1984• Se concluye la construcción y pone en uso el Pre Escolar Las Lomitas, ubicado en la calle Las Vertientes, urbanización Alto Prado, proyectada por Raúl Grioni (arquitecto Universidad Nacional de La Plata-UNLP, revalida FAU-UCV), Javier Usarraga (FAU UCV 1980) y Daniel Betti (1944-2012) arquitecto y urbanista, Universidad Nacional de La Plata-UNLP).
La nueva edificación educacional de 500 m2 fue implantada en un terreno de 1.500 m2, rodeada de vegetación, concebida para 90 niños con edades entre tres y cinco años.
El edificio, de dos plantas, que volumétricamente está separado en dos cuerpos vinculados entre sí por un largo corredor sobre el cual se ubicaron los servicios, está dotado de 3 aulas en la planta baja, cada una de ellas provista de dos sanitarios para los alumnos y un área de expansión descubierta, al aire libre. La planta esta complementada con una sala para maestras, una enfermería y una kitchenette.
En la segunda planta, los arquitectos dispusieron una oficina de coordinación, un área administrativa, un salón de usos múltiples y sanitarios.
Las especificaciones y lapsos de construcción fueron fuertemente determinados por factores económicos, lo que llevo a los proyectistas a proyectar una edificación con estructura metálica apernada, con cubierta y algunas fachadas cerradas con láminas acanaladas de fibrocemento suplidas por Eternit.
Fuente consultada: revista Croquis. arquitectura / ingeniería / arte de Venezuela. Nº 11, marzo 1984.
La imagen que hemos seleccionado hoy para que acompañe nuestra postal corresponde a la propaganda de una marca que nace como consecuencia de la creación en 1894, por parte del emprendedor e industrial austríaco Ludwig Hatschek, del material que se conoce como fibrocemento, el cual patentó en 1900 y empezó a fabricar a partir de 1903 bajo el nombre comercial de Eternit.
Según consta en su biografía, Hatschek compró en 1893 una fábrica de papel en desuso en Schöndorf, cerca de Vöcklabruck, Austria. Para esta fábrica, adquirió máquinas de hilar de amianto (asbesto) usadas de una hilandería incendiada en Lend fibra que, sumada al cemento, celulosa, aire y agua, le permitió concretar la idea de producir un material “más ligero que el ladrillo, más barato que la pizarra y mejor que la chapa”. De lo que recogemos del portal https://www.eternit.at, Hatschek “llama al primer material de construcción producido industrialmente del mundo ‘Eternit’, derivado del latín ‘aeternus’, que significa algo así como ‘eterno’ y debería revolucionar el mercado: debido a las propiedades físicas especiales de los paneles Eternit, como resistencia a las heladas, resistencia al fuego y de peso ligero, el material de construcción encuentra rápidamente partidarios”.
1. Ludwig Hatschek quien es considerado el inventor del fibrocemento y la patente Eternit registrada en 1901
Desde que comienza su producción industrial, Eternit tuvo un enorme éxito y aceptación dentro de la industria de la construcción en virtud de sus ventajas competitivas en el uso para cubiertas dado su bajo costo, al punto que el nombre comercial se dio a conocer prácticamente en todo el planeta, perteneciendo en cada país donde tiene presencia a diferentes empresas o grupos empresariales que la han adquirido con el paso del tiempo.
La que es lanzada como “la losa de hormigón más delgada del mundo” sirvió ya desde 1903 para techar naves industriales y fábricas en toda Europa imponiéndose paulatinamente a escala internacional, cobrando un auge inusitado a partir de la reconstrucción que se emprende después de la Segunda Guerra Mundial. El portal ya citado complementa: “El auge de la construcción en la década de 1960 dio lugar a una gran proliferación de edificios. Numerosos paisajes de tejados llevan la firma de Eternit, pueblos enteros están revestidos con el material de construcción. Eternit avanzó rápidamente de ser un material de construcción puro a ser el material de una cultura: a ser un material de construcción de culto, por así decirlo. Y el panorama de la arquitectura también fue tomando conciencia de la empresa. Inspirándose en las posibilidades estructurales, se forman alianzas con grandes de la arquitectura austriaca como Clemens Holzmeister, Mauriz Balzarek u Otto Wagner. A nivel internacional, son reconocidos arquitectos Oscar Niemeyer, Le Corbusier y Alvar Aalto quienes dan forma a la cultura moderna de la construcción y a la vez aparecen junto a Eternit. (…) El pabellón de la Expo de Nueva York de Gustav Peichl, la iglesia Steinhof de Viena de Otto Wagner, la Ortsstockhaus de Braunwald de Hans Leuzinger y la Maison Blanche de La Chaux-de-Fonds de Le Corbusier son solo algunos de los testigos contemporáneos de la exitosa historia de Eternit.”
2. La Sanierung Ortstockhaus, Braunwald, edificio histórico del arquitecto Glarus Hans Leuzinger (1887-1971) rennovado en 2016 utilizando fibrocemento como revestimiento exterior3. Silla Bucle fabricada en fibrocemento diseñada por Willy Guhl en 1954
Otro hecho destacado a mencionar fue cuando el diseñador Willy Guhl creó en 1954 la famosa silla de bucle, la cual se componía de una sola pieza elaborada con este material, y cuyo diseño reflejaba las cualidades propias del fibrocemento: delgado, ligero, resistente y atractivo.
Ampliamente conocido como “asbesto-cemento” la popularidad de dicha combinación sufre un duro golpe en los años 70, momento en que diferentes investigaciones emprendidas en los Estados Unidos determinan que la exposición prolongada con el amianto, cuyas propiedades asociadas a la resistencia al calor, al fuego y a las sustancias químicas además de no ser conductor de la electricidad y por ende un buen aislante térmico (características que lo habían impuesto por sobre el zinc, otro material muy utilizado para realizar cubiertas), acarreaba riesgos de contraer cáncer. La página https://www.cancer.gov/espanol/cancer/causas-prevencion/riesgo/sustancias/asbesto/hoja-informativa-asbesto, señala: “A fines de los años setenta, la Comisión de Seguridad de los Productos para el Consumidor de EE. UU. (U.S. Consumer Product Safety Commission, CPSC) prohibió el uso del asbesto en los compuestos para la reparación de tablaroca o cartón-yeso y en chimeneas de gas porque las fibras de estos productos podían escaparse al ambiente durante el uso. Además, en 1979, los fabricantes de secadoras de pelo eléctricas dejaron voluntariamente de usar el asbesto en sus productos. En 1989, la Oficina de Protección Ambiental de los Estados Unidos (U.S. Environmental Protection Agency, EPA), prohibió todo uso nuevo del asbesto; sin embargo, los usos establecidos antes de 1989 aún se permiten. La EPA estableció también normas que requieren que las escuelas inspeccionen los edificios para la presencia de asbesto dañado y para eliminar o reducir la exposición de los ocupantes mediante el retiro o el sellado del asbesto”. Y añade: “Es posible que la gente esté expuesta al asbesto en su trabajo, en su localidad o en sus hogares. Si los productos que contienen asbesto se sacuden, fibras pequeñas de asbesto se desprenden en el aire. Cuando se inhalan las fibras de asbesto, es posible que se alojen en los pulmones y que permanezcan ahí por mucho tiempo. Con el tiempo, las fibras pueden acumularse y causar cicatrices e inflamación, lo cual puede dificultar la respiración y llevar a serios problemas de salud”.
La marca Eternit, asociada desde siempre con la denominación asbesto-cemento, se vio obligada a modificar totalmente la fórmula de fabricación de los productos que utilizó durante años, sustituyendo el amianto por otros tipos de fibras, como fibras de celulosa, fibras vinílicas, o fibra de vidrio. También debió emprender una campaña de gran alcance para ir eliminando del inconsciente colectivo dicha asociación de la cual todavía quedan importantes resquicios en virtud de la enorme cantidad de metros cuadrados que aún permanecen cubiertos por sus productos. Todo ello ha dado pie a la aparición de otras marcas que hoy en día compiten con un sello que por años mantuvo un monopolio que, como ya se dijo, cobró visos culturales.
4. “Programa Nacional de Vivienda Rural”, impulsado por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social durante los años 50, 60 y 70. Todos los techos de las casas todos eran de fibrocemento
Regresando al tema directamente relacionado con la imagen de nuestra postal, sería bueno recordar que en la pujante Venezuela de los años 50, 60 y 70 los techos de las unidades pertenecientes al “Programa Nacional de Vivienda Rural”, impulsado por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, que tenía como principal objetivo la “lucha contra el rancho” en ese medio, eran realizados en su totalidad en fibrocemento como muestra de que se había dejado en el pasado el uso de otros materiales que venían asociados a la proliferación de enfermedades. También como demostración de agilidad y eficiencia en su colocación, la cual requería de mano de obra no necesariamente especializada y permitía incorporar al propio usuario en la construcción de las unidades de vivienda ya que el producto venía con un set de elementos e instrucciones que facilitaban su instalación. Tal fue la penetración lograda que en algún momento Graziano Gasparini lo consideró como parte del proceso de transculturización y “modernización” sufrido por la arquitectura popular venezolana como consecuencia del paso de una Venezuela agrícola a una petrolera, donde se fueron sustituyendo por “eternit” un buen porcentaje de las cubiertas hecha con ramas, paja y demás productos vegetales, los techo de tejas y también al conocido «techo de zin». Posteriormente, el uso de otros tipos de lámina como la compuesta por aluminio y un aislante de asfalto liquido conocido por su nombre comercial de “Acerolit” (elaborando por Cindu) han entrado a formar parte del espectro de materiales ampliamente utilizado para abaratar costos y competir con el fibrocemento.
El diseño del anuncio aparecido en la revista Integral que hemos utilizado, muy probablemente pasó por las manos de Omar Carreño, conocido artista plástico venezolano quien tenía a su cargo la “dirección artística” de la publicación. También destacan del anuncio, además de su cuidado diseño, el que se promocione como “asbesto-cemento” y su versatilidad para ser usado “en la construcción”, “en la industria”, “en la arquitectura” y “en la decoración”, todo esto en plenos años 50 del siglo XX.
La gama de productos ofrecidos por Eternit Venezolana S.A., cuyo nombre aparece en el Directorio de la revista y cuyas oficinas estuvieron ubicadas en el selecto centro comercial La Gran Avenida (Plaza Venezuela), cuyos depósitos se ubicaban en la avenida Los Cármenes de El Cementerio y la fábrica en la avenida Bermúdez de Maracay (estado Aragua), abarcaba no sólo láminas para techos, sino también tuberías, tanques de agua y planchas para recubrimiento de fachadas, fabricación de muebles u otros objetos. Hoy Eternit Venezolana, que construyó un edificio sede en la Av. Chicago con Prolg. Milan, Los Ruices, Caracas, aún mantiene su planta en Maracay con una limitada producción y ha dejado en manos de diferentes concesionarios la distribución de su oferta.
5. Dos obras recientes en los que se ha usado fibrocemento en exteriores. Izquierda: Herzog & de Meuron. Ricola Storage Building (1986–1987). Derecha: Lighthouse / Room11 Architects (2015)
Hoy en día el uso de fibrocemento en la industria de la construcción sigue ofreciendo múltiples posibilidades no solamente reducidas a su aplicación como elemento de cubierta. Son numerosas las obras de arquitectura que han aprovechado sus condiciones de aislante térmico y su resistencia al fuego y a las inclemencias del tiempo como recubrimiento y acabado final de importantes edificaciones de las cuales las revistas de arquitectura dan buena fe. Sus fabricantes lo ofrecen argumentando que los costos ambientales incurridos por el uso de fibrocemento son un 20 por ciento menores que, por ejemplo, el uso típico de ladrillo. También exponen que requiere menos gasto energético en el montaje y la construcción que todos los demás materiales de la pared, excepto la madera y un bajo consumo de energía en transporte e instalación. Además exponen que los costos ambientales relacionados con el agotamiento de la capa de ozono, las sustancias cancerígenas y las emisiones de desechos sólidos son casi insignificantes lo cual hace del fibrocemento (despojado definitivamente del asbesto como acompañante) un material que entra en sintonía con los más actuales requerimientos asociados a la sostenibilidad.