ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 249

El de la revista UNO A UNO (1:1) es otro caso de un esfuerzo llevado adelante por un valioso grupo de profesores e investigadores que hizo vida académica en una importante universidad nacional, que encontró en ese medio la vía para presentarse, darse a conocer y dejar plasmadas una serie de reflexiones relacionadas con las actividades que llevaban a cabo. También se trata de una muestra más de una publicación que sólo logró salir una vez, lo cual aumenta su valor como testimonio del trabajo que, dentro de las dificultades permanentes que han acompañado la vida académica venezolana, se ha venido haciendo desde hace mucho tiempo.

Aparece UNO A UNO por primera y única vez en abril de 1998 editada por el director del Centro de Estudios del Espacio Arquitectónico (CEEA) de la Escuela de Arquitectura de la FAU UCV, Isaac Abadí, su fundador y pilar fundamental. Incluye también la revista textos del propio Abadí, Humberto Cavallín, Luis La Scalea y Gabriel Rodríguez, integrantes del equipo del Centro en aquel momento. El diseño gráfico fue realizado por Álvaro Martín, la impresión por Italgráfica, tuvo un tiraje de 500 ejemplares y se ofrecía mediante una suscripción anual (sujeta a cambios) por un monto de 3.500 bolívares para Caracas, 4.000 para el interior del país y 10$ para el exterior más gastos de envío.

En esta edición se expone que la revista “es un publicación periódica de dos números al año, dirigida a difundir trabajos teóricos y fácticos, así como algunos ensayos y material informativo, dentro del área del conocimiento del espacio arquitectónico con especial énfasis en la Arquitectura y la Psicología Ambiental. Además se edita un suplemento arbitrado destinado a publicar trabajos de investigación en el área”, lo cual nos habla de un ambicioso proyecto acorde con las expectativas y estructura de CEEA. También se establecen los requisitos para la publicación de trabajos tanto en la revista como en el suplemento.

El nº 1 de UNO A UNO, con un total de 28 páginas, estuvo estructurada con base en el siguiente contenido: Editorial; Historia; Estructura funcional; Actividades (Investigación, Docencia y Extensión); y Prospectivas.

Del Editorial se recoge el esfuerzo que significó la conversión del antiguo Laboratorio de Experimentación Espacial (LEE) en CEEA lo cual justifica en buena parte la aparición de la publicación. Además se aclara que “los objetivos de la revista son dar a conocer los avances en la investigación acerca del espacio arquitectónico en lo referente a la evaluación de su calidad espacial y carácter y sus condiciones de habitabilidad, principalmente la modelación a escala real (1:1), así como el desarrollo de las habilidades del diseñador”. Como órgano de divulgación de las diversas actividades realizadas en el CEEA, UNO A UNO también ofrecía publicar “traducciones de artículos de difícil obtención,… extractos bibliográficos de temas de interés,… y los mejores trabajos realizados por los alumnos que asisten a cualesquiera de las materias que se dictan en el Centro.”

Interesante por demás es leer la Historia que derivó en la creación de CEEA que aparece en las páginas 8 y 9 de UNO A UNO, en la cual se señala como primer antecedente como Laboratorio de Estudios Espaciales con modelos a escala real, el surgido a comienzos de los años 70 en Wageningen, Holanda, al que siguieron la creación de lugares similares en Suecia, Suiza, Italia y otros países europeos, dedicados fundamentalmente a la investigación y adscritos en su mayoría a universidades o instituciones oficiales relacionadas a la construcción y la arquitectura.

Sin embargo, será en 1979, como parte de su Tesis Doctoral, cuando el profesor Isaac Abadí, miembro del personal docente y de investigación de la FAU UCV, tras haber tenido la oportunidad “de realizar experiencias docentes en el Laboratorio de Experimentación Arquitectónica en Lausanne, Suiza, apreciando las enormes posibilidades que un instrumento como ése ofrece en una escuela de arquitectura”, comenzará a materializar, producto de dicha experiencia, el Laboratorio de Experimentación Espacial (LEE) en la FAU UCV.

Páginas interiores de de la revista UNO A UNO (1:1)

Puesto en marcha en 1983 y dedicado desde entonces a la docencia, la investigación y la extensión, el LEE, ya era miembro asociado de importantes entes dedicados a divulgar e investigar sobre la materia, había colaborado con el CONAVI en el desarrollo de investigaciones de viviendas de áreas reducidas y mantenido relaciones con el Instituto de Psicología de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV, con el Instituto de Urbanismo y el de Desarrollo Experimental de la Construcción de la propia FAU y con la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET). Producto de su crecimiento, luego de diez años de funcionamiento, se transforma en 1996 en el CEEA “para así poder atender los cambios necesarios para cubrir las demandas de docencia, investigación y extensión, además de flexibilizar su funcionamiento y facilitar el acceso a otras fuentes de financiamiento.”

Dependiente de la Dirección de la Escuela, el CEEA se estructuró con base en una Coordinación Académica “responsable de la política, gerencia, control y ejecución de las actividades y proyectos, y que está conformada por un Coordinador General y un Comité Académico”, y tres unidades operativas “subordinadas a la Coordinación Académica …: una Unidad de Investigación y Extensión, una Unidad de Docencia y el Laboratorio de Experimentación Espacial”.

Como buen primer número de una revista perteneciente a un centro eminentemente académico, el que hoy nos ocupa se dedica en su mayoría a presentar, con el acompañamiento de ilustrativas fotos, las actividades que allí se llevan a cabo, donde destacan 4 líneas de investigación en los campos de la Arquitectura y la Psicología Ambiental, que giran alrededor  de su interés principal, el espacio arquitectónico: Habilidades básicas del diseñador (Instrumento de medición de la habitabilidad de diseño espacial y Modelo para el desarrollo de habilidad de diseño espacial); Investigación acerca del espacio arquitectónico (Gramática espacial, Carácter de los espacios, Calidad espacial y Evaluación espacial); Normativa de habitabilidad en espacios residenciales; y Desarrollo de modelos (Validez ecológica del modelo a escala real).  

También se detallan las diversas asignaturas de pregrado dictadas por profesores adscritos al Centro: Teoría de la arquitectura -obligatoria- (Gabriel Rodríguez), Estudio de la forma construida en arquitectura -electiva- (Moisés Snitcovsky), Teoría de la proyectación -electiva- (Enrique Vila), Psicología ambiental -optativa- (Luis La Scalea), Habilidad de diseño espacial -optativa- (Lesmes Castañeda y Edwing Otero) y Gramática espacial -optativa- (Edwing Otero). Sobresale, en particular, la realización de hasta 13 publicaciones  entre 1987 y 1997 por los miembros de su personal docente y de investigación.

Cierra la revista con una sección denominada “Prospectiva” donde se expresa: “Además de las descritas en las áreas de docencia, investigación y extensión el CEEA está proyectando actualmente una edificación que contempla una sede nueva junto con otros institutos de la UCV, tales como el CENDES, IDEC, Instituto de Urbanismo, CENAMB y Fundación UCV. Esa nueva sede del CEEA prevé un laboratorio con capacidad para simular espacios  de hasta 350 m2 y dos pisos de altura lo cual va a permitir ampliar el campo de las investigaciones integrando disciplinas como estructura e instalaciones en tipologías de vivienda, educacionales, recreativas e industriales”, proyecto que finalmente no cuajó.

El espacio que le fue asignado inicialmente al LEE, luego “heredado” por el CEEA, al extremo este de lo que eran los antiguos talleres de composición ubicados en el ala norte del edificio de la FAU, el cual en cierta medida, a diferencia del resto del ala, sufrió muy pocas intervenciones y se adaptó perfectamente a las actividades que en el Centro se realizaban, ofreció las posibilidades inicialmente de llevar a cabo las actividades docentes y posteriormente, mediante una cuidadosa intervención, ofrecer a sus investigadores las condiciones necesarias para realizar sus tareas.

Hoy en día, lamentablemente, aquel sólido proyecto armado hace ya 25 años ha dejado de funcionar de acuerdo a los planteamientos que le dieron origen y sustento. El valioso material que formaba parte fundamental en el dictado de las clases de pregrado que allí se impartían (bloques de plástico comprados con gran esfuerzo en el exterior que a modo de piezas de lego le permitían a los estudiantes construir espacios a escala natural y darse cuenta de las diferentes percepciones que ellos transmitían), está hoy en día subutilizado registrándose también la pérdida de parte de él.

Como suele ocurrir con proyectos que dependen del equipo fundador, a pesar del esfuerzo permanente por lograr conformar una generación de relevo con alta dedicación, una vez éste se alejó de la institución por diversas razones, el CEEA, coordinado después de Abadí por Francisco Martín (2003) y luego por Luis Mejía (2010), comenzó a decaer a partir de 2008 para lo cual se sumó la crisis presupuestaria y los insuficientes aportes que provenían del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

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