El número 61 del Boletín de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, ANIH, publicación trimestral de carácter científico y técnico dedicado a divulgar trabajos originales en la temática de la ingeniería, el hábitat y áreas afines, tanto de nivel nacional como internacional e instrumento divulgativo de los asuntos oficiales de la institución, ya se encuentra al alcance de los interesados a través del link
De este número cabe destacar, dentro de los Discursos de actos de incorporación académica el ofrecido por la arquitecta y profesora de la FAU UCV, Sonia Cedres de Bello, al momento de ser incluida como Miembro Honorario de la institución.
También resalta como parte de los Documentos de las Comisiones Especiales el completo trabajo “Publicaciones sobre la Zona Rental Plaza Venezuela de la UCV, 1994-2023”, compilado por José Molina.
Esperamos que esta nueva edición del Boletín de la ANIH les sea de provecho
Construyendo un futuro sostenible: retos y reflexiones en la arquitectura contemporánea
Michela Baldi
El desarrollo continuo y futuro de la arquitectura está marcado en la actualidad por desafíos clave, algunos de ellos explorados en este número como el impacto y la responsabilidad de la sociedad contemporánea en el cambio climático y las consecuencias de la pandemia, subrayando la necesidad de concebir espacios sostenibles y resilientes a partir de un análisis del paradigma tecno-industrial para la producción con combustibles fósiles y abogando por una revisión urgente del concepto de desarrollo sostenible y el papel de la tecnología como instrumento para alcanzarlo.
En este contexto, los artículos de Alfredo Cilento y de Domingo Acosta, así como fragmentos del trabajo de Francisco Javier Velasco recogidos en la sección documentos, evidencian que los llamados de alerta sobre daños ambientales y cambio climático que a nivel nacional e internacional viene realizando la comunidad científica desde los años setenta, no solamente no han sido atendidos, sino que se han ido agravando como resultado del actual modo de vida hegemónico produciendo desarreglos ambientales profundos, múltiples y sinérgicos a escala global hasta llegar a la actual situación de emergencia que hace ya insuficiente el concepto de sostenibilidad.
Es así como el concepto de “era Antropoceno” se ha convertido en un punto en torno al cual se congregan científicos e intelectuales de las ciencias sociales, filósofos y militantes ecologistas. Más allá de una crisis ecológica (que según algunos el mercado, el crecimiento verde o la tecnología aún nos permitirían resolver), se señala que ahora se hace necesario cambiar la forma en que funciona la economía. Para ello se recomiendan políticas públicas concretas que deben estar orientadas no tanto a identificar progreso con crecimiento económico sino más a la necesidad de cambiar modos de vida que reduzcan el consumo masivo y requieran menos recursos materiales. Y dentro de estos planteamientos: vivir con menos y repartir mejor.
Para la arquitectura en particular, se destaca la importancia de valorar de manera simultánea aspectos sociales, ambientales y económicos.
Considerando que las edificaciones constituyen un sector determinante, la preocupación por la sosteniblidad hace que el equipamiento para climatización sea una de las áreas de mayor interés por su repercusión en el consumo energético y emisiones de CO2. Pero, en el caso concreto de Venezuela, poco se profundiza en la evaluación de la sostenibilidad de distintas tecnologías de climatización antes de su aplicación en la edificación. De ahí la relevancia del trabajo de Ernesto Lorenzo, un caso de estudio en una edificación industrial, enfocado en la aplicación de un modelo de análisis de indicadores multicriterio para la comparación de alternativas valorando tres alternativas de climatización.
Todo este contexto concede un papel preponderante a la formación de los nuevos profesionales. De ahí la importancia del trabajo de Eugenia Villalobos que, refiriéndose a la arquitectura, plantea la necesidad de adaptación de los currículos para formar generaciones de relevo capaces de dar respuestas rápidas a los problemas que plantea una sociedad en constante transformación.
También hay que tomar en cuenta cómo las migraciones han influido en la arquitectura y el desarrollo social, enriqueciendo estilos y patrones urbanos, aunque plantean desafíos como la preservación de identidades culturales y la adaptación de infraestructuras a comunidades cambiantes. Por eso resulta pertinente revisar cómo la noción de sostenibilidad no ha sido ajena para los profesionales que se ocupan de las edificaciones de culto de distintas religiones, como se examina en el artículo de Jesús Rafael Galíndez López, que aborda el tema de la sostenibilidad en edificios de culto de tres religiones monoteístas, a partir de tres ejemplos: una mezquita (en Reino Unido), una sinagoga (en Paraguay) y una catedral (en Colombia), evaluadas bajo los criterios de certificación internacional para edificaciones sustentables Living Building Challenge (LBC).
Para reforzar los temas tratados en los artículos que dan cuerpo a este número, se presentan también dos documentos que son aporte para la reflexión a la hora de pensar y plantearse opciones alternativas para diseñar la senda a transitar. Uno de ellos, el trabajo de Francisco Javier Velasco –ya mencionado en párrafos anteriores– aborda alternativas frente al tema crisis civilizatoria y Antropoceno. El otro, de Helena González, quiere llamar la atención sobre una nueva realidad en Venezuela, con especial resonancia sobre los posibles desarrollos de la actividad académica y el concepto mismo de universidad, como consecuencia del éxodo de venezolanos que ha tenido lugar durante la última década, muchos de ellos con altos niveles de formación. Porque entre las claves de las transformaciones sociales se cuenta también la migración como un motor de enriquecimiento que puede aportar distintas y valiosas perspectivas en los países a los que llegan los que se van, pero también ideas frescas, estilos de vida y nuevos conocimientos que diversifican nuestro entorno y pueden contribuir al florecimiento económico del país que dejaron. Así se formaron y desarrollaron nuestros países.
Los desafíos señalados demandan múltiples y variados recursos. Nuestra revista quiere unirse a ellos publicando, señalando y promoviendo la reflexión y el intercambio de ideas y conocimiento para actuar e impulsar procesos de transformación ecológicos, ambientales, sociales, políticos… Estos problemas son asunto de todos.
El arquitecto surcoreano con sede en Seúl, Minsuk Cho, y su firma Mass Studies han sido seleccionados para diseñar el 23er Pabellón Serpentine, que se inaugurará el 5 de junio de 2024 en los Jardines de Kensington de Londres. Titulado «Archipelagic Void», esta iteración del icónico encargo consistirá en cinco «islas» exhibidas alrededor de un espacio abierto, descomponiendo la estructura en una serie de elementos más pequeños entrelazados con la ecología natural del parque. El pabellón estará abierto al público desde el 7 de junio hasta el 27 de octubre de 2024, con una visita previa de prensa dos días antes de la apertura.
El pabellón multifacético está dispuesto alrededor de un vacío central, que actúa como un madang, el pequeño patio que se encuentra a menudo en las antiguas casas coreanas y que reúne todas las narrativas de las actividades cotidianas individuales y colectivas. Este único vacío central está diseñado para actuar de manera similar, anclando el archipiélago de estructuras que lo rodean.
Alrededor de este vacío, las islas del pabellón se conciben como «máquinas de contenido», cada una sirviendo un propósito diferente. La «Galería» se convertirá en el punto de entrada principal, ampliando las actividades curatoriales del Serpentine South. El «Auditorio» está planeado para convertirse en el espacio principal de reunión, cerca de la pequeña «Biblioteca» al norte del pabellón, que ofrece la opción de pausa y reflexión. La «Casa de Té» toma referencias del papel histórico de la galería como pabellón de té, mientras que la «Torre de Juegos» abre el espacio con una estructura de redes para fomentar interacciones dinámicas.
Los espacios entre estas estructuras también tienen identidades espaciales distintas, actuando como umbrales entre el parque circundante y las actividades del pabellón. Todos estos espacios adaptables están creados para dar la bienvenida a las personas y ofrecer espacios flexibles para programas en vivo. El Pabellón ofrece una plataforma interdisciplinaria para encuentros en vivo de música, poesía, palabras habladas y danza, junto con las activaciones de Tecnología y Ecología de Serpentine.
Comenzamos preguntándonos qué se puede descubrir y agregar al sitio de Serpentine, que ya ha explorado más de 20 iteraciones de una lista de grandes arquitectos y artistas. Para abordar este nuevo capítulo de manera diferente, en lugar de verlo como un lienzo en blanco, aceptamos el desafío de considerar los muchos elementos periféricos existentes mientras exploramos el centro como un vacío. También comienza a abordar la historia del Pabellón Serpentine. Al invertir el centro como un vacío, desviamos nuestro enfoque arquitectónico del centro construido del pasado, facilitando nuevas posibilidades y narrativas. – Minsuk Cho, Arquitecto, Mass Studies
Fundada en 2003 por Minsuk Cho en Seúl, Corea, Mass Studies investiga asuntos de contexto, producción en masa, condiciones urbanas emergentes y nichos culturales para encontrar las condiciones espaciales definitorias del presente. La oficina se centra en sistemas espaciales, materiales/tecnologías de construcción y divergencias tipológicas que influyen en la producción arquitectónica. En 2014, el Pabellón de Corea en la Bienal de Arquitectura de Venecia, comisariado por Minsuk Cho junto con Hyungmin Pai y Changmo Ahn, recibió el León de Oro al Mejor Participante Nacional. La oficina también está detrás de proyectos atractivos como el Southcape Owner’s Club: Clubhouse, que presenta curvaturas que lo integran en el paisaje circundante, el Centro de Arte Songwon o los Pabellones de la Casa de Té Osulloc en Corea del Sur.
El nombramiento de Minsuk Cho continúa el esfuerzo del Pabellón Serpentine por destacar nombres emergentes en la práctica de la arquitectura. El año pasado, el encargo fue dado a la arquitecta Lina Ghotmeh, nacida en Beirut y con sede en París, quien centró su enfoque en la idea de reunirse para compartir una comida e involucrarse en conversaciones. Ediciones anteriores han presentado instalaciones como La Capilla Negra de Theaster Gates, el «símbolo de la unidad» de Francis Kéré, la «colina de rocas» de Junya Ishigami y la «pared desabrochada» de BIG.
Pocos proyectos a lo largo de la historia reciente de nuestra arquitectura han contado con una difusión y fortuna crítica similar a la obtenida por “La Casa de mi Madre”, diseñada por el talentoso arquitecto Joel Sanz (1947-2013) en 1986 para doña Hilda Pino en Higuerote, estado Miranda. Esta afirmación se sustenta no sólo en los diversos lugares donde el trabajo fue publicado a finales del siglo XX (el catálogo de la VIII Bienal Nacional de Arquitectura, “La arquitectura del lugar” de 1987; el de la exposición “La casa como tema” de 1989 ; y la revista Arquitectura venezolana en la Bienal de Quito ’90), sino por su capacidad de convertirse, pese a su escala y los limitados recursos con que se construyó, en referencia del valor que puede tener la claridad y contundencia de una propuesta.
1. La Casa de mi Madre. Planta de techos dentro del tejido urbano donde se encuentra.
Pensada para resolver las restringidas condiciones que imponía una parcela de 4,50 metros de ancho por 31 metros de largo dentro de un tejido urbano de viviendas adosadas de características similares, urbanizado por el Concejo Municipal de Higuerote en los años ’50, Sanz opta por convertir, como normalmente lo hacía, su aproximación al problema como oportunidad para explorar un esquema alejado de lo que podía ser una respuesta convencional.
2. La Casa de mi Madre. Planta, corte transversal y fachada.
Así, en lugar de proponer una casa como tantas estructurada con base en una sucesión de patios que suelen resolver de manera solvente los problemas de iluminación y ventilación, Sanz plantea un limpio prisma horizontal que se sumerge en la parcela, cuya leve separación promedio de 30 cms de los irregulares linderos abre la oportunidad de encontrar una novedosa respuesta: dos ranuras a todo lo largo de la casa que producen la mayor cantidad de superficies perforables para ventilación e iluminación indirecta.
3. La Casa de mi Madre. Maqueta digital/axonometría.
Juan Carlos Parilli, su más dilecto discípulo y socio por muchos años, tras calificar la edificación como ejemplo de “Un nuevo lenguaje tropical” en el artículo de ese mismo nombre, publicado en la revista entre rayas nº132 de noviembre 2019 dedicado a “La casa. Práctica, docencia e investigación” (de consulta obligada para obtener una visión completa y actualizada sobre el tema), precisa en su aproximación crítica al proyecto cómo Sanz utiliza una vez más una estrategia común en él caracterizada por “no complacer expectativas … para generar propuestas osadas y provocadoras, casi manifiestos, en proyectos como éste que nos ocupa…”. Y añade cómo por tratarse de un proyecto que estaba amparado por la confianza y afecto del propietario “se podía permitir explorar con libertad ideas que otros clientes no le hubieran aceptado, sin tener que preocuparse por lidiar con problemas que pudieran restar impacto a la propuesta, ya fueran mosquitos, ladrones, salitre o caprichos del dueño”.
En todo caso, Sanz hace un análisis detallado de las modalidades programáticas, funcionales y constructivas de las viviendas de la zona, interpretando y adoptando para su diseño el esquema típico que ubica en la fachada hacia la calle: el acceso, un recibo y la habitación principal, y en el extremo opuesto: la cocina, el comedor y el lavadero, unidos por un corredor en el cual se suceden las habitaciones y el sanitario. “El pasillo se recorre entre dos puntos notables, formados por el abultamiento necesario que destaca la jerarquía del dormitorio principal, y el nicho donde se ubica la nevera que invade los límites virtuales de la circulación, y altera las direcciones ortogonales que han organizado el resto de la obra”, expondrá Sanz en la memoria elaborada para presentar el proyecto en la VIII Bienal Nacional de Arquitectura de 1987, montada en el Museo de Bellas Artes de Caracas, donde optaba al premio en la categoría de vivienda unifamiliar.
4. La Casa de mi Madre. Cortes fugados.
El sistema constructivo, sencillo y elemental, a base de paredes de carga hechas con bloques de concreto en obra limpia, machones y vigas de corona, aunque le sirve de soporte, es prácticamente independiente del utilizado para el techo a dos aguas y alta cumbrera, resuelto con una estructura de madera cubierta de láminas metálicas galvanizadas, diseñado para mitigar las inclemencias del clima. En otras palabras, y reforzando la originalidad planteada con relación a la solución para la iluminación y ventilación, “se optó por utilizar el mismo esquema de ubicación de ambientes, pero eliminando el patio interno, por dificultades dimensionales y porque, además, este esquema obliga a mantener las habitaciones adosadas a uno de los linderos laterales”, señalará Sanz en la memoria ya citada.
5. Oswald Mathias Ungers. Izquierda: “Project for a Group of Houses”, Marburg, Germany, 1976. Derecha: Portada del libro Casa en la casa. Sobre la historia de una idea de diseño, dedicado a la manera como el tema se hace presente en el Museo de Arquitectura Alemana en Frankfurt Am Main.6. Cuatro casas icónicas de Mario Botta en el Ticino. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Riva San Vitale (1971-1973), Ligornetto (1975-1976), La Rotonda de Stabio (1980-1982) y Morbio Superiore (1982-1983).
Si bien es el texto explicativo, reproducido por igual en las tres publicaciones ya citadas donde la casa aparece reseñada entre 1987 y 1990, el que nos permite conocer sus aspectos más tangibles, la mirada que Parilli nos ofrece en 2019 incorporará una aproximación más fresca rescatando de “La Casa de mi Madre” aspectos del máximo interés. Por ejemplo, Parilli puntualizará: “Aunque Joel era alérgico a las tendencias ‘virales’ del momento, no pudo evitar ser influenciado por algunos temas que circulaban en el ambiente arquitectónico de esos años (de la mano del posmodernismo). Recuerdo que le interesaron algunas propuestas de Oswald Mathias Ungers (la casa dentro de la casa) y otras de Mario Botta (el uso de materiales ordinarios), ideas que utilizó en este proyecto…”.
Y, reforzando el título que le diera al artículo que publicara en entre rayas, Parilli considera que el aporte más destacable de la obra de Sanz en general “fue el de renovar el vocabulario de la Arquitectura Tropical, reinterpretando algunos de sus temas tradicionales como el alero, el patio y el corredor, y promoviendo la incorporación de otros elementos más contemporáneos y poco utilizados como la Plaza Cubierta”. Esta línea de trabajo se ve claramente expresada en «Cinco lecciones de Carlos Raúl Villanueva», Conferencia dictada por Sanz en el Colegio de Arquitectos de Milano, Italia, el 9 de noviembre de 2006 (https://es.scribd.com/document/406283150/joel-sanz2-pdf).
7. La Casa de mi Madre. Despiece.
En particular, para Parilli será digno de resaltar en “La Casa de mi Madre”, como contribución a la conformación de esta “nueva arquitectura tropical”, lo que denomina como “el Techo Ventilante”, el cual más allá de cumplir cabalmente con su compromiso con el acondicionamiento térmico de la casa, “le otorga un papel protagónico en la expresión arquitectónica al proponerlo como un prisma de sección triangular con una dimensión deliberadamente exagerada que supera en altura a los espacios habitables a los cuales sirve y que constituye el rasgo más distintivo en la percepción de la casa”.
Esta manera de entender la cubierta como un tema y que tendrá en “La Casa de mi Madre” la primera oportunidad de convertirse en ensayo del “techo de sol-techo de lluvia” (término que Sanz le dio “a la doble cubierta que protegía del agua dejando pasar la luz solar cuidadosamente tamizada”), lo acompañará a lo largo de toda su trayectoria.
8. Cuatro publicaciones en las que «La Casa de mi Madre» se hizo presente.
La casa, como se sabe, nunca fue habitada por su destinataria, “no quiso vivir en ella”, manifestaría en propio Sanz, dejándole un sabor algo amargo oculto tras el esfuerzo y dedicación que puso en su diseño y al indudable aporte que le dio al tratamiento del tema.
“La Casa de mi Madre”, también, ha sido reproducida a través de medios digitales en el blog CA Catálogo de arquitectura • Venezuela | Latinoamérica. Obras y proyectos de arquitectura con tradición moderna • materia | estructura | paisaje a cargo de Ramón Fermín, ofreciéndose desde allí, con la colaboración de Juan Carlos Lázaro, una valiosa información complementaria muy útil para comprender la propuesta.
Con este proyecto el arquitecto Sanz se hizo acreedor de una Mención Especial en la Categoría Diseño Arquitectónico en la VII edición de la Bienal de Arquitectura de Quito de 1990, siendo la participación venezolana (hasta 26 trabajos pertenecientes a diferentes categorías), recogida en una publicación (que ya hemos citado) elaborada conjuntamente por el Colegio de Arquitectos de Ecuador y la Fundación Museo de Arquitectura con el patrocinio de Belfort Glass.
Recordemos, para finalizar, que Joel Sanz fue co-fundador en 1972 de la Unidad Docente 9 de la FAU UCV y su coordinador desde 1985 hasta 2005.En el año 2000 fue distinguido, por el Consejo Nacional de la Cultura CONAC, con el Premio Nacional de Arquitectura y que por resolución del Instituto del Patrimonio Cultural del 20 de febrero del año 2005, fue declarado «Bien de Interés Cultural» del Municipio Brión del Estado Miranda, en el capítulo de la creación individual.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal. Museo de Bellas Artes. Catálogo de la VIII Bienal Nacional de Arquitectura “La arquitectura del lugar”, Caracas, 1987
2. Colegio de Arquitectos de Ecuador y la Fundación Museo de Arquitectura. Arquitectura Venezolana en la Bienal de Quito ’90, Tipografía Guanarteme, C.A., 1990.