Archivo de la etiqueta: Números Unos

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 433

Con la aparición el 15 de octubre de 1920 en París de la revista L’Esprit Nouveau (El Espíritu Nuevo), subtitulada Revue Internationale d’Esthétique (Revista Internacional de Estética), dos de sus fundadores, el pintor Amédée Ozenfant y el arquitecto Charles Edouard Jeanneret-Gris (el tercero sería el poeta Paul Dermée), dieron cuerpo a un ambicioso proyecto editorial que no sólo reafirmó el acto inaugural del llamado movimiento purista, llevado a cabo dos años antes mediante la aparición del manifiesto Aprés le Cubisme (Después del cubismo), sino que además le ofrecía la oportunidad de manifestarse a diversas disciplinas, dando cabida a variadas temáticas, proclamándose como ”la primera revista del mundo realmente dedicada a la estética viva”.

1. Carátula de la publicación del manifiesto Aprés le Cubisme (1918).
2. Parte superior de la portada del nº 1 de L’Esprit Nouveau (15 de octubre de 1920).

Tras el eslogan “Hay un espíritu nuevo; es un espíritu de construcción y de síntesis guiado por una concepción clara”, la portada del primer número en el que Paul Dermée aparece como su director, la revista ya anuncia que se abre a temáticas tales como “estética experimental, pintura, escultura, arquitectura, literatura, música, estética del ingeniero, el teatro, el espectáculo, el cine, el circo, los deportes, la moda, el libro, el mueble y la estética de la vida moderna”, dando a entender de que todo cuanto acontecía en una época plagada de novedades, creatividad y cambios no le sería ajeno.

Tampoco hay que olvidar que L’Esprit Nouveau al igual que De Stijl, surgen como órganos de divulgación del purismo y el neoplasticismo, respectivamente, en un período (el de entreguerras) en el que se acrecienta la aparición de programas y manifiestos que permitirán a las vanguardias contar con sus correspondientes cartas de presentación, mostrándose ambas publicaciones como proyectos editoriales duraderos que trascienden la mera declaración puntual.

3. Portada e índice de la versión en español (2005) del libro de Alan Colquhoun La arquitectura moderna. Una historia desapasionada (versión original de 2002).

En tal sentido, si bien para L’Esprit Nouveau el tema principal era la problemática relación entre el arte y la sociedad industrial, y compartía con De Stijl la idea de que “el mundo industrializado moderno traía consigo el paso del individualismo” así como de “que el arte y la ciencia no eran opuestos, aunque utilizasen medios diferentes, que su unión daría como resultado una nueva estética», las diferenciaba el hecho de que para L’Esprit Nouveau “esa nueva estética sería clásica en su espíritu… idea que quedaba subrayada por la constante yuxtaposición de lo viejo y lo nuevo”, como bien señaló en su momento Alan Colquhoun en La arquitectura moderna. Una historia desapasionada (2002). Dentro del mismo orden de ideas, allí mismo, el crítico e historiador inglés planteará cómo “en el nuevo mundo de la objetividad y el colectivismo anunciado por L’Esprit Nouveau, la posición del artista permanecía intacta. De Stijl y los constructivistas, razonando a partir de los mismos principios de L’Esprit Nouveau, habían previsto que llegaría un momento en que el artista sería redundante”.

4. Sumario del nº de L’Esprit Nouveau.
5. Páginas interiores del nº 1 de L’Esprit Nouveau.

Así, en el primer número de la revista destacan, entre otros, su editorial titulado “L’Esprit Nouveau”, los artículos “La nueva estética y la ciencia del arte” de Victor Basch; “Notas sobre el arte de Seurat” de Bissiere; “Descubrimiento del Lirismo” de Paul Dermée: “La música polaca” de Henry Prunieres; “Picasso” de André Salmon; “La estética del cine” de B. Tokine; “El Circo, nuevo arte” de Céline Arnauld; las reseñas dedicadas a revistas, poesía, exposiciones y literatura ; y la transcrición del Manifiesto 2 de De Stijl.

6. Imágenes del artículo «Sobre la plástica» firmado por A. Ozenfant y Ch. E. Jeanneret.
7. Cuatro de las páginas del texto “Tres advertencias a los señores arquitectos”, firmado con el seudónimo compuesto “Le Corbusier-Saugnier”.

Sin embargo, dos textos subrayan el sentido de tribuna para exponer sus planteamientos que buscaron darle los fundadores de la publicación: uno titulado “Sobre la plástica” firmado por A. Ozenfant y Ch. E. Jeanneret y otro titulado “Tres advertencias a los señores arquitectos”, firmado con el seudónimo compuesto “Le Corbusier-Saugnier” asumido en conjunto por Jeanneret y Ozenfant. Ello marcaría la primera ocasión con la que Jeanneret se identifica con el apelativo que lo haría célebre asumiendo Ozenfant el rol de acompañante. También será la primera de muchas entregas (que se repetirán en los números 2, 4, 5, 8, 9, 10, 13 y 16 de la revista) con las cuales se irá construyendo el no menos famoso libro Hacia una arquitectura (Vers une architecture) publicado en 1923, cuya primera edición en francés mostraba a Le Corbusier-Saugnier como autor. Cabe acotar que del material publicado que conforma los siete capítulos del libro, sólo se reconoce bajo exclusiva autoría de Le Corbusier el titulado “Arquitectura o revolución”, justamente el séptimo. En todo caso, el maestro suizo asume en solitario su apelativo a partir del nº 19 de la revista (1923) pese a que toda su obra se identifica con él y de que continuó firmando sus cuadros con su verdadero apellido hasta 1928.

8. Portada del nº 4 de L’Esprit Nouveau de inicios del año 1921 que marca el cambio del subtítulo de la revista y contiene un extenso artículo titulado «El purismo» firmado por A. Ozenfant y Ch. E. Jeanneret.

En virtud de sus inclinaciones dadaístas, Dermée deja de participar después del número 7 (1921) de L’Esprit Nouveau (momento para el cual ya había cambiado desde el nº 4 su subtítulo por el de Revue internationale illustre de l’activité contemporaine), quedando la responsabilidad editorial fundamentalmente en manos de Ozenfant y Jeanneret quienes lograrán que la revista aparezca hasta la edición 28 (enero de 1925) lo cual le dio una frecuencia promedio de 7 números al año, pese había nacido con la intención de aparecer los días 15 de cada mes. La intensidad inicial, como suele ocurrir con la mayoría de las publicaciones periódicas, sufrió un proceso de decaimiento que se evidenció en el distanciamiento entre cada salida, la disminución del número de páginas (de 136 en el nº 1 a 96 en el nº 19 hasta llegar a 80 en el nº 28) y el descenso del número de suscriptores que pasó de 735 en 1920 a 252 en 1923. “Las numerosas transformaciones, los cambios realizados y su creciente enfoque en la arquitectura ya no atraen a sus lectores. Además, en 1925, la colaboración entre Le Corbusier y Ozenfant cesó. Esto, en parte, se debe a la decadencia del purismo… que finaliza en 1926 al desvincularse de él sus dos creadores…”, se recoge de “L’Esprit Nouveau”, texto publicado por el grupo de investigación SU+MA universidad + museo en la página web de la Universidad Complutense de Madrid.

9. Colección completa de la revista L’Esprit Nouveau (1920-1925).
10. Dos trabajos de Le Corbusier publicados en los números 2 (izquierda) y 6 (derecha) de L’Esprit Nouveau.

En el mismo sitio se precisa: “La maquetación de la revista es bastante sencilla. Destaca su portada, con el número de publicación centrado y en gran tamaño, con un color diferente en cada número. El título se presenta en letras de gran tamaño y de color negro. Los temas y la relación de artículos y su paginación de cada número se observan tras el título. Todos los números presentan dibujos, fotografías y fotograbados en blanco y negro; y los especiales a color. A su vez, vemos páginas dedicadas a la publicidad, con anuncios de galerías de arte, academias de baile, de otras revistas, y algún anuncio más del ámbito comercial como chocolates Nestlé y Suchard”. Y se añade: “Cabe subrayar la intencionalidad de diálogo con el lector que presenta esta revista, puesto que no solo contiene artículos con información de diversa índole, sino que cuenta con secciones como recomendaciones bibliográficas y de exposiciones de arte que se desarrollan en el momento de la publicación: ecos de actualidad, subastas de arte, apartados de correspondencia que abren una comunicación directa entre los lectores y la redacción, así como información sobre otras revistas coetáneas”.

11. Vista general de la Exposición Internacional de artes decorativas e industrias modernas de 1925 (arriba) y diversas tomas del pabellón de L’Esprit Nouveau de Le Corbusier y Pierre Jeanneret (abajo).

Culminado el ciclo de la revista, Le Corbusier, quien ya había publicar allí numerosos proyectos arquitectónicos teóricos, como la casa Citrohan o Una ciudad contemporánea, diseñó junto a su primo Pierre Jeanneret un pabellón con el nombre de L’Esprit Nouveau para la Exposición Internacional de artes decorativas e industrias modernas de 1925 en París. La edificación que puede considerarse como una versión concentrada de todos los capítulos del programa corbusiano y una demostración de las ideas que venían desarrollando los Jeanneret desde 1922, buscó también ser un manifiesto contra el predominio del art déco como estilo dentro de la muestra. En tal sentido aprovecharon la oportunidad de representar una nueva forma del “espacio habitable”, descartando toda noción decorativa. En él se trata de mostrar que la arquitectura está siempre presente en todo, desde el más humilde equipamiento doméstico, a la mansión, el barrio o la ciudad a través de un modelo a escala natural de una de las células que conformaban el Plan Voissin.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 2, 4, 5, 6, 7. ROMA TRE. Universitá degli Studi. Dipartimento di Architettura (http://arti.sba.uniroma3.it/esprit/viewer/web/viewer.html?&file=Li4vLi4vcGRmL0VzcHJpdE5vdXZlYXUtRlRfMDEucGRm)

1. Après le cubisme. Fondation Le Corbusier (https://www.fondationlecorbusier.fr/oeuvre-livre/apres-le-cubisme-amedee-ozenfant-et-charles-edouard-jeanneret-1918/)

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

8, 9 y 10. ROMA TRE. Universitá degli Studi. Dipartimento di Architettura (http://arti.sba.uniroma3.it/esprit/index.php?option=com_artisba&view=catalogo&Itemid=141)

11. Bbys Magazine (https://www.barnebys.es/blog/mas-de-veinte-paises-estuvieron-representados-en-los); y .bak. Pabellón «Esprit Nouveau», Le Corbusier (http://arxiubak.blogspot.com/2014/05/pabellon-esprit-nouveau-le-corbusier.html)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 425

Muy pocos de los lectores que hoy cuentan con la oportunidad de tener en sus manos el último ejemplar de la prestigiosa revista ARQ pueden imaginarse que nació como un boletín de papel kraft, de formato 27 × 40,5 cm, doblado tipo periódico, con muy bajo presupuesto y sin periodicidad o compromiso de perdurar declarado, que sólo aspiraba ser un medio de difusión y discusión del quehacer de la Escuela de Arquitectura de la Pontificio Universidad Católica de Chile. Es la imagen de la primera página de aquella publicación que ve la luz en noviembre de 1980 la que ilustra nuestra postal del día de hoy.

1. Montserrat Palmer en corrección de tablero (sin autor). Septiembre de 1969.

Su primera editora, la arquitecta, diseñadora, investigadora y profesora Montserrat Palmer (Santiago de Chile, 13 de septiembre de 1933), egresada de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo Universidad de Chile en 1961, donde se desempeñó como docente entre 1963 y 1974 cuando debió renunciar a su cargo debido a las intervenciones de la dictadura militar de Augusto Pinochet, y que desde 1975 fue contratada como profesora en la Pontificia Universidad Católica, no ocultó en el primer editorial de ARQ el carácter modesto con el que nacía aquella publicación cuya apariencia buscó seguir los pasos que desde 1974 ya señalaba la catalana Arquitecturas BIS.

2. Las cuatro páginas del número 1 de la revista ARQ.

Sobre lo que se aspiraba con ARQ, expresará Palmer en el editorial del nº 1, dedicado a mostrar y registrar en 4 páginas el debate profesoral en torno a una exposición de trabajos de estudiantiles, lo siguiente: “Este periódico que pretendemos mensual, quisiera documentar la conversación informal, el dibujo en la servilleta de papel, el pelambre la observación precisa, el momento en que hacemos escuela. (…) La actividad de los profesores tiene sus tribunas, sus ritos y su espontaneidad; los alumnos por su parte también pero / un punto a medio camino entre profesores y alumnos, entre lo ritual y lo espontaneo, entre el yo hablando / siempre juicioso / profesor y el yo hablando / en defensa propia / alumno no existe / salvo en contadas ocasiones. (…) Cada cual desempeña su rol, cada cual sostiene su biombo ¿por qué? en todo caso se presiente claramente que el biombo está de más y que lo que realmente se necesita son espejos: los alumnos son adultos y los profesores capaces ¿o no? (…) Veamos (…) De alguna manera lo que pretende este periódico, con la colaboración directa de ustedes es apartar biombos y colocar espejos, definir imágenes / enfatizar posiciones, creo que hay disposición de todos, profesores y alumnos para este empeño. (…) Espejos y no biombos. Veamos”.

3. Los primeros 5 números de ARQ. Formato: 27 × 40,5 cm; doblado tipo periódico; papel: kraft, 90 gr/ m2 fotocopia; tintas: 1/ 1; elementos gráficos incorporados: logotipo, número, titulares, textos. 

Lo que podríamos considerar con una primera etapa de ARQ, bajo la dirección de Palmer, abarca los cuatro primeros números (noviembre1980-junio 1981). En ellos se mantiene su talante de revista universitaria de carácter experimental a cargo del Programa de Comunicaciones de la Católica, “no tienen portada, por lo menos no declarada a través del tipo de papel, el uso de más de una tinta, solapas u otros rasgos distinguibles. Muchos no conocen estos números o, en caso de conocerlos, no son considerados por su formato pasquín o microzine. Se trata de fotocopias de originales hechos en papel kraft, sin encuadernar y que, aún para nosotros como editorial, son difíciles de conservar y leer. El logotipo se mimetiza con el nombre de la escuela y su tema central salta a primera vista”, planteará Carolina Valenzuela, Editora Gráfica de Ediciones ARQ, en “100 portadas, 100 posibilidades”, artículo publicado al llegar la revista a su número 100 en diciembre de 2018. Sin embargo, la revista conservará su presentación “informal” hasta el nº6, pese a que a partir del nº5 ya había asumido su dirección Alex Moreno, quien hasta entonces había estado a cargo del diseño gráfico.

4. Portada del nº 7 de ARQ.

De todas maneras, con Moreno al frente se encontrará un claro momento de inflexión cuando, al llegar ARQ a su número 7 (1982), declara “la aspiración de transformarse en un instrumento cultural, para lo cual se debía ampliar el rango de temas tratados e integrar especialmente la dimensión artística”, según palabras de Fernando Pérez Oyarzún recogidas por Hugo Mondragón y Bárbara Rozas en “Contra el olvido: la voz de Montserrat Palmer y el discurso de la arquitectura contemporánea en Chile”, texto aparecido en la revista Dearq (Universidad de Los Andes, Colombia), nº 23 (septiembre de 2018).

Es así como el nº 7, que en muchos casos se cree equivocadamente que fue el primero, cambió su formato (27 × 37 cm) y papel (couché Alba 130 gr/ m2). “Es el de la portada que mezcla al Hombre de Vitruvio de Da Vinci con el Modulor de Le Corbusier. El primero de gran formato, con una ilustración en negro y rojo, logotipo pequeño y tema declarado. Su encuadernación con corchetes permitía leerla con cierta continuidad y su contenido y diseño distintivos la volvieron coleccionable y relativamente atemporal. Este primer número y los siguientes se convirtieron en objetos de deseo para varias generaciones de estudiantes y profesionales”. Las portadas, ilustradas primero por Alex Moreno y las siguientes de José Neira denotan una potente y reconocible claridad al igual que su contenido. “De los números 7 al 12 la editorial aún se sitúa en el extremo inferior de la portada, el logotipo continúa semioculto y el tema resalta en gran tamaño arriba a la izquierda hasta la revista número 8. Entre los números 9 y 21 el logotipo ARQ es resaltado en rojo y, junto al número del ejemplar, se mueven con relativa libertad por la portada. Entre los números 18 y 29 el logotipo se fija, por un período, en el extremo derecho de la publicación”, aportará Valenzuela.

5. Portadas de los números 7 al 29 de ARQ. Formato: 27 × 37 cm; papel: couché Alba 130 gr/ m2; (7-12), 300 gr/m2 (13-29); tintas: 2 / 0; elementos gráficos incorporados: logotipo, número, titulares, imagen y solapas (a partir del número 13).

No obstante, de nuevo debe apuntarse cómo dentro de un período que gráficamente abarca del nº7 al 29, es a partir del nº20 (junio de 1992) que se inicia lo que Mondragón y Rozas llaman “el periodo de la revista silenciosa”. Ello marcará el retorno de Montserral Palmer a la dirección (cuya continuidad se mantendrá hasta 2010), quien publica un breve texto “en que alude a la pérdida de credibilidad sufrida por la arquitectura en comparación con la ingeniería, cuyos profesionales son ‘menos habladores’”, y donde presentó las intenciones al estar nuevamente al frente de la publicación: “revisar la arquitectura desde otras disciplinas, ofrecer una paleta de obras extranjeras con aproximaciones liberadas de los prejuicios y hábitos nacionales y ensanchar el espacio destinado a los recién egresados. Su determinación de ‘mantener y acentuar la contención […] del que está usando medios ajenos para el desarrollo del oficio propio’ se acentuó en los siguientes ocho números, en los que el editorial fue remplazado por un sumario comentado. Se trata de una serie de números que tematizan principalmente la ciudad, siendo Santiago el centro de la discusión. La revista también abordó temas de carácter histórico, técnico, artístico y de diseño. De este periodo son las contribuciones de arquitectos jóvenes, como el informe sobre el Simposio de Siracusa de Alejandro Aravena (ARQ 26), los ejercicios de descripción de Smiljan Radic (ARQ 27) y las obras de Mathias Klotz (ARQ 23 y 29). El tono que adoptó la revista hasta 1995 fue decididamente periodístico”. Es a partir de ese año de 1995 que ARQ se asumió con periodicidad cuatrimestral la cual ha conservado hasta nuestros días.

6. Portadas de los números 30 y 39 de ARQ.
7. Portadas de los números 30 al 46 de ARQ. Formato: 24,5 × 31 cm; papel: Aquarello 200 gr/ m2 (30-31), Magnomatt 250 gr/ m2 polilaminado; tintas: 2/1 (30-37) – 4/1 (38-46); elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema (a partir del número 38), titulares e imagen. 

Coincidirá el nº 30 (1996) con el inicio de una nueva etapa (la de “la revista madura”), con el cambio a un formato más reducido (24,5 × 31 cm) y la aparición de una serie de editoriales de página completa. La serie, que abarcará, en cuanto al diseño de sus portada, hasta el número 46, sumó a las aspiraciones declaradas tres años antes, “la promesa de un debate crítico en torno al tema definido para cada ejemplar, algo que recién se consolidó con el número 39 (1998), en el que el tema apareció en la portada de la revista y permeó sus páginas interiores. Este número fue el primero con el cual la autoexigente editora se declaró conforme. Según sus palabras se debió a que ‘las diferentes partes que lo conforman y sus agrupaciones invisibles sostienen una especie de relampagueo de complicidades, coincidencias e interrogantes que hacen que este número marche, se desplace, derive’”, rescatamos del texto de Mondragón y Rozas.

8. Portada del nº 43 de ARQ, último publicado en el siglo XX, dedicado al tema de «El agua. Buenos Aires, Caracas, Santiago».
9. Portadas de los números 47 al 67 de ARQ. Formato: 24,5 × 31 cm; papel: couché 300 gr/ m2, polilaminado; tintas: 4/1 (hasta número), 4/2 (55-57) – 4/4 (58-91); elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema bilingüe, imagen y solapas (entre números 57 y 58 sólo se considera solapa delantera y se eliminan desde el 59 en adelante). 

Ya en pleno siglo XXI, a partir del nº47 y hasta el 67, una nueva serie con el mismo formato (24,5 × 31 cm) incorpora el tema en dos idiomas, textos traducidos al inglés y la clara intención de construir una imagen de exportación (que ya se había iniciado con el nº 43 de diciembre de 1999, último del siglo XX), dándose así inicio al “período internacional” que se prolonga, con variantes, hasta nuestros días.

10. Portadas de los números 68 al 91 de ARQ. Formato: 24,5 × 31 cm; papel: couché 300 gr/ m2, polilaminado; tintas: 4/4; elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema bilingüe, titulares en algunos números, imagen, solapas y código de barras.
11. Portadas de los números 95 al 100 de ARQ. Formato: 20,5 × 27 cm; papel: cartulina reverso blanco 225 gr/ m2, polilaminado; tintas: 2/4 (tinta especial en tapa completa); elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema bilingüe, titulares, imagen, autores y código de barras. 

Bajo el formato de 24,5 × 31 cm, Carolina Valenzuela establece otra serie que va del nº 68 al 91, produciéndose a partir del 92 y hasta el 109 un nuevo ajuste en el tamaño (20,5 × 27 cm), un aumento en el número de hojas y la primera edición totalmente bilingüe. De entre los variados cambios y ajustes “quizás el que más apreciamos es el poder contar con la tapa completa, es decir, portada, lomo y contraportada. El tema de la revista es manifestado en la grilla de ilustraciones de fondo y complementado con la incorporación de contenidos y autores. Junto con el aumento considerable de páginas, a partir del número 92 el tamaño se reduce para volverlo más portable”. Desde el nº 98 al 109 las portadas serán negras “más un color neón en tinta plana, con íconos o dibujos y logotipo centrado, al igual que los autores y contenidos”, señalará Valenzuela.

12. Portadas de los números 101 al 109 de ARQ. Formato: 20,5 × 27 cm; papel: cartulina reverso blanco 225 gr/ m2, polilaminado; tintas: 2/4 (tinta especial en tapa completa); elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema bilingüe, titulares, imagen, autores y código de barras. 
13. Portadas de los números 110 al 117 de ARQ. Formato: 20,5 × 27 cm; papel: cartulina reverso blanco 225 gr/ m2, polilaminado; tintas: 2/4 (tinta especial en tapa completa); elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema bilingüe, imagen y código de barras. 

Tras 44 años circulando ininterrumpidamente y 117 números ARQ es, sin duda, la revista de arquitectura chilena que mayor longevidad ha tenido en el tiempo y una de las de mayor prestigio en el ámbito latinoamericano, habiendo sido la primera publicación periódica de arquitectura en castellano en ser acreditada con la categoría ISI (siglas del Institute for Scientific Information, hoy conocida como Web of Science o WoS) y una de las 11 en el mundo referidas a arquitectura, reconocimiento que mantiene hasta el día de hoy. Además, forma parte del Directory of Open Access Journals (DOAJ), de la Biblioteca Científica on-line SciELO.CL | Anid Chile, del Scopus SciVerse, del Avery Index para Publicaciones Periódicas de Arquitectura, del Directorio de revistas científicas Latindex y del Catálogo de revistas científicas Latindex. También recibe el apoyo del Fondo de Publicaciones Periódicas de la Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile a través del Fondo de Publicaciones de Revistas Científicas. Hoy su editora general es Stephannie Fell C., cargo que asumió a partir del número 113 (abril 2023) sucediendo a Francisco Díaz quien lo había sido entre 2015 y 2022 logrando publicar 24 números (del 89 al 112).

14. Primer (1989) y último (2023) libros publicados por Ediciones ARQ

Se ha asumido que 1980, año en que aparece el primer número de la revista ARQ, marca también el nacimiento de Ediciones ARQ de la cual la publicación periódica sería su primer producto y Montserrat Palmer su fundadora. Sin embargo, el primer libro propiamente dicho de la editorial (como Ediciones de la Universidad Católica de Chile) se publica en 1989: Arquitectura y modernidad en Chile, 1925-1965: una realidad múltiple, de Humberto Eliash y Manuel Moreno. Hoy cuenta con una colección compuesta de más de un centenar de números de ARQ, una treintena de títulos de la serie ARQ Docs y más de 100 libros en torno a la arquitectura, paisaje y urbanismo.

15. Los tres números publicados el año 2010 en que Montserrat Palmer deja la dirección de ARQ.

El año 2000 Montserrat Palmer es nombrada decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la PUC de Chile cargo que ejercerá hasta 2003, siendo la primera mujer en asumir dicha responsabilidad. En 2010, año en que deja la dirección de la revista y de la editorial, dejó también encaminados los tres números de la primera que estarían dedicados al “Ocio” (nº 74), “Casas” (nº 75) y “Día y noche” (nº 76) siendo sus portadas elaboradas por Roser Bru, destacada pintora y grabadora, quien las preparó especialmente según los temas programados. Le sucedería como editor de ARQ a partir del nº 77 y hasta el 88 (2011-2014) Patricio Mardones Hiche.

“Con su labor a cargo de las decisiones editoriales de la revista ARQ, Montserrat Palmer ayudó a modelar la agenda del discurso de la arquitectura contemporánea del país. Al proponer un tema e invitar a un grupo de participantes a contribuir con sus puntos de vista, la revista actuó como una incubadora de debates (…) Su trabajo editorial no se complació con consignar su postura, sino que invitó a su contraparte a tomar un rol activo en la discusión, de manera que cada quien desarrollara una opinión propia. Semejante fue su relación con los articulistas y entrevistados, a quienes proponía un tema para luego mantenerse al margen de la discusión. Sin embargo, el silencio de su voz en la revista es aparente, porque si bien no fue ella quien se explayó en las páginas de ARQ, ejerció su autoridad para decidir sobre qué se discutía y quién podía tomar la palabra. (…) Según el testimonio de colegas y alumnos, la capacidad desarrollada por ARQ para convertirse en un instrumento de reposicionamiento de la arquitectura chilena en el ámbito internacional estuvo fundada en la intuición y el ojo aguzado de su editora para reconocer el talento”.

16. Los tres números de ARQ enviados a la XII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU) de 2022 donde obtuvo el Premio “Publicaciones periódicas”.

Dicho legado, ha dejado una honda huella que a 14 años de su ausencia ha permitido mantener a ARQ en el importante sitial en el que se encuentra, desde donde obtuvo el Premio “Publicaciones periódicas” de la XII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU): Habitar al Margen (2022) por su calidad basada “en un fuerte énfasis en la reflexión, investigación, y difusión crítica de la producción arquitectónica contemporánea”. Los tres números presentados a la Bienal publicados durante 2020 y 2021, correspondientes a los 106 (“Coexistencia”), 107 (“20/21”) y 108 (“Vegetación”) expusieron “una preocupación especial por defender una posición y acoger puntos de vista que se ubiquen en los márgenes: prácticas alternativas, proyectos experimentales, historias del sur global, territorios invisibilizados, debates sociopolíticos futuros, entre otros”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 2, 4, 6, 8, 12, 13, 15 y 16. ARQ Ediciones (https://edicionesarq.bootic.net)

1. Hugo Mondragón y Bárbara Rozas. “Contra el olvido: la voz de Montserrat Palmer y el discurso de la arquitectura contemporánea en Chile”, Dearq, nº 23, septiembre de 2018 (https://www.redalyc.org/journal/3416/341667565003/html/)

3, 5, 7, 9, 10 y 11. Carolina Valenzuela. “100 portadas, 100 posibilidades”, revista ARQ, nº100, diciembre de 2018.

14. ArchDaily. A 20 años de la publicación del Libro «Arquitectura y Modernidad en Chile» (https://www.archdaily.cl/cl/02-22536/a-20-anos-de-la-publicacion-del-libro-arquitectura-y-modernidad-en-chile); y ARQ Ediciones (https://edicionesarq.com/ARQDocs-Ockman)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 409

Entre las revistas de arquitectura de mayor relevancia tanto en Argentina como en el resto de Latinoamérica se encuentra Summa. Considerada dentro del ámbito comercial, sigue a Nuestra Arquitectura, que circuló entre 1929 y 1986, como otra publicación periódica argentina exitosa en cuanto a regularidad: si esta alcanzó las 523 ediciones, aquella llegaría a las 300 entre abril de 1963 y finales de 1992. Sin embargo, existe la opinión generalizada de que Summa, en virtud de la línea editorial seguida, el abanico de proyectos que de ella se desprendieron, los debates que suscitó y el trecho que abarca, ocupa quizá el máximo escalón en cuanto a importancia para informar, referenciar y entender casi treinta años de pensamiento y praxis disciplinar del país sureño.

La creación de la revista se encuentra ligada a las figuras de los arquitectos Carlos Méndez Mosquera (1929-2009) y Adolfina Birute Vilcinskas (1930-2022), casados desde 1952, momento en que Adolfina (Lala) adopta el apellido de su marido con el que será desde entonces ampliamente conocida. Ambos para 1963 ya traían a cuestas una importante experiencia previa en el mundo editorial.

1. Carlos y Lala Méndez Mosquera, 1965, en sus oficinas de Cícero Publicidad.

Carlos, graduado en 1953 de la Universidad de Buenos Aires (UBA), desde muy temprano se vinculó con quienes se convertirían en protagonistas de la arquitectura argentina, como Horacio Baliero o Juan Manuel Borthagaray. De lo que se recoge en la página MODERNABUENOS AIRES (https://www.modernabuenosaires.org/arquitectos/carlos-mendez-mosquera): “Siendo estudiante estableció relaciones con el grupo de Arte Concreto, liderado por Tomás Maldonado, quién realizaba el diseño gráfico de la revista Ciclo. (…) En 1950 participó en la fundación de Axis, primera organización de comunicación integral, junto a Maldonado y Alfredo Hlito. Al año siguiente, el trío creó la revista Nueva Visión, un hito en la renovación de la arquitectura local y una avanzada en la formación de los campos novedosos del diseño gráfico e industrial en la Argentina; la editorial del mismo nombre se fundó en 1954, con el libro de Maldonado sobre Max Bill. En 1953, integró el grupo Harpa, estudio dedicado principalmente al diseño de muebles modernos, junto a los arquitectos Aubone, Aizenberg, Hardoy y Rey Pastor”. A su regreso de Europa después de graduado, donde conoció la obra de László Moholy-Nagy, “…fundó la Editorial Infinito y Cícero Publicidad, la empresa con la que continuó durante toda su vida. Desde entonces, se dedicó fundamentalmente a las tareas editoriales vinculadas al mundo del diseño, la arquitectura y la estética, a la publicidad y a la docencia universitaria”. Tras crear en 1963 la revista Summa en cuyos primeros números mostró una visión integral del diseño, “dejó la dirección en manos de su ex esposa Lala Méndez Mosquera, a partir de 1966, y se dedicó de lleno al diseño”.

Por su parte, Lala, quien a la larga se convertiría en la más importante editora argentina de arquitectura, estudia la carrera también en la UBA de donde egresa en 1957 y donde conoce a Carlos quien, como ya mencionamos, sería su marido. “A la par de sus estudios trabajó cinco años en la Editorial Abril en la edición de revistas de historietas”, encontramos en “LALA MÉNDEZ MOSQUERA 1930”, texto biográfico publicado el 13 de marzo de 2019 en el blog Un día/una arquitecta que nos apoyará a lo largo de la elaboración de esta nota. Luego, Lala acompaña a Carlos en la creación de Cícero Publicidad y Ediciones Infinito. Desde Cícero, en momentos de alta tensión entre las universidades y el gobierno, cuando muchos docentes debieron suspender su actividad y se acrecentaba el interés por gestar en el grupo de arquitectos, profesores universitarios y artistas, un proyecto editorial para difundir las vanguardias internacionales y la producción de América Latina, nace Summa, Revista de Arquitectura, tecnología y diseño, nombre que “marcaba una búsqueda de lo excelso –y su doble m, una diversión privada en familia-”, de la que Lala será directora desde 1966 hasta su cierre en 1992.

2. Índice y aviso promocional del nº 1 de la revista Summa, abril 1963.

Con un formato de 21,5 x 29,4 cms, en el contenido de su número 1 (abril 1963) se encontraban en Summa, entre otros, “La obra del arquitecto Eduardo Sacriste” y “Olivetti: dos nuevos diseños” así como los artículos “El caso contra la arquitectura moderna” de Lewis Mumford, “Arquitectura argentina, hoy” de Francisco Bullrich y “La prefabricación en la construcción” de Reinaldo Leiro. También se publicó una amplia reseña y la polémica sobre los resultados del primer concurso internacional organizado en Argentina: el del Edificio Peugeot (nunca construido) ganado por el estudio brasileño Aflalo/Gasperini, y aparecieron los resultados del concurso de anteproyectos para la construcción del edificio de la Biblioteca Nacional en Buenos Aires, cuyo primer premio recayó en el equipo conformado por Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga, y del Concurso nacional de anteproyectos para la sede del Jockey Club de la Ciudad de Buenos Aires ganado por el arquitecto Roberto Álvarez.

3. Portadas de los cuatro primeros 4 números de la revista Summa bajo la dirección de Carlos Méndez Mosquera.

Así, “los cuatro primeros números de Summa se hicieron en Cícero en dos años. Carlos sostuvo el motor creativo, dirigió el proyecto, ocupándose de lo económico (mientras) Lala estaba a cargo de la edición: formaba parte del planteo editorial, la visión, la dirección de arte, el diseño de la revista y la ponderación de los contenidos. Participaron como Directores Ejecutivos José A. Le Pera y Jorge Grisetti”.

En 1965, Lala decide renunciar a Cícero para tomar la dirección de la revista con la idea de transformarla en una publicación con mayor frecuencia de salida y desarrollar los mismos conceptos planteados en esos cuatros números iniciáticos. “No fue fácil para ella independizarse y comenzar su propio camino pero supo que era necesario para la supervivencia de la revista, que quedaba en segundo plano frente a las urgencias de la agencia”.

4. Primeros números publicados por Lala Méndez Mosquera como directora de Summa entre 1965 y 1969.
5. Evolución del diseño de la portada de Summa a partir del número 10.

Por tanto, a partir del nº 5 en nueva sede (ubicada en Viamonte 494 edificio del estudio OAM donde también se encontraba la librería Nueva Visión) y con el apoyo de Francisco Bullrich y Victoria Ocampo, Summa de la mano de Lala aumenta su periodicidad y alcance marcando el inicio de su segunda etapa. “Los 14 números siguientes, con Leonardo Aizenberg como secretario de redacción, incluyeron ediciones monográficas dedicadas a la Arquitectura Moderna en Argentina, Chile, México, Brasil y Uruguay, a temas de vivienda y a distintas tipologías”.

6. Parte de la colección de los Cuadernos Summa-Nueva Visión.

Desde 1969 y hasta 1976, la revista logra salir mensualmente y Lala, junto a su equipo editorial, “deciden dedicar la publicación principalmente a la producción arquitectónica nacional y latinoamericana reforzando su propuesta inicial. Por lo tanto, el material de arquitectura europea que llegaba a la editorial desde diversas fuentes … se vuelca en otras publicaciones como los Cuadernos Summa-Nueva Visión (dirigidos por Ernesto Katzenstein) ordenados en diferentes temas por directores invitados. (…) Paralelamente con el sello editorial Ediciones Summa se publican nuevas colecciones. En 1976, Marina Waisman comienza con la producción de la Colección Summarios, también centrada en temas internacionales. (…) Waisman también estuvo a cargo de la sección Summa-Historia, publicada desde 1974, donde analizaba la arquitectura americana desde la época de la Conquista hasta 1960. Esta sección fue editada y recopilada en forma de libro tres años después”.

7. Parte de la colección de Summarios.

Durante la tercera y última etapa de la editorial entre 1976 y 1992 Summa, salvo breves sobresaltos, logra mantener su periodicidad mensual y la editorial añade a sus productos en 1983 Summa-Temática de aparición trimestral, bajo la coordinación de Julio Cacciatore y Horacio Pozzo, y las ‘tapas homenajes’ (destinadas a dar cuenta de la obra de arquitectos de relevancia), igualmente a cargo de Cacciatore. “También durante este período, Lala decide ampliar la actividad de Summa no sólo a los productos editoriales: a partir de 1977, y desde la revista, propugna campañas públicas: ‘Summa invita a la preservación del Patrimonio histórico y urbano’, ‘Campaña en pro de la recuperación de las costas y los ríos para uso del hombre’, ‘Energía: ahorrar, no contaminar, investigar’ y ‘Preservación del Patrimonio’”. Esta última campaña comienza al cumplirse 25 años de Summa (1988) momento en que se decide cambiar la diagramación general y una foto de detalle pasa a la imagen de tapa. “También aquí Julio Cacciatore y Horacio Pozzo tomaron la continuidad de la sección”.

8. Parte de la colección Summa-Temática.
9. Publicidad elaborada por Cícero con motivo de los 15 años (nº 123) de la revista Summa (izquierda). Portada del número 248 especial del 25 aniversario, 1988 (derecha)

En 1992, Lala y su socia Susana Benedit, debieron cerrar su empresa por lo que la revista Summa y Ediciones Summa dejaron de existir a finales de aquel año.

10. Portadas de los primeros tres números (1993) de Summa+.

Al año siguiente (1993) bajo la dirección de Martha Magis y periodicidad bimestral es lanzada la revista Summa+, buscando mantener la continuidad y nivel de su predecesora, tras una idea que implicaba la apertura a todos los diseños en consonancia con el contexto del momento. En Summa+, que a la larga se ha consolidado como revista de arquitectura, Lala siguió su actividad como asesora, y desde 2006 también lo fue de otro producto editorial salido del mismo grupo: la revista Barzón centrada en el diseño gráfico y diseño de indumentaria. Lala,“por varios años continuó desarrollando su rol de editora de contenidos editoriales de arquitectura y diseño, además de enseñar y entrenar a jóvenes arquitectas y arquitectos que daban sus primeros pasos en el mundo de la comunicación de arquitectura”.

11. Portada de la revista Summa nº 259, marzo1989.

Convertida en objeto de culto, la colección de 300 números de Summa, ha servido para llevar a cabo innumerables trabajos de investigación que abarcan temas tan variados como su rol en la creación de un nuevo campo disciplinar, en la modernización y surgimiento de una vanguardia dentro de la arquitectura y el urbanismo argentinos, su papel innovador en el diseño gráfico o como plataforma para tender diversas miradas sobre la ciudad de Buenos Aires durante las décadas de los años 1960 y 1970.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1 y 11. udgba. Lala Méndez Mosquera (https://udgba.org.ar/lala-mendez-mosquera/)

2. Summa n1 (https://es.scribd.com/document/442274994/summa-n1); y Fundación IDA (https://www.instagram.com/fundacionida/p/CShSuwCjmAl/?img_index=2)

3, 4, 5, 6 y 7. Fundación IDA (https://www.instagram.com/fundacionida/p/CShSuwCjmAl/?img_index=2)

8. Un día/una arquitecta . LALA MÉNDEZ MOSQUERA 1930 (https://undiaunaarquitecta4.wordpress.com/2019/03/13/lala-mendez-mosquera-1930/)

9. Fundación IDA (https://www.instagram.com/fundacionida/p/CShSuwCjmAl/?img_index=2); y udgba. Lala Méndez Mosquera (https://udgba.org.ar/lala-mendez-mosquera/)

10. Biblioteca de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (UNLP) (http://www.biblio.fau.unlp.edu.ar/meran/opac-busquedasDB.pl?tipoAccion=BUSQUEDA_AVANZADA&autor=Spinetto,%20Horacio%20J.)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 377

La Revista Nacional de Cultura, la publicación periódica más longeva de nuestro país, ve la luz en noviembre de 1938 bajo la dirección del escritor, diplomático y académico Mariano Picón Salas (1901-1965), su fundador, con la firme intención de apuntalar los dos aspectos que su denominación recoge: lo nacional y lo cultural.

A escasos tres años de la muerte de Juan Vicente Gómez y en medio de un período donde lo político, puesto en cuarentena durante una larga dictadura de 27 años, copaba la escena, el editorial de su primer número hacía hincapié en la utilidad de una labor de reflexión bajo la convicción de sus promotores de que conocer más y mejor la tierra y el hombre venezolano eran indispensables para emprender cualquier empresa de transformación y progreso. Venezuela, como ya había expresado el propio Picón Salas, entraba al siglo XX con treinta y tantos años de retardo y anhelaba superar el largo tiempo perdido.

Se trataba, por tanto, de crear “un órgano de difusión libre del pensamiento, desde donde se pudiera adelantar esa búsqueda de lo venezolano, así como para servir de antena sensible a las corrientes culturales del Nuevo y el Viejo Mundo”, señalará Oscar Sambrano Urdaneta en la Introducción al importante tomo de índices de la Revista del número 1 al 150, en 1962.

1. Mariano Picón Salas (1901-1965)

El despertar de la conciencia civil, de las artes plásticas, las letras, la política y la sensibilidad nacional, transitaban en aquellos años “sin ninguna transición psíquica, de la modorra a la impaciencia”, diría Picón Salas en “Hace 25 años” texto publicado en el número 161 de la Revista dedicado a la celebración de su 25 aniversario (noviembre-diciembre, 1963). “En 1938 apenas comenzaban a formarse en Venezuela los equipos técnicos y expertos que ahora contribuyen a la planificación del Estado. Era preciso repicar y andar en la procesión. En los editoriales y en muchos artículos de la Revista Nacional de Cultura en sus primeros números, se guarda registro de la unánime preocupación nacional de entonces. Escribíamos sobre escuelas e inmigrantes, sobre humanización y aprovechamiento racional de nuestra abrumadora naturaleza. (…) Temas y tareas para grupos de técnicos. Pero era el momento, necesario y excitante, en que los escritores nos adelantábamos a abrir el camino de los especialistas”, expresará también Picón Salas en aquel artículo.

Iniciada su andadura bajo el auspicio del Ministerio de Educación Nacional de los aún denominados Estados Unidos de Venezuela, la Revista apareció en formato de 31 por 23 cms hasta el número 9 inclusive, mutando a 22,5 por 14 cms de allí en adelante. El cambio de año en su identificación lo marca el mes de noviembre ajustándose a la fecha de lanzamiento del primer número. El tiraje de aquellas primeras ediciones ha sido difícil de establecer, pero posteriormente fue incrementándose hasta sobrepasar los 15.000 ejemplares ya en los años 60. Su distribución siempre ha sido gratuita.

2. Tres de los números de la Revista Nacional de Cultura publicados bajo la dirección de Mariano Picón Salas cuando su periodicidad era mensual, siempre mostrando el Sumario en la portada. El 16 (derecha) sería el último editado por Picón.

En cuanto a su periodicidad, inicialmente fue mensual, manteniéndose así hasta el número 23 (octubre 1940) cuando pasará a ser bimensual, con leves alteraciones, hasta comienzos de 1979 (número 240). A partir de entonces saldrá cada tres meses hasta 2004 (nº 331), momento en el que entra en un período muy irregular que aún no ha sido superado. Basta señalar que desde 2004 hasta 2022 (18 años) cuando aparece el nº 347 (último del que tenemos noticias) se han publicado sólo 16 ejemplares.

El interés suscitado en sus comienzos por colaborar en su impulso se puede apreciar en el progresivo abultamiento de cada entrega de la Revista: si el número 1 partió con 41 páginas ya para el 11-12 que cierra su primer año (septiembre-octubre, 1939) contaba con 204. Entre los años 1960 y 1990 varias son las entregas que sobrepasan las 400 páginas.

Desde el inicio, la Revista Nacional de Cultura sirvió de tribuna para la aparición de diferentes géneros literarios que van desde la poesía, la narrativa y el ensayo al teatro pasando por la crítica. También dedicó buena parte de sus páginas a temas vinculados a la historia, la filosofía, la lingüística, la política, la antropología, la geografía, las artes plásticas y la biografía. Además, publicaba reseñas de revistas, anunciaba ciclos de conferencias, exposiciones, premios literarios y conciertos.

3. De izquierda a derecha: Luis Alfredo López Méndez (1901-1996), Marco Bontá (1889-1974) y Ramón Martín Durbán (1904-1968), importantes colaboradores en la calidad gráfica de la Revista Nacional de Cultura durante sus primeros años.

Sobre su primer número (cuya fresca portada engalana nuestra postal del día de hoy), Picón Salas comentará que se trató de “un trabajo artesano ya que para no abrumar de mayores gastos al Ministerio de Educación que la propiciaba, se imprimió en la imprentita de ensayo -para simple ejercicio de los alumnos- que había en la Escuela Técnica Industrial”. Y seguirá: “Lentamente aquel taller de prueba se iría ampliando y enriqueciendo de maquinaria gráfica. En las primeras entregas la revista no podía darse el lujo de pedir asistencia a las más elegantes prensas caraqueñas de la época, como la muy famosa ‘Litografía del Comercio’. El modestísimo presupuesto de impresión apenas alcanzaba al millar de bolívares. (…) Pero la aventura tipográfica que era la Revista en su comienzo, nos invitaba al placer de dibujarla y compaginarla, de inventarle tipos y viñetas. En aquellos trabajos nos acompañaron con su colaboración, destreza y consejos algunos artistas plásticos y dibujantes como López Méndez, Rafael Rivero y los chilenos Armando Lira y Marco Bontá. A la altura de 1939 o comienzos de 1940, hizo su aparición en Venezuela el insustituible Ramón Martín Durbán quien durante largos años y con suma generosidad, ha sido el magnífico ilustrador de la literatura venezolana; el que iluminó con la fina caligrafía de sus dibujos los libros de poetas y escritores”.

El índice de aquella primera aparición, clara muestra de los objetivos trazados que hemos mencionado, recoge el siguiente material: Ensayo:Papel de la cultura y misión del intelectual en el momento venezolano” de Ramón Díaz Sánchez; Ensayo: “Trayectoria del pensamiento venezolano” de Mariano Picón Salas; “Estampa venezolana: Tormenta a José Rafael Pocaterrra” de Ángel Miguel Queremel; “Investigaciones y alumnos en la escuela de Artes Plásticas”; Poesía-Literatura: “Para terminar con la poesía” de Pierre Reverdy; El relato venezolano: “Viva Santos Lobos” de Pedro Sotillo; Literatura: “Hacia un posible asilo de renunciación” de Luis Fernando Álvarez; Literatura: “Tu encuentro en la muerte de los colores” de José Ramón Heredia; Exploraciones: “Una Venezuela inmensa, lejana y desconocida. Por tierras de la alta Guayana. Diez minutos con el explorador Félix Cardona”; Historia: “Durante la colonia signos de vitalidad histórica” de Eloy G. González; Poesía-Literatura: “El Drama artístico de Andrés Bello: Ciclo de poesía venezolana” de Edoardo Crema; Crónica: “La provincia venezolana y sus poetas. Sergio Medina en el paisaje aragüeño”; Crónica-Artes Visuales: “Exposiciones de Pedro Centeno Vallenilla”; Crónica-Artes Visuales: “Exposición de Marco Bontá”.

Entre los factores que pudieron contribuir a la creación y éxito de la revista sería oportuno considerar el vacío cultural que dejó la desaparición en 1932 de Cultura venezolana, dirigida desde 1918 por Ángel Guruceaga, debiéndose añadir como contraparte que desde enero de 1935 circuló otra revista mensual titulada Cultura Nacional “revista literaria y científica” dirigida por José Manuel Núñez Ponte.

4. Dos importantes números de la Revista Nacional de Cultura de su etapa bimestral: el 150 (izquierda) que en enero-febrero de 1962 recogió todos los índices de la publicación desde el nº1; y el 161 (derecha) de noviembre-diciembre de 1963 cuando se cumplían 25 años de su creación.
5. Cuatro de los directores de la Revista Nacional de Cultura. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Juan Bautista Plaza (1898-1965) sep. 1944-feb. 1946; Ramón Díaz Sánchez (1903-1968) 1950-1952; Simón Alberto Consalvi (1927-2013) ene. 1967-mar. 1969; y Vicente Gerbasi (1913-1992) abr. 1971-nov. 1973.
6. De izquierda a derecha: Pedro Francisco Lizardo, Gustavo Pereira, Sael Ibáñez y Antonio Trujillo también directores en su momento de la Revista.

Picón Salas dirigiría la Revista hasta el número 16 (febrero-marzo de 1940). Le sucederían nombres de la talla de: José Nucete Sardi, Juan Bautista Plaza, José Manuel Siso Martínez,Elisa Elvira Zuloaga, Luis Alfredo López Méndez, Ramón Díaz Sánchez, Manuel F. Rugeles, Arturo Croce, José Luis Salcedo Bastardo, Simón Alberto Consalvi, Gloria Stolk y Vicente Gerbasi. Luego vendrán, entre otros, Manuel Felipe Rugeles, Pedro Francisco Lizardo, Carlos Noguera y Gustavo Pereira, y de la información que hemos podido recabar se pueden mencionar como directores de las últimas etapas a Sael Ibáñez y Antonio Trujillo.

7. Cambios producidos en el diseño de la portada de la Revista Nacional de Cultura
durante la segunda mitad del siglo XX.

Como ya adelantamos, con el transcurrir de los años la Revista no sólo presentó variaciones en su formato sino también en los criterios gráficos que regían la tipografía y la manera como se presentaba su nombre en la portada. Siempre se contó en el interior de sus páginas con la aportación de importantes artistas nacionales que ocasionalmente ocuparon la carátula. Su adscripción en el tiempo pasó de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación Nacional (1938-1949) a la Dirección de Cultura y Bellas Artes (1949-1964), continuando hacia el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes -INCIBA- (1965-1975) hasta el Consejo Nacional de la Cultura -CONAC- (1975-2005). A partir de entonces, cuando se detecta mayor irregularidad en su periodicidad, quedó a cargo del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y se comenzó a editar con la colaboración de El Perro y la Rana, Monte Ávila Editores y Biblioteca Ayacucho.

8. La Revista Nacional de Cultura en lo que va del siglo XXI. A la derecha el último número que hemos podido ubicar (347) de abril de 2022.

Será en marzo de 1996 cuando con el patrocinio del CONAC, de la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICIT), se daría inicio a la recuperación electrónica de la publicación. Seis años más tarde la prensa recogerá cómo “el 26 de enero de 2002, coincidiendo con el 101 aniversario del nacimiento de Don Mariano Picón Salas (…), la Fundación CELARG realizó la presentación de dos CD-ROM. El primero de ellos reproduce desde el Nº 1 (noviembre de 1938), hasta el Nº 50 (mayo – junio de 1945). El segundo contiene desde el Nº 51 (julio – agosto de 1945) hasta el Nº 100 (septiembre – octubre de 1953). Además de la reproducción total de los textos de los primeros 100 números, la Revista en su versión electrónica cuenta con los perfiles biográficos actualizados de 374 autores (dentro de un total de 574); unos veinte mil enlaces que contemplan ventanas emergentes de diverso tipo y función, y 1.676 ilustraciones”. En 2018 con motivo de la celebración de los 80 años de la Revista se retomó, con el apoyo de la Biblioteca Nacional, el proyecto de digitalización que abarcaría hasta el número 344 sin que sepamos si se concluyó. Testigo de excepción del acontecer cultural del país registrado en sus miles de páginas, el próximo mes de noviembre la Revista Nacional de Cultura cumplirá 85 años de creada. Esperamos que no sólo se celebre tan importante fecha, sino que se le brinde todo el apoyo necesario por mantener una continuidad que sin duda merece y la siga mostrando como ilustre excepción que confirma la regla que ha regido las publicaciones culturales del país.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. https://vueltaacasasrp.wixsite.com/vueltaa/revista-nacional-de-cultura

  1. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/picon_salas.htm

2, 4, 7 y 8. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. http://vereda.ula.ve/wiki_artevenezolano/index.php/L%C3%B3pez_M%C3%A9ndez,_Luis_Alfredo, https://elpensador.io/la-negritud-en-la-obra-artistica-de-marco-bonta-costa/ y https://connombreyapellidos.es/victima/durban-bielsa-ramon-martin/

5. https://www.facebook.com/efemeridesmusica/posts/2872355209447530/?locale=es_LA, https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/diaz_sanchez.htm, http://robodebronce.com/project/busto-de-simon-alberto-consalvi/ y https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Gerbasi

6. https://avp6.wordpress.com/pedro-francisco-lizardo-%E2%80%A0/, https://www.poesi.as/Gustavo_Pereira.htm, https://www.eluniversal.com/entretenimiento/78267/muerte-de-sael-ibanez-deja-un-vacio-en-el-medio-literario-venezolano y https://poesiavzla.wordpress.com/2021/02/19/antonio-trujillo/