Archivo de la etiqueta: Utopía

¿SABÍA USTED…

… que en 1937 se termina la construcción del que se conoce como “Callejón Sanabria” en La Pastora?

1. Ramiro Nava. Callejón Sanabria. Avenida Baralt, Esquina de Puente Guanábano a Dos Pilitas Parroquia La Pastora, Municipio Libertador

Entre las esquinas de Puente Guanábano y Dos Pilitas con conexión directa a la avenida Baralt, muy próximo a la quebrada Catuche, el Callejón Sanabria también denominado Parque Sanabria, se trata de una calle ciega que sorprende aún hoy en día por la calidad ambiental que ofrece a pesar de la zona donde se encuentra ubicado. La periodista Florantonia Singer llegó a escribir en El Nacional, no sin algo de razón, lo siguiente: “Parece de mentira, y la presencia de cámaras -para grabar en el pasado Telenovelas de RCTV y, ahora, películas de la Villa del Cine- hace pensar que el callejón Sanabria o Parque Sanabria es un set instalado en un recodo de la quebrada Catuche, que alguien dejó olvidado”.

2. Ramiro Nava. Callejón Sanabria. Avenida Baralt, Esquina de Puente Guanábano a Dos Pilitas Parroquia La Pastora, Municipio Libertador

El escenográfico conjunto que recuerda las cités parisinas, originalmente conformado por 24 casas pareadas de dos plantas y un parque infantil, que data del año 1937, vio como una de ellas era demolida en 1953 para dar paso a la avenida Baralt. De acuerdo a la descripción hecha por Iván González Viso en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), las casas tienen “un área aproximada de 180 metros cuadrados: 12 ubicadas al sur, con techo a dos aguas de madera y balcón saliente al frente; 10 al norte, con cubierta a cuatro aguas de madera, tejas planas de arcilla, porche y un volumen saliente y ochavado con ventanas rematadas en arco rebajado. Una casa, única en su tipo, de mayor tamaño, completa el conjunto. Todas ellas incorporan elementos art nouveau en puertas y ventanas”.

3. Izquierda: Portada de las Obras Completas de Ramiro Nava, 1971. Derecha: Vista de una de las casas del Callejón Sanabria.

El diseñador de este raro oasis caraqueño fue el abogado, arquitecto autodidacta y visionario utopista zuliano Ramiro Nava (1887-1959). De su biografía se desprende que Nava recibió su título de abogado el 1 de junio de 1910 tras haber estudiado la carrera de derecho en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad del Zulia, y al año siguiente asistió como delegado por su estado natal al Congreso de Municipalidades. De manera autodidacta, estudió avicultura, apicultura y floricultura. Asimismo, escribió sobre la ganadería (1921), el clima y su efecto sobre el comportamiento humano, como explicación del fenómeno de la delincuencia. También elaboró un ensayo sobre la teosofía adaptada a la música y al cinematógrafo, buscando una relación de correspondencia entre colores, sonidos, imágenes y sentimientos. Fundador de la compañía Luz Eléctrica de Los Teques y de la Venezuelan Pottable Water Company, intervino en la discusión sobre la selección de la flor y el árbol nacionales, proponiendo la orquídea morada-rosada, la Cattleya mossiae, como símbolo floral de Venezuela, siendo efectivamente escogida como tal. Tras su fallecimiento en 1959, en 1971 se publica Ramiro Nava. Gran Patriota. Obras Completas donde se recoge la mayor parte de los escritos y propuestas de elaboró en vida.

4. Ramiro Nava. Bahía de Caracas o Canal de Tacagua. Proyección del Plan «Ramironava»
5. Ramiro Nava. Arriba: propuesta de «Transformación de Caracas» de junio de 1936. Abajo: «Venecia en Caracas» o «Nueva Venecia» o «Venezuela» incorporada al Plan «Ramironava» de enero 1936.
6. Cuadro de Gabriel D’Empaire sobre el proyecto de Ramiro Nava para Caracas

Tildado como “el Julio Verne venezolano”, su obra más sobresaliente fue El Bloque de Oro o Plan de Financiamiento por el bien de Venezuela que se publicó en 1936, cuando se inauguraba una nueva etapa dentro de la historia del país tras la muerte de Juan Vicente Gómez con Eleazar López Contreras a la cabeza del gobierno. Según el Diccionario General del Zulia: “La obra tocaba aspectos no sólo económicos sino sobre temas a la creación de obras de infraestructura para Venezuela, que lo utilizó como base del ‘Manifiesto Razonado’ (1939), donde sustentaba el lanzamiento de su candidatura para la Presidencia de la República en el período 1941-1946”.

Sobre Nava y su utopía para Caracas recogida en El Bloque de Oro con el nombre de «Plan Ramironava» para la transformación urbana de la capital, existen varios escritos de referencia que recomendamos consultar a quienes les de curiosidad por saber algo más acerca de un personaje convencido de que la capital podía convertirse en Venecia, si se lograba bombear agua del mar 1.000 metros arriba a través del Canal de Tacagua, lo que convertiría a la ciudad en el primer puerto de América del Sur.

El primero de ellos titulado “La Venecia de Caracas” firmado por Maciá Pintó publicado en el diario El Nacional el 24 de abril de 1981 apareció a raíz de la exposición que en torno a la obra de Ramiro Nava realizara por aquellas fechas el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU). Pintó desarrollará posteriormente en “Ramiro Nava y la Venecia de Caracas”, breve ensayo aparecido en la revista Punto nº 65 del año 1983 dedicada al tema “Arquitectura y ciudad”, lo que ya había esbozado en el artículo de 1981. También en fechas próximas a la exposición ya citada Luis Britto García publicará “El loco Ramiro Nava” en El Nacional del 28 de junio de 1981. Y, más recientemente, Arturo Almandoz escribió para el portal Prodavinci el 25 de julio de 2019 “Ramiro Nava: Venecia en Caracas”.

7. Izquierda: Sector en el que se ubican las intervenciones de Ramiro Nava en La Pastora, Caracas. Derecha: foto tomada de la página de facebook de Caracas en Retrospectiva donde se señala lo siguiente: «Entre Torrero y Dos Pilitas, en la acera norte, está el llamado ‘Jardín de Ramiro Nava’, el utopista de Caracas de los años veinte. Allí construye un Barrio-Jardín con un grupo de casas-quintas ‘contra temblores’ «.

Nava también levantó entre 1930 y 1935 otro pequeño islote en un reducto de La Pastora, de Portillo a Torrero, llamado Barriojardín Ramironava, un poco más desfigurado por los años que el Parque Sanabria. Sobre los desarrollos de Nava en la tradicional parroquia caraqueña el ya citado Diccionario General del Zulia registra lo siguiente: “La gran imaginación y gusto impresos en los diseños y la firmeza en los cálculos de construcción de las casas-quintas le valieron la distinción que en 1950 le hizo la Sociedad de Ingenieros de Londres, al distinguirlo con una presea de gran valor, como lo es la Fellow, para la época otorgada a muy contados latinoamericanos”.

Tanto el Callejón como el Barrio Jardín forman parte del sector urbano antiguo de La Pastora, declarado como Centro Tradicional de Conservación, según Gaceta Oficial número 31.691 del 7 de marzo de 1979, lo que los protege de intervenciones.

Como también reportó Singer en su momento, “los vecinos que viven en el Parque Sanabria están convencidos de que su hogar debe rescatarse. Llevan años denunciando, sin muchos frutos, que las invasiones del barrio Catuche, fundado en la ribera de la quebrada, en terrenos que pertenecían a la pequeña urbanización, empiezan a encaramarse sobre las casas. La excavación del talud que sostiene el callejón, para aplanar la colina y asentar nuevos ranchos, empieza a abrir grietas en el piso de algunas casas”.

Esta frágil situación que aún no se ha solventado, hace peligrar un conjunto que aún resiste la presión urbana y que dada la peculiaridad de sus condiciones es digno de ser preservado.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 2. http://guiaccs.com/obras/callejon-sanabria/

3. https://prodavinci.com/ramiro-nava-venecia-en-caracas/ y http://guiaccs.com/obras/callejon-sanabria/

4, 5 y 6. Maciá Pintó. “Ramiro Nava y la Venecia de Caracas”. Revista Punto nº 65, 1983

7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad y https://m.facebook.com/caracasretro/photos/a.21089817210/425106227210/

TAL DÍA COMO HOY…

… el 19 de mayo de 1935, Pio XI canonizó a Tomás Moro (1478-1535)

Tomás Moro, quien, tal y como se recoge en su biografía, fue un pensador, teólogo, político, humanista y escritor inglés, y además poeta, traductor, lord canciller de Enrique VIII, profesor de leyes, juez de negocios civiles y abogado, fue enjuiciado en 1535 por orden del rey Enrique VIII, acusado de alta traición por no prestar el juramento antipapista frente al surgimiento de la Iglesia Anglicana, oponerse al divorcio con la reina Catalina de Aragón y no aceptar el Acta de Supremacía, que declaraba al rey como cabeza de esta nueva Iglesia. Fue declarado culpable y recibió condena de muerte. Permaneció en prisión en la Torre de Londres hasta ser decapitado el 6 de julio de ese mismo año.

En 1886 junto con otros 53 mártires, entre ellos su amigo y confidente el Obispo Juan Fisher, será beatificado por León XIII, y también junto con él canonizado el 19 de mayo de 1935, con ocasión del IV centenario de su martirio, por Pío XI. Posteriormente, será declarado patrón de los políticos por San Juan Pablo II el 31 de octubre del año 2000. Su festividad se celebra el 22 de junio para hacerla coincidir con la de John Fischer, ejecutado en día tal.

Moro, como se sabe, pasó a la posteridad por haber publicado en 1516 Utopía, cuyo título original en latín era Verdadero libro de oro, no menos saludable que festivo, sobre la óptima República y la nueva Isla de Utopía. Impresionado por las narraciones extraordinarias de Américo Vespucio sobre la isla de Fernando de Noronha, que fue avistada por los europeos en 1503, Moro consideró que en esa misma isla se podría construir una civilización perfecta.

Para Moro, la utopía era una sociedad comunal, racionalmente organizada, donde las casas y los bienes serían propiedad colectiva y no individual, y las personas pasarían su tiempo libre en la lectura y en el arte, pues no serían enviadas a la guerra, excepto en situaciones extremas; por lo tanto, esta sociedad viviría en paz, felicidad, justicia y en plena armonía de intereses.

En este sentido, la Utopía también guarda, dentro de su formulación idealista, un fuerte mensaje de contenido crítico hacia los regímenes que gobernaban en Europa durante su época.

Moro, por tanto, crea el término Utopía, de importantes repercusiones políticas y también arquitectónicas y urbanísticas a través del tiempo, a partir de los vocablos griegos οὐ (ou), que significa ‘no’, y τόπος (tópos), que traduce ‘lugar’, es decir: ‘lugar que no existe’.

Hoy en día Utopía se denomina a la idea, ideación o representación de una civilización ideal, fantástica, imaginaria e irrealizable, paralela o alternativa al mundo actual.

El término utopía también puede designar aquel proyecto o doctrina que se considera idóneo, pero inviable o de difícil puesta en práctica: “utopía comunista”, “utopía anarquista”.

En este sentido, como utopía también se puede considerar un modo optimista de concebir cómo nos gustaría que fuera el mundo y las cosas: “Sé que es una utopía la manera en que propongo que funcione el país”.

Debido a su importante carga idealista, la utopía ofrece el suelo para formular y diseñar sistemas de vida en sociedad alternativos, más justos, coherentes y éticos, por ello, se ha hecho extensiva a distintas áreas de la vida humana, y se habla de utopías económicas, políticas, sociales, religiosas, educativas, urbanísticas, arquitectónicas, tecnológicas, y ecologistas o ambientalistas.

El libro de filosofía más importante por su contenido utópico es La República de Platón, donde éste formula su pensamiento político y sus ideas en torno a cómo debería funcionar una sociedad para alcanzar la perfección.

Sin pretender para nada agotar las múltiples oportunidades que ofrece abrir un debate actual sobre la vigencia de Utopía y sus repercusiones, tema ampliamente documentado desde diferentes perspectivas en publicaciones que se editaron al cumplirse los 500 años de su aparición (2016), tomaremos, para cerrar esta remembranza de su autor el resumen del artículo escrito por Didier Souiller en 2008 para la Revista de Filología Románica, titulado “Ciudades ideales: de la Utopía de Tomás Moro a la Ciudad del Sol de Campanella”: “En el siglo XVI, en tanto que existe un pensamiento urbanístico, se manifiesta por medio de la imaginación artística y de la arquitectura de edificios urbanos y palaciegos. En el presente artículo se trata de cuatro libros que pertenecen a un largo siglo XVI: la Utopía de Tomás Moro, el Gargantua de Rabelais, la Città del Sole de Tomaso Campanella y The New Atlantis de Francis Bacon. Con Rabelais y Bacon tenemos dos ejemplos extremos de ciudades ideales cuando ambas se reducen, sea a un castillo feliz y autónomo, sea a una enciclopedia. Pero los rasgos fundamentales de la ciudad ideal aparecen en las cuatro obras: aislamiento respecto del resto del mundo, división entre la ciudad y el campo, simbolismo general de la arquitectura. La ciudad que ofrece una protección completa, con educación y sustento, aparece como una verdadera ciudad-madre. La geometría y el simbolismo de la construcción de la ciudad ideal demuestran a la vez el anhelo de apoderarse del mundo y la relación entre arquitectura e ideología. Por fin, la utopía anuncia la dictadura ideológica, los estados totalitarios del siglo XX y el gulag”.

ACA