La Fundación Arquitectura y Ciudad (FAC) y Ediciones Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (Ediciones FAU UCV) llaman a participar a autores de cualquier parte del mundo en el
CONCURSO DE ENSAYOS
CARACAS
1567-2017
Caracas al llegar a su 450 aniversario luce agotada, descuidada, olvidada, deteriorada, desarticulada y agredida, y a la vez preservada por su inmejorable clima, su inigualable paisaje y el calor de su gente. Por ende, ofrece la oportunidad única de mirarla sin dejar de pensarla, sentirla, mimarla, reivindicarla, desearla, soñarla, recordarla, imaginarla, proyectarla…
El concurso de ensayos Caracas 1567-2017 se convoca con la intención de dejar plasmadas las múltiples lecturas de que puede ser objeto esta ciudad que es eje de nuestros pensamientos, motivo de nuestras angustias y territorio de nuestros pesares, objeto de amor y de odio, siempre verde como la esperanza.
La convocatoria estará vigente desde el viernes 17 de febrero de 2017 hasta el viernes 30 de junio de 2017.
Se otorgarán 2 premios en efectivo y tantas menciones como el jurado considere pertinentes. Para conocer las bases completas ir a www.edicionesfau.com
… que el año 1967, organizado por el Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas (CIHE), bajo los auspicios del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH) y el apoyo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, se lleva a cabo en la Sala “C” del Edificio de la Biblioteca Central de la UCV el Seminario Internacional “Situación sobre la historiografía de la arquitectura latinoamericana”?
Con el entusiasta interés desplegado por Graziano Gasparini, director y fundador del CIHE, quien a su vez fungió de promotor del evento, del 9 al 14 de octubre de aquel año se reunió en Caracas un connotado grupo de historiadores y críticos de arquitectura procedentes tanto de Europa como de toda América para debatir sobre un tema de crucial interés y que ya se había venido registrando a través de los primeros 8 números del joven BOLETÍN, publicación que poco a poco se posicionaba como la primera revista venezolana de arquitectura de relevancia internacional. La talla de quienes atendieron la invitación formulada por Gasparini, con el respaldo del grupo que lo acompañaba en lo que se ha considerado el primer Centro de Investigación surgido en el seno de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, permite a la distancia de 50 años reafirmar que seguramente no ha habido otro encuentro de la importancia del organizado en aquel entonces. Nombres como: Erwin Walter Palm de Alemania (quien no pudo asistir pero envió su ponencia), George Kubler y Sybil Moholy Nagy de Estados Unidos, Paolo Portoghesi y Leonardo Benevolo de Italia, Fernando Chueca Goitia de España, Ricardo de Robina, Pedro Rojas Rodríguez y Salvador Pinoncelly de México, José García Bryce y Frederick Cooper Llosa de Perú y Germán Téllez de Colombia, se suman a los de Carlos Raúl Villanueva, Juan Pedro Posani, Leszek Zawisza y Alfonso Venegas Rizo por Venezuela para respaldar la afirmación que hemos adelantado.
La arquitectura latinoamericana y con ella su historiografía se encontraban impactadas en aquellos años por la revisión que la postguerra había inoculado a una manera de aproximarse a los hechos acaecidos, signada aún por el influjo del positivismo y el etnocentrismo, que reclamaban una aproximación al pasado con una mirada menos conservadora y, en particular, preguntarse “desde dentro” en qué etapa de su desarrollo se encontraba la interpretación de episodios pretéritos y recientes en nuestro subcontinente. Dinamizar la actividad historiográfica, indagar sobre nuevas maneras de explicar lo acontecido y lo que acontece, empezar a reconocer tantas historias como capítulos nacionales y hasta temáticos existen, dejar de lado la actitud puramente contemplativa, desarrollar junto al rigor metodológico una visión crítica y promover la formación de cuadros profesionales en el área, se sumaban a inquietudes tendientes a “impulsar decididamente la búsqueda y catalogación de fuentes documentales de la manera más ordenada, amplia y rigurosa que sea posible”. Es el nº 9 del BOLETÍN de CIHE, aparecido en abril de 1968, el que recoge, junto a un amplio recuento fotográfico, todas las ponencias presentadas en el Seminario y permite hacerse una cabal idea de la diversidad de temas y profundidad con que fueron tratados los mismos, prueba fehaciente de su condición de eslabón fundamental en el desarrollo posterior de la investigación, estudio y enseñanza de la historia de la arquitectura en Latinoamérica. La revista PUNTO 33 (septiembre-octubre 1967), por su parte, cubre el evento con una breve nota y ofrece excusas por no ampliar en detalle lo ocurrido. Sin embargo, incorpora (no sabemos si en sintonía con su línea editorial) la ponencia presentada por Fernando Chueca Goitia “El método de los invariantes”, claro alegato a favor de valorar lo esencial, lo permanente, que se encierra en la producción arquitectónica de cualquier época contra la tradicional clasificación cronológica mediante estilos. Para aquel entonces Gasparini (quien curiosamente no presenta ponencia alguna en el Seminario) ya coleccionaba un buen número de libros publicados. Posani, por su parte, planteará en el texto titulado “Por una historia latinoamericana de la arquitectura moderna latinoamericana”: “Si la historia es crítica y la crítica es compromiso, no cabe duda de que es posible también invertir semejante secuencia conceptual y partir del compromiso para llegar a la crítica y de allí a la historia”, proposición que, poniendo en cuarentena la “objetividad” y la “distancia histórica” propias de las buenas normas en el hacer disciplinar, soporta su accionar al escribir la segunda parte de Caracas a través de su arquitectura y se convierte en revulsivo que, desde el propio salón de clases, tendrá importantes consecuencias en el proceso de Renovación académica de comienzos de los años 70.
Con el claro precedente de la sección de Arquitectura e Ingeniería (ampliada posteriormente al urbanismo y artes plásticas) de la revista Cruz del Sur (ver Contacto FAC, nº 20, del 26-03-2016) y un año después de la aparición de a, hombre y expresión (considerada la primera revista dedicada fundamentalmente a la arquitectura publicada en el país), el “número 1” de Integral (septiembre 1955) que hoy ilustra nuestra postal, perteneciente a la serie que con ese calificativo hemos ido presentando desde aquí, nos conecta con el lanzamiento de un proyecto ambicioso como muchos de los emprendimientos de la oficina donde se gestó: arquitectura y urbanismo C.A. con Jorge Romero Gutiérrez a la cabeza. Integral fue una revista que marcó época en muchos sentidos: demostraba que era posible contar con una publicación periódica de calidad, bien diseñada, de amplio espectro en cuanto al abordaje de temas de interés para el arquitecto y que apelaba al autofinanciamiento a base de publicidad y del aporte de sus suscriptores. Este primer número de Integral (de más de 100 páginas incluyendo propaganda), deja en manos del lector todas las expectativas que se abrían con este proyecto editorial que finalmente alcanzó 16 números correspondiendo el último a 1959. La página destinada presentar los créditos (donde destacan Fruto Vivas como Director Técnico, Alfredo Armas Alfonzo como Jefe de Redacción y Violeta Roffé como Coordinadora Editorial), nos informa que la suscripción anual costaba Bs. 60 para Venezuela y Bs. 66 para el extranjero y el ejemplar suelto Bs. 12 y 14 respectivamente. También en ella nos enteramos que la arquitectura, el urbanismo, la ingeniería, las artes plásticas, el cine y el folklore constituyen sus temas de interés, presentes en el detallado sumario que también la ocupa. Pero en la página siguiente encontramos desarrollados un amplio grupo de motivos y propósitos que justifican su aparición como iniciativa complementaria a las emprendidas por otras agrupaciones profesionales y que constituyen toda una declaración de principios. Así, vale la pena destacar entre los motivos: “El desarrollo del país hace necesario impulsar el proceso de estudio, investigación crítica y creación de los arquitectos venezolanos y de hacer conocer sus obras y su trabajo en general” (…) “Es preciso crear una conciencia en el público acerca de los objetivos y la importancia de la función social del arquitecto” Por otro lado, entre los propósitos sobresalen: “Difundir los trabajos y proyectos realizados por los arquitectos venezolanos” (…) “Tratar de enriquecer la base teórica, doctrinaria y técnica de nuestros profesionales de la arquitectura” (…) “Estimular la incorporación a nuestra arquitectura de los elementos nacionales de diverso orden que puedan enriquecerla” (…) “Informar acerca de las realizaciones, experiencias y problemas de la arquitectura de otros países”. Aún no hemos podido dar con los nombres de quienes se encargaron de la diagramación (dentro del formato apaisado que la caracterizó) y del diseño de la portada del número 1, aunque muchos afirman que si apuntamos entre Carlos González Bogen y Omar Carreño tal vez acertaríamos. Tampoco hemos podido entender las razones por las cuales sus páginas no están numeradas, defecto muy común en muchas de las publicaciones periódicas venezolanas, que genera enormes problemas a la hora de referirse a sus contenidos. Apuntar lo más lejos posible estuvo siempre en la mira de los editores de Integral cuya continuidad se desvanece después de la caída de Pérez Jiménez junto a otra obra de grandes magnitudes impulsada por arquitectura y urbanismo C.A.: El Helicoide. En sus páginas quedó para la posteridad un cúmulo de información correspondiente a 5 años de febril actividad que aún está por desmenuzarse y así corroborar si en efecto los motivos y propósitos iniciales se cumplieron a cabalidad. Toda la colección de Integral se encuentra montada en el portal www.edicionesfau.com y puede ser descargada libremente por quienes estén interesados en aproximarse a uno de los más resaltantes segmentos de nuestra cultura arquitectónica a través de una de nuestras más importantes revistas.