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“DADA está pensada como una publicación periódica dedicada al diseño, la arquitectura y el hecho urbano, a partir de la obra pensada, proyectada y construida de los autores más relevantes en la disciplina; destacando su valor como intelectuales, arquitectos y artistas.
DADA se presenta como un proyecto abierto a la participación, la creación e invención de ideas, contenidos y formas de comunicación; orientado precisamente al estudio del proyecto de arquitectura; con todas sus implicaciones y variantes.”
Este par de párrafos, que encabezan a modo de editorial su primera entrega, resumen los planteamientos conceptuales y objetivos de este interesante proyecto editorial dirigido por Alberto Navarro Gurovich y Maciá Pintó, producido por Impresos Rubel, C.A. y editado por el Grupo Editorial Relámpago, que ve la luz justo en el año del centenario del natalicio de Carlos Raúl Villanueva, a quien se dedica el número 1 tanto de la revista como de la separata, cuyas portadas ilustran nuestra postal del día de hoy.
Tras un cuidado diseño (a cargo de los propios directores) y un impecable acabado donde no se deja al azar ninguna decisión en cuanto a la calidad de los gráficos y fotos que la acompañan, DADA buscaba comportarse dentro de una “estructura experimental” matricial conformada por “Secciones y Formas” y “Revistas y Separatas”, que permitían orientar el contenido de cada una de las cuatro entregas programadas a salir en el lapso de un año a partir de la primera fechada el 1 de abril de 2000. A la dedicada a Villanueva se sumarían las destinadas a Fruto Vivas, Dirk Bornhorst y Guido Bermúdez.
Así, las siglas DADA (que sin duda remiten al importante movimiento cultural y artístico provocador y contestatario surgido en el período de entreguerras del siglo XX), permitían clasificar los intereses que movían a quienes pensaron la publicación dándoles la oportunidad de jugar con sus contenidos. DADA aglutinaría dentro de “Secciones y Formas” cuatro grupos de ideas con las que se le podría seguir la pista a otras tantas intenciones que finalmente se reflejarían en el sumario da cada número.
DADA daría pie a pensar, por ejemplo, en Divulgación y Autores (y tras ellos contenidos relacionados a Arquitectos y Obras), y en Desafío y Actualidad (vinculados a Espacio y Tiempo), como un primer grupo que daría cuenta de parte de las aspiraciones a alcanzar. Debate y Análisis (Teoría y Crítica), y Dibujo y Arte (Lenguaje y Creación) conformarían un segundo grupo. Diseño y Ambiente (Razón y Naturaleza), y Docencia y Ágora (Idea y Ciudad) un tercer grupo. Dosier y Anuario (Informes y Resúmenes), y Documentos y Antología (Series y Colecciones) el cuarto. Dual y Alterno (Revistas y Separatas), y Díptico y Afiche (Catálogos y Carteles) el quinto. Data y Acta (Fechas y Registros), y Dato y Acto (Documentos y Hechos) el sexto.
Valga como muestra de la manera como opera este arbol de posibilidades la clasificación dada al artículo “Caoma: una casa verdadera” de Paulina Villanueva, que dentro del índice se identificaba, por ser el primero, con la letra D de Divulgación asociado a la dupla Arquitectos y Obras. Esta compleja y ambiciosa manera de abarcar y exponer pretensiones traducidas en esencias y manifestaciones de resultados, vivió como muchos otras iniciativas editoriales venezolanas un período inicial de entusiasmo, empuje y denodado esfuerzo que por descansar sobre los hombros de muy pocas personas y a la vez requerir de recursos que no llegaban se fue diluyendo en el tiempo. Al menos quedaron como claro testimonio de ello y de su calidad el cumplimiento de las entregas inicialmente programadas, de las cuales tres de ellas pudieron imprimirse.
ACA