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ES NOTICIA
El Pabellón Serpentine 2025 de Marina Tabassum abre sus puertas al público

Escrito por Reyyan Dogan
Publicado el 6 de junio de 2025
Tomado de https://www.archdaily.com
El Pabellón Serpentine 2025 acaba de abrir sus puertas al público. Diseñado por la arquitecta y educadora bangladesí Marina Tabassum y su firma, Marina Tabassum Architects, el pabellón conmemora el 25.º aniversario del primer encargo de la Serpentine para la estructura inaugural de Zaha Hadid en Hyde Park en el año 2000. Titulado «Una cápsula en el tiempo», el diseño se inspira en la arquitectura efímera y adaptable del Delta del Bengala, con una estructura semitransparente que busca fomentar un sentido de comunidad y experiencia colectiva. El pabellón estará abierto al público en los Jardines de Kensington de Londres del 6 de junio al 26 de octubre de 2025.


Con el apoyo de Goldman Sachs por undécimo año consecutivo, el Pabellón 2025 continúa el legado de la arquitectura experimental que Zaha Hadid inició. Su mantra, «La experimentación no debería tener fin», sirve de base conceptual para el encargo, y el diseño de Tabassum lo lleva adelante mediante un enfoque sensorial para la creación de espacios. Conocida por su práctica contextualizada, Marina Tabassum ha desarrollado un lenguaje arquitectónico que interactúa con el clima, el lugar y la historia. Su diseño para el Pabellón Serpentine 2025 invita a los visitantes a un espacio contemplativo que explora la relación entre la permanencia y lo efímero. La estructura se dispone a lo largo de un eje norte-sur, alineado con el campanario de Serpentine South. Cuatro formas de madera en forma de cápsula, con fachadas translúcidas, crean un dosel escultórico que filtra la luz del día en un interior cambiante.


Esto también marca la primera estructura de Tabassum construida íntegramente en madera. La luz desempeña un papel fundamental en la configuración espacial del pabellón, potenciando la interacción entre escala, geometría y sombra. Una de las formas cápsula es cinética, capaz de moverse, lo que permite la reconfiguración del pabellón, fomentando tanto la transformación física como la apertura simbólica. En su centro, el Pabellón abraza la naturaleza; está construido alrededor de un ginkgo semimaduro, una especie resiliente seleccionada por su adaptabilidad climática y su contribución a la biodiversidad de los Jardines de Kensington. A lo largo de la exposición, sus hojas pasarán del verde al dorado vibrante, reflejando los cambios estacionales que definen la vida temporal de la estructura. Después de octubre, el árbol será replantado, reforzando el compromiso del proyecto con la sostenibilidad y la continuidad.

Tabassum también concibe el Pabellón como un espacio de encuentro e intercambio de conocimientos. En respuesta a las tendencias globales de censura y fragmentación, el arquitecto ha integrado estanterías en la estructura que albergan libros sobre cultura, literatura, ecología y poesía bengalíes. Esta biblioteca, cuidadosamente seleccionada, insinúa la posible continuidad del Pabellón como una estructura orientada a la comunidad que podría perdurar como biblioteca móvil o espacio de aprendizaje, ampliando su propósito más allá de su ubicación y tiempo iniciales.


Inaugurado en el año 2000, el Pabellón Serpentine ofrece una plataforma para que arquitectos, tanto consolidados como emergentes, exploren ideas experimentales y destaquen temas relevantes dentro del campo de la arquitectura. Las últimas 8 ediciones de los pabellones incluyen: «Archipelagic Void» de Minsuk Cho, «À table» de Lina Ghotmeh, «Black Chapel» de Theaster Gates, «Counterspace» de Sumayya Vally, el pabellón de 2019 de Junya Ishigami, el pabellón de 2018 de Frida Escobedo, el pabellón de 2017 de Francis Kéré y el pabellón de 2016 de Bjarke Ingels Group.
ACA
INVITACIÓN

3ra edición de CARACAS DESIGN WEEK
Ayer sábado 7 de junio se dio inicio a la tercera edición de CARACAS DESIGN WEEK (CCSDW), evento en el que literalmente “el diseño toma Caracas” y que se prolongará durante toda la semana hasta concluir el próximo 14 de junio.
Según sus organizadores “Caracas Design Week es el evento que celebra y conecta todas las disciplinas del diseño en un circuito comercial y urbano que transforma la ciudad en una gran vitrina de creatividad, innovación y talento local e internacional”. También, se trata de “un evento que revitaliza el uso del espacio público en la ciudad (y) busca transformar el entorno urbano en el escenario de encuentro para la ciudadanía, actividades que promueven los valores de respeto, inclusión y convivencia, invitando a la comunidad a interactuar y apropiarse de su ciudad de manera positiva. De esta forma, (…) contribuye al fomento de la cultura ciudadana.
Así, durante 8 días, los espacios más representativos de los municipios Baruta y Chacao se activarán con una variada, amplia y sustanciosa programación abierta al público que contempla: celebraciones y aniversarios; charlas y conversatorios; cine y teatro; desfiles de moda; experiencias; exposiciones; gastronomía; lanzamientos e inauguraciones; música; obras de arte; talleres; y visitas y recorridos, repartidos en 77 localizaciones, donde se promoverá “el diseño como motor de desarrollo económico, social y cultural, (…) para construir juntos una ciudad más inspiradora, participativa y viva”.
5 patrocinantes, 76 firmas y 31 aliados distribuidos entre galerías y espacios culturales, instituciones académicas, centros comerciales, instituciones culturales y espacios públicos, restaurantes, firmas dedicadas al interiorismo, la arquitectura y el diseño de modas, tiendas y espacios concepto, así como edificios de oficinas y hoteles, acogerán la rica oferta pudiendo cada quien preparar su propio itinerario a partir de la detallada información (mapa incluido) que se presenta en https://caracasdesignweek.com/.
Imperdible.
ACA
ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 445

En medio del desarrollo de la Caracas Design Week, hemos creído oportuno recordar el que quizás haya sido el primer concurso convocado públicamente en nuestro país que contó con la participación de diseñadores de diferentes disciplinas, cuyo objeto era elaborar elementos que formarían parte del equipamiento de los cascos históricos de Coro y su puerto (La Vela), considerados Monumento Nacional desde 1960 y declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1993.
El llamado al “Concurso de mobiliario urbano para los centros históricos de Coro y La Vela, estado Falcón” se hizo en 1996 y el que se haya asumido esta modalidad tiene mucho que ver con que la Corporación Mariano de Talavera (principal ente organizador) estuviera presidida en aquel entonces por el importante arquitecto venezolano Henrique Hernández, premio Nacional de Arquitectura 1988. Colaborarían en la organización: la Asociación Latinoamericana de Diseñadores Industriales (Aladi-Venezuela, fundada en 1980) y el Centro de Arte La Estancia, Acción Cultural de Petróleos de Venezuela (que abrió sus puertas en 1995).

El jurado estuvo integrado por el artista plástico Virgilio Trompiz, el arquitecto y profesor Andrés García de la Universidad del Zulia, los profesores Juan Pedro Posani y Alberto Sato de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV y el músico Efraín González.
A través del concurso se buscaba equipar los centros históricos de Coro y La Vela con tres tipos de componentes que pasarían a formar parte de su equipamiento urbano: bancos, papeleras y kioskos fácilmente desmontables y transportables, debiendo ser presentados a nivel de prototipo. Además, se entregaría por cada categoría un primer y un segundo premio, así como las menciones que el jurado considerara pertinentes. Para los ganadores en cada uno de los temas se previó un monto de 250 mil bolívares y para los segundos la cifra se fijó en 100 mil, amén de una certificación especial que en acto especial entregaría, en Coro, la Corporación Mariano de Talavera.
Una vez entregados los trabajo el mes de julio de 1996, la deliberación del jurado favoreció con el primer premio del diseño de la papelera y el banco a la dupla conformada por Franco Micucci y Luis Treviño, correspondiéndoles el segundo premio en los mismos renglones al tandem Ignacio Urbina Polo y Marcel Erminy Castillo. En el diseño del kiosko resultó ganador Roberto Castillo M. recayendo el segundo lugar también en Ignacio Urbina Polo y Marcel Erminy Castillo.
En cuanto a las menciones, fueron otorgadas, en el diseño del banco, una a Doménico Silvestro y otra a Alfredo J. Caraballo; en el de la papelera una a Roberto Castillo; y en el del kiosko cinco: Franco Micucci y Luis Treviño, Doménico Silvestro, Ruth Mora, Nelson González y Alfredo Caraballo.

Es de la reseña dedicada al concurso, publicada en el nº 168 del semanario Arquitectura HOY (viernes 23 de agosto de 1996), de donde provienen las imágenes que engalanan nuestra postal del día de hoy.



Micucci y Treviño tuvieron “la oportunidad de desarrollar prototipos en los talleres de metalurgia de la Universidad Simón Bolívar y junto a artesanos de la región de Falcón procesar y preparar las maderas de Curari que empleamos en los proyectos” se recoge de la página de Instagram @francomicucci. También se apunta lo siguiente: “El jurado en aquel momento compuesto por ilustres arquitectos y diseñadores (…) destacó el valor de las propuestas por su capacidad de apelar a aspectos de la tradición sin dejar de ser contemporáneos”.

Por su parte, Roberto Castillo, quien presentó su trabajo ganador de la categoría kiosko en el renglón “Espacio público” la IX Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura venezolana de fin de siglo. 1987-1998, destaca que “la premisa básica fue la creación de un objeto compacto con las máximas posibilidades. El resultado es una pieza semejante a una tienda de campaña: ofrece un amplio espacio de protección al sol cuando está abierto y ocupa el mínimo espacio cuando no está en uso”.
En cuanto a su conformación, el kiosko diseñado por Castillo consta de dos partes: “la cabina para la ubicación del vendedor, la exhibición y el depósito de la mercancía; el techo puerta movible, que cumplía las funciones de techo al abrirse y de única puerta al cerrarse”.

Al igual que la papelera y el banco de Micucci y Treviño, la construcción del prototipo del kiosko de Castillo “fue posible gracias a un convenio entre la Corporación Mariano de Talavera y el Taller de Procesos Metalmecánicos de la Universidad Simón Bolívar”. Fue elaborado “según la idea original con las modificaciones necesarias para obtener un resultado más eficiente. Los materiales utilizados fueron tubos y chapas de hierro para el kiosko y madera para el mobiliario (estante)”.
Luego de haber sido dado el veredicto los trabajos reconocidos fueron expuestos a partir del 25 de agosto de 1996 en el Centro de Arte La Estancia de La Floresta y el jueves 29 se llevó a cabo un foro con la participación de los miembros del jurado, el representante de la Fundación Mariano de Talavera y los diseñadores premiados.
Los prototipos ganadores de los primeros premios del concurso fueron colocados en algunos lugares del casco histórico de Coro en el mes de marzo de 1997 (particularmente en la plaza San Clemente frente a la iglesia de San Francisco) pero, lamentablemente, nunca fueron desarrollados de forma intensiva. Con ello, pasaron a ocupar otro de los capítulos inconclusos relacionados con certámenes de diseño convocados a nivel nacional con carácter abierto.

Tampoco tenemos noticias de que después de 29 años se haya llevado a cabo otra convocatoria similar dedicada a un tema tan importante como necesario que, sea cual sea el lugar del país al que nos refiramos, suele resolverse utilizando indiscriminadamente modelos industriales de todo tipo, tamaño y calidad (tanto de diseño como de elaboración), poblando sin orden ni concierto aceras, plazas y parques de todas nuestras ciudades.
Por otro lado, vale añadir que, pese a la declaratoria de 1993, los cascos históricos de Coro y La Vela fueron incluidos desde 2005 en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro por parte de la UNESCO, debido a la falta de inversión y mantenimiento por lo que enfrentaban amenazas graves que podían comprometer su valor universal excepcional.
Pese a los esfuerzos adelantados por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), que a partir de 2004 asumió como primera prioridad el rescate de los dos centros históricos a través de un Plan Integral de Conservación y Desarrollo, para lo cual se conformó una Comisión Presidencial y se logró contar una asignación presupuestaria anual, desde 2010, al cambiar la dirección del ente, el interés volvió a decaer y la falta de mantenimiento volvió a hacer acto de presencia. La importante iniciativa involucró diferentes asociaciones y entes estatales, destinándose los recursos a la mejora de la infraestructura (restauración de inmuebles, recuperación de la memoria constructiva artesanal y nuevas redes de aguas blancas y servidas y de electricidad) y renovación de espacios públicos.
Por otra parte, la página del Institutional Assets and Monuments of Venezuela (IAM) registra que en 2018 el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, aprobó la solicitud de asistencia técnica que le hizo el Estado venezolano con el objetivo de sacar a Coro y La Vela de la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro en la que, pese a los esfuerzos, permanecía desde hacía 13 años. La asesoría se realizaría a través de dos misiones que tendrían el objetivo expreso de contribuir a que las autoridades gubernamentales, encargadas en Coro y La Vela de conservar el sitio inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial en 1993, pudieran cumplir con las recomendaciones hechas por la Unesco desde 2008.

Sin embargo, en noviembre de 2023 la página web del Correo del Caroní recogía con motivo de cumplirse 30 años la declaratoria de patrimonio como “Clemencia Medina, vicepresidenta de la Fundación Comunal Patrimonial, informó que en la actualidad no se estén realizando trabajos de conservación o restauración a las casas ubicadas en la poligonal patrimonial es un punto desfavorable para Falcón, por lo que puede perder el título otorgado por la Unesco”. En julio de 2024 la UNESCO ratificó que la ciudad de Coro y su puerto, en Falcón, siguen en riesgo al dejarlos en la lista de patrimonios en peligro.
Si hoy se visita la página de la UNESCO World Heritage Convention y se consulta “List of World Heritage in Danger” (https://whc.unesco.org/en/danger-list/), se puede apreciar cómo aún Coro y su puerto siguen apareciendo con fecha 2005.
Por lo visto se sigue corriendo la arruga.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal, 2 y 6. Arquitectura HOY, nº 168, viernes 23 de agosto de 1996.
1 y 9. Capturas de Google Earth.
3, 4 y 5. Cortesía de Franco Mucucci.
7 y 8. Colegio de Arquitectos de Venezuela/Fundación Museo de Bellas Artes. Catálogo de la IX Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura venezolana de fin de siglo. 1987-1998 (1998).
Postal nº 445

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