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1. Primera página del Manifiesto de la Arquitectura Futurista. Antonio Sant’Elia. Imprenta Taveggia. Milán. 11 de julio de 1914.

Manifiesto de la Arquitectura Futurista

Antonio Sant’Elia

1914

Considerado uno de los movimientos de vanguardia más influyentes y que más temprano apareció en el siglo XX, el Futurismo nace el otoño de 1908 de la mano del poeta, escritor, dramaturgo y editor italiano Filippo Tommaso Marinetti (Alejandría, Egipto, 22 de diciembre de 1876-Bellagio, Como, 2 de diciembre de 1944).

Marinetti, hijo de un importante abogado lombardo que se ocupaba de los intereses legales de las empresas involucradas en la construcción y explotación del Canal de Suez, se graduó de abogado en la Universidad de Génova el año 1899, pero la muerte prematura de su hermano mayor y de su madre hacen que abandone todo por la literatura.

2. Filippo Tammaso Marinetti (1876-1944).

Como señala Sonia Cappellini en “Manifesto del futurismo di Marinetti: testo, analisi e commento”, publicado en https://www.studenti.it., su intuición de que “hay un mundo por ahí que pulsa, que ruge, que produce” donde además brilla el “universo de la industria, las máquinas, la energía, la electricidad…” el cual la poesía no puede ignorar “si no quiere permanecer cerrada en una dimensión estéril, envejecida, lejos de la vida”, lo llevará a canalizar su insatisfacción con lo que ofrece la escena europea de principios del siglo XX. Marinetti venía, además, arropado por la dimensión onírica, fantástica y soñada que él mismo se había construido a partir del simbolismo, corriente muy crítica con la realidad que por entonces dominaba el mundo de la literatura y en particular el de la poesía.

3. Portada correspondiente a los números 9-10-11-12, octubre 1907-enero 1908 de la revista Poesía fundada por Marinetti en 1905. Sería dirigida por el, Vitaliano Ponti, Sem Benelli hasta el nº 3-4-5 de 1906 cuando asumirá la dirección en solitario. La revista alcanzó los 31 números y fue publicada mensualmente en Milán de 1905 a 1909.

Es así como, tras fundar en 1905 la revista internacional Poesía donde aparecieron sus escritos críticos, pero también sus obras (todas ellas en francés), Marinetti en los números 9-10-11-12 que van de octubre de 1907 a enero de 1908 (Año III) publica el poema en prosa «La mortiente le volant» que se inspira en las carreras de coches de Brescia, “verdadero punto de inflexión, aquel en el que tiene la brillante intuición de la velocidad, de la emoción del riesgo”, que recoge en una palabra: futurismo, con la que bautiza un movimiento que rechazó el pasado, exaltó la era industrial y celebró la velocidad, la maquinaria, la violencia, la juventud y la industria, abogando por la modernización y el rejuvenecimiento cultural de Italia.

4. «Le Futurisme» y “Manifeste du futurisme” publicados en el diario parisino Le Figaro el 20 de febrero 1909.
5. Portada de los números 3-4-5-6, abril-julio de 1909, de la revista Poesía dedicada por completo al Futurismo y su manifiesto.
6. Portada del nº VI de la revista madrileña Prometeo (1909) donde se publicaría la primera traducción al español del Manifiesto Futurista.

El manifiesto que sienta las bases del Futurismo aparece publicado por primera vez como prefacio de un volumen de poemas de Marinetti, editado en Milán en enero de 1909, y obtendría una amplia difusión al aparecer en las páginas del periódico italiano Gazzetta dell’Emilia en Bolonia el 5 de febrero de 1909, y luego en francés como “Manifeste du futurisme” en el diario parisino Le Figaro el 20 de febrero 1909. Así, “la capital francesa es elegida como plataforma para el lanzamiento internacional del nuevo movimiento cultural y el francés, por supuesto, es el idioma elegido para que esta proclama sea escuchada e incluida en todo el mundo moderno: los que hablan son sí italianos pero italianos a la vanguardia”, acotará Sonia Cappellini. Posteriormente, la penúltima edición de Poesía (ya convertida en órgano oficial del movimiento), que agrupa los números 3-4-5-6 correspondiente a los meses de abril, mayo, junio y julio de 1909, se dedicaría completamente al Futurismo y su manifiesto. Las versiones italiana y francesa fueron reimpresas en marzo de 1912 junto con la versión en inglés, y en abril de 1909, la revista Prometeo, con sede en Madrid, publicaría la traducción al español realizada por Ramón Gómez de la Serna.

7. Izquierda: Declaración de la independencia de los Estados Unidos de América (4 de julio de 1776). Derecha: Portada de la primera edición del Manifiesto Comunista (febrero de 1848) publicada en Londres.

Recordemos que “manifiesto” procede del latín manifestum, que significa claro, evidente. Pasa de adjetivo a sustantivo al ser aplicado a todo “escrito en que se hace pública declaración de doctrinas, propósitos o programas” (DRAE) y comienza a ser utilizado en política en el siglo XVI para exponer propuestas que implican un cambio radical respecto a cualquier orden imperante. Aquel formato, que evolucionará teniendo como episodios de gran importancia las declaraciones de independencia de nuevas naciones y, como ejemplo paradigmático, la aparición en 1848 del Manifiesto Comunista, atraerá la atención de los artistas de vanguardia de comienzos del siglo XX interesados en romper con el pasado y las convenciones y proponer nuevos medios de expresión.

8. «Parole in libertà (palabra en libertad), concepto central del futurismo italiano, se refiere a una forma radical de utilizar el lenguaje, liberándolo de las estructuras sintácticas y gramaticales tradicionales, con el objetivo de crear una experiencia literaria y visual más dinámica y expresiva. Izquierda: Marinetti, Filippo Tommaso e altri, Parole consonanti vocali numeri in libertà. Dal volume di prossima pubblicazione “I paroliberi futuristi”. Milano, 11 febbraio 1915. Derecha: Marinetti, Filippo Tommaso, Zang Tumb Tumb. Adrianopoli Ottobre 1912. Parole in libertà. Edizioni Futuriste di Poesia. Milano 1914. Ejemplo clave de «palabras en libertad» que describe el asedio de Adrianópolis durante la Guerra de los Balcanes, utilizando sonidos onomatopéyicos y una disposición tipográfica innovadora para evocar la experiencia de la guerra.

Así, siguiendo las pautas que regían el espíritu y formato de todo manifiesto, el redactado por Marinetti expresa la voluntad de ruptura con la tradición artística del pasado y su capacidad para crear un nuevo mundo completamente distinto, donde se produce un claro trasvase que va de la interpretación del espíritu del tiempo al arte, con la mediación de la política muchas veces trastocada en ideología. Sin embargo, cabe destacar que pese al tono provocador y talante rupturista y agresivo que ofrece el manifiesto futurista en su afán por involucrar a toda la sociedad, no descuida el mostrar las ideas e intereses de una manera sencilla, clara y rotunda.

9. Junio 1915. Los futuristas italianos fotografiados en Gallarate tras alistarse como voluntarios en el Battaglione Lombardo Ciclisti (Batallón de ciclistas lombardos) durante la Primera Guerra Mundial. De izquierda a derecha: Umberto Boccioni, Ugo Piatti, Filuppo Tommaso Marinetti, Mario Sironi y Antonio Sant’Elia. De ellos, Boccioni y Sant’Elia no regresarían tras morir el año siguiente en el frente. Sant’Elia fallecería «en combate en Monfalcone», al mando de sus hombres del 225.º Regimiento de Infantería de la Brigada «Arezzo», lugar al que fue asignado al desmantelarse el Batallón de ciclistas.

Los puntos programáticos, la parte más famosa y de más impacto del texto, ofrecen, utilizando un lenguaje fuerte, sugerente y altamente provocador, por un lado, un claro entusiasmo por el futuro y la tecnología planteando que la cultura y los mitos del pasado deben ser sustituidos por los mitos de la modernidad (se plantea, por ejemplo, la demolición de museos y bibliotecas); y, por el otro, «la glorificación de la guerra -única higiene del mundo-, el militarismo, el patriotismo y el gesto destructor de los anarquistas», lo cual hará que muchos de los integrantes del movimiento participen (y algunos fallezcan) en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y que una vez finalizada ésta se produzca una afinidad programática con los postulados que dan origen al fascismo y se vea con buenos ojos el ascenso al poder de Mussolini, un hombre nuevo y fuerte, que puede llevar a Italia a la cima.

Más allá de que la idea inicial de Marinetti está dirigida esencialmente al rejuvenecimiento del lenguaje poético, el primer manifiesto no contiene indicaciones concretas sobre las nuevas formas de expresión que deben nacer. Sin embargo, su oratoria y su capacidad de liderazgo pronto atraerán a artistas de otros sectores, e irían naciendo secciones futuristas tales como: poesía, pintura, música, escultura, acción femenina, arte del ruido, arquitectura, teatro y política, la mayoría con su propio manifiesto programático y manifiesto técnico.

10. Pintura futurista. Izquierda: Umberto Boccioni, Elasticidad, 1912. Derecha arriba: Luigi Russolo, Dinamismo de un automóvil, 1913. Derecha abajo: Umberto Boccioni, Dinamismo de un ciclista, 1913.

En tal sentido, los primeros que se manifestarían serían “sus compañeros pintores, y no es casualidad que inmediatamente después del ‘Manifiesto Técnico de la Pintura Futurista’ (1910) se difunda a través de un folleto, firmado por Umberto Boccioni, Carlo D. Carrà, Luigi Russolo, Giacomo Balla y Gino Severini, seguidos de las primeras exposiciones futuristas en Roma y por supuesto en París”, precisará Sonia Cappellini.

11. Manifiestos del movimiento futurista. Como ningún otro, el futurismo, impulsado por Marinetti, utilizó el formato del manifiesto como medio de expresión de sus ideas.
12. Los futuristas italianos Luigi Russolo, Carlo Carrà, Filippo Tommaso Marinetti, Umberto Boccioni y Gino Severini en frente de Le Figaro, en París, el 9 de febrero de 1912.

Luego seguirán, entre otros: el Manifiesto de los Músicos Futuristas (B. Pratella. 11 de enero de 1911); el Manifiesto de la mujer futurista (Respuesta a F. T. Marinetti de parte de Valentine de Saint-Point a lo planteado en los puntos IX y X del manifiesto futurista. 25 de marzo 1912); el Manifiesto técnico de la Escultura Futurista (U. Boccioni. 11 de abril de 1912); el Manifiesto técnico de la Literatura Futurista (F. T. Marinetti. 11 de mayo de 1912); el Manifiesto de la Arquitectura Futurista (Antonio Sant’Elia. 11 de julio de 1914); el Teatro Sintético Futurista (F. T. Marinetti, E. Settimelli, B. Corra. 18 de febrero de 1915); y el Manifiesto de la Danza Futurista (F. T. Marinetti. 8 de julio de 1917). A ello se debe sumar el Programa político Futurista (F. T. Marinetti, U. Boccioni, C.D. Carrá y L. Russolo. 11 de octubre de 1913).

Teniendo al primer manifiesto como modelo, clara influencia para movimientos posteriores (específicamente para el surrealismo y los vanguardistas rusos), se considera que él, junto a los otros textos escritos por Marinetti y firmados por los adherentes, son su mejor producto literario.

13. Antonio Sant’Elia (1888-1916).

Con este amplio preámbulo como referencia, nos corresponde entender la aparición del ya citado Manifiesto de la Arquitectura Futurista, reconocido bajo la autoría del arquitecto y urbanista Antonio Sant’Elia (Como, 30 de abril de 1888-caído en Monfalcone, 10 de octubre de 1916).

De Antonio Sant’Elia sabemos, siguiendo a Wikipedia, que fue «Hijo de Luigi Sant’Elia (barbero) y Cristina Panzillo, en 1905 se tituló como capomastro (maestro constructor), en su ciudad natal, y al año siguiente finalizó la ‘Escuela de Artes de Oficios G. Castellini’. Se trasladó a Milán en 1907 donde frecuentó la Academia de Bellas Artes de Brera hasta 1909. En dicho ambiente conoció a los pintores Carlo Carrà y Leonardo Dudreville».

También que «En 1912 aprobó el examen que lo facultó como profesor de Diseño Arquitectónico, lo cual le habilitó para impartir clases en Bolonia. En dicho año, junto a G. Possamai formó el grupo Nuove Tendenze. A partir de 1913 comenzó a ejercer la docencia en Bolonia, y junto a un amigo abrió un estudio en Milán».

Anatxu Zabalbeascoa y Javier Rodríguez Marcos, quienes incluyeron a Sant’Elia como parte del libro Vidas construidas, biografías de arquitectos (1998), comentarán: «Muy temprana fue su fama y gracias a los coloreados dibujos de volúmenes sin ventanas ni puertas llegó a iniciar carrera política. Torpe con las teorías y muy parco con las palabras, aparte del manifiesto para la arquitectura futurista, no dejó escrito más que alguna postal enviada a su sufrida madre desde la vanguardia del regimiento. Un tiro en la frente en plena línea de fuego haría desaparecer al hombre y nacer al personaje. Un legado escaso, contradictorio y mudo sería suficiente para edificar su misterio. Antonio
Sant’Elia murió sin aplacar la curiosidad que sus extraños trabajos despertaban. Había vivido 28 años, el tiempo justo para convertirse en un mito».

14. Cuatro de los dibujos presentados por Antonio Sant’Elia para La Città Nuova en la exposición colectiva del Gruppo Nuove Tendenze (febrero a junio de 1914).

Considerado como el cierre de las grandes proclamas futuristas, el dedicado a la arquitectura nace a raíz del montaje de una exposición de dibujos y planos para una “Ciudad nueva” (La Città Nuova) que los jóvenes arquitectos Antonio Sant’Elia y Mario Chiattone presentaron en la exposición colectiva del Gruppo Nuove Tendenze en la sede de la Famiglia Artistica Milanese de febrero a junio de 1914. Con ellos, bajo la influencia de la Secesión vienesa, especialmente la de Otto Wagner, así como el impacto del rascacielos estadounidense, buscaban expresar la creación de una ciudad moderna, dinámica y mecanizada, que incorporara nuevas tipologías arquitectónicas y estructuras urbanas.

La presentación de los dibujos de Sant’Elia en la muestra estuvo acompañada de un texto de su autoría repleto de ideas radicales, que posteriormente se convertiría en el prefacio de un catálogo publicado el 11 de julio de 1914 (un mes después del cierre de la exhibición y diecisiete días antes de que el imperio Austro-Húngaro declarara la guerra a Serbia), bajo el título de “Manifiesto de la arquitectura futurista”. Para entonces, los planteamientos de Sant’Elia ya habían sido reinterpretados por Marinetti quien, valga decirlo, hacía cuatro meses había lanzado su escrito titulado “El esplendor de la geometría y de la mecánica y la sensibilidad de los números”, nos recordará Ulrich Conrads en la introducción que hace al texto publicado en Programas y manifiestos de la arquitectura del siglo XX (1964, versión al español de 1973).

Por otro lado, en “Introduzione al Manifesto dell’Architettura Futurista” publicado en la página https://eng.antoniosantelia.org, encontramos como “La repentina publicación del Manifiesto de la Arquitectura Futurista en un folleto impreso por la imprenta milanesa Taveggia, en un formato estándar a cuatro caras como todos los demás textos de propaganda del futurismo, sorprendió a todos los colegas artistas y amigos de Sant’Elia, especialmente a quienes lo habían acompañado en la exposición del Gruppo Nuove Tendenze. (…) En particular, el principal animador del Grupo, el pintor Leonardo Dudreville, consideró la decisión de Sant’Elia una auténtica traición, mientras que Giulio Ulisse Arata, sincero admirador del joven arquitecto y cofundador del Grupo, no dudó en publicar una crítica tajante del Manifiesto, considerándolo irrealista y libresco (en Pagine d’arte, Milán, n.º 14, 30 de agosto 1914)”. La mano de Marinetti, sin duda, se encontraba detrás de esta afrenta.

15. Las cuatro páginas que conforman la publicación que contiene el Manifiesto futurista, editado por la imprenta milanesa Taveggia.

Como ya adelantamos, las inéditas partes inicial y final y algunas frases y palabras adicionales fueron incorporadas posteriormente al texto originalmente elaborado por Sant’Elia. Sin embargo, pese a ello mantuvo el riguroso formato de los manifiestos futuristas, “estructurados según una precisa lógica propagandística: una premisa que propone los temas del caso, una exposición programática en tono lapidario con un destacado gráfico de las frases más significativas, una conclusión contundente que contiene una serie de principios a implementar (‘queremos, proclamamos, afirmamos, etc.’). La adaptación al formato del manifiesto/proclamación no oculta la heterogeneidad de los escritos de diferentes editoriales, pertenecientes a colaboradores amistosos llamados por el propio arquitecto como redactores. Las ideas son, sin duda, todas de la misma matriz santeliana, pero los autores que las han traducido, en el borrador de compleja caracterización literaria, difieren en estilo: enfáticos en los pasajes atribuidos al crítico de arte, galerista y escritor Mario Buggelli, más controlados en los párrafos compuestos para Nuove Tendenze por el historiador de arte Ugo Nebbia, mientras que la intervención final de Marinetti, asistido por su secretario Decio Cinti, un experto lingüista, parece ciertamente más apropiada para la función del documento programático. Son responsables de las correcciones, cambios y añadidos al texto original basados en las tesis futuristas revolucionarias, como la afirmación de que ‘las casas durarán menos que nosotros, cada generación tendrá que construir su propia ciudad’, refutada —sin exigir, sin embargo, su cancelación— por el propio Sant’Elia, según el testimonio de Carrà”. En todo caso , en vista de la participación de otros autores quienes incorporaron algunos párrafos y palabras al texto original, en la transcripción que haremos dichas «intromisiones» aparecerán en cursivas.

Sea como sea, el manifiesto propone, en total sintonía con los postulados futuristas, una visión radical de la arquitectura, basada en la tecnología, la velocidad y la dinámica, en contraste con la tradición y la ornamentación excesiva. Sant’Elia buscaba una arquitectura que reflejara el espíritu de la era moderna, con sus máquinas, ciudades y la velocidad de la vida urbana.

16. Originales de dos de los dibujos que acompañaron la publicación del Manifiesto de la arquitectura futurista que mostraban «La Citta Futurista». Izquierda: Edificio con ascensores exteriores, galería, pasaje cubierto, en 3 niveles viales (línea de tranvía, camino para automóviles, pasarela metálica), faros y telegrafía inalámbrica. Derecha: Aeropuerto y estación de tren, con funiculares y ascensores, en 3 niveles de calle.

La declaración tiene como puntos más destacados: el rechazo a la arquitectura tradicional y a toda arquitectura del pasado, considerándola obsoleta para la era moderna; la valoración de la tecnología y las máquinas como elementos fundamentales de la arquitectura del futuro, invitando a la innovación y al uso de nuevos materiales como el acero, el hormigón armado y el vidrio; el énfasis en la importancia de la dinámica y el movimiento en la arquitectura, buscando formas fluidas, líneas oblicuas y el uso de materiales que permitan la expresión de la velocidad y la energía; la consideración de la arquitectura no sólo como un arte funcional, sino también como una síntesis entre la estética y la tecnología, con la intención de que sea a la vez hermosa y útil; el repudio de la decoración como algo superpuesto a la arquitectura planteando que el valor decorativo debe provenir del uso de materiales originales, colores y la disposición novedoso de los elementos; y la concepción de la ciudad como un organismo en constante evolución, que debe estar conformada por una arquitectura que se adapte a las necesidades cambiantes de la sociedad.

17. Originales de dos de los dibujos que acompañaron la publicación el Manifiesto de la arquitectura futurista que mostraban «La Citta Futurista». Izquierda: Casa adosada con ascensores desde 4 plantas de calle. Derecha: Calle secundaria para peatones, con ascensores en el medio.

La lectura del manifiesto que a continuación transcribimos completo, sin duda nos permitirá encontrar el porqué tuvo una influencia tan significativa e inspiradora en el desarrollo del Movimiento Moderno, manteniendo una vigencia que perdura hasta nuestros días.

Esperamos lo disfruten.

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MANIFIESTO DE LA ARQUITECTURA FUTURISTA

Después del siglo XVIII la arquitectura dejó de existir. A la mezcla destartalada de los más variados estilos que se utiliza para disfrazar el esqueleto de la casa moderna se le llama arquitectura moderna. La belleza novedosa del cemento y del hierro es profanada con la superposición de carnavalescas incrustaciones decorativas que ni las necesidades constructivas ni nuestro gusto justifican, y que se originan en la antigüedad egipcia, india o bizantina o en aquel alucinante auge de idiotez e impotencia que llamamos neo-clasicismo.

En Italia se aceptan estas rufianerías arquitectónicas y se hace pasar la rapaz incompetencia extranjera por genial invención, por arquitectura novísima. Los jóvenes arquitectos italianos (los que aprenden originalidad escudriñando clandestinamente publicaciones de arte) hacen gala de su talento en los nuevos barrios de nuestras ciudades, donde una alegre ensalada de columnitas ojivales, grandes hojas barrocas, arcos góticos apuntados, pilares egipcios, volutas rococó, amorcillos renacentistas, rechonchas cariátides presume de estilo seriamente y hace ostentación de sus aires monumentales. El caleidoscópico aparecer y desaparecer de las formas, el multiplicarse de las máquinas y las crecientes necesidades impuestas por la rapidez de las comunicaciones, por la aglomeración de la gente, por la higiene y por otros cientos de fenómenos de la vida moderna no dan ningún quebradero de cabeza a estos autollamados renovadores de la arquitectura. Con los preceptos de Vitrubio, de Vignola y de Sansovino en la mano, más algún que otro librillo de arquitectura alemana, insisten tozudos en reproducir la imagen de la imbecilidad secular en nuestras ciudades, que deberían, por el contrario, ser la proyección fiel e inmediata de nosotros mismos.

De esa manera, este arte expresivo y sintético se ha convertido, en sus manos, en un ejercicio estilístico vacío, en un revoltijo de fórmulas malamente amontonadas para camuflar de edificio moderno al mismo contenedor de piedra y ladrillo inspirado en el pasado. Como si nosotros, acumuladores y generadores de movimiento, con nuestras prolongaciones mecánicas, con el ruido y la velocidad de nuestra vida, pudiéramos vivir en las mismas casas, en las mismas calles construidas para las necesidades de los hombres de hace cuatro, cinco o seis siglos.

Ésta es la suprema idiotez de la arquitectura moderna, que se repite por la complicidad mercantil de las academias, domicilios forzados de la inteligencia, en las que se obliga a los jóvenes a copiar onanísticamente los modelos clásicos, en lugar de abrir del todo su mente a la búsqueda de los límites y la solución del nuevo y acuciante problema: la casa y la ciudad futuristas. La casa y la ciudad espiritual y materialmente nuestras, en las cuales nuestra agitación pueda desarrollarse sin parecer un grotesco anacronismo.

El problema de la arquitectura futurista no es un problema de readaptación lineal. No se trata de encontrar nuevas formas, nuevos perfiles de puertas y ventanas, ni de sustituir columnas, pilares, ménsulas con cariátides, moscones y ranas. Es decir, no se trata de dejar la fachada de ladrillo visto, de revocarla o de forrarla de piedra, ni de marcar diferencias formales entre el edificio nuevo y el antiguo, sino de crear ex-novo la casa futurista, de construirla con todos los recursos de la ciencia y de la técnica, satisfaciendo noblemente cualquier necesidad de nuestras costumbres y de nuestro espíritu, pisoteando todo lo que es grotesco, pesado y antitético a nosotros (tradición, estilo, estética, proporción), creando nuevas formas, nuevas líneas, una nueva armonía de contornos y de volúmenes, una arquitectura que encuentre su justificación sólo en las condiciones especiales de la vida moderna y que encuentre correspondencia como valor estético en nuestra sensibilidad. Esta arquitectura no puede someterse a ninguna ley de continuidad histórica. Debe ser nueva, como nuevo es nuestro estado de ánimo.

El arte de construir ha podido evolucionar en el tiempo, y pasar de un estilo a otro manteniendo inalterados los atributos generales de la arquitectura, porque en la historia son frecuentes los cambios de la moda y los que produce la sucesión de religiones y regímenes políticos. Pero son rarísimas las causas de cambios profundos en el entorno, las causas que rompen y renuevan, como el descubrimiento de ciertas leyes naturales, el perfeccionamiento de los medios mecánicos y el uso racional y científico del material.

El proceso consecuente de desarrollo estilístico de la arquitectura se detiene en la vida moderna. La arquitectura se separa de la tradición. Se comienza necesariamente de cero.

El cálculo de la resistencia de los materiales, el uso del hormigón armado y del hierro excluyen la «arquitectura» entendida en el sentido clásico y tradicional. Los modernos materiales de construcción y nuestros conocimientos científicos no se prestan en absoluto a la disciplina de los estilos históricos y son la causa principal del aspecto grotesco de las construcciones «a la moda» en las que se pretende conseguir de la ligereza, de la soberbia agilidad de la viga y de la fragilidad del cemento armado la pesada curva de un arco y el aspecto macizo de un mármol.

La formidable antítesis entre el mundo moderno y el antiguo está determinada por todo lo que antes no existía. Han entrado en nuestras vidas elementos que los hombres antiguos ni siquiera podían imaginar. Se han producido situaciones materiales y han aparecido actitudes del espíritu que repercuten con mil efectos distintos, el primero de todo la formación de un nuevo ideal de belleza todavía oscuro y embrionario, pero que ya ejerce su atracción en la multitud. Hemos perdido el sentido de lo monumental, de lo pesado, de lo estático, y hemos enriquecido nuestra sensibilidad con el gusto por lo ligero, lo práctico, lo efímero y lo veloz. Percibimos que ya no somos los hombres de las catedrales, de los palacios y de los edificios públicos, sino de los grandes hoteles, de las estaciones de ferrocarril, de las carreteras inmensas, de los puertos colosales, de los mercados cubiertos, de las galerías luminosas, de las líneas rectas, de los saludables vaciados.

Nosotros debemos inventar y volver a fabricar la ciudad futurista como una inmensa obra tumultuosa, ágil, móvil, dinámica en cada una de sus partes, y la casa futurista será similar a una gigantesca máquina. Los ascensores no estarán escondidos como tenias en los huecos de escalera, sino que éstas, ya inútiles, serán eliminadas y los ascensores treparán por las fachadas como serpientes de hierro y cristal. La casa de cemento, cristal y hierro, sin pintura ni escultura, bella sólo por la belleza natural de sus líneas y de sus relieves, extraordinariamente fea en su mecánica sencillez, tan alta y ancha como es necesario y no como prescriben las ordenanzas municipales, debe erigirse en el borde de un abismo tumultuoso, la calle, que ya no correrá como un felpudo delante de las porterías, sino que se construirá bajo tierra en varios niveles, recibiendo el tráfico metropolitano y comunicándose a través de pasarelas metálicas y rapidísimas cintas transportadoras.

Hay que eliminar lo decorativo. El problema de la arquitectura futurista no debe solucionarse hurtando fotografías de la China, de Persia y de Japón, o embobándose con las reglas de Vitrubio, sino a base de intuiciones geniales acompañadas de la experiencia científica y técnica. Todo debe ser revolucionado. Deben aprovecharse las cubiertas y los sótanos, hay que reducir la importancia de las fachadas, trasladar los problemas del buen gusto del ámbito de la formita, el capitelito, el portalito, al campo más amplio de las grandes agrupaciones de masas, de la amplia distribución de las plantas del edificio. Basta ya de arquitectura monumental fúnebre y conmemorativa. Deshagámonos de monumentos, aceras, soportales y escalinatas; soterremos las calles y las plazas; elevemos el nivel de las ciudades.

YO COMBATO Y DESPRECIO:

1.Toda la pseudo-arquitectura de vanguardia, austríaca, húngara, alemana y norteamericana;

2.– Toda la arquitectura clásica, solemne, hierática, escenográfica, decorativa, monumental, agraciada y agradable;

3.– El embalsamamiento, la reconstrucción, la reproducción de los monumentos y los palacios antiguos;

4.– Las líneas perpendiculares y horizontales, las formas cúbicas y piramidales, que son estáticas, pesadas, oprimentes y absolutamente ajenas a nuestra novísima sensibilidad;

5.– El uso de materiales macizos, voluminosos, duraderos, anticuados y costosos.

Y PROCLAMO:

1.– Que la arquitectura futurista es la arquitectura del cálculo, de la audacia temeraria y de la sencillez; la arquitectura del hormigón armado, del hierro, del cristal, del cartón, de la fibra textil y de todos los sustitutos de la madera, de la piedra y del ladrillo, que permiten obtener la máxima elasticidad y ligereza;

2.– Que la arquitectura futurista, sin embargo, no es una árida combinación de practicidad y utilidad, sino que sigue siendo arte, es decir, síntesis y expresión;

3.Que las líneas oblicuas y las líneas elípticas son dinámicas, que por su propia naturaleza poseen un poder expresivo mil veces superior al de las líneas horizontales y perpendiculares, y que sin ellas no puede existir una arquitectura dinámicamente integradora;

4.– Que la decoración, como algo superpuesto a la arquitectura, es un absurdo, y que sólo del uso y de la disposición original del material bruto o visto o violentamente coloreado depende el valor decorativo de la arquitectura futurista;

5.– Que, al igual que los hombres antiguos se inspiraron, para su arte, en los elementos de la naturaleza, nosotros – material y espiritualmente artificiales – debemos encontrar esa inspiración en los elementos del novísimo mundo mecánico que hemos creado y del que la arquitectura debe ser la expresión más hermosa, la síntesis más completa, la integración artística más eficaz;

6.Que la arquitectura como arte de distribuir las formas de los edificios según criterios preestablecidos está acabada;

7.Que por arquitectura debe entenderse el esfuerzo por armonizar con libertad y gran audacia el entorno y el hombre, es decir, por convertir el mundo de las cosas en una proyección directa del mundo del espíritu;

8.De una arquitectura así concebida no puede nacer ningún habito plástico y lineal, porque los caracteres fundamentales de la arquitectura futurista serán la caducidad y la transitoriedad. Las casas durarán menos que nosotros. Cada generación deberá fabricarse su ciudad. Esta constante renovación del entorno arquitectónico contribuirá a la victoria del Futurismo que ya se impone con las Palabras en libertad, el Dinamismo plástico, la Música sin cuadratura y el Arte de los ruidos, y por el que luchamos sin tregua contra la cobarde prolongación del pasado.

Antonio Sant’Elia

Arquitecto

Dirección del Movimiento Futurista, Milán, 11 de julio de 1914

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Wikipedia. Manifesto dell’architettura futurista (https://it.wikipedia.org/wiki/Manifesto_dell%27architettura_futurista)

2. Edizioni GOG (https://www.gogedizioni.it/autori/filippo-tommaso-marinetti/)

3. THE DAILY HELLER (https://www.printmag.com/daily-heller/marinettis-pre-futurism/)

4. Wikipedia. Manifiesto futurista (https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_futurista)

5. El rebost de Mr. Cairo (https://elrebostdemistercairo.blogspot.com/2014/12/penultim-numero-de-poesia-la-revista-de.html)

6. Los manifiestos de la nueva literatura (https://losmanifiestos.com/Los-manifiestos)

7. World History Encyclopedia (https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2411/declaracion-de-independencia-de-los-estados-unidos/); y Wikipedia. Manifiesto del Partido Comunista (https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_del_Partido_Comunista#/media/Archivo:Communist-manifesto.png)

8. artnet (https://www.artnet.com/artists/filippo-tommaso-marinetti/marinetti-parole-consonanti-vocali-numeri-in-rxMG21cJA5U4NHr3GhGScA2); y Vallejo & Co. (https://www.vallejoandcompany.com/2014/03/21/poeta-net-asunto-diotima-dichoso-ser/)

9. WIKIMEDIA COMMONS (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Marinetti_Sant%27Elia_Sironi_Boccioni.jpg)

10. EPdLP (https://www.epdlp.com/cuadro.php?id=57); Wikipedia. Futurismo (https://es.wikipedia.org/wiki/Futurismo); y Futurismo (https://concepto.de/futurismo/)

11. PROA (https://www.proa.org/esp/exhibition-el-universo-futurista-manifiestos.php)

12. Wikipedia. Futurismo (https://es.wikipedia.org/wiki/Futurismo)

13. Wikipedia. Antonio Sant’Elia (https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Sant%27Elia)

14, 16 y 17. Recordando a Antonio Sant’Elia (https://www.archdaily.cl/cl/02-19575/recordando-a-antonio-sant%25e2%2580%2599elia?ad_medium=gallery)

15. Fondazione Memofonte (https://www.memofonte.it/files/Progetti/Futurismo/Manifesti/I/66.pdf)

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1. ManifIesto Realista (Реалистический манифест) de Naum Gabo y Antoine Pevsner. Moscú, 1920.

Manifiesto Realista

Naum Gabo y Antoine Pevsner

1920

No cabe duda de que los primeros 20 años del pasado siglo XX fueron realmente agitados y a la vez trascendentales para el devenir artístico y arquitectónico del resto de los 80 que faltaban por transcurrir. Un breve y somero repaso permite detectar cómo en fecha tan temprana como 1907, tras concluir Pablo Picasso el lienzo “Las Señoritas de Aviñón”, se da inicio al cubismo movimiento que marcará la ruptura definitiva con la pintura tradicional. Dos años más tarde, el 5 de febrero de 1909, Filippo Tommaso Marinetti, redactó el “Manifiesto del Futurismo”, corriente artística directamente vinculada al cubismo en cuanto a su vocación de ruptura con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte, y que verá cómo en 1914, de la mano de Antonio Sant’Elia, encontrará una derivación en el “Manifiesto de la arquitectura futurista”.

Por otro lado, en 1910, Frank Lloyd Wright viaja a Alemania para supervisar la publicación de la primera edición de sus obras completas (también conocida como el Wasmuth Portfolio) y continuó explorando la arquitectura orgánica en Estados Unidos, y en 1913 Adolf Loos publica Ornamento y delito. En 1915 Kazimir Malévich realiza la obra “Cuadrado negro sobre fondo blanco” y redacta el “Manifiesto Suprematista” buscando dejar sentada “la supremacía de la sensibilidad pura en las artes figurativas” y la posibilidad de expresarla a través de la abstracción geométrica. En 1918 De Stijl publica su primer manifiesto y ese mismo año Charles-Edouard Jeanneret y Amédée Ozenfant lanzan Après le Cubisme (“Después del cubismo”) exponiendo las bases doctrinarias del purismo. Walter Gropius en 1919 redactaría el “Programa de la Staatliches Bauhaus en Weimar”, manifiesto fundacional de la célebre escuela de arquitectura de la cual sería su primer director.

2. Viena. 2 de julio de 1914. Funeral del Archiduque de Austria Francisco Fernando y su esposa, asesinados en Sarajevo, evento que marcó el inicio de la Primera Guerra Mundial.

A todas estas, dos importantes acontecimientos políticos se dan cita en aquellos años: la I Guerra Mundial también conocida como “La Gran Guerra” estalla en julio de 1914 tras el asesinato el mes anterior en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando de Austria, prolongándose hasta noviembre de 1918; y, en 1917, con el inicio del movimiento que determinó la caída del zar Nicolas II en febrero y la instauración de un Gobierno Provisional, se desarrollará un proceso que derivó en el derrocamiento en noviembre de dicho Gobierno y la toma del poder por parte del partido bolchevique, dirigido por Vladímir Lenin, y los trabajadores y soldados de Petrogrado, conocida como Revolución de Octubre o Revolución Bolchevique.

3. Petrogrado. 7 de noviembre de 1917. El asalto al Palacio de Invierno, sede del Gobierno Provisional, representó el hito simbólico más potente de la revolución de octubre.

Si por un lado el arte se vio convulsionado por los movimientos de vanguardia que buscaban dejar de mirar al pasado, por el otro, los aires revolucionarios procedentes de Rusia prometían la creación de un clima igualmente de ruptura, en donde la posibilidad de pensar en un mundo nuevo ofrecía a los artistas un territorio fértil para poner en marcha sus propuestas y colocarlas al servicio de la revolución triunfante, donde era necesario educar a las masas, aumentar la producción y destruir las premisas culturales del Antiguo Régimen.

4. Número 1 de la revista G (julio 1923), impresa en Berlín por Hans Richter, en la que se reprodujo un breve extracto del «Manifiesto Realista».

En medio de ese clima que auspiciaba, en principio, un debate cultural abierto y el desarrollo del trabajo creativo y experimental, y que se manifestó en una pluralidad de tendencias, Antoine Pevsner (1884-1962) y su hermano Naum Neemia Pevsner (1890-1977), quien adoptó el nombre artístico de “Naum Gabo”, difunden en Moscú, mediante panfletos, el 5 de marzo de 1920 el “Manifiesto Realista”, en el que utilizan por primera vez el término “Constructivismo” y fijan las bases doctrinarias de un nuevo movimiento que llevaría ese nombre. El texto formalmente fue publicado por primera vez el 5 de agosto de 1920 en forma de carteles por la imprenta estatal, con motivo de una exposición con Gustav Klutsis en Moscú. Más tarde, se reprodujeron extractos en el primer número de la revista alemana G en 1923.

5. Vladimir Tatlin. Monumeto a la Tercera Internacional. Fotografía de maqueta durante su exposición en 1920.
6. El Lissitzki. Proun N 89 (Kilmansvaria) (1925)

Si bien el movimiento tuvo su origen en las obras y teorías de Kasimir Malévich, El Lissitzky y principalmente de Vladimir Tatlin, cuyas “construcciones” se concentran en las propiedades de las formas y de los materiales y de las relaciones de estos con el espacio, Pevsner y Gabo intentan precisar los rasgos de identidad para un arte nuevo, funcional y que contribuyera al progreso de la sociedad, que buscaba distanciarse fundamentalmente del cubismo y el futurismo así como crear una vida nueva que revalorizara al artista industrial, al servicio de un arte de masas, frente al artista-artesano.

7. Naum Gabo. Izquierda: Kinetic-Construction (1919-1920). Derecha: Linear-Construction in space nº 2 (1949-1952)

Sin embargo, es de resaltar que en el manifiesto se prescinde de todo análisis social y político y se indagan posiciones estéticas similares a las del Neoplasticismo, en claro contraste con el “Manifiesto Productivista” que aparecería meses después, en el que los artistas, mostrando una clara adscripción al comunismo científico, basado en la teoría del materialismo histórico, rechazaban el arte y lanzaban vivas apasionadas a la técnica. No pasaría mucho tiempo para que una burocracia ideologizada y castrante comenzara a establecer límites y dictar pautas sobre el rol del arte revolucionario privándolo de toda su frescura creativa.

8. Naum Gabo. Izquierda: Columna (c.1923). Derecha: Construcción en el espacio equilibrada entre dos puntos (1925).

Por el contrario, Pevsner y Gabo afirman que el arte tiene un valor absolutamente independiente y una función que desempeñar en la sociedad, ya sea capitalista, socialista o comunista, dejando clara su postura, por ejemplo, frente al suprematismo. En tal sentido, “enuncian en el manifiesto su idea del constructivismo y tratan de traducir sus conceptos de una realidad absoluta y esencial, en la realización de sus percepciones del mundo, en las formas de espacio y tiempo. Dan forma al espacio por medio de la profundidad más que por el volumen y rechazan la masa como base de la escultura”, tal y como recogemos del artículo dedicado a Anatoine Pevsner en Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Antoine_Pevsner).

9. Antoine Pevsner. Izquierda: Máscara (1925). Derecha: Construction for an airport (1934)

Complementariamente, Giulio Carlo Argán afirmará: «Las construcciones plásticas de Pevsner y de Gabo, no son exactamente esculturas, porque implican la intención de anular el concepto de escultura como disciplina tradicionalmente definida por unos procedimientos, finalidades y materiales. Aún más, se niega la escultura como forma cerrada que interrumpe la continuidad del espacio y lo define en relación a sí misma, como vacío opuesto a la plenitud». Para ellos revisten gran importancia los efectos ópticos que resultan de la reunión de distintos materiales presentes en sus construcciones espaciales.

10. Antoine Pevsner. Izquierda: Model for a Fountain (1920). Derecha: Monde (1947).

Para comprender mejor quienes son los autores del “Manifiesto Realista” hay que decir que los hermanos Pevsner, nacidos en el seno de una familia askenazi, de padre ingeniero, reciben una primera formación científica que les aporta el espíritu de investigación con el que se basa toda su obra.

Antoine inicia y abandona sus estudios en “la Academia de Bellas Artes de San Petersburgo y viaja a París, donde admira los trabajos de Delaunay, Gleizes, Metzinger y Léger”. Naum, por su parte, “recibió una educación científica. Se graduó en 1910-11 en el instituto de Kursk e ingresó en la facultad de medicina de la Universidad de Múnich. En 1911-12 asistió a las conferencias de Wölfflin sobre historia del arte, mientras que en 1912 realizó un viaje por Italia para revisar las colecciones artísticas de Venecia, Milán y Florencia.

11. Antoine Pevsner (izquierda) y Naum Gabo (derecha) en Paris (c.1920).

Ambos se encuentran en París en 1913 interesándose por el cubismo y el futurismo y pasan la guerra juntos en Oslo. Allí «durante dos años digieren juntos todas sus experiencias y desarrollan el arte que más tarde llamarían Constructivismo. Se puede suponer que Pevsner aportó su conocimiento sobre técnicas artísticas y Naum su aproximación científica a los materiales y a la forma. Durante su formación como médico, Naum había aprendido a hacer construcciones tridimensionales para ilustrar fórmulas matemáticas, de modo que lo que surgió fue una fusión de una visión artística y un método científico». Desde entonces ambos elegirán a la escultura como su medio de expresión por excelencia.

12. Antoine Pevsner. El dinamismo en 30 grados. Ciudad Universitaria de Caracas (1953)

El “Manifiesto Realista”, de acuerdo a https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_Realista, “expuso sus teorías de la expresión artística en forma de cinco principios fundamentales… Se centró principalmente en divorciar el arte de las convenciones, como el uso de líneas, color, volumen y masa”. Así, “el constructivismo renuncia a la estética de la masa, reemplazándola por la estética de líneas y planos. Afectaba a las artes plásticas, partiendo principalmente de la escultura. Lo plástico interpretado como integración de varios elementos corresponde sistemáticamente a las construcciones de la arquitectura. Se rechazan las sucesivas innovaciones estilísticas del arte moderno como mero ilusionismo (comenzando por el impresionismo e incluyendo el cubismo y el futurismo), abogando en cambio por un arte basado en la realidad material del espacio y el tiempo”, quedando claro que “La realización de nuestras percepciones del mundo en formas de espacio y tiempo es el único objetivo de nuestro arte pictórico y plástico” de acuerdo lo expresado por Charles Harrison y Paul Wood (ed). en “The Realistic Manifesto.», Art in Theory, 1900-2000 (2003).

Para complementar y cerrar esta nota, hemos decidido transcribir el Manifiesto completo publicado en https://arteydisegno.wordpress.com/wp-content/uploads/2010/02/manifiesto-realista-1920.pdf, y también los cinco principios fundamentales que lo conforman presentados en el libro de Ulrich Conrads Programas y manifiestos de la arquitectura del siglo XX (1964, traducido al español en 1973).

Esperamos sean de provecho.

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MANIFIESTO REALISTA o CONSTRUCTIVISTA

Naum Gabo y Antoine Pevsner

1920

En el torbellino de nuestros días activos, más allá de las cenizas y de las ruinas del pasado, ante las cancelas de un futuro vacuo, nosotros proclamamos ante vosotros, artistas, pintores, escultores, músicos, actores y poetas, ante vosotros, personas para las que el Arte no es solo una mera fuente de conversación, sino el manantial mismo de una real exaltación, nuestra convicción y los hechos.

Hay que sacar al Arte del callejón sin salida en que se halla desde hace veinte años.

El progreso del saber humano con su potente penetración en las leyes misteriosas del mundo, iniciada a comienzos de este siglo, el florecimiento de una nueva cultura y de una nueva civilización, con un excepcional (por primera vez en la historia) movimiento de las masas populares hacia la posesión de las riquezas naturales, movimiento que abraza al pueblo en estrecha unión, y, por último, pero no menos importante, la guerra y la revolución (corrientes purificadoras de una era futura) nos ha llevado a considerar las nuevas formas de una vida que ya late y actúa.

¿Como contribuye el Arte a la época actual de la historia del hombre?

¿Posee los medios necesarios para dar vida a un nuevo Gran Estilo? ¿O supone acaso que la nueva época puede acoger una nueva creación sobre los cimientos de la antigua? A pesar de las instancias del espíritu renaciente de nuestro tiempo, el Arte se alimenta de impresiones, de apariencia exterior, y vaga impotente entre el naturalismo y el simbolismo, entre el romanticismo y el misticismo.

Los intentos realizados por cubistas y por futuristas para sacar a las artes figurativas del fango del pasado solo han producido nuevos desencantos.

El cubismo, que había partido de la simplificación de la técnica representativa, acabó por encallar en el análisis. El revuelto mundo de los cubistas, despedazado por la anarquía intelectual, no puede satisfacer a quienes, como nosotros, ya hayan realizado la Revolución y están construyendo y edificando un mundo nuevo.

Se puede sentir interés por las experiencias de los cubistas, pero no adherirse a su movimiento, pues estamos convencidos de que sus experiencias solo arañan la superficie del Arte y no la penetran hasta sus raíces, y también nos parece evidente que su resultado final no conduce más que a la misma representación superada, al mismo volumen superado y, una vez más, a la misma superficie decorativa.

En sus tiempos, se hubiera podido exaltar el futurismo por el nuevo aire que aportó su anunciada revolución en el Arte, por su crítica demoledora del pasado; como único modo de asaltar las barricadas artísticas del buen gusto, exigía mucha dinamita; pero no se puede construir un sistema artístico sobre una sola frase revolucionaria.

Bien mirado, tras la fachada del futurismo solo había un vacuo charlatán, un tipo hábil y equivoco, hinchado de palabras como patriotismo, militarismo, desprecio por la mujer y parecidas sentencias provincianas.

En cuanto a los problemas estrictamente pictóricos, el futurismo no pudo hacer mas que repetir los esfuerzos, que ya fueron inútiles con los impresionistas, por fijar en el lienzo un reflejo puramente óptico. Hoy todos sabemos que el simple registro grafico de una secuencia de movimientos momentáneamente fijados no puede recrear el movimiento. Solo recuerda el latido de un cuerpo muerto.

El pomposo eslogan de la velocidad fue un clarín de guerra para los futuristas. Admitimos la sonoridad de tal eslogan y comprendemos muy bien que es superior al más potente eslogan provinciano. Pero intentad preguntar a un futurista como se imagina la velocidad, e inmediatamente aparecerá todo un arenal de locos automóviles y depósitos de chirriantes vagones y alambres intrincados, el estruendo y el ruido de calles atestadas de vehículos. ¿Es necesario convencer a los futuristas de que todo ello no ocurre por la velocidad y sus ritmos?

Mirad un rayo de sol, la más inmóvil de las fuerzas inmóviles. Tiene una velocidad de 300000 kilómetros por segundo. Observad nuestro firmamento estelar que el rayo atraviesa… ¿Qué son nuestros depósitos comparados con los del universo? ¿Que son nuestros trenes terrestres comparados con los veloces trenes de las galaxias?

Ciertamente, todo el estruendo de los futuristas acerca de la velocidad es un hecho demasiado sabido, pero desde el momento en que el futurismo proclamo que Espacio y Tiempo son los muertos de ayer, se hundió en la oscuridad de las abstracciones.

Ni el futurismo ni el cubismo han ofrecido a nuestro tiempo lo que se esperaba de ellos.

Salvo estas dos escuelas artísticas, nuestro pasado reciente no ha ofrecido nada importante ni interesante.

Pero la vida no espera; las generaciones no cesan de crecer, y nosotros, que sucedemos a los que entraron en la historia y poseemos los resultados de sus experiencias, sus errores y sus éxitos, después de años de experiencias semejantes a siglos, proclamamos:

Ningún movimiento artístico podrá afirmar la acción de una nueva cultura en desarrollo hasta que los mismos fundamentos del Arte estén construidos sobre las verdaderas leyes de la vida, hasta que todos los artistas digan con nosotros: Todo es ficción, solo la vida y sus leyes son auténticas, y en la vida solo lo que es activo es maravilloso y capaz, fuerte y justo, porque la vida no conoce belleza en cuanto medida estética. La más grande belleza es una existencia efectiva.

La vida no conoce ni el bien ni el mal ni la justicia como medida moral…la necesidad es la mayor y más justa de todas las morales.

La vida no conoce verdades racionales abstractas como metro de conocimiento: el hecho es la mayor y más segura de las verdades.

Estas son las leyes de la vida. ¿Puede el Arte soportar tales leyes si se construye sobre la abstracción, el espejismo, la ficción?

Nosotros decimos:

Espacio y tiempo han renacido hoy para nosotros.

Espacio y tiempo son las únicas formas sobre las cuales la vida se construye, y sobre ellos, se debe edificar el Arte.

Perecen los Estados y los sistemas políticos y económicos; las ideas se derrumban bajo la fuerza de los siglos, pero la vida es fuerte y crece y el tiempo prosigue en su continuidad real. ¿Quién nos mostrara formas más eficaces que estas? ¿Quién será el genio que nos dé cimientos más sólidos que estos?

¿Qué genio nos contara una leyenda más maravillosa que la fábula prosaica que se llama vida?

La actuación de nuestras percepciones del mundo en forma de espacio y tiempo es el único objetivo de nuestro arte plástico.

No medimos nuestro trabajo con el metro de la belleza y no lo pesamos con el peso de la ternura y de los sentimientos.

Con la plomada en la mano, con los ojos infalibles como dominadores, con un espíritu exacto como un compás, edificamos nuestra obra del mismo modo que el universo conforma la suya, del mismo modo que el ingeniero construye los puentes y el matemático elabora las fórmulas de las orbitas.

Sabemos que todo tiene una imagen propia esencial: la silla, la mesa, la lámpara, el teléfono, el libro, la casa, el hombre. Son mundos completos con sus ritmos y sus orbitas.

Por esto, en la creación de los objetos les quitamos las etiquetas del propietario, totalmente accidental y postiza, y solo dejamos la realidad del ritmo constante de las fuerzas contenidas en ellos.

1. Por ello, en la pintura renunciamos al color como elemento pictórico: el color es la superficie óptica idealizada de los objetos; es una impresión exterior y superficial; es un accidente que nada tiene en común con la esencia más intima del objeto. Afirmamos que la tonalidad de la sustancia, es decir, su cuerpo material que absorbe la luz, es la única realidad pictórica.

2. Renunciamos a la línea como valor descriptivo: en la vida no existen líneas descriptivas; la descripción es un signo humano accidental en las cosas, no forma una unidad con la vida esencial ni con la estructura constante del cuerpo. Lo descriptivo es un elemento de ilustración gráfica, es decoración. Afirmamos que la línea solo tiene valor como dirección de las fuerzas estáticas y de sus ritmos en los objetos.

3. Renunciamos al volumen como forma espacial pictórica y plástica: no se puede medir el espacio con el volumen, como no se puede medir un líquido con un metro. Miremos el espacio… ¿Qué es sino una profundidad continuada? Afirmamos el valor de la profundidad como única forma espacial pictórica y plástica.

4. Renunciamos a la escultura en cuanto masa entendida como elemento escultural. Todo ingeniero sabe que las fuerzas estáticas de un cuerpo sólido y su fuerza material no dependen de la cantidad de masas; por ejemplo: una vía de tren, una voluta en forma de T, etc… Pero vosotros, escultores de cada sombra y relieve, todavía os aferráis al viejo prejuicio según el cual no es posible liberar el volumen de la masa. Aquí, en esta exposición, tomamos cuatro planos y obtenemos el mismo volumen que si se tratase de cuatro toneladas de masa. Por ello, reintroducimos en la escultura la línea como dirección y en esta afirmamos que la profundidad es una forma espacial.

5. Renunciamos al desencanto artístico enraizado desde hace siglos, según el cual los ritmos estáticos son los únicos elementos de las artes plásticas. Afirmamos que en estas artes está el nuevo elemento de los ritmos cinéticos en cuanto formas basilares de nuestra percepción del tiempo real.

Estos son los cinco principios fundamentales de nuestro trabajo y de nuestra técnica constructiva.

Hoy proclamamos ante todos vosotros nuestra fe. En las plazas y en las calles exponemos nuestras obras, convencidos de que el arte no debe seguir siendo un santuario para el ocioso, una consolación para el desesperado ni una justificación para el perezoso. El arte debería asistirnos allí donde la vida transcurre y actúa: en el taller, en la mesa, en el trabajo, en el descanso, en el juego, en los días laborales y en las vacaciones, en casa y en la calle, de modo que la llama de la vida no se extinga en la humanidad.

No buscamos consuelo ni en el pasado ni en el futuro. Nadie puede decirnos cual será el futuro ni con cuales instrumentos se le puede comer.

Es imposible no engañarse sobre el futuro y sobre él se pueden decir cuantas mentiras se quieran.

Para nosotros, los gritos sobre el futuro equivalen a las lágrimas sobre el pasado. El repetido sueño con los ojos abiertos de los románticos. El delirio simiesco del viejo sueño paradisíaco con atuendos contemporáneos.

Quien hoy se ocupe del mañana se ocupa en no hacer nada.

Y quien mañana no nos dé nada de lo que haya hecho hoy no es de ninguna utilidad para el futuro.

El hoy pertenece al hecho.

Lo tendremos en cuenta también mañana.

Dejemos el pasado a nuestras espaldas como una carroña.

Dejemos el futuro a los profetas.

Nosotros nos quedaremos con el hoy.

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1920

Naum Gabo/Antoine Pevsner:

Principios fundamentales del constructivismo (extracto)

1. Rechazamos el volumen corpóreo cerrado como expresión plástica para la configuración del espacio. Afirmamos que sólo se puede crear un espacio desde dentro hacia afuera en su profundidad y no de afuera hacia adentro a través de su volumen. En efecto, ¿qué es el espacio absoluto sino una única profundidad coherente e ilimitada?

2. Rechazamos la masa cerrada como elemento exclusivo para la construcción de cuerpos plásticos y arquitectónicos en el espacio. Exigimos, en cambio, que los cuerpos plásticos se construyan estereométricamente.

3. Rechazamos el color decorativo como elemento pictórico en la construcción plástica. Exigimos que se utilice el material concreto como elemento pictórico.

4. Rechazamos la línea decorativa. Exigimos que cada línea de la obra de arte sirva exclusivamente para precisar las direcciones interiores de fuerza del cuerpo en cuestión.

5. Ya no nos contentamos con elementos formales estáticos, en las artes plásticas. Exigimos la inclusión del tiempo como nuevo elemento y afirmamos que el movimiento real debe ser utilizado en las artes plásticas para hacer posible el uso de ritmos cinéticos de una manera que no sea sólo ilusoria.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Geometricae | Geometric Abstract Art Magazine (https://www.geometricae.com/2018/03/03/manifesto-realista-constructivista/)

2. RTE Boston College (https://www.rte.ie/centuryireland/articles/franz-ferdinand-buried-in-vienna)

3. Universidad de Chile (https://uchile.cl/noticias/138530/el-legado-de-la-revolucion-de-octubre-a-100-anos-)

4. VEREDES. Arquitectura y divulgación. Colección completa de la revista G: Material zur elementaren Gestaltung (https://veredes.es/blog/coleccion-completa-de-la-revista-g-material-zur-elementaren-gestaltung/)

5. Wikipedia. Monumento a la Tercera Internacional (https://es.wikipedia.org/wiki/Monumento_a_la_Tercera_Internacional)

6. Magdalena de Proust (https://magdalenadeproust.com/2020/10/08/el-lissitzki-entre-el-suprematismo-y-el-constructivismo/)

7. Tate Images (https://www.tate.org.uk/art/artworks/gabo-kinetic-construction-standing-wave-t00827) y (https://www.tate.org.uk/art/artworks/gabo-linear-construction-no-2-t01105)

8. Guggenheim New York (https://www.guggenheim.org/artwork/1379) ; y Arte de Ximena (https://artedeximena.wordpress.com/arte-contemporaneo/constructivismo/ub-construccion-en-el-espacio-equilibrada-por-dos-puntos-gabo-1925/)

9. Centre Pompidou (https://www.centrepompidou.fr/en/ressources/oeuvre/cxAxGer); y The Charnel.House (https://thecharnelhouse.org/2015/02/22/naum-gabo-and-antoine-pevsner/antoine-pevsner-construction-for-an-airport-1934-brass-and-crystal-on-marble-base-30-high/)

10. Arthistory (https://www.arthistoryproject.com/artists/antoine-pevsner/model-for-a-fountain/); y Centre Pompidou (https://www.centrepompidou.fr/es/ressources/oeuvre/cL9zq9o)

11. Tate Images (https://www.tate-images.com/M00545-Antoine-Pevsner-and-Naum-Gabo-Paris.html)

12. Ciudad Universitaria de Caracas. Patrimonio Mundial (https://patrimoniocuc.wordpress.com/2019/10/05/dinamismo-en-30-grados-antoine-pevsner/); IAM Venezuela (https://iamvenezuela.org/2018/11/el-dinamismo-en-30-grados-el-antoine-pevsner-de-la-ucv/); y Wikipedia (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:UCV_2015-071_Antoine_Pevsner_1953,_Projection_Dynamique_a_30_de_Gres_o_El_Dinamismo_en_30_grados.JPG)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 321

La aparición en marzo de 1950 de la histórica publicación Los Disidentes ofrece varios datos curiosos que de entrada conviene señalar. En primer lugar, se trata de una revista venezolana en el sentido de que fue concebida y producida por venezolanos, pero editada e impresa fuera del país: en París para más señas. El segundo aspecto tiene que ver con que el folleto, como sus creadores prefirieron definir, produjo desde la distancia, pese a su tamaño, número de páginas y duración, un efecto crucial sobre la percepción y finalidad del arte con claras secuelas en la cultura contemporánea venezolana, con aspiración de ampliarse por la América Latina, tal y como mostraba el lema ubicado en su portada debajo del nombre.

Su modesto formato de 18 x 22.5 cm, las dieciséis páginas más tapa que conformaron su tripa, su pequeño tiraje y corta vida: cinco números (todos aparecidos en 1950, correctamente editados en la Imprimerie Beresniak 12, Rue Lagrange, París), hablan a las claras de que fue su contenido bien escrito y en ocasiones incendiario, amén de la coyuntura en que aparece, lo que más pesó para que la experiencia alcanzara la trascendencia de tuvo.

Los Disidentes, digámoslo de una vez, no fue otra cosa que el órgano de difusión del grupo del mismo nombre, formado por un grupo de artistas y escritores venezolanos residentes en París entre 1945 y 1952, quienes asumieron una posición de ruptura y vanguardia que se enfrentó contra los “falsos impresionistas, falsos salones de arte y falsos folkloristas” que, según ellos, dominaban la cultura oficial en el país. También se proponían luchar en contra de la educación oficial impartida en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas, cuyas fuentes provenían del paisajismo y nativismo, específicamente. Haciendo honor a su nombre, Los Disidentes procuraban alcanzar la renovación del arte tradicional y académico mediante la asimilación de los valores de la abstracción europea. De tal manera, los cinco documentos publicados en un lapso de siete meses aglutinan las ideas revolucionarias de este grupo, y se convierten en referencia obligada para comprender el “arraigo y preferencia” del arte geométrico en Venezuela.

1. Taller Libre de Arte. 1948-1952.
2. Izquierda: Alejandro Otero. Cafetera azul (1947). Derecha: Mateo Manaure. Mujer con gallo (1948).

Sin pretender abarcar la multiplicidad de factores que giraron en torno a la fundación de Los Disidentes y su órgano de difusión, se han señalado como antecedentes fundamentales: la creación en 1940 del Salón Oficial de Arte Venezolano por parte del Ministerio de Educación, desde donde se implementó un sistema de bolsas y premiaciones que permitió a los beneficiados viajar al extranjero; las críticas de que fue objeto la Escuela de Artes Plásticas en 1945 que originaron la expulsión de un grupo importante de estudiantes; y la apertura también por parte del Ministerio de Educación del «Taller Libre de Arte» en 1948 válvula de escape que permitió la convivencia de manifestaciones artísticas muy variadas pero que le abrió la puerta fundamentalmente a la abstracción como medio de expresión. Valga añadir que las becas y bolsas de trabajo otorgadas por el gobierno a los artistas aventajados tuvieron dos destinos fundamentales: París y México donde se dirigieron individualidades con rasgos formativos comunes pero con criterios ideológicos divergentes en lo atinente al «compromiso social». Al primer grupo pertenecen justamente Los Disidentes y al segundo lo que se denominó como» La Barraca de Maripérez» cuya conformación (1945) es anterior a la del grupo parisino.

3. Los Disidentes en París (c.1950).

Volviendo a la publicación que nos ocupa es interesante detectar, con la ayuda del artículo “Los Disidentes, manifiesto de arte abstracto” de Jacinto Salcedo, publicado en el libro Revistas culturales latinoamericanas 1929-1960, coordinado por Lydia Elizalde (2008), cómo el cabezal de la portada del número 1 estaba conformado por “una ocurrente composición que muestra un cuadrado negro sobre el cual se dibuja expresivamente una caligrafía que no encaja, que se manifiesta más allá de los límites y que inevitablemente se autorrefiere: “Los Disidentes”, el nombre de la revista, está entre comillas”. En la tapa, hecha exclusivamente con tipografía e impresa sobre cartulina marrón, aparecen los nombres de los artistas-colaboradores “como un gesto arrogante y emancipado”: Pascual Navarro Velásquez (pintura), Alejandro Otero Rodríguez (pintura), Mateo Manaure (pintura), Luis Guevara Moreno (pintura), Carlos González Bogen (pintura), Narciso Debourg (pintura), Perán Herminy (pintura), Rubén Nuñez (pintura), Dora Hersen (pintura), Aimée Battistini (pintura), Belén Nuñez (ballet) y J.R. Guillent Pérez (filosofía).

La publicación, sencilla y modesta pero cuidadosamente elaborada, siempre estuvo impresa a una sola tinta, sin ilustraciones (sólo se reproducen obras en los números 4 y 5) y contó con una escueta diagramación “con márgenes generosos, con detalles tipográficos como las capitulares y titulares que le aportan contraste”. Pero como ya se asoma en lo que se puede considerar como una especie de editorial ubicado en la página 1 del primer número se trató desde un primer momento que estuviese cargada de crítica y reacción: “Ningún interés creado, ninguna sensiblería ante lo que creemos nuestro inalienable deber. La juventud latinoamericana está hoy situada ante la alternativa, o bien de someterse al canon tradicional, o hacer que Latinoamérica logre su verdadera dignidad”.

Destaca también del primer número la crítica frontal de Alejandro Otero contra el comisionado del gobierno francés Gastón Diehl, establecido en Caracas y “cronista del arte moderno en Venezuela”, a quien se le encargó hacer itinerar por América Latina la exposición “De Manet a nuestros días”. Diehl asumiendo su rol como referencia dentro de la crítica nacional “en su visión, con un rancio sesgo eurocentrista, recomendaba a los jóvenes artistas venezolanos ‘no quemar muy rápido las etapas’ y mantenerse en la corriente del paisajismo posimpresionista porque el arte abstracto era una ‘tentación inútil’”. Ante tal postura, Otero no pierde tiempo en elaborar un mordiente artículo titulado “¿Gastón Diehl promulga y espera una resurrección del espíritu impresionista en Venezuela?” donde lo acusa de conservador y rechaza su postura que ignora al Cubismo y al arte abstracto, texto que señalará gran parte de la ruta que para estos temas siguió la revista.

4. Portadas de los números 2 al 5 de la revista Los Disidentes y página de contenidos del nº 4
5. Un dibujo de González Bogen acompañando un artículo de Mateo Manaure en el número 4 de la revista.

El resto de los números de Los Disidentes permite detectar en su carátula la incorporación de nombres como los de Armando Barrios (pintura) en el número 2, Miguel Arroyo (pintura) en el número 3 y César Henríquez (cine) en el número 5. También las ligeras variaciones de color y diseño de su tapa siempre en cartulina. Así, el número 2 de abril tendrá la carátula roja, el 3 amarillo pálido, el 4 color mostaza y el 5 marrón. A partir del número 3 “el cabezal cambia su diseño por una tipografía rotulada a mano que recuerda la disgregación de elementos del discurso cubista”, apuntará Jacinto Salcedo. Será en el número cuatro cuando aparezcan por primera vez reproducciones de imágenes dibujos: los de González-Bogen, por ejemplo, acompañarán a un artículo de Mateo Manaure. Pero más relevante aún será la publicación en ese mismo número de la “Última página escrita por Wassily Kandinsky con dos dibujos del artista” tal y como reza en el sumario. Del mismo número 4 cabe destacar los artículos “Ballet: arte incomprendido en Venezuela” de Belén Nuñez, “En torno a la pintura de hoy” de Narciso Debourg y “Del arte abstracto” de Alejandro Otero.

6. El polémico texto de Carlos González Bogen titulado «La escuela ‘de los paisajistas’ de Caracas» aparecido en el número 2 de la revista.
7. Airada respuesta contra la actitud de Los Disidentes y en defensa de los paisajistas venezolanos publicada en la columna “Márgenes” del diario Últimas Noticias el 21 de mayo de 1950, firmada con el seudónimo R.N. de C.
8. González Bogen responde brevemente en el nº 5 de la revista del grupo, bajo el mismo título: “De nuevo los disidentes” al responsable de la columna «Márgenes».

De las polémicas suscitadas por o hacia Los Disidentes hay dos que brevemente vale la pena reseñar. La primera de ellas se origina en el texto de Carlos González Bogen titulado «La escuela ‘de los paisajistas’ de Caracas» aparecido en el número 2 de la revista, donde “ataca duramente a los pintores paisajistas de la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas. Los acusa de manejar los centros culturales oficiales con fines egoístas, además de ampararse en un ‘pseudo impresionismo bastardo’, llegando a responder sólo a intereses lucrativos y pintar para satisfacer la demanda del mercado local. Concluye parafraseando históricamente al censor Catón: ‘Preciso es destruir la Escuela de Caracas’” (sinopsis que hemos obtenido de la página del International Center for the Arts of the Americas -ICAA- at the Museum of Fine Arts, Houston https://icaa.mfah.org elaborada por María Elena Huizi). Del fuerte y violento artículo de González Bogen se derivó una respuesta airada contra la actitud de Los Disidentes y en defensa de los paisajistas venezolanos publicada en la columna “Márgenes” del diario Últimas Noticias el 21 de mayo de 1950, firmada con el seudónimo R.N. de C., texto al que González Bogen responde brevemente en el nº 5 de la revista del grupo, bajo el mismo título: “’De nuevo’ los disidentes”.

9. Artículo “Historia de una mítica disidencia”, publicado por el grupo “La Barraca de Maripérez” el 9 de julio de 1950 en Últimas Noticias: El diario del pueblo (Caracas).
10. Sorprendidos por la reacción de La Barraca, Perán Erminy, Luis Guevara Moreno y Narciso Debourg publicarán, primero en Últimas Noticias el 9 de julio de 1950 y luego en el nº5 de la revista, el artículo “Alrededor de la historia de ‘Los Disidentes’”.

El segundo debate se suscita a raíz de la aparición del artículo “Historia de una mítica disidencia”, publicado por el grupo de artistas de la misma generación conocido como “La Barraca de Maripérez” (al que ya hemos mencionado), el 9 de julio de 1950 en Últimas Noticias: El diario del pueblo (Caracas). La sinopsis obtenida de la página del ICAA señala que el Grupo La Barraca, radicado entonces en México, “ataca lo que concibe como falsas pretensiones revolucionarias de Los Disidentes (París, 1950), rechazando así la invitación de sumarse a su movimiento. Los integrantes de La Barraca de Maripérez indican que Los Disidentes no son otra cosa sino una continuación de la labor iniciada por los de La Barraca al rebelarse contra la Escuela de Artes Plásticas de Caracas siendo expulsados de esta. Por lo tanto, acusan, uno a uno, a Los Disidentes (salvo algunos casos) de haber realizado concesiones a movimientos tradicionales para obtener ciertos privilegios y premios”. Allí también se señala: “Este artículo es un ejemplo de las repercusiones que causó en el escenario cultural venezolano la violenta irrupción de Los Disidentes (1950). Aquí, artistas de la misma generación, rechazan con rencor y agresividad el llamado de Los Disidentes —hacia la juventud latinoamericana para sumarse a su labor transformadora de la cultura tradicional venezolana— por considerar que se apropiaron de luchas que fueron suyas también. Más allá de los celos que pudieron despertar en los artistas de La Barraca de Maripérez los ‘éxitos’ de Los Disidentes, este artículo prefigura el discurso controversial más importante en la historia del arte en Venezuela: ¿quiénes orientan su arte hacia el realismo social? ¿Cómo operó La Barraca de Maripérez, con clara influencia del muralismo mexicano? ¿Cuáles fueron los argumentos que se promovían versus abstraccionismo europeo representado por Los Disidentes?”.

A modo de contraataque y sorprendidos por la reacción de La Barraca, Perán Erminy, Luis Guevara Moreno y Narciso Debourg publicarán, primero en Últimas Noticias el 9 de julio de 1950 y luego en el nº5 de la revista, el artículo “Alrededor de la historia de ‘Los Disidentes’” cuya sinopsis publicada en la página de la ICAA apunta lo siguiente: “Narrando lo que fueron sus orígenes y puntualizando las motivaciones que los unieron, Los Disidentes reafirman su posición combativa en contra de un pasado que desean superar; para ello, acusan a La Barraca de Maripérez —a quienes habían invitado a sumarse a esta lucha, porque suponían intereses semejantes— de pretender vivir del prestigio de glorias pasadas, amén de desvalorizar los méritos logrados por Los Disidentes. Posteriormente, en nota añadida a este artículo, los pintores Perán Erminy, Luis Guevara y Narciso Debourg (miembros de Los Disidentes) amplían esta declaración, rechazando aquella acusación de que su movimiento y objetivos eran mera continuación del episodio de la rebelión contra la Escuela de Artes Plásticas de Caracas, ocurrida en 1945″.

11. “Manifiesto No”, aparecido en el número 5 de la revista Los Disidentes.

Los Disidentes dejaron para el último número de la publicación la aparición de lo que se considera como su declaración de principios: el célebre “Manifiesto No” (que hemos decidido reproducir como imagen), como quien se despide dejando claro lo que desde un inicio se buscaba.

12. Pascual Navarro. Mural. Sin título. Universidad Central de Venezuela, Plaza cubierta (1954).

Terminado el intenso lapso que giró en torno a la publicación, no hay duda que la postura manifiesta por el grupo, pese a no ofrecer soluciones concretas, no pasó desapercibida. Por otro lado, posteriormente, Los Disidentes, como parte de un espíritu colectivo que comenzó a apreciar y exaltar el arte moderno, empezaron a contar con el apoyo de galeristas y coleccionistas, alcanzando su punto culminante (sin ser necesariamente manifestación de los gustos del régimen perezjimenista) en el proyecto “Síntesis de las Artes”, que lleva a cabo el arquitecto Carlos Raúl Villanueva en la Ciudad Universitaria de Caracas. Allí, como se sabe, Villanueva integra de forma orgánica a los espacios arquitectónicos, obras murales y esculturas donde convivieron reconocidos artistas internacionales como Leger, Henri Laurens o Jean Arp con venezolanos ligados directa e indirectamente al movimiento de Los Disidentes: Mateo Manaure, Pascual Navarro, Armando Barrios, Alejandro Otero, Oswaldo Vigas, Jesús Soto, Miguel Arroyo y Alirio Oramas, entre otros.

13. Alejandro Otero. Abra solar. Plaza Venezuela, Caracas (1982). Obra que representó a Venezuela representó a Venezuela en la Bienal de Venecia.

Más tarde, el arte abstracto se convirtió a finales del siglo XX en un “emblema de una Venezuela moderna”, trascendiendo en algunos casos “como expresión del discurso de una sociedad progresista” tal y como apuntará Jacinto Salcedo. “De esta manera, plazas públicas de las principales ciudades de Venezuela detentan obras abstractas monumentales (muchas de ellas cinéticas) de artistas como Alejandro Otero, Mateo Manaure, Carlos Cruz-Díez o Jesús Soto”. La paradoja entre la encarnizada lucha contra el “arte oficial” desatada en 1950 por Los Disidentes y su posterior legitimación como representantes de él, no hace sino corroborar las vueltas que el tiempo y la distancia permiten corroborar. Recientemente, una vez más, se reavivará el debate entre si es al realismo a quien debe corresponder constituirse en estética oficial y al abstraccionismo terminar de instalarse como estética burguesa.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. https://icaa.mfah.org/s/es/item?Search=&property%5B0%5D%5Bproperty%5D=196&property%5B0%5D%5Btype%5D=eq&property%5B0%5D%5Btext%5D=Mar%C3%ADa%20Elena%20Huizi

  1. http://vereda.ula.ve/wiki_artevenezolano/index.php/El_Taller_Libre_de_Arte

2. http://vereda.ula.ve/historia_arte/artevenezolano/lsegunda.htm y https://odalys.com/odalys/galeriadearte.php?expo_id=28

3. http://ebefavenezuela.com/guevara_moreno.html

4. https://www.academia.edu/37531405/Revistas_culturales_latinoamericanas_1920_1960 y http://portaldepoetasvenezolanos.blogspot.com/2019/03/los-disidentes-grupo-de-artistas.html

5. https://www.academia.edu/37531405/Revistas_culturales_latinoamericanas_1920_1960

6, 7, 8, 9 y 10. https://icaa.mfah.org/s/es/item/813667#?c=&m=&s=&cv=&xywh=-1046%2C-139%2C5062%2C2833

11. http://portaldepoetasvenezolanos.blogspot.com/2019/03/los-disidentes-grupo-de-artistas.html

12. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:UCV_2015-043a_Mural_de_Pascual_Navarro,_1954.JPG

13. http://laguiadecaracas.net/17372/el-balcon-de-las-munecas-en-santa-rosalia/abra-solar-alejandro-otero-2/