ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 303

El dibujo de Pablo Lasala (1940-2000) que hemos seleccionado para acompañar nuestra postal del día de hoy, proviene de la página 24 del libro que Isabel Lasala (su hija) publicara en 2014 titulado Creando lugares, entre la exaltación y la superación del objeto arquitectónico en la obra de Pablo Lasala con el apoyo de Ediciones FAU UCV. La publicación que recoge el trabajo de investigación llevado a cabo por Isabel como profesora de la Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva teniendo como objeto de estudio la obra de su padre, se constituye en pieza clave para la comprensión de la obra de un talentoso arquitecto que llevó adelante una intensa actividad proyectual y docente acompañada por el éxito obtenido al participar en numerosos concursos logrando en muchos de ellos el primer premio, la cual, lamentablemente, no fue compensada con la realización de los proyectos involucrados.

Identificado como “Calles con curvas verticales en La Guaira”, hecho en tinta sobre papel el año 1994, el dibujo que nos ocupa abre el capítulo 1 “La expresión de la arquitectura de Pablo Lasala” del libro ya mencionado. Se trata por el tema que reproduce y el tipo de representación utilizado de la demostración de una preocupación constante por parte de su autor de lo que fue su temprana pasión de reproducir a través de bocetos y pinturas más que “imágenes abstractas o fantasiosas…paisajes o situaciones en las que se encontraban elementos que, al principio, de una manera menos consciente, quería explorar”. También se trata de un claro ejemplo del privilegiado lugar que siempre ocupó el dibujo en perspectiva al nivel del peatón (técnica que dominó como pocos) para quien permanentemente reflejaba y comunicaba con su mano lo que veía, pensaba e interpretaba.

1. Pablo Lasala. Izquierda: Maracaibo. Óleo sobre lienzo (c.1957). Derecha: Plaza Baralt de Maracaibo. Óleo sobre lienzo (c.1958)
2. Pablo Lasala. Izquierda: PLaza Bolívar. Óleo sobre lienzo (c.1958 ). Derecha: Caminos curvos con árboles en las afueras de La Puerta, Los Andes. Óleo sobre lienzo (c.1958 )

No es casual que haya sido La Guaira, ciudad que debe a la topografía y a la sabia adaptación a ella su potente morfología y su atractiva fisonomía urbana, el objeto de atención de este dibujo de Lasala. Producto seguramente de una visita “intencionada”, esas “calles con curvas verticales” se suman a los “Caminos curvos con árboles en las riberas de La Puerta, Los Andes” (óleo sobre tela de c. 1958) o a los “Caminos curvos con árboles en Los Andes” (lápiz sobre papel de c. 1963) como manifestaciones de una búsqueda constante que tuvo al comienzo, mediante la pintura al óleo que realizó cuando de joven vivió en Los Andes y en Maracaibo, su foco de atención en situaciones espaciales de la naturaleza patente a través de “cumbres montañosas, senderos curvos que desaparecen en el paisaje, insinuaciones de cambios de nivel en el camino, reflejos, juegos de luz y sombra, entre otros”, y que luego, al decantarse Lasala por la arquitectura como profesión, deriva en la representación con lápiz o tinta de espacios urbanos que visita o de sus ideas arquitectónicas cada vez más comprometidas con la creación de lugares y la construcción de paisajes propios.

Así, aunque para 1994 ya Lasala le había abierto las puertas al dibujo por computador y alcanzado elevados niveles de expresión tan impactantes como inconfundibles, que junto a los años en que se desempeñó como profesor de Geometría Descriptiva le permitieron elaborar el trabajo Perspectiva para arquitectos (con el que ascendió en el escalafón a la categoría de agregado en 1990), nunca ocultó la mirada con que se aproximaba a lo que representaba pudiéndose considerar el caso de La Guaira como paradigmático.

3. Pablo Lasala. Izquierda: Caminos curvos con árboles en Los Andes. Lápiz sobre papel (c.1963). Derecha: Dibujo de Los Andes venezolanos. Lápiz sobre papel (c.1964)
4. Pablo Lasala. Calle en La Guaira. Tinta sobre papel (1994)

Acompañado siempre por todas las herramientas necesarias (lápices, portaminas, pluma fuente, marcador desechable y bolígrafo), y de un cuaderno sobre el cual dibujaba cada vez que tenía ocasión, como bien señala Joel Sanz en el “Prólogo” del libro que está apoyando el desarrollo de esta nota, “…Pablo, cuando asistía a reuniones aburridas … lo abría y sin rubor alguno comenzaba a trazar sobre el papel inmaculado, decenas de bocetos semejantes a cumbres, colinas, mesetas, explanadas, grietas, cráteres o cualquier otra cosa parecida a una acción de las fuerzas naturales que han conformado en el tiempo los paisajes sobre los cuales vivimos. Los bocetos no tenían destino ni ubicación específica. Parecían pura calistenia gráfica, pero eran, en verdad, calistenia intelectual. Era la pasión por entender las formas y las leyes de las fuerzas que las producen, para responder al modelado de algún paisaje que requiriese su construcción o su completamiento”.

Si bien lo señalado por Sanz apunta a un territorio dominado por el inconsciente, la memoria y la imaginación (además de la razón) más próximo a su proceso creativo, no deja de ser colindante al dibujo que hoy hemos querido presentar. La Guaira, sin duda, abonó el cúmulo de ideas recurrentes entre las cuales “la predilección por geográfico y la creación de paisajes” ocupan un lugar privilegiado. Si bien se trata, como ya hemos adelantado, de un dibujo tardío no se aleja del sello que dejaron en Lasala los meses que solía pasar en La Quebrada el pueblo de los Andes trujillanos donde junto a su familia llegó a Venezuela procedente de España el año 1947. En 1949 los Lasala se mudarán a Maracaibo y, en 1957, Pablo vendrá a Caracas a realizar sus estudios de arquitectura graduándose en agosto de 1963 e iniciándose como docente en 1965, siendo primero profesor de geometría descriptiva y luego de diseño.

Sobre su padre, Isabel Lasala afirmará que “la música y la arquitectura fueron sus grandes pasiones. El conocimiento de ambas se fusionaba en él de tal manera, que a menudo comentaba que no entendía cómo se podía hacer buena arquitectura sin saber música. (…) Cuando tuvo que decidir entre una y otra disciplina, eligió la arquitectura como carrera y siguió con la música por placer. (…) A sus dos grandes pasiones originarias, la música y la arquitectura se sumó, desde los años sesenta, una nueva pasión: la navegación a vela”.

5. Pablo Lasala. Perspectivas de la propuesta presentada para el concurso de la sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela (1971). Mención de Honor.
6. Pablo Lasala. Izquierda: Perspectiva de la propuesta presentada para el concurso de la sede del Instituto Nacional de Obras Sanitarias INOS (1971). Segundo premio. Derecha: Perpectiva de la propuesta presentada para el concurso de la sede de las Oficinas Administrativas del Congreso Nacional y la Cancillería (1974). Primer premio.

Ya para 1994 fecha del dibujo de nuestra postal de hoy Pablo Lasala había sido decano de la FAU UCV (1987-1990), participado en al menos 10 y obtenido los primeros premios en prestigiosos concursos de arquitectura tales como: la Sede para las Oficinas Administrativas del Congreso Nacional y la Cancillería (1974) y el Concurso Nacional para un Sistema Constructivo Flexible para la Construcción de las Estaciones Ferroviarias en todo el País (1977), a los que se sumarían más adelante la Sede de la Asociación de Ejecutivos del Estado Carabobo (1998) y la Ampliación del Club Valle Arriba en Caracas (1999). También había obtenido el 2º premio en el Concurso para la sede del Instituto Nacional de Obras Sanitarias INOS (1971), la Mención de Honor en el de la Sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela (1971) y la Mención Arquitectura Urbana por la propuesta para el Centro Cívico de San Cristóbal (1979-80).

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas, excepto 6 izquierda: Isabel Lasala. Creando lugares, entre la exaltación y la superación del objeto arquitectónico en la obra de Pablo Lasala (2014)

6 izquierda. Revista PUNTO, nº 44, octubre 1971

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