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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 176

La avenida General Rafael Urdaneta es una de las primeras operaciones de renovación urbana en Caracas, producto de los planes de modernización de la ciudad impulsados por el régimen del entonces coronel Marcos Pérez Jiménez bajo la doctrina del “Nuevo Ideal Nacional”.

Su trazado se ejecuta sobre el eje de la que anteriormente era conocida como la avenida Este-Oeste 1, la cual se ensancha con la intención de incorporar de forma determinante el automóvil al centro de la ciudad lo que supuso la sustitución de las viejas estructuras tradicionales por edificios que apuntaban a la verticalidad y, por añadidura, la alteración morfológica que la continuidad de las fachadas de aquellas expresaban como configuradoras del espacio urbano por el de la sucesión de objetos aislados que caracterizará a éstos últimos.

Nace la idea de este ensanche de la conjunción de diversos mecanismos normativos que desde las primeras décadas del siglo XX empezaron a mostrar interés por regular las intervenciones en el centro de Caracas, tanto en lo edificado como en lo vial, de las cuales vale la pena resaltar: la Ordenanza de Policía Urbana y rural de 1929, sustituida en 1942 por la Ordenanza General de Arquitectura, Urbanismo y Construcción (donde participó el urbanista francés Maurice Rotival trayendo algunas ideas procedentes del Plan Monumental elaborado en 1939); y el Plan Municipal de Vialidad de 1951, junto a su posterior desarrollo a través del Plano Regulador de Caracas. Ordenanzas y Plano de Zonificación de 1953 y su siguiente versión de 1958, sumándose un nuevo plan para la densificación del centro de la ciudad (1969), contando los tres últimos con la participación del urbanista californiano Francis Violich.

1. Vialidad proyectada y construida. Gobernación del Distrito Federal-Dirección de Obras Municipales. Plan Municipal de Vialidad. 1951
2. Tipos de vías. Plan de vialidad de Caracas. 1953

Así, no deja de ser interesante encontrar cómo durante el proceso de gestación de lo que sería la avenida Urdaneta, ya en la Ordenanza de 1942 se permitiera para el eje de la Este-Oeste 1 la construcción de edificios de hasta ocho pisos que debían contemplar la realización futura del ensanche, garantizando para él una sección acorde a los 26 metros que tendría. Tampoco es secundaria la consideración de dicho eje como uno de los de mayor importancia (uno de los 9 «imprescindibles») dentro del Plan de Vialidad de 1951 donde funge de conector con la ruta al Litoral Central, tal y como se revela en la entrevista hecha por Juan José Martín Frechilla a Pedro Pablo Azpúrua (Director de Obras Municipales e Ingeniero Municipal para la época) en Diálogos reconstruidos para una historia de la Caracas moderna (2004). En definitiva, junto a las avenidas Bolívar, Baralt, Fuerzas Armadas, Lecuna y México, la Urdaneta formó parte del sistema central propuesto por el Plano Regulador de Caracas de 1951.

3. Izquierda: Trabajos de demolición previos a la inauguración de la avenida Urdaneta. Derecha: Fotografía tomada el 29 de noviembre de 1953 durante el acto de inauguración de la avenida Urdaneta
4. Primera páginas del diario La Esfera recogiendo la noticia de la inauguración de la avenida Urdaneta
5. Diversas vistas de la avenida Urdaneta en fechas cercanas a su inauguración (1953)

Para conocer la manera cómo desde el régimen se entendió la apertura de la avenida Urdaneta, inaugurada el 29 de noviembre de 1953, y a la vez obtener una clara descripción de los trabajos realizados, nada mejor que transcribir lo que aparece en la publicación Venezuela bajo el Nuevo Ideal Nacional 1952-1954. Realizaciones durante el gobierno del Coronel Marcos Pérez Jiménez, editada por el Servicio Informativo Venezolano (1954): «La Avenida Urdaneta es una de las más importantes obras que el Gobierno Nacional ha llevado a cabo a través de la Gobernación del Distrito Federal. Une la Avenida Sucre, situada a la entrada del Litoral, con la Avenida Andrés Bello, en la cual se inician las urbanizaciones residenciales del Este atravesando el corazón de la ciudad.

La construcción de esta Avenida puso de manifiesto la perfecta coordinación de las entidades nacionales y municipales que intervinieron en el desarrollo de los trabajos, hasta el punto de que fue posible realizarla en solo 120 días, no obstante tener dos kilómetros de longitud y 26 metros de anchura y estar dotada de todas las instalaciones que exige la moderna técnica urbana. Para transformar las angostas callejuelas que antes existían en esta gran arteria fue necesario llevar a acabo más de 250 demoliciones, realizar difíciles trabajos de nivelación, instalar tuberías paralelas para cloacas, acueducto, luz, teléfonos, semáforos, etc. La Avenida tiene 70 bocas de visita, 14 sótanos de transformación y 290 banquillos. 
La Avenida Urdaneta es sin duda alguna la obra más rápidamente construida en los últimos años y también una de las que más ha contribuido a transformar la fisonomía de la capital Venezolana”.

6. Arriba: Edificio del Ministerio de Fomento (Carlos Guinand Sandoz, 1934-35). Abajo izquierda: En primer plano, la segunda sede del Banco Central de Venezuela -demolida- (Gustavo Wallis, 1943). Derecha: Tramo de la acera norte de la avenida Urdaneta. A mitad de cuadra el Edificio Phelps (Clifford Wendehack, 1946)
7. Edificio de la Academia de Bellas Artes (Alejandro Chataing, 1903)

Una vez concluida la avenida Urdaneta, los habitantes de la capital descubrieron nuevas perspectivas urbanas, algunas de ellas que revitalizaron edificios existentes, tales como el Correo de Carmelitas, edificación colonial cuya construcción se remontaba a 1781 y que había sido remodelada a fondo en 1932. Otro fue el hermoso edificio del Ministerio de Fomento (1934-1935), obra de Carlos Guinand Sandoz, el cual enaltece con sus fachadas la avenida y la esquina de Carmelitas. También cobraron un nuevo brillo los edificios Phelps (1946, Clifford Wendehack), Karam (1949, Arthur Guy Mayger), Pan American (1952, Emery Roth & Sons), la segunda sede del Banco Central de Venezuela (1943, Gustavo Wallis), la Santa Capilla (1883, Juan Hurtado Manrique), la Academia de Bellas Artes (1903, Alejandro Chataing) y, siendo el asiento del Poder Ejecutivo, el Palacio de Miraflores (1884, Giussepe Orsi).

Lamentablemente, entre las casas que fueron demolidas con el trazado de esta avenida estaban dos de inmenso valor patrimonial para nuestra historia: la Casa de Don Juan de Vegas y Bertodano, Contador de la Real Hacienda, la cual había sido construida en 1783 donde funcionó el célebre Colegio Chaves desde 1842; y la Casa de Don Felipe de Llaguno, comerciante en cacao y añil, construida en 1785, la cual fue sede del Museo de Arte Colonial desde 1942 hasta su demolición.

8. Izquierda: patio interior de la casa de Don Juan de Vegas (1783) donde funcionaba el Colegio Chaves desde 1842. Derecha: Fachada de las casas de Don Juan de Vegas (1783) y de Don Felipe de Llaguno (1785)
9. Propuesta del arquitecto Leopoldo Martínez Olavarría presentada por el Ministerio de Obras Públicas para salvar las casas de Don Juan de Vegas (Colegio Chaves) y de Don Felipe de Llaguno (Museo de Arte Colonial)
10. Situación en la que quedaron las casas ocupadas por el Colegio Chaves y el Museo de Arte Colonial luego de la ampliación de la avenida Urdaneta

Sin lugar a dudas, es el episodio correspondiente a la demolición de las dos casas mencionadas el que causó mayor revuelo y del que más se ha escrito vinculado a la construcción de la avenida Urdaneta. Consideradas, como señala Carlos F. Duarte en “El triste epílogo”, texto con que finaliza Las casas de Don Juan de Vegas y de Don Felipe de Llaguno. Dos edificaciones emblemáticas de la Caracas del siglo XVIII (2012), basado en la opinión de “destacados arquitectos e historiadores venezolanos y extranjeros”, como las dos piezas “de mayor calidad artística del período hispánico venezolano”, a sabiendas de que ya el Plan Municipal de 1946 anunciaba que las obras para ampliar la avenida Este-Oeste 1 afectarían los dos inmuebles, el proyecto vial se continuó desarrollando y con ello su inexorable sacrificio.

En la medida que se acercaba el momento de ejecutar la obra surgieron innumerables alegatos y solicitudes de voces calificadas, plasmadas en la prensa del momento, alertando sobre el despropósito que se cometería, lo cual provocó que el Ministerio de Obras Públicas presentara “una propuesta del arquitecto Leopoldo Martínez Olavarría, en septiembre de 1951, en la que se mostraba una alternativa para desviar la avenida y salvar así las dos casas”, la cual fue desestimada por el propio presidente de la Junta de Gobierno, Marcos Pérez Jiménez.

Sobre la reacción del dictador existen dos versiones: la proveniente del testimonio de Pedro Pablo Azpúrua, quien luego de explicar cómo tras elaborar un informe (avalado con la propuesta de Martínez Olavarría donde señala que también participaron él mismo, Cipriano Domínguez y Willy Ossott) en el que como Director de Obras Municipales se opone a la demolición de las dos casas en cuestión, toma la decisión (quizás errónea) de enviárselo a Pérez Jiménez obteniendo como respuesta la siguiente “ ‘Qué se ha creído Pedro Pablo, ¿qué él me va a dar órdenes a mí…, esta noche lo tumbo’, y lo tumbaron en la noche con el Servicio de Ingeniería Militar. Esa es la verdad, lo demás es cuento.”.

La otra versión, que para Azpúrua seguramente “es cuento”, la recoge Oscar Tenreiro en la “Conversación con el general (R) Marcos Pérez Jiménez, en su residencia de Madrid, el día 5 de febrero de 1995”, aparecida en la revista Ciudad de ese mismo año: “…déjeme decirle lo que ocurrió cuando nosotros decidimos demoler muchas casas en el centro para la construcción de la Ave. Urdaneta. A mí me lo criticaron muchas veces, pero yo, en estos casos, después de haber estudiado juiciosamente, con detenimiento, el problema, si no me daban unos argumentos superiores a los míos yo mantenía mi punto de vista. Resulta que en Caracas había una casa donde había funcionado el Colegio Chaves. Recuerdo que Gerardo Sansón, eso era en la época de la Junta Militar (1948) llevó el proyecto de la Avenida y dejaba al centro, como en una isla, al Colegio Chaves pasando una vía por un lado y la otra por el otro. Yo. después de estudiar la cuestión, le dije a mis compañeros de Junta, esto no es posible, porque hay dos razones para dejar una edificación: que tenga valor arquitectónico, número uno; o que tenga valor histórico, número dos. Si no hay esas dos cosas, no hay por qué interrumpir la rectitud de una Avenida por dejar algo atravesado que ni vale arquitectónicamente (sic) ni tiene credenciales históricas para su permanencia allí. Entonces le dije a Sansón, usted elimina esto…le di mis razones…porque ellos habían venido a la reunión con el propósito de salvar al Colegio Chaves. Y resulta que el Colegio Chaves había tenido reformas, de manera que no era ni siquiera la construcción original.”. Salvo algunas imprecisiones producto de que lo hace desde sus recuerdos, la respuesta de Pérez Jiménez habla por sí sola y no merece mayores comentarios sobre las atribuciones que se daba y la manera como razonaba.

Finalmente la demolición se llevó a cabo en mayo de 1953 sin honrarse siquiera los montos de las correspondientes expropiaciones y pese a una última señal de esperanza que surgió cuando a Willy Ossott se le encargó, a finales de 1952, el levantamiento detallado de las casas ofreciéndose reconstruirlas en otro lugar de la ciudad.

11. Izquierda: Avenida Urdaneta, Caracas. Tratamiento de piso de la acera frente al Banco Central de Venezuela. Derecha: Playa de Copacabana, Río de Janeiro. Tratamiento de piso.
12. Avenida Urdaneta. Izquierda: Edificio sede del diario El Universal (Bernardo Borges, Francisco Pimentel y George Wilkie, 1969). Derecha: Edificio sede del Banco Central de Venezuela (Tomás José Sanabria, 1960-67)

El hecho es que la avenida Urdaneta, cuyos elementos complementarios incluían entre otros un sistema de iluminación constituido por una doble fila de farolas de hierro colado de dos y cinco lámparas que colaboraban a dar, junto al comercio, la imagen nocturna y cosmopolita que recoge nuestra postal del día de hoy, amén de un tratamiento para las aceras con mosaicos vitrificados formado por motivos en blanco y negro que recordaban de forma lejana el de las amplias calzadas peatonales de la playa de Copacabana en Río de Janeiro, pasó a ser un vía de intenso tráfico y alta vitalidad urbana. Así mismo, la crónica oficial no tardó en hacer notar que en los lotes que quedaron libres con las demoliciones se fueron levantado nuevos edificios casi simultáneamente, afirmando que luego de seis meses de la fecha de la inauguración de la avenida, el 30% de los solares vacíos ya contaban con “edificaciones que hacen honor a la arquitectura venezolana¨.

13. Demolición de aceras en la avenida Urdaneta, 2018

Hoy nos encontramos con que la Urdaneta es una avenida degradada, con trabajos de sustitución del pavimento de sus aceras hechos sin mayor cuidado y supervisión y sin lograrse desalojar los innumerables kioskos que las ocupan, convirtiéndose en caminar por allí en toda una peripecia. Las nuevas ordenanzas posteriores a 1958 permitieron acrecentar su densidad y porcentajes de construcción instalándose nuevos y muy valiosos edificios privados e institucionales (dos de ellos premios nacionales de arquitectura: el Banco Central de Venezuela, Tomás José Sanabria, 1960-67; y la sede del diario El Universal, Bernardo Borges, Francisco Pimentel y George Wilkie, 1969, que ya forman parte del acervo patrimonial de la ciudad moderna.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 2. Juan José Martín Frechilla. Diálogos reconstruidos para una historia de la Caracas moderna, 2004

3, 4, 5, 6 y 7. Colección Crono Arquitectura Venezuela

8, 9 y 10. Carlos Duarte. Las casas de don Juan de Vegas y de don Felipe Llaguno, 2012

11 y 13. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

12. Iván González Viso, María Isabel Peña y Federico Vegas. Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, 2015

¿SABÍA USTED…

… que en 1993, hace ya 25 años, durante la gestión de José Antonio Abreu como Presidente del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), se concluye la recuperación y restauración del Teatro El Paraíso?

1. Casa Sindical, Enrique García Maldonado,1954. Vista de la fachada principal de la edificación en fechas cercanas a su terminación

El teatro, ubicado en la avenida Santander de la urbanización El Paraíso, fue diseñado originalmente como auditorio de la Casa Sindical, obra del arquitecto Enrique García Maldonado (1905-1990), edificación terminada de construir en 1954 por el Ministerio de Obras Públicas (realizada a caballo entre las gestiones de Luis Eduardo Chataing y Julio Bacalao Lara al frente del despacho), dentro de la política emprendida por el Ministerio del Trabajo (encabezado por Carlos Tinoco Rodil) de levantar sedes para centralizar las actividades y recreación de la clase trabajadora a lo largo del país, enmarcada a su vez en el Nuevo Ideal Nacional propugnado por el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez.

2. “El nuevo Teatro de El Paraíso”, reseña elaborada por Guuillermo Barrios aparecida en el nº 56 de Arquitectura HOY el 16 de abril de 1994

Tal y como señala Guillermo Barrios en “El nuevo Teatro de El Paraíso”, reseña aparecida en Arquitectura HOY el 16 de abril de 1994: “La aparición de la Casa Sindical y de su teatro anexo, erigidos sin mayores alardes arquitectónicos -pero apegados a los criterios de lineareidad y pureza de los dogmas en boga- en terrenos flanqueados por El Paraíso y la avenida San Martín (y unidos funcionalmente al área de influencia de esta última), forma parte de este proceso de cambio crítico que se operaba no sólo en el plano urbano sino en la sociedad venezolana de principios de los 50”.

3. Casa Sindical, Enrique García Maldonado,1954. Dibujo (circa1953)

Por otro lado, en lo referido a su localización, la Memoria y Cuenta del MOP del año 1952 recoge: “La ubicación del edificio es tal que en lo posible queda equidistante de los lugares que habitan las masas obreras y de fácil acceso a todas ellas. Sin embargo, se ha desplazado del centro de la ciudad para evitar posibles perturbaciones en la circulación”. Pero, tal y como se señala en “Enrique García Maldonado: entre el olvido y la persistencia de la modernidad venezolana”, ponencia presentada en la Trienal de Investigación FAU 2011 por Lorenzo González, Orlando Marín y María Moleiro, “la decisión de tal escogencia tuvo, aparte de la disponibilidad de un terreno de suficiente superficie (…), razones de carácter estratégico y también de carácter representativo, que pueden asociarse al proceso de nivelación social que se pretendía para la clase obrera, las cuales recuerdan las empleadas por el mismo Pérez Jiménez en relación con la creación del Círculo Militar, previsto para dotar al estamento militar de instalaciones que superasen a las del Country Club. En este sentido, Vallenilla Lanz dijo escuchar a Pérez Jiménez expresarse de la siguiente manera: En Caracas me he fijado en un terreno vecino al “Club Paraíso”. Llena las condiciones necesarias. Además, tiene un valor simbólico. El local de los asalariados será infinitamente mejor que el de los ricos. El 18 de Octubre de 1945, la multitud saqueó el “Club Paraíso”. La próxima vez serán los miembros de esta asociación quienes cargarán con el mobiliario de la Casa Sindical. (Vallenilla Lanz, Laureano. Escrito de memoria, 1961: p. 196)”.

4. Casa Sindical, Enrique García Maldonado,1954. Arriba izquierda: Implantación. Arriba derecha: Vista del estado reciente. Abajo Vista de la fachada posterior

Así, el conjunto proyectado por García Maldonado (perteneciente a la generación del 28, quien revalida en 1936 su título obtenido en el exilio en la Ecole Spéciale des Travaux Publics de París, uno de los fundadores de la Sociedad Venezolana de Arquitectos en 1945, y otro importante profesional al que se le debe un justo reconocimiento por su obra realizada -que tiene en la ponencia ya citada un importante cimiento-), contempló en sus 6.200 m2 de construcción lo siguiente: el teatro propiamente dicho con un aforo de 728 puestos entre platea y mezzanina, áreas sociales, piscina, restaurante, áreas de usos múltiples, áreas administrativas, zonas verdes, estacionamiento, habitaciones para huéspedes, con sus respectivos servicios, todo lo cual lo convirtió durante muchos años en sitio predilecto de recreación urbana de los trabajadores y de reuniones y asambleas del movimiento obrero.
Como tantos edificios de valor dentro de la ciudad la Casa Sindical a lo largo de casi 40 años cayó paulatinamente en el abandono producto del descuido y falta de mantenimiento. En el intervalo, tal y como señala Barrios, la vida útil de su teatro “que llegó a congregar a la inteligencia de la escena local, dada sus alabadas virtudes técnicas, no se extendió por muchos años. Ya a principios de los 60 se había consagrado a las agotadoras asambleas sindicales y, al igual que en el resto del edificio, el abrumador desgaste de la falta de rumbo de nuestra clase sindical se hizo presente. En la década de los 70 devino en el ‘Cine Impacto’, uniendo su infortunio al resto de las salas de Caracas que no se habían refugiado en los insurgentes shopping centers”.

5. Casa Sindical, Enrique García Maldonado,1954. Izquierda: Hall del teatro luego de la restauración de 1993. Derecha: Cúpula que cubre el hall del teatro luego de la restauración de 1993

La recuperación completa a la que se sometió el teatro en 1992 “en medio del auge de las salas de cine … constituye un hecho singular”. Los trabajos, teniendo como norte la restitución del uso de los espacios originales, apuntaron a la restauración de los acabados y materiales (frisos, pinturas, maderas, luminarias, pasamanos), la sustitución de los elementos de aluminio de las fachadas, de las instalaciones eléctricas y sanitarias, la modernización de la tramoya, así como una fuerte intervención en las áreas exteriores. Su aforo quedó finalmente en 450 puestos a lo que se suman cuatro salones para reuniones: uno para 400 personas, dos para 150 y una para 100.

Al concluirse su restauración y recuperación luego de un año de arduos trabajos, el teatro fue entregado para convertirse en la Sede del Teatro Profesional de Venezuela llegando a ser considerado el segundo más importante de Latinoamérica y el primero del país.

El proyecto integral fue realizado por el arquitecto Pedro Wilmer Guédez Rojo, quien contó con la participación de las empresas constructoras: OMNIUM (ing. Leopoldo Márquez); BEN y SAM Construcciones (ing. José Garcé); PHASEAUDIO (ing. Antonio Violano); y AG7 Arquitectos Constructores (arq. Leonor Montero).

6. Casa Sindical, Enrique García Maldonado,1954. Vistas interiores del teatro

Para el momento el Teatro Profesional de Venezuela estaba presidido por José Ignacio Cabrujas, con Iraida Tapias como Directora General y Moisés Guevara Director de Programación y Producción, lográndose desarrollar durante años importantes programas culturales a nivel metropolitano. Actualmente, la Casa Sindical de El Paraíso es la Sede Central del INCRET (Instituto Nacional de Capacitación y Recreación de los Trabajadores) y tanto ella como su teatro requieren con urgencia que se les vuelva a tomar en cuenta. El deterioro se ha apoderado de nuevo de sus instalaciones.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Venezuela up-to-date, vol. 7, nº 4, 1956

2. Arquitectura HOY, nº 56, 16 de abril de 1994

3. Memoria y Cuenta del Ministerio de Obras Públicas, 1953

4. Arriba izquierda: Foto tomada de Google Earth. Arriba derecha. https://vigilantessocialistas.blogspot.com/2009/09/si-al-rescate-de-la-casa-sindical.html. Abajo: Venezuela Bajo el Nuevo Ideal Nacional, Imprenta Nacional, 1955

5. https://mariafsigillo.blogspot.com/2012/03/la-casa-sindical-del-paraiso.html

6. https://vigilantessocialistas.blogspot.com/2009/09/si-al-rescate-de-la-casa-sindical.html

1952• Inauguración de la «Exposición Objetiva Nacional. 1948-1952»

Exposición Objetiva Nacional.jpg

1952•  Una semana antes de celebrarse las primeras elecciones nacionales, luego del golpe militar que derrocó al Presidente Rómulo Gallegos en 1948, la Junta Militar que gobernaba al país, presidida por el Dr. Germán Suárez Flamerich,  organiza e inaugura el 22 de noviembre, en los espacios que definen la Plaza Diego Ibarra del Centro Simón Bolívar, «La Exposición Objetiva Nacional. 1948-1952».
Dicha exhibición buscaba destacar los logros de esa Junta Militar entre 1948 y 1952 y promover a Marcos Pérez Jiménez como el candidato idóneo para gobernar nuestro país.
La muestra que ocupó más de 2.000 m2 en tres niveles de la Plaza, describía nuestra cultura, bondades geográficas, climáticas y riquezas naturales (flora y fauna). También incluyó temas como la alfabetización, la inmigración, la construcción, educación y deporte, sin omitir, por supuesto, lo militar, todo presentado a través de murales, 250 maquetas, fotografías, equipos y vehículos (camiones y vehículos importados).
El tercer nivel de la exhibición se le dedicó al Ministerio de la Defensa, incluyendo muestras de las Fuerzas Armadas, Fuerzas Terrestres, Fuerzas Aéreas, Servicios Militares, Servicio Militar Obligatorio, Cuarteles Militares, Polícia Militar.
Todos los murales, 1.000 metros de ellos, fueron realizados por artistas en su mayoría venezolanos: Elbano Méndez Osuna (1918-1973); Rafael Rosales (1908-1962), Ramón Vázquez Brito (1927), Manuel Vicente Gómez (1918) y el español Ramón Martín Durbán (1904-1968).
Una obra importante colocada en un punto central de la exposición, al aire libre, fue la escultura de una figura femenina alusiva a la patria denominada «Venezuela Progresa».
La obra que recordaba a un mascarón de proa que avanzaba hacia el futuro en procura del «Nuevo Ideal Nacional», fue creada por el artista zuliano Ramón Quintero Roldán, quien años después llegaría a ser el primer director del Museo Arturo Michelena (MAM).
La exposición estuvo montada muy poco tiempo, desapareciendo la escultura sin conocerse su destino.

HVH