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VISITAS MEMORABLES

Rafael Leoz de la Fuente (1921-1976)

Rafael Leoz, quien nació en Madrid y murió también allí a la edad de 55 años, es uno de los arquitectos españoles del siglo XX que alcanzó mayor relieve internacional y también uno de los menos reconocidos en su país de origen. A consecuencia del estallido y desarrollo de la Guerra Civil española, Leoz hubo de ingresar tardíamente en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, por la que se licenció en 1955.

Quienes se han dedicado a elaborar la biografía de Leoz lo ubican entre el grupo de jóvenes arquitectos que inician su carrera en la segunda mitad de la década de los cincuenta, y que en medio de unas condiciones difíciles recuperaron el discurso moderno tras un oscuro y largo paréntesis.

También han reconocido en él su claro interés por buscar soluciones enmarcadas dentro de lo que se denomina como “arquitectura social” a la cual por lo general se le acompaña del apelativo “humanizante”.

Y, en efecto, prácticamente desde el momento en que obtiene el grado de arquitecto y hasta 1960, Leoz se incorpora a lo que Carlos Sambricio en “De la arquitectura del nuevo estado al origen de nuestra contemporaneidad: el debate sobre la vivienda en la década de los cincuenta” (publicado en la revista Ra, nº 4, 2000), ha calificado como “el momento en el que la discusión arquitectónica se planteó en la intención de dar solución a la grave necesidad de vivienda que caracterizaba aquella sociedad”.

1. Maqueta del núcleo del Poblado Dirigido de Orcasitas. Madrid. 1959

Entendido por Sambricio el de 1954 como un singular punto de inflexión en la valoración de la vivienda social en los años de la reconstrucción, que coincide con la asunción de Julián Laguna como responsable de la Comisión de Ordenación Urbana -COUM-, Leoz participa en uno de los equipos que desde el ejercicio libre de la profesión Laguna conforma para enfrentar de manera fresca el problema y que nada tienen que ver con los planteamientos oficialistas (burocráticos dirían otros) de los arquitectos de la Obra Sindical -OSH- (Ambrós, Alastrue, Alfonso Taboada, Joaquín Núñez Mera). El enfrentamiento entre esas dos visiones antagónicas plantea la necesidad de convocar desde el Instituto Nacional de la Vivienda el Concurso de Viviendas Experimentales de 1956, “abriéndose puertas a una nueva realidad”. Así, del equipo de arquitectos conformado por Leoz junto a Joaquín Ruiz Hervás, Antonio Vázquez de Castro e Íñiguez de Onzoño surgen los planes de erradicación del “chabolismo” en Madrid, dirigidos a conducir y ubicar a la nueva inmigración a través de los llamados “Poblados Dirigidos”, como los de Orcasitas (2044 viviendas) y Caño Roto (1210 viviendas).

Tras cinco años de experiencia profesional, Leoz la abandona para dedicarse a la reflexión teórica. Una de la primeras ocasiones en las que el fruto de su investigación es expuesto y debatido, es en la VI Bienal de São Paulo (1961), donde presenta el trabajo “División y Organización del Espacio Arquitectónico” por el que recibió el Premio Especial Honorífico, publicado dos años después y que será un paso previo para su trabajo sobre el innovador Módulo HELE.

2. Izquierda: Nota de prensa aparecida en el diario ABC de Madrid en la que se recogen los elogios dados por Le Corbusier a las teorías de Rafael Leoz. Derecha: Le Corbusier y Jean Prouvé quienes tras el éxito de Leoz en la VI Bienal de Sao Paulo invitan a Leoz a integrarse en 1963 al Cercle d’etudes Architecturales

La exitosa participación en la VI Bienal de São Paulo significó para Leoz el inicio de su proyección internacional, la cual obtuvo un sustancial impulso cuando en 1963 es invitado por Jean Prouvé y Le Corbusier a integrarse como miembro en el Cercle d’etudes Architecturales (al cual solamente otro español había y ha pertenecido: Eduardo Torroja), recibiendo cálidos elogios del maestro suizo. A Le Corbusier se le atribuyen expresiones como: “El módulo de Leoz es tan importante para la arquitectura de hoy como lo fueron mis ideas de los años 20 al 30… no he visto a nadie que formulara de una manera tan clara las leyes fundamentales de la arquitectura” (citados repetidamente en los enlaces web). ABC recoge una noticia de otra presencia de Leoz en el Cercle, el 6 de julio de 1965 titulada: “Las teorías del español Leoz de la Fuente, elogiadas por Le Corbusier” (entre los elogios está el llamarle «genio de la arquitectura»). Justamente en 1965, Leoz inicia su actividad docente en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid de donde había egresado.

En adelante Leoz será reclamado como conferencista en diferentes centros universitarios y profesionales de Europa y América, comenzando un continuo periplo de viajes, en los que explicaba sus hallazgos sobre la organización del espacio arquitectónico y sus aplicaciones a la arquitectura social.

3. El Módulo Hele de Rafael Leoz y sus variaciones

Tal y como señala Fernando Agrasar en “Una obra olvidada de la modernidad arquitectónica española: la embajada de España en Brasilia”, ponencia presentada y publicada en el 9º Seminario Docomomo Brasil (junio 2011): “La investigación arquitectónica espacial de Leoz tiene una formulación central, denominada Módulo HELE, una forma geométrica que utilizada como elemento de composición permite soluciones de máxima compacidad y resuelve en su volumen sistemas funcionales complejos. En 1968 se publica su libro Redes y Ritmos Espaciales, escrito tres años antes, en el que expone una investigación sobre formas geométricas como base compositiva para adecuar los procesos de construcción a las exigencias de la industria y a las posibilidades tecnológicas de entonces. El Módulo HELE protagonizó dos películas documentales, concebidas y dirigidas por el arquitecto: una primera, con este mismo título, presentada en IX Congreso de la UIA en Praga en 1967; y la segunda, titulada ‘Arquitectura hacia el futuro’ , presentada en el X Congreso de la UIA en Buenos Aires en 1969. En este mismo año, Rafael Leoz constituyó la ‘Fundación Leoz para la Investigación y la Promoción para la arquitectura social’, institución desde la que dirigió su trabajo investigador y proyectual”.

4. Portada del libro Rafael Leoz. Redes y ritmos espaciales (1969)

Con Redes y ritmos espaciales (publicado por Editorial Blume finalmente en 1969, prologado por Jean Prouvé), Leoz culmina una primera y muy importante etapa en su ruta como investigador. Sería a la postre su única monografía y puerta de entrada a otra fase dedicada a indagar en torno a los hiperpoliedros que no llegó a concluir debido a su prematura muerte, pero que si logró experimentar en la construcción de la Embajada de España en Brasilia (1973-1975). No obstante, de lo recogido en el artículo dedicado a Leoz por el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia de España (http://dbe.rah.es/biografias/11997/rafael-leoz-de-la-fuente), vale la pena apuntar que “Las expectativas creadas por este camino de exploración tuvieron una especial acogida en todo el mundo latinoamericano, por lo que suponían de esperanzador en un contexto de desarrollo urbano desproporcionado y mísero. Las numerosas conferencias pronunciadas en todo el continente culminaron en 1968, cuando un importante número de organizaciones profesionales del mundo de la arquitectura, encabezadas por la Sociedad Bolivariana de Arquitectos de Latinoamérica, propuso a Rafael Leoz al Premio Nobel de la Paz. El año siguiente, en el transcurso del X Congreso de la UIA celebrado en Buenos Aires, recibió el Premio del Jurado a la película ‘Arquitectura hacia el futuro’ «.

Del ambicioso proyecto que englobaba la “Fundación Leoz para la Investigación y la Promoción para la arquitectura social”, cuya creación fue apoyada en su momento por la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, el Politécnico de Zurich, la Universidad de Harvard, el Círculo de Estudios Arquitectónicos de París y otras personalidades de diversos países entre las que se encontraba el propio Carlos Raúl Villanueva, habría que agregar también que contó con el “apoyo institucional por expresa indicación del general Franco, en un intento de evitar una fuga de cerebros al extranjero, junto al apoyo de la banca privada, así como el de un importante número de industrias de la construcción, y la empresa tecnológica IBM (quien ofreció algunos de los primeros equipos informáticos que llegaron a España para apoyar técnicamente las investigaciones de la Fundación Leoz)”. Tras el fallecimiento de Leoz en 1976 la Fundación continuó investigando y creando propuestas pero, a pesar de contar con el valioso voluntarismo de sus integrantes, con el transcurrir de los años llegó un momento de declive en el que las teorías planteadas por el fundador cayeron poco a poco en el olvido.  El Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia completará: “A pesar del homenaje dedicado por la Bienal de São Paulo a su obra en 1975, y la exposición homenaje realizada en Madrid en 1978, inaugurada por el rey de España Juan Carlos I, las teorías e investigaciones de Leoz no obtuvieron continuidad, y en un contexto industrial y cultural cambiante, fueron quedando a un lado del desarrollo de la realidad arquitectónica. Paradójicamente, en la década de 1980, la Fundación Leoz tuvo un notable éxito en Latinoamérica, especialmente entre 1987 y 1990, con la celebración de los Encuentros Internacionales de Investigación en Arquitectura Social, cuya primera edición se celebró en el Instituto de Investigaciones Urbanísticas y Arquitectónicas Rafael Leoz de la Universidad Experimental de Táchira de Venezuela”.

5. Artículo «Reflexiones de un arquitecto» por Rafael Leoz de la Fuente publicado en la revista Punto nº 13, julio 1963
6. Artículo «Rafael Leoz» por Antonio Granados Valdés publicado en la revista Punto nº 38, junio 1969
7. Izquierda: Declaraciones de Rafael Leoz aparecidas en el diario La Vanguardia el 13 de noviembe de 1969. Derecha: Página del Sumario y Créditos del nº 1 de la revista Arketipos, enero-febrero de 1984

Todo este extenso preámbulo nos permite, no sólo destacar la estatura e importancia de Rafael Leoz y su obra sino contextualizar los momentos en que entra en contacto con nuestro país, los cuales son recogidos fundamentalmente a través de la revista PUNTO.

Así, podemos afirmar con propiedad que Leoz nos visita dos veces, una en 1963 y otra en 1967 en momentos en que ya se había producido su despegue a nivel internacional. La primera de ellas (1963) se da cuando va rumbo a su exitosa participación en la VI Bienal de São Paulo y posterior integración al Cercle d’etudes Architecturales, y está a punto de ser publicado su trabajo “División y organización del espacio arquitectónico”. La segunda (1967) se produce a las puertas del lanzamiento de Redes y ritmos espaciales y en medio de la presentación del documental que bajo ese mismo título obtuvo gran reconocimiento en el IX Congreso de la UIA en Praga.

En su primera visita de 1963, además de dar una conferencia en el auditorio de la FAU, también dejó para el nº 13 de PUNTO (julio 1963) un artículo de 5 páginas preparado especialmente para la revista titulado “Reflexiones de un arquitecto”, donde Leoz muestra con toda claridad el eje central que guía sus investigaciones, ilustra diversas aplicaciones de su Módulo HELE y a la vez advierte que se trata de “pensamientos subjetivos nacidos de mi íntima convicción mucho más que cosas objetivas llegadas a mí desde el mundo exterior y reflejadas por mí hacia ustedes”.

La segunda visita, que estuvo acompañada de una conferencia titulada “División y organización del Espacio Arquitectónico”, dictada del 23 de junio de 1967 en el Auditorio de la FAU UCV, es reseñada en una nota aparecida en PUNTO nº 32 (julio-agosto 1967). Allí se precisa que: “… después de una breve charla sobre los estudios que viene realizando…, proyectó una interesante película sobre los diferentes aspectos de su Módulo y la posibilidad de sus múltiples variantes en la construcción de edificaciones. Este módulo, del cual hizo grandes elogios el gran maestro Le Corbusier, ha despertado muchísimo interés en nuestros medios.”

Más adelante, Antonio Granados Valdés (Director de Extensión Cultural de la FAU y de PUNTO), tras la visita que le hiciera a Leoz en Madrid en 1968 (de regreso de París donde fue recibido con efusividad por Jean Prouvé), para cuando ya el español se encontraba enfermo, publica en PUNTO nº 38 (junio 1969) una interesante entrevista que habría que sumar a la aparecida en La Vanguardia Española (diario madrileño) del 13 de noviembre de aquel mismo año 69, en la que vuelve a hacer una serie de aportes y aclaratorias en torno a su filosofía, líneas de investigación y la próxima aparición de Redes y ritmos espaciales. Al igual que el artículo publicado en el nº 13, esta entrevista de Granados no tiene desperdicio por la vigencia que aún tienen los planteamientos centrales por los que discurre el trabajo de Leoz.

En PUNTO 40-41 (enero-marzo 1970) se reseña el nuevo premio obtenido por Leoz en el Congreso Mundial de la U.I.A, celebrado en Buenos Aires en el mes de octubre de 1969, por la película “Arquitectura hacia el futuro”, ya mencionado anteriormente. En la nota Granados no pierde la oportunidad de resumir, una vez más los aspectos más resaltantes de su trayectoria explicando con detalle la postulación de que fue objeto en 1968 para el Premio Nobel de la Paz por la Sociedad Bolivariana de Arquitectos “que agrupa a arquitectos de Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Panamá, Argentina y Chile, apoyados por organismos profesionales de Francia, Italia, Suiza, Bélgica y Checoslovaquia, por estimar que ‘había logrado traducir en fórmulas concretas la gran inquietud del hombre moderno respecto al problema trascendental de la vivienda, sin cuya resolución no es imaginable una paz duradera entre los hombres’ ”.

La salida a la luz de Redes y ritmos espaciales (ya anunciada en la entrevista publicada en PUNTO nº 38), es el centro de otra nota para PUNTO nº 42 (abril-junio 1970) en la que se resaltan fundamentalmente la dedicatoria “A todas las personas que no habitan una vivienda digna de un ser humano” y, del Prólogo elaborado por Jean Prouvé, la valoración que éste hace de la posibilidad de concretar los proyectos de Leoz los cuales, además, crean “…la armonía entre la producción científica y el marco de la vida…”

Ya fallecido, en PUNTO nº 61 (junio 1979), aparece como noticia la visita que hiciera al país, y en particular a FAU UCV el 19 de enero, su viuda Carmina Ayuso de Leoz (Presidenta de la Fundación Rafael Leoz), en compañía del arquitecto Enrique Fernán Bravo, Director Técnico de la misma institución. “Ambos visitantes presentaron en esta ocasión un filme y dictaron una conferencia sobre la obra del arquitecto español… fallecido el 28 de julio de 1976”.

Para cerrar este recorrido que reseña la presencia de Leoz en nuestro país sólo faltaría agregar que en el nº 1 (enero-febrero de 1984) de la revista Arketipos (publicación periódica que tenía entre sus auspiciadores a la Sociedad Bolivariana de Arquitectos), se dedica un importante espacio a valorar su legado y a darle cabida a parte de la investigación titulada  “Diseño de una arquitectura molecular industrializable” que venía desarrollando la Fundación. También como una muy importante noticia se señala la ya mencionada “fundación del Instituto de Investigaciones Urbanísticas y Arquitectónicas Rafael Leoz en la Universidad Nacional Experimental del Táchira”.

8. Rafael Leoz. Embajada de España en Brasilia (1973-1975). Arriba: Maqueta. Centro: Vista aérea. Abajo: Planta
9. Rafael Leoz. 218 viviendas experimentales en el Barrio de Las Fronteras de Torrejón de Ardoz (iniciadas en 1975). Arriba: maqueta. Abajo: vista exterior de un espacio común

El poco reconocimiento que se le ha dado en España a este brillante arquitecto seguramente ha estado signado por el momento en el que le tocó desarrollar su carrera y por el hecho de que sus intereses teóricos y vivenciales, ligados a resolver problemas sociales, hayan atraído el interés del régimen franquista con el que trabajó realizando sus dos únicas obras construidas: la Embajada de España en Brasilia (1973-1975) y 218 viviendas experimentales en el Barrio de Las Fronteras de Torrejón de Ardoz (iniciadas en 1975), finalizadas estas últimas después de su fallecimiento. A ellas se sumaría el Poblado Dirigido de Orcasitas (1959).

Haciendo honor al dicho de que “nadie es profeta en su tierra”, tal y como lo demuestran los ensayos de Jesús López Díaz, “La influencia del arquitecto español Rafael Leoz (1921-1976) en la arquitectura social latinoamericana” [en M. Cabañas Bravo (coord.), El Arte español fuera de España, Madrid, Instituto de Historia, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2003 y “El Módulo ELE de Rafael Leoz, una historia de contradicciones. Del éxito internacional a la difícil relación con la arquitectura española” (aparecido en el nº 14 de la revista Ra, 2012)] , lo cierto es que las teorías de Rafael Leoz no crearon un especial entusiasmo entre sus coterráneos compañeros de profesión.

Fernando Agrasar añade al respecto: “Las razones del inexplicable manto de silencio sobre Rafael Leoz, que sólo por las realizaciones de la Embajada en Brasilia y las viviendas en Torrejón de Ardoz merecería un lugar destacado en la Historia de la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX, son complejas. Su fallecimiento, en el apogeo de su trayectoria creativa y teórica, coincide con la muerte del dictador y el inicio del proceso de cambio y transformación española, conocido como ‘la transición’. El evidente apoyo del régimen a Leoz quedó vinculado al recuerdo de su figura, cuya personalidad no tuvo la ocasión de enfrentarse y reaccionar a la nueva situación y a la explosión de libertad y progreso que impulsaron a la sociedad española en esos años. Por otra parte, toda la investigación arquitectónica de Leoz está vinculada al ideario moderno, sin que nunca haya hecho explícita su proximidad a búsquedas foráneas que cuestionaban la ortodoxia moderna. La embajada en Brasilia y las viviendas en Torrejón muestran un estrecho parentesco compositivo y conceptual con obras tan significativas y reconocidas como el orfanato de Aldo Van Eyck en Ámsterdam (1957-1962), la Baumhaus de Piet Blom en Helmond (1972), el edificio de oficinas Centraal Beheer en Apeldoorn de Herman Hertzberger (1968-72), o el proyecto del Hospital de Venecia del propio Le Corbusier (1963-65). En vez de esta filiación, Leoz prefirió señalar la semejanza formal de los hiperprismas brasilianos con los volúmenes de la Puerta de Serranos, parte la la muralla medieval que rodeaba la ciudad de Valencia. Desaparecidos los responsables políticos e institucionales que se valieron de Leoz como exponente de la capacidad creativa española y de su utilización como imagen de desarrollo y modernidad, desaparecida la fundación creada por él, relegadas las publicaciones a los anaqueles menos visitados de las bibliotecas especializadas, y con su mejor obra oculta entre la espesura del sector de embajadas de la lejana Brasilia, Leoz y su legado cayeron en un profundo olvido, del que es absolutamente necesario rescatarlo para completar nuestra comprensión de la última modernidad arquitectónica española.”

Intentos como la publicación Experiencias con las “redes y ritmos espaciales” de Rafael Leoz de Fernán Bravo y Ricardo Novaro (editorial Letras de Autor, 2016) apuntan, aunque sea tímidamente, al rescate solicitado por Agrasar el cual, desde nuestra lejanía, también compartimos.

Nota

Nos hemos tomado la libertad de darle a esta nota una extensión mayor de la usual, apelando a la hecho de que nuestro lectores seguramente en su abrumadora mayoría estarán cumpliendo la cuarentena impuesta por el Covid-19 y tendrán algo más de tiempo para dedicarle a la lectura de este contacto semanal. Tampoco negaremos que la cantidad de información obtenida y los temas que han girado en torno a ella nos han entusiasmado particularmente a compartirlos.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. file:///Users/aziercalvo/Downloads/25956-Texto%20del%20art%C3%ADculo-77078-1-10-20180509.pdf

2. Izquierda: https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-madrid-19650706.html.

3. https://core.ac.uk/download/pdf/83579496.pdf

4. https://www.todocoleccion.net/libros-segunda-mano-arquitectura/redes-ritmos-espaciales-rafael-leoz-editorial-blume-arquitectura~x32790902

5. Revista Punto nº 13, julio 1963

6. Revista Punto nº 38, junio 1969

7 y 8. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

9. Arriba: file:///Users/aziercalvo/Downloads/12650-61167-1-PB.pdf. Abajo: https://www.metalocus.es/es/noticias/218-viviendas-experimentales-de-rafael-leoz-de-la-fuente-miradas-academicas-de-una-modernidad-ignorada

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 167

Brasilia, “capital de la esperanza” como la bautizó André Malraux, que como se sabe fue construida desde cero en una extensa meseta en la zona sureste del estado de Goiás en el centro de Brasil, fue desarrollada basada en el “Plan Piloto” elaborado por Lúcio Costa como resultado de ser el ganador del concurso promovido por el presidente Juscelino Kubitschek para tal fin en 1957. El 23 de octubre de 1956, año en que Kubitschek asume la presidencia (que ejercerá hasta 1961 luego de ser gobernador de Minas Gerais entre 1951 y 1955), marca el inicio de su construcción y el 21 de abril de 1960, tras 41 meses de trabajo, la ciudad fue inaugurada al quedar completada buena parte de su infraestructura, gracias al apoyo político y financiero otorgado desde la presidencia de la república. Correspondió, como también se sabe, a Oscar Niemeyer amigo cercano de Costa, diseñar la mayoría de los edificios públicos y a Roberto Burle Marx buena parte del paisajismo.

1. Plan pilo de Brasilia donde se indica la ubicación de las delegaciones diplomáticas

Vale destacar, con relación al tema que hoy nos ocupa, que dentro del “Plan Piloto” de Brasilia, Costa previó con toda claridad para localizar las delegaciones diplomáticas de los diferentes países un sector importante ubicado al suroeste de la ciudad, entre la arteria L-2S (paralela al Eje Rodoviario Sur) y la avenida De Las Naciones, próximo a la Plaza de los Tres Poderes (remate del eje urbano principal) y a la Catedral, y colindante con el lago Paranoá hacia el cual se produce un ligero declive. La lotificación prevista contemplaba parcelas rectangulares iguales de 250 x 100 mts (25.000 m2 o lo que es lo mismo dos hectáreas y media), a ser repartidos entre los gobiernos de los diferentes países. Así, el privilegiado barrio diplomático estaría servido por un eje transversal al eje monumental, y se encontraría próximo a los ministerios y los clubes deportivos. Se abría, por tanto, la posibilidad de convertir la zona en un verdadero laboratorio que permitiría darle cabida a múltiples variantes de una tipología muy alejada a la de la mayoría de las viviendas del “Plan Piloto”, limitada a los bloques de las “supercuadras”, tomando en consideración que las variables urbanas del elegante barrio establecían un 40% de ocupación y una altura máxima de tres plantas.

No cabe duda que el compromiso de proyectar una embajada significa toparse muy rápidamente con el tema de la representatividad de un país y la imagen que el mismo desea proyectar a los ojos del mundo y en particular de la nación que funge de anfitriona. Surge como oportunidad única, también, para que el arquitecto muestre su capacidad de interpretar tal compromiso y para dar cabida al debate siempre vigente entre tradición y modernidad, matizado por las condiciones del lugar donde le tocaría diseñar y sus variables ambientales. Se nos antoja que, salvando las distancias, se podría asemejar al compromiso que se plantea cuando se debe diseñar un pabellón para una feria internacional pero con la particularidad de que priva, para el caso de una embajada, la condición de permanencia por sobre el carácter efímero que es propio de las edificaciones expositivas.

2. Algunas de las sedes diplomáticas de los Estados Unidos en diferentes partes del mundo. Arriba izquierda: Atenas (Walter Gropius & TAC, 1959). Arriba derecha: La Habana (Harrison y Abramovitz , 1958). Centro izquierda: Oslo (Eero Saarinen, 1959). Centro derecha: Montevideo (I.M. Pei, 1969). Abajo: Caracas (Gunnar Birkerts,1989-1996).

Siguiendo esta línea discursiva el diseño de la sede de una representación diplomática debería convertirse para todo proyectista en oportunidad única para trascender los aspectos meramente funcionales que sin duda delimitan su programa. Ello se pone en evidencia si se toma como referencia, por ejemplo, la manera como los Estados Unidos y su Secretaría de Estado fueron asumiendo este reto entendido como política y buscando la mayor calidad proyectual posible, conscientes de su condición de máxima potencia fundamentalmente después de finalizada la Segunda Guerra Mundial. En tal sentido, no es casual el que dicho país haya encomendado, por citar algunos casos, a Walter Gropius y The Architects Collaborative Inc. (TAC) en 1959 el diseño de su embajada en Atenas, a Eero Saarinen las sedes diplomáticas de Oslo (1959) y Londres (1960), a Harrison y Abramovitz la de La Habana (1953), a Edward Durrel Stone la de Nueva Dehli (1954), a Richard Neutra la de Karachi (1955), a Marcel Breuer la de La Haya (1958), a John Johansen la de Dublín (1959), a Jose Lluis Sert la de Bagdad (1955-69), a I.M. Pei la de Montevideo (1969), a Gruen Associates (César Pelli/ Norma Merrick Sklarek) la de Tokio (1976) y a Don Hatch primero (1959) y Gunnar Birkerts después (1989-1996) las dos sedes que ha tenido en Caracas (habiendo Birkerts diseñado sin que se construyera la de Hensinki en 1975), dándose el caso de la puesta en marcha más recientemente de una renovación de la imagen y presencia del país en Londres y Brasilia, correspondiendo a Kieran Timberlake y el Studio Gang Architects, respectivamente, ser los proyectistas de lo que algunos tildan como “la revolución arquitectónica de las nuevas embajadas de los Estados Unidos”. De este amplio abanico bien se podría adelantar un estudio que permita auscultar la manera cómo los temas que hemos esbozado constituyen un asidero importante a la hora de plasmar una imagen representativa y en definitiva qué se privilegia.

Otro tema de interés sería no sólo el relacionado al reto de visualizar el diseño de un edificio que podría obedecer a un patrón tipológico determinado, sino el hacerlo en una ciudad totalmente nueva, dentro de un barrio predeterminado para un uso exclusivo, contándose además con la presión adicional de hacerlo “compitiendo” con las impactantes edificaciones públicas diseñadas por Niemeyer, respondiendo a una geografía y clima severos y ubicándose cronológicamente en plena posguerra, momento en el que, pese a todos los mensajes que emitía la novedosa ciudad, se cuestionaban los postulados canónicos del Movimiento Moderno.

Dentro de este panorama, muchos países asumieron los proyectos y construcción de sus respectivas embajadas en Brasilia como un importante compromiso (dignos a su vez de otro estudio particularizado), una vez que el gobierno brasilero empezó a partir de 1960 a destinar los diferentes terrenos (identificados primero por cuadra y luego por lote), pertenecientes al sector de las embajadas, dando como resultado una serie de edificios que muestran las diferentes orientaciones arquitectónicas internacionales de aquellos años, que ofrecieron variadas respuestas a los estímulos creativos y conceptuales planteados por la nueva ciudad. Este heterogéneo conjunto realizado entre 1960 y 1975 ofrece diferentes vías de evolución y experimentación de la arquitectura moderna, en el momento en el que estaba siendo cuestionada, y comenzaban a explorarse nuevos caminos arquitectónicos.

3. Sedes diplomáticas en Brasilia. Arriba izquierda: propuesta de los Smithson para el Reino Unido (no construida). Arriba derecha: Alemania (Hans Scharoum). Abajo: Francia (a la izquierda, anteproyecto presentado por Le Corbusier y a la derecha vista exterior del edificio construido según las directrices corbusianas por Guillermo Jullian de la Fuente)

De esta manera, vale la pena señalar cómo “las legaciones más expeditas en levantar sus cancillerías y residencias fueron las de Yugoslavia y Checoslovaquia. Les seguirían Japón, Bélgica e Irán” dando paso posteriormente a la aparición de proyectos emblemáticos como los realizados por Le Corbusier, Alison y Peter Smithson y Hans Scharoum, quienes diseñarían las sedes diplomáticas de Francia, Reino Unido y Alemania, respectivamente, tal y como señala José Javier Alayón en “Arquitecturas extranjeras en Brasilia. Le Corbusier, A&P Smithson y Scharoun en el paisaje moderno suramericano”, artículo aparecido en Arquitectura Revista, vol.8, nº 1, año 2012. A Le Corbusier (quien había descartado previamente diseñar la embajada de Suiza, su país de origen) lo sorprende la muerte en el proceso de desarrollo de la propuesta francesa, por lo que toma las riendas para terminarla su discípulo y jefe de taller Guillermo Jullian de la Fuente, introduciendo importantes cambios. Los Smithson sufrirán el desaire a que los sometió en gobierno británico impidiéndoles llevar a feliz término su experiencia y la sede proyectada por Scharoun se yergue aún dignamente en la capital brasileña.

4. Sedes diplomáticas en Brasilia. Arriba izquierda: República Checa (Filsak, Srámek, Louda y Bubenicek, 1965-74). Arriba derecha: Italia (Pier Luigi Nervi, 1969). Centro arriba: Holanda (Henrique Mindlin, 1964). Centro abajo: México (Teodoro González de León, 1973). Abajo: España (Rafael Leoz, 1972)

No son menos importantes e igualmente dignos los edificios proyectados por Pier Luigi Nervi para Italia (1969); McLeod and Ferrera para los Estados Unidos (1961, ampliado posteriormente -1972- por Henningson, Durham y Richardson); Henrique Mindlin (Australia y Holanda, 1964); Wilson Reis Netto (Senegal, 1962); Filsak, Srámek, Louda y Bubenicek (Checoslovaquia, 1965-74); Nikolai Fikoff (Bélgica); Crousse & Paez (Perú); Thompson, Bewick, Pratt & Bogue (Canadá); Teodoro González de León (México, 1973); HPREC (Grecia); y los proyectos no construidos de Rafael Viñoly (Argentina), Bahram Shirdel (Irán) y Vilela & Gordon (Portugal), según nos aporta también Alayón. Cabría destacar particularmente el poco reconocido trabajo llevado a cabo por Rafael Leoz quien proyecta y construye la embajada de España (1972).

5. Sedes diplomáticas en Brasilia. Arriba izquierda: Colombia (César Barney,1977-81). Arriba derecha: Argentina (Estudio M/SG/S/S/S -Flora Manteola, Javier Sánchez Gómez, Josefa Santos y Justo Solsona-, 2011). Abajo izquierda: India (Paulo Henrique Paranhos, 2003). Abajo derecha: Noruega (CASACINCO -Boris Madsen Cunha-, 2017

De más reciente data son las sedes de Colombia (1977-81) de César Barney; India (2003) Paulo Henrique Paranhos; Argentina (2011) estudio M/SG/S/S/S (Flora Manteola, Javier Sánchez Gómez, Josefa Santos y Justo Solsona); y Noruega (2017) CASACINCO (Boris Madsen Cunha).

Venezuela, sin contar con una política ni músculo financiero equiparable al de países más estructurados, ha regado sus sedes diplomáticas por el mundo apelando a ocupar edificios existentes. Sin embargo, para cuando se inaugura Brasilia y se le asigna un espacio, el gobierno nacional toma la decisión de encargar en 1960 el proyecto de la embajada venezolana, a través del Ministerio de Obras Públicas (MOP), no sabemos si por contratación o por administración directa, a los arquitectos Francisco Barrios P. (FAU UCV promoción 6/1957) y Leslie Szegedi Graner (FAU UCV promoción 8/1958).
De la reseña publicada en el Boletín Informativo del CIV (1961) hemos podido conocer que el anteproyecto se ubicó en uno de tantos terrenos rectangulares de 250 metros de largo por 100 metros de ancho con que lotificó la zona, con suave pendiente de 8% hacia el lago, poca vegetación, marcado con el número 13 en el plano general concebido por Lucio Costa, colindante con el lote asignado a la representación argentina. También que el Ministerio de Relaciones Exteriores preparó un programa que agrupó la Embajada, el Consulado y la Casa de Habitación del embajador.

6. Anteproyecto para la Embajada de Venezuela en Brasilia. Francisco Barrios P. y Leslie Szegedi Graner. Arriba: fachada principal. Abajo: fachada posterior.

La propuesta contempla ubicar la Embajada y el Consulado con su frente hacia la avenida avenida de Las Naciones, cuya fachada es recogida en nuestra postal del día de hoy. La correcta composición adoptada por los arquitectos, lograda sin apelar a ninguna reminiscencia semántica o histórica sino únicamente a un racionalismo formal signado por la horizontalidad, utilizó una plaza provista de un espejo de agua para separar los edificios solicitados en el programa, facilitando así el acceso peatonalmente desde la avenida.

La Embajada, es la pieza importante del conjunto, se propone tenga 1.635 m2, con una planta baja (con amplias áreas para circulación, exposiciones, recepciones y oficinas para oficiales con vista hacia los jardines), una mezzanina (donde se ubican el hall de acceso al gran comedor y a las oficinas del embajador, las oficinas del embajador y su personal de apoyo, y el gran comedor), un primer piso (con las oficinas de los consejeros de cultura y de comercio, el área de los respectivos apoyos secretariales, así como las dependencias para los agregados aeronáutico, naval y militar); y un segundo piso (que alberga las oficinas de los 1º, 2º y 3º secretarios, sus respectivos apoyos secretariales y los depósitos generales). El edificio del Consulado resuelto en una sola planta, tiene 420 m2 de construcción, con oficinas para el cónsul, vicecónsul, secretarias, archivo, depósito y una biblioteca.

Se propone, además, en un cuerpo separado, un auditorio de 200 m2, el cual tendría ventilación e iluminación a través de su cubierta para evitar el uso de equipos mecánicos.

Por último, se encuentra la Casa de Habitación del embajador, de dos plantas, ubicada separada de los demás elementos del conjunto. La planta alta tendría un hall de entrada, salón, comedor, habitación principal con su vestier-baño, tres dormitorios compartiendo dos baños adicionales y una galería. Se prevé también un área para huéspedes con cuatro dormitorios, dos sanitarios y un hall. Los ambientes de servicio incluyen un pantry, cocina, estar de servicio, cuatro dormitorios, dos baños, lavandería, depósitos de equipaje y bebidas, y un garage. En la planta baja, con acceso a los jardines y vista al lago, un gran salón para recepciones.

Se contempla que el paisajismo del conjunto se desarrollará utilizando especies vegetales venezolanas que puedan adaptarse al clima de la nueva capital de Brasil, tales como: araguaneyes, apamates, chaguaramos, cujíes de jardín, acacias y trinitarias.

El conjunto propuesto para la Embajada de Venezuela en Brasilia tendría en total 3.550 m2 de construcción, incluyendo un estacionamiento techado de 220 m2.
El anteproyecto propone darle tratamiento adicional a 2.500 m2 en los cuales se incluyen los jardines, la plaza principal, la plaza de la bandera, los espejos de agua y el acceso asfaltado.

Dada la importancia internacional del proyecto los arquitectos Barrios y Szegedi solicitaron a la Sociedad Venezolana de Arquitectos (SVA) designar una comisión asesora, la cual se constituyó con los arquitectos Guido Bermúdez, como Presidente del SVA, Mario Bemergui, Juan Andrés Vegas, Rino Levi y Roberto Burle-Marx. Para la arquitectura paisajista fueron seleccionados los arquitectos José Miguel Galia y Jimmy Alcock.

7. Ubicación de la Embajada de Venezuela en Brasilia

Aunque sabemos que la dirección postal de la embajada venezolana al día de hoy coincide plenamente con la ubicación para la que Barrios y Szegedi realizaron el anteproyecto, no tenemos certeza de que se haya construido ni mucho menos de cuál y cómo es la edificación que ocupa el predio más allá de información que nos provee Google Earth. Queda planteada la duda acerca de si la única sede diplomática venezolana concebida y proyectada para tal fin de la que tengamos conocimiento quedó en el papel, se descartó o sirvió al menos de guía para lo que finalmente se construyó. A quien posea información mucho agradeceríamos transmitírnosla.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 6: Boletín Informativo del CIV , 1961

1, 2, 4, 5 y 6. Tomadas de diferentes páginas de internet.

3. José Javier Alayón, “Arquitecturas extranjeras en Brasilia. Le Corbusier, A&P Smithson y Scharoun en el paisaje moderno suramericano”, Arquitectura Revista, vol.8, nº 1, 2012.

7. Google Earth

1995• Nueva sede de la Embajada de los Estados Unidos

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1995•  El 20 de septiembre se inaugura la sede de la Embajada de los Estados Unidos, ubicada en la Urbanización Colinas de Valle Arriba, Caracas. Fue diseñada por el arquitecto Gunnar Birkerts (1925), norteamericano nacido en Riga, Letonia. El edificio se empezó a construir en marzo de 1991, tiene 9.000 m2, 5 pisos y estructura de concreto reforzado vaciado en sitio, sin juntas de construcción internas.

HVH