o buscar una actividad, se ven en la obligación de pasar horas en el carro u otros medios de transporte, impactando negativamente la calidad de vida.

El concepto de ciudad se basa en comunidades entrelazadas que se complementan en un movimiento circular donde sus debilidades están cubiertas por las fortalezas de otras, es un modelo económico que gira alrededor de la noción de metropolitanidad. Uno de los beneficios más importantes de las ciudades es la noción que asegura que los recursos y servicios de las zonas acaudaladas puedan ser disfrutados por los ciudadanos de otros sectores, ayudando a quebrar el círculo de la pobreza y la distribución de riqueza.

Alrededor del mundo, los ciudadanos están pidiendo soluciones a la falta de equidad racial, al irrespeto a los derechos de la mujer y de la comunidad LGBTIQ+, los efectos  devastadores del cambio climático y la falta de prosperidad económica para todos los estratos. Si bien el modelo busca una justa e igual distribución de uso de suelo en todas las comunidades, no solventa los grandes problemas sociales. De hecho, muchos argumentan que el modelo es peligroso ya que puede llegar a exacerbarlos – tanto por su práctica como por su metodología de implementación.

Petare Norte, Caracas.

La pequeña escala, ¿estrategia u objetivo?

La infraestructura existente de las ciudades juega un papel fundamental en la implementación del modelo. La propuesta es utilizada por ciudades occidentales para contrarrestar el dominio del carro a diferencia de las ciudades europeas, antiguas y densas, donde la proximidad para solventar necesidades diarias ha sido la regla. Muchas de las intervenciones físicas del modelo, como las nuevas plazas y la doble utilización de los edificios públicos y privados, están narrados a ser implementados en toda la ciudad. Sin embargo, no se exponen con qué criterios los espacios son elegidos, diseñados e intervenidos. Esto da a entender que las intervenciones pueden pasar en cualquier parte o momento, sin una visión estratégica de crear una red de espacios interconectados o que busquen solventar otros problemas sociales más allá de los espaciales. Sin embargo, para muchas ciudades el solo hecho de hacer unas intervenciones es en sí un progreso significativo.

Otro punto a considerar es cómo se decide por dónde empezar. Ciudades como Melbourne y Barcelona han creado metodologías que determinan las comunidades específicas donde se enfocan estos esfuerzos, lo que da a pensar que la proximidad no solo es una prueba piloto en escala controlada sino también una nueva variable a tomar en cuenta en la priorización de las inversiones locales. Adicionalmente, Barcelona siempre aplica una política de rehabilitación física en toda la ciudad donde primero se realiza en una zona específica, para luego ser replicada en la ciudad. No queda claro cómo las intervenciones estarán interconectadas o si es incluso una meta. Lo que sí deja claro la estrategia catalana es la sabiduría de que antes de implementar una estrategia urbana en mayor escala, es necesario su implementación local que permita testear, aprender y ajustar para garantizar su éxito en otras escalas.

Supermanzana de Pobleneu, Barcelona.

Los 15 minutos como bandera para atender la salud pública urbana

Parte de los servicios que deben asegurarse en la burbuja de los 15 minutos son aquellos relativos a la salud ambulatoria, dispensarios, farmacias y espacios públicos abiertos. El modelo busca asegurar el fácil y rápido acceso a los bienes y servicios, incluyendo aquellos que forman parte de la salud pública. Al asegurar que las personas solo deben invertir 15 o 20 minutos, contribuye también al acceso de servicios médicos e implícitamente -por ejemplo- a la reducción de la transmisión del coronavirus. París atribuye su expansión de ciclovías como una de las razones que ha contribuido a la disminución de casos de coronavirus. Salud pública es también viviendas asequibles de calidad, buenas oportunidades de empleo y acceso a comida fresca. En Portland, la iniciativa de las “Comunidades Completas”, una variación de la ciudad de los 15 minutos, busca ubicar más supermercados en comunidades de bajos recursos, o la localización de nuevos empleos locales.

Comercios de las aceras de Hanoi, Vietnam.

¿Cómo ha sido implementada la ciudad de los 15 minutos?

París ha logrado avanzar el modelo en la Ciudad de la Luz luego de la exitosa campaña de reelección de Anne Hidalgo donde lo introdujo y ha nombrado un Comisionado para la Ciudad de los 15 minutos. Hasta el momento, se han incorporado más ciclovías y viviendas sociales en las zonas afluentes, los patios de escuelas han sido habilitados para servir como parques comunitarios, y se ha visto el surgimiento de espacios de co-working comunitarios. Sin embargo, se han incorporado tantas ciclovías en tan corto tiempo que la ciudad ahora está sufriendo muchos conflictos de transporte, especialmente con peatones.

Bogotá ha incorporado el modelo de Ciudad de los 30 minutos en su desarrollo urbano (Proximity City Urban Development Model) para lograr comunidades con bajas emisiones de carbono. Por su parte, Suecia está implementando un plan para lograr la ciudad de un minuto a través del diseño participativo de sus calles. Madrid anunció planes para dividir sus supercuadras en supercuadras autosuficientes, Milán está utilizando el modelo en el marco de la recuperación post-covid y Edimburgo utiliza el modelo para intervenir su casco histórico.

Telosa, con un costo estimado de $400 billones de dólares y financiado por el millonario Marc Lore, estará a cargo de BIG y será basada en el modelo de ciudad de los 15 minutos, buscando crear una urbe donde norme la arquitectura amigable con el ambiente y la producción de energía sostenible, que cuente con un sistema de agua a prueba de sequías, vehículos autónomos que no dependen de combustibles fósiles y edificios cubiertos de terrazas verdes habitables, incluyendo cultivos hidropónicos. Estas son algunas de las propuestas que están planteadas para lograr la ciudad utópica.

Refrito del buen diseño urbano

Para nosotros, los diseñadores y planificadores urbanos, leer sobre crono-urbanismo genera un déjà vu hacia el salón de clase donde aprendimos sobre las teorías de Kevin Lynch o Jane Jacobs. El buen diseño urbano se fundamenta en proveer un acceso justo de los bienes y servicios a todos los ciudadanos. Nos preguntamos entonces: ¿es este movimiento una nueva estrategia de marketing para el buen diseño y planificación urbana, o de verdad incorpora nuevas variables de análisis que oriente la creación e implementación de nuevas políticas urbanas?

Atardecer de París desde el Centro Pompidou.

Si medimos el impacto de este nuevo movimiento con lo ‘vivo’ que se encuentra en el léxico o la organización de las ciudades, pareciera que no tiene el impacto de la ciudad jardín, la ciudad moderna o, la más pertinente, la ciudad ecológica. Una victoria innegable es que el crono-urbanismo finalmente conquistó a los diseñadores de políticas públicas y agentes gubernamentales para atender la calidad de vida urbana en minutos, auspiciada y deseada por los planificadores urbanos, sin asegurar que los cambios sean permanentes o reales.

ACA

VALE LA PENA LEER

El crono-urbanismo: las ciudades le ponen minutos a su calidad de vida

Melbourne, París, Detroit, Londres apuestan por mejorar la calidad de vida priorizando la planificación de la vida urbana en 15-20 minutos.

Alexandra Paty

30 de septiembre de 2020

Tomado de transecto.com

Durante la pandemia hemos sentido de primera mano la necesidad de tener las cosas a nuestro alcance, cerca de casa. Bien sea el lugar de trabajo, la escuela de los chicos, donde comprar comida o visitar al médico, son actividades que ahora deseamos y necesitamos hacerlas a cortas distancias. Esto ha evidenciado la disparidad de uso de suelo entre comunidades y ha puesto en perspectiva cómo valoramos nuestra calidad de vida, especialmente la calidad de vida urbana. 

Ciudades como Melbourne, Portland, Londres o Detroit no necesitaron una pandemia para reevaluar cómo podían mejorar la vida urbana de sus ciudadanos, y muchas encontraron la respuesta en el modelo de vecindarios de 15-20 minutos. En pleno inicio de la pandemia del COVID-19, la Alcaldesa de París Anne Hidalgo anunció durante un acto de campaña para su reelección que su segundo mandato iba a convertir a París en una ciudad de comunidades de 15 minutos. 

Siguiendo políticas implementadas desde el 2014, en su segundo mandato busca ejecutar una sucesión de políticas radicales para minimizar la supremacía vehicular en la ciudad, con la meta de reducir los niveles de contaminación y ganar espacios para los árboles, los peatones y los ciclistas. ¿De dónde se origina la intensidad de la propuesta de Hidalgo? En el crono-urbanismo, concepto desarrollado por el Profesor de la Universidad Paris-Sorbonne, Carlos Moreno.

¿Cómo se definen los 15-20 minutos?

Carlos Moreno está convencido que durante la supremacía vehicular del Siglo XX, los ciudadanos de las urbes mermaron su calidad de vida y que, junto al boom tecnológico de las últimas décadas, nos hemos desconectado aún más de la vida urbana. Los autos impulsaron la vida suburbana donde la separación de usos de suelo se intensificó generando núcleos de actividades distanciados de las áreas residenciales. Vivimos apurados, dedicando tiempo excesivo a trasladarnos de un lugar a otro, en condiciones no óptimas y sacrificando el medio ambiente con los altos índices de contaminación en las ciudades. 

Moreno plantea que debemos cambiar nuestro ritmo de vida y reevaluar cuánto tiempo dedicamos a la movilidad y, por consecuencia, reorientar la planificación urbana hacia la planificación de la vida urbana. La vida urbana está basada en seis objetivos: vivir, trabajar, hacer compras, conseguir bienestar, educarse y divertirse. Dichas necesidades sociales y urbanas básicas deben poder satisfacerse en un perímetro reducido de distancia y tiempo. Moreno argumenta que la elección de 15 minutos fue arbitraria, pero investigadores en Melbourne, Australia, tienen otra opinión.

Entre 15 y 20 minutos es la cantidad máxima de tiempo que las personas están dispuestas a caminar para satisfacer sus necesidades diarias en su localidad. Esta medida representa una caminata de 800 metros desde la casa hasta el destino y su regreso. Es una medida basada en accesibilidad, donde las personas de todas las edades y habilidades puedan participar y vivir independientemente en la vida local.

¿Cómo lograr que caminemos más en nuestras ciudades?

Nosotros caminamos más cuando lo podemos hacer, es decir, cuando contamos con infraestructura que lo facilite. Caminamos más cuando las aceras están en buen estado y los árboles proveen sombra y confort en el camino. Nos sentimos seguros en las calles, cuando las aceras cuentan con actividades comerciales y culturales vibrantes. Caminamos más cuando nos encontramos con espacios públicos de calidad que nos conectan con lugares importantes en nuestra ciudad. 

Muchas ciudades alrededor del mundo están elaborando estudios y formulando proyectos para implementar las estrategias que conlleven a ciudades de comunidades de 15 o 20 minutos. Aún cuando la mayoría de las estrategias y metodologías son comunes, sus variaciones también responden a objetivos específicos o características especiales de cada localidad. Para ello, varias estrategias propuestas de diseño urbano son comunes:

Cambios en la distribución de usos del suelo:  lograr un tejido urbano integrado y compacto donde la distribución de los usos del suelo permita que los comercios estén mezclados con viviendas asequibles y diversas, los bares con centros asistenciales y las escuelas con los edificios de oficinas, y todos a su vez conectados con servicios de transporte público locales. La ciudad de Portland, Oregon, condujo un estudio cartográfico donde identificó todas las áreas donde los residentes pueden o no acceder a bienes y servicios básicos con solo caminar o montar bicicleta. Así se priorizan las estrategias para lograr que, en cada vecindario, el 90% de sus residentes pueda acceder a servicios básicos en 15 minutos.

Uso dual de los espacios: transformar los espacios urbanos de monofuncionales a multifuncionales, donde un patio de escuela de día sea utilizado como cancha de deportes o centros de enfriamientos nocturnos durante el verano, donde una casa de cuidado de adultos mayores sirva también como guardería, o donde hayan espacios que tengan usos flexibles para eventos, entrenamientos deportivos y trabajos temporales. París apuesta por la reutilización de sus espacios, para mantenerse activa casi las 24 horas al día, adaptando su uso a diversos usuarios y dinámicas comunitarias.

Potenciar la economía local: potenciar los corredores o centros comerciales donde puedan proveerse diversos bienes y servicios que sirvan a múltiples usuarios, como son los servicios médicos, pequeños negocios locales, librerías y mercados. Adicionalmente, promover los productos locales para que los residentes prefieran hacer compras en su vecindario. La ciudad de Detroit apuesta por mejorar la infraestructura existente e invertir para revitalizar sus corredores comerciales en aras de asegurar que sus residentes puedan acceder a comercios locales, opciones de transporte público, parques y espacios públicos a 20 minutos de sus hogares, incluyendo que en sus recorridos tampoco se encuentre ningún espacio, edificio o infraestructura deteriorados. Esto es especialmente importante como plan de revitalización en una ciudad donde el 22% de los edificios se encuentran vacantes debido a la crisis económica de la última década.

Mejorar el dominio público: invertir en mejoras de infraestructura para la seguridad y confort de los peatones y ciclistas, como el acceso a transporte público de calidad, facilitando las conexiones locales a los trabajos y servicios intercomunitarios. Incluye la mejora de espacios públicos existentes y creación de nuevos que contribuyan a la movilidad y vida social de la comunidad. Barcelona busca reducir los niveles de contaminación ambiental restringiendo la circulación vehicular, instaurando supermanzanas que priorizan al peatón y potenciar la vida local.

Promover intercambios culturales: activar con programación cultural de los espacios públicos, especialmente sin programación o desuso. Londres apuesta por la cooperación público-privada con alta participación de los residentes en un banco de proyectos llamados Every One Every Day. Se busca brindar un alto número de actividades socio-culturales, entrenamientos y oportunidades de desarrollo económico, siempre a distancias cortas de los hogares.

Mucho que aprender de Melbourne

Melbourne inició proyectos piloto en tres localidades – Croydon South, Strathmore y Sunshine West –  en el 2018, liderados por el equipo de planificación y el Concejo de la ciudad. Se apoyaron en la plataforma CrowdSpot para implementar una robusta participación ciudadana. Cada comunidad se planteó tres objetivos por alcanzar, cuya relevancia es aún mayor durante la pandemia:

Croydon South enfoca sus esfuerzos en (1) Mejorar el diseño de las calles para revitalizar centros de actividad; (2) Mejorar la conectividad y espacios públicos mediante la mejora de aceras y ciclovías; y (3) Explorar oportunidades de vivienda asequible.

Strathmore prioriza sus proyectos para (1) Incrementar la seguridad peatonal, especialmente alrededor de las escuelas; (2) Instalar ciclovías para incrementar la conectividad hacia centros de actividad; y (3) Revisar los mecanismos de planificación para facilitar la vivienda diversa.

Sunshine West dirige sus trabajos a (1) Apoyar el desarrollo de vivienda diversa en la comunidad, (2) Motivar las instalaciones temporales de tiendas y comercios en las calles; y (3) Explorar mejoras de las calles hacia los centros de actividad e implementar instalaciones artísticas y espacios creativos.

Durante el proceso, Melbourne ha entendido que para una ciudad con buena calidad de vida a través de sus vecindarios de 20 minutos es fundamental:

  • El planeamiento local es efectivo, donde la alianza comunitaria es clave para conectar a los residentes con el gobierno y actores relevantes.
  • Un compromiso a largo plazo por parte de los gobiernos que garantice la coordinación intergubernamental con la comunidad como estrategia de gobierno y sus políticas.
  • Mejorar los centros comunitarios para fomentar la creación de una red entre los comerciantes, residentes y otros actores que apoyen el desarrollo económico local.
  • Diseñar un programa para apoyar proyectos comunitarios innovadores y generar maneras para su fácil implementación.
  • Los resultados de la planificación deben ser monitoreados, especialmente su impacto a la salud pública y bienestar.

Lo cierto es que todas las estrategias a ser implementadas por las ciudades tienen una agenda común: el buen diseño urbano. Apostar por el buen diseño urbano mediante políticas públicas que incluyan herramientas de planificación y ejecución efectivas. A su vez, que facilite desarrollos inclusivos sin barreras u obstáculos, que motive desarrollos innovadores e integre cohesivamente todos los programas e intervenciones. Lo que se busca es hacer de nuestros vecindarios una comunidad donde nos sintamos en casa. Nuestra casa no solo son nuestros hogares, sino nuestras calles, espacios públicos, espacios verdes y bulevares. En el siglo XXI, las ciudades de 15-20 minutos buscan que nuestra ciudad sea nuestra casa.

ACA