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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 195

La urbanización Santa Cecilia, ubicada al este de a ciudad de Caracas, cuyo aviso de promoción aparecido en el nº 3 de la revista A, hombre y expresión de 1957 reproducimos como protagonista de nuestra postal del día de hoy, ocupó los terrenos de la que anteriormente era la hacienda “Santa Cecilia”, sin que tengamos total certeza de dicha denominación ya que en la documentación revisada en unos casos se menciona como lugar de origen a la hacienda “La Pastora” y en otros, los menos, el sector suele identificarse como parte del fundo “La Carlota”.

La posible confusión surge cuando se coteja la información que suele acompañar los antecedentes de la casa de hacienda adquirida por el Estado venezolano bajo el mandato de Raúl Leoni en 1964, que pasó a ser la residencia presidencial, conocida como “La Casona”. Bajo el supuesto de que se trata de la casa donde residían los propietarios de los terrenos ocupados hoy por Santa Cecilia, una fuente (https://es.wikipedia.org/wiki/La_Casona) nos indica que: “La Casona originalmente era una hacienda de caña de azúcar llamada La Pastora y data de la época colonial; para el momento en que el Estado la adquirió (Raúl Leoni: 1964), pertenecía a la familia Brandt”.

1. Dos obras de Federico Brandt (1878-1932) que plasman algunas vistas originales de la propiedad de su familia (hacienda Santa Cecilia). Izquierda: Paisaje de La Casona (circa 1924). Derecha: Paisaje (1924)
2. Dos fotografías dos fotografías de Guerra Toro aparecidas en 1928 en la revista Élite. Izquierda: el Patio de la casa de habitación de “Santa Cecilia” hacia el N.E. Derecha: uno de los lados de la casa.

Otra, procedente de un ejemplar de la revista Élite de 1928, transcrita en el blog “Caracas en retrospectiva” (https://mariafsigillo.blogspot.com/2015/05/hacienda-santa-cecilia.html), señala: “Don Alfredo Brandt, presagioso caballero del gran mundo caraqueño y afortunando hombre de trabajo, es propietario de la bella y feraz hacienda ‘Santa Cecilia’, situada no lejos de la capital, en los estribos de la Cordillera de la Costa, con agua abundante e infinitos y sugestivos paisajes. La casa de habitación es amplia y de neto estilo colonial. El jardín es de gran dimensión, engalanado con chaguaramos y araucarias, también de estilo colonial. El señor Brandt reside en ‘Santa Cecilia’ buena parte del año, y allí ofrece a sus amigos fiestas esplendorosas”, reseña que venía acompañada de dos fotografías de Guerra Toro: una que mostraba el Patio de la casa de habitación de “Santa Cecilia” hacia el N.E. y la otra de uno de los lados de la casa, precisándose que “son de gran belleza las ventanas forjadas según diseño del noble Federico Brandt” (1878-1932) que, como se sabe, fue un destacado pintor venezolano quien a su vez dejó plasmadas hacia 1924 algunas vistas originales de la propiedad.

Sea como sea pareciera que la familia Brandt era la propietaria de los terrenos donde se desarrolló Santa Cecilia y luego de venderlos se había reservado para sí la casa de hacienda que posteriormente se convertiría en residencia presidencial (restaurada y ampliada por los arquitecto Andrés Enrique Betancourt y Javier Camargo pasando de la escala de la casa original a la de una gran mansión que se habita finalmente en 1967). Sería la empresa Venezolana de Inversiones C.A. (VICA) la que compraría y urbanizaría los terrenos y posteriormente los pondría a la venta acompañados de las viviendas tipo diseñadas por Diego Carbonell (1923-1998), a la sazón Gerente General de la constructora.

El aviso publicitario, es todo un manifiesto gráfico dirigido a la clase media emergente de la ciudad de aquellos años, interesada en alcanzar lo que recoge la frase que lo acompaña: “tener casa propia es vivir seguro”, en momentos en que una quinta que se ubicara en una de las zonas de expansión de Caracas, lejos del ruido y el movimiento propios del centro y a la vez cerca de él, era un sueño posible de alcanzar. La propaganda también permite identificar el logo de E VICA (Edificaciones VICA), subsidiaria de la ya mencionada VICA, responsable de la urbanización de buena parte del este y el sureste de Caracas.

3. Vista aérea actual de la urbanización Santa Cecilia.
4. Vista general de la urbanización Santa Celilia (circa 1955)

El proyecto de urbanismo que Carbonell propone para Santa Cecilia a través de VICA en 1955, consiste en la construcción de 260 viviendas unifamiliares aisladas, las cuales se ofrecen para ser adquiridas con facilidades de crédito; y 2 edificios, uno de 160 apartamentos y otro de 260, previstos para venderse en el régimen de propiedad horizontal. Cinco años después (1960) la urbanización ya había alcanzado el crecimiento evidenciado en la fotografía de M. A. Marsiccobetre que hemos colocado sobre estas líneas.

5. Urbanización Las Mercedes. Vista de la avenida principal (circa 1953)
6. Urbanización Las Mercedes. Izquierda: Vista de la avenida principal a inicios del desarrollo de la urbanización (1947). Derecha: Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en plena construcción (circa 1955)
7. Urbanización Las Mercedes. Izquierda: Centro Comercial Las Mercedes, sobre la avenida principal. Don Hatch (1955). Derecha: Colegio Campo Alegre, calle La Cinta (circa 1955)

Por otro lado quizás valga la pena recordar que Venezolana de Inversiones C.A. (VICA) se crea en 1943 con el objetivo de urbanizar los terrenos de las haciendas Las Mercedes y Valle Arriba propiedad de la familia Eraso quien junto al ingeniero civil mexicano Gustavo San Román pasaron a ser sus principales accionistas.

Así, tanto el crecimiento de las empresas extranjeras dedicadas a la extracción y comercialización del petróleo venezolano como de los requerimientos de dotación de viviendas, institutos educacionales e instalaciones recreativas que su personal ejecutivo y profesional demandaba, condujeron al visionario empresario San Román a plantear, luego de construirse la urbanización El Rosal, en las dos urbanizaciones planificadas en terrenos de la hacienda de los Eraso (Las Mercedes y Valle Arriba) los primeros desarrollos habitacionales hacia el sureste de Caracas acompañados de: un hotel de categoría internacional (el Hotel Intercontinental Tamanaco, Gustavo Guinand van der Valls, asociado a la firma de Chicago Holabird, Root & Burgee, 1953); un novedoso centro comercial (con uno de los primeros automercados del país, Don Hatch, 1955); un colegio (el Colegio Campo Alegre, fundado en 1937 en la urbanización homónima y que se trasladó a su actual sede en la Calle La Cinta, Urb. Las Mercedes); una iglesia (la Iglesia de la Guadalupe); un club (el Valle Arriba Golf Club, John R. Van Kleek, 1942-1947); y dos bombas de gasolina sobre la avenida princpal de Las Mercedes: una al inicio de la Royal Dutch Shell (Carlos Augusto Gramcko/José Lino Vaamonde, 1959) y otra al final de la Creole Petroleum Corporation. Adicionalmente como apoyo al Tamanaco y para paliar la escasez de vivienda de alquiler temporal en la zona se construiría el edificio La Hacienda (1957) proyecto de Diego Carbonell.

De la importancia de VICA como empresa y su condición de lugar donde el crecimiento profesional estaba garantizado gracias a la cantidad y diversidad de trabajos que se desarrollaban, da fe Gerardo Sansón quien fuera Ministro de Obras Públicas entre noviembre de 1948 y octubre de 1952. Sansón, en efecto, es llamado a ocupar la cartera de Obras Públicas luego de trabajar entre 1943 y 1948 en VICA donde se desempeñó primero como su Vicepresidente y luego como su Presidente.

En el libro Diálogos reconstruidos para una historia de la Caracas moderna de Juan José Martín Frechilla se recoge en el “Diálogo oficial con Gerardo Sansón” como éste pasa del MOP de Tomás Pacanins, luego de ocupar diversos cargos, a VICA en 1943, para luego regresar al MOP en 1948, relatando acerca de su experiencia en la empresa lo siguiente: “Yo estuve en el Instituto (Técnico de Inmigración y Colonización) año y medio (…) y traté de hacer lo más posible por las colonias. (…) Pero la VICA ya estaba funcionando, era una compañía nueva de construcción y proyectos que me propuso me fuera a trabajar con ellos de una manera más firme y me fui entonces para VICA; renuncié al Instituto (…) que tampoco era completamente lo que yo deseaba. (…) Eso era en el año 43”. Para la época de su llegada a VICA, sigue relatando Sansón, la empresa estaba construyendo Las Mercedes y “se estaba entrando en negociación con los Eraso para hacer los planos de la urbanización. Fue un proceso muy técnico porque se planificó muy bien (…) se tomó en cuenta el río Guaire que nos podía inundar Las Mercedes; se levantaron con estudios muy completos los terrenos y se construyó el muro de contención que había. Se hizo el primer puente por iniciativa privada de esa naturaleza, por cierto que Julio Bacalao (futuro Ministro de Obras Públicas en 1953) fue quien dirigió la construcción como empleado de Steling & Tani.”

También es producto del momento de máximo apogeo de VICA, ya entrados los años 50, además de Santa Cecilia, la urbanización Santa Marta, donde Carbonell igualmente ofrecía a los compradores de los terrenos un variado repertorio de viviendas unifamiliares “tipo”.

8. Estado actual de dos quintas de la urbanización Santa Cecilia

Al día de hoy, gracias a su condición de lugar de llegada y no de paso, aislado del tránsito de la ciudad y con buena seguridad debida a su vecindad con «La Casona», Santa Cecilia sigue siendo un lugar tranquilo donde sus casas han sufrido cierto deterioro e importantes intervenciones similares a los de otras zonas de la ciudad, que acompañan el proceso típico de crecimiento de las familias que las habitan buscando dar alojamiento a sus descendientes, o intentando generar espacios de alquiler que contribuyan a paliar la crisis que vive el país. Como otro claro síntoma del momento que atravesamos un buen porcentaje de ellas está a la venta.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Revista A, hombre y expresión, nº 3, 1957

  1. Izquierda: https://www.latinamericanart.com/es/obra-de-arte/paisaje-de-la-casona/. Derecha: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Federico_Brandt_01.JPG

2. https://mariafsigillo.blogspot.com/2015/05/hacienda-santa-cecilia.html

3. Google Earth

4 y 7. Colección Crono Arquitectura Venezuela

5. Fundación Fotografía Urbana

6. Izquierda: ttps://fundamemoria.blogspot.com/2010/08/204-municipio-baruta-parroquia-nuestra.html. Derecha: https://www.pinterest.com/pin/205617539216691119/

8. https://www.conlallave.com/propiedades/espaciosa-quinta-cod-78-147-52221647.html

1955• Campaña publicitaria urbanización Santa Cecilia

 

Urbanización Santa Cecilia.jpg

1955•  La constructora E VICA que desarrolló conjuntamente con el arquitecto Diego Carbonell la Urbanización Santa Cecilia, inicia una campaña publicitaria para ofrecer en venta las casas proyectadas por el arquitecto Carbonell utilizando diferentes medios publicitarios impresos. Este aviso a página completa apareció en la revista A, hombre y expresión en enero de 1957.

HVH

1955• Se desarrolla la urbanización Santa Cecilia

Desarrollo de la urbanización Santa Cecilia.jpg

1955•  Durante la gestión del arquitecto Diego Carbonell (1923-1998) como gerente general de la empresa Edificaciones VICA, subsidiaria de Venezolana de Inversiones C.A. VICA, se desarrolla la urbanización Santa Cecilia, ubicada en terrenos de la que fuera la hacienda del mismo nombre al este de la ciudad de Caracas, colindante con el fundo La Carlota y la hacienda San José.
El proyecto de urbanismo de VICA propone la construcción de 260 viviendas unifamiliares aisladas, las cuales se ofrecen para ser adquiridas con facilidades de crédito; 2 edificios, uno de 160 apartamentos y otro de 260, previstos venderse en el régimen de propiedad horizontal.
Cinco años después la urbanización ya había alcanzado el crecimiento evidenciado en la fotografía de M. A. Marsiccobetre.

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 108

La imagen que ilustra nuestra postal del día de hoy muestra una toma parcial de la fachada este que da hacia la calle El Colegio (entre la Calle Real de Sabana Grande y la avenida Casanova, Caracas) del Centro Comercial del Este, terminado de construir en 1953, obra del arquitecto Diego Carbonell (Rio de Janeiro, 1923- Caracas, 1998). Esta edificación tiene el privilegio de disputarle al Gran Avenida (Guinand, Benacerraf y Vestuti, de finales de los 40 e inicios de los 50) el ser considerado como primer shopping de la ciudad en virtud de que ambos empezaban a mostrar, aunque fuese a pequeña escala, las características propias de esta tipología proveniente de Norteamérica, cuyo desarrollo es explicado de forma didáctica, entretenida y rigurosa por Lorenzo González Casas en el ensayo “Compraventas en CCS: De la bodega esquinera al mall” que puede consultarse en http://www.ccscity450.com.ve/ensayo/compraventas-en-ccs-de-la-bodega-esquinera-al-mall/.

Así, el lugar que ocupa el Centro Comercial del Este en la evolución de dicho uso en Caracas, se colocaría entre el Gran Avenida (hoy demolido, situado próximo a la Plaza Venezuela, al inicio de la Calle Real de Sabana Grande en lo que hoy es la parte norte de la estación del Metro Plaza Venezuela) y el Centro Comercial Las Mercedes (Don Hatch, 1954), cuando la actividad comercial empieza a emigrar al este de la urbe luego de la aprobación del Plan Monumental en 1939 y de que la inversión proveniente del negocio petrolero fijara en esa zona de la ciudad su principal punto de interés. González Casas lo refiere cuando afirma: “En paralelo con la aparición de los supermercados y centros comerciales, se produjeron varios ensayos que buscaban dar respuesta al problema de estacionamiento ya que, si bien el mismo es importante para llegar al destino, una vez allí representa un problema, salvo en un drive-in. Como alguna vez expresara Victor Gruen, arquitecto de centros comerciales en los Estados Unidos, ‘nunca un auto ha comprado nada’. Los proyectos oscilaron entre esconder el vehículo o monumentalizarlo; la primera solución se ensayó en el Centro Comercial del Este, en Sabana Grande, de Diego Carbonell, con un anillo de tiendas en torno a un estacionamiento central separado de la calle, lo cual produjo que algunas tiendas tuviesen doble acceso. La segunda fue El Helicoide de la Roca Tarpeya, de Jorge Romero, Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger, un artefacto que tuvo al movimiento vehicular como leitmotiv.”

Como ya traduce la cita, el Centro Comercial del Este, a diferencia del Gran Avenida que se desarrolla linealmente creando una calle de servicios paralela a la vía principal, busca ocultar pero a la vez privilegiar la presencia del vehículo dentro de su concepción al permitirle al usuario llegar en carro prácticamente a la puerta de los locales. Su esquema, una banda que bordea un lote correspondiente a la mitad sur de una irregular manzana localizada en el sector San Antonio de Sabana Grande, genera un gran patio-estacionamiento al que se accede por el lindero norte y que contiene en su centro una área verde sombreada hoy en día por un imponente árbol. La búsqueda de respuesta hacia las tres calles que lo rodean (El Colegio al este, San Antonio al oeste y la avenida Casanova al sur), junto a la necesidad de salvar la pendiente del terreno, permitió a Carbonell desarrollar la casi totalidad de los locales a medios niveles de manera de permitir su ingreso tanto desde el exterior peatonal como desde el interior vehicular.

La fotografía de la postal, tomada con toda seguridad cercana a 1956, momento en que se traslada la librería Cruz del Sur (cuyo anuncio se aprecia en el penúltimo local de la derecha) de la sede que ocupó desde 1944 de Piñango a Llaguno (avenida Baralt, edificio Bolívar) al Centro Comercial del Este, ofrece en sí misma varios aspectos a resaltar. Uno de ellos es el carácter absolutamente moderno de la edificación que busca, pese a su modesta escala, otorgarle monumentalidad a su relación con la calle El Colegio, creando un generoso espacio urbano apergolado a doble altura que enfatiza, gracias al desplazamiento de los volúmenes, el acceso y descenso peatonal al corazón del conjunto. También, contrastando con la sencillez de líneas del edificio y el uso de materiales como el vidrio y aluminio de cerramiento, el concreto en la cubierta (plana en los volúmenes que dan al este y el oeste pero que mirando con atención se puede apreciar cómo está trabajada con pequeñas bóvedas en el cuerpo de la izquierda correspondiente al frente sur hacia la avenida Casanova) y el acero en los apoyos, destaca el elemento característico del alumbrado público de la época cuya silueta tradicional poblaba Caracas en aquel entonces y de los que quedan aún vestigios hoy en día. Otro detalle no menor es la presencia al borde de la acera de parquímetros, artefactos que ocuparon las calles de la ciudad como claro mensaje de un interés por convertir la avasallante aparición del vehículo que las convertía (y convierte) en estacionamiento, en racional oportunidad para recaudar impuestos, rasgo de civilidad que hoy se ha perdido quedando el usufructo de la anárquica ocupación de vías en manos de desempleados e indigentes.

1. Centro Comercial del Este. Diego Carbonell, 1953. Vista desde la intersección de la calle El Colegio con la Avenida Casanova

El edificio, salvo lo señalado en su frente este no ofrece mayores consideraciones de protección a quien transita por las aceras no ocurriendo lo mismo para quien llega en carro para lo cual cuenta con un corredor de transición entre el estacionamiento y los negocios creado por el voladizo de la parte superior de los locales.

Durante años el Centro Comercial del Este se convirtió en referencia por albergar tiendas y actividades que tuvieron repercusión en toda la ciudad: la firma que representaba la popular moto Vespa, el local donde se ubicaba “Animalia Canilandia” dedicado a la comercialización de fauna de todo tipo, la empresa Paragón C.A. dirigida al ramo de equipos y materiales de oficina muy afín a la actividad de los arquitectos, la sombrerería de Margot Meier, Aisla C.A. dedicada a la venta e instalación de materiales aislantes y acústicos y sobre todo la ya mencionada librería Cruz del Sur todo un centro cultural, punto de reunión de la intelectualidad caraqueña y de resistencia a la dictadura donde se realizaban mesas redondas, foros, recitales, presentación de autores y publicaciones, exposiciones de artesanía, fotografía, pintura y escultura.

Para darnos una idea de cómo Cruz del Sur se apropió del espacio que el Centro Comercial del Este ofreció a sus inquilinos (y que con algo de atención en la foto se puede apreciar), valga el testimonio de Violeta Roffé su fundadora y alma (junto a su hermano Alfredo):

“Miguel Arroyo hizo el diseño de la librería. Todo estaba hecho en madera de caoba con fondos blancos de fórmica; las vitrinas tenían seis o nueve paneles con libros en cada panel. Una preciosidad de lugar… (…)

El local del Centro Comercial del Este contaba con cuatro niveles. En el tercer nivel organizamos una sala de exposiciones que Miguel Arroyo había diseñado con repisas de cristal y paneles de metal fijos en las paredes. Allí teníamos objetos de cerámica y realizábamos exposiciones permanentes. Los cristales se desmontaban y en su lugar se montaban paneles con los cuales se modificaba la estructura del pequeño espacio destinado a las exposiciones. (…) Nosotros estuvimos allí hasta el año 1973. Después vinieron las etapas de Cristina Guzmán, de la librería de la ULA y la etapa final, esplendorosa, de Julio Cacique y Rafael Castarlena.(…)

Los foros se realizaban en la parte de abajo que casi siempre se llenaba, circunstancia que obligaba a los asistentes a salir por las puertas laterales…”. (“Violeta Roffé: Hubo una vez una librería” en Cruz del Sur. Una librería, una revista una causa.  Héctor Seijas con colaboración de Violeta Roffé. Monte Ávila Editores/Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central. 2000). Cruz del Sur cierra definitivamente en 1989 y nos atreveríamos a decir que desde entonces el Centro Comercial del Este perdió buena parte de su encanto para posteriormente entrar en un proceso de creciente descuido y deterioro hasta el punto de encontrarse al día de hoy vandalizado, subdividido al máximo, rota la relación entre calle y estacionamiento a través de los 4 medios niveles de sus espacios comerciales, impedido con rejas su acceso peatonal y convertido en una sucesión de locales cerrados que permiten encontrar sólo en su respuesta hacia la calle un cierto nivel de dignidad y en su interior un sórdido espacio que funciona aún de estacionamiento pero también como taller mecánico al aire libre.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 1. Colección Crono Arquitectura Venezuela