El gobierno italiano prohíbe oficialmente a los cruceros en Venecia
Escrito por Dilma Stouhi
Traducido por Fabian Dejtiar
23 de julio de 2021
Tomado de Plataforma Arquitectura
El gobierno italiano ha anunciado la prohibición permanente de los grandes cruceros en la laguna de Venecia, después de varios años de protestas, peticiones y amenazas de ser incluidos en la lista en peligro de extinción de la UNESCO. La prohibición entrará en vigencia a partir del 1 de agosto de 2021 y prohibirá que los barcos de más de 180 metros de longitud o que pesen 25,000 toneladas ingresen a la laguna, con la esperanza de sostener los históricos canales, vías fluviales y plazas públicas de Venecia.
Los cruceros de Venecia ya han sido una fuente de controversia en el tiempo, con una campaña en curso liderada por el grupo de protesta ‘No Grandi Navi’ (No Grandes Barcos) y peticiones de arquitectos y artistas internacionales. Se han implementado muchas regulaciones a lo largo de los años para reducir el número de barcos que llegan a Venecia. Sin embargo, como estos barcos aportan contribuciones significativas a la economía, nunca hubo una decisión sustancial.
Hace unos años, más de 50 figuras destacadas de la arquitectura, el arte, el cine y la moda, incluido Norman Foster, Nicholas Penny (el director de la Galería Nacional de Londres) y Richard Armstrong (el director de la Fundación Guggenheim) firmaron una petición en la que suplicaba al Primer Ministro italiano Matteo Renzi y el ministro italiano de Cultura y Turismo, Dario Franceschini, para mantener a los grandes cruceros fuera de Venecia. La petición fue creada por la Asociación de Comités Privados Internacionales para la Salvaguardia de Venecia, respaldada por la UNESCO, y explica que los barcos no solo son una «intrusión estética» en la ciudad, sino que también crean un «riesgo probable de catástrofe» a la frágil laguna que rodea Venecia.
La ciudad ha estado luchando contra el aumento del nivel del agua y las inundaciones durante siglos. En noviembre de 2019, Venecia se vio inundada por las peores inundaciones de la ciudad en medio siglo. Fotografías y videos mostraban la emblemática Plaza de San Marcos de la ciudad bajo el agua, con una oleada de 2 metros de altura que amenazaba con daños irreparables a sitios históricos como la Basílica de San Marcos. Hay varios factores que hacen que Venecia sea particularmente propensa a las inundaciones, como el aumento del nivel del mar alrededor de la ciudad costera debido al cambio climático y el hundimiento de la ciudad en aproximadamente un milímetro por año debido al terreno blando y en movimiento en el que se encuentra construida.
Venecia acoge actualmente su 17ª Exposición Internacional de Arquitectura de la Biennale Di Venezia, que tendrá lugar del 22 de mayo al 21 de noviembre de 2021. Titulada ¿Cómo viviremos juntos? la exposición está comisariada por Hashim Sarkis y cuenta con 112 participantes de 46 países, con 60 participantes nacionales en el Giardini y el Arsenale.
El arquitecto español Rafael Moneo recibirá el premio León de Oro a la Trayectoria durante la 17 edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, que abrirá sus puertas del próximo sábado 22 de mayo al domingo 21 de noviembre de 2021. Moneo fue nominado por Hashim Sarkis, curador de la Bienal 2021; y, más tarde, fue seleccionado por el Consejo de Administración del evento. El reconocimiento le será entregado junto con el León de Oro Especial a la Trayectoria in memoriam a Lina Bo Bardi.
Rafael Moneo nació en la ciudad de Tudela en 1937, y realizó sus estudios de arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Madrid donde obtuvo el grado en 1961. Su carrera en la arquitectura comenzó al colaborar en los estudios de Francisco Sáenz de Oiza, en Madrid, y Jorn Utzon, en Dinamarca; antes de regresar a España y abrir su propio estudio en 1965.
Durante su carrera fungió como docente en la Escuela Técnica Superior de Madrid, y luego en la Escuela Técnica Superior de Barcelona. En 1985 fue nombrado presidente del Departamento de Arquitectura de la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard; y en 1991 fue nombrado profesor de Arquitectura en esa misma institución, donde continúa impartiendo clases como profesor emérito.
Además, Moneo es el primer arquitecto español en recibir el Premio Pritzker; y también ha recibido galardones como la Medalla de Oro Real RIBA (2003), y el premio Praemium Imperiale (2007).
Entre sus obras más conocidas se encuentran la transformación del Palacio de Villahermosa en Museo Thyssen-Bornemisza (1989-92); la Fundación Pilar y Joan Miró en Palma de Mallorca (1987-1992); el Edificio Diagonal de Barcelona (en colaboración con Manuel de Solá-Morales, 1988-1993); los Museos de Arte y Arquitectura Moderna de Estocolmo, Suecia (1994-98); el Auditorio y Palacio de Congresos Kursaal de San Sebastián (1991-1999); la Ampliación del Museo del Prado (2001- 2007); los zocos de Beirut (1996-2009); el Northwest Science Building de la Universidad de Columbia (2007-2010); el Princeton Neuroscience Institute y Peretzman-Scully Hall (2007-2013).
Para celebrar al arquitecto, Hashim Sarkis ha montado una pequeña exposición compuesta por una selección de maquetas plásticas y cuadros emblemáticos de los edificios realizados por Rafael Moneo; los cuales encarnan el tema de la Bienal 2021: «¿Cómo viviremos juntos?».
El pasado sábado 26 de mayo abrió sus puertas la 16ª Bienal de Arquitectura de Venecia 2018
La Bienal de Arquitectura de Venecia es una sección de la Bienal de Venecia creada en 1980 con la misión de exhibir y desarrollar propuestas arquitectónicas propias del momento, así como ofrecer una herramienta para la práctica innovadora en el contexto urbano nacional e internacional. Se trata de una exposición que no se desarrolla con base en el diseño edificios reales, sino más bien a partir de instalaciones o performances tanto de arquitectos consagrados como de “jóvenes promesas”. Su primera versión se organizó bajo la dirección de Paolo Portoghesi y tuvo sus antecedentes en la muestra organizada en 1975 por Vittorio Gregotti dentro de la Bienal de Arte. A esta muestra continuaron otras dedicadas a la arquitectura entre 1975 y 1978. Como importante referencia de aquel momento, entre 1979 y 1980 Aldo Rossi realizó el Teatro del Mundo.
Para este año la exposición central internacional de La Biennale, convocada bajo el lema FREESPACE, se desarrollará entre el 26 de mayo y el 25 de noviembre desde el Pabellón Central y los Giardini hasta el Arsenale, e incluye obras de 71 participantes.
Yvonne Farrell y Shelley McNamara (arquitectas irlandesas de The Grafton Architects), curadoras de la muestra, han utilizado su Manifesto, publicado en junio de 2017, como punto de referencia para configurar la exposición. Como primer núcleo conceptual explican:
“FREESPACE describe una generosidad de espíritu y sentido de humanidad como fundamento de la arquitectura, centrándose en la calidad del espacio mismo. FREESPACE destaca la habilidad de la arquitectura de proveer espacio libre y brindar ‘regalos espaciales’ adicionales a aquellos que lo utilizan y de abordar problemáticas que reflejan deseos no expresados”.
FREESPACE incluye, además, dos Secciones Especiales: Encuentro Cercano, conformada por 16 participantes con obras que se originan en una reflexión sobre edificios del pasado muy conocidos; y Práctica Docente, donde se han incluido 13 delegaciones con proyectos desarrollados a partir de experiencias vinculadas a la enseñanza de la arquitectura.
Como parte de la apertura de La Biennale se realizó la ceremonia de premiación en Ca’ Giustinian. Las curadoras del evento hicieron el anuncio luego de que el jurado internacional, compuesto por Sofía von Ellrichshausen (Presidente del Jurado, Argentina), Frank Barkow (Estados Unidos), Kate Goodwin (Australia), Patricia Patkau (Canadá), Pier Paolo Tamburelli (Italia), tomó la decisión de otorgar los siguientes galardones:
León de Oro por trayectoria
Anunciado en abril. Kenneth Frampton recibió el León de Oro por su trayectoria. Su trabajo fue premiado por su «visión e inteligencia extraordinarias, combinadas con un sentido único de integridad».
Mejor Participación nacional
León de Oro: Suiza
El León de Oro para la mejor participación nacional fue entregado a Suiza (comisarios: Marianne Burki, Sandi Paucic, Rachele Giudici Legittimo), premiado por presentar una «instalación arquitectónica convincente que a la vez puede ser disfrutada por los visitantes, al mismo tiempo de abordar los problemas críticos de escala en el espacio doméstico».
León de Plata: Gran Bretaña
El León de Plata recayó en el proyecto «Island» de Gran Bretaña (comisarios: Sarah Mann – Architecture Design Fashion British Council), siendo destacado por el jurado como «una propuesta valiente que utiliza el vacío como una plataforma para eventos y apropiaciones informales”.
Mejor Participación de la Muestra Internacional FREESPACE
León de Oro: Eduardo Souto de Moura
El León de Oro fue otorgado a Eduardo Souto de Moura (Souto Moura Arquitectos – Porto, Portugal), «por la precisión del emparejamiento de dos fotografías aéreas, que revelan la relación esencial entre arquitectura, tiempo y lugar».
León de Plata: Jan der Vylde, Inge Vinck y Jo Taillieu
El León de Plata para la joven promesa fue otorgado a Jan de Vylder, Inge Vinck y Jo Taillieu (architecten de vylder vinck taillieu – Ghent, Belgium), por «un proyecto en el cual la lentitud y la espera permiten que la arquitectura esté abierta a una activación futura».
Rahul Mehrotra (RMA – Mumbai, India; Boston, USA) recibió una mención especial, siendo alabado «por tres proyectos que abordan cuestiones de intimidad y empatía, difuminando suavemente las fronteras sociales y las jerarquías».
Mención Especial: Andra Matin
Otra mención especial fue para Andra Matin (andramatin – Jakarta, Indonesia), reconocido «por una instalación sensible que proporciona un marco para reflexionar sobre el material y la forma de las estructuras vernáculas tradicionales».
Nota
La propuesta venezolana que ocupará el pabellón diseñado por Carlo Scarpa en 1954, cuyo curador y comisario es Nelson Rodríguez, acompañado por Servando García, museografía; Ángel Cepeda, webmaster/ingeniería de sistemas; Liliane Blasser, Giuliano Salvatore, Mariah Sosa, Holrich Jacques, video y fotografía, presenta tres planes urbanísticos de grandes dimensiones dentro de la capital venezolana bajo el título CCS: Espacio rebelde. Ellos son: el eje avenida Bolívar-Sabana Grande y los parques Hugo Chávez en La Rinconada y Simón Bolívar en La Carlota. Como siempre suele ocurrir en estos casos, más allá del tono propagandístico del contenido expuesto, muy probablemente la muestra venezolana será visitada en gran medida para conocer el emblemático edificio en el que está contenida.
Por otra parte, los arquitectos venezolanos Marcos Coronel y Gabriel Visconti, nominados al evento colateral Young Architect In Latin America, impulsado por CA’ASI, del ASI Architecture-Studio, que tiene su base en Italia, China y Francia, resultaron ganadores del primer premio dentro de la lista de 18 países de la región que se presentaron. Según el jurado, el trabajo de los creadores titulado Aparatos contingentes (un laboratorio de investigación que busca producir modelos urbanos transformadores) ha sido valorado como ”un ejemplo de empoderamiento y construcción colectiva, proyectos sinceros y militantes que responden a necesidades reales, donde los jóvenes arquitectos asumen el liderazgo de manejar la contingencia de espacios desbordados de la ciudad, a través de la producción de nuevos territorios usando la arquitectura como un instrumento de cualificación social…”.
Kenneth Frampton es anunciado ganador del León de Oro en la Bienal de Venecia 2018 por su trayectoria
Reseña basada en el texto de Niall Patrick Walsh (aparecido en http://www.labiennale.org) traducido por Mónica Arellano para Plataforma arquitectura publicado el 18 de abril de 2018
El arquitecto, historiador, crítico y académico británico Kenneth Frampton (Londres, 1930) ha sido anunciado ganador del León de Oro por Lifetime Achievement en la 16ª edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia convocada para esta año 2018. La decisión fue tomada por el Consejo de la Bienal presidido por Paolo Baratta como recomendación de las curadoras del evento, Yvonne Farrell y Shelley McNamara de Grafton Architects por haberse erigido a través de su trabajo como “la voz de la verdad en la promoción de los valores clave de la arquitectura y su papel en la sociedad”. Después de haber estudiado en la Architectural Association en Londres, Frampton ha impartido clases en la Graduate School of Architecture, Planning and Preservation en la Universidad de Columbia, Nueva York desde 1972. También ha sido conferencista en varias instituciones reconocidas tales como ETH Zurich, Royal College of Art en Londres, el Instituto Berlage en Amsterdam y, últimamente, en la University of Virginia, donde ha ocupado la cátedra Thomas Jefferson. Además ha integrado el Institute for Architecture and Urban Studies (IAUS) de Nueva York y es cofundador de su revista Oppositions que alcanzó 26 números entre septiembre de 1973 y la primavera de 1984. Una de sus obras más influyentes, Historia Crítica de la Arquitectura Moderna (Modern Architecture: A Critical History, 1980), fue descrita por el presidente de la Bienal, Paulo Baratta, como un libro “que a ningún estudiante de arquitectura le resulta desconocido”. Sobre esta obra el propio Frampton declaró en 2017 el día en que fue investido doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Madrid: «En este último tramo de mi vida he viajado mucho por China y el sudeste asiático. Mi historia sólo comprendía Japón y menos de Latinoamérica de lo que su arquitectura merece (…) Nos dejamos a una gran parte del mundo: China, India, África… La próxima reedición de mi Historia crítica de la arquitectura moderna deberá ser menos eurocéntrica”.
La contribución de Frampton a la literatura arquitectónica va más allá de la Historia Crítica de la Arquitectura Moderna. En «Hacia un regionalismo crítico» (“Towards a Critical Regionalism: Six Points for an Architecture of Resistance”, texto aparecido por primera vez en The anti-aesthetic: essays on postmodern culture, Hal Foster -ed.-, 1983), Frampton defiende la idea de que los arquitectos deben revalorizar el contexto, el lugar y la cultura. En Estudios sobre la cultura tectónica (Studies in Tectonic Culture: The Poetics of Construction in Nineteenth and Twentieth Century Architecture, 1995) hace énfasis en la conexión entre los lenguajes de la construcción y la arquitectura. En Una genealogía de la arquitectura moderna: análisis crítico comparativo de la forma construida (A Genealogy of Modern Architecture, Comparative Critical Analysis of Built Form, 2015, que tiene como inmediato precedente The evolution of 20th century architecture: a synoptic account, 2005), captura el funcionamiento interno de los proyectos arquitectónicos para hacerlos accesibles a un público más amplio. Como arquitecto, escritor y crítico, como docente e investigador, Frampton, sin duda, ha marcado, influido e inspirado a varias generaciones de estudiantes y arquitectos.
Yvonne Farrell y Shelley McNamara sugirieron el nombre de Frampton como destinatario del premio con base en los siguientes argumentos:
“A través de su trabajo, Kenneth Frampton ocupa una posición de extraordinaria inteligencia e inteligencia combinada con un sentido único de integridad. Se destaca como la voz de la verdad en la promoción de los valores clave de la arquitectura y su papel en la sociedad. Su filosofía humanista en relación con la arquitectura está incrustada en su escritura y ha defendido constantemente este componente humanista a lo largo de todos los diversos ‘movimientos’ y tendencias a menudo mal guiadas en la arquitectura en los siglos 20 y 21.
Su experiencia como arquitecto en ejercicio le ha dado una profunda comprensión del proceso de diseño y construcción de edificios. Esto lo hace a él más comprensivo y más crítico de las diversas formas de la práctica de la arquitectura. Sus valores constantes en relación con el impacto de la arquitectura en la sociedad, junto con su generosidad intelectual, lo posicionan como una presencia de importancia única en el mundo de la arquitectura”.
Baratta por su parte añadirá: “El León de Oro se convierte este año en un ‘maestro’, y en este sentido también pretende ser un reconocimiento de la importancia del enfoque crítico de la enseñanza de la arquitectura”. El galardón se otorgará a Kenneth Frampton el 26 de mayo de 2018 en Ca’ Giustinian, la sede de La Biennale di Venezia durante la inauguración del evento que estará abierto hasta el 25 de noviembre.
El pabellón de Venezuela para la XXVIII Bienal de Venecia (evento que se realiza desde 1895), diseñado por Carlo Scarpa (1906-1978) en 1954 y terminado de construir en 1956, se convierte en el penúltimo en que durante el siglo XX se recurre a un arquitecto extranjero para elaborar un edificio representativo del país y quizás el de mayor relevancia de cuantos se encargaron por esa vía constituyéndose, por tanto, en un caso interesante de repasar.
1. Carlo Scarpa, Pabellón de Venezuela para la XXVIII Bienal de Venecia. Boceto, 1954
El encargo que el Gobierno venezolano le hace a Scarpa, coincide con dos circunstancias iniciales: por un lado el arte nacional pasaba en aquel entonces por un excelente momento y no tenía lugar donde mostrarse en la Bienal y, por el otro, Graziano Gasparini, arquitecto y artista plástico, discípulo de Scarpa residenciado en el país (a la postre el más importante investigador sobre arquitectura colonial venezolana) y comisario de la Bienal, ante la disyuntiva, logra contactar al Maestro para que realice el proyecto y a la vez convence al Estado para que lo financie en medio de la bonanza económica que en aquel entonces atravesaba el país. De esta manera se le ofrece a Scarpa la oportunidad de realizar su primer proyecto en Venecia (ciudad donde nació) cuando vivía un período en el que se acentuaban en su obra las influencias wrightianas. Además, se le exigía premura en la ejecución, pensar en la permanencia del edificio y se le daba un privilegiado lugar dentro los Giardini di Castello. Sus vecinos serían los Pabellones de Suiza y la Unión Soviética dentro de un conjunto que ya contaba con obras de Joseph Hoffman y Gerrit Rietveld y que se vería ese mismo año de 1956 enriquecido por el Pabellón de Alvar Aalto para Finlandia.
2. Carlo Scarpa, Pabellón de Venezuela para la XXVIII Bienal de Venecia. Sala mayor y apertura hacia la sala menor, 1956
Scarpa, pese a las limitaciones que ofrecía lo reducido del programa, hace una propuesta que sorprende e incita a la contemplación: por un lado le permite manifestar su universo expresivo a través de una sobria volumetría que resalta dentro del contexto existente, y, por el otro, privilegia la relación espacial y luminosidad de las tres salas que lo componen: dos para pinturas y esculturas y una para dibujos. Se trata de un edificio de 308 metros cuadrados de superficie multiplicados por la sabia articulación de dos sencillos volúmenes dispuestos asimétricamente que buscan la luz a través de “claraboyas pared-techo”, donde la fragmentación correctamente manejada refuerza la búsqueda de un delicado equilibrio entre la horizontalidad y la verticalidad, cumpliéndose así los designios del maestro veneciano: «el cielo y la naturaleza circundante se harán visibles desde adentro», como bien señala en la memoria descriptiva del proyecto. Las referencias a Wright son en todo momento muy claras pero es la particular poética de Scarpa centrada en la valoración del detalle arquitectónico, la que se convierte en otro de los protagonistas de la obra acentuada con la nobleza de los materiales utilizados.
3. Carlo Scarpa, Pabellón de Venezuela para la XXVIII Bienal de Venecia. Acceso a las dos salas, 1956
Aunque Scarpa no renuncia a colocar en el acceso un pequeño mapa de Venezuela, no hay duda de que en este caso nos encontramos con una apuesta totalmente diferente, por ejemplo, a la que originó el encargo del Pabellón de 1939 para la Feria de Nueva York (ver Contacto FAC 21, 02-04-2017). Lo efímero y lo permanente, la novedad y la perpetuidad, categorías que sólo el tiempo es capaz de juzgar y valorar, ofrecen en ambos casos comportamientos muy disímiles. Lo efímero, lo temporal y lo nuevo se colocarían más cerca de lo venezolano y su pabellón neoyorquino y lo permanente, lo atemporal y lo perpetuo más próximos a las aspiraciones de Scarpa.
4. Carlo Scarpa, Pabellón de Venezuela para la XXVIII Bienal de Venecia. Planta, 1956
Tal y como ha sido reconocido por críticos de la talla de Francesco Dal Co, Manfredo Tafuri, Bruno Zevi o Joseph Rykwert, este modesto pabellón ocupa un lugar privilegiado y crucial entre las obras realizadas por Scarpa dentro de una notable trayectoria dedicada fundamentalmente al restauro en la que tuvo escasas ocasiones para inventar espacios propios.
5. Carlo Scarpa, Pabellón de Venezuela para la XXVIII Bienal de Venecia. Galería abierta con obras de Alejandro Otero y Francisco Narváez, 1956
Desde su apertura, cuando se mostró la obra de Armando Barrios, Graziano Gasparini, Luis Guevara Moreno, Mateo Manaure, Rafael Monasterios, Héctor Poleo, Alejandro Otero, Manuel Quintana Castillo y Francisco Narváez (en su mayoría integrantes del grupo “Los Disidentes”), la finalidad del Pabellón de Venecia siempre ha sido albergar arte venezolano convirtiéndose en vitrina para sucesivas generaciones de creadores nacionales. Más recientemente, también, se ha convertido en lugar para abrirle paso a muestras relacionadas con las Bienales de Arquitectura que la ciudad alterna con las de plástica. Sin embargo, no pecaríamos de exagerados si afirmáramos que transcurrido el tiempo ha predominado el peso específico del arquitecto y la calidad tangible del edificio como imán para quienes lo visitan mucho más de lo que eventualmente puede contener.
6. Carlo Scarpa, Pabellón de Venezuela para la XXVIII Bienal de Venecia. Vista exterior, 2017
Habiendo contado el Pabellón de Venecia con la fortuna de perdurar en el tiempo sin ser demolido o desmontado, y adquirido un indudable valor patrimonial reconocido por las autoridades italianas en la materia, ha debido sufrir, por un lado, de la desidia a que lo han sometido los gobiernos venezolanos de turno cayendo a veces en situaciones de casi total abandono y, por el otro, la intervención de manos no precisamente expertas al momento de llevarse a cabo sucesivos trabajos de restauración los cuales han despertado tanta polémica como las exhibiciones que ha debido albergar. En la actualidad, a 61 años de su apertura, se anuncia que está a punto de concluirse una nueva puesta al día del edificio con miras a hospedar la representación nacional para la Bienal Internacional de Arquitectura que se realizará el próximo año 2018. Su “longevidad”, por otro lado, lo convierte en primero de una corta lista de dos representaciones venezolanas que han permanecido más allá de la breve duración del evento que las originó en el sitio donde se construyeron, siendo el segundo el diseñado por Alejandro Pietri para la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, Ciudad Trujillo, República Dominicana (1955), hoy en día sumido en un estado deplorable de deterioro. En resumen, el de Venecia se trata de un pabellón de autor, espejo de sí mismo, en que la representatividad se ha logrado con buena arquitectura. Venezuela, ha pasado así a un segundo plano, y, casi sin proponérselo, ha rendido de esta manera un homenaje a la ciudad italiana a la que le debe su nombre.