ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 286

En la parte superior derecha de la imagen que acompaña nuestra postal del día de hoy, que representa la toponimia del damero que constituye su casco central y de parte de su crecimiento hacia el este, se lee:

“CARACAS.

Santiago de León de Caracas, nombre original de la villa enclavada en el corazón del valle del mismo nombre, capital del Distrito Federal y de la República. Su fundación por Diego de Losada en el Siglo XVI (1567) constituyó un indudable acierto: un clima benigno y un paisaje pleno de bellezas, de color y de luz. Hoy, la Caracas moderna se ufana, con justicia, de ocupar un puesto de avanzada entre las más cultas ciudades de la América-hispana”.

Este párrafo que describe de forma sintética diversos aspectos relevantes de la ciudad, refleja con claridad el espíritu que permeaba la capital en torno a una idea de modernidad donde, sin duda, el automóvil era un elemento fundamental del desarrollo.

Dirigido fundamentalmente al conductor de vehículos, el plano que hoy mostramos forma parte del desplegable “Caracas y sus alrededores”, incluido en el “Mapa del Norte de los Estados Unidos de Venezuela. IV Edición”, patrocinado por las empresas petroleras ESSO (Standard Oil Corporation) y su filial Creole Petroleum Corporation. Fue impreso en Estados Unidos y producido por la empresa General Drafting Co. Inc. con sede en New York y difundido ampliamente como obsequio en todas las bombas de gasolina ESSO a nivel nacional. Además, tuvo múltiples ediciones como parte de una agresiva campaña publicitaria que reforzaba la presencia de las estaciones de servicio en el país.

Así, conviene saber que en los tempranos años cuarenta, la ESSO imprime un conjunto de planos de distintas escalas destinado a difundir la imagen del país con datos útiles para el conductor, en un esfuerzo que será seguido por otras empresas transnacionales del petróleo, empeñadas todas en darle difusión al proceso de expansión del sistema vial y la ocupación del territorio. El primero, el ya señalado “Mapa del Norte de los Estados Unidos de Venezuela”, privilegia el transporte terrestre y aéreo con una escala gráfica en kilómetros, indicando en rojo “las rutas más convenientes para ir de un lugar a otro”; el segundo, el “Mapa de Venezuela central con las alturas a nivel del mar”, de carácter turístico, ilustra con dibujos figurativos la vocación económica y valores de las regiones, ciudades y pueblos del norte de Venezuela, desde Valencia hasta Caucagua y desde Caracas hasta San Juan de los Morros; el tercero, “Caracas y sus alrededores”, se trata de un plano de vialidad que representa el valle y sus principales carreteras, calles, vías y senderos, así como rutas del ferrocarril; y el cuarto, que como ya dijimos ilustra nuestra postal, es el de la toponimia del damero, donde se muestra en detalle el casco fundacional de la ciudad desde Monte Piedad hasta Sabana Grande.

El plano enfatiza con ilustraciones las fachadas de edificaciones y monumentos, señala edificios de interés en color rojo, y destaca las áreas verdes. De tal manera, aparecen indicados desde el Hospital Vargas, el Museo Boliviano, el Liceo Fermín Toro, el Palacio de Miraflores, el Nuevo Circo, la casa natal del Libertador y la Ciudad Universitaria, hasta el primer edificio que la Creole se construyó en la plaza Morelos, acusando la presencia en la ciudad de la empresa y los intereses norteamericanos. Adicionalmente se ilustran el Panteón Nacional, el Observatorio Cagigal, el Museo de Bellas Artes, la antigua sede de la Universidad, la Plaza Bolívar o el Hipódromo de El Paraíso e importantes edificaciones (como el edificio de A. Planchart y Cia. Sucr., en Puente Mohedano) que dan cuenta de la escala urbana de la capital para ese momento.

La nomenclatura de las esquinas destaca como el principal elemento de identificación para ubicarse en la trama de damero. Los nombres de las urbanizaciones que se construyen entre quebradas comienzan a desarrollarse de forma autónoma, evidenciando nuevos modelos urbanos asociados a la ciudad jardín de entre las cuales destaca, por su proximidad y contraste con la trama del centro, San Bernardino.

Este plano forma parte, insistimos, de una estrategia comercial destinada a promocionar el turismo por Venezuela a través del uso del automóvil así como el consumo de gasolina y sus productos derivados. Una estrategia publicitaria que ponía al alcance del público en forma masiva la posibilidad de conocer la gran red de transporte terrestre y aéreo del Norte de Venezuela, enfatizando la importancia de Caracas.

Como patrocinante de la publicación cabe añadir que la Standard Oil Company –trust de petróleo fundado en 1870 por John D. Rockefeller- fue una empresa inicialmente dedicada a la refinación de petróleo que logró “desarrollar un exitoso modelo de negocios basado en sus relaciones con empresas ferrocarrileras, para el transporte de sus productos, y la capitalización de economías de escala, al incrementar su capacidad de producción y disminuir sus costos”, llegando a convertirse con el tiempo en la más importante del mundo en su rubro. Involucró la mitad de la producción de Venezuela, el mayor exportador de petróleo del mundo para aquel entonces, y consolidó su liderazgo en la industria petrolera venezolana y la exportación mundial de crudo.

El definitivo triunfo del automóvil como medio de locomoción aupado desde la planificación estatal, hizo de los planos viales un medio de gran aceptación. En particular el de Caracas tuvo múltiples ediciones a lo largo de los años mostrando pequeñas variaciones y actualizaciones. Por otro lado, el impacto del automóvil en la ciudad haría que, como bien señala Lorenzo González Casas en “Autopía: modernismo motorizado en Caracas” (2007), coincidiendo con la aprobación del Plan Nacional de Vialidad, en 1947 los tranvías de la capital operativos desde 1908, dejaran de funcionar, así como la línea del ferrocarril que partía de la Estación del Ferrocarril Central hacia el este, que se muestra en el plano. La misma suerte correría el ferrocarril Caracas-La Guaira en 1952.

A partir de este momento la ciudad cambiaria drásticamente, introduciendo cambios sugeridos por el Plan Arterial dirigido por el planificador norteamericano Robert Moses en 1948 enfatizando el trazado de las autopistas del Este y Caracas-La Guaira y su conexión mediante vías expresas deprimidas. A ello se le sumarían los cambios propuestos en el Plano Regulador de 1951, “basado en los principios del funcionalismo urbano y la división en zonas homogéneas unidas por un conjunto de vías expresas”, como también dirá González Casas.

Nota

Sobre la toponimia que caracteriza el centro de la ciudad de Caracas mucho se ha escrito tratando de develar el origen de los curiosos nombres con que sus esquinas se han identificado a través del tiempo. Para quienes estén interesados en el tema recomendamos visitar los siguientes enlaces:

https://www.actualidad-24.com/2010/08/esquinas-de-caracas-origen-e-historia.html

Esquinas de Caracas, Historias y algo más.

https://porlacalledelmedio.com/historia-y-origen-de-los-nombres-de-las-esquinas-de-caracas/

Memorias de Caracas contadas por las esquinas

Como bibliografía de apoyo no está de más consultar a:

Enrique Bernardo Nuñez , La ciudad de los techos rojos, 1948.

Tomás Polanco Alcántara, Historia de Caracas, 1983.

Guillermo Meneses, La ciudad de las esquinas, 1995.

Carmen Clemente Travieso, Las esquinas de Caracas, 2001.

IGV

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