VALE LA PENA LEER

(a propósito de la “nueva monumentalidad”)

Le Corbusier. Palacio de la Asamblea, Chandigarh.

El laboratorio moderno: Explorando la arquitectura de Le Corbusier y Louis Kahn en la India

Escrito por Maria-Cristina Florian

Traducido por Piedad Rojas

Publicado el 27 de junio, 2023

Tomado de https://www.archdaily.cl

Al inicio de 2022, la curadora Lesley Lokko anunció el título de la 18ª Exposición Internacional de Arquitectura – La Biennale di Venezia: «El Laboratorio del Futuro». La intención del tema es destacar al continente africano como protagonista del futuro, un lugar «donde convergen y se fusionan todas estas cuestiones de equidad, raza, esperanza y miedo», en palabras de la curadora. Como el continente de más rápido crecimiento urbano, África se ve como una tierra de potencial, pero también de desafíos, donde las cuestiones de equidad racial y justicia climática se juegan con un impacto significativo en el mundo en general.

Sin embargo, a fines de la década de 1950, otro laboratorio del futuro estaba tomando forma, uno donde las nuevas ideas del modernismo producían grandes diseños monumentales y estructuras urbanas completas a una escala sin precedentes: India. En busca de una imagen moderna y democrática, el país recién independizado dio la bienvenida a maestros de la arquitectura occidental como Le Corbusier y Louis I. Kahn y les confió una amplia gama de comisiones, desde el diseño urbano de Chandigarh y sus principales edificios gubernamentales hasta universidades, museos y proyectos residenciales de menor escala. El resultado es una mezcla de culturas, influenciándose mutuamente para obtener resultados inesperados.

Le Corbusier. El Palacio de la Asamblea de Chandigarh, en primer plano, frente al Tribunal Superior, al fondo.
Le Corbusier. Tribunal Superior, Chandigarh.

El estatus de India después de 1947 y la búsqueda de una nueva imagen establecieron las premisas para la construcción de una de las mayores asambleas modernistas y experimentos urbanos. Nombrada en honor a la diosa hindú del poder, Chandigarh fue elegida como sede de la nueva capital estatal de Punjab, creada para encarnar la agenda de modernización y los valores seculares de la recién fundada república. Desde el principio, el ingeniero jefe de Punjab, P. L. Varma, y el administrador estatal de obras públicas, P. N. Thapar, se propusieron traer a profesionales occidentales, en parte debido al deseo de crear una ciudad moderna y eficiente y debido a la capacitación profesional limitada. Previamente Albert Meyer, un urbanista estadounidense, fue invitado a diseñar la nueva ciudad, y Matthew Nowicki, un joven arquitecto que trabajó con Le Corbusier, fue seleccionado para crear la arquitectura de las nuevas instituciones democráticas. Después de la inesperada muerte de Nowicki en 1950 en un accidente de avión, Thapar y Varma se pusieron en contacto e invitaron a Jane Drew y Maxwell Fry, quienes recomendaron una colaboración con Le Corbusier, como se explica en el libro de William J R Curtis Le Corbusier: Ideas and Forms.

Al principio, Le Corbusier dudó, pero aceptó la comisión y se convirtió en el exclusivo diseñador de los edificios del Capitolio y consultor para la disposición de la ciudad, aún liderado oficialmente por Mayer, pero eclipsado por la fuerte visión de Le Corbusier. Jane Drew y Maxwell Fry también fueron empleados, concentrando su atención en las áreas residenciales, desarrolladas con equipos de jóvenes arquitectos indios. El sector de la vivienda se informó con prototipos vernáculos indios y contenía elementos como logias y terrazas para dormir. En 1951, Le Corbusier también invitó al joven arquitecto indio Balkrishna Doshi a unirse a su estudio en París, quien aportó una comprensión más profunda de la cultura y el clima indios al equipo, teniendo una influencia significativa en la planificación de la nueva ciudad, las áreas residenciales y la creación de espacios abiertos. Más tarde, en 2018, Balkrishna Doshi se convirtió en el primer arquitecto de India en recibir el Premio Pritzker, el mayor honor en arquitectura.

Le Corbusier. Palacio de la Asamblea, Chandigarh.

A escala urbana, la planificación de Chandigarh retuvo algunos de los principios de Le Corbusier, como la separación de áreas para vivir, trabajar y disfrutar del tiempo libre, y los grandes ejes monumentales, pero dejó de lado los rascacielos, optando en su lugar por edificios de baja y media altura, en una adaptación a los estilos de vida y las costumbres locales. En su libro, Curtis señala que en la búsqueda de una gramática india moderna, Le Corbusier cambió su enfoque para ver a India como «un país que debe evitar el voraz industrialismo de la primera era de la máquina, forjando una nueva cultura sobre la base moral de un equilibrio entre lo mecanizado y lo rústico, lo secular y lo sagrado, lo local y lo universal».

En el diseño de los cuatro principales edificios gubernamentales, las investigaciones de Le Corbusier sobre cosmología y tradiciones se combinaron con adaptaciones a las condiciones específicas del clima local para producir elementos arquitectónicos escultóricos y simbólicos. Se emplean variantes de celosías para proporcionar la sombra necesaria, mientras que los pórticos y los muros perforados permiten que el aire circule y ventile las estructuras. El hormigón era el material preferido. Aunque almacena e irradia calor, su bajo coste y fácil disponibilidad lo convirtieron en una elección fácil. Las herramientas rudimentarias de que disponían los trabajadores en la obra dieron lugar a formas potentes y superficies rugosas, lo que hizo que la arquitectura fuera «intemporal pero de su tiempo».

Le Corbusier. Edificio de la Secretaría como parte del complejo del Capitolio, Chandigarh.

La influencia de Le Corbusier no se limita a Chandigarh. Tras su primera visita a la India en 1951, fue invitado a Ahmedabad, importante centro comercial del noroeste del país. Con su potente industria textil, la ciudad se consideraba un modelo potencial para una «Nueva India», ya que desempeñó un papel importante en la lucha por la independencia. La nueva élite urbana, formada por comerciantes y propietarios de fábricas, deseaba afianzar su posición alineándose con los ideales modernos representados en la obra del arquitecto. Aunque no todos los encargos tuvieron éxito, Le Corbusier construyó cuatro edificios en Ahmedabad: el Museo, el edificio de la Asociación de Propietarios de Molinos, las residencias Shodhan y una casa privada para Manorama Sarabhai.

Le Corbusier. Edificio de la Asociación de Propietarios de Molinos, Ahmedabad.

El edificio de la Asociación de Propietarios de Molinos es un pequeño palacio, auténtico testimonio de una arquitectura para los tiempos modernos ajustada al clima de la India. Con los demás edificios de Ahmedabad… será un verdadero mensaje hacia una arquitectura india.

Le Corbusier, 1953 (citado en Le Corbusier: Ideas and Forms de William J R Curtis)

Le Corbusier. The Open Hand Monument, Chandigarh.

A principios de la década de 1960, cuando se elaboraron los planes para crear el Indian Institute of Management (IIM), una escuela de negocios de posgrado en Ahmedabad, se consultó a Balkrishna Doshi recomendando al arquitecto estadounidense Louis Kahn, a quien había conocido gracias a su puesto de profesor en Filadelfia. Kahn aceptó el encargo por la oportunidad de trabajar en un campo influido por Le Corbusier con la condición de que Doshi se uniera a él como asociado, según explicó Doshi en una entrevista en vídeo.

Louis Kahn. Instituto Indio de Gestión de Ahmedabad (IIMA).

El campus universitario supuso para Kahn la oportunidad de diseñar un entorno completo para el aprendizaje, un ideal que sólo se había hecho realidad parcialmente con su trabajo en Estados Unidos en Erman Hall y el Instituto Salk. El subcontinente demostró ser un campo de pruebas receptivo para los esfuerzos arquitectónicos de Kahn. Poco después de que comenzara la construcción en Ahmedabad, recibió otro encargo para un proyecto aún mayor en la nueva capital de Dhaka, Bangladesh. El edificio de la Asamblea Nacional de Bangladesh se terminó en 1982, convirtiéndose en una de sus obras más reconocidas y apreciadas.

Louis Kahn. Instituto Indio de Gestión de Ahmedabad (IIMA).

El campus de Ahmedabad fue una oportunidad para que Kahn explorara las propiedades del ladrillo, un material local que le prescribió el cliente debido a las limitaciones económicas. En el ladrillo, Kahn descubrió un sistema de construcción robusto, atractivo por su honestidad estructural directa. En conversaciones con sus alumnos en Estados Unidos, a menudo escenificaba este diálogo mantenido con el material, como se cita en el libro de David B. Brownlee y David G. De Long, Louis I. Kahn: In the Realm of Architecture:

Le dices al ladrillo: «¿Qué quieres, ladrillo?» Y el ladrillo te dice: «Me gusta un arco». Y tú le dices al ladrillo: ‘Mira, yo también quiero uno, pero los arcos son caros, y puedo usar un dintel de hormigón sobre ti, sobre una abertura’. Y tú le dices: «¿Qué te parece, ladrillo?» Y el ladrillo responde: «Me gusta un arco».

Louis Kahn

Louis Kahn. Instituto Indio de Gestión de Ahmedabad (IIMA).

En su búsqueda de una imagen moderna y democrática, la India se convirtió en una tierra de posibilidades donde el lenguaje, los ideales y los principios abstractos modernistas podían ponerse a prueba a una escala sin precedentes, pero no en el vacío. Aquí, dos de los pioneros del Modernismo encontraron una nueva expresividad a través de la influencia de una cultura en principio distante de ellos. La cultura, las costumbres, el modo de vida y la relación con los materiales y la tierra de la India influyeron no sólo en la obra de Le Corbusier y Louis Kahn, sino también en la imagen del Modernismo y de la arquitectura del siglo XX en general.

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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Performance en el museo / El museo como performance

Daniel Lesmes e Iñaki Estella (eds.)

Ediciones Asimétricas

2023

Nota de los editores

Uno de los procesos más relevantes en el mundo de la cultura contemporánea ha consistido en el increíble auge de las prácticas perfomativas. Surgidas a mediados del siglo XX, pero con antecedentes en las vanguardias –incluso antes–, las performances se desarrollaron en todo tipo de espacios: calles, galerías, teatros, cines, universidades. No obstante, es muy reciente su introducción en los museos como espacios de consagración cultural. ¿Qué tipo de transformaciones supone este traslado al museo de la performance?, ¿qué efectos produce en las obras y, más importante aún, hacia dónde apunta el museo de lo vivo? Nunca lo vivo ha estado tan presente en la museología contemporánea, un proceso que contrasta con la casi total desaparición de las iniciativas independientes que, hace no tanto, le sirvieron de plataforma. ¿Qué modelos temporales e historiográficos permite y produce este auge del performance en el museo? ¿Es quizás el deseo de contener lo que se desvanece en el aire lo que genera nuevos modelos de mercancía fácilmente consumible, de inmediato museificable?

Los seis ensayos que componen este libro abordan estas cuestiones desde diferentes puntos de vista incidiendo en la necesidad de abrir un debate que en la actualidad está modificando la concepción de las prácticas artísticas y las instituciones que las contienen.

Autores de los textos:

Iñaki Estella, Daniel Lesmes, Henar Rivière, Fernando Baena, Lynda Avendaño y José Antonio Sánchez.

Iñaki Estella (ed.) es profesor contratado doctor en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid. Sus áreas de investigación están relacionadas con el arte desde 1945, el arte performativo, la cultura visual, el arte latinoamericano y la historiografía artística. Entre sus publicaciones se pueden encontrar George Maciunas: historia, burocracia y colectividad (Brumaria), Fluxus (Nerea), las coediciones de Llámalo Performance (Brumaria) y de los cuatro primeros volúmenes de Desacuerdos: sobre arte, políticas y esfera pública en el Estado español (MACBA). Uno de sus ámbitos de investigación más relevantes ha consistido en la relectura de la escritura del arte español después de la transición, la relectura del arte feminista en España a principios del siglo XXI y la relación entre el museo y la universidad. Ha realizado estancias de investigación en Columbia, MoMA, Getty Research Institute y el Archivo Sohm (Stuttgart), y en Madrid, la Universidad Autónoma y la Universidad Carlos III. Ha dado conferencias en diversas ciudades en España, Santiago de Chile, Providence (RI), Nueva York, San Peterburgo, entre otras ciudades. En la actualidad investiga la noción de redes artísticas en la segunda mitad de siglo XX.

Daniel Lesmes (ed.) es doctor europeo en Historia del arte y doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Antiguo becario de la Real Academia de España en Roma, su investigación está centrada en la teoría de las imágenes y las emociones. Autor de textos como Aburrimiento y capitalismo (Pre-Textos, 2018), «Une responsabilicé commune: Goya et Didi-Huberman» (L’Europe, 2018) o «Mirar a (un) tiempo» (Peter Lang, 2020), su trayectoria está marcada por la colaboración con artistas como Manuel Saiz, Aurore Valade, David Escalona o José Luis Viñas. Ha comisariado exposiciones para los Encuentros Internacionales de la Fotografía de Arles, el Institut Français y la Casa de Velázquez. Entre 2015 y 2019 fue presidente de Cruce, una de las asociaciones de artistas y teóricos de mayor recorrido en la escena independiente de Madrid. Actualmente es profesor de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid.

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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Caracas 455

Memorias de una ciudad perdida

Mirelis Morales Tovar y Erick Lezama (eds.)

Biblioteca Digital Banesco

2023

Sinopsis

El libro Caracas 455: memorias de una ciudad perdida reúne 40 crónicas e ilustraciones de lugares emblemáticos, como un homenaje a la capital en su aniversario.

Este compendio de historias –que replican la experiencia del libro Caracas en 450– recrea un recorrido por las librerías, restaurantes, bares y experiencias urbanas, que hemos visto desaparecer en los últimos años.

Las crónicas entrelazan anécdotas personales, pero también testimonios y datos, como registro de la historia de estos espacios que hicieron de Caracas una ciudad vibrante.

Los textos establecen un diálogo con el diseño y las visuales que los artistas crearon a partir de sus propios recuerdos, para reasignarle un nuevo lugar en el imaginario del lector.

El libro puede ser descargado libremente en :

https://www.banesco.com/somos-banesco/colecciones/patrimonio/caracas-455-memorias-de-una-ciudad-perdida

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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Cerro Grande

Leoncio Barrios

Alliteration Publishing

2020

Prólogo de José Balza

Descripción

No podíamos traer una chiva y un chivito a un apartamento. Ahora viviríamos en Cerro Grande, el primer superbloque que se construyó en Caracas, una joya de la arquitectura nacional que, además, por la cantidad de gente que lo habitaría, sería como vivir en un pueblo pero en vertical, con vecinos a los lados, arriba y abajo.- Leoncio Barrios

 Cerro Grande es una colección de historias que relata las vivencias de una familia caraqueña en la década de 1955 a 1965. En el prólogo, el crítico José Balza, anuncia que “Estas páginas se refieren a un hogar y a su zona de Caracas, pero en ellas también es mostrada una ciudad dentro de la ciudad y el ágil retrato del país de ayer, de hoy. Todo esto mediante la versatilidad del hombre-niño (o de un niño-hombre) que nos presta su ‘retrovisor de la memoria’ para hacer el recorrido”.

Una obra donde se entremezclan memoria y ciudad, experiencia y cultura urbana. Un libro nostálgico por su mirada hacia el pasado, pero también cargado de mucha alegría porque todos los relatos están atravesados por el baile y la música de las grandes orquestas de la época.

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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

ARTE CONTEMPORÁNEO DE VENEZUELA. VOL.2

Sagrario Berti, Aixa Sánchez y Francisco Raúl Villanueva (eds.)

Villanueva Editores

2022

Edición bilingüe

Concepción gráfica: VACA Grafik – Álvaro Sotillo, Gabriela Fontanillas.

Diseño gráfico: Álvaro Sotillo.

Sinopsis

Arte Contemporáneo de Venezuela Vol. 2 es una publicación cuyo propósito es catalogar y documentar la obra de un grupo significativo de artistas venezolanos que iniciaron y desarrollaron su obra, en un contexto global, en el período comprendido entre 2006 y 2018.

Este esfuerzo por documentar y promover el trabajo de artistas venezolanos es una iniciativa desarrollada por Villanueva editores para darle continuidad al trabajo realizado con el libro Arte contemporáneo de Venezuela (Caracas, 2006), el cual compiló la obra de muchos de los protagonistas de la escena del arte contemporáneo emergente comprendida entre la década de los noventa y los albores del siglo XXI.

En esta ocasión, Arte Contemporáneo de Venezuela Vol. 2 reúne el trabajo de 26 artistas seleccionados por un grupo de curadores e investigadores del arte en Venezuela. Bajo la dirección editorial de Sagrario Berti, Aixa Sánchez, Francisco Raúl Villanueva y el diseño de Álvaro Sotillo, cuenta con el prólogo de Cecilia Fajardo-Hill, los ensayos de Ruth Auerbach, Fabiola Arroyo, y reseñas sobre los artistas, realizadas por diversos autores, al tiempo que se despliegan, en páginas a todo color, obras representativas de las producciones de estos artistas.

Arte Contemporáneo de Venezuela Vol. 2 es un esfuerzo a contracorriente por producir, desde una iniciativa privada, un dispositivo que compile y documente un período reciente del arte de Venezuela, caracterizado en los últimos años por su deslocalización y dispersión en diferentes coordenadas del mundo. Es por ello que uno de los propósitos de este libro es dar a conocer, más allá de las fronteras venezolanas, el trabajo que a lo largo de estos años han desarrollado artistas, curadores, investigadores, galeristas, coleccionistas, entre otros actores del campo, por mantener viva una escena del arte, a pesar de las circunstancias adversas del país.

Artistas: Ana Alenso, Luis Arroyo, Angela Bonadies, Miguel Braceli, Sol Calero, Iván Candeo, Deborah Castillo, Rubén D´Hers, Juan Pablo Garza, Jaime Gili, Sheronawë Hakihiiwë, Suwon Lee, Daniel Medina (†), Yucef Merhi, Leonardo Nieves, Jorge Pedro Nuñez, Juan José Olavarría, Erika Ordosgoitti, Oscar Abraham Pabón, Lucía Pizzani, Max Provenzano, Gerardo Rojas, Armando Rosales, Rafael Serrano, Christian Vinck, Raily Stiven Yance.

Textos: Cecilia Fajardo-Hill, Ruth Auerbach, Fabiola Arroyo, Costanza De Rogatis, Silvia Benedetti, Susana Benko, Sandra Pinardi (†), Maciá Pintó, Aixa Sánchez, Félix Suazo, Jesús Torrivilla, Madelon van Schie.

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 372

A poco que uno examina las casas que han sido galardonadas con el Premio Nacional de Arquitectura en el renglón “vivienda unifamiliar” otorgado en las diferentes Bienales organizadas, las dos primeras (años 1963 y 1965) por la Sociedad Venezolana de Arquitectos (SVA), y desde la tercera celebrada en 1967 hasta la más reciente (la XIII) de 2018 por el Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV), se va encontrando con la oportunidad de elaborar una especie de guion que, con el objetivo de presentarlas, documentarlas y analizarlas, colabore en el reforzamiento de nuestra memoria construida.

Es en tal sentido que habíamos previsto reseñar para el día de hoy la casa proyectada en 1974 por los arquitectos Ralph Erminy y Jorge Castillo, graduados en la UCV en las promociones 8 y 9 de 1958 y 1959, respectivamente, para el destacado hombre de ciencia, educador, escritor y poeta Alonso Gamero Reyes (1923-1980) y su familia, ubicada en la calle Laguna de Tacarigua de la urbanización Cumbres de Curumo, Caracas, por la cual fueron distinguidos, justamente, con el Premio Vivienda Unifamiliar en la VI Bienal celebrada en 1976.

Animados en hacer la tarea, nos hemos encontrado con que los registros que se encuentran acerca del diseño de la quinta se han centrado en presentarla como un excelente ejemplo de “síntesis de las artes”, dado que el sistema de cerramientos del inmueble hacia la calle (portón y reja), estuvo conformado nada más y nada menos que por una fisicromía (o cromatismo físico) del maestro Carlos Cruz-Diez, realizada en momentos en que ya venía desarrollando con paso firme esa variante expresiva dentro de su rica y dilatada carrera como artista plástico.

1. Carlos Cruz-Diez. Izquierda: Fisicromía 1, 1959. Caracas. 50 x 50 cm. Derecha: Fisicromía en el hall de entrada del Banco Central de Venezuela, 1973. Caracas. 3 mts x 6 mts.
2. Cromoestructura colocada en 1992 como portón de acceso a la Torre Seguros La Previsora, Caracas (2.80m x 10.50m).
3. Tres fisicromías de Cruz-Diez concebidas como arte urbano en tres ciudades diferentes. Arriba izquierda: Fisicromía Cóncavo-Convexa. Homenaje a Don Andrés Bello, Plaza Venezuela, Caracas. 1982. Arriba derecha: Fisicromía para Madrid, Parque Juan Carlos I, Madrid. 1991. Abajo: Fisicromía Color Naranja, Redoma de Guaparo, Valencia, Venezuela. 2001

Recordemos que para Cruz-Diez las fisicromías, cuyo primer ejemplo data de 1959, son “trampas de luz”, y están constituidas por una serie de elementos que forman el “fondo” de la obra y, otras verticales, de color translúcido, que al recibir la luz bañan ese fondo y transforman sus colores de forma que podemos ver incluso colores que no están en la pintura física. Sin embargo, lo interesante del caso correspondiente a la casa Gamero es la exploración tridimensional que ese particular trabajo lleva implícito, asociado a una variable estrictamente funcional como lo es el estar compuesta por un elemento fijo (reja) y otro móvil (portón) en metal, concebidos como una “pérgola vertical”, por lo que se puede decir que ello le sirvió al maestro para abrir un camino que posteriormente desarrolló con gran éxito dentro del arte urbano.

Con base en lo anterior, quienes han comentado el edificio (como es el caso de la página https://www.morasso-arquitectos.com/la-villa-moderna-en-caracas/), valoran el hecho de que la pieza de Cruz-Diez no se limitó a decorar el frente de la casa, sino que funcionaba como un filtro climático y lumínico que separaba la fachada de los espacios sociales que se abrían hacia un patio-jardín delantero, a los que las separaciones entre las láminas de la obra de arte les ofrecían una piel que mitigaba la sensación de confinamiento, conformándose un agradable espacio intermedio.

4. Frente de la casa Gamero con la fisicromía como protagonista. A la izquierda funcionando como reja (sostenida del borde del techo de la casa) y a la derecha como portón.

También nos hemos topado con descripciones como la publicada en el catálogo de la exposición “La casa como tema. Primera aproximación antológica de la casa en Venezuela”, montada en los espacios del Museo de Bellas Artes en 1989 donde, dentro de la línea que ya hemos asomado y acompañada de una foto en blanco y negro de la fachada, similar a la que, a color, engalana nuestra postal del día de hoy, se expresa lo siguiente: “La Casa Gamero puntualiza un hito de la Arquitectura Venezolana en el que el tema de la espacialidad habitable en lo íntimo se adapta plenamente a una intervención de Arte. En efecto, la horizontal fisiocromía (sic.) de Cruz-Diez demarca el territorio a partir del cual se desarrolla el espacio íntimo del hogar; la pintura, el cerramiento, lo escultórico, permiten también reflexionar el tema de la membrana. La pérgola vertical que protege el jardín interior es un aporte tipológico que da salida al tema de la casa, esta vez no definida a partir de la fachada sino de la atmósfera que recrea la barrera de luz, sombra y vegetación a partir de la cual se define la intimidad de lo externo”.

Con tales premisas por delante, quisimos conocer un poco más sobre el programa de la casa, su exacta ubicación, las variables de su entorno y su organización funcional, su espacialidad y su sistema constructivo, esperando encontrarnos con abundante información que facilitara nuestro afán de reseñarla de la manera más completa posible.

El hecho es que por más que hemos buscado, tocado puertas y enviado mensajes a personas que pudieron habernos orientado al respecto no ha sido posible, quedándonos con la extraña sensación de tener entre las manos una obra de la que, por el simple hecho de contar con el ya mencionado Cruz-Diez como acompañante, se debe asumir que todo estaba dicho.

5. El Conoto.

Si acaso, hemos podido dar con el nombre que se le colocó a la residencia: “El Conoto”, ave típicamente suramericana de unos 46 cm y 300 grs de peso cuyos “… machos adultos son principalmente negros con el obispillo castaño y la cola de un color amarillo brillante con dos plumas centrales oscuras. Tiene una cresta estrecha que es un tanto difícil de apreciar. El iris de los ojos es azul; el pico es largo y blanquecino”, denominación que remite a los amplios conocimientos de zoología que poseía el propietario, conocedor sin duda de la belleza del pájaro que tal vez quiso equiparar al diseño de la casa.

Sin bajar la guardia, también hemos intentado reconstruir un posible programa de espacios que para 1973-74, imaginamos, debió contemplarse para la numerosa familia que el profesor Gamero tenía en aquel entonces: casado en segundas nupcias en 1958 con Blanca Heredia Osío (Miss Venezuela 1956, semifinalista en el Miss Universo, graduada posteriormente de bioanalista en 1966), de quien ya tenía cuatro hijos (Gabriel, Alejandro, Aura y Valentina), a los cuales, quizás, habría que sumar como habitantes y parte del hogar los dos mayores (Alonso, arquitecto, nacido en 1951 e Hilario de 1952), provenientes de su primer matrimonio con Ana Teresa Salazar llevado a cabo a finales de los años 40 o comienzos de los 50.

6. El profesor Alonso Gamero Reyes (1923-1980) y su segunda esposa Blanca Heredia Osío (1934-2022).
7. Vista de la quinta El Conoto donde se puede apreciar al fondo (izquierda) la silueta del Ávila. La foto pertenece a los archivos del Atelier Cruz-Diez.

En todo caso, parece que estaríamos hablando de una casa que rondaba los 300 metros de área de construcción de al menos 4 habitaciones con sus correspondientes áreas sociales y de servicios, ubicada en un terreno cercano a los 900 m2, uno de los de menor tamaño dentro de la cuadra. Las imágenes traducen que la quinta era de una planta (no sabemos si tuvo desniveles internos) y que fue construida con estructura de concreto armado con la incorporación de algunos elementos en concreto obra limpia.

Sobre la inclusión de Cruz-Diez como partícipe de la experiencia constructiva tampoco hemos podido encontrar gran cosa. Especulamos que quizás conocía a Gamero, o en su defecto a Erminy y Castillo, los arquitectos.

Acerca de la parcela que ocupó dentro de la calle Laguna de Tacarigua en Cumbres de Curumo, gracias a una de las fotos exteriores que asoma al fondo la silueta del Ávila, hemos llegado a la conclusión de que ocupaba la acera noreste, por lo que la conocida fachada tenía una crítica orientación suroeste que justificaba su carácter protector. De resto no hemos sabido nada más.

8. Foto que encabeza el artículo «Quinta El Conoto. Vivir en el arte», publicado por Denise Armitano Cárdenas en contexturas.org.
9. Otra de las imágenes que acompaña el artículo de Denise Armitano.

Ha sido el testimonio publicado por Denise Armitano Cárdenas en contexturas.org, a raíz del fallecimiento del maestro Cruz-Diez el 27 de julio de 2019, titulado «Quinta El Conoto. Vivir en el arte», donde expresa su experiencia como visitante de la casa de los Gamero durante su infancia, otro frente colateral que nos ha permitido elaborar esta nota.

Luego de hacer un repaso sobre su obra y los homenajes de los que Cruz-Diez fue objeto, Armitano relata cómo: “En una muy breve crónica, narré que entre 1975 y 1979 solía visitar a mis primos Hernández d’Escrivan quienes vivían en la calle Laguna de Tacarigua ubicada en la caraqueña urbanización Cumbres de Curumo. En los jardines de aquella serena cuadra residencial, jugábamos con otros niños. Un día Valentina, la menor de los Gamero, nos invitó a pasar dentro de su moderna casa: la Quinta El Conoto”. Y continúa: “Aún recuerdo el agrado que significó entrar, literalmente, en una obra de arte, y el contraste entre el calor externo acompañado de la luz estridente de un día sin nubes y la frescura apacible del interior tras pasar el portón hecho de una Fisicromía (1974) de Carlos Cruz-Diez cuyo trabajo, ya a los ocho años me atrevía a reconocer y apreciar. Ese día sentí que había traspasado el umbral hacia la sofisticación de vivir, no solo rodeado de arte, sino ‘dentro’ del arte”.

El profesor Gamero, aquejado de dolencias cardíacas, sólo pudo disfrutar por seis años de la casa (falleció en Mérida en 1980), permaneciendo allí su familia durante largos años.

10. Vista aérea de la calle Laguna de Tacarigua (Cumbres de Curumo) en la actualidad donde es muy difícil distinguir del lado izquierdo de la vía cuál sería la quinta El Conoto.
11. Imágenes tomadas de https://uploads.knightlab.com/storymapjs/14cd5c1474cb692e50bf66ef549e8119/aqui/index.html

Entrado el siglo XXI los Gamero vendieron la casa sin que sepamos si fueron ellos o los compradores quienes antes de 2010 contrataron a un taller de herrería para desmontar el Cruz-Diez para vendérselo a un coleccionista privado.

Ello acontecía pese a que en la página fundamemoria.blogspot.com leemos que : “la Quinta El Conoto fue registrada por la Fundación de la Memoria Urbana para el Instituto del Patrimonio Cultural y el CONAC en el Preinventario Arquitectónico, Urbano y Ambiental Moderno de Caracas 2005/2006 de acuerdo al Convenio de Financiamiento Cultural 2003, No. 293 de fecha 30 de septiembre de 2003, suscrito entre la Fundación de la Memoria Urbana y el CONAC, Contrato No. CONV.CJ-003/2005, como Bien Preinventariado, y consignada ante la Alcaldía de Baruta el día 22 de noviembre de 2007. Merece ser protegida y conservada”.

A raíz del desmantelamiento de su fachada el testimonio de Denise Armitano también aporta lo siguiente: “No hay imágenes de cómo quedó la Quinta El Conoto sin su Cruz-Diez, ni creo que las habrá. Tras ser vendida hacia el año 2015, la casa parece haber sido severamente reformada. La calle fue cerrada con un portón elevado y vigilancia. Dicen que un clan familiar adquirió toda la cuadra, aconsejado por expertos acerca de su situación estratégica en caso de necesaria estampida”.

Sobre lo ocurrido con la calle Laguna de Tacarigua nada mejor que consultar “La calle de los Flores”, trabajo de investigación realizado por armando.info publicado en https://uploads.knightlab.com/storymapjs/14cd5c1474cb692e50bf66ef549e8119/aqui/index.html sobre el cual, una vez leído, sobran las palabras.

Ahora el lector entenderá por qué hemos tomado la decisión de hablar en pasado sobre la quinta El Conoto, premio en el renglón de vivienda unifamiliar en la Bienal Nacional de Arquitectura de 1976, de la que aún tenemos la esperanza de poder consultar algún día su planimetría y alguna que otra imagen de su interior para, al menos, rendirle un homenaje póstumo registrándola como es debido.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Colección Crono Arquitectura Venezuela

  1. https://www.wikiart.org/en/carlos-cruz-diez/fisicrom-a-1-1959 y https://www.facebook.com/ccsen365/photos/a.1784606341799574/2400348730225329/?type=3

2. https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/cromoestructuraen-el-a%C3%B1o-1992-la-torre-seguros-la-previsora-de-caracas-coloca-en/2361167580765240/

3. https://beatrice-91993.medium.com/la-fisicrom%C3%ADa-de-carlos-cruz-diez-a-doble-faz-en-homenaje-a-don-andr%C3%A9s-bello-soporte-para-un-ef86cb72a202, http://sobrepaisajes.blogspot.com/2018/01/carlos-cruz-diez-cambiando-paradigmas.html y https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Cruz-Diez

4. https://twitter.com/areasvellas/status/1004634486108278784

5. https://es.wikipedia.org/wiki/Psarocolius_decumanus y detalle de foto tomada de https://contexturas.org/quinta-el-conoto-vivir-en-el-arte/

6. https://www.facebook.com/groups/lavenezueladeayer/posts/1361261843953855/ y https://www.facebook.com/reymidasdelabellezavenezuela/photos/a.116818253140/10153264504003141/?type=3&locale=es_LA

7. https://www.morasso-arquitectos.com/la-villa-moderna-en-caracas/

8 y 9. https://contexturas.org/quinta-el-conoto-vivir-en-el-arte/

10. Captura de Google Earth

11. https://uploads.knightlab.com/storymapjs/14cd5c1474cb692e50bf66ef549e8119/aqui/index.html