NotiFAC (Contacto nº 21)

La Fundación Arquitectura y Ciudad (FAC) y Ediciones Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (Ediciones FAU UCV) llaman a participar a autores de cualquier parte del mundo en el

CONCURSO DE ENSAYOS

CARACAS

1567-2017

Caracas al llegar a su 450 aniversario luce agotada, descuidada, olvidada, deteriorada, desarticulada y agredida, y a la vez preservada por su inmejorable clima, su inigualable paisaje y el calor de su gente. Por ende, ofrece la oportunidad única de mirarla sin dejar de pensarla, sentirla, mimarla, reivindicarla, desearla, soñarla, recordarla, imaginarla, proyectarla…

El concurso de ensayos Caracas 1567-2017 se convoca con la intención de dejar plasmadas las múltiples lecturas de que puede ser objeto esta ciudad que es eje de nuestros pensamientos, motivo de nuestras angustias y territorio de nuestros pesares, objeto de amor y de odio, siempre verde como la esperanza.

La convocatoria estará vigente desde el viernes 17 de febrero de 2017 hasta el viernes 30 de junio de 2017.

Se otorgarán 2 premios en efectivo y tantas menciones como el jurado considere pertinentes. Para conocer las bases completas ir a www.edicionesfau.com

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 56



El pabellón de Venezuela en la Exposición Internacional de Nueva York de 1939, forma parte de la saga de aquellas representaciones nacionales que fueron proyectadas por arquitectos extranjeros, pese a que en 1937 se había dado un importante paso en sentido contrario al encargárseles a Luis Malaussena y Carlos Raúl Villanueva el diseño del que se construyó en París (Ver Contacto FAC, nº14, 12-02-2017).
Estados Unidos, a las puertas de la Segunda Guerra Mundial, decide conmemorar los 150 años de asunción de George Washington a la presidencia de ese país con una feria cuyos lemas serían “La Ciudad de la Democracia” y “El Mundo del Mañana”.

1. Plano guía. Hall of Nations. New York World’s Fair.
2. Vista general del recinto donde se emplazó el pabellón de Venezuela.


Ubicada en Flushing Meadows (Queens), en los terrenos anteriormente ocupados por un vertedero de basura que el Comisionado de Parques Robert Moses ordena limpiar, la exposición intenta recuperar el esplendor de los eventos decimonónicos de esta naturaleza en medio de un despliegue en el que los norteamericanos, posesionados ya como imperio, muestran los importantes avances alcanzados en su desarrollo científico e industrial, lo que da como resultado un conjunto futurista próximo a la ciencia ficción. Siete zonas la conforman predominando, a diferencia de los grandes eventos del siglo anterior, las edificaciones aisladas, dispersas, variadas y de pequeño o mediano tamaño, confirmándose el fin de la época de las grandes naves. También se reconoce en esta exhibición el momento de verdadera eclosión de lo que a partir de la muestra organizada por Philip Johnson y Henry-Rusell Hitchcock en el MOMA (1932) se empezó a denominar el “estilo internacional”: Louis Skidmore y Nathaniel Owings, con John Moss y Gordon Bunshaft como arquitectos asociados, y Wallace K. Harrison a quienes se les encarga el diseño de un significativo número de edificios, serán quienes en Nueva York conviertan en verdadero cliché lo que en sus comienzos se trataba de una postura principista (antagónica justamente a los estilos) liderada por los precursores del Movimiento Moderno.
Justamente, una de las piezas en la que Skidmore & Owings con Moss y Bunshaft demuestran la habilidad adquirida para manejar los códigos aprendidos de la conversión de lo moderno en estilo, será el pabellón venezolano. El encargo, hecho bajo la anuencia de Nelsón Rockefeller y la consultoría de Luis López Méndez, se ajusta a lo que los organizadores de la feria estipularon como norma: “… los Edificios o Pabellones deberían presentar una apariencia que guardase relación con la finalidad a que se les destinaba, es decir, construcciones provisionales para Exhibición. No se ha permitido el uso de estilos que imitasen la arquitectura histórica o que presentasen la apariencia de construcciones permanentes, excepción hecha de los Pabellones construidos por los Estados de la unión”.

3. Representación de la planta del pabellón de Venezuela. Feria Mundial de Nueva York 1939.
4. Perspectiva del pabellón de Venezuela. Feria Mundial de Nueva York 1939. Aquí puede apreciarse la decoración de la parte inferior de la marquesina de entrada a cargo de Luis Alfredo López Méndez y Miguel Arroyo

Comentarios sobre el tono discriminatorio aparte, Venezuela busca a través de su pabellón transmitir la sensación de que se estaba ante un país pujante que ya había tomado el rumbo de la modernización, dejado atrás su pasado provinciano y que según reza en Venezuela at the New York words fair. 1939 (editado por Antonio Ruíz) es “el primer… exportador y segundo en producción de petróleo” por lo que se trata de “evitar el anacronismo de construcciones de teja, o la paja del bohío indio”.

5. Vista exterior del ámbito de acceso del pabellón de Venezuela.
6. Vista interior con visual sobre el mapa (colocado con el norte hacia abajo) y paso al jardín tropical de la muestra venezolana.

El pabellón, diseñado cuidando hasta los más mínimos detalles, está conformado por un sencillo paralelepípedo en acero y vidrio a dos alturas que contiene la mayor parte de los objetos mostrados el cual se acompaña por una enorme marquesina, decorada en su parte inferior por Luis Alfredo López Méndez y un joven llamado Miguel Arroyo, que indica y a la vez dirige hacia la entrada. En lo mostrado se hace hincapié sobre los cuatro productos más importantes del país (café, cacao, orquídeas y petróleo) a los que se suman obras escultóricas de Francisco Narváez y pinturas de Armando Reverón y Manuel Cabré.

7. Vista interior de la muestra con diorama de los productos de Chocolates La India en primer término y perímetro de cristal
al fondo.
8. Recintos al aire libre del pabellón de Venezuela. Esculturas de madera de Francisco Narváez sobre fondo blanco en el patio y vista de la terraza que lo prolonga el hacia el restaurante.


A pesar de la calidad y éxito alcanzado por el pabellón venezolano y como simple recurso que evidencia las contradicciones existentes entre el mensaje que envía un país como el nuestro sobre lo que quiere ser dejando de lado su deber ser, valga recordar la presencia en esta Exposición de los pabellones nacionales de Finlandia (obra de Alvar Aalto) y Brasil (de Lucio Costa y Oscar Niemeyer) cuya trascendencia, basada en la autenticidad, perdura hasta nuestros días sin dejar de ser piezas absolutamente modernas.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 6. Wurts Brothers. New York World Fair 1939. 1939 At the New York World’s Fair. Edited by Antonio Ruiz.

1. New York World’s Fair. Official guide of the international exhibition of New York 1939

2, 5 y 8 izquierda. Wurts Bros. (New York, N.Y.)/ Museum of the City of New York. [MN115295] https://collections.mcny.org/Collection/%5BGovernment Zone at the New York World’s Fair.]-24UAKVA2A2A.html.

3 y 4. John Moss / Museum of the City of New York. [MNY8453] https://collections.mcny.org/Collection/Venezuelan Pavilion-2F3XC5M5F2J.html.

7 y 8 derecha. Norman Taylor. Venezuelan Pavilion. 1939 At the New York World’s Fair. Edited by Antonio Ruiz.

Textos fundamentales

1. Portada de la primera edición de Caracas en tres tiempos, Carlos Raúl Villanueva, 1966

Caracas en tres tiempos

Iconografía retrospectiva de la ciudad

Carlos Raúl Villanueva

Talleres de Gráfica Arte C.A.

1966

Formando parte del importante número de publicaciones (de las cuales se cuentan al menos 14), que se impulsaron hace ya 50 años desde el Comité de Obras Culturales de la Comisión Nacional del Cuatricentenario de la Fundación de Caracas, Caracas en tres tiempos. Iconografía retrospectiva de una ciudad de Carlos Raúl Villanueva es, como señala el propio autor, “una reedición de … ‘La Caracas de ayer y de hoy’, editado en julio de 1950 y que con grata sorpresa de mi parte mereció una generosa acogida entre nosotros, puesto que a pesar del tiempo transcurrido y de los cambios que en ese período se han efectuado (políticos, económicos, sociales y hasta internacionales), tienen todavía validez algunos de los conceptos emitidos”.
A dicha obra, que contenía sendos escritos de Carlos Manuel Moller (“Caracas, ciudad colonial”) y Maurice E. H. Rotival (“Caracas marcha hacia delante”), le fueron añadidos otro de Mariano Picón Salas (“Caracas Allí está…”), un incremento importante del registro correspondiente a la arquitectura colonial existente o desaparecida tanto en Caracas como en otras regiones del país, “un estudio sobre la Iglesia de Santa Teresa y el Teatro Municipal a manera de eslabón entre pasado y presente” y el importante artículo firmado por el propio Villanueva titulado “El sentido de nuestra arquitectura colonial”, aparecido originalmente en el nº 3 de la Revista Shell (1952).
Como su título indica, se trata de mostrar desde el contenido una visión de Caracas que abarca su pasado, su presente y su futuro aunque el subtítulo delate una mirada mucho más anclada en el pretérito. Así, Caracas en tres tiempos pasa a ser un libro referencial no sólo por la cuantía y la calidad de la información que incorpora (consistente en fotografías y planos de aquellas obras religiosas, militares y civiles que fueron consideradas como las más importantes acompañadas de sencillos textos explicativos), sino también un libro que denuncia el proceso de destrucción y consecuente pérdida de la memoria de que ha sido objeto la arquitectura del pasado en nuestro país. “Ningún sentimiento histórico ni tampoco religioso ha prevalecido ante la destrucción sistemática de nuestro pasado colonial, que ha sido reemplazado en muchos casos por obras transitorias de poco valor artístico y con todos los defectos del falso lujo, de la poca personalidad, de la imitación servil de estilos pseudo modernos a veces y en otras de copias de ajenas tradiciones”, reclamará Villanueva en la Introducción de la publicación.
Es la Reurbanización de El Silencio, objeto que constituye el corazón de La Caracas de ayer y de hoy con la que se cierra Caracas en tres tiempos, la pieza que Villanueva considera articula el presente de la ciudad con que pudo haber sido su futuro desarrollo y que el transcurrir de los años se encargó lamentablemente de desconocer. Allí y posteriormente en la Ciudad Universitaria se lleva a cabo un proceso claro de interpretación que recobra el sentido de la tradición, tema éste que ha sido objeto de reflexión por parte de reconocidos pensadores contemporáneos.
Caracas en tres tiempos se imprimió en los Talleres de Gráfica Arte C.A., saliendo a la luz en noviembre de 1966 con un tiraje de 3.000 ejemplares. Fue diagramado por Mateo Manaure y colaboraron en las ilustraciones, entre otros: Juan Avilán, Alfredo Boulton, Alfredo Brandler, Graziano Gasparini, Hueck Condado, Carlos Eduardo Misle y Luis Noguera.

2. Portada del relanzamiento de 344 los ejemplares de la primera edición de Caracas en tres tiempos en conmemoración del centenario del nacimiento de Carlos Raúl Villanueva, 2000


Posteriormente, en mayo de 2000, al cumplirse el centenario del nacimiento de Villanueva e incorporado a las Ediciones Conmemorativas que la Fundación Villanueva impulsó para esa fecha, trescientos cuarenta y cuatro ejemplares pertenecientes a la edición original fueron rescatados de los depósitos de Gráficas Armitano, los cuales fueron numerados y remozados con una nueva portada a los que se les añadió una sola página con la dedicatoria de Margot Arismendi de Villanueva a la memoria de su esposo, la cual no puede ser más elocuente con relación al espíritu que recoge la obra: “A la memoria de mi querido Carlos, quien habiendo aceptado el futuro, no rechazó nunca el pasado”.

ACA

LA NOTICIA DE LA SEMANA

Paulo Mendes da Rocha recibe la Royal Gold Medal de Arquitectura 2017

Romullo Baratto

Tomado de Plataforma Arquitectura

2 febrero de 2017

Traducido por Nicolás Valencia
 
The Royal Institute of British Architects (RIBA) premió la noche del pasado 1 de febrero de 2017, a Paulo Mendes da Rocha con la Royal Gold Medal de Arquitectura 2017.
Otorgada en reconocimiento a un conjunto de obras, la Royal Gold Medal se le confiere a una persona o grupo de personas que tengan una significativa influencia «ya sea directa o indirectamente en el avance de la arquitectura». Concedida desde 1848, en el palmarés de los premiados están Zaha Hadid (2016), Frank Gehry (2000), Oscar Niemeyer (1998) y Norman Foster (1983).
Nacido en Vitória (Brasil) en 1928, Mendes da Rocha ha obtenido una serie de reconocimientos internacionales por su significativa contribución a la arquitectura. Ha diseñados edificios culturales de notable impacto en la disciplina, gran parte de ellos insertos en lo que se conoce como brutalismo, en hormigón y terminaciones categóricas. En 1957 finalizó su primera gran obra, el Clube Atlético Paulistano, que dio paso a otros grandes proyectos, como la Capilla de São Pedro (1987), el Museo Brasileño de Escultura (MuBE, 1988), la Praça do Patriarca (1992-2002), la remodelación de la Pinacoteca do Estado (1993) y la Centro Cultura da FIESP (1997). Fuera de la ciudad paulista, se destacan proyectos como la Capilla Nuestra Señora de la Concepción (2006) y la Cais das Artes en Vitória (2008).
A pesar de su reputación internacional, son pocas las obras de Mendes da Rocha construidas fuera de Brasil, como el Pabellón de Brasil en la Expo ’70 de Osaka (Japón) o el Museo Nacional de los Coches (2015) en Lisboa (Portugal).
(…)
Entre los premios ya recibidos por Paulo Mendes da Rocha están el Premio Mies van der Rohe (2000), el Premio Pritzker (2006), el León de Oro de la Bienal de Venecia por su trayectoria (2016) y el Premio Imperial de Japón (2016).

ACA