Palacios comunales atemporales es un estudio sobre la persistente existencia de grandes estructuras espaciales dedicadas a alojar colectividades unidas por posiciones vitales alternativas al modo de vida familiar. Aunque se interesa en los principios espirituales y/o políticos que animan estas estructuras, la investigación se centra en la coherencia entre su impresionante belleza arquitectónica, su organización espacial y sus estrategias económicas y ecológicas. También en lo que Michel Foucault denominó las tecnologías del yo que cada iniciativa implica.
El estudio arrancó como un curso impartido en la Graduate School of Design (GSD) de la Harvard University bajo el título “Cómo vivir juntos”, que se tomó del libro homónimo de Roland Barthes, autor cuyas ideas y formas de trabajo han iluminado el nuestro. Este curso continuó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), y acabó de perfilarse gracias a la invitación de Hashim Sarkis, comisario de la XVII Bienal de Arquitectura de Venecia de 2021, a exponer en esta sus resultados.
Comentario de la obra
Cómo vivir juntos
Architectures of the Collective
Andrés Jaque
01/06/2021
Tomado de arquitecturaviva.com
Iñaki Ábalos pertenece al reducido grupo de arquitectos españoles que cuentan con un proyecto intelectual en el que el diseño alcanza una dimensión crítica. Su trayectoria profesional es inseparable de sus contribuciones teóricas en el terreno del análisis tipológico y de la pragmática eco-tecnológica. En este volumen, Ábalos hace pública la investigación comenzada como curso en la GSD de Harvard y continuada luego en la ETSAM con la que contribuirá a la XVII Bienal de Venecia, titulada ‘¿Cómo viviremos juntos?’
La publicación retoma la pregunta que agitaba el contexto arquitectónico y cultural europeo en 1976: ¿cómo caracterizar la interdependencia entre forma y sociedad? Ese fue el año en que Roland Barthes celebraba su ingreso en el Collège de France reflexionando sobre Cómo vivir juntos; es también el año en que Gustavo Gili publicó en castellano La arquitectura de la ciudad que, desde una perspectiva material, interrogaba la agencia específica de la forma construida y su participación en lo colectivo. Para retomar la pregunta, Ábalos y sus colaboradores convocan una constelación de fragmentos de diferente naturaleza —planos, fotografías, textos fundacionales y extractos literarios; entre otros una conferencia que Ábalos impartió en la GSD en 2016— relacionados con 60 casos arquitectónicos, de diferentes contextos históricos y geográficos.
Estos fragmentos crean un hilo conductor en el que el autor discute la distinción que Giulio Carlo Argan establecía entre tipo y construcción material, para reivindicar la capacidad de las tipologías de contener propuestas tecno-performativas. También niegan el neoplatonismo apriorístico de la tradición formalista de Quatremère de Quincy, para en su lugar reivindicar un pragmatismo donde forma y complejidad social puedan emerger de manera solidaria. En conjunto, el libro podría ser el inicio de una noción de realismo arquitectónico. Realismo arquitectónico, como la inseparable imbricación de lo material, lo social, lo ecosistémico y lo cognitivo.
…que en 1982 se inaugura el Hotel Barquisimeto Hilton (hoy conocido como Hotel Jirahara)?
1. Vista general del hotel Hilton de Barquisimeto (hoy hotel Jirahara) con la ciudad al fondo.
Considerada como la segunda instalación hotelera que llevó el nombre de la reconocida operadora en el país, el Hilton de Barquisimeto puede incluirse dentro de la saga iniciada por la red de hoteles realizada por la CONAHOTU durante los años 1950 por su condición de referencia dentro de la ciudad, la calidad de sus espacios, las consideraciones de tipo ambiental, el cuidadoso diseño tanto del todo como de las partes y el alto valor que se le dio a su construcción. Si bien Barquisimeto había quedado fuera del plan realizado durante el perezjimenismo, este edificio puede ser considerado como una pieza que iguala y en muchos aspectos supera aquella ejemplar iniciativa que buscaba promover un turismo de alto nivel fuera de capital. De aquí que considerarlo como una excelente puerta de entrada a una de las ciudades más importantes del país y como punto de contacto con lo mejor de la arquitectura nacional realizada durante la época no sería ninguna exageración.
2. Vista general del hotel Hilton de Barquisimeto (hoy hotel Jirahara) con el valle del Turbio a la izquierda.
Jimmy Alcock (FAU UCV Promoción 9/1959) y Manuel Fuentes (FAU UCV Promoción 14A/1965), asociados al momento de emprender el proyecto en 1972, contaron con la colaboración de los también arquitectos Tony Mas Lara, Marisela Bruzual, los ingenieros Luchsinger, ABA Ingenieros, Carlos Basalo, Ovidio Oliveros y Arrigo de Fénix. La supervisión de la construcción fue realizada por el ingeniero Jesús Riera Montañez.
Sería bueno recordar que antes de participar en el diseño del hotel Hilton de Barquisimeto, Manuel Fuentes, en este caso asociado con Carlos Gómez de Llarena y Moisés Benacerraf, había colaborado en los proyectos del Centro Comercial Bello Monte (1968) y de la Torre Europa (1971), edificio este último al que se le otorgó el Premio Nacional de Arquitectura en la VI Bienal de 1976.
Por su parte Jimmy Alcock, algo mayor que Fuentes, ya había acumulado una importante experiencia que va desde su participación como estudiante en las oficinas de Alejandro Pietri (1956) y Roberto Burle Marx (1957), hasta su sociedad ya graduado con José Miguel Galia a través de Galia & Alcock, Arquitectos Asociados (1959-1962), independizándose en 1962 cuando comenzará a actuar desde su propia oficina. A partir de entonces puede detectarse cómo la obra construida de Alcock se encuentra concentrada fundamentalmente en Caracas, por lo que su incursión en Barquisimeto junto a Fuentes puede ser considerada como una de las pocas realizadas fuera de la capital y su entorno inmediato.
3. Plano de ubicación4. Dos vistas del hotel desde el área de acceso.
El Hilton, asociado más a la línea de trabajo de Alcock en cuanto al carácter, uso de los materiales y atinado manejo de la escala, sin dejar de reconocer la mano de Fuentes en la resolución funcional e incorporación de detalles y materiales novedosos que combinan a la perfección con su aspecto contemporáneo, se encuentra ubicado en la Carrera 5 justo en el acceso al distribuidor Jirahara, nombre con el cual tanto tempranamente como hoy en día es identificado luego de que dejase de ser operado por la cadena norteamericana. El terreno asignado tiene una superficie aproximada de 43.000 m2.
Su estratégica localización, cercana al borde de la meseta en la que Barquisimeto está implantada, con amplias y espléndidas visuales hacia en valle del río Turbio, lugar de plantaciones y haciendas desde la colonia, fue aprovechada al máximo por los proyectistas a la hora de establecer las directrices sobre las que el edificio se compondría. Así, se genera un eje, conformado por una larga avenida de chaguaramos, que divide en dos el área de estacionamiento y permite apreciar a distancia el hotel, sobre el cual se enfrenta una parte del cuerpo de habitaciones (aproximadamente un tercio, que se tenía previsto podía crecer hasta seis módulos estructurales más hacia el sureste) y se ubica el acceso.
5. Corte-fachada transversal6. Dos vistas del patio interno.7. Vistas de la fachada sur-sureste y de las áreas recreacionales.
Siguiendo esta cuidada promenade, inmediatamente se puede disfrutar de un patio interior de proporciones más bien verticales sobre el que se vuelcan los pasillos que dan acceso a dos tercios de los cuartos garantizando, además, la ventilación cruzada.
El eje, que remata finalmente con la vista sobre el valle, se desvía para permitir la creación del espacio de la piscina rodeado por un grupo de cabañas de techo abovedado que le otorgan un ambiente acorde al uso y contienen el espacio, las cuales, a su vez, tienen el privilegio de constituir un balcón hacia las visuales. Lateralmente al eje principal se desarrolla el voluminoso programa destinado a crear las áreas de convenciones, desproporcionado con relación al número de habitaciones pero pensado para servir de manera eficaz a la pujante ciudad. Es sobre este cuerpo que se ubica el último tercio de las habitaciones el cual, aunque no participan del patio, se suma para formar una barra continua con el frente hacia la calle, garantizándose una vez más la ventilación cruzada y disfrutando de la posibilidad de ver también hacia el valle del río Turbio.
8. Izquierda: Planta baja. Derecha: Planta tipo9. Uno de los salones de estar en la planta baja del hotel
De forma sucinta podemos decir que el hotel Barquisimeto Hilton (según se recoge en el catálogo de la VIII Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura del lugar. 1987), tiene un área de construcción de cerca de 21.000 m2 y es entendido como una totalidad en la que se encuentran articulados todos sus componentes, claramente legibles en función de los usos que cada uno tiene asignados. Cuenta con un total de 120 habitaciones dobles (más 16 cabañas en la zona de la piscina), a las que se suma la suite presidencial, distribuidas en dos niveles especiales denominados “Convenciones y Habitaciones especiales” y cuatro plantas tipo. Las áreas sociales están “compuestas por el Lobby, la Cafetería, un Restaurant de Especialidades, Bar Discoteca, Bar de la Piscina y Gimnasio”. Los espacios para reuniones están conformados por “el Salón de convenciones con capacidad para 550 personas, salas de Conferencias y Áreas de Prefunción”. Como apoyo se cuenta con un zona de tiendas, oficinas administrativas y áreas de servicios (cocina, lavandería, depósitos, mantenimiento, etc.).
Del texto dedicado al edificio elaborado para el catálogo de la exposición Alcock. Obras y proyectos. 1959-1992, realizada en los espacios de la Galería de Arte Nacional entre octubre y diciembre de 1992, con curaduría de Hannia Gómez y William Niño Araque, rescatamos lo siguiente: “El hotel, como si fuera una gran casa, es la sumatoria de una serie de gratos espacios de estar. Entre estos, los espacios ambientalmente más logrados son la cafetería, el patio principal del hotel, con escaleras con cierto carácter escultórico y cuya fachada Oeste es una piel de metal con vidrio que va filtrando la luz, y, finalmente, la terraza del árbol.”
De la misma publicación pero procedente del ensayo “La arquitectura como paisaje” de Niño Araque se puede añadir, con respecto a Alcock, que “… compone la arquitectura, incluyendo toda situación o lejana referencia a Kahn, cercana de Le Corbusier; admite su influencia de Galia y de Fruto Vivas y finalmente adquiere con el tiempo un lineamiento proveniente de la arquitectura vernácula”. Toda una elocuente demostración de “eclecticismo criollo”.
Las referencias al edificio Altolar (1965) y el Paseo Las Mercedes (1967) son inevitables a la hora de referirse al hotel que hoy nos ocupa: al primero por el sabio manejo de la implantación y potente volumetría; al segundo por las calidades espaciales presentes en las áreas comunes del centro comercial así como por el aprovechamiento de lo aprendido en el diseño de la instalación hotelera que lo acompaña. El Barquisimeto Hilton (hoy hotel Jirahara) recibió el Premio Regional de Arquitectura en la VIII Bienal Nacional de 1987 y Alcock en 1993 sería reconocido con el Premio Nacional de Arquitectura por el conjunto de su obra.
El 22 de octubre de 1899, año en el que es fechado el plano “Levantado … bajo la dirección del General Don Vicente S. Mestre” que hoy nos ocupa, Cipriano Castro entró triunfante a Caracas, tras sucesivas victorias en su avance hacia el centro de Venezuela, encabezando la denominada “Revolución Liberal Restauradora”, sublevación que se propuso restaurar la constitución de 1893, violada por el gobierno despótico de Ignacio Andrade, último representante de un decadente Liberalismo Amarillo.
Mestre, quien realizó el trabajo en tiempos de Andrade, estudioso de las artes militares, lleva a cabo un registro planimétrico de la ciudad, finamente dibujado, exacto y acucioso. Tanto la tipografía utilizada en la impresión por J. Lebégue & Cie. Bruxelles, Belgique, como la composición y legibilidad del dibujo, reflejan la condición de una ciudad de 70.000 habitantes antes de 1890. El original del plano (a color) mide 90 x 62 cms., está representado a escala: 1:5000 y fue encargado por el Concejo Municipal del Distrito Federal.
Según sus biógrafos, Mestre era un hombre “renacentista”. Nacido en Colombia y formado en la carrera de las armas, escribió numerosas obras sobre estrategia militar, política, geografía, filosofía, arqueología, literatura, derecho internacional, civismo y ética pública. Destacan, entre otras, la “Geografía Militar de Venezuela” y un proyecto para el Código Militar en Venezuela.
El general Mestre describe a través del plano a la capital de los Estados Unidos de Venezuela “dividida en seis parroquias y otras seis que la rodean”. La representación, también, acusa nuevos datos sobre el crecimiento de la ciudad: en primer lugar, muestra la intención de expansión en sentido noroeste, suroeste, este y sur, siguiendo los caminos de La Guaira, Antímano, Sabana Grande, y el cruce por Puente de Hierro hacia El Valle, respectivamente.
De igual forma, el plan de modernización del transporte se ve materializado con la inserción de sistemas de locomoción urbana que en forma concéntrica, van desde el centro a la periferia. La construcción de 4 líneas férreas, 5 líneas de tranvías que se conectan en sus extremos con las estaciones de ferrocarril, y un buen servicio de “coches”, tal y como lo declaran los datos generales, hacen más compacta la ciudad y a su vez la expanden. Las redes de transporte se extienden hasta conectarse con las antiguas rutas de acceso y salida a la ciudad, donde se construyen las estaciones de tren, para facilitar las relaciones de intercambio entre Caracas y las parroquias foráneas.
Así, como se señaló, se establecen cuatro líneas férreas: Del Valle, al sur de la ciudad cruzando el Rio Guaire; el Gran Ferrocarril de Venezuela, estación de Antímano cercana a la plaza de Palo Grande; el Ferrocarril Caracas-La Guaira, que parte desde la estación Santa Inés; y el Ferrocarril Central, hacia Petare.
Los avances constructivos se hacen notar, con nuevos puentes (Puente de Hierro y Puente Independencia) para un total de 15, sistemas de transporte e infraestructuras de servicios.
El plano muestra una formalidad nueva traducida en una inserción del edificio en la manzana que no había sido atendida anteriormente. La construcción de dos edificaciones independientes de gran escala, comienza a abrir nuevas posibilidades urbanas: el Hospital Vargas, en antiguos terrenos del cementerio de San Simón, interrumpe la homogeneidad de la trama con una dimensión de casi dos manzanas de longitud; y el hipódromo, cercano a Quebrada Honda, se erige como un trazado independiente conectado por un camino. Así mismo, es importante notar la dimensión de la plaza Carabobo, aún mas grande que la plaza Bolívar.
Otro aspecto interesante es que las principales esquinas aparecen escritas sobre el plano en forma diagonal, pero además se superpone otra nomenclatura para calles y avenidas: un sistema cartesiano de numeración a partir de la esquina de Catedral, que se extiende con avenidas numeradas en forma consecutiva hacia los cuatro puntos cardinales. En otras palabras, coexisten dos formas de identificación como referencias para la orientación dentro de la urbe.
El crecimiento del damero se comienza a desdibujar limitado por la geografía y ya el plano sugiere que la receta inicial de regularidad y repetición sugerida en el plano de 1578, comienza a abandonarse. Ello se evidencia en la estructura de expansión hacia el este, hacia el noroeste (Estado Vallenilla), y al sur, hacia El Valle.
El Cementerio General del Sur permanencia fuera del área urbana, sin embargo al interior se encontraban aún el cementerio La Concepción al norte, y el Británico y el Alemán, enfrentados, al sur. Destacan en la periferia al este, la gran extensión de la Cuadra Guzmán, San Bernardino y el lote de la Hacienda La Guía.
Con el plano ya publicado Castro, proveniente de Valencia, consiguió tomar el poder y estableció un nuevo gobierno que transformaría a Venezuela y marcaría una ruptura con las formas anteriores de dirigir el país bajo el lema: “nuevos hombres, nuevas ideas y nuevos procedimientos”, tal y como señala Eduardo Cova en http://revolucionliberalrestauradora.blogspot.com.
A Material History and Theory of Architectural Surfaces
Alejandro Zaera-Polo / Jeffrey Anderson
Actar Publishers
2021
Idioma: inglés
Nota de los autores
Si bien la fachada es uno de los elementos arquitectónicos más teorizados, también es uno de los más cuestionados desde finales del siglo XIX. Dentro de la disciplina de la arquitectura, la comprensión tradicional de la fachada se centra principalmente en operaciones semióticas y compositivas (como leyes proporcionales y códigos lingüísticos), que se despliegan en la superficie del edificio. En contraposición a esto, nuestra teoría material y ambiental de la envolvente propone que el desarrollo exponencial de las tecnologías constructivas desde mediados del siglo XIX, sumado a las nuevas técnicas de gestión y regulación, han mermado las capacidades compositivas y ornamentales de la envolvente en favor de desempeños materiales, cuantitativos y técnicos. En lugar de producir un análisis estilístico de la fachada, investigamos los linajes históricos de las actuaciones, componentes, tipos de ensamblaje y enredos materiales que constituyen la envolvente del edificio contemporáneo.
Alejandro Zaera-Polo es arquitecto y teórico de la arquitectura. Estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y tiene un Master de la Graduate School of Design, Harvard University. Fue colaborador en el Office for Metropolian Architecture (OMA) en Rotterdam. Fundó en Londres el estudio de arquitectura FOA (Foreign Office Architects). Además de su práctica profesional, Alejandro Zaera-Polo fue Decano de la Escuela de Arquitectura de Princeton y del Instituto Berlage en Rotterdam. Ha sido profesor invitado en Yale, Columbia y UCLA y fue Unit Master en la Architectural Association de Londres.
Jeffrey Anderson es educador, diseñador arquitectónico y desarrollador de software AR / VR. Actualmente enseña diseño y dicta seminarios de medios avanzados en el programa de Posgrado en Arquitectura y Diseño Urbano en el Pratt Institute y en el Programa de Posgrado en Arquitectura en la Universidad de Pennsylvania. Dirige el Laboratorio de Diseño en Mancini Duffy en Nueva York. Ha trabajado con arquitectos, teóricos y diseñadores de renombre como Alejandro Zaera-Polo, Diller Scofidio + Renfro, Jimenez Lai, Jeffrey Kipnis y Cesar Pelli. Tiene una Maestría en Arquitectura de la Universidad de Princeton, y una Maestría en Arquitectura y una Licenciatura en Arquitectura de la Escuela de Arquitectura Knowlton de la Universidad Estatal de Ohio.
ACA
Nos interesan temas relacionados con el desarrollo urbano y arquitectónico en Venezuela así como todo lo que acontece en su mundo editorial.