NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

A Philosopher Looks at Architecture

Paul Guyer

Cambridge University Press

2021

Idioma: inglés

Descripción
¿Cómo deberían ser nuestros edificios? ¿O es más importante su usabilidad que su apariencia?

Paul Guyer sostiene que los objetivos fundamentales de la arquitectura identificados por primera vez por el arquitecto romano Marco Pollio Vitruvio (buena construcción, funcionalidad y atractivo estético) han seguido siendo válidos a pesar de los constantes cambios en las actividades humanas, los materiales y tecnologías de construcción, así como en los estilos artísticos y culturas.

Guyer analiza filósofos y arquitectos a lo largo de la historia, incluidos Alberti, Kant, Ruskin, Wright y Loos, y examina las formas en que sus ideas cobran vida en edificios de todo el mundo. También considera las obras y palabras de arquitectos contemporáneos como Annabelle Selldorf, Herzog y de Meuron y Steven Holl, y muestra que, a pesar de los tiempos y las modas cambiantes, la buena arquitectura sigue siendo algo por lo que vale la pena esforzarse.

Esta nueva serie ofrece perspectivas breves y personales de pensadores expertos sobre temas que todos encontramos en nuestra vida cotidiana.

ACA

OTRO LIBRO CENTENARIO

Enseñanza de la Arquitectura

Cultura moderna técnico artística.

Teodoro de Anasagasti.

Sucesores de Rivadeneyra, Madrid

1923

El libro, un fácsimil de la edición original de 1923, recoge las reflexiones sobre la enseñanza de la Arquitectura (planes de estudio, métodos de enseñanza, etc) de Teodoro Anasagasti (1880-1938). A pesar del tiempo transcurrido conserva actualidad y frescura. Anasagasti pasa revista de forma sistemática a todos los aspectos que inciden en la formación del arquitecto. La obra no sólo tiene un interés histórico -conocer la situación en los años veinte-, sino que en muchos casos, los acertados comentarios y observaciones de Anasagasti tienen todavía hoy plena vigencia.

De acuerdo a lo que publicara Carlos Flores en el nº240 de la revista Arquitectura del COAM, Madrid, enero-febrero de 1983, en conmemoración de los 60 años de la publicación del libro que nos ocupa, Anasagasti, Premio de Roma en 1910, Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Madrid del mismo año, Medalla de Oro (junto con Otto Wagner) en la Exposición Internacional de Roma (1911), Catedrático de Proyectos, Académico de Bellas Artes, Presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, hábil dibujante, combativo polemista, incansable viajero, arquetipo del profesional inquieto, abierto a todas las corrientes renovadoras, luchador esforzado en causas perdidas de antemano como ésta de la reforma de las enseñanzas de Arquitectura, tras la obtención del Premio de Roma y la realización de los viajes y permanencias en diversos países, inherentes al mismo (Italia, Francia, Bélgica, Holanda, Austria y Alemania), se verá profundamente influido dada su personalidad de talante fundamentalmente abierto y libre.

Así, Anasagasti “se interesará por conocer las obras más destacadas de las vanguardias arquitectónicas, pero asímismo, por bucear en los planes de estudios de unos centros de enseñanza que, a su juicio, eran capaces de proporcionar al alumnado una formación acorde con los nuevos tiempos. (…) Enseñanza de la Arquitectura. Cultura Moderna Técnico-Artística, será la obra que resuma las experiencias y conocimientos obtenidos durante aquellos años de estudio en Europa, reflejando al propio tiempo sus propias ideas y las teorías elaboradas posteriormente sobre el particular. Anasagasti pretenderá una transformación drástica de los programas de enseñanza, eliminando materias y procedimientos anacrónicos mantenidos sólo como consecuencia de apatías y rutinas; también, un nuevo enfoque en las relaciones alumno-profesor, suprimiendo ‘las doctrinas dogmáticas y el apriorismo’ y rechazando la ‘absurda disciplina que obliga a la quietud y al silencio’. Acusadamente posibilista juzgará como lujo inútil la ciencia no necesaria, considerando el plan de estudios de 1914, entonces vigente, como ‘atiborrado de alta ciencia teórica que no encuentra empleo en las funciones ulteriores de la profesión’ (‘Cuando nos encontramos ante la vida se nos pregunta que sabemos hacer’). Los pilares sobre los que basa su ideario reformista serán: Obtención de conocimientos ligados directamente a la realidad (‘Al alumno le atraen las realidades; éstas deberán ser tocadas por él antes de dedicarse a la teoría’). La teoría como una continuación de la práctica o emparedada con ella (‘Para Kant el mejor modo de comprender es el hacer’). Materias, pocas y fundamentales, eliminando todo aquello que no sea absolutamente indispensable (‘Hay que redimir al alumno para que en sus horas libres sea capaz de desarrollar sus propias observaciones. Hay que redimir, también, al profesor’). Educación de la sensibilidad, capacitando al alumno para que descubra por sí mismo la realidad (‘La realidad ha de presentarse siempre ante nosotros como una revelación»). Supresión de toda retórica y engolamiento en los sistemas de enseñanza (‘El saber se ha hecho verbalista y ha llegado a ser opresor»).

Anasagasti sostenía que el arquitecto debería ser un dibujante ‘hábil y exquisito’, puesto que ‘nuestro lenguaje es el dibujo’, y acusaba de ociosos los estudios vigentes en tales materias. (Tiene al lavado por inútil nadería y piensa que ‘proyectando se aprende a dibujar’). Insistirá repetidamente en la necesaria ‘educación del sentimiento’ que, a su juicio, se encuentra por encima de la razón, (‘sin sentimiento no es posible crear obras de arte’) enfoque romántico que no le impedirá, sin embargo, valorar las obras de ingeniería más destacadas a las que otorga una indiscutible potencialidad plástica considerándolas ‘tan bellas como los productos más refinados de la imaginación artística’. Juzga condición esencial que los proyectos dejen de ser escenográficos, ‘como fantasmas arquitectónicos’, deficiencia que será superada una vez que el control de cada proyecto, a lo largo de su desarrollo, sea compartido por profesores de disciplinas técnicas -construcción, resistencia de materiales, salubridad, etc.- en lugar de abandonarse en exclusiva al profesor de composición. El alumno deberá conocer cuanto antes lo que, en términos reales, representa el ejercicio cotidiano y normal de la profesión (‘No al final de los estudios sino desde el primer día de la primera asignatura deben abrirse las puertas de las clases, llevando a los alumnos a los laboratorios, a los talleres y a las obras’).

Tampoco dejará de insistir Anasagasti en la necesidad de una íntima e ineludible colaboración entre arquitectos, pintores y escultores -lo que resulta lógico en un seguidor entusiasta de la Secesión vienesa- colaboración que debería ser iniciada desde los años escolares abogando por una localización de tales enseñanzas dentro del mismo edificio. Los viajes, como medio idóneo de ampliar el horizonte vital y artístico del alumno, constituyen otro de los temas favoritos en los que el autor insistirá una y otra vez a lo largo de su ensayo.

El capítulo final incluye una serie de recomendaciones, agrupadas por temas, entre las que no faltan las referentes a las personas que deberían ser elegidas para las comisiones que estudien y redacten los nuevos planes, comisiones que según Anasagasti estarían integradas por el director, tres profesores y dos estudiantes de cada una de las escuelas de Madrid y Barcelona, dos profesores de academias de preparación de arquitectura y un arquitecto del máximo prestigio. En 42 puntos, divididos en secciones como principios generales, prácticas, laboratorios y talleres, viajes, pensiones y ampliación de estudios, preparación, matemáticas, construcción, dibujo, proyectos, etc., se va exponiendo un cuerpo de doctrina de validez general muchos de cuyos apartados encontrarían plena vigencia aún en nuestros días. Este libro, de propaganda y combate, como su autor lo califica, insólito en el panorama español de su época -y de muchas épocas- no hallaría la respuesta que su importancia e interés exigían; considerado hoy, se nos ofrece como un conjunto de sugerencias e ideas, libres de cualquier dogmatismo, aprovechables en buena parte y siempre estimulantes y vivas. El libro constituye también el mejor documento a nuestro alcance para descubrir la mentalidad del arquitecto, no siempre reconocible a través de una obra sobre la que gravitan influencias y contingencias de cada momento y en la que se superponen o suceden alternativas tan distintas como las procedentes de las influencias secessionistas y el Art Deco francés, de las tendencias casticistas e historicistas, de la ‘sinceridad estructuralista’ próxima a la estética del ingeniero, o de los planteamientos de L’Ecole de Beaux Arts, cuando no aparece teñida por el romanticismo más melancólico como ocurre en aquellos proyectos de Ciudad del Silencio o de Cementerio Ideal que le otorgarían amplia fama en plena juventud”.

ACA

INVITACIÓN

INVITACIÓN

La Comisión de Ambiente de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat de Venezuela invita al

Foro

LA ARBORIZACIÓN EN LO URBANO

Fecha: 23 de noviembre.

Hora: 2 a 6 p.m.

ID de la reunión:

861 3800 4700

Código de acceso:

206000

Para más información:

Inicio

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 381

El año 2012 fue testigo de dos eventos que coparon el interés de los arquitectos venezolanos dirigidos a atender la necesidad de contar, de una vez por todas, con la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda en La Carlota como fundamental espacio público para todos los caraqueños.

Por un lado, el 20 de marzo, en el marco del 445 aniversario de la fundación de la ciudad, la Alcaldía del Área Metropolitana de Caracas, conjuntamente con organizaciones representantes de la sociedad civil, academias, gremios, alcaldías de los municipios integrantes del Área Metropolitana, la Gobernación de Miranda, el Colegio de Arquitectos de Venezuela, el Colegio de Ingenieros de Venezuela y el Cabildo Metropolitano, organizó el “Concurso Público de Ideas para transformar la Base Aérea La Carlota en Parque Verde Metropolitano”, reseñado en estas páginas el 7 de junio de 2020 en el Contacto FAC nº178 y cuyos ganadores, Manuel Delgado Arteaga (Venezuela), Jorge Pérez Jaramillo (Colombia) y OPUS-Oficina de Proyectos Urbanos (Colombia), fueron conocidos en acto público el 28 de noviembre.

Por el otro, en medio del desarrollo del concurso anterior, como parte de una especie de contrapunteo de carácter político, el gobierno central a través de la entonces denominada Oficina Presidencial de Planes y proyectos Especiales (OPPPE), encabezada por el arquitecto Francisco Sesto, lanza el 7 de septiembre la convocatoria a otro certamen que llevaría por nombre “Concurso Recinto Ferial de Caracas”, al cual dedicamos la nota de hoy.

Si el Concurso impulsado por la Alcaldía Metropolitana buscaba obtener ideas que apuntaran al “logro de una Ciudad Ambientalmente Sustentable, Segura e Integrada, donde ‘La Carlota’ se constituye como la pieza fundamental del Sistema de Espacios Públicos Metropolitanos de la capital”, enmarcadas a su vez en los lineamientos del Plan Estratégico Caracas Metropolitana 2020, que derivarían en la generación de una planificación que ordenara la intervención en el lugar, el promovido por la OPPPE, tomando como base el Plan Maestro 2011 elaborado unilateralmente por ese ente gubernamental, lo que buscaba era desarrollar un sector de la base aérea mediante la captación de anteproyectos destinados a resolver el edificio anunciado.

1. El Plan Maestro elaborado por la OPPPE para La Carlota.

Cabe recordar que sobre La Carlota existe una larga lista de iniciativas que para abreviar, ya que fueron desglosadas por nosotros en el artículo señalado, en lo que se refiere solamente a este siglo remiten en primer lugar al anuncio hecho en 2001 por Hugo Chávez de “regalarle” a Caracas los terrenos de la base aérea, entusiasmado por unos dibujos rápidos provenientes de un cuaderno que Fruto Vivas tenía archivados, que muestran cómo se vería el espacio ocupado por lagunas y cultivos donde habría un helipuerto y la pista se mantenía para emergencias. A aquella iniciativa seguirá la tentación surgida en 2006 por construir en La Carlota desarrollos de vivienda por parte del entonces Alcalde del Municipio Chacao, Leopoldo López, para lo cual se apoya en la propuesta elaborada por el arquitecto Alberto Manrique. Seguirán luego como otros intentos: la idea, muerta al nacer en 2007, de levantar un Parque Científico Tecnológico que incluía la construcción de 620 apartamentos y que sin embargo derivó en la instalación en 2010 de una fábrica de ensamblaje de celulares; la exposición en 2007 dentro de los espacios de la FAU UCV de los resultados de una experiencia de postgrado impulsada por el Instituto de Urbanismo titulada “Propuestas para La Carlota” que dio origen a un interesante artículo de Oscar Tenreiro titulado “Un resumen de reflexiones sobre La Carlota” (Entre lo cierto y lo verdadero, 17/10/2007); la esperada decisión por parte de Hugo Chávez en 2008 de eliminar el aeropuerto (que sí se da) y trasladar la sede de la Fuerza Aérea a Maracay (lo cual no ocurre); las amenazas siempre latentes de desarrollar La Carlota por partes y de construir viviendas; la contratación de un Plan Maestro en 2008 a una empresa de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV; para “finalizar” con una nueva decisión de Chávez en julio de 2011 de convertir La Carlota en un parque (Parque Bolívar) con la incorporación en 2012 de un circuito de Fórmula 1 a ser inaugurado en 2016, que originó el ya mencionado Plan Maestro elaborado por la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales (OPPPE).

Así, el llamado hecho el 7 de septiembre iba destinado a convocar un “Concurso Nacional de Arquitectura para el anteproyecto del Recinto Ferial de Caracas, como parte integral del proceso de planificación urbana que lleva a cabo el Gobierno Bolivariano para la transformación de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda en un gran parque metropolitano”, según lo publicado en https://es.slideshare.net/recintoferialcaracas/convocatoria-concurso-nacional-de-arquitectura-recinto-ferial-de-caracas.

2. Parcela donde se localizaría el Recinto Ferial (izquierda) y programa de áreas (derecha).

Es en esa misma publicación, como parte de la información inicial que buscaba atraer a los posibles participantes, donde se da a conocer parcialmente el Plan Maestro que apuntará a la creación de Parque Bolívar, “el cual sumará 107 nuevas hectáreas de áreas verdes a la ciudad”. También que “en los espacios del Parque Bolívar se aportarán usos complementarios para crear una nueva centralidad metropolitana con edificaciones y equipamientos para la educación, recreación, turismo, deporte, cultura y trabajo”.

El concurso es definido, además de nacional, como abierto, anónimo y en una sola etapa y está dirigido “a todos los arquitectos y arquitectas venezolanos y venezolanas con sus respectivos equipos, quienes y deberán cumplir cabalmente con todos los requisitos y Bases”.

Con un premio de Bs. 500.000,00 para el ganador se garantizaba también “la firma de un contrato de prestación de servicios profesionales, para el desarrollo del proyecto”. También se otorgarían, de ser necesario “diploma con la calificación de mención a aquellas propuestas designadas por el Jurado Calificador” y certificado de participación «a todos los arquitectos que se inscriban en este Concurso y entreguen sus propuestas de acuerdo a los requisitos establecidos en las Bases”.

El jurado calificador estaba integrado por los arquitectos: César Portela (Invitado internacional), Héctor Torres (Viceministro de Proyectos y Obras Turísticas), Juan Pedro Posani (Director del Museo Nacional de Arquitectura), Gilberto Rodríguez (Asesor de Urbanismo de la OPPPE), Orlando Martínez (Director de Obras de la OPPPE) y Abner J Colmenares (Miembro suplente encargado de hacer la programación).

La parcela objeto del Concurso, ubicada en el sector sur-oeste del Parque Bolívar, contaba con un área de poco más de 53.000 m2 en la cual se debía resolver una edificación de 38.214 m2 de construcción que debía albergar las siguientes actividades: “ferias, exposiciones, congresos, convenciones, jornadas, festivales, espectáculos, banquetes y demás categorías de reuniones y otros eventos de los viajes de incentivos (corporativos, gubernamentales, sociales, técnicos, científicos, políticos, sindicales, gremiales, etc.)”, las cuales venían acompañadas de un programa de áreas donde destacaban como espacios rentables: un salón ferial, un salón de convenciones, una sala de juntas y comisiones y un auditorio acompañados de áreas de vestíbulos y servicios.

De acuerdo al cronograma, también publicado, las inscripciones se realizarían del 10 de septiembre al 19 de octubre de 2012, la entrega se pautaba para el 15 de enero de 2013 y el veredicto se daría el 30 de enero seguido por una exposición de los trabajos entregados entre el 2 y el 24 de febrero.

3. Renders de la propuesta ganadora presentados para el concurso.
4. Tres de los trabajos que obtuvieron Mención. Izquierda: Franco Micucci. Centro: Miguel Braceli. Derecha: AGA Estudio Creativo.

Finalmente, sería el 5 de febrero cuando el jurado calificador, reunido en la sede del Museo Nacional de Arquitectura (Musarq), hizo público el veredicto al que había llegado, resultando ganadora la propuesta 4163, anteproyecto presentado por los arquitectos venezolanos Servando García, egresado de la ULA, quien encabezaba el equipo integrado por además por Gabriel Quintero, Jesús Uzcátegui, Patricia Travanti, Maximiliano Ovalle y Manuel Barreto (al que se deben sumar al menos otras 10 personas), una de cuyas imágenes acompaña nuestra postal del día de hoy.

Fueron, además, reconocidas con menciones especiales las propuestas de Doménico Silvestro, Daniel Erlich, Miguel Braceli, Franco Micucci, Carlos Maurette, Francisco Jaimes Avendaño y Orlando Vásquez.

Una amplia nota de prensa publicada en https://www.aporrea.org/actualidad/n222803.html nos ha permitido conocer algunos datos relevantes como que la OPPPE le asignaría a los ganadores “un equipo de acompañamiento y supervisión para que el proyecto se adapte y cumpla con los estándares internacionales” y que según Lucas Pou, arquitecto de la OPPPE, “el equipo de García ‘entra ahora en diálogo con nosotros’ para afinar el proyecto en los próximos meses; a finales de año debe comenzar la construcción de las fundaciones, calculó. De acuerdo con el cronograma, la obra debe estar lista en diciembre de 2015… En ella, el Gobierno Nacional invertirá 384,7 millones de bolívares”.

De la misma fuente hemos sabido que “el arquitecto español César Portela, no pudo viajar a Venezuela, recibió los documentos por vía electrónica y emitió su opinión”, siendo sustituido en las deliberaciones por el miembro suplente Abner Colmenares.

5. Diversas facetas de la propuesta ganadora.

En el veredicto, leído por Juan Pedro Posani, se manifestaba que “entre otros, se evaluaron criterios como la relación de la edificación con el contexto urbano, las relaciones funcionales de la edificación y su calidad espacial, los criterios estructurales y de sustentabilidad y la factibilidad económica”. Sin embargo, aclaró “que no se encontró ninguna propuesta que cumpliera con todos los criterios de evaluación establecidos en las bases, por lo que el jurado se orientó ‘a la selección, entre las mejores propuestas, de aquella que ofrece más posibilidades de ajuste y desarrollo manteniendo sus cualidades originales’. El anteproyecto, puntualizó, deberá incorporar las observaciones del jurado calificador”.

Los ganadores, en boca de Servado García, declaraban que con el Recinto Ferial “queríamos hacer un espacio inclusivo … no nada más un recinto ferial, sino un punto de encuentro donde se den otras actividades para la gente…”. También que el concepto del edificio era que “explotara hacia la ciudad generando actividades” y que su inspiración es la arquitectura colonial, “creo que partimos de allí en algún momento”.

Consultado García acerca de los materiales de construcción que se emplearán “explicó que una de las cosas que se propusieron fue poder levantar la obra con materiales y tecnología local. Se usará mucho concreto que provendrá de la planta concretera instalada en La Carlota; también planificaron emplear tubos reciclados de Pdvsa. (…) La obra contará con iluminación y ventilación naturales, así como reciclaje de agua de lluvia. Espacios como el auditorio requerirán aire acondicionado, apuntó, pero ‘lo que estamos pensando es que puede ser una alternativa’».

Para finalizar, como una demostración más de la ruta llena de ofertas incumplidas que acompaña la realización de concursos de arquitectura en Venezuela, Francisco Sesto, quien tenía el rimbombante cargo de “Ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas”, declaró el día de la premiación “que en su larga experiencia con concursos -citó no menos de 7 u 8- casi nunca pudo ver la materialización del resultado; en cambio, con La Carlota ‘estamos en capacidad de asegurar que el resultado del concurso’ se va a concretar en pocos años”.

Más de una década ha transcurrido desde entonces y del plan elaborado por la OPPPE sólo ha quedado una desproporcionada conexión que comunica la base aérea con el Parque del Este. La Carlota sigue a la espera.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 5. https://www.behance.net/gallery/7198463/PUBLIC-FACILITIES-%28RECINTO-FERIAL-DE-CARACAS%29/modules/688477405

1 y 2. https://es.slideshare.net/recintoferialcaracas/convocatoria-concurso-nacional-de-arquitectura-recinto-ferial-de-caracas

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

4. https://www.archdaily.cl/cl/02-236078/mencion-concurso-recinto-ferial-caracas-micucci-arquitectos-asociados, https://www.archdaily.cl/cl/02-234522/mencion-concurso-recinto-ferial-caracas-miguel-braceli y https://www.archdaily.cl/cl/02-239530/mencion-concurso-recinto-ferial-caracas-aga-estudio-creativo