
Nuestra postal del día de hoy recoge el anuncio de una constructora de la que con el tiempo sólo se ha podido rastrear la importante obra a la que en él se hace mención: la “Unidad de Habitación El Paraíso”, conocida más comúnmente como “Unidad Residencial El Paraíso”, proyectada por Carlos Raúl Villanueva, Carlos Celis Cepero y José Manuel Mijares como una de las primeras realizaciones del Plan Nacional de la Vivienda 1951-55 formulado por el Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO), enmarcado a su vez en la gestión estatal vinculada al Nuevo Ideal Nacional perezjimenista.
El curioso diseño de la propaganda elaborado por Juan Pedro Posani para el nº 2 de la revista A, hombre y expresión, muestra detalles fotográficos de la obra, ejecutada por la Constructora Sánchez, enmarcados dentro de lo que podríamos entender como una alusión a las nubes de Calder que presiden el interior del Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas, inaugurada apenas dos años antes. Por otro lado, la composición general de las tres “nubes”, junto a la tipografía, tienden a conformar de manera esquemática la planta de tan emblemático edificio. Recordemos que Posani por aquellos años es el más directo colaborador de Carlos Raúl Villanueva dentro del Instituto Autónomo de la Ciudad Universitaria y, junto a él y Ramón Losada los tres son fundadores de la revista donde la constructora se promociona.
Por otro la lado, la sutil pero importante diferencia en la denominación del edificio construido entre “unidad de habitación” y “unidad residencial” no es menor. La primera remite a un nivel social muy diferente a la segunda, lo que en efecto ocurrió cuando del proyecto original realizado en 1952 sobre un solar adquirido en 1951 por el Banco Obrero de accidentada topografía, buenas visuales sobre la ciudad y densa vegetación, ubicado al sureste de la avenida Páez, conformado por 3 superbloques – dos de 14 pisos y uno de 19 – más tres bloques de 4 pisos, estacionamientos y 2 calles internas, inspirados en la Unidad de Habitación de Marsella de Le Corbusier, sólo se construyó un superbloque de 18 pisos y dos bloques de 4 pisos. Este hecho reorientó la asignación de los apartamentos originalmente destinados a la clase obrera hacia la clase media: la densidad había bajado de manera importante y la proximidad al centro de la ciudad colaboraron para ello fuera así.


Definitivamente, tal y como señala Beatriz Meza Suinaga en la ficha elaborada para Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), “en 1953 se erigen 2 bloques bajos con 40 apartamentos duplex de 3-5 dormitorios, y entre 1954-1955, el superbloque formado por un paralelepípedo y 2 alas transversales de 18 pisos, con 2 pisos para estacionamientos, 2 de servicios y 14 plantas que contienen 182 apartamentos dúplex (26 cada 2 pisos, y 5 modelos de 3 dormitorios). A nivel de calle, al estacionamiento sobresaliente de 2 pisos se adosan rampas peatonales para acceder al tercer nivel con una terraza semitechada y servicios comunales; detrás de los bloques bajos se proyectaron un kinder, comercios y club no construidos. El superbloque presenta variedad con su estructura a la vista, alternancia de llenos y vacíos -paños ciegos, ventanas, balcones, retranqueos- romanillas, quiebrasoles, aleros, contraste de alturas y movimientos plásticos realzados por la policromía de Alejandro Otero (1921-1990)…”. Además, habría que decirlo, se aprovechan al máximo la visuales y se logra iluminar y ventilar la totalidad de los espacios de forma natural y correcta.
Sibyl Moholy-Nagy en Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela (1964) aportará lo siguiente: “Cuando Villanueva y Carlos Celis Cepero comenzaron El Paraíso, acordaron basarse en tres directivas principales respetadas a pesar de los obstáculos derivados de la ubicación, los aspectos económicos y la opinión pública.
1. Elegir panoramas tan variados como fuera posible porque el paisaje y la ciudad circundante debían ser incorporados.
2. Eludir la monotonía variando el conjunto de los edificios (la silueta) y mediante la diferenciación de las alturas y del alineamiento de los edificios entre sí.
3. El diseño exterior debía ser original, pero no a costa de lo razonable. La orientación hacia el oeste debía protegerse especialmente del sol por medio de mamparas y brise-soleils.”



El conjunto ha sido reseñado a lo largo de todas las publicaciones editadas sobre la obra de Villanueva no sólo como parte del Plan Nacional de la Vivienda sino como uno de los dos primeros prototipos, junto a la Unidad de Habitación Cerro Grande, proyecto de Guido Bermúdez construida en El Valle casi en simultáneo, de edificaciones de gran altura con los que se dan los primeros pasos para lo que luego serán intervenciones de mayor densidad para las que se proyecta un nuevo tipo de superbloque, más simplificado, más económico y de más rápida ejecución, “donde Villanueva asumió todos los riesgos de la nueva escala tanto en la arquitectura como en el urbanismo”, tal y como señalará Paulina Villanueva en “Unidad Residencial ‘El Paraíso’ ” texto aparecido en el nº 29 (2013) de la revista DPA (Barcelona) dedicada a C.R. Villanueva.
En el libro Carlos Raúl Villanueva (2000) realizado por la propia Paulina junto a Maciá Pintó leemos en la reseña dedicada a la “Unidad Residencial El Paraíso” lo siguiente: “Sin embargo, en El Paraíso, al ser un bloque que también contiene servicios, está presente la particular fusión de Villanueva entre urbanizar y proyectar, al reunir en la solución arquitectónica una propuesta de vida comunitaria completa.”
En lo que a la Constructora Sánchez se refiere, a ella se deben dirigir los comentarios que señalan a la Unidad Residencial El Paraíso como realizada dentro de patrones de muy alta calidad, donde la estructura a la vista destaca por su limpieza y buena ejecución y todas las obras, tanto estructurales como de arquitectura, se llevaron a cabo de acuerdo a lo previsto en el proyecto y en los tiempos establecidos. También la nobleza constructiva (junto al cuidado en el mantenimiento puesto por sus moradores) permite observar el conjunto hoy en día como uno de los mejor conservados de la época. En cuanto al Plan Nacional de Vivienda hay que señalar que “a pesar de la actuación técnica del BO y del interés gubernamental en resolver las carencias, los resultados revelaron la imposibilidad de generar una oferta acorde con la demanda y, a fines de 1953, los programas oficiales cambian y en adelante se enfoquen en eliminar los ranchos en Caracas obviando prácticamente al resto del país”, como señalará Beatriz Meza Suinaga en “Gestión estatal de la vivienda en Venezuela: el Plan Nacional (1951-1955)”, texto publicado en Cuadernos del Cendes (2014). Allí se iniciaba la “guerra contra el rancho” la cual también se perdió. La acentuación del proceso migratorio y el aumento exponencial del crecimiento de áreas de vivienda no controladas no logró frenarse.
ACA
Procedencia de las imágenes
1 y 2. Sibyl Moholy-Nagy, Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela (1964)
3. https://www.pinterest.com/pin/92816442307596293/, https://www.pinterest.com/pin/423619908695175049/ y http://guiaccs.com/obras/unidad-residencial-el-paraiso/



