… el domingo 16 de febrero de 1992, Oscar Tenreiro publica en El Diario de Caracas el artículo “Los bellos sueños de Iván” dedicado al arquitecto ruso Ivan Leonidov.

La reconocida trayectoria de Oscar Tenreiro (1939, arquitecto egresado de la UCV en 1960, Premio Nacional de Arquitectura 2003, fundador del Taller Firminy dentro de la Escuela de Arquitectura de la UCV en 1983), tiene entre sus facetas más interesantes la de haber cultivado desde muy temprano el hábito de plasmar a través de la escritura sus reflexiones, acompañadas del desarrollo de un agudo espíritu crítico no muy común entre los arquitectos de su generación formados más para el “hacer”, asunto que, por cierto, él tampoco ha descuidado y ha incorporado como uno de sus temas más tratados.
Seguirle la pista a la aparición de los textos elaborados por Tenreiro no deja de ser una tarea interesante que quizás hasta podría derivar en un suculento trabajo de investigación. Sin pretender que esta nota lo sea, hemos detectado (corriendo el riesgo de equivocarnos) como primer indicio de ello el artículo aparecido en la revista PUNTO nº 4 (noviembre 1961) titulado “Reflexiones sobre Brasilia”, relato de una visita suya a la novísima y flamante capital brasileña estando recién graduado, por lo que hemos dejado de lado sus posibles ejercitaciones escritas como estudiante de arquitectura desde su ingreso como tal a la FAU en 1955.
Más adelante, con 23 años ya como profesor desde el año anterior, en el nº 15 de PUNTO (noviembre 1963) se pone en evidencia no sólo su segunda aparición en la revista sino su profunda admiración, seguimiento y estudio de la figura de Le Corbusier que lo ha acompañado a lo largo de toda su vida. Para dicho número Tenreiro elabora una nota titulada “¿Le Corbusier en Venezuela?” donde recoge los frustrados intentos por traer al maestro suizo a nuestro país, negado sucesivamente a hacerlo si no se le presentaba alguna oferta firme de trabajo, cosa que el autor ve con ojos críticos. También elabora la nota introductoria y la traducción de una entrevista hecha a «Corbu» titulada “Los tres establecimientos humanos” aparecida en L’Express del 3 de diciembre de 1959 a raíz de la reedición del libro del mismo nombre. Tenreiro en su nota valora la espontaneidad y amplitud de las respuestas dadas por el célebre arquitecto al entrevistador y rescata aspectos que deberían ser señales de alerta y enseñanzas a tomar en cuenta ante el desarrollo caótico de la ciudad y su arquitectura.
Pero si alguna veta ha desarrollado con perseverancia y sapiencia Oscar Tenreiro, además de la de arquitecto, es la de asiduo articulista en la prensa nacional. Pasando por alto seguramente apariciones previas o en otros medios de difusión, nos interesa hoy destacar las dos etapas que cubrió en el desaparecido Diario de Caracas (1989-1993 -acompañado de Farruco Sesto- y 1998-2000 en solitario) y más recientemente en TalCual (2007-2018) tanto en su presentación impresa (que dejó de circular en 2014) como en formato digital desde entonces hasta el presente. Valga la pena destacar como espacio donde comenzó a publicar sus contribuciones en TalCual desde 2007, la creación por parte de Tenreiro de un blog titulado “Entre lo cierto y lo verdadero” (https://oscartenreiro.com/) que le ha servido también de tribuna para incluir contenidos más amplios que tocan, además del territorio de la arquitectura y la ciudad, el de la de la cultura general, lo autobiográfico y lo político poniendo en práctica su convicción de que es necesaria la elaboración de un pensamiento crítico que puede tener a la arquitectura como eje.
Dejando para otro momento el desarrollo de sus participaciones más recientes tanto en TalCual como en el blog, el período correspondiente a la presencia semanal-dominical de Tenreiro en El Diario de Caracas, se correspondió con una especie de boom en el que la arquitectura “invadió” la prensa nacional a lo largo de toda la década de los años 1990 del siglo XX. Forman parte de este boom, que no dudamos en considerar como el más prolífico dentro del movimiento crítico de nuestra arquitectura: la presencia de Juan Pedro Posani en Economía HOY en solitario desde el año 1990 hasta 1993 y como cabeza visible de Arquitectura HOY junto a Alberto Sato desde 1992 hasta el 2000; las de Federico Vegas, William Niño y Hannia Gómez desde las páginas de El Nacional; las de Edgard Cruz y Abner Colmenares en El Universal; y, a finales de la década, de Francisco Mustieles, Lourdes Peñaranda, Farid Chacón y Claudia Urdaneta desde La Verdad de Maracaibo.
La columna semanal que Tenreiro elabora para la sección de Cultura de El Diario de Caracas lleva por título “Nave” y tiene su primera aparición el 3 de septiembre de 1989 pudiendo considerarse como pionera dentro de lo que terminó ocurriendo más adelante. Posteriormente, convertida en toda una página ya dentro de una sección denominada “Arquitectura y Diseño”, aparecerá acompañando a “Nave” otro segmento que llevará por título “Poesía de la ciudad” a cargo de Farruco Sesto, en aquel entonces su socio y compañero dentro de las actividades docentes que desarrollaban en la Escuela de Arquitectura de la UCV.
Los variados temas que Tenreiro desarrolla desde “Nave” van desde asuntos propios del acontecer arquitectónico nacional e internacional de la mayor actualidad hasta la referencia a situaciones, momentos y personajes que le sirven para entrar en contacto con el público en general, manifestando sus puntos de vista como arquitecto. “Tenreiro practica así lo que el llama el ‘pensamiento desde y hacia la arquitectura’, insistiendo en que lo hace como arquitecto en ejercicio, para escapar de los estereotipos y cautelas propios de la ‘crítica arquitectónica’. Respecto a la cual no oculta su desconfianza, que explica recurriendo al aforismo de Nietzsche sobre el crítico de arte ‘que ve el arte desde cerca sin llegar a tocarlo nunca’ ”, tal y como se recoge de descripción que sobre su persona se hace en el blog “Entre lo cierto y lo verdadero”.

De esa primera etapa en El Diario de Caracas hemos escogido casi al azar, por la coincidencia que se ha dado entre día y fecha de hoy, pero con 28 años de diferencia, el texto titulado “Los bellos sueños de Iván” dedicado a rescatar la figura del arquitecto ruso Ivan Leonidov (1902-1959) a quien Tenreiro aborda, gracias a la relectura del libro monográfico editado por Catherine Cook para Rizzoli en 1988 que contiene dos excelentes textos de Andrei Gozak y Andrei Leonidov, en momentos que convalecía de un grave accidente sufrido en la península de Paria.
A modo de introducción, asomando aspectos que forman parte de su propia visión de la arquitectura, Tenreiro presenta a Leonidov de la siguiente manera: “La entrega incondicional al arte de la arquitectura como prolongación de una fe en valores trascendentales, considerándolo como herramienta para la transformación del mundo, sin la mediatización de una manera canónica de ver la ‘realidad’ que fue el germen que destruyó los mejores talentos en el largo trayecto del socialismo real, es el principal mensaje que deja la obra de este arquitecto que sólo pudo construir una escalera en sus 57 años de vida”.
Según Tenreiro, Leonidov, uno de los principales representantes del constructivismo ruso cuyo talento es reconocido tempranamente por hombres de la talla de Moisés Ginzburg o los hermanos Vesnin, queda retratado, y con él su personalidad, en “el epígrafe que preside el excelente texto central de Andrei Gozak (…): ‘El poeta más grande no es el que más escribió, sino el que más nos sugirió’, frase de Walt Whitman, ese gran poeta de la americanidad, de la esperanza, de la fe en el hombre. Porque Leonidov nos deja, por sobre todo, la sensación de que lo que verdaderamente vale en la entrega a una vocación por el arte es que no cese la capacidad de soñar, de imaginar escenas, de postular grandes o pequeñas utopías, de entender al arte como llave que permite atisbar el misterio de vivir”.

La sugerente obra de Leonidov cobra particular relevancia en dos proyectos que denotan la búsqueda permanente de una estética vinculada a un lenguaje verdaderamente vanguardista: el Instituto y Biblioteca Lenin (1927) su proyecto de grado realizado en VJUTEMAS de Moscú en el cual el austero prisma vertical del depósito de libros, los paralelepípedos horizontales de los edificios del instituto y la esfera del gran auditorio proclaman su interés por la geometría respondiendo según palabras del propio Leonidov ‘”a las necesidades de la vida contemporánea maximizando las posibilidades de la tecnología”; y el Ministerio de la Industria Pesada (1934) a ubicarse en uno de los flancos de la Plaza Roja, frente al Kremlin, “tres soberbias torres de formas y tratamientos diversos que entran como en un juego de contrapunto, edificados sobre un inmenso podio que mediante un puente se prolonga hasta servir de base a un hiperboloide de revolución decorado con murales”. Sin embargo, como ya fue señalado, es la escalera-gradería diseñada en 1938 como parte de un proyecto paisajístico para Kislovodsk, ciudad balneario en Stavropol Krai, (región del Cáucaso del Norte), lo único que Leonidov logró construir y en el que a pesar de desplegar su destreza poco pudo reflejar la línea de trabajo que lo caracterizó.



La página de El Diario de Caracas que hoy nos ocupa también permitió a Oscar Tenreiro, dada su proximidad en fecha con el golpe del 4 de febrero de 1992, aproximarse críticamente a ese lamentable evento, dejando aflorar un interés por lo político que nunca ha abandonado. Del texto “Mezquindad, hipocresía” que allí aparece extraemos un segmento que tiene absoluta vigencia: “…poca duda puede caber de que si la mezquindad y la hipocresía marcan a las cúpulas del poder político, esos mismos rasgos se instalarán en las demás ramas de la actividad social. En ‘Los días de Cipriano Castro’, se lo recordaba en estos días a mi hijo mayor, Picón-Salas pinta un cuadro de la sociedad caraqueña caracterizado por la presencia de dos fatídicos vicios, pero al culminar la lectura del libro queda una esperanza de que la superación de los esquemas de poder dictatoriales será la clave para la vuelta a la transparencia. No ha sido así. El mismo don Mariano fue víctima en vida de la mezquindad que caracterizó aspectos de la controversia política de los sesenta, y después de él muchos de nuestros hombres de valor han sido objeto de devaluaciones dictadas por ambiciones inmediatas o por deseos de ganar imagen pública, uno de los mitos de nuestra democracia de cartón”.
En resumen, gracias a Leonidov hemos podido abrirle la puerta a la primera etapa de la participación de Tenreiro como columnista en El Diario de Caracas y gracias a Tenreiro nos hemos adentrado aunque sea brevemente en la trayectoria de un arquitecto poco publicitado y valorado dentro de un período clave dentro de la arquitectura moderna que, sin embargo, ha contado con la atención reciente de Luca Lanini a través del libro Ivan Leonidov. Ascesa e caduta (2018). Esta, sin embargo, no será la última ocasión en que nos refiramos a la perseverante e importante tarea del primero como divulgador, pensador y crítico de arquitectura de nuestro país.
ACA
Procedencia de las imágenes
- Colección Fundación Arquitectura y Ciudad
2. https://www.catawiki.com/es/l/15632015-andrei-gozak-andrei-leonidov-ivan-leonidov-1988
3. https://gaz.wiki/wiki/es/Ivan_Leonidov y http://artnote.eu/the-lenin-institute-for-librarianship-by-ivan-leonidov-1927/
4. https://misfitsarchitecture.com/2016/04/03/career-case-study-5-ivan-illich-leonidov/leonidov-2/