
Creando lugares
Entre la exaltación y la superación del objeto arquitectónico en la obra de Pablo Lasala
Isabel Lasala Hernández
Ediciones FAU UCV
2014
Creando lugares. Entre la exaltación y la superación del objeto arquitectónico en la obra de Pablo Lasala (Gráficas Lauki, 2014), se trata de una de las publicaciones más cuidadas y mejor logradas dentro la producción alcanzada hasta la fecha por Ediciones FAU UCV. Basada en el trabajo de ascenso a la categoría de Asistente dentro del escalafón universitario presentado en 2007, su autora, la profesora Isabel Lasala Hernández, rindió con él un merecido reconocimiento a la obra de su padre el también profesor, exdecano y talentoso arquitecto Pablo Lasala, fallecido el año 2000, hecho que sirvió de detonante para emprender una investigación apoyada en la documentación atesorada en el archivo personal del propio Lasala y financiada por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico.
El libro (de 192 páginas, impreso en papel lumisilk 150 grs), también ofrece la oportunidad de encontrarnos con una coedición, en la que tuvo particular relevancia la participación de la Fundación Pablo Lasala quien asumió buena parte de los costos de producción y edición de la obra. El concepto editorial, diseño y diagramación estuvo a cargo de Catherine Goalard y la producción editorial en manos de Mayoira Flores.
El filón sobre el que se indaga primordialmente a lo largo de este trabajo, una vez lograda la distancia necesaria entre la obra de un padre y el interés de su hija por develarla, tiene que ver con la persistencia de una serie de ideas que se hacen presentes a la hora de analizar la propuestas presentadas para una serie de Concursos de Arquitectura, actividad de la que se afirma que Lasala era un adicto y de la que siempre estuvo agradecido por el aprendizaje que le aportaban. A ello se suma su condición de gran dibujante y excelente pedagogo que su discípulo y gran amigo Joel Sanz resumirá en la siguiente frase acuñada por Lasala que cita dentro del Prólogo: “La arquitectura es muy fácil. Se trata de construir un paisaje donde no lo hay, y completarlo donde se considere incompleto”, síntesis perfecta de su actitud ante la disciplina que profesaba con verdadera pasión.
Tres partes, dividida cada una en capítulos, estructuran el libro. La primera le abre la puerta a dos aspectos generales que pueden contextualizar la totalidad de su obra: La expresión de la arquitectura de Pablo Lasala titula el capítulo 1 que encierra a su vez “El dibujo como búsqueda”, “Lo que quería mostrar” y “La importancia de la representación en su obra”; La actitud de Pablo Lasala ante la creación de la forma arquitectónica (capítulo 2) se subdivide en “Inconsciencia, memoria e imaginación… además de la razón”, “Ideas recurrentes”, “La predilección por lo geográfico”, “Propuestas dobles” y “Cruce de temas”.
La segunda parte analiza aquellos temas que de manera particular hacen acto de presencia en las obras presentadas a concurso (ganadoras o no) seleccionadas dando pie a que el capítulo 3 se titule El basamento y la caja flotante apoyado en “El acercamiento entre materia y espíritu”, “La apariencia de la caja” y “El logro de una búsqueda”; en el capítulo 4, Un volumen más complejo en el paisaje, son “La valorización y enriquecimiento del entorno” y “Completar un conjunto” los temas develados para que en el quinto y último, Puro paisaje, aparezcan “Una escultura en el parque”, “La insinuación de la sorpresa”, “La percepción del tiempo”, “El borde y los dedos en el parque” y “La exaltación de lo existente” como ideas y estrategias de diseño presentes en otros tantos concursos desmenuzados.
“Aquí el enfoque -dirá Isabel Lasala- es principalmente ontológico, se concentra en los proyectos arquitectónicos en sí mismos, en la lectura que podemos hacer de ellos; más que en el contexto social, político e histórico en el que estos proyectos surgen”. Con dicha premisa por delante y el acompañamiento del valioso material gráfico presentado en el libro se puede, no sólo apreciar la extraordinaria capacidad que Lasala desarrolló como dibujante, sino el poder y carácter de su expresividad gráfica mostrada en sus diferentes facetas como proyectista. De las conclusiones, englobadas bajo el rótulo Una arquitectura que permanece, la autora destaca dos aspectos fundamentales que la publicación pone en evidencia: “la expresión de su arquitectura y su arquitectura misma” donde la creación de lugares, los acercamientos formales al lugar, la exaltación del objeto arquitectónico y la creación de lugares, la acentuación de lo perceptual, el énfasis en lo constructivo, el tema de la protección solar, el valor asignado a la geometría, el placer de diseñar, el aportar a aquello en lo que se cree y utilizar las herramientas adecuadas para expresarlo, dejan como gran premio una serie de enseñanzas e ideas que muchas generaciones han podido disfrutar y un legado que las futuras pueden aprovechar. “Las teorías que se deducen de sus proposiciones -concluirá Isabel Lasala- todavía son posibles a través de otras mentes y de otras manos”.
ACA