
Archivos diarios: 19 de julio, 2020
Postal nº 219

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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 219

Durante el proceso que condujo a la construcción de la Ciudad Universitaria de Caracas (CUC), son muchas las empresas nacionales y extranjeras que participaron alcanzando todas ellas el máximo nivel de calidad en cuanto a la ejecución de las diferentes obras, conscientes de la envergadura y trascendencia del trabajo que tenían entre manos y de las exigencias que para entonces se planteaba un gobierno que hizo de lo edificado su principal vitrina.
Algunas de ellas, como en otra ocasión hemos señalado, nacen animadas por el importante empuje que le dio a la industria de la construcción nacional la realización de la Reurbanización de El Silencio entre 1942 y 1945 durante el gobierno de Isaías Medina Angarita, con Diego Nucete Sardi (1941-44) y Carlos Ferrero Tamayo (1944-45) como Directores-Gerentes del Banco Obrero y Carlos Blaschitz en la dirección técnica y administración del proyecto y, definitivamente, en el marco de lo que significó la gestión y política fomentada por Gerardo Sansón al frente del Ministerio de Obras Públicas desde noviembre de 1948 (justo después de la caída de Rómulo Gallegos) hasta octubre de 1952, continuada por Luis Eduardo Chataing (1952-53), Julio Bacalao Lara (1953-56) y Oscar Rodríguez Gragirena (1956-58).
Sin que intentemos abarcarlas todas, ya anteriormente nos hemos referido a su presencia en la realización de la CUC de firmas nacionales como Precomprimido, C.A., a quien le correspondió ejecutar la Torre del Reloj (1953), las Conchas para Transformadores (1954) y los Pasillos Cubiertos (1950-59), obras todas calculadas por los propietarios de la empresa, los ingenieros Juancho Otaola y Oscar Benedetti; Técnica Constructora C.A., responsable del Estadio Olímpico (1950) y del Gimnasio Cubierto (1958); a IVECA quien le tocó la Escuela de Enfermeras, Edificio Administrativo y Servicios (1952); y a C.A. Constructora Stelling y Tani que le correspondió el Estadio de Béisbol (1950). También cabe mencionar al consorcio danés Christiani y Nielsen que tuvo bajo su responsabilidad la construcción del Aula Magna (1952-53).
Muchas de estas compañías, como también ya hemos comentado anteriormente, empezaron a anunciarse y ofrecer sus servicios en las revistas de arquitectura que para la época surgían en el ámbito editorial de las cuales destacan A, hombre y expresión e Integral. Hoy nos corresponde señalar el caso de la Constructora Sur-Americana, C.A. (CONSACA), responsable, nada más y nada menos, de ejecutar el edificio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU), cuyo aviso aparecido en el nº 2 de primera de las dos publicaciones señaladas ilustra nuestra postal del día de hoy.
No era poco el compromiso adquirido por CONSACA en virtud de que se trataba el de la FAU del edificio que albergaría la institución que Villanueva había ayudado a crear y forjar, y donde deseaba mostrar su madurez como arquitecto, superar, si ello fuera posible, la maestría alcanzada en la realización del Conjunto Central de la CUC, afianzar sus creencias y, sobre todo, lograr una obra trascendente trastocada en permanente lección de arquitectura desde el aquí y el ahora dirigida a quienes la habitarían con mayor frecuencia: los estudiantes que habían decidido estudiar esta hermosa disciplina dentro de sus instalaciones y los profesores que podrían utilizarla como inmejorable ejemplo en las diversas aristas que la conforman desde la climática a la tecnológica pasando por la compositiva.
Y, sin duda, Villanueva lo logró. Tal y como apuntan Paulina Villanueva y Maciá Pintó en Carlos Raúl Villanueva (Alfadil Ediciones, 2000), “En la Facultad de Arquitectura, Villanueva supera la condición de dominio del oficio para adentrarse a explorar nuevos y renovados retos, trascendiendo los límites de lo seguro y probado. Es quizás también la obra en la que convergen y catalizan, multiplicándose, todas las ideas de su personalidad creadora”. En ella, Villanueva ofrece otra faceta dentro de lo que Sibyl Moholy-Nagy definió como las “afirmaciones experimentales” que el Maestro presenta en cada obra como búsquedas de sí mismo. “Son obras que nos muestran, más allá de la arquitectura, una constante vigilia, un compromiso creador inalienable, una presencia y personalidad manifiestas, ejemplo de una vida dedicada a dominar una lengua nueva -y siempre la misma- aprendida en el hacer de todos los días. (…)… la Facultad de Arquitectura se presenta a Villanueva como el medio más adecuado para demostrar sus convicciones, su capacidad de experimentar y renovar con maestría lo ya realizado: su voluntad de aprender que es, en definitiva, la de enseñar.”

Dentro de este marco, donde Villanueva no dejó de hacer pruebas con el uso del hormigón de diferentes maneras como protagonista de las cubiertas (planas, apergoladas, plegadas y curvas) que presentan los diferentes volúmenes y espacios que ocupan la planta baja, como material para construir un sistema de protección solar de filigrana y como facilitador de las variantes estructurales que muestran los diferentes volúmenes que conforman la edificación, el reto correspondiente a concebir la manera de construirla fue tal vez uno de los mayores. Y para ello debía contar con un equipo de calculistas que pudiera seguirle los pasos a través de un diseño que no ofreciera dudas ni temores y con una compañía constructora que lograse traducir correctamente y con capacidad técnica tales designios. Lo primero fue posible gracias al trabajo de los ingenieros Antonio J. Fuenmayor y C. Rodríguez Uzcanga y lo segundo el haber sido CONSACA la contratista encargada de ejecutar con excelencia una obra compleja que, como toda la CUC, se hizo contra reloj presionada por el afán de inaugurar que caracterizaba al dictador de turno.



De hecho, no existe lugar dentro de la FAU donde el hormigón no se haga presente y donde se aprenda las diferentes formas en que ha sido utilizado en pro de una totalidad constructiva. La fotografía de finales de 1955 que muestra la finalización de la casi totalidad de los elementos vaciados en concreto, nos habla de un edificio prácticamente concluido pese a que se llevó un año más realizar toda la albañilería, rematar las instalaciones, cerrarlo y culminar sus revestimientos, acabados y detalles realizados todos con el mayor cuidado. Otra foto, en este caso correspondiente al momento en que se está levantando el cuerpo bajo que contendrá la sala de exposiciones y áreas dedicadas a la Extensión Cultural, muestra la manera como se ejecutaban los encofrados, contando seguramente con la destreza que para ello ya habían aportado los carpinteros que en esos años habían emigrado al país procedentes de Europa.


En definitiva, el edificio de 18.240 m2 de área de construcción se hizo sobre un terreno de 5.600 m2. Cuenta con una planta baja extendida, una torre de nueve pisos y un sótano. El diseño se realizó durante el primer semestre de 1954 y las obras se iniciaron en junio de ese mismo año. Fue concluido el 17 de julio e inaugurada el 2 de diciembre de 1956 a un costo de Bs. 2.910.963, siendo importante destacar que el saco de cemento de 42,5 kg. tenia un valor de Bs. 4,00 y el kg. de cabillas Bs. 0,35. Se comenzó a utilizar efectivamente para actividades docentes y administrativas a comienzos de 1957. CONSACA, empresa que ya desapareció y de la que no hemos podido ubicar otra obra que haya realizado, sin duda aprobó con honores la difícil prueba a la que se vio sometida, dejando para la posteridad una edificación que ha logrado soportar, contando con un mantenimiento no siempre cuidadoso, los duros avatares a los que la ha sometido un uso en momentos muy intenso y en otros abusivo y desconsiderado con lo que fue su condición programática inicial.
ACA
Procedencia de las imágenes
1, 2 y 3. Colección Crono Arquitectura Venezuela
5. Paulina Villanueva y Maciá Pinto. Carlos Raúl Villanueva, 2000.
6. Agenda FAU 2013. Fundamentos de una mirada. El edificio de la FAU como proyecto. Ediciones FAU UCV
TEXTOS FUNDAMENTALES

La cosa humana por excelencia.
Controversias sobre la ciudad
Marco Negrón
Fundación para la Cultura Urbana
2004
Desde hace muchos años y hasta la actualidad Marco Negrón (1938), arquitecto graduado en la UCV (1961), con estudios de postgrado en Planificación del Desarrollo Regional en el CENDES, Universidad Central de Venezuela (1961-1963) y Profesor Titular desde 1991 en una actividad que inició en 1969 hasta su jubilación en 1996, no ha dejado de manera sistemática de tener presencia como articulista y formador de opinión en la prensa nacional y en entrevistas y foros en medios de comunicación escritos y audiovisuales.
Como bien expresó Alfredo Cilento en el “Discurso de presentación” en el acto de incorporación como Miembro Honorario de la Academia de la Ingeniería y el Hábitat del 24 de noviembre de 2016: “Marco Negrón es nuestro más reconocido investigador en el campo del desarrollo urbano y sobre el tema de la ciudad venezolana. Es uno de los más duros críticos a las políticas anti urbanas que, desde hace décadas satanizan a la ciudad, especialmente la metropolización, que en todas partes ha sido un factor de desarrollo. Ha escrito y ha insistido en múltiples foros y declaraciones, denunciando los mitos que se han construido en relación a Caracas: 1. El mito del tamaño exagerado de Caracas, que en realidad es una pequeña metrópolis que apenas supera los 3,5 millones de habitantes y al 15 % de la población del país, y cuya congestión no se debe a superpoblación sino a las malas políticas públicas y deficiencias de los servicios y sistemas urbanos; 2. El mito de la ingobernabilidad de Caracas, que se confunde con un centralismo incompetente e ineficiente y con el desconocimiento del rol y competencias de los gobiernos metropolitano y municipales; 3. El mito de la macrocefalia en una ciudad que apenas duplica la población de Maracaibo, Valencia o Maracay; 4. El mito de la ciudad obstáculo al desarrollo nacional y de la mudanza de la capital, que reafirman las manías anti-ciudad; y que desconoce el rol que las ciudades, centros del conocimiento, han jugado y juegan en el desarrollo de los países”.
Esta actitud que define el eje de un pensamiento que vive permanentemente actualizándose y que acumula según Cilento “más de 130 libros, capítulos de libros, artículos y ponencias en revistas técnicas especializadas, foros y congresos nacionales e internacionales”, tiene en la antología de ensayos breves y artículos aparecidos entre 1999 y 2003 en los diarios El Universal, El Mundo y TalCual, titulada La cosa humana por excelencia, tomo 17 de las ediciones de la veinteañera Fundación para la Cultura Urbana, una importante parada dentro de la línea que ya nos mostrara Cilento más arriba.
En su prólogo, en este caso escrito por Manuel Caballero, éste señala que quizás la idea más novedosa de estas páginas sea que el más importante insumo para el desarrollo económico, social y cultural de un país no es el petróleo, ni el hierro, ni otros productos del suelo y el subsuelo “sino sus ciudades”.
Escritos tocando asuntos que oscilan entre lo humano y lo urbano, Negrón se dedicó desde muy temprano a denunciar la política hostil hacia lo urbano que ha caracterizado a “la revolución bolivariana”, que tuvo en el lapso abarcado por los artículos que componen el libro un período particularmente álgido en cuanto al estudio del tema. La compilación, diversa en cuanto a temas, amena en su lectura e insistente en la denuncia, rescata con agudeza en un claro ejercicio de pensamiento crítico la idea de entender la ciudad como una realidad compleja, potente, donde se concentra la más alta densidad del capital humano y a la que hay que entender como eje de la sociedad del conocimiento.
El título y el espíritu del libro remiten a una ciudad de la que Claude Lévi-Strauss había escrito premonitoriamente en Tristes trópicos (1955) cuando las aglomeraciones urbanas no constituían un objeto de atención prioritaria de la antropología y las demás ciencias humanas, como tampoco lo era la cultura en el sentido político-estratégico que el término ha adquirido en el presente. Así, decía Lévi-Strauss que tenemos derecho a comparar la ciudad con “una sinfonía o un poema”, y no sólo “de manera metafórica” pues, a su juicio, “son dos objetos de la misma naturaleza. Quizá más preciosa aún, la ciudad se sitúa en la confluencia de la naturaleza y el artificio. Congregación de animales que encierran su historia biológica dentro de sus límites y que al mismo tiempo la moldean con todas sus intenciones de seres pensantes, la ciudad, por su génesis y por su forma, depende simultáneamente de la procreación biológica, de la evolución orgánica y de la creación estética. Es a la vez objeto de la naturaleza y sujeto de cultura; es individuo y grupo; es vivida e imaginada: la cosa humana por excelencia.”
Rescatando la última frase del texto del célebre antropólogo, filósofo y etnólogo francés, Negrón se aproxima a una vertiente complementaria que trasciende el urbanismo entendido como mera planificación ubicándose, como diría William Niño Araque, “a mitad de camino entre el pensamiento matemático, de modelos y el pensamiento contemporáneo relativo a la forma de la ciudad” o, en otras palabras, entre lo cualitativo que prioriza lo espacial, y lo cuantitativo que valora los estudios estadísticos y mira hacia aspectos normativos.
Negrón, quien no deja de insistir “que vivimos en un mundo eminentemente urbano y que según las estadísticas ya la mitad de la población vive en ciudades”, tradujo en 1969 Proyecto y Destino (Ediciones de la Biblioteca de la UCV) de Giulio Carlo Argan a quien conoció en su estadía en Italia entre 1965 y 1968. Finalizado el conflicto de la Renovación Académica de la UCV en 1971 se incorporó al CENDES-UCV donde permaneció hasta inicios de los 80, y donde también ejerció como Director de la Sociedad Venezolana de Planificación entre 1973 y 1977 y de Coordinador de Estudios para Graduados entre 1974 y 1977 para luego, a comienzo de los 80, incorporarse de lleno al Instituto de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV donde, desde entonces, desarrolla sus actividades de investigación y docencia de postgrado como profesor titular en los cursos de la Maestría en Planificación Urbana y profesor de la Cátedra de Teorías Urbanas (fundador) en el Doctorado en Ciencias Mención Urbanismo, de dicho Instituto.
Coordinador de Investigación del Instituto de Urbanismo (1985-1990), Coordinador del Sector de Estudios Urbanos de la Escuela de Arquitectura de la FAU-UCV (1988-1990) y miembro principal del Consejo de Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV entre 1984 y 1990, Negrón es electo Decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo durante dos períodos consecutivos: 1990-1993 y 1993-1996.
Presidente de la Fundación Fondo Andrés Bello para el Desarrollo Científico de la UCV entre 1997 y 2003; y, desde 2008 hasta que es eliminado en 2017, Asesor Principal del Instituto Metropolitano de Urbanismo, Taller Caracas, ejerce también como consultor independiente sobre temas urbanísticos.
Recibió la Orden José María Vargas de la UCV en su primera clase en1996; la Orden Francisco De Venanzi (UCV, 1998) y la Orden Diego de Losada en primera clase del Concejo Municipal del Municipio Libertador (1998).
Distinguido con el Doctorado Honoris Causa de la UCV en 2009 y, como ya dijimos, Miembro Honorario de la Academia de la Ingeniería y el Hábitat desde 2016, Negrón obtiene el Premio de la XI Bienal de Arquitectura (2014) en la categoría Publicaciones por el libro que hoy nos ocupa: La cosa humana por excelencia: controversia sobre la ciudad.
Su actividad en el diario TalCual en su versión digital como columnista semanal, lúcido, crítico y atento a la realidad nacional e internacional que nos ha tocado vivir, no ha cesado encontrándose a la espera de una nueva recopilación editorial.
De entre los textos que más recientemente ha publicado se encuentran: “Ciudad e innovación tecnológica (mayo 1, 2018), “Renovación urbana” (agosto 7, 2018), “La ciudad después del apagón (marzo 19, 2019), “Campo y ciudad” (mayo 14, 2019), “El odio y la ciudad” (julio 9, 2019), “La ciudad de Pasquali” (octubre 15, 2019) y, más recientemente, “¿Cómo salir del laberinto?” (abril 28, 2020), “De la ciudad socialista” (junio 9, 2020), “Pobres alcaldías” (junio 23, 2020) y “¿Demasiado tarde?” (julio 7, 2020), dedicado al desplome del pasillo cubierto que bordea la “tierra de nadie” en la UCV. Material hay de sobra y puede consultarse en https://talcualdigital.com/author/marco-negron/
ACA
ES NOTICIA
Estos son los 6 finalistas del concurso «Reimaginando el Puente de Brooklyn»
Christele Harrouk

Traducido por Mónica Arellano
14 de julio 2020
Tomado de Plataforma arquitectura
Van Alen y el Consejo de la Ciudad de Nueva York ha anunciado a los 6 finalistas para la competencia internacional «Reimaginando el Puente de Brooklyn», tanto en la categoría de profesionales como de jóvenes adultos. Inspirando a los participantes a repensar la icónica pasarela del Puente de Brooklyn, el concurso reunió intervenciones a corto plazo y propuestas a largo plazo para una reconfiguración completa del puente. Los 3 equipos finales en la categoría Profesional incluyen BIG + ARUP; ScenesLab + Minzi Long + Andrew Nash; y Colectivo de Diseño de Proyectos Pilotos, Cities4Forests, Wildlife Conservation Society, Grimshaw y Silman.
El puente de Brooklyn es un símbolo de la ciudad misma y antes de la pandemia de COVID-19, era transitado cruzado por miles de peatones y ciclistas todos los días, estaba abarrotado, incómodo y a veces inseguro. En respuesta a estas condiciones, el Consejo de la Ciudad de Nueva York y el Instituto Van Alen «lanzaron el concurso internacional de diseño que apunta a provocar una nueva conversación pública sobre la infraestructura de la Ciudad de Nueva York».
Esta competencia representa una oportunidad para repensar el puente como una estructura amigable para los peatones ya que aborda principalmente las necesidades de la comunidad. En realidad, el Puente de Brooklyn, uno de los puntos de referencia más reconocidos y fotografiados de Nueva York, tiene el potencial de servir como campo de pruebas para opciones de transporte equitativas, accesibles y sostenibles. El concurso fomenta también la creación de un entorno saludable y seguro al tiempo que genera oportunidades para las pequeñas empresas. Las propuestas elegidas fueron seleccionadas por un jurado interdisciplinario por sus enfoques convincentes y optimistas. De hecho, el jurado consideró los siguientes factores: composición del equipo; accesibilidad y seguridad; beneficio ambiental y seguridad; respeto por el estado histórico del puente; factibilidad y «magia». Es decir: nuevas ideas que sorprenden, deleitan y fascinan. Si bien cada equipo ahora está trabajando con Van Alen, el Ayuntamiento de Nueva York, las partes interesadas locales y las instituciones cívicas para refinar sus propuestas, el 23 de julio, el público puede escuchar a los finalistas y emitir votos en línea en Design Showdown. La votación en línea será en vivo del 23 al 30 de julio, y el ganador se anunciará a fines del verano.
ACA
Nota del 18 de agosto de 2020

El diseño «Brooklyn Bridge Forest» de Pilot Projects Design Collective, Wildlife Conservation Society (WCS), Cities4Forests, Grimshaw Architects LLP y Silman DPC ha ganado la categoría profesional en el concurso mundial Reimagining Brooklyn Bridge (Reimaginando el puente de Brooklyn), con lo cual madera petenera se usará para revitalizar este icónico puente en Nueva York, Estados Unidos.
ACA
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

HOUSEDOMDOM: A Book of Children’s Projects and other Avant-Garde Architecture
Alexander Novikov
Elena Karpilova
Altiora Forte
2019
Idiomas: inglés, ruso y bieloruso
Nota de los editores
HOUSEDOMDOM es el primer libro donde los proyectos arquitectónicos para niños se colocan junto a obras profesionales de vanguardia. Encontrará ideas revolucionarias de arquitectos de vanguardia y leerá sobre cómo y por qué alguna vez quisieron cambiar nuestro mundo. Y también verá ideas igualmente originales de los estudiantes de la Architectural Thinking School, y aprenderá cómo perciben el mundo de hoy y cómo imaginan el futuro de la humanidad.
El libro abrirá un nuevo mundo unificado para niños y adultos por igual, un mundo de sueños y creatividad pura creado por niños y por genios arquitectónicos.
ACA