VALE LA PENA LEER

Libros

Zeitgeist climático

Another History of Architecture

Eduardo Prieto

01/09/2021

Tomado de Arquitecturaviva.com

Una y otra vez, los hechos contradicen a quienes siguen creyendo —con la contumacia del que se sabe equivocado— que la ecología, la sostenibilidad y en general eso que llamamos ‘pensamiento verde’ son flores de un día, modas condenadas a la extinción intelectual. Los nuestros son tiempos de tribulación climática, y este Zeitgeist explica el giro ecológico que, conforme se han sucedido las crisis de este siglo y aumentaba nuestra perplejidad, ha ido afectando a la ciencia, la política, la economía, la filosofía, la ética y, por supuesto, también a la arquitectura, una disciplina mestiza pero de innegable raíz medioambiental.

Es cierto que, en lo que toca a la arquitectura, el giro ecológico se ha asociado con la sostenibilidad y su actitud tecnocrática y economicista tan amiga del funcionalismo medioambiental. Pero no es menos cierto que la preocupación por la energía, los recursos y el entorno ha dado asimismo pie a visiones que, más que sustituir el viejo mantra de la ‘forma sigue a la función’ con el nuevo de la ‘forma sigue al clima’, han sabido tratar la arquitectura como lo que en puridad es: un hecho cultural complejo que exige una aproximación igualmente compleja.

Entre las aproximaciones culturalistas, las menos frecuentadas pero acaso las más fructíferas han sido las de la historiografía. En particular, las que se han interesado menos por la estructura convencional de la disciplina —los autores, los estilos, las épocas— que por su lado infraestructural —la energía, los materiales, el entorno—, y en consecuencia han elaborado relatos construidos de ‘abajo arriba’ que a su manera han dado crédito a esa inquietante proclama de Victor Hugo según la cual «la verdadera historia se escribe en las alcantarillas».

A la familia de los historiadores de las ‘alcantarillas’ pertenecen, precisamente, dos de los profesores que en los Estados Unidos están dando pábulo a la idea de una ‘historia medioambiental’ o, más propiamente, de una revisión medioambiental de la arquitectura moderna. El primero, Michael Osman, se inscribe en la corriente que, de Mumford a Banham, ha explorado las complejas relaciones entre la máquina y la forma, entre la producción material y la simbólica de la arquitectura. El segundo, Daniel A. Barber, ligado tanto a los anteriores como a otros pioneros más locales como James Marston Fitch, tiende a incardinar el problema de las infraestructuras ambientales en el marco más amplio del clima, en un empeño que no está tanto en revisar el canon moderno cuanto en enriquecerlo.

Publicado en 2018, el libro de Osman Modernism’s Visible Hand: Architecture and Regulation in America estudia cómo las instalaciones mecánicas modificaron la arquitectura del siglo XX para propiciar, en último término, un paradigma ambiental que el autor asocia con la palabra regulation. La elección del término no es inocente, pues el propósito de Osman es poner de manifiesto el carácter pragmático, tentativo y corrector —de ahí el título del libro— de las intervenciones que, gracias a diferentes agentes —arquitectos, ingenieros, burócratas— y en diferentes contextos —la casa, la fábrica, la oficina— favorecieron la noción de un entorno controlado y listo para los afanes vitales y productivos. Con este fin en mente, el autor establece una genealogía que, partiendo de la tradición victoriana del warming & ventilating, da cuenta de episodios ya estudiados como el descubrimiento del termostato y su impacto en la gestión ambiental; de otros poco conocidos como las fábricas de hielo; y de algunos apenas explorados pero relevantes como los mecanismos de producción de hábitats en los primeros laboratorios ecológicos.

Centrada exclusivamente en ejemplos de su país, la aproximación de Osman resulta pertinente pero no exhaustiva, y en este sentido es afín a la que ensaya Barber en Modern Architecture and Climate: Design Before Air Conditioning, un libro bien escrito, impecablemente editado y que se ilustra con abundante material inédito de archivo, pero cuyo alcance es limitado. Limitado porque, contra lo que sugiere el título, más que una historia de la relación de la arquitectura moderna con el problema del clima, es fundamentalmente un estudio sobre la arquitectura estadounidense de siglo xx. Un estudio que se hace depender de tres conceptos de raigambre banhamiana —control, calculation, conditioning— y de un elenco de sospechosos más bien habituales, como Neutra, los hermanos Olgyay, SOM, y, por supuesto, Richard Buckminster Fuller. Así, aunque la primera parte del libro esté dedicada al problema de la metamorfosis climática de la arquitectura del llamado ‘Estilo Internacional’, Modern Architecture and Climate resulta muy corto en su enfoque y al cabo hace pensar en lo mucho que queda por hacer en el campo de la historia medioambiental de nuestra disciplina.

En cuanto al recorrido de este tipo de estudios, resulta una coincidencia reveladora que, a lo largo del último año —y tras la aparición en 2019 de la Historia medioambiental de la arquitectura, de quien esto suscribe—, se hayan publicado otras dos historias que presentan grandes escenarios medioambientales. Su valor es desigual. La primera de ellas, Architecture: from Prehistory to Climate Emergency, del profesor Barnabas Calder, tiene las virtudes de la síntesis y el ecumenismo: de la síntesis porque, con economía de medios, estudia la arquitectura como una manifestación de los cambios en los paradigmas de gestión energética, a la manera de un Mumford de limitados registros; y de ecumenismo porque presta atención a civilizaciones como China, Persia o el Islam, aunque la mayor parte de los capítulos tengan que ver con el Occidente anglosajón. Más allá de esto, se trata de un libro paupérrimamente ilustrado, que incurre en eslóganes como ‘form follows fuel’ y que depende del trazo grueso de un determinismo tecnológico que convierte el fascinante paisaje intelectual de las relaciones de la arquitectura con la energía, el clima, la ecología, la higiene, las atmósferas, la salud y el confort en una historia lineal, previsible y a la postre raquítica.

Mucho más fructífera es, en este sentido, la Histoire naturelle de l’architecture, de Philippe Rahm, un volumen que hizo las veces de catálogo de la exposición homónima que pudo verse en París en 2020 y que compendia el contenido de una tesis doctoral. Renunciando a la exhaustividad y a la linealidad, Rahm aborda las relaciones de la arquitectura con el clima, la energía y las epidemias por medio de una estructura que se hace eco de las monografías ‘Que sais-je?’ para responder con tino a preguntas atractivas y de equívoca simplicidad: ¿Por qué los graneros dieron origen a las ciudades? ¿Qué relación hay entre los espacios públicos y la busca del frescor? ¿En qué medida las cúpulas de la Ilustración respondían al miedo al aire estancado? ¿Por qué la arquitectura moderna es blanca? ¿En qué momento el petróleo indujo a la construcción de megalópolis en el desierto?

Acompañada de un aparato gráfico envidiable, cada pregunta da pie a un ensayo que se cierra sobre sí mismo sin dejar de establecer relaciones cruzadas con los otros, de manera que el libro acaba funcionando como un caleidoscopio que no aspira a agotar el tema, sino a alimentar la curiosidad del lector. En este punto, el volumen debe entenderse como una prolongación del activismo de un autor en busca de una «arquitectura meteorológica», y por ello debe despertar simpatía, por mucho que Rahm no deje de demostrar su ingenuidad ‘operativa’ cuando reconoce que su propósito es «releer la historia de la arquitectura a partir de sus datos objetivos, materiales, reales», como si la dimensión simbólica y cultural de la disciplina fuera poco más que niebla espesa, rémora caliginosa. Este es, precisamente, el riesgo de las aproximaciones medioambientales a la historia de la arquitectura: la caída en ese determinismo cientificista que gana en precisión lo que pierde en verdad, y que silencia cuanto no encaja en su particular lecho de Procusto.

Modernism’s Visible Hand

Architecture and Regulation in America

Michael Osman 

University of Minnesota Press 

2018

Páginas 280

Idioma: inglés

Modern Architecture and Climate

Design before Air Conditioning

Daniel Adam Barber

Princeton University Press

2020

Páginas: 336

Idioma: inglés

Architecture: From Prehistory to Climate Emergency

Barnabas Calder 

Editorial Penguin

2021

Páginas 576

Idioma: inglés

Histoire naturelle de l’architecture

Comment le climat, les épidémies et l’énergie ont façonné la ville et les bâtiments

Philippe Rahm

Editorial Pavillon de l’Arsenal

2020

Páginas: 312

Idioma: francés

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 281

Desde que hizo su aparición en 1987 hasta que luego de 34 números dejó de salir en 1998, la revista ESTILO se convirtió, sin lugar a dudas, en toda una referencia como publicación dedicada al mundo cultural en Venezuela.

Fundada por Carlos Eduardo Plaza director-editor entre el nº 1 y el 6, pasando a ser sólo editor a partir del nº 7 cuando la revista es adquirida y dirigida por Caresse Lansberg, ESTILO mostró desde su salida una marcada vocación por abarcar la mayor cantidad de ámbitos, un claro interés por innovar y una tangible inclinación por abrir sus puertas a un significativo número de colaboradores.

Si nos detenemos  por un momento a observar el primer número de la revista (que junto a toda la colección se puede consultar y descargar en https://fundacionculturalestilo.com), cuya portada que engalana nuestra postal del día de hoy fue diseñada por Gerd Leufert, se puede notar por parte de Antonio Quintero (su director de arte) un énfasis muy claro por colocarse a tono con un momento en que el diseño gráfico venezolano estaba sintonizado en cuanto a modernidad y contemporaneidad con otras partes del mundo. Inspirada en la revista Interview de Andy Warhol, la revisión de la primera entrega de ESTILO es toda una invitación a penetrar en un universo apabullante, confuso a veces, en el que conviven de igual a igual los contenidos y la propaganda en medio de una vorágine que no ofrece descanso.

1. Página de contenido del nº 1 de la revista ESTILO.

La página que funge de índice muestra a las claras lo que señalamos: allí se intenta diferenciar, en dos columnas, los anuncios de lo que es el trabajo aportado por los colaboradores buscando darle al lector cierta orientación que no estamos seguros que encuentre. Serán en definitiva las páginas 18 y 19 donde el joven Quintero declare sin tapujos lo que significó conceptualmente el reto de dirigir artísticamente la revista cosa que no tranquiliza del todo.

No obstante, el interés puesto desde el primer al último número de ESTILO por darle cabida al arte contemporáneo, la arquitectura, el diseño utilitario, la moda, el diseño industrial y la fotografía sin dejar de lado el diseño gráfico que fue su motivo más esencial, permite a través de ella, como ya hemos señalado, reconocer el valor de lo acontecido desde finales de los años 1980 a finales de los 90.

Para corroborar lo dicho, el propio nº 1, que se vendía a Bs. 95 pudiéndose optar por una suscripción de tres números a Bs. 255 y de seis a Bs. 510, ofrece, junto a los 25 anunciantes, la posibilidad de encontrarnos con notas o artículos tan diversos como: “El arte de invertir en arte”, “Antonio Quintero. Gráfico”, “Portafolio Jorge Cruz D.”, “Eddy Pérez. Músico”, “La América de Rískez”, «Mariangélica Ayala. Actriz”, “And&And. ¿Totalmente irresponsable?”, “Diseño y cultura industrial”, ¡Monumento! ¿Monumental?(texto sobre arquitectura escrito por Francisco Bielsa), “Adriana y Luz Urdaneta. Bailarinas”, “Desfile Ángel Sánchez”, “Comic”, “Portada/Gerd Leufert”, “Estilográfica”, “Estilarte” y “Algo por el estilo. Boris Izaguirre”. Este repaso permite confirmar cómo son la fotografía, el texto y el diseño los que se conjugan como recursos expresivo-visuales volcados sobre la página en blanco, aprovechando respectivamente sus valores artísticos, tipográficos e ilustrativos.

A través del tiempo ESTILO logró, pese a transitar diversas etapas y variar su línea editorial, diseño y formato, alcanzar una identidad gráfica propia y contar, como se indica en la web ya citada, con “un equipo de producción y redacción integrado por profesionales del periodismo y la edición. El grupo de colaboradores se componía de reconocidas personalidades del mundo de las artes visuales y la cultura. Así como tuvo corresponsales en distintas ciudades del mundo, como Nueva York, Bogotá, París. Muchos curadores, fotógrafos, periodistas y artistas fueron publicados por vez primera en ESTILO. (…) La circulación de ESTILO fue nacional e internacional. En su momento fue presentada, en distintas ferias de arte, como ATFI 92, en Bogotá, Art Miami 93, ganando nuevos lectores en otros países. Siempre estuvo presente en la FIA venezolana”. Llama por otra parte la atención cómo a partir del nº 9 el nombre de la revista estuvo acompañado de la palabra “nuevo” hasta el 19 cuando la portada sufre un ligero retoque.

Compuesta por secciones fijas sobre las distintas áreas que abarcaba, en cada número de ESTILO se exploraba un tema central, que ocupaba una cuarta parte del contenido. “Este tema central tenía un editor invitado que determinaba junto al consejo editorial la orientación del mismo. Así, por ejemplo, se dedicaron números a la fotografía, el arte conceptual, la ecología, arquitectura, el erotismo, y la gastronomía, entre otros temas. Su publicación fue generalmente trimestral, con excepción del año 1995 en el que fue bimestral”.

2. Portada y página de contenido del nº 12 de la revista ESTILO.
3. Páginas interiores del nº 12 de la revista ESTILO.

Son memorables, por ejemplo, los números 12 y 18 donde la arquitectura fue el tema central. El 12, publicado en 1992, cuya concepción gráfica y diseño estuvo a cargo de Carlos Eduardo Plaza, que contó con la asesoría editorial de William Niño Araque y el apoyo de la Fundación Museo de Arquitectura facilitando gran parte del material gráfico, le permitió a Niño publicar “La Escuela de Caracas. Reflexiones para una primera aproximación a la Arquitectura Contemporánea en Venezuela”, a Alejandro Pozo, acompañado de retratos realizados por Alexander Apóstol, entrevistar 10 arquitectos u oficinas de arquitectura pertenecientes a la “generación intermedia” señalada por Niño en su texto (Carlos Gómez de Llarena y Moisés Benacerraf; Max Pedemonte; Manuel Delgado; Jorge Rigamonti; Felipe Delmont; Federico Vegas; Helene de Garay; Gorka Dorronsoro; Díquez, González y Rivas; y Oscar Bracho y Eva Arredondo); presentar a Nelson Garrido “Arquitectura tradicional, una visión fotográfica”; y a los editores ofrecer “Tips de Arquitectura-Reseña internacional”.

4. Portada y página de contenido del nº 18 de la revista ESTILO.
5. Páginas interiores del nº 18 de la revista ESTILO.

El nº 18 con portada ilustrada por una fotografía de Paolo Gasparini, tomó como excusa la realización en abril de 1993 del VI Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL) en Caracas, dedicándole al evento y sus protagonistas buena parte de la edición. La coordinación estuvo a cargo, de nuevo, por William Niño Araque con la colaboración de María Teresa Novoa, Martín Padrón, Alberto Sato, Henrique Vera y José Balbino León, el apoyo de la FAU UCV, la Fundación Museo de Arquitectura y las fotografías de Alexander Apóstol. Aparecieron en aquel número los textos “Las ciudades invisibles” de Alberto Sato, “Diálogo posible en un banquete barroco” de Martín Padrón y “El espacio dentro del espacio” de María Teresa Novoa; las notas “Lucio Costa: un premio a América” y “Epístola filatélica”; la sección “Encuentros” donde una serie de arquitectos latinoamericanos confrontan, examinan y comparan sus posiciones en torno a la Arquitectura Latinoamericana, diseccionada en torno a los temas: Identidad del Caribe, Ciudad, Tecnología, Identidad Latinoamericana, Educación (estudiantes y docentes) y Difusión; y, para finalizar, “Ciudades de América Latina. Selección múltiple”: “cinco ciudades fotografiadas por Paolo Gasparini, cinco textos de escritores que las habitan, un panorama arbitrario para armar una imagen casual de las urbes latinoamericanas”.

ESTILO no sólo fue reflejo de una época sino también fue un elemento que contribuyó a definirla dentro de sus límites como publicación independiente. Hasta la edición número 20, la aparición de cada una era celebrada con fiestas y presentaciones. Ya después se fue ajustando a los tiempos que corrían y a la evolución de su propuesta editorial en la que se consolida como registro de la actividad del arte en Venezuela, fue territorio para museos, galeristas, críticos, curadores, fotógrafos, artistas plásticos y escritores manteniendo su espíritu de vanguardia”, según se recoge en la web de la Fundación Cultural que lleva su nombre empeñada desde 1998 en “preservar el trabajo que realizaron la Fundación CALARA y la Revista ESTILO durante las últimas décadas del siglo pasado y ponerlos a la disposición de estudiantes, investigadores, artistas, y público en general. Igualmente, registra la actividad del programa radial de entrevistas, Arte con ESTILO, en el cual distintas personalidades de la cultura conversan en profundidad sobre su trayectoria y visión creadora”.

La revista obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Cultural el año 2000 luego de haber dejado de circular hacía dos años, reconociéndose así, con justicia, una importante labor acumulada.

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Procedencia de las imágenes

Todas. https://fundacionculturalestilo.com

HA SIDO NOTICIA

EXPOSICIÓN

Voyage d’Orient 2.O

La exposición transita a través de fotografías y cuadernos de bocetos el viaje en bicicleta de dos jóvenes arquitectos, Benjamin Revire y Simon Billaut, que recorrieron 10.000 km durante 6 meses siguiendo las huellas del mítico Voyage d’Orient creado por Le Corbusier en 1910-11.

¿Qué transmiten aquellos paisajes 100 años después?

Del 23/09 al 22/10/2021

CAUE de l’Hérault – Conseil d’Architecture d’Urbanisme et de l’Environnement

19 Rue Saint-Louis, 34000 Montpellier, Francia

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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

EL DISEÑO PARA EL DÍA ANTES

Propuestas para antes del colapso (en escenarios poscovid) y cómo es posible evitarlo o, al menos, intentarlo.

Óscar Guayabero

Editorial Experimenta

2021.

Sinopsis

Desde hace años, hay diseñadores y teóricos que reclaman una función del diseño más allá de la de incentivar el consumo. Esta función es la de mediador, es decir, el diseño como disciplina que configura nuestro entorno humanizado, algunos dicen que artificial, es una interfaz entre nosotros y el mundo, entre nosotros y los demás, e incluso entre nosotros y nuestro propio cuerpo. El texto narra que estamos a un día del colapso (el día antes) si tenemos en cuenta el tiempo que la Tierra ha sido habitable.

Oscar Guayabero (Barcelona, 1968). Profesor en las escuelas Eina y Elisava de Barcelona. Vicepresidente del FAD en la Junta presidida por Juli Capella y comisario del Año del Diseño 2003. Ganador del Premio Narratives 0 (2002) convocado por Eumo Editorial con el libro 100ASA. 36 exp. Ha participado activamente en la creación de la Fundación Comunicación Gráfica de la que es el secretario. Ha fundado junto con el diseñador David Torrents la editorial Portátil. Responsable del Llibre Blanc del Carrer, por encargo del Ayuntamiento de Barcelona, un estudio sobre el mobiliario urbano, señalización, urbanismo, etc., de la ciudad de Barcelona.

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