NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Prior Art

Patents and the Nature of Invention in Architecture

Peter H. Christensen

The MIT Press

2024

Idioma: inglés

Descripción

Un texto innovador sobre la historia del uso de patentes en arquitectura.

Aunque las patentes existían en la Italia del Renacimiento e incluso en el pensamiento confuciano, no fue hasta mediados del siglo XIX cuando los arquitectos adoptaron la práctica de patentar en cantidades significativas. Las patentes podían garantizar, como lo hicieron para los ingenieros colegas de los arquitectos, los beneficios económicos y culturales que brindaban los derechos exclusivos de propiedad intelectual. Pero la cultura de las patentes nunca fue directamente trasladable al campo de la arquitectura, que tendía a negociar cuestiones de innovación tecnológica en el contexto de cuestiones más abstractas de influencia artística y expresión formal. En Prior Art, el académico Peter Christensen ofrece el primer tratamiento monográfico a gran escala de esta compleja relación entre el arte y la invención.

El método de Christensen, un enfoque orientado al sitio empapado de trabajo de archivo multinacional y multilingüe, está orientado a unificar historias globales fracturadas de patentes arquitectónicas a través de la unión distintiva de la historia arquitectónica, cultural y legal. Prior Art ofrece un registro de la unión de la propiedad intelectual y la invención arquitectónica, un aspecto trascendental, poco estudiado y aún subutilizado de la cultura arquitectónica en los siglos XIX y XX, y las formas en que influyó en cómo se conciben, diseñan, construyen y promueven los edificios.

ACA

ES NOTICIA

Bienal de Arquitectura de Venecia 2025: más de 750 participantes investigan cómo la arquitectura se adapta al futuro

«Gaggiandre» del Arsenale de Venecia.

Escrito por Maria-Cristina Florian

Traducido por Agustina Iñiguez

Publicado el 13 de febrero, 2025

Tomado de https://www.archdaily.cl

Durante una presentación en vivo para la 19ª Exposición Internacional de Arquitectura, el curador Carlo Ratti dio a conocer la programación de la edición de este año. La Bienal de Arquitectura de Venecia 2025 incluirá 66 pabellones nacionales, con 4 países representados por primera vez: la República de Azerbaiyán, el Sultanato de Omán, Qatar y Togo. La exposición, dividida entre los Giardini (26), en el Arsenale (22) y en el centro de la ciudad de Venecia (15), explora el tema «Intelligens. Natural. Artificial. Collective», reuniendo a más de 750 participantes, incluidos individuos y organizaciones que forman equipos interdisciplinarios y multigeneracionales. Según los números publicados, la edición de este año se perfila para convertirse en la Bienal de Arquitectura más grande celebrada en Venecia.

La próxima Bienal, bajo la dirección de Carlo Ratti, se propone ofrecer una exploración multifacética del papel de la arquitectura en la atención de los desafíos entrelazados del cambio climático y la evolución poblacional. La exposición central de la Bienal se estructura en torno a tres mundos temáticos: Inteligencia Natural, Inteligencia Artificial e Inteligencia Colectiva, culminando en una reflexión sobre la exploración espacial no como un escape, sino como un medio para mejorar la vida en la Tierra. La visión curatorial de la Bienal transforma el evento en un laboratorio dinámico, reuniendo a arquitectos, ingenieros, matemáticos, científicos, académicos del clima y otros especialistas para juntar diversas perspectivas sobre la responsabilidad de la arquitectura de adaptarse a un mundo cambiante. Este espíritu colaborativo se destaca mediante una convocatoria abierta para presentaciones, asegurando que se incorporen voces y perspectivas diversas, expandiendo la noción tradicional de autoría arquitectónica.

The Living Structure. Imagen © Sekisui House – Kuma Lab, The University of Tokyo | Matsuo – Iwasawa Kab, The University of Tokyo.

La arquitectura siempre ha sido una respuesta a un clima hostil. Desde la «cabaña primitiva» más temprana, el diseño humano ha estado guiado por la necesidad de refugio y supervivencia, impulsado por el optimismo: nuestras creaciones siempre han intentado cerrar la brecha entre un entorno difícil y los espacios seguros y habitables que requerimos. –  Carlo Ratti

Un tema central gira en torno a la adaptación al cambio climático, extendiéndose más allá de los simples esfuerzos de mitigación. La Bienal se adentrará en escenarios predictivos, considerando las condiciones climáticas proyectadas en Venecia durante el próximo siglo y pronosticando cambios poblacionales. Entre los temas tratados se encuentran conceptos como inundaciones artificiales, el impacto de la dinámica poblacional en nuestras ciudades y las interferencias entre la planificación urbana y la bacteriología. Una asociación con Kengo Kuma explora cómo las tecnologías de IA podrían convertir la madera irregular en material estructural, mientras que equipos interdisciplinarios están llevando exploraciones de materiales de todo el mundo a Venecia. A los participantes de la Bienal de Venecia se les ha entregado un Manifiesto de Economía Circular, desarrollado con Arup, en un esfuerzo por promover la reutilización de materiales.

«Gaggiandre» del Arsenale de Venecia.
Canal Café / Aaron, Betsky Diller Scofidio + Renfro, Natural Systems Utilities, SODAI.

Durante décadas, la respuesta de la arquitectura a la crisis climática se ha centrado en la mitigación—diseñar para reducir nuestro impacto en el clima. Pero ese enfoque ya no es suficiente. Ha llegado el momento de que la arquitectura abrace la adaptación: repensar cómo diseñamos para un mundo alterado.[…] «En el tiempo de la adaptación, la arquitectura está en el centro y debe liderar con optimismo. En el tiempo de la adaptación, la arquitectura necesita recurrir a todas las formas de inteligencia – natural, artificial, colectiva. En el tiempo de la adaptación, la arquitectura necesita extenderse a través de generaciones y disciplinas – desde las ciencias duras hasta las artes. En el tiempo de la adaptación, la arquitectura debe repensar la autoría y volverse más inclusiva, aprendiendo de la ciencia. – Carlo Ratti

The Other Side of the Hill / Participants: Beatriz Colomina, Roberto Kolter, Patricia Urquiola, Geoffrey West, Mark Wigley.
Elephant Chapel / Boonserm Premthada.

Otro enfoque significativo es el análisis de las formas artificiales de inteligencia. La Bienal mostrará cómo se utiliza la IA para la planificación urbana, demostrando cómo puede ayudar a detectar los residuos que pueden ser reutilizados en los esfuerzos de reconstrucción, convirtiendo la ciudad en un lugar para la minería urbana. Además, se espera que el Arsenale se transforme en un laboratorio para experimentar con robótica humanoide en la construcción, una iniciativa apoyada por los sindicatos de trabajadores.

La exploración se extiende aún más a la inteligencia colectiva, examinando cómo los procesos informales de intercambio de conocimientos y colaboración pueden informar soluciones arquitectónicas. Esto incluye explorar las lecciones aprendidas de diseñar para entornos extraterrestres e investigar el potencial de soluciones arquitectónicas inspiradas en trajes espaciales y otras tecnologías desarrolladas para la exploración espacial buscando mejorar la vida en la Tierra.

Instalación del manual de circularidad.
Pabellón Central.

Finalmente, el Laboratorio Vivo de Venecia enfatiza la ciudad misma como un campo de prueba crucial para enfoques innovadores hacia la sostenibilidad. Esta iniciativa explorará la relación única de Venecia con el agua, centrándose en técnicas de gestión y purificación del agua, incluso demostrando la conversión de agua purificada en espresso. La colaboración con COP30 y un enfoque en la interacción sostenible con la selva amazónica demuestran un compromiso con colaboraciones globales y el intercambio de conocimientos sobre prácticas de construcción sostenibles. El catálogo de la Bienal, que presenta ensayos y un nuevo formato llamado «Conversaciones Imposibles», con conversaciones habilitadas por IA con figuras históricas, promete enriquecer aún más el discurso en torno a estos temas cruciales.

ACA

¿SABÍA USTED…

…que en 1990 se termina la construcción del Edificio de oficinas para la Fosforera Venezolana diseñado por la arquitecto Hélène de Garay?

1. Hélène de Garay. Edificio sede de la Fosforera Venezolana, Antímano (1990). Fachada principal (noroeste).

Cuando desde mediados de la década de 1980 el arquitecto, crítico y cronista urbano William Niño Araque (1953-2010) empieza a escribir sobre arquitectura en el diario El Nacional e interviene desde la Galería de Arte Nacional en la curaduría de exposiciones que comienzan a promover la arquitectura venezolana (para las cuales elaborará los textos de los catálogos), da inicio a la construcción paulatina de un discurso que, arropado por los aires provenientes de la posmodernidad, busca alejarse de la carga ideológica que signó la crítica arquitectónica nacional en décadas anteriores, con el afán de realzar «la excelente y variada calidad de nuestra producción arquitectónica» producida de 1970 en adelante, señalando con insistencia nombres y obras que le permitirán dar cuerpo a la premisa de que los buenos arquitectos serán siempre más importantes que la buena arquitectura.

Desde los artículos de prensa y los textos de los catálogos de las exposiciones, tomados como gimnasia para estructurar una gramática acompañada de un vocabulario absolutamente personal y a la vez ecléctico, Niño Araque se da a la tarea de darle cuerpo a una disertación optimista, exagerada y seductora, difusa y ambigua, llena de redundancias poéticas, donde si algo se hace notoria es su capacidad de emocionarse ante edificios que, a su juicio, trasluzcan su «caribeñidad» y «tropicalidad», dos categorías que va puliendo poco a poco con la finalidad de demostrar la existencia de una «posible» Escuela de Caracas, labor de la que fue pionero.

2. Portadas de los catálogos de las muestras Los Signos Habitables. Tendencias de la arquitectura venezolana contemporánea (1985) y VIII Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura del lugar (1987) cuyos textos principales fueron elaborados por William Niño Araque.

Con atisbos que irá asomando en sus escritos semanales, cuatro son los ensayos en los que Niño Araque plasmará sus ideas al respecto y en los va perfeccionando sus planteamientos: «La Arquitectura como arte», que encabezará el catálogo de la exposición Los Signos Habitables. Tendencias de la arquitectura venezolana contemporánea (1985); «La ciudad recobrada», preparado para el catálogo de la VIII Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura del lugar (1987); «La Escuela de Caracas. Reflexiones breves para una primera aproximación a la Arquitectura Contemporánea Venezolana», publicado en la revista Estilo, año 3, nº 12 (1992); y «La Escuela de Caracas. Apuntes para un acercamiento a la arquitectura contemporánea venezolana», que aparecerá en la publicación editada por la Fundación Museo de Arquitectura para el VI Seminario de Arquitectura Latinoamericana. Nuestra arquitectura reciente: Conceptos y realizaciones (1993). En los dos últimos será que nos apoyaremos y extraeremos la mayor parte de las citas que acompañarán esta nota.

3. Portada de la revista Estilo, año 3, nº 12 (1992) y de la primera página del trabajo «La Escuela de Caracas. Reflexiones breves para una primera aproximación a la Arquitectura Contemporánea Venezolana» publicado allí por William Niño Araque.

La sugerente propuesta que acompaña la conformación a partir de los años 70 de una «posible» Escuela de Caracas surge de la asimilación y combinación por parte de Niño Araque de varias ideas y premisas: el «neovanguardismo» desarrollado por Helio Piñón a comienzos de los 80; la presencia de dos polos claros en la evolución de la arquitectura moderna venezolana: el abstracto (representado por la arquitectura internacional o desarrollista que se da en los 50) y el figurativo (representado por la arquitectura «populista» del mismo período); el rechazo a toda clase de planteamiento ideológico; la conformación de una teoría procedente del examen de soluciones concretas a problemas concretos, consecuencia del convencimiento de la autonomía disciplinar; el importante peso que lo expresivo y lo formal tienen definitivamente en la arquitectura; el rol jugado por las condiciones ambientales y paisajísticas de la ciudad de Caracas como detonante en la concreción de una determinada actitud hacia el lugar; y la convivencia bajo un mismo techo de respuestas muchas veces disímiles, es decir, la no necesaria coherencia que conlleva normalmente la conformación de una «escuela».

En tal sentido, Niño Araque, tratando de evitar posibles confusiones, afirmará en algún momento: “El término ‘Escuela de Caracas’ no está propuesto como una manera conciliada de hacer arquitectura, ni como una tendencia, ni como un manifiesto. Se propone como una intención que abarca las múltiples visiones enraizadas con el lugar».

De esta manera, la «posible» Escuela de Caracas establecería su compromiso, ya no tanto con la tradición abstracta de la arquitectura moderna, sino con una simbología más figurativa, ya no con la simple eficiencia, funcionamiento y racionalidad constructiva sino «con el novedoso sentido que hoy adquiere la lógica de la historia, interpretada esta vez desde la perspectiva de la geografía tropical y caribeña». Niño Araque parece detectar que «el enfrentamiento esencial de la experiencia arquitectónica venezolana contemporánea no parece centrarse en la antigua relación forma-función de los cincuenta, ni en la forma-eficiencia tecnológica de los años sesenta, sino en la renovada visión forma-figura-lugar».

Pues bien, dentro de ese marco, Niño Araque abre paso a lo que denomina «éticas tendenciales de actuación» en las que prácticamente todo entra, incluso su propia construcción. De tal manera, clasifica la arquitectura de los 80 y 90 venezolana en cuatro «éticas» a las que se afilian numerosos arquitectos y obras: «1) El espacio urbano y su memoria como escenario para la intervención; 2) La atmósfera del espacio interno como fundamento de una estética figurativa; 3) Eclecticismo, historicismo y postmodernidad (la apariencia del pasado); 4) La arquitectura como idea».

4. Algunas de las obras que para William Niño Araque ejemplifican «La atmósfera del espacio interno como fundamento de una estética figurativa», segunda de las «éticas tendenciales de actuación» de una «posible» Escuela de Caracas. Izquierda arriba: Gorka Dorronsoro y Julio Riquezes, Escuela de Metalurgia de la UCV (1982-1987); Izquierda abajo: Felipe Delmont, Casa La Comarca (1983); Centro arriba: Edmundo y Oscar Díquez, Oscar González y José Alberto Rivas, edificio Atrium (1988); Centro abajo: Oscar Tenreiro y Francisco Sesto, una de las casas Furió (1987); Derecha arriba: Julio Maragall y Miguel Carpio, edificio residencial Villa Bermeja (1981); Derecha abajo: Jimmy Alcock, Quinta La Ribereña (1976).

Es a la segunda de dichas “éticas”, que destaca por ser la manifestación más clara de lo esencial de sus planteamientos, a la que Niño Araque adscribe los siguientes arquitectos y obras: Jimmy Alcock con La Rivereña y la casa Bottome; Oscar Tenreiro y Francisco Sesto con las casas Furió; Felipe Delmont con la casa La Comarca; Federico Vegas con las casas Varela Nuñez y Puppio Vegas; Gorka Dorronsoro y Julio Riquezes con la Escuela de Metalurgia de la UCV; Hélène de Garay con el edificio de la Fosforera Venezolana; Jesús Tenreiro con el Monasterio Benedictino en Güigüe; Edmundo y Oscar Díquez, Oscar González y José Alberto Rivas con el edificio Atrium; y Julio Maragall y Miguel Carpio con el edificio residencial Villa Bermeja.

La manera particular como el edificio sede de la Fosforera Venezolana encarna para Niño Araque “La atmósfera del espacio interno como fundamento de una estética figurativa”, puede observarse en “la distancia simbólica entre el paisaje urbano (concreto, abstracto y contaminado) y el paisaje redefinido y figurativo en el interior de sus límites”, característico de la arquitectura de Hélène de Garay quien manifiesta “a lo largo de sus edificios la idea del espacio resguardado como marca de tropicalidad”.

5. Hélène de Garay. Edificio sede de la Fosforera Venezolana, Antímano (1990). Espacio central.

En la Fosforera Venezolana, según Niño Araque, “el filtro, como tema, adquiere la función de demarcar una ruptura entre dos zonas o espacios de naturaleza diferente. De un lado está el mundo sensible, la naturaleza externa y tangible, la manifestación de la luz. Del otro lado está el mundo interior y trascendente, se trata de dos cosas de una misma realidad, lo profano y lo sagrado en un edificio”. Y continúa diciendo: “en su interior (el edificio) estructura una red tensional de clima y luz, debido a sus continuas visuales volcadas a su interioridad. (…) La pantalla o membrana curva es un elemento que carga de sutiles y diversas expresiones su clima interno, dejando pasar la luz de una manera selectiva y contrastada. La luz filtrada por el poderoso ‘mural de sombra’ (sin duda, uno de los episodios más sutiles y hermosos de la arquitectura contemporánea) densifica el patio de una renovada temperatura y silenciosa plasticidad, impregnando su espacio de una sedada y tranquila atmósfera de apariencia flotante”.

6. Hélène de Garay. Edificio sede de la Fosforera Venezolana, Antímano (1990). «El edificio juega con la transparencia conceptual y literal y con las penumbras acentuadas por las membranas caladas con las cuales se logra un juego de luces, sombras y visuales…»

De manera más clara y directa, la propia Hélène explica cómo “el contexto determinó ciertas directrices del diseño. El edificio no se integra al entorno degradado, por el contrario, toma conciencia del clima y el lugar, valorizando toda su intención arquitectónica hacia su interior, el mundo interior de la edificación donde habita el hombre, allí donde se juega con la transparencia conceptual y literal y con las penumbras acentuadas por las membranas caladas con las cuales se logra un juego de luces, sombras y visuales que contribuyen a develar los espacios y permiten vivir los cambios complejos del día a la noche, así como favorecen una perfecta ventilación natural en las áreas de usos comunes de la edificación, elementos primordiales en un clima templado”.

7. Hélène de Garay. Edificio sede de la Fosforera Venezolana, Antímano (1990). Geometría de la fachada principal y dibujo axonométrico.
8. Hélène de Garay. Edificio sede de la Fosforera Venezolana, Antímano (1990). El acceso visto desde el exterior y el interior.

Compositivamente “el edificio está constituido por un esquema absolutamente geométrico, una serie de muros conforman dos cubos perfectos, unidos por un espacio central generador de las actividades comunes. El primer cubo en la fachada principal se quiebra, se pliega y penetra hacia su interior conformando un hall de entrada a cuatro alturas, creando una visual interna que con el ritmo de los volúmenes, guía al visitante en su recorrido hasta el espacio central donde el edificio vuelca sus actividades comunes y hacia el cual viven las oficinas. Este patio se eleva a través de las cinco plantas de la edificación rematando con una cubierta transparente. Está sembrado con vegetación tropical y ventila naturalmente a través del muro de bloques huecos, a manera de piel permeable y transparente. Las fachadas están diseñadas con doble piel y están provistas de pantallas de concreto para la protección solar. Se han previsto jardines con vegetación abundante para tamizar las visuales hacia el contexto deteriorado. Es un edificio hecho para el hombre, para mejorar su calidad de vida y hacer más gratas sus largas jornadas de trabajo”.

9. Hélène de Garay. Edificio sede de la Fosforera Venezolana, Antímano (1990). Ubicación.
10. Hélène de Garay. Edificio sede de la Fosforera Venezolana, Antímano (1990). Fachada noreste.

Ubicado en la Calle Real de Antímano, Antímano, Municipio Libertador, proyectado en 1988 y finalizado en 1990, en el diseño del edificio sede de la Fosforera Venezolana (o Centro Fosforera) Hélène de Garay contó con la colaboración de los arquitectos Isabel Vilar, Sofia Piñeiro y David Gabay. Los cálculos estructurales fueron elaborados por el ingeniero Julio Javier Hernández, las instalaciones sanitarias estuvieron a cargo del ingeniero Andrés Amelinckx mientras que las instalaciones contra incendio fueron responsabilidad del arquitecto Miguel Sureda.

La supervisión de la obra fue realizada por la arquitecta Hélène de Garay y los ingenieros Javier Axune y Jorge Nebreda.

Reconocido por su autora como la obra que le ha traído mayores satisfacciones, el edificio ha aparecido publicado más de 7 veces en diferentes libros y revistas de arquitectura, fue presentado en la VII Bienal de Arquitectura de Quito realizada en el año 1990 obteniendo el Primer Premio Internacional (Gran Premio BAQ ’90) entre más de 300 trabajos presentados que representaron a 17 países del continente.

Actualmente el que fuera sede de la Fosforera Venezolana aloja a la Universidad Politécnica Territorial de Caracas “Mariscal Sucre” (UPTECMS).

Nota

Hélène Lluch Cebrián nació en Toulouse (Francia) durante la II Guerra. Es la hija menor de Enrique Lluch de Mons y Lucy Cebrián quienes tuvieron que huir de España en 1939. Emigra de Francia a Venezuela con su familia a comienzos de los años 1950 donde se residencia definitivamente. Casada en Caracas con el constructor vasco Mikel Garay a mediados de los años 1960 (relación que duró 29 años y de la que nacieron dos hijos varones), egresa de arquitecto en la FAU UCV en 1967.

11. Parte de la obra realizada por Hélène de Garay. Arriba. Izquierda: Centro Comercial Los Molinos, Av. San Martín (1975-1979). Centro: edificio industrial y de servicios Catabia, La Urbina (1986). Derecha: Vivienda multifamiliar La Florida (1984). Abajo. Izquierda: Torre PDVSA Sur (1994). Centro izquierda: Torre KPMG (1998). Centro derecha arriba: Palacio de Justicia de Barcelona (1998-2002). Centro derecha abajo: Centro Microempresarial San Jacinto (2007). Derecha: Residencias Oasis Mar (1986).

En el resumen curricular publicado en el libro Hélène de Garay. Vida y arquitectura de Jeannette Díaz (2009) se puede observar que tiene como primer proyecto reconocido el Centro Comercial Los Molinos, San Martín, ganado a través de un concurso privado (1975-1979). Le siguen, entre otros, el edificio industrial y de servicios Catabia, La Urbina (1986) -Mención Premio Metropolitano de Arquitectura en la VII Bienal de Arquitectura 1987-; el edificio de oficinas Fosforera Venezolana, Antímano (1990) -Primer Premio Internacional de la VII Bienal de Arquitectura de Quito, Ecuador, 1990-; el edificio de oficinas Torre KPMG, avenida Francisco de Miranda (1993); el edificio PDVSA Sur, avenida Libertador (1994); y el Palacio de Justicia de Barcelona, estado Anzoátegui (1998), a los que se suman casi treinta edificios de vivienda multifamiliar realizados entre 1976 y la actualidad ubicados casi en su totalidad en Caracas y el Litoral Central.

También destaca el haber participado como Directora fundadora en la creación de la Fundación Museo de Arquitectura en 1988.

Para Niño Araque, a lo largo de su trayectoria profesional Hélène “ha ampliado desde la actividad profesional, una investigación arquitectónica orientada al perfeccionamiento de tipologías de vivienda multifamiliar y de oficina. Su arquitectura nace de la necesidad de tropicalizar el edificio a partir del estudio del acondicionamiento de su atmósfera interna.

12. Hélène de Garay. Proyecto C’a Venier dei Leoni (Museo sobre el Gran Canal de Venecia). III Bieneal de Arquitectura de Venecia (1985). Seleccionado como motivo para uno de los afiches de presentación de la Bienal.

De esta insistencia, fundamentalmente plástica y constructiva a la vez. ha retomado para la arquitectura venezolana el tema de la membrana y el muro calado como fuente para una arquitectura del lugar. (…) Su arquitectura se debate entre el enfrentamiento de dos enfoques espaciales; el primero es producto de una concepción arquitectónica en el que los procedimientos de diseño nacen de una racionalidad constructiva, el segundo es producto de la búsqueda de un sentido de calidad estética capaz de trascender la moda, sin desligarse de la historia del contexto”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Caracas del valle al mar (https://guiaccs.com/obras/fosforera-nacional/)

2, 3 y 4. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

5. Revista Projeto (revistaprojeto.com.br/acervo/helene-de-garay-edificio-fosforera-venezolana-caracas-venezuela/); y IX Bienal Nacional de Arquitectura La arquitectura venezolana de fin de siglo. 1987-1998. Proyectos invitados. p.17

6. arquitecturavzl. Edificio Fosforera Venezolana (https://www.instagram.com/arquitecturavzl/p/C6Hmau-pSJE/?img_index=4) ; y entrerayas (https://entrerayas.com/helene-de-garay/)

7. arquitecturavzl. Edificio Fosforera Venezolana (https://www.instagram.com/arquitecturavzl/p/C6Hmau-pSJE/?img_index=5) ; y Caracas del valle al mar (https://guiaccs.com/obras/fosforera-nacional/)

8. arquitecturavzl. Edificio Fosforera Venezolana (https://www.instagram.com/arquitecturavzl/p/C6Hmau-pSJE/?img_index=2) y (https://www.instagram.com/arquitecturavzl/p/C6Hmau-pSJE/?img_index=3)

9. Capturas de Google Earth.

10 y 11. entrerayas (https://entrerayas.com/helene-de-garay/)

12. C.A.V. Revista del Colegio de Arquitectos de Venezuela, nº 49, año 2, abril 1986.