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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Arquitectura de la soledad

Rosana Rubio/Fernando Nieto (eds.)

Ediciones Asimétricas

2024

Nota de los editores

Arquitectura de la soledad reúne diez ensayos que exploran la intrincada relación entre la experiencia de la soledad y el entorno construido en la sociedad contemporánea. Con la creciente prevalencia de personas que viven solas y la generalización de las relaciones sociales mantenidas en entornos virtuales, se torna imperativo examinar la soledad desde múltiples ángulos.

Este libro, concebido desde una perspectiva interdisciplinar, desentraña las complejidades de un fenómeno profundamente humano. Desde enfoques psicológicos hasta análisis filosóficos, los autores cuestionan la noción convencional de la soledad no deseada como epidemia contemporánea y plantean la posibilidad de que la solitud puede ser una fuerza positiva en la existencia humana.

Los diversos ensayos y artículos académicos examinan cómo el entorno construido puede acentuar o mitigar las diversas manifestaciones de la soledad. Desde la escala individual de la habitación hasta la amplitud de los paisajes urbanos, los autores trazan la capacidad de la arquitectura para mediar entre la individualidad y la comunidad.

Este libro desafía las nociones preconcebidas y plantea interrogantes esenciales sobre la soledad, ofreciendo una perspectiva única y valiosa para investigadores, profesionales y todos aquellos interesados en comprender las complejas dinámicas entre el individuo, los otros y el entorno construido.

Rosana Rubio Hernández (ed.)

Doctora arquitecta, actualmente investigadora en el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo (CEHOPU-CEDEX). Previamente ha sido profesora e investigadora en distintas universidades europeas y de Estados Unidos. Sus investigaciones, centradas en las implicaciones de los desarrollos tecnológicos y los cambios sociales en el proyecto de arquitectura y de paisaje, han dado lugar a publicaciones científicas y a exposiciones en foros como la Bienal de Arquitectura de Venecia, la Trienal de Lisboa y la Universidad de Columbia. Recibió el Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad Politécnica de Madrid y la primera mención en el concurso bienal arquia/tesis. El libro coeditado con Fernando Nieto, Loneliness and the Built Environment, fue destacado en los premios del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (2022) y en la XVI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (2023).

Fernando Nieto Fernández (ed.)

Doctor arquitecto y profesor e investigador en proyectos arquitectónicos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Tampere en Finlandia, donde dirige el grupo de investigación SPREAD (Spatial & Speculative Research in Architectural Design). Sus intereses de investigación se centran en las relaciones entre las esferas privada y comunitaria y sus implicaciones espaciales en el entorno construido, combinando metodologías de investigación científica y en proyectos de arquitectura. Ha tenido actividad académica como profesor e investigador en la ETSAM-UPM, ETH Zurich y Aalto University en Helsinki. Su práctica profesional como arquitecto ha sido premiada, publicada y expuesta en diversos foros. Es cofundador y coeditor de la plataforma de investigación HipoTesis.

Textos de:

Ben L. Mijuskovic, Christina R. Victor, Juhani Pallasmaa, Rosana Rubio, Fernando Nieto, Javier Echeverría, Atxu Amann, Flavio Martella, Lola S. Almendros, Lars Svendsen, Christopher R. Long, James R. Averill, Eric Klinenberg y Juan Navarro Baldeweg.

ACA

EL ACERVO EDITORIAL DE LA FAU UCV

AMUAY 64

Su gente. Su vivienda

Jeannette Abouhamad y Graziano Gasparini

Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas

Facultad de Arquitectura y Urbanismo

Universidad Central de Venezuela

1966

Cuando el 13 de diciembre de 1962 el Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela (UCV) aprobó el reglamento de creación el Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas (CIHE), que ya había sido presentado por el decano Julián Ferris el 31 de julio, y el 31 de enero de 1963 el Consejo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) sanciona sus normas de funcionamiento y a la vez nombra el Director (Graziano Gasparini) y la Comisión de Trabajo (Oscar Carpio, Julio Ripamonti, Alberto Weibezahn y Carlos Raúl Villanueva), tomaba cuerpo definitivo uno de los primeros espacios de ese tipo instituidos en la UCV y el primero dentro de la FAU.

De esa manera se le daba impulso a una actividad incipiente dentro de esta entidad académica, que el CIHE asumía desde el mismo primer artículo de su normativa en el que se definía como “un organismo destinado fundamentalmente a la investigación y al perfeccionamiento de los métodos de enseñanza”. Ello, como bien señala Hernán Lameda en su Trabajo de Grado dentro de la Maestría en Historia de la Arquitectura titulado “El Boletín del Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas. Aportes venezolanos a la historiografía de la arquitectura en Latinoamérica”, “prefigura … que el ente promovido por Villanueva, Gasparini y Posani no debe confinarse a los privilegios de la averiguación histórica. Por el contrario, los integrantes del mismo tienen la obligación de entrar a las aulas para dictar charlas, cátedras y verificar a su vez que estas herramientas sean útiles para los cursantes de pregrado y postgrado”.

1. Imagen con la que el Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas decide identificarse desde su creación: un grabado que representa una imprenta del siglo XVI.

Igualmente, en el artículo 8 de los 9 que conforman su reglamento, el CIHE fijaba el compromiso de publicar “una vez al año un libro titulado ANALES DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS Y ESTÉTICAS DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO, con el fin de divulgar, en el país y en el extranjero, los resultados de las investigaciones más interesantes realizadas en Venezuela y otros países americanos. La publicación aceptará la colaboración de historiadores, arquitectos, antropólogos, críticos de arte y otros especialistas de la materia histórico-estética”.

Esta declaración que lo emparentaba a la manera como titulaban sus órganos de difusión el Instituto de Investigaciones Estéticas de México y el Instituto de Investigaciones Históricas y Estéticas de Buenos Aires, con los cuales Lameda, además, establece una “incuestionable similitud” con organismos que ya desde las décadas de los 30 y 40 fueron “ideados para investigar y reflexionar sobre la arquitectura colonial latinoamericana”, es la que derivará a la aparición del prestigioso BOLETÍN del CIHE, revista que circuló entre 1964 y 1997 y a la cual dedicamos una nota aparecida en el Contacto FAC nº 192 del 13 de septiembre de 2020 (https://fundaayc.com/2020/09/13/sabia-usted-49/).

2. Portada del nº1 del BOLETÍN del CIHE y de las cuatro publicaciones que con su mismo formato aparecieron a modo de una colección de «investigaciones interesantes realizadas en Venezuela y otros países americanos».

Es dentro del espíritu de divulgar los resultados de “investigaciones interesantes realizadas en Venezuela y otros países americanos” que debe inscribirse la apertura por parte del CIHE de otra línea editorial que permitió la salida, bajo el mismo formato del BOLETÍN, de trabajos como Platón y la evolución de los establecimientos humanos en el mundo helénico de Pedro Lluberes (1966), Colonia Tovar, Tierra venezolana de Leszek Zawisza (1980) y Tipología de la escultura decorativa hispánica en la arquitectura mexicana del siglo XVIII de Ilmar Lucks, (1980), de los cuales Amuay 64. Su gente. Su vivienda de Jeannette Abouhamad y Graziano Gasparini (1966) fue pionero.

El libro de 160 páginas con un tiraje de1200 ejemplares impreso en los Talleres Gráficas Ediciones de Arte de Ernesto Armitano, ilustrado con fotografías tomadas por Graziano Gasparini, ya ofrece desde su título varias pistas sobre el contenido que alberga. Por un lado, identifica el objeto de estudio al cual se dedica: Amuay, pueblo apacible de pescadores ubicado en el municipio Los Taques, en la península de Paraguaná, en el estado Falcón poseedor de una hermosa bahía natural, cerca del cual a partir de 1947 la Creole Petroleum Corporation inicia los movimientos de tierra e instalación de equipos que conducen finalmente, el 3 de enero de 1950, a la inauguración de una enorme Refinería; y, por el otro, el año en el cual se lleva a cabo la aproximación: 1964.

3. Jeannette Abouhamad y Graziano Gasparini .
4. Índice de AMUAY 64. Su gente. Su vivienda

También habla del carácter interdisciplinario al que apunta cuando, tras referirse a “su gente” y “su vivienda”, nos presenta los intereses de cada uno de sus autores: Jeannette Abouhamad (1934-1983), antropóloga y socióloga que formó parte de la primera promoción de esa carrera de la Universidad Central de Venezuela e hizo su doctorado en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París; y Graziano Gasparini (1924-2019), arquitecto formado en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia, quien aunque viajó por primera vez a Venezuela en 1948 y se instala aquí definitivamente a partir de1949 para comenzar a recorrer a fondo el país, fotografiar sus viviendas e iglesias y dedicarse de lleno a la restauración a partir de 1953.

Abouhamad, encargada de realizar la primera y más voluminosa parte del libro, la cual titula “Amuay, un pueblo olvidado”, lleva a cabo un detallado y meticuloso estudio, respaldado en claros procedimientos metodológicos y cifras provenientes de encuestas y entrevistas realizadas en el lugar, que le permiten realizar una radiografía que a su vez derivará en las correspondientes conclusiones y sugerencias.

5. Dos páginas de “Amuay, un pueblo olvidado”, primera parte del libro.

“Este trabajo no corresponde a la categoría de investigaciones orientadas hacia problemas específicos derivados de marcos teóricos y metodológicos rígidos. Hemos perseguido, por el contrario, poner a funcionar conjuntamente varias teorías y conceptos socioantropológicos, con la finalidad de acercarnos al hombre y a su quehacer tan abiertos de mente como es posible, sin, por ello, desperdigarse en la flexibilidad. Algunos aspectos, por su misma esencia intrínseca, han sido manejados en forma fundamentalmente descriptiva y mediante análisis cualitativos. Otros, en cambio, se han prestado a enfoques analíticos y asociativos de variables operacionales cuantificables”, afirmará la autora.

6. Dos páginas de “Amuay, un pueblo olvidado”, primera parte del libro.

Acerca del por qué se elige a Amuay (que en lenguaje caquetío significa «Región de los vientos y de las aguas encontradas») como centro de atención, Abouhamad explica cómo dentro de la condición de Venezuela como “sociedad transicional plena de asincronías” propias del tránsito de una condición tradicional a una industrial, que se “manifiestan en todas las dimensiones del mundo sociocultural”, cuyos “cambios o modificaciones estructurales no se producen a igual dirección y velocidad entre sus sectores o partes componentes”, Paraguaná, y en particular el caserío de Amuay, ofrecen un marco idóneo para llevar a cabo una indagación que permita corroborar tales apreciaciones. Comunidad “sedienta de pan, de agua, de vida” que basa su actividad económica en la pesca no tecnificada “la cual sólo circunstancialmente le proporciona a los habitantes sus medios de subsistencia”, el poblado se ubica a diez kilómetros de la refinería petrolera “expresión más lograda del maquinismo industrial, engranaje automático que ha transformado al hombre de productor de energía en conductor de fuerzas, con procedimientos tecnológicos complicados que reemplazan el trabajo humano”.

7. Dos páginas de “Amuay, un pueblo olvidado”, primera parte del libro.

En resumen, para Abouhamad, “Amuay representa dentro del continuum tipológico de las asincrónicas comunidades de nuestra sociedad global, un ejemplo fáctico de tradicionalidad. Refleja, además, la coexistencia de formas de vida contrastantes de grupos vecinalmente accesibles y, en sí misma, presenta asincronías institucionales motivadoras, en parte, de problemas económicos y sociales”.

El trabajo de Abouhamad permite repasar a través de las partes que lo constituyen “La situación”, “Aspectos económicos”, “Los sectores económicos y sociales”, “La familia de Amuay”, “La vivienda”, “La educación”, “Lo político de Amuay” y “Lo religioso” antes de llegar a las ya señaladas “Conclusiones y sugerencias”.

8. Cuatro páginas de la segunda parte del libro dedicadas a “La vivienda en Paraguaná”.

Gasparini, de su lado, estructura la segunda parte del libro, que tituló “La vivienda en Paraguaná”, con un enfoque más historiográfico que mira hacia las razones del porqué se construye y cómo se construye, centrándose fundamentalmente en el contexto de la península ubicada en la zona más al norte de Venezuela. De tal manera, la población de Amuay, pasa a ser considerada como un subproducto de lo que ha sido el devenir de todo el territorio peninsular. Es así como repasa temas como “Historia y ambiente”, “Las casas en la época colonial”, “Tejas y horcones”, “El techo de torta”, “La vivienda blanca” para, finalmente, llegar a “Amuay” y revisar, dentro de la precariedad y modestia de su arquitectura, cómo se manifiestan algunos de los temas anteriormente tratados.

9. Cuatro páginas de la segunda parte del libro dedicadas a Amuay dentro de “La vivienda en Paraguaná”.

Es así como “el levantamiento del pueblo … dio un total de 209 casas, más otras construcciones para los servicios públicos que no se tomaron en cuenta por no tener carácter de viviendas. El número de casas que debía constituir el núcleo habitado de la Amuay colonial no debió ser superior a las 25 o 20 unidades y todas ellas reunidas alrededor de la iglesia”, comentará Gasparini. De las 209 casas levantadas, “la casi totalidad … no tienen vidrios en las ventanas … sólo el 8,61 por ciento… tienen el techo cubierto con tejas criollas, … el 30,62 por ciento tienen techo de asbesto, mientras que sólo el 8,61 por ciento se cubren con planchas acanaladas de metal” a lo cual Gasparini añade que “la superficie de las láminas de asbesto o aluminio se aprovecha al máximo. De allí la falta de aleros”. Sin embargo, “el porcentaje más alto, entre los sistemas de techumbre lo tienen los techos realizados con materiales de recolección. El 52,16 por ciento de las casas de Amuay tienen ‘techo de torta’” sistema tradicional indígena usado por ser el más económico y no necesariamente el más deseable.

10. Dos libros de carácter interdisciplinario publicados en 1986 donde Graziano Gasparini profundiza en la línea de trabajo iniciada en AMUAY 64. Su gente. Su vivienda.

Gasparini, sin duda, tendrá en este libro, donde la interdisciplinariedad es sólo un enunciado, la primera oportunidad para perfeccionarla y para abrir una línea de trabajo que luego profundizará en las publicaciones Paraguaná. Cambios en el hábitat de una región venezolana con la coautoría de Carlos González Batista y Luise Margolies y Arquitectura popular de Venezuela junto a Luise Margolies ambos de 1986 y editados por Ernesto Armitano Editor.

11. Los tres tomos de Suma del pensar venezolano.

Por otra parte, Roberto Briceño León consideró el texto “Amuay: un pueblo olvidado” de Jeannette Abouhamad como uno de los escritos que debían formar parte del Tomo 1 “Sociedad y cultura” de la Suma del pensar venezolano (Asdrúbal Baptista, José Balza y Ramón Piñango, editores; Fundación Empresas Polar, 2011) y que Briceño englobó tras el título “Casta, raza, clase y estrato: modos de ser distintos los iguales”.

12. Izquierda: La península de Paraguaná al noroeste de Venezuela. Derecha: localización del pueblo de Amuay (izquierda) y la refinería de Amuay (derecha) en el lado occidental de la península.
13. Página del libro en la que la hermosa fotografía de Graziano Gasparini lleva por leyenda: «Las dos Amuay: la refinería de Amuay y el pueblo de pescadores de Amuay».

A sesenta años de aquella indagación realizada por Abouhamad y Gasparini y teniéndola como referencia, tal vez valdría la pena preguntarse qué ha sido de una población ubicada en la zona occidental de la península de Paraguaná con una ensenada “que poseía un extraordinario reservorio natural, adornado por numerosos y frondosos manglares y plantas xérofitas”, a la que una refinería petrolera que tomó su nombre fue sustituyéndola paulatinamente en el recuerdo.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 13. Jeannette Abouhamad y Graziano Gasparini. AMUAY 64. Su gente. Su vivienda, 1966.

1. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

2, 3 y 10. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

11. BIBLIOFEP HISTORIA (https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/publicaciones/colecciones/suma-del-pensar/)

12. Capturas de Google Earth