Container Atlas. A practical guide to container architecture, escrito por el arquitecto y profesor Han Slawik, proporciona una visión fascinante de la arquitectura de contenedores y su evolución durante la década de 2010. Diez años después de la publicación de la primera edición del libro, Slawik, pionero de la arquitectura de contenedores, presenta los edificios de contenedores más interesantes e inspiradores del mundo, profundizando en cómo la arquitectura de contenedores ha evolucionado durante la década, junto con la forma en que es visto. Container Atlas es publicado por Gestalten. La arquitectura de contenedores se ha convertido en una parte esencial de nuestro entorno del siglo XXI, y se utiliza para crear estructuras modulares para pabellones, salas de exhibición de marcas, locales comerciales e incluso hogares residenciales. Diez años después de la primera publicación de Container Atlas, este seguimiento anticipado grafica cómo este movimiento se ha convertido en una parte esencial del vocabulario arquitectónico actual. Container Atlas sirve como referencia práctica e inspiradora no solo para arquitectos e ingenieros, sino también para todos los creativos ansiosos por aprender sobre el rico y diverso lenguaje de la arquitectura de contenedores y la construcción modular.
Expo 2020 Dubai se ha pospuesto y se llevará a cabo del 1 de octubre de 2021 al 31 de marzo de 2022. La decisión se ha declarado después de que la mayoría de los dos tercios de los votos fuera superada dentro de una semana de votación iniciada el 24 de abril.
Con la situación actual de COVID-19, una Asamblea General de los Estados miembros de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) era imposible de organizar, por lo tanto, los funcionarios tenían que votar a distancia. Una mayoría de dos tercios votaron, dentro de una semana, a favor de posponer la próxima Exposición Mundial por un año, «según lo propuso el Gobierno de los EAU a principios de abril junto a lo recomendado por el Comité Ejecutivo de la BIE el 21 de abril».
Sin embargo, la votación permanecerá abierta hasta el 29 de mayo.
En su declaración oficial, Expo 2020 Dubai señaló que “damos la bienvenida a esta decisión final, que permite a los países participantes de todo el mundo atravesar con seguridad el impacto de COVID-19. Este tiempo adicional también nos permite prepararnos para dar la bienvenida a un mundo más unido y resistente en 2021, donde celebraremos colectivamente la cultura, la creatividad y la innovación”.
Aunque la Expo 2020 se llevará a cabo en 2021, su nombre no cambiará. Dará la bienvenida a 192 países, además de empresas, organizaciones multilaterales y establecimientos educativos desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 31 de marzo de 2022.
Dimitri S. Kerkentzes, Secretario General del BIE, comenta: “aplaudo la rápida respuesta de los Estados miembros del BIE. Su apoyo al aplazamiento de la Expo 2020 Dubai, que se aprobará formalmente el 29 de mayo, es una señal renovada de solidaridad y demuestra la voluntad compartida de trabajar juntos en ‘crear el futuro’ […] bajo el tema ‘Connecting Minds, Creating the Future’, Expo 2020 Dubai ofrecerá al mundo una plataforma única para compartir las lecciones, soluciones e ideas para un mejor mañana».
El puente de Génova de Renzo Piano se completa en Italia
Por Eric Baldwin
Traducido por Santiago Baraya
04/05/2020
Tomado de Plataforma arquitectura
La pieza final de la nueva cubierta del puente Morandi en Génova, Italia, se ha puesto en su lugar. Diseñada por Renzo Piano, la estructura se está construyendo para abordar el trágico colapso del puente original que cobró 43 vidas. A raíz del desastre, Piano ofreció donar el diseño de un puente para reemplazar el antiguo, que se vio profundamente afectado por la tragedia. El último anuncio proviene de PERGENOVA, la compañía establecida para diseñar y construir el nuevo puente.
El alcalde de Génova anunció a fines de 2018 que Piano lideraría el proyecto de 200 millones de euros para el reemplazo del puente, inspirado en la prominencia marítima histórica de la ciudad. El puente ya no llevará el nombre de «Morandi», el arquitecto que trabajó en la estructura original de hormigón armado. Bajo la visión de Piano, el esquema incorporará columnas de soporte de peso que recuerdan la proa de un barco. En honor a las víctimas, 43 lámparas arrojarán una luz a través del puente, en forma de velas de barco.
La apertura del 20º Serpentine Pavilion, diseñado por el estudio sudafricano Counterspace, se pospuso para el verano de 2021. «Counterspace, dirigido por Sumayya Vally, Sarah de Villiers y Amina Kaskar, colaborará con Serpentine en una serie de actividades fuera del sitio y proyectos de investigación online a lo largo de 2020, que culminarán con la apertura del Pabellón en el verano de 2021 «, anunciaron Serpentine Galleries.
La oficina Counterspace, con sede en Johannesburgo, invitada a diseñar el pabellón temporal en Kensington Gardens, ha desarrollado un diseño basado en «espacios de reunión y lugares comunitarios alrededor de la ciudad […] y extender un programa público en Londres«. Como las arquitectas más jóvenes en recibir este programa de renombre internacional, el equipo de mujeres lidera el estudio de arquitectura colaborativo. Counterspace tiene un cuerpo de trabajo enfocado en soluciones de diseño que surgen de enfoques interdisciplinarios. El estudio utiliza técnicas de construcción innovadoras y tradicionales para crear una combinación de métodos sostenibles de baja tecnología y alta tecnología.
El Pabellón se construirá con una variedad de materiales, incluidos módulos K-Briq personalizados y corcho, hechos en un 90% de residuos reciclados de construcción y demolición. Serpentine ha sido una plataforma para profesionales emergentes y artistas reconocidos internacionalmente. Esta es la primera vez que el programa alcanza una extensión de dos años.
1. Fachada continua típica del centro de cualquier ciudad italiana2. Calle del centro de Barcelona durante los primeros días de la pandemia
En estos días de cuarentena hay dos espacios que han mostrado una contrafaz bastante alejada del interés que tradicionalmente ha suscitado para arquitectos y urbanistas: la calle y el balcón. La primera, al verse desprovista de todo aquello que la anima ha lucido desolada, carente de vida, alejada de su rol integrador, del protagonismo que suele asumir como lugar de encuentro. El segundo ha sufrido una suerte de reivindicación potenciada por los medios de comunicación, convirtiéndose en lugar privilegiado para recuperar el contacto perdido con el exterior y con el resto de los que nos rodean. Los videos que revelan tomas de personas que se asoman para conversar con el vecino, para aplaudir a una hora determinada a los trabajadores de la salud, para compartir su música o sus dotes como artistas, o que los aprovechan para tomar el sol, leer o hacer ejercicio, han permitido redescubrir recintos que han demostrado su condición liberadora a modo de válvula de escape, su versatilidad, su importancia como vínculos entre el interior y el exterior, entre lo privado y lo público, y también su degradación asociada a su falta de cuidado y sus precarias dimensiones cuando no su desaparición paulatina del paisaje de las ciudades. Se podría decir que el balcón, al menos en Europa y en medio de esta pandemia, ha dejado aparcado momentáneamente su condición de lugar lleno de tiestos, trastos, bicicletas o donde salir a fumar un cigarrillo para convertirse en nave salvadora, en lugar para socializar, y para, mediante la comunicación, no cortar de tajo la convivencia urbana.
3. Detalle de la fachada del centro de una ciudad europea los primeros días de la pandemia
Balcón, del italiano balcone, es definido por el Diccionario de la Real Academia Española, como “ventana abierta hasta el suelo de la habitación, generalmente con prolongación voladiza, con barandilla”. Dejando de lado que para nosotros el término también está asociado al segundo piso de un teatro o cine, su enunciado lo ubica con toda claridad en un rango que lo aleja de la ventana (aunque podamos decir que se trata de una ventana sin paredes o como señala Lluís Clotet “una puerta abierta al exterior, con una barandilla para no caerse”), y lo aproxima a otro espacio con el cual presenta similitudes y con el que a veces se le confunde: la terraza, “sitio abierto de una casa desde el cual se puede explayar la vista”. En todo caso se trata el balcón, en principio, de una superficie destechada (o no) pensada para asomarse y tener contacto con el aire libre. Esa condición de ser espacio de desahogo pensado para contemplar el entorno, para mirar al otro y ser visto, también permite discurrir acerca de si está entre sus condiciones esenciales la de permanecer o su uso apunta más bien a lo efímero ya que por lo general, a diferencia de la terraza, no alberga actividades. Salir, romper con la condición que impone el vivir entre cuatro paredes, estar en la calle pero a distancia, sentirse afuera pero a la vez adentro, disponer de la oportunidad de flotar en el aire y ampliar el horizonte visual a ciento ochenta grados, son condiciones intrínsecas de todo buen balcón.
Santiago De Molina en “El balcón saturado”, texto de 2018 publicado en https://www.santiagodemolina.com/2018/05/el-balcon-saturado.html permite complementar algunas de las ideas que hemos expresado cuando nos revela: “En teoría los balcones, o son extensiones de las habitaciones o prolongación de las ventanas, (a veces de la calle misma). Pero está claro que son espacios incompletos, porque no se sabe si crecen de dentro a fuera, o al revés, y necesitan entenderse como prolongación de algo. A veces son como hernias que les salen a las casas y otras como escenarios donde la calle se mete por ellos. (…) El balcón es el lugar del pregón, de la recogida de los trofeos deportivos y del lucimiento de banderas en los edificios públicos, pero los de las casas son tan distintos que puede decirse que no pertenecen a la misma categoría de objetos. Porque los balcones en las casas no son símbolos de casi nada.”
4. Izquierda: Detalle Balcón, Edificio 1501, avenida Baralt, Caracas. Derecha: Interpretaciones del balcón. Villa Stein, Le Cobusier, 1927
Considerada la fachada como esa delgada piel que separa el interior del exterior, ventanas y balcones tradicionalmente han sido sus principales protagonistas siendo estos últimos relegados a un segundo plano cuando las paredes de carga dejaron de ser las que garantizaban el sostén de la edificación. El balcón, entendido como apertura puntual en el plano vertical, asociado a la arquitectura que ocupó durante siglos el centro de las ciudades, fue el principal perjudicado tras la irrupción del Movimiento Moderno y sus propuestas de liberar la fachada de responsabilidad estructural y así abrirle paso a su pariente rica: la terraza que, dotada de una condición lineal, se asienta más bien en el plano horizontal acentuando dicha propiedad. También el balcón ha sufrido el acoso de las normativas urbanas que los han dejado fuera de sus prebendas, el cuestionamiento proveniente de su utilidad ante los rigores del clima o su insignificante tamaño y su fragilidad frente la hostilidad creciente en todo entorno urbano, a lo que se suma su condición de foco captador de polución e insalubridad por el estrecho contacto que establece con un medio contaminado, lo cual conlleva en la mayoría de los casos a su cierre con rejas u otro tipo de dispositivo buscando convertirlo en ocasiones en otro espacio interior.
En un reciente artículo titulado “El día en que Barcelona renegó de los balcones”, firmado por Clara Blanchar, aparecido en El País el pasado 3 de mayo en el marco de la crisis del coronavirus, se hace un repaso de las diversas circunstancias que han llevado a los arquitectos a ir eliminando este importante espacio intermedio preguntándose “¿por qué hay edificios de Barcelona que tienen balcones (o terrazas) y otros no?”.
5. El Edificio Meridiana o Casa Meridiana (Barcelona), edificio de viviendas de la década de los 60 obra de Oriol Bohigas6. Portada del libro Balcons de Barcelona. Un espai privat obert al públic de Anton M. Espadaler (Texto), Ramon Manent (Fotografía), 2008
Consultados diversos profesionales, se apunta a una serie de razones: “Es más barato construir sin balcones. Para algunos es una cuestión estética. En la ciudad moderna, con los vecinos todo el día fuera de casa y un espacio público cada día más hostil, perdieron valor. Muchas familias los convirtieron en trasteros y los taparon. Y perdieron valor comercial: los promotores dejaron de hacerlos, los arquitectos quizás no supieron hacerlos valer, ni los clientes los exigieron”. Blanchar cita el libro Balcons de Barcelona (2007) como referencia sobre el tema, donde se hace un repaso de la proliferación de balcones “a caballo de los siglos XVI y XVII cuando ‘las casas más distinguidas’ comenzaron a ampliar ventanales góticos. Recuerda cómo Joan Amades relató la polémica por el intento de los consejeros de la ciudad de implantar un ‘tributo al sol’; explica que en el Eixample se buscó un tono regular y armónico; subraya el despliegue ornamental del Modernismo… y cita la desaparición de los balcones durante el racionalismo”.
Por otra parte, al interrogar a la decana del COAC, Assumpció Puig, ésta apunta “que ‘la presencia 24 horas en nuestros hogares’ durante el confinamiento ‘ha revelado carencias de algunas viviendas, como la falta de sol, una salida como un balcón, ventilación cruzada o azoteas accesibles’. Pero también mira al pasado y apunta que ‘al ser las viviendas un activo económico y no de bienestar, el máximo de espacio se dio a la vivienda interior, de manera que balcones y terrazas perdieron valor’ ”.
Cierra el artículo de Blanchar con la apreciación de Lluís Clotet para quien entre los culpables de la pérdida de protagonismo de los balcones y las terrazas en Barcelona se encuentra “la aparición del aire acondicionado” en las casas. “Ha hecho perder, por inútil, la capacidad de saber ver el levante, el poniente, las corrientes de aires… para saber abrir y cerrar ventanas, balcones, persianas, contraventanas, cortinas, para saber entender la vivienda como un velero que es preciso conocer para convertir la travesía en lo más agradable posible (…) Seguramente [el aire acondicionado] también ha hecho perder las ganas de disfrutar de una buena cena al fresco, aunque llegará un día que tanta energía no la podremos pagar”.
El hecho es que para la gente confinada y aburrida por la emergencia tener un balcón se ha convertido en una gran ventaja. Con sus bondades y sus miserias los balcones, tal y como comenta el urbanista Thierry Paquot en un reciente artículo aparecido en Le Figaro, a raíz de su renacimiento durante la cuarentena actual, “son un brazo extendido hacia los demás sin peligro ni riesgo; permiten salir del aislamiento y el enclaustramiento; son manifestación de una comunión física y un respaldo moral, un medio de pertenecer a una cadena colectiva: podemos oírnos y vernos, hay participación directa, se piensa en los demás…”.
7. Fachada continua típica del centro de Madrid. Foto tomada en los primeros días de confinamiento por motivo de la pandemia8. Izquierda: Detalle de un balcón del edificio de la Compañia Guipozcoana en La Guaira. Derecha: Balcones de un edificio de propiedad horizontal en Caracas
No sabemos si al salir de este confinamiento obligado la reivindicación de que ha sido objeto el balcón hará que autoridades y arquitectos europeos y de todo el mundo recapaciten en torno a su importancia y valor como dispositivo de control ambiental y calidad espacial. Tampoco sabemos si comparativamente con la terraza sus ventajas se equipararán entre sí y los balcones dejen de ser “… un lugar convertido mayoritariamente en un armario sin trasera, y en un desecho hacia la calle”, como afirma Santiago De Molina, para, por el contrario, dar cabida a lo que afirma Ángel Pérez Mora en “Elogio del balcón”, quien el 29 de enero en https://www.diariosur.es/opinion/elogio-balcon-20200129002022-ntvo.html expresaba: “Sólo el que ha sido obligado habitante de un interior sabe lo extraordinario que puede llegar a ser ese mínimo espacio. Esa repisa en la fachada es un máximo que permite salir fuera un instante al que se siente enjaulado en un piso. Veo desde una serie de televisión, como en el centro de París, un balcón significa oro para el fumador. Solo por esos momentos de ensoñación o complicidad merece la pena que se construyan balcones en los nuevos edificios. (…) Mientras nuevas fachadas rompen su monotonía de ventanas con terrazas que, al poco de abrirse, serán cerradas, yo vuelvo la mirada con gusto a los balcones que resisten su cierre. En ellos está más cerca el cielo de sus habitantes. Desde ellos han entrado en diálogo moradores y paseantes y se han contado historias solo con la mirada. Construyen parte de ese lugar que nos permite sobrevivir en medio del mundo de todos, como una cápsula en el cosmos de la polis, como espacio frontera que hace único al ser urbano, por un instante”.
9. Carlos Raúl Villanueva. Elementos plásticos utilizados en defensa contra los elementos (sol y lluvia)10. Calle Bolívar de Puerto Cabello, estado Carabobo11. Detalle de balcones de un edificio de propiedad horizontal en Caracas en tiempos de pandemia
Venezuela en general y Caracas en particular, cuyas condiciones climáticas permiten el disfrute del balcón como espacio de desahogo, perfectamente podría convertirse en objeto de estudio del destino que con el tiempo han sufrido dentro de sus edificaciones residenciales. De hacerlo, seguramente encontraremos buena parte de las razones que han hecho perder sentido a los balcones barceloneses. Para ello quizás el Trabajo de Grado entregado en septiembre de 2012 con el cual la profesora María Elena Hernández obtuvo el Magister Scientiarum en Diseño Arquitectónico, titulado “La ventana en la arquitectura residencial caraqueña: Aproximación a la comprensión de la relación interior exterior en edificaciones residenciales multifamiliares” podría, desde el punto de vista metodológico, ser de gran ayuda. Y como complemento, no estaría de más consultar otro trabajo entregado dentro del mismo curso de postgrado en 2014 por Marjorie Suárez, titulado “Los espacios intermedios como tema y estrategia de proyecto en la arquitectura moderna”.