
Archivos diarios: 9 de agosto, 2020
Postal nº 222

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TAL DÍA COMO HOY…
… un 9 de agosto de 1945, hace 75 años, en Nagasaki (Japón), Estados Unidos realiza la segunda detonación de una bomba atómica contra civiles en la historia.

Habían transcurrido apenas tres días desde el ataque a Hiroshima cuando la fuerza aérea de los Estados Unidos llevó a cabo un segundo bombardeo en este caso sobre la ciudad de Nagasaki, la cuarta en importancia del Japón para la época y bastión histórico del catolicismo en ese país. Las circunstancias que rodearon ambos hechos, el poder destructivo y características de los artefactos explosivos, el número de víctimas y demás pormenores han hecho de la comparación entre lo ocurrido entre una y otra ciudad objeto de innumerables estudios, artículos de prensa y publicaciones de todo tipo. Lo cierto es que son escalofriantes las fotografías que recogen tanto el momento mismo en que se producen las detonaciones en el aire a una distancia de medio kilómetro del objetivo, como las secuelas que, traducidas en devastación de lo construido en 5 kilómetros a la redonda, están asociadas a un total aproximado de entre 140 a 150.000 víctimas en Hiroshima y entre 70 y 80.000 en Nagasaki sin contar heridos y afectados por las emanaciones radiactivas. Es así como las imágenes de la explosión ocurrida el pasado martes 4 de agosto en el puerto de Beirut, capital del Líbano, han traído a la memoria y permitido hacer comparaciones, salvando todas las distancias, con lo acontecido en Japón hace tres cuartos de siglo en cuanto a la potencia destructiva y composición de los artefactos o sustancias que se detonaron en cada caso.


Más allá de que ya se sabe que la bomba de Hiroshima (“Little Boy”) estaba compuesta fundamentalmente de uranio y la de Nagasaki (“Fat Man”) de plutonio, que ambas medían aproximadamente 3 metros de largo y pesaban más de 4 toneladas y que la primera detonó con una potencia de aproximadamente 15 kilotones de TNT mientras la segunda alcanzó poco más de 20, amén de que la diferencia devastadora de cada una estuvo asociada con las condiciones topográficas de cada ciudad (saliendo perjudicada en este rubro la llana Hiroshima), lo cierto es que Nagasaki, la última ciudad del mundo en haber experimentado un ataque nuclear que a su vez condujo a la rendición del Japón como epílogo de la Segunda Guerra Mundial, siempre ha quedado a la sombra de Hiroshima a la hora de recordar tan nefasta efeméride dentro de la historia de la humanidad. Como señala el autor estadounidense Greg Mitchell, nadie ha escrito un best-seller llamado «Nagasaki» ni ha hecho una película titulada Nagasaki, Mon Amour. Incluso la histórica visita de Barack Obama a Japón en 2016, cuando se convirtió en el primer presidente estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial en acercarse a Hiroshima, no incluyó a Nagasaki en el itinerario.
Sin embargo, la frialdad con que fueron programados los ataques y la selección cuidadosa de los objetivos, que hicieron de la población japonesa conejillos de indias en el avance de una serie de investigaciones dentro de la denominada era nuclear, que incluso contemplaban la realización de una tercera incursión por si no eran suficientes las dos primeras para doblegar a las fuerzas militares japonesas, permitió en su momento a Telford Taylor (fiscal jefe en los Juicios de Nuremberg) sugerir para estos bombardeos y sus responsables igual tratamiento en cuanto a crímenes de guerra que los seguidos a miembros destacados del régimen nazi entre noviembre de 1945 y octubre de 1946.
El renacer de Hiroshima y Nagasaki después de la tragedia debió esperar a que fraguara a partir de 1960 lo que se ha llamado el “milagro económico japonés”, cuya duración sostenida duró hasta finales de la década de 1980. Entre 1945 y 1960 transcurrieron 15 años en los cuales las consecuencias de la derrota asociada a los bombardeos, sumadas a la ocupación de las fuerzas estadounidense de su territorio al mando del general Douglas MacArthur con el objetivo de evitar que Japón se convirtiera de nuevo en amenaza, a la consecuente desmilitarización, al cierre de fábricas de material bélico, al regreso forzado de seis millones de repatriados desde las ex colonias niponas y al pago de indemnizaciones de guerra, hicieron que el país perdiera el 42% de la riqueza nacional y el 44% de la capacidad industrial. De hecho, la ocupación norteamericana no permitió en los primeros años la reparación de los daños, ni la elaboración de una política estratégica para la reconstrucción económica.
Constituida en una monarquía parlamentaria con separación de poderes desde 1947 y convertidos los Estados Unidos, paradójicamente, en su principal cliente comercial, es finalmente la guerra de Corea el detonante que impulsa el despegue económico japonés. En aquel momento Japón reactivó buena parte de su industria pesada con el apoyo de y para a la vez apoyar a los Estados Unidos en dicha conflagración.

En Wikipedia encontramos lo siguiente: “En la década de 1960 Japón superaba a todas las naciones de Europa Occidental en el producto nacional bruto, y seguía a Estados Unidos como potencia industrial mundial. La economía japonesa ocupó el primer puesto mundial por su tasa de crecimiento en 1964. Los XVIII Juegos Olímpicos se celebraron en Tokio, lo que supuso una mejora de sus infraestructuras. (…) La Exposición Mundial de Osaka, que tuvo lugar en 1970, demostró que el país había restablecido su posición en el comercio internacional: en 1971 Japón era el tercer país exportador más importante del mundo, después de Estados Unidos y de Alemania Occidental, y el quinto en importaciones”.
La arquitectura japonesa también se benefició de este repunte para darse a conocer internacionalmente. Así, en medio de la crisis que llevó a la disolución de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) luego de la celebración en 1959 del último encuentro en Otterlo (Holanda), Kenzo Tange, invitado por los integrantes del Team X (convocantes del Congreso), presentó allí su proyecto del Ayuntamiento de Tokio y las oficinas de la Prefectura de Kawaga, de 1958, para debatir con los arquitectos europeos acerca de la tradición, sosteniendo que para conseguir un equilibrio entre tecnología y humanidad en el diseño de las ciudades, los arquitectos no deberían mirar atrás, rechazando todo intento de parte de Peter Smithson y Ernesto N. Rogers de asociar su arquitectura a las formas tradicionales japonesas. También es Otterlo el lugar donde, sin adquirir aún ese nombre, se presentan en sociedad las ideas que darán origen al grupo metabolista ya que allí Tange también muestra tres proyectos de Kiyonori Kikutate, de 1958: el primero, la Sky House (su propia vivienda) organismo vivo que se adapta a la familia que lo ocupa; el segundo la Towered–shaped City cuya estructura principal consistía en un cilindro de hormigón de trescientos metros de altura que alojaría la infraestructura de una ciudad completa; y el tercero Marine City, una auténtica ciudad flotante moviéndose por el mar. Será un año más tarde (1960), cuando estaban en los preparativos de la World Design Conference (WDC), que se celebraría en Tokio, que Junzo Sakakura, Kunio Maekawa y el propio Kenzo Tange funden lo que se conoce como “metabolismo”, incorporándose casi de inmediato Takashi Asada, Noboru Kawazoe y Noriaki Kurokawa reclutando después a Masato Otaka, Kiyonori Kikutate, Kenji Ekuan y Kiroshi Awazu.
Tange quien creció en Osaka y realizó parte de su formación escolar en Hiroshima, desarrolló justamente para esta ciudad entre 1949 y 1956 el master plan que orientaría su reconstrucción luego de la devastación acaecida en 1945, lo cual marca su primer gran éxito profesional previo a su internacionalización como arquitecto, que tendrá en los ya citados XVIII Juegos Olímpicos de Tokio (1964) y en la Exposición Mundial de Osaka (1970) dos momentos estelares. Vale recordar también que Tange fue invitado en 1951 por los organizadores del CIAM a su octava reunión realizada en Hoddesdon, donde contribuyó con su visión personal al tema general “El centro urbano” o “El corazón de la ciudad”.


En Hiroshima, proyectaría Tange justo en la zona más afectada por el bombardeo (la T que forma la intersección de los puentes sobre los ríos Motoyasu y Honkawa) el Parque de la Paz y el Centro de la Paz (1949), obra esta última que ofrece claros indicios de la influencia de Le Corbusier y evoca, cargada de simbología, a la reflexión sobre los desastres de la guerra moderna. Posteriormente (1994) Tange diseñará en el interior del Parque otro interesante edificio, en este caso semi-enterrado y de planta circular: el Hiroshima Peace Center Memorial Hall que contiene testimonios y otros datos sobre el evento a los que el visitante puede acceder mediante dispositivos multimedia.


En lo particular, la zona de Nagasaki donde detonó la bomba, a diferencia de Hiroshima donde quedaron algunos edificios en pie, fue totalmente devastada en 1945. De lo que se recoge en Wikipedia, inicialmente el blanco elegido para lanzar el artefacto explosivo “era Niigata, pero estaba lloviendo; se cambió a Kokura, pero había niebla espesa y no se pudo ubicar, y a falta de combustible y con la misión en peligro, Charles Sweeney se decidió finalmente por Nagasaki, el último blanco alternativo. (…) Al llegar, el avión encontró un cerrado techo de nubes, ante lo cual tenía que decidir si la arrojaba o volvía. Finalmente, se decidió el bombardeo por radar”. Eran las 11:02 horas del 9 de agosto de 1945.
Al igual que en Hiroshima, la ciudad de Nagasaki definió un área monumental con el fin de recordar a sus muertos y como oportunidad para alzar la voz por la paz mundial. Fue establecido en 1955 muy cerca del hipocentro de la explosión donde le elevaban los restos de un muro de hormigón de la Catedral de Urakami, la iglesia más grande en Asia oriental en el momento, la cual fue reconstruida totalmente en 1959.
En el extremo norte del parque está la Estatua de la Paz de 10 metros de altura creada por el escultor Seibou Kitamura e inaugurada el 1 de abril de 1955, una obra llena de significado al igual que el Salón Nacional a la Paz en Memoria por las Víctimas de la Bomba Atómica de Nagasaki (2000-2002), diseñado por el japonés Akira Kuryu, obra de arte serena y austera que busca rendir tributo a las vidas perdidas en la explosión atómica, pero además ofrece un ambiente espiritual que evoca a la reflexión sobre la tragedia de la guerra y el valor de la paz.
Arata Isozaki, nacido en Oita, en la isla de Kyushu (sur), en 1931, a medio camino entre Hiroshima y Nagasaki, discípulo de Tange en la Universidad de Tokio en momentos en que éste crea allí un “laboratorio urbano” que luego adoptará su apellido (1946), en una entrevista publicada a raíz de la obtención del Premio Pritzker el año 2019, confesaba cómo los efectos de la Segunda Guerra Mundial marcaron su vida y su trayectoria profesional como arquitecto y en particular la destrucción provocada por las bombas atómicas lanzadas sobre las dos poblaciones, fue lo que le hizo plantearse cómo reconstruir los hogares y las ciudades y actuar con insistencia en torno al tema del vacío en arquitectura.
Lo cierto es que, mas allá de los kilotones de TNT traducidos en uranio o plutonio, o sus kilométricas nubes en forma de hongo, las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki significaron una tragedia que aún miles de personas siguen padeciendo y que el mundo recuerda con estupor.
Cada 6 y 9 de agosto, en ambas ciudades se vuelve a levantar la voz para insistir en la importancia de que cosas así no vuelvan a pasar, de que está prohibido olvidar.
ACA
Procedencia de las imágenes
1 y 2 derecha. https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_las_armas_nucleares
2 izquierda y 3. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/bombardeos-hiroshima-y-nagasaki_10590/5
4 derecha. https://moleskinearquitectonico.blogspot.com/2011/10/el-metabolismo-japones.html
5. https://moleskinearquitectonico.blogspot.com/2007/08/el-parque-de-la-paz-hiroshima.html
6. https://www.pinterest.com/pin/850828554571659672/
7 y 8 derecha. https://moleskinearquitectonico.blogspot.com/2007/09/conmemorando-la-paz-en-nagasaki.html
8 izquierda. https://es.wikipedia.org/wiki/Parque_de_la_Paz_(Nagasaki)
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

The Multi-Skilled Designer: A Cognitive Foundation for Inclusive Architectural Thinking
Newton D’Souza
Routledge
2019
Idioma: inglés
Nota de los editores
Multi-Skilled Designer presenta y analiza diferentes enfoques del diseño arquitectónico contemporáneo y los interpreta a través de la teoría de las inteligencias múltiples. El libro establece un marco sistemático que utiliza la lente de la psicología cognitiva y los desarrollos en la investigación psicométrica y cerebral para analizar los procesos de pensamiento cognitivo únicos de los diseñadores arquitectónicos y compila proyectos de diseño que podrían servir como un compañero pedagógico para el lector. El libro está dirigido a profesionales del diseño y estudiantes interesados en examinar sus propios estilos de pensamiento, así como a aquellos involucrados en la investigación de la cognición del diseño.
ACA
ES NOTICIA
Instalación en la casa Farnsworth presenta muebles originales de Edith Farnsworth
Christele Harrouk

Traducido por Mónica Arellano
28 de julio 2020
Tomado de Plataforma Arquitectura
Después de un cierre prolongado debido a la pandemia de COVID-19, Farnsworth House reabre sus puertas con una nueva exposición titulada «Edith Farnsworth Reconsidered», un reacondicionamiento temporal de la casa de campo para reflejar su apariencia de 1955. Centrándose en la vida y los tiempos de la Dra. Edith Farnsworth, la exposición tiene como objetivo resaltar la historia no contada de esta mujer.


La Dra. Edith Farnsworth, «una experta doctora en investigación, violinista, poeta y traductora clásica, viajera mundial y amante de la música», es el punto focal de la última instalación realizada por Farnsworth House y el National Trust for Historic Preservation. Como reflejo de su apariencia de 1955, el reacondicionamiento temporal de la casa Farnsworth, que dura nueve meses, coloca originales o réplicas de los muebles, prestados, donados o comprados, dispuestos en el espacio de acuerdo con las fotografías de época. Además, «los efectos personales como libros, ceniceros, platos, ropa de cama, etc. se colocarán para que parezca que la Dra. Farnsworth acaba de salir de la habitación». La nueva gira pronto estará disponible para el público y continuará hasta diciembre de 2021 con una gira de realidad virtual, muchos programas y exhibiciones para celebrar a Edith y su legado.


La casa del condado concebida en 1945 por el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe para la médico investigadora líder de Chicago, la Dra. Edith Farnsworth, se completó en 1951. Mientras que la Dra. Farnsworth le permitió a Mies el control casi total del diseño de la casa, ella rechazó sus muebles a favor de muebles modernos de otros diseñadores notables, incluidos Florence Knoll, Jens Risom, Bruno Mathsson y Franco Albini. Cuando Edith comenzó a pasar más tiempo en su casa de campo, a fines de la década de 1950 y principios de la de 1960, también agregó muebles tradicionales y antigüedades chinas.


Además, una exposición complementaria, «An Untold Story: Farnsworth to Palumbo, 1968-1972» ahora está abierta en la Galería Barnsworth, mostrando fotografías inéditas, planos, especificaciones y muestras de materiales originales que cuentan la historia de la construcción original de la casa bajo supervisión de Mies van der Rohe. Además, también muestra la restauración de Peter Palumbo, quien compró la casa en 1970 y la equipó con piezas diseñadas por Mies van der Rohe y su nieto, Dirk Lohan.
ACA
ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 222

“Modern Venezuela Moves Ahead!”. Con este titular, el diario norteamericano The New York Times, publica el 17 de marzo de 1963, un reportaje especial de publicidad y promoción sobre Venezuela, preparado por la Corporación Venezolana de Fomento. Un encartado que destacó la condición moderna de país, poniendo de relieve toda su dimensión productiva y la importancia de su creciente infraestructura.
Las imágenes de la portada son claras evidencias de ello: el Puente sobre el Lago de Maracaibo, la represa de Macagua, los jardines del Caraballeda Golf Club y en primer plano, una foto aérea de la Autopista del Este (particularmente del distribuidor “El Pulpo»), que muestra la complejidad de Caracas, y un urbanismo avasallante, donde las redes viales son protagonistas, siguiendo las ideas de desarrollo propuestas años antes en el “Arterial Plan for Caracas” elaborado por el urbanista Robert Moses en 1948.

El suplemento introduce la dimensión económica y productiva de Venezuela con una breve carta de presentación del Presidente Rómulo Betancourt, quien a través del “II Plan de la Nación”, delineó una estrategia de desarrollo de cuatro años (1963-66) organizada por la Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia (CORDIPLAN), en coordinación con las organizaciones públicas y privadas. El ser considerado el II Plan como un “Plan para el Progreso” lo alineaba con las políticas emanadas desde la Alianza para el Progreso (ALPRO), programa de ayuda económica, política y social propuesto por Estados Unidos para América Latina a modo de “Plan Marshall” anunciado en marzo 1961 por el Presidente Kennedy y refrendado en agosto de ese mismo año en la reunión del Consejo Interamericano Económico y Social (CIES), reunido en Punta del Este (Uruguay) con la presencia de delegados de todos los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) a excepción de Cuba. Con la creación de la ALPRO se buscaba, entre otras cosas: un incremento anual de 2.5 % en el ingreso del capital, el establecimiento de gobiernos democráticos, la eliminación del analfabetismo de adultos para 1970, la estabilidad de precios, la eliminación de la inflación o deflación, una más equitativa distribución del ingreso, darle impulso a la reforma agraria, y a la planificación económica y social.
Al interior del folleto, en el artículo “The four year Plan: blueprint for the future” (ubicado en la página 6) se explica que “las recomendaciones del Plan, aspiran a colocar a Venezuela en la ruta hacia altos estándares de vida, y proveer los recursos para una mejor integración y cercana cooperación económica con países de Latinoamérica, y otros con los cuales Venezuela tiene intereses comunes”.
Los progresos del país en materia de reforma agraria, salud, industria, vivienda, educación para todos, comercio local e internacional, planes comunitarios, y florecientes actividades culturales, sostenidos sobre los crecientes ingresos de la renta petrolera, se plasman como los principales atributos para promoverlo en el mercado norteamericano. La publicación destaca el incremento de los ingresos del gobierno provenientes del petróleo en 1962, en un 12,62% en relación al año anterior, y la participación de un importante grupo de empresas norteamericanas que en conjunto y en asociación a otras empresas y consorcios locales lograban producir 3.199.800 barriles diarios de crudo.
Este impulso del gobierno de Betancourt, buscaba afianzar los vínculos políticos y comerciales que habrían permitido el surgimiento de una moderna industria en un país joven.
Dentro de este esfuerzo de promoción comercial del país, Caracas aparece reflejada dentro de la publicación como la “vibrante capital cosmopolita de Venezuela, magníficamente localizada en las planicies ubicadas entre dos cadenas montañosas, como el epítome del nuevo impulso y entusiasmo que motivan la economía venezolana”. Una capital vanguardista que exhibía un complejo sistema de autopistas, infraestructuras hoteleras, rascacielos, avenidas icónicas, un moderno sistema de teleférico, un impresionante hipódromo, un campus universitario de increíble magnitud y las emblemáticas torres de El Silencio.

En este contexto de impulso nacional, la Dirección de Cartografía Nacional del Ministerio de Obras Públicas pública en 1963 el plano de Caracas que ilustra nuestra postal del día de hoy, donde se enmarca la capital en un amplio contexto geográfico reflejado a escala 1:100.000, poniendo de relieve la situación de la ciudad en relación con su geografía circundante y las redes viales.
Este detallado plano contiene curvas de nivel cada 50 m, la red de drenaje, el nombre de las principales filas y quebradas, información vial y la trama urbana; además, reintroduce el sombreado para expresar la tercera dimensión aportada por la orografía que ya había incorporado Eduardo Rohl en el conocido y paradigmático “Plano de Caracas y sus alrededores” de 1934. El contenido de este mapa se basó en una compilación de datos realizada por el hoy extinto MOP, Cartografía Nacional, el servicio odógrafo de la división editora y otras instituciones no señaladas en el mismo.
El plano abarca gran parte de la región donde se asienta el valle y privilegia la lectura de las vías de transporte entre Caracas y su entorno, como si se tratase de mostrar un complejo sistema circulatorio, cuyo crecimiento estaba previsto en un periodo de 4 años, estipulado en el “II Plan de la Nación”. Ello permitiría la finalización del las autopistas entre Tejerías-Caracas, entre Valencia-Puerto Cabello y la que conectaría Caracas con el Puerto de La Guaira y una carretera de 200 kilómetros que vincularía Puerto Cabello a La Guaira, sin pasar por Caracas. En total 1.749 kilómetros de vías se completarían en estos 4 años para llegar a los 29.727 kilómetros.
Por otro lado el crecimiento de la capital y sus áreas de influencia, detonaría que grandes empresas venezolanas se establecieran en la zona industrial de Guarenas, con una ubicación privilegiada a sólo 20 minutos de Caracas, en las afueras, como uno de los sitios mas promisorios para el desarrollo industrial y manufacturero.
Para 1963, la ciudad estaba conformada por en el Distrito Federal, con una población de 1.411.835 habitantes, mientras que la denominada Gran Caracas contaba con 1.336.000 habitantes. Adicionalmente el estado Miranda albergaba 537.491 habitantes. Todo ello conformaba una gran área urbana, donde en un radio de 120 kilómetros se concentraba “casi la mitad del mercado de consumo de Venezuela, y un gran porcentaje de la población urbana del país”.
Este plano, realizado con los mejores equipos aerofotogramétricos con que contaba Cartografía Nacional, reconocida para la época como una de las instituciones que mayores progresos en el área había logrado en la América Latina, representa esta gran área geográfica de la región capital, donde Caracas amplió su zona de influencia marcada por las políticas de desarrollo y donde la vialidad se convirtió en una clara estrategia que buscó mejorar y reconectar los sectores productivas del país.
Es continuación y punto importante dentro de las publicaciones que ya desde 1936 empezó a realizar el Servicio Aerofotográfico cuando ejecutó la primera restitución fotogramétrica de vistas aéreas con el objeto de actualizar el mapa topográfico de Caracas y sus alrededores. Esta misión a una escala cercana al 1:25.000, es conocida como la Misión 8 (1936-39) y abarca la Cordillera de la Costa y la Serranía del Interior hasta el Edo. Aragua.
A partir del 26 de julio de 1937 y por decreto presidencial de López Contreras, el Servicio Aerofotográfico (nombre que se le dio a la Oficina de Cartografía Nacional instalada en Escuela de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales desde 1916), creado en 1935 y hasta entonces dependiente del Ministerio de Relaciones Interiores, se adscribe al MOP con la denominación de Dirección de Cartografía Nacional, siendo la misma el único organismo oficial especializado para la elaboración de mapas del país. De esta manera, se inició un nuevo período en la cartografía venezolana con la introducción de los adelantos tecnológicos modernos a la cadena de producción cartográfica en todas sus áreas. La incorporación de nuevas técnicas y tecnologías, aunado a una mayor preparación del personal, hizo posible el incremento de la producción de mapas topográficos a nivel nacional.
IGV/ACA
Procedencia de las imágenes