¿SABÍA USTED…

… que el 11 de agosto de 1945 es inaugurada la que se conoce actualmente como la Plaza Francia de Altamira?

1. Vista de la Plaza Altamira hacia el sur en fechas cercanas a su inauguración.

Tras la historia de la Plaza Altamira y lo que ella significó y significa para el urbanismo caraqueño se encuentran diferentes protagonistas. El primero y más nombrado es Luis Roche (1888-1965) empresario, promotor inmobiliario y urbanista autodidacta, quien luego de los afortunados emprendimientos llevados adelante, asociado con Juan Bernardo Arismendi, en Caño Amarillo (1924) y San Agustín del Norte (1925), luego participa con el Banco Obrero en San Agustín del Sur (1928) y, finalmente, en el desarrollo de las urbanizaciones caraqueñas de La Florida (1929), Don Bosco (1935) y Los Caobos (1939) para culminar en 1943 con Altamira.

Así, es bueno recordar que a comienzos de la década de los años 40 del siglo XX la ciudad ya mostraba una marcada tendencia a crecer hacia el este del valle tal y como lo demuestra el «Plano de Caracas y sus alrededores» de 1934 dibujado por Eduardo Röhl. Allí se señalan los pueblos de origen colonial de Chacao y Petare y las urbanizaciones de Los Caobos, La Florida, el Country Club, Campo Alegre, Los Palos Grandes, Sebucán y Los Chorros, cuyos variados trazados salpicados de edificaciones aisladas se encuentran conectados por la Carretera del Este que llevaba del centro hasta Petare.

Altamira para entonces aún estaba ocupada por la hacienda agrícola El Paraíso (aunque hay quienes añaden otras dos: Quintero Serrano y Los Dolores), propiedad de las señoras Ana Cecilia Branger y Teresa Sagarzazu cuya extensión de 110 hectáreas era bañada por las quebradas Pajaritos, Quebrada Seca y Quintero o quebrada de Chacao, afluentes del río Guaire, que descendían de norte a sur desde la montaña. Roche, siempre un paso adelante en cuanto a visión de lo que un sector de la ciudad potencialmente podía ofrecer (sin descartar su correspondiente comercialización), compra la hacienda en 1943, crea en 1944 la empresa Altamira, C.A. con el objeto de desarrollar la urbanización y solicita autorización al Concejo Municipal para realizar el parcelamiento. En 1950, ya parcelada, se procedió hacer entrega formal de los espacios públicos de la urbanización ante la Municipalidad.

2. Maqueta de la urbanización Altamira realizada durante los años 1940 para promover la venta de parcelas
3. Vista aérea de la Plaza Altamira en fechas cercanas a su inauguración.

La particularidad que hizo de Altamira un desarrollo diferente y atractivo estuvo, justamente, en proponer como gran frente hacia la vía que la conectaba con el resto del valle un espacio abierto de grandes proporciones (el de mayor tamaño en la ciudad de entonces), del cual partirían dos ejes principales en sentido norte-sur que a su vez distribuirían hacia el resto de la red vial interna. Se trataba del nacimiento de la Plaza Altamira.

En cuanto al trazado de la urbanización de inspiración neobaroca, donde, según Lorenzo González, Orlando Marín y María Moleiro en “Enrique García Maldonado: entre el olvido y la persistencia de la modernidad venezolana” (texto presentado en la Trienal de Investigación de la FAU UCV -2011-), “se experimentó nuevamente el esquema de creación de un nodo sobre ejes perpendiculares, ensayado con éxito en Los Caobos”, se ha señalado que participan acompañando a Roche tanto la firma Martin Hermanos Co., formada entre 1942 y 1943 por los hermanos Julián y Luis Martín, como el propio García Maldonado quien ya había realizado para el mismo promotor el proyecto para la urbanización Los Caobos (1939).

4. Izquierda: Aviso con el recorrido de la ruta de autobuses Santa Teresa-Altamira, años 1940. Derecha. Arriba: una parada de autobús típica de la urbanización Altamira en fechas próximas a la inaguración de la plaza. Abajo: Foto tomada el día de su inauguración (11 de agosto de 1945)

El inicio de la venta de terrenos en Altamira fue un proceso que tuvo que lidiar durante algún tiempo con el problema de la lejanía del casco histórico. Por ello estuvo acompañado de una imaginativa y activa campaña que llevó a la incorporación de una ruta de transporte publico que la conectaba con el centro de Caracas, la cual dio pie al diseño de unas muy características paradas diseminadas por la urbanización e hizo de la visita a la zona un obligado paseo dominical para quienes no lo hacían en automóvil. Los precios del metro cuadrado sobre las dos avenidas principales de 24 metros de ancho denominadas entonces como El Ávila -al este- y El Parque -al oeste- (hoy Luis Roche y San Juan Bosco, respectivamente) y sobre la Transversal 6 eran de 25 bolívares, mientras que en el resto se colocó en 20.

Por otra parte la plaza, entendida como monumental puerta de entrada, se prefiguraba presidida por la presencia de un obelisco que debía “ser más alto que la Catedral de Caracas” tratándose el resto del espacio con áreas para caminar, lugares de descanso con bancos, jardines y un espejo de agua. Su inauguración formal data del 5 de julio de 1944.

La Plaza Altamira y su diseño nos permiten incorporar a un segundo protagonista en la figura del arquitecto Arthur Kahn (1910-2011), nacido en Estambul y llegado a Venezuela en 1942, a quien algunos le atribuyen ser su proyectista cosa que otros rebaten dado el ecléctico estilo neovasco empleado en los detalles decorativos, los brocales de los jardines, caminerías, escaleras y las dos paradas de autobús ubicadas en el perímetro oeste y este del espacio, diciendo que más bien corresponde a Manuel Mujica Millán (1897-1963), sin que ninguna de las dos versiones tenga asidero firme. Lo cierto, por un lado, es que Henry Vicente (estudioso de la obra de Kahn), afirma categóricamente que la Plaza Altamira no fue proyectada por el arquitecto de origen turco y, por el otro, que la construcción sí estuvo a cargo de la ya citada firma española Martín Hermanos, que ha corrido mejor suerte en cuanto a ser considerada como diseñadora (de manos de Luis Martín) tanto de lo ya mencionado como de la fuente conformada por un espejo de agua con boquillas o chorros, las farolas de hierro colado, las astas para banderas y el propio obelisco de 24 metros de altura erigido en piedra artificial, quedando aún abierta la duda sobre si el diseño de éste último corresponde a Mujica Millán, quien definitivamente no tuvo nada que ver con el resto del espacio público.

5. Dos imágenes de la Plaza Altamira durante los años 1950 que muestran dos momentos del desarrollo de la urbanización.

Otra clara certeza señala a Arthur Kahn como autor del emblemático, elegante y estupendo edificio que cierra el extremo norte de la plaza: el edificio Altamira, finalizado en 1947, “soberbio ejercicio Beaux Arts” (según palabras de Vicente) e inseparable compañero del espacio público al que se suma, mejora y complementa, segunda obra que Kahn realiza a través de su firma Arquidec C.A. creada en 1945. También había proyectado con anterioridad la fachada del Edificio 5 ubicado al suroeste de la plaza.

Conocida desde su construcción como Plaza Altamira, el importante espacio es rebautizado en 1967 como “Plaza Francia” sin que aún haya podido borrarse su nombre anterior del habla cotidiana de los ciudadanos. El cambio surgió como parte del convenio suscrito por las máximas autoridades metropolitanas de París y Caracas, capitales de Francia y Venezuela, donde se decidía designar a un espacio público en cada una de estas ciudades con los nombres de los países signatarios del acuerdo. Se dice que dados los ancestros franceses de Luis Roche fue la Plaza Altamira la seleccionada en Caracas al momento en que Marcos Paredes del Gallego y Luis Henrique Nuñez solicitaron a la Cámara Municipal el cambio de nombre.

6. La Plaza de Venezuela en París luego de que en 1976 se colocara la obra “Physichromie double face” del maestro Carlos Cruz-Diez.

La Plaza de Venezuela en París, más allá de su céntrica ubicación, no tiene ni punto de comparación con la calidad, envergadura y significado de la Plaza Francia caraqueña y sólo posteriormente, en 1976, cuando en ella se coloca la obra “Physichromie double face” del maestro Carlos Cruz-Diez (obra de 3 mts de altura x 18 mts de largo inaugurada en 1978), pasa a tener cierta relevancia. Más adelante (1989) el escultor francés Bernard Pages emularía a Cruz-Diez cuando la pieza La deliee, es colocada en la Plaza Francia de Altamira para conmemorar el bicentenario de la Revolución Francesa.

Es de destacar, como parte de otra adición de muchas que la plaza ha sufrido con el pasar de los años, la colocación en 2002 en el sector oeste del monumento religioso dedicado a la Virgen María Auxiliadora, el cual hoy, vandalizado e intervenido, se encuentra en franco estado de deterioro.

7. Dos momentos en los que la Plaza Altamira, ya rebautizada como Plaza Francia, ha sido objeto de intervenciones. Izquierda: Años 1970. Construcción de los puentes elevados sobre la avenida Francisco de Miranda. Derecha: 1988. Resultado de los trabajos asociados a la realización de la estación, diseñada por el arquitecto Gustavo Legórburu.

También vale la pena señalar cómo durante los años 70, cuando se intentó “remediar” el problema del tránsito entre la Autopista Francisco Fajardo y Altamira, al buscarse como solución la construcción de puentes metálicos “provisionales” o “elevados” que sortearan el paso a nivel de la avenida Francisco de Miranda, el perfil de la plaza sufrió un importante impacto que perduró a lo largo de la construcción de la estación Altamira perteneciente a la línea 1 del Metro de Caracas, abierta en abril de 1988. Los trabajos asociados a la realización de la estación, diseñada por el reconocido arquitecto Gustavo Legórburu, aunque buscaron ser respetuosos con el espíritu de la plaza, trajeron una significativa modificación a su sector sur a ambos lados de la Francisco de Miranda entre los que destaca la construcción de una “cascada” que refuerza la entrada del subterráneo desde el norte y el diseño de un anfiteatro con diferentes funciones junto a jardines laterales al sur.

Equidistante entre Plaza Venezuela y Petare, la Plaza Francia de Altamira sería “el espacio público de mayores dimensiones en la capital de Venezuela hasta que se construyó en la década de los 50 del siglo pasado el paseo de Los Próceres”. Rodeada en la medida que ha transcurrido el tiempo por edificio de valor que han colaborado a la definición del recinto y, más recientemente, de otros que lo han alterado, la plaza, con sus 75 años recién cumplidos, no sólo marcó un hito en la expansión de la ciudad de Caracas hacia el este a comienzos de la década de 1940 sino que se mantiene como uno de los referentes urbanos de su tipo más importantes de la capital. Mantenida con cierta regularidad y utilizada para la realización de diversos eventos hoy la plaza y su obelisco se erigen con dignidad como importantes emblemas del Municipio Chacao y de toda la ciudad.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://twitter.com/eldiario/status/1160598285297627139?lang=el

2, 3 y 7 izquierda. https://arquitecturayempresa.es/noticia/plaza-altamira-lugar-emblematico-de-caracas

4. https://caracascuentame.wordpress.com/2016/07/07/altamira-la-primera-urbanizacion-que-tuvo-caracas/

5 y 7 derecha. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

6. https://twitter.com/cvconstruccion/status/714566553644244996

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