Al arribar en nuestro número 165 a la postal nº 200 el 8 de marzo de 2020, hacíamos un recuento del camino que hasta entonces habíamos recorrido sin imaginar que hoy hubiésemos podido llegar tan lejos.
Allí recordábamos que, si bien la postal es uno de los elementos que hoy componen el Contacto FAC, fue el vehículo con el que primero la Fundación Arquitectura y Ciudad se fue aproximando a quienes se constituyeron en sus primeros destinatarios por la vía del correo electrónico. Luego vendría la posibilidad de hacer envíos masivos a través de mailchimp y más tarde la de poder consultar todo el contenido publicado, en el blog https://fundaayc.com/.
De elemento fundamentalmente gráfico (contentivo de una foto o dibujo) acompañado de una somera descripción, del logo de la FAC y del número correspondiente elaborados con base en la familia tipográfica Gill Sans, con la que decidimos identificarnos junto al color azul proveniente del tono predominante en el edificio de la FAU UCV, la postal a partir del nº36, coincidiendo con el nº 1 del boletín (30 de octubre de 2016), empezó a ser comentada en un texto aparte y, con ello, a ser ampliado lo que ella sugería o tras ella se encontraba.
También, los temas abordados a través de las imágenes publicadas durante primeros 35 números (edificios ganadores del premio nacional de arquitectura, dibujos de reconocidos profesionales, portadas de los números 1 de publicaciones periódicas, planes urbanos, proyectos ganadores de concursos nacionales, carátulas de textos fundamentales, eventos que marcaron época e incluso una serie de implementos que antaño acompañaban la actividad del arquitecto), fueron paulatinamente ampliados hasta conformarse una pauta que incluyó, entre otros, la cronología de los planos de Caracas contando su evolución urbana; anuncios publicitarios aparecidos en publicaciones nacionales de diferentes empresas vinculadas a la arquitectura dedicados a aspectos ligados a la construcción; casas icónicas; eventos y exposiciones que ha merecido la pena recordar; avenidas y espacios públicos de la capital, la presencia de Venezuela en exposiciones universales y diferentes ferias internacionales mediante pabellones diseñados para ello o edificios notables.
Formateada indistintamente en horizontal o en vertical tratando de mantener siempre el mismo tamaño, la postal no ha buscado otra cosa que darle protagonismo a la imagen que contiene cambiando ligeramente la disposición de los elementos que la acompañan e incluso el fondo. Pese a los intentos que ha habido (y seguirá habiendo) de «mejorar» su diseño, hasta ahora ninguno nos ha permitido superar la flexibilidad que nos ha dado el combinar los cuatro componentes que hasta ahora hemos adoptado por lo que, hasta nuevo aviso, seguiremos así a riesgo de parecer conservadores y alejados al espíritu de los tiempos que transcurren.
En definitiva, son ocho años y, con el de hoy, 400 envíos semanales de nuestra postal… y contando. Poco más de cuatrocientas semanas de contacto ininterrumpido con ustedes, siempre en domingo. El haber alcanzado con la necesaria perseverancia (salud de por medio) este importante número no hace otra cosa que estimularnos y comprometernos aún más con la labor que hemos venido desarrollando desde aquí.
Hoy arribamos al nº 350 de nuestro boletín Contacto FAC y con él cerramos el año 2023.
A partir de enero introduciremos algunas modificaciones en nuestra presentación. Dejaremos de lado el formato que nos ha caracterizado hasta ahora pasando a asemejarse a lo que en los medios se utiliza con más frecuencia, lo cual ofrece una mayor flexibilidad en el manejo de los contenidos.
Con ello también buscamos invitar a quienes nos leen a dirigirse a nuestro blog https://fundaayc.com/ para ampliar la información que más les interese y, una vez dentro de él, revisar todo el trabajo que hemos acumulado por más de 7 años las veces que les apetezca o lo requieran.
El número de hoy, dado su carácter navideño, está dirigido fundamentalmente a dejar en sus manos una serie de lecturas y notas editoriales que pensamos pueden ser buenos acompañantes durante las fiestas.
Como despedida de este 2023 queremos desearles a todos una feliz navidad y un muy próspero 2024.
Esperamos seguir acompañándolos desde aquí con todo el entusiasmo y empeño del mundo.
En el número de hoy de nuestro Contacto FAC y con el objeto de recordar la celebración el pasado 16 de noviembre del Día Internacional del Patrimonio Mundial, le hemos dado cabida a la temática a través de su presencia en cuatro asuntos diferentes: lo acontecido en los espacios de la FAU UCV durante los días cercanos a la fecha; la premiación del “Concurso de Señalética de la Ciudad Universitaria de Caracas”; la reciente reapertura de Lever House en Nueva York luego de ser sometido a un importante proceso de restauración y actualización; y la aparición en julio de este año del libro ARQUITECTURA, CIUDAD Y PATRIMONIO. Historia, teoría e intervención contemporáneas.
Dejamos en manos de nuestros lectores el establecer las correspondientes relaciones e interpretaciones.
Con esa oración terminamos la nota publicada el pasado fin de semana que acompañó nuestra postal, dedicada en esta ocasión a mostrar una imagen de la propuesta ganadora del concurso nacional de arquitectura, celebrado entre 2012 y 2013, para el anteproyecto del “Recinto Ferial de Caracas” a construirse en terrenos de la Base Aérea Francisco de Miranda, La Carlota. Lo que escribimos buscaba, como de costumbre, ampliar los aspectos a nuestro juicio necesarios para contextualizar la convocatoria hecha por la entonces denominada Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales (OPPPE).
Lo expuesto por nosotros produjo, cosa que no ocurre con la frecuencia que deseáramos, el envío por correo electrónico de parte de nuestro colega y asiduo lector Enrique Larrañaga, de un oportuno comentario no exento de polémica que, por lo adecuado, nos llevó a solicitarle autorización para publicarlo en esta página, la cual gentilmente nos dio y que transcribimos a continuación.
Hola, gente
Espero que estén todos bien.
Me interesó la nota sobre el proyecto ganador del concurso para el Recinto Ferial en La Carlota; más que el proyecto en sí, lo confieso…
Creo que a las pertinentes reflexiones que se plantean, sobre todo la relativa a la inherente estafa que significa convocar un concurso sin haber garantizado los mecanismos que permitirían construir la propuesta premiada, sería interesante sumar el hecho de que este concurso se convocó como una suerte de «contrapropuesta» al que la Alcaldía Metropolitana, ya casi a punto de ser eliminada, convocó para el desarrollo del Parque La Carlota; otra experiencia que hizo mucho ruido y llegó a pocas nueces, no sólo por la abolición de la Alcaldía Metropolitana sino porque en su planteamiento no se habían considerado las necesarias acciones de coordinación con las distintas entidades «dolientes» de La Carlota, ni la previsión de fondos para la construcción y, peor, para garantizar su mantenimiento.
Discrepé en aquel momento de ambas convocatorias, por estos y otros motivos. Lo que, al parecer, no fue un tema demasiado relevante para algunos colegas que, sin empacho, participaron en ambos concursos (no creo que sin advertir la contradicción entre ellos) e incluso llegaron a obtener reconocimientos en ambos. ¿Qué hubieran hecho si hubieran ganado en los dos certámenes? Ni lo sé ni creo que ellos lo supieran o, al menos, no parece que les haya preocupado demasiado.
Así que a la irresponsabilidad institucional de convocar actividades sin prever los mecanismos que las harán pasar de la pompa, los diplomas y las diatribas de «aquí mando yo y no tú», toca sumar una que me resulta mucho más grave: la de profesionales que, como desesperados por alguna chamba, parecen no ver inconveniente alguno en cambiarse la careta como el más ecléctico arquitecto ecléctico, que puede ser gótico en la mañana, clásico en la tarde y, quién quita, protomoderno al anochecer…
Gracias por el recuerdo que trajo la nota, aunque el saborcito que deja sea poco grato.
Placa ubicada a la entrada del auditorio de la FAU UCV que recuerda quiénes integraban su primer Consejo Consultivo y quiénes fueron sus profesores fundadores.
El pasado 20 de octubre la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, primera casa de estudios del país, llegó a los 70 años. Nació con una semana de diferencia con respecto a fecha de creación de la Escuela de Arquitectura (13 de octubre) y con una separación de 12 años (la Escuela ve la luz en 1941).
Por tal motivo, hemos reeditado una nota que publicáramos el año 2019 en el Contacto FAC nº 148 para no dejar pasar por alto tan importante fecha.
Tomando como referencia un texto elaborado para la “Cronología 1953-2003” ubicado al final del libro conmemorativo Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV 1953-2003. Aportes para una memoria y cuenta (Ediciones FAU UCV, 2005), tenemos que 1953 se inicia en medio de un clima incierto en lo político y con la Universidad Central de Venezuela intervenida desde el año anterior. En enero, una vez instalada la Asamblea Nacional Constituyente de la época, ésta ratifica al coronel Marcos Pérez Jiménez como presidente provisional, luego del fraudulento resultado derivado del proceso electoral realizado el 30 de noviembre de 1952. A raíz del desconocimiento de estos resultados renuncia por presiones la Junta de Gobierno, marcándose el inicio “formal” de la dictadura o, según otros analistas, el paso de la “dictablanda” a la “dictadura”, designándose posteriormente a Pérez Jiménez como “Presidente constitucional” el 17 de abril.
En medio de estas circunstancias, el 2 de agosto de 1953 se sanciona una nueva Ley de Universidades, y el 20 de octubre de ese mismo año la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la UCV se divide en dos Facultades: Ingeniería y Arquitectura y Urbanismo (FAU). El ingeniero Willy Ossott, hasta ese momento Director de la Escuela es nombrado Decano y como Director es designado el arquitecto Tomás José Sanabria (graduado de arquitecto -master incluido- en 1947 en Harvard University). Para esta fecha el Pensum recién estrenado (modificación del anterior de 1946), está conformado por 37 asignaturas a ser cursadas bajo un régimen semestral a lo largo de 5 años. La Escuela tiene 174 alumnos y 25 profesores, y ocupa el primero y segundo pisos del Taller de Electricidad de la Facultad de Ciencias Matemáticas y Naturales, nombre que adoptó la escindida Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
La importancia que en el país ya había cobrado la necesidad de planificar y ordenar el crecimiento urbano de las ciudades se ve reflejado en el doble apelativo que se le da a la Facultad, que seguirá, no obstante, teniendo una sola Escuela: la de Arquitectura, ya que el Urbanismo siempre fue visto como formación de postgrado y es sólo a partir de 1968 que se empieza a organizar con la creación del correspondiente Instituto.
Personal docente adscrito a la FAU UCV la fecha de su fundación.
En 1953, aparte del Decano y el Director conforman el cuerpo consultivo de la Facultad: Carlos Raúl Villanueva, Carlos Guinand Sandoz, Diego Carbonell (graduado en el MIT en 1944), Luis Eduardo Chataing (ingeniero, primer director de la Escuela y Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas) y Ernesto Fuenmayor (graduado en 1948 dentro de la primera promoción de la Escuela). Se reconocen como fundadores de la FAU, además de los mencionados, a los profesores: Jean Boistel, Oscar Carpio (profesor de composición, quien antes de graduarse en Caracas en 1948 realizaría estudios de arquitectura en Cornell), Henry Castillo Pinto, Edoardo Crema, Carlos Delgado Sarmiento, José Miguel Galia (quien se inicia como profesor de paisajismo, graduado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, Montevideo, en 1944), Santiago Goiri (al igual que Carpio profesor de composición y egresado de la primera promoción del 48), Mauricio Iranzo, Roberto Henríquez, Tony Manrique de Lara (al igual que Carpio y Goiri profesor de composición y egresado de la primera promoción), Juan Marichal Linares, Carlos Möller, Álvaro Pérez Luciani, Julio Ripamonti, Alfonso Rísquez, Jorge Romero Gutiérrez, Horacio Soriano, Arturo Valery Pinaud, Abel Vallmitjana y Charles Ventrillón. Se incorporarán al año siguiente como miembros del personal docente los arquitectos: Julián Ferris (encargado del área de construcción, graduado en Syracuse en 1947), Juan Andrés Vegas (encargado del área de urbanismo, graduado en el MIT en 1947) y Martín Vegas (profesor de composición, graduado en el Illinois Institute of Technology -Chicago- en 1949).
Una vez creada la FAU el artista plástico Abel Vallmitjana inicia allí las actividades de extensión, que marcan su comienzo formal con la organización de un primer evento conmemorativo, realizado en mayo de 1954 (cercano al primer aniversario), consistente en una exposición dedicada a la obra de Leonardo Da Vinci.
Este sucinto repaso que apunta fundamentalmente a los orígenes no puede dejar de mencionar como hechos relevantes de esa primera etapa: el nombramiento como Director de la Escuela de Santiago Goiri en 1956 primer egresado que ocupa dicho cargo; el estreno en 1957 del edificio sede (sin duda el mejor de los proyectados por Villanueva para la impartición de docencia dentro de la Ciudad Universitaria); la aprobación ese mismo año de un nuevo Plan de Estudios para la Escuela (cuando contaba ya con 313 alumnos), aumentando a 39 las asignaturas y manteniendo el mismo régimen y duración; la obtención también en 1957 por parte de los alumnos de 5º año del Primer Premio de la IV Bienal de Sao Paulo; el nombramiento de Antonio Granados Valdés como encargado de llevar adelante las actividades de Extensión Cultural que inicia con la publicación del primer número de la colección Espacio y Forma; para llegar a 1958 cuando en febrero (una vez que cae la dictadura) son designados como Decano el arquitecto Julián Ferris y como Director de la Escuela Oscar Carpio, pasando a ser Ferris (quien sustituyó al ingeniero Willy Ossott) el primer profesional de la arquitectura que ejerce el cargo y quien, al realizarse el año siguiente (1959) las primera elección de autoridades universitarias, se convierte en el primer decano electo, designando posteriormente a Ralph Erminy como Director de la Escuela.
Los años 60 transcurren con la Facultad consolidándose en cuanto a su condición de primer centro de estudios a nivel nacional, lo cual la lleva a contar en 1960 con 793 estudiantes y 110 profesores, momento en que el Plan de Estudios se renueva y eleva el número de asignaturas a 42 bajo el mismo régimen semestral y a lo largo de 5 años de duración de la carrera. En 1961 aparece bajo la dirección de Antonio Granados Valdés el primer número de la revista PUNTO y se le otorga a Carlos Raúl Villanueva el Doctorado Honoris Causa. En 1963 por iniciativa de Graziano Gasparini se crea el Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas (CIHE), primer centro de investigación de la aún joven institución, y al año siguiente (1964) aparece el nº1 del Boletín de dicho Centro. La creación en 1967 (año de conmemoración del cuatricentenario de la ciudad de Caracas) del Instituto de Urbanismo marca otro momento importante que permite ir consolidando la actividad de investigación dentro de la FAU.
Así, lo que empezaba a ser el transitar pausado de la institución, se ve impactado por los influjos del mayo francés que en toda la UCV dan inicio al proceso de Renovación Universitaria, de particular resonancia en la Escuela de Arquitectura a partir de 1969, y que duraría más de dos años en medio de los cuales se vive el 31 de octubre de aquel año el allanamiento de la Universidad la cual permanecerá cerrada hasta el 24 de enero de 1971.
La década de los 70 se inicia con la aprobación de un nuevo Plan de Estudios producto del impacto de la Renovación, que conlleva a una reestructuración académica: se habla ahora de Unidades Crédito que en número de 170 (distribuidas entre obligatorios -115- y optativos) se deben aprobar para obtener el título y los cuales son impartidos entre Unidades Docentes y Sectores de Conocimiento. En 1975 nace el Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción (IDEC) y en 1976 el Consejo Universitario aprueba el Reglamento de Funcionamiento Interno de la Escuela de Arquitectura y se crean la Comisión de Estudios para graduados y el Centro de Información y Documentación de la FAU. En 1978 la Escuela alcanza su tope histórico de población estudiantil: 3500, incremento que ya había llevado a las autoridades a realizar importantes modificaciones en la planta física del edificio sede que derivaron en su desnaturalización.
Podría decirse que una vez finalizada la década de los años 70 ya la FAU presenta con claridad una estructura organizativa que con pocas modificaciones ha perdurado hasta nuestros días, creándose en 1992 la Unidad Docente Extramuros de Barquisimeto, aprobándose en 1995 el actual Plan de Estudios de la carrera (actualizado en 2005) y apareciendo como novedad en 2005 el surgimiento de un nuevo esquema de gestión que contempló la creación de entes coordinadores de las actividades de docencia, investigación y extensión. Por otro lado, en 1980 el Instituto de Urbanismo lanza la revista Urbana, en 1985 el IDEC publicará el nº 1 de Tecnología y Construcción y en 2006 se crea el sello Ediciones FAU UCV buscando unificar esfuerzos diversos e importantes que a través del tiempo la institución siempre llevó adelante en ese campo.
Desde su fundación, la FAU ha podido constatar como la mayoría de los Premios Nacionales de Arquitectura han sido otorgados a egresados de las aulas de su Escuela, y cómo ha sido objeto de múltiples reconocimientos. Ha impulsado la creación de otras instituciones, ha visto pasar por sus aulas miles de estudiantes, por sus espacios a importantes figuras del acontecer arquitectónico internacional, ha fortalecido su oferta de estudios de postgrado y ha sido sede de memorables eventos.
También, es bueno decirlo, ha sido dirigida por un total de 14 Decanos que han colaborado cada uno de diferente forma en su crecimiento y a darle la robustez de la que ha podido vanagloriarse. Hoy tiene al frente al arquitecto y doctor Javier Caricatto, quien se estrena luego de ser electo mediante unos comicios postergados por 21 años, en medio de los difíciles momentos que transcurren, ensombrecidos por una terrible crisis presupuestaria que ha afectado de manera ostensible su operatividad y mantenimiento, una disminución dramática de la planta profesoral y estudiantil alcanzando cifras similares a las registradas a comienzos de los años 60, y a quien le corresponde junto a su equipo buscar vías alternas que colaboren a su financiamiento, actualizar el pensum de estudios y reforzar su esencia como entidad eminentemente académica.
Si algo requiere la Facultad de Arquitectura de la UCV en los actuales momentos, más allá de las felicitaciones que le corresponden por su onomástico, es la solidaridad y unidad de todos quienes han tenido que ver con ella a lo largo de 70 años para así comenzar a recuperar el ánimo y empuje requeridos en la superación de las dificultades que atraviesa.
1. 1936. Detalle del Plano de Caracas Monumental de Ramón Sosa. A la izquierda, avenida 19 de diciembre con las estatuas del Gran Mariscal de Ayacucho (arriba) y George Washington (abajo). A la derecha Monumento a Carabobo (La India) a un lado del Hipódromo.
Gracias a una acotación que nos hiciera el arquitecto Alfredo Sanabria, asiduo lector de este boletín, y como demostración de los avatares sufridos por la toponimia de la ciudad, de la cual mostramos solo una parte en la nota sobre la avenida José Antonio Páez publicada la semana pasada, valdría la pena añadir que el 19 de diciembre (nombre de la avenida y el puente inaugurados en 1910 que unieron lo que en aquel entonces eran la Carretera Occidental y la Avenida de La Vega), fue el día en que Juan Vicente Gómez tomó el poder en 1908 en detrimento de su compadre Cipriano Castro, el cual sólo dejará al morir 27 años más tarde. Una vez fallecido Gómez en 1935, avenida y puente pasarán a denominarse 9 de diciembre en conmemoración a la fecha de la Batalla de Ayacucho (1824), que a su vez coincide con la del nacimiento de María de la Concepción Palacios y Blanco (1758), madre del Libertador.
2. 19 de abril de 1921. Reubicación de la estatua de George Washington (procedente del centro de Caracas) en el cruce de la avenida 19 de diciembre y la Avenida de La Vega. La escultura de Washington ocupó el espacio dejado ese mismo año por el Monumento a la Batalla de Carabobo (La India), cuando éste fue trasladado a las inmediaciones del Hipódromo. Años más tarde la obra del prócer estadounidense pasaría a presidir la plaza que se construiría en su honor a escasos metros sobre la avenida Páez, donde aún permanece.3. Estatua ecuestre del Gran Mariscal de Ayacucho ubicada en la intersección de las avenidas 19 de diciembre y San Martín. La fotografía está tomada hacia el oeste justamente desde esta última avenida.
Gómez, sin embargo, en 1924 ya había ubicado con motivo del centenario de la gesta, en la intersección de las avenidas 19 de diciembre y San Martín (que continuaba desde ese punto hacia el oeste como Carretera Occidental, según se desprende del Plano de Caracas de Ricardo Razetti de 1929), una imponente estatua ecuestre del Gran Mariscal de Ayacucho encargada al escultor venezolano Lorenzo González en 1922 (hoy colocada en la Plaza Sucre de Catia), lo cual simplificaría el cambio de nombre de la primera.
Más adelante (desconocemos cuándo, pero presumimos que después de 1958), la avenida 9 de diciembre pasó a llamarse Washington, quedando con ese apelativo únicamente el puente reconstruido que permite salvar el río Guaire y la autopista.