Nueva fachada del Museo Küppersmühle de Duisburgo (Alemania), diseñada por Herzog&de Meuron.
Herzog & de Meuron vuelven a reinventar un museo
La ampliación del MKM de Duisburgo, en Alemania, confirma que Europa repara y amplía su arquitectura y que en los nuevos espacios para el arte el espectáculo está dentro
Del tirador la ciudad
Anatxu Zabalbeascoa
27 de septiembre de 2021
Este museo nació como silo. Y como molino cuando corría 1860. Para cuando comenzó el siglo XX, esa infraestructura portuaria era una de las más eficaces de Europa y funcionaba bajo el sobrenombre de La panera del Ruhr. La prosperidad hizo que el inmueble creciera con nuevos silos. Y a finales de los sesenta, la empresa Küppers Works lo adquirió y renombró. El molino dejó de funcionar entonces y entre 1972 y 1999, cuando Norman Foster propuso convertir el antiguo puerto industrial en un nuevo barrio de la ciudad, Hergoz&de Meuron comenzaron su renovación. Esta intrahistoria, la transformación paulatina, su corrección, el paso de la industria alimenticia a la cultural y la ampliación última habla de la nueva/vieja arquitectura europea. Que la reparación se elija por encima de la sustitución, que un edificio se vaya adaptando con el tiempo —cambiando de uso y/o creciendo— dibuja la arquitectura europea del siglo XXI.
Nueva fachada del Museo Küppersmühle de Duisburg diseñada por Herzog&de Meuron.Vista de los puentes de acero que atraviesan los silos originales.
En 1999, el edificio se transformó en museo con una colección de arte alemán de la segunda parte del siglo XX: Sigmar Polke, Tosemarie Trockel, Georg Baselitz, Gerhard Richter o Anselm Kiefer cuelgan entre más de 2.000 obras —casi todos lienzos— de las paredes del antiguo edificio. A ese patrimonio, la colección de Sylvia y Ulrich Stroher añade ahora una antología de trabajos que resumen el siglo XX. La muestra Stroher es tan extensa que ha requerido una nueva ampliación de Herzog&de Meuron en torno a los antiguos silos. No es esta la primera vez que el edificio trata de crecer. En 2008, los trabajos de acero fallaron y la obra se abandonó. Fue entonces cuando la familia Ströher lo adquirió y, en 2013, le encargó al estudio de los suizos Jacques Herzog& Pierre de Meuron estudiar y repensar el inmueble. Fueron ellos los que hablaron de actualizar el ladrillo histórico del antiguo molino y honrar a la vez su naturaleza portuaria.
Una de las 36 nuevas salas de exposición del museo, que acoge la mejor colección de arte alemán de la segunda mitad del siglo XX .Acceso a las salas de exposición sobre los silos.
La idea en este museo es que lo nuevo habla de hoy, pero también de respeto. Sin mimetismo formal, esta ampliación —que suma salas de exposición y almacenaje— se une al edificio existente ya remodelado a través de una serie de puentes de acero que atraviesan los silos. La intervención actualiza una idea y un material: el ladrillo. Ahora son los silos los que se (re)presentan como la arquitectura monumental que son. Así, la ampliación no irrumpe, repara —la destrucción anterior de
algunos de los silos— y hace que los restantes convivan con las obras de arte. Este museo huye del espectáculo. El inmueble se amolda y a la vez subraya el edificio original actualizándolo. No copia, pone al día. Acompaña y arropa. Permite leer cada una de las partes y, sin embargo, se diría que siempre estuvo allí.
El Boletín IDEC+ reorganiza su equipo este 2023, con Argenis Lugo, en la edición, montaje, diseño e imágenes; Helena González, editora y correctora de estilo; Rozana Bentos, diseño e imágenes; y Beatriz Hernández S., en la coordinación y edición general.
Con este número se da un saludo y la bienvenida al personal que labora en el Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción -IDEC-, así como a la comunidad de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela. Se agradecen todas las actividades que se desarrollan en el Instituto junto con sus colaboradores quienes ayudan a nutrir el boletín.
La esperanza es que en adelante se abra un tiempo provechoso para la vida académica con vigor y empuje hacia un mejor porvenir para la UCV.
Los interesados en conocer con detalle el contenido del Boletín lo pueden hacer a través del link
“Las Italias de Caracas” fue el nombre dado a la exposición nº61 montada en la Sala Trasnocho Arte Contacto TAC, ubicada en el Trasnocho Cultural del Centro Comercial Paseo Las Mercedes entre el 5 de julio y el 29 de julio de 2012.
La inauguración se realizó el 4 de julio, día del arquitecto en Venezuela, y contó con la presencia de una nutrida concurrencia que logró apreciar una impecable puesta en escena que tuvo a Hannia Gómez como curadora y redactora de los textos (con Valeria Ragonne como asistente), y a Frank Alcock como responsable de la museografía. La producción estuvo a cargo de la Sala TAC y DoCoMoMo Venezuela y la coordinación general le correspondió a Rosa Elda Fernández asistida por Lenny Briceño. Colaboraron con el montaje y la investigación documental los estudiantes de la FAU UCV que participaron en la pasantía ofrecida por DoCoMoMo Venezuela.
Con “Las Italias de Caracas” DoCoMoMo (Grupo de trabajo oficial de Venezuela para la Documentación y Conservación internacional de edificios, sitios y barrios del Movimiento Moderno, creado en 2010), dio un primer e importante paso que ha permitido ir registrando y documentando la huella dejada en la ciudad por diferentes oleadas migratorias que a lo largo del siglo XX vieron en Venezuela, un país de futuro donde poder asentarse y prosperar. De ellas, la italiana quizás haya sido la más numerosa y la que mayor incidencia haya tenido en su desarrollo urbano y su arquitectura.
Así, la exposición, junto a la investigación y registro que la acompañaron, buscó mostrar la relevante aparición de arquitectos y artistas de origen italiano en la conformación el paisaje construido de la ciudad a través de su obra. También ilustró la imperceptible presencia del diseño italiano en detalles que acompañan a muchos edificios e incluso en el interior de los hogares a través del mobiliario y utensilios que se usan a diario.
1. Diferentes vistas de la muestra..
Para cumplir su objetivo, la muestra, a través de 25 paneles, contó con un importante despliegue fotográfico complementado por textos y estuvo enriquecida con la exhibición de muebles de época, objetos utilitarios y decorativos. Todo ello permitió al público conocer la influencia de arquitectos y artistas que con su propia sensibilidad creativa supieron exaltar el potencial paisajístico de Caracas a través de sus creaciones. Con las historias inéditas de un grupo de especialistas de renombre, con el maestro Gio Ponti a la cabeza de la lista, junto a Doménico Filippone, Nigra Montini, Graziano Gasparini, Antonio Lombardini, Ángelo Di Sapio, Juan Pedro Posani y muchos otros, Caracas amontonó imágenes y nomenclaturas de raíces peninsulares, bautizando calles y edificios con un carácter distintivo, muy bien documentadas en la exposición.
Como ya se insinúa del título escogido para la muestra, en Caracas se puede constatar no sólo el hecho de que ha sido varias ciudades a lo largo de su historia, sino también que en ella coexisten en su interior zonas que son reflejo de las diversas intervenciones que constructores, arquitectos y urbanistas han realizado dotándolas de un sello característico. Es en este sentido que la mano de la inmigración italiana se ha hecho presente en urbanizaciones, avenidas y edificaciones que con la mirada acuciosa de los curadores han podido ser develadas. La impronta cultural plasmada en costumbres, gastronomía y vocabulario sería una derivación del importante esfuerzo realizado.
Ante el hecho de que la mayor parte de las imágenes expuestas en la sala habían sido captadas recientemente, Hannia Gómez, vicepresidenta del capítulo venezolano de DoCoMoMo y curadora de la exposición expresó en su momento: “Nos interesan las fotos históricas, pero también las contemporáneas porque queremos mostrarle a la gente que éstas no son construcciones viejas sino edificios que están vivos, que habitan la ciudad”.
2. Detalle del mosaico fotográfico elaborado para la exposición.3. Portada del catálogo con una estupenda fotografía de la Villa Monzeglio de Antonio Montini Foschi (Colinas de Bello Monte, 1953), e índice del mismo.3. Algunas de las páginas interiores de la publicación correspondientes al catálogo de obras.
Cabe resaltar como parte del montaje, la elaboración de un impactante “Mosaico” que ocupó la pared oeste de la sala (con diseño gráfico de Sandra Carrillo con base en el aporte de un total de hasta 14 fotógrafos), y que habla de la presencia anónima de la cultura italiana en la ciudad: “… está construido con los murales, cornisas, pavimentos, arlequines, luminarias, rótulos, nombres, molduras, yeserías, almohadillados, frisos, spacatto, relieves, terracotta, estatuaria, relieves, herrerías, mármoles, plafones, cerámicas, barandas, ornamentos y mosaicos italianos de Caracas. Los edificios que lo componen no son monumentos históricos… pero pudieran serlo. No sabemos quién los hicieron… pero llegaremos a saberlo. Son el anónimo legado de un gran pueblo de constructores, que llegaron a esta ciudad e hicieron en ella otra ciudad. Hasta hoy invisible”, señalará Hannia Gómez en el texto que lo acompaña.
También el texto introductorio que recibía a los asistentes hace mención del empuje de la mano de obra italiana, destacando la manera como el anonimato no ha sido obstáculo para evidenciar la procedencia de quienes construían la ciudad: “Una multitud valerosa de trabajadores que vinieron a reconstruir sus vidas, y que, haciéndolo, lo primero que reconstruyeron fue su propia ciudad fragmentada. Fugitivos de los problemas de sus países, llegaron para llenar el valle de los fragmentos arquitectónicos y urbanos de sus recuerdos. El momento constructivo que el país vivía debido al boom petrolero, encontró en estos refinados arquitectos, experimentados ingenieros, sabios constructores, poéticos artistas y magníficos artesanos italianos la herramienta más eficiente para la transformación del entorno, aprendiendo de ellos, confiando en ellos… y también volviéndose un poco ellos”.
4. Algunas de las páginas interiores de la publicación correspondientes al catálogo de obras.
La exposición fue acompañada con la publicación de un estupendo catálogo que recoge todo el trabajo curatorial e investigativo desplegado, el cual fue diseñado por Antonio Huizi y Bettina Bottome, quienes también tuvieron a su cargo la diagramación de los paneles de soporte que llenaron la sala. La Galaxia fue la imprenta escogida para garantizar la reproducción de hasta 1000 ejemplares.
Programada para montarse en el Centro de Bellas Artes de Maracaibo entre los días 30 de abril hasta el 27 de mayo de 2013, «Las Italias de Caracas» permitió sin duda, como bien señala Hannia Gómez en el texto introductorio, constatar cómo “El capítulo italiano de la herencia moderna de Caracas, en sus divinas hibridizaciones con la cultura local, cambió la psicología ambiental de la ciudad moderna, revelándole a la gente culturalmente el potencial escénico del lugar, la especificidad de los sitios, y enseñándolos a hacer una arquitectura más urbana. Sin sus Italias, el ambiente vital de Caracas nunca será el mismo”.