
Redescubriendo el modernismo en África: de la nostalgia al optimismo
Escrito por Mohieldin Gamal
Publicado el 17 de septiembre 2024
Tomado de www.archdaily.com
La mitad del siglo XX marcó un período transformador para África, ya que 29 países lograron la independencia entre 1956 y 1964, señalando los albores del estado-nación en todo el continente. Esta era resonó con un espíritu de liberación y progreso, paralelo a los movimientos globales de la época, como el establecimiento de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas (1945) y la Organización de la Unidad Africana (1963). En este contexto, la arquitectura modernista surgió como un poderoso símbolo de la identidad nacional, acompañando la ambición y la aspiración colectiva de un futuro más brillante. Como las naciones recién independizadas trataron de definirse alejadas de sus pasados coloniales, la adopción de principios del Movimiento Moderno facilitó la construcción de infraestructuras clave, como centros de convenciones, edificios parlamentarios y hoteles, así como el desarrollo de la educación arquitectónica, dando como resultado el que los arquitectos nativos comenzaran a reemplazar o cooperar con profesionales nacidos en el extranjero.
Este artículo inaugura una nueva serie titulada Redescubriendo el Modernismo en África, con el objetivo de explorar el legado arquitectónico del Movimiento Moderno en África, destacando su papel en la construcción de la nación y la evolución de la educación arquitectónica, al tiempo que arroja luz sobre los arquitectos y movimientos que dieron forma a esta era transformadora.

El estado de ánimo de liberación en el continente podría compararse con la euforia al final de la Segunda Guerra Mundial que condujo a la creación de las Naciones Unidas y la arquitectura modernista de su sede. Como se señala en el sitio web de las Naciones Unidas, «el edificio no tiene referencias históricas y pretende simbolizar el futuro brillante y pacífico que nos espera y que no se queda anclado en el pasado». Esta ruptura con el pasado es un aspecto del Movimiento Moderno adoptado por los países africanos de reciente independencia, y marca un alejamiento de las tradiciones arquitectónicas del pasado colonial.
El término modernismo puede tener una definición amplia y quizás intercambiable. Para el propósito de este tema, se entiende como la arquitectura del Movimiento Moderno iniciada por arquitectos como Le Corbusier y Walter Gropius en la Europa continental a principios del siglo XX. Junto con el rechazo de la historia, se caracterizó por un enfoque en la función, la destitución del ornamento y el uso innovador de nuevos materiales y capacidades estructurales. Estos hicieron del Modernismo un enfoque fácilmente transferible para el diseño de edificios, y sus ideas se extendieron gradualmente por todo el mundo. Su énfasis en la destreza técnica también lo hizo sinónimo de progreso y, por lo tanto, era atractivo para los Estados nacientes que deseaban participar en un rápido desarrollo.

Inicialmente, con casi toda África colonizada, el Modernismo llegó al continente a través de arquitectos europeos. El Modernismo Tropical, por ejemplo, fue un estilo desarrollado por Gran Bretaña en África Occidental. En las décadas de 1940 y 1950, preocupados por el aumento de los sentimientos independentistas, la potencia colonial buscaba contrarrestarlos a través de proyectos educativos y de infraestructura. Los arquitectos británicos Maxwell Fry y Jane Drew, pioneros en el Modernismo Tropical y involucrados en el establecimiento de la Escuela Tropical de Arquitectura en Londres, diseñaron numerosos edificios en Ghana. El Modernismo Tropical fue una adaptación de la arquitectura del Movimiento Moderno para adaptarse a los climas cálidos y húmedos. A pesar de estas raíces coloniales, este estilo de arquitectura fue adoptado por el líder de la Ghana independiente, Kwame Nkrumah.

A mediados de siglo, cuando la independencia se extendió por África, más gobiernos adoptaron el modernismo. Se mantuvieron estrechos vínculos con las antiguas potencias coloniales, cuyos arquitectos siguieron ejerciendo después de la independencia, mientras que los estudiantes nativos eran enviados al extranjero para estudiar y formarse. Las primeras escuelas de arquitectura se establecieron muy poco después de la independencia: por ejemplo, en Kumasi (Ghana), con estrechos vínculos con la AA de Londres, y en Jartum (Sudán), donde un profesor británico fue designado fundador de la escuela.El trabajo de los arquitectos africanos que regresaron y se formaron en el extranjero, junto con la nueva generación de arquitectos formados localmente, recién se está reconociendo. Sin embargo, curiosamente, los arquitectos nacidos en el extranjero también procedían de terceros países que no tenían ninguna relación previa con el continente, en particular de Escandinavia y Europa del Este. El libro de Łukasz Stanek, «La arquitectura en el socialismo global», detalla algunas de estas relaciones y atribuye algunas de ellas al Movimiento de Países No Alineados, del que eran miembros muchas naciones africanas.

Naturalmente, los países africanos tienen historias complejas y diversas y relaciones con el Modernismo. No necesariamente siguen esta narrativa exacta que ilustran los pocos ejemplos. Los países de la costa mediterránea (excepto Argelia) obtuvieron la independencia mucho antes que los del sur del Sahara. Los países lusófonos ganaron la independencia más tarde y la mayoría de sus edificios modernos ocurrieron bajo el colonialismo. Etiopía se mantuvo en gran medida independiente durante todo el período de los imperios europeos y Sudáfrica siguió otra relación histórica distinta con el colonialismo. También hay diferencias culturales y climáticas en todo el continente que dan como resultado diferentes arquitecturas. El Modernismo Tropical adecuado al clima cálido y húmedo se asumiría para adaptarse al clima cálido y seco de otros lugares.

Documentar el modernismo en África es importante por varias razones. La documentación en sí es un acto de conservación. Manuel Herz en «El Modernismo Africano: La Arquitectura de la Independencia» (2015) lamenta la ausencia de ejemplos de Modernismo en África en los libros de historia, citando grandes obras como el Foire Internationale de Dakar y el Centro Internacional de Convenciones de Kenyatta como ejemplos de obras omitida pero relevantes. Además de su importancia histórica al marcar la construcción de una nación, aboga por su inclusión en historias más amplias de la arquitectura debido a sus cualidades y su centralidad en la historia del Modernismo.

En la actualidad, el movimiento moderno en el continente africano está cobrando cada vez más importancia en el campo de la arquitectura. Ocho años después de la publicación del libro de Manuel Hertz, se presentó una exposición sobre el Modernismo Tropical en la Bienal de Venecia centrada en la arquitectura africana. En el momento de escribir estas líneas, está a punto de concluir una exposición sobre el Modernismo Tropical en el Victoria & Albert Museum de Londres. Sin embargo, los edificios modernistas africanos no son inmunes al deterioro, la demolición o incluso la destrucción en la guerra, como se vio en la exposición «Mogadiscio Lost Moderns» en 2014. Incluso los edificios bien conservados corren el riesgo de sufrir reparaciones y ampliaciones insensibles. La esperanza es que documentar y celebrar estos elementos del patrimonio construido pueda fomentar su conservación para la posteridad.
ACA