Maestros de la arquitectura eligen los 100 mejores edificios del siglo XX
Por Borja Fernández
Tomado de Plataforma arquitectura 19 de marzo 2019
Medio centenar de los mejores proyectistas del momento -acudiendo a la llamada del ‘Now Institute’ y de su director Thom Mayne- fueron convocados para valorar la huella arquitectónica del pasado siglo. ¿El objetivo? Realizar una lista cerrada de 100 edificios que configuren, a su parecer, las 100 realizaciones arquitectónicas más reseñables del siglo XX. Figuras como Tadao Ando, Steven Holl, Richard Rogers, Kazuyo Sejima, Toyo Ito, Rafael Moneo, Kengo Kuma, Denise Scott Brown, y otros tantos, conformaron en esta ocasión el jurado de votación. Esta lista de joyas de la arquitectura conforman un canon, ‘100 edificios del siglo XX’, que acaba de traducir al castellano la Editorial Gustavo Gili. Ese elenco de medio centenar de maestros contemporáneos no sorprende a la hora de elegir al más destacado autor, se daba por hecho que sería Le Corbusier; y una de sus óperas prima, la ‘Ville Savoye’, realizada de la mano conjunta del siempre olvidado Pierre Jeanneret, ocupa la primera de las posiciones de la tabla. Lo más relevante del propio libro, más que el centenar de edificios de sobra conocidos, es la propia selección de 100 obras que realiza cada uno de los arquitectos invitados, recogida en el apéndice del propio libro. Miles de obras que dibujan la ruta de la arquitectura sobresaliente menos conocida del siglo XX. El recuento confirma que quien más destaca de manera absoluta es Le Corbusier, en todas su facetas: la racionalista de la Villa Savoye (primer puesto), la brutalista de la Capilla de Ronchamp o La Tourette (segundo y noveno), o la social de L’Unité d’Habitation de Marsella (vigésimo). Seguido de éste encontraríamos a Mies van der Rohe por partida doble: el Pabellón de Barcelona en tercera posición, y la Casa Farnsworth, en la sexta. En el cuarto puesto está la nave espacial que Piano y Rogers plantaron en Les Halles en 1977: el Centro Pompidou. Lo mejor de Frank Lloyd Wright no se refleja en forma de vivienda, sino como su fábrica Johnson. Kahn ocupa la séptima posición con su Salk Institute. Un arquitecto que apenas construyó, Pierre Chareau, sitúa su Casa de Cristal parisina en octava posición; y, sorpresa, el gran excluido del teoricismo arquitectónico del siglo XX, Eero Saarinen, se cuela en el puesto 10 con su Terminal de la TWA en Nueva York. El primer proyecto de un arquitecto español llega de la mano del prematuramente fallecido Enric Miralles. No es sino su Cementerio de Igualada, el cual realizó de la mano conjunta de Carme Pinós, el elegido para ocupar el puesto 49º. Le siguen el Museo de Arte Romano de Mérida de Moneo, en el puesto 61º, y la mítica ‘Pedrera’ o Casa Milá de Gaudí, en el puesto 63º. La estación marítima de Yokohama, del madrileño Alejandro Zaera y la británica Farshid Moussavi, es el proyecto que cierra la lista de 100 mejores obras. Que muchas obras deconstructivistas, como la Escuela Diamond Ranch del mencionado Thom Mayne, o la Casa VI de Peter Eisenman resulten elegidas antes que el Edificio Chrysler, indica, ciertamente, hacia donde se escora el Instituto Now. Por otro lado, se demuestra que Alvaro Siza no interesa o se desconoce; que Lina Bo Bardi se ha convertido por fin en una arquitecta popular y que, teniendo talento, no hace falta ser arquitecto para hacer arquitectura: la casa del mueblista Gerrit Rietveld ocupa la posición 23º. En Latinoamérica, apenas se valoran Barragán y Niemeyer. Estados Unidos es el país más representado. Y África… tendrá que esperar al siglo que viene.
Ficha del libro
100 edificios del siglo XX The Now Institute
Prólogo de Thom Maine Editorial Gustavo Gili 2019
Nota El libro que recién ha aparecido en su versión castellana, cuya compilación estuvo a cargo de Thom Mayne, ganador del Premio Pritzker el año 2005, con la colaboración de Eui-Sung Yi, fue publicado con el título 100 Buildings en su versión original en octubre del año 2017 por Rizzoli en un formato 4’’ x 10’’ similar al que poseen las guías de arquitectura.
Entre el importante número de exposiciones sobre arquitectura que se realizaron en Venezuela durante la década de los años 90 del siglo XX, “ALCOCK Arquitecto. Obras y Proyectos 1959-1992”, abierta el 14 de octubre de 1992, se constituyó sin lugar a dudas en la experiencia museológica más completa.
Esta afirmación se relaciona, por un lado, con la feliz coincidencia que se dio entre la finalización el 6 de febrero de 1992 en Caracas, luego de tres semanas de reuniones con especialistas de varios países, de un seminario por parte de la UNESCO cuyo objetivo fue analizar los nuevos retos que se le planteaban a la institución museística en el contexto latinoamericano del momento, donde se concluyó, entre otras cosas, que la función del museólogo (profesional indispensable para el cumplimiento de la misión de un museo) no se encontraba suficientemente definida y ubicada, y que, por tanto, debían realizarse ingentes esfuerzos para apoyar su formación; y, por el otro, con la realización en simultáneo entre la Galería de Arte Nacional (GAN) y la Universidad José María Vargas (UJMV) de un seminario-taller para estudiantes de arquitectura y museología de dicha casa de estudios con el fin de concebir, diseñar y ejecutar un proyecto museológico integral, cuyos resultados no fueron otros que la muestra a la cual ya nos hemos referido más arriba.
Exposición ALCOCK Arquitecto. Obras y Proyectos 1959-1992. Izquierda: Catálogo-libro bilingüe ALCOCK, Obras y Proyectos 1959-1992. Derecha: Cuaderno de gran formato Taller Alcock. Un aporte a la museología de la arquitectura
También lo inicialmente afirmado tiene su asidero en el hecho de que la fructífera relación lograda arrojó como resultado en la práctica no sólo una ejemplar experiencia entre formación académica y trabajo museístico (cuyo fruto más visible fue la exposición), sino porque se produjeron dos excelentes publicaciones que han permitido que lo entonces mostrado trascienda hasta nuestros días: el cuidado catálogo-libro bilingüe ALCOCK, Obras y Proyectos 1959-1992, con textos de Hannia Gómez y William Niño Araque y fotografías de Gorka Dorronsoro, Paolo Gasparini y Edgar Vergara (Diseño Gráfico de Bettina Bottome y Antonio Huizi, Editor A, C.A./Fundación Galería de Arte Nacional, impreso por Ex Libris C.A., noviembre 1992); y el hermoso cuaderno de gran formato Taller Alcock. Un aporte a la museología de la arquitectura, fruto de la experiencia conjunta realizada entre la UJMV y la Fundación GAN, que recoge los dibujos y fotos de los modelos resultantes de dicho seminario dirigido por los profesores Ana María Marín, William Niño Araque, Rosita De Lisi y Joaquín Russo, cuya Coordinación Editorial estuvo a cargo de María Elena Huizi (GAN) y Ana María Marín (UJMV) -a su vez Coordinadora General del trabajo- (Diseño Gráfico de Producciones Novarq s.r.l. y Juan José Abreu, impreso por Tipografía Guanarteme C.A., octubre 1992). El impecable dibujo realizado por los estudiantes de arquitectura Francisco Benetti y Adriana Loaiza, que acompaña nuestra postal del día de hoy, proviene justamente de esta segunda publicación.
Lo cierto es que “ALCOCK Arquitecto. Obras y Proyectos 1959-1992” tuvo, además, un especial significado dentro de la programación de la Fundación Galería de Arte Nacional ya que se trataba de la primera exposición antológica dedicada a un arquitecto contemporáneo activo en nuestro país: Walter James (Jimmy) Alcock (1932). Cabría recordar que la realizada entre noviembre de 1988 y finales de febrero de 1989 en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, de una magnitud similar (“Villanueva, el Arquitecto”), rindió homenaje a Carlos Raúl Villanueva tras 13 años de haber fallecido. El Taller Alcock, germen y motor fundamental para que este modélico ensayo rindiera frutos, posibilitó, según se recoge en el texto elaborado para el cuaderno reseñado por el entonces decano de la Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas de la UJMV, José Luis Colmenares y los profesores que lo guiaron, “la conexión de las aulas con otros ámbitos de difusión del conocimiento, brindando la oportunidad de acceder a un grupo de profesores y estudiantes de una ‘joven escuela’ a una actividad analítico-investigativa, hasta ahora perteneciente exclusivamente al territorio de los historiadores”. Señalándose más adelante: “… el Taller Alcock ha sido concebido no únicamente como una unidad de producción de material para la exposición ALCOCK Arquitecto, Obras y Proyectos 1962-1992 (…) la investigación nos comprometió en una estrategia docente que abarcó el establecimiento de una serie de talleres (…) concebidos como recintos para la investigación, siendo este el instrumento y la forma más apta para generar e inducir el conocimiento, en oposición a su mera recepción y transmisión de la manera tradicional, garantizando así, la cabal representación y comprensión de la obra arquitectónica, a través de las más adecuadas técnicas de expresión gráfica y tridimensional, lo que pretendemos acerque al público general a esta esquiva disciplina a partir de una lectura más clara de sus contenidos, y de un discurso de proyecto construido con imágenes hermosas en sí mismas”.
En total, participaron en el Taller 80 estudiantes distribuidos en cuatro frentes: Modelos tridimensionales (32), Perspectiva y Axonometría (13), Dibujo como experiencia (21), e Investigación y Museología (14). Además, para la publicación que recoge la experiencia se elaboró un interesante «Glosario» que podría considerarse como un pequeña y sustanciosa guía dirigida a quienes no están familiarizados con los términos asociados al lenguaje expresivo y gráfico allí contenido utilizado para representar la obra de Alcock, clasificada a su vez en tres categorías: el edificio público (donde se representan 6 obras a través de dibujos y maquetas), la vivienda multifamiliar (5 obras) y la casa (8 obras), precedidas de textos elaborados para introducir cada una.
Jimmy Alcock. Edificio Altolar-Loma Verde, Colinas de Bello Monte, 1967
La postal remite también al edificio Altolar-Loma Verde, ubicado en la urbanización Colinas de Bello Monte cuya construcción (concluida en 1967) fue emprendida en dos etapas: la primera correspondiente al Altolar (de planta curva) y la segunda al Loma Verde (de planta recta), articulados de tal manera que constituyen una unidad formal y espacial. Constan de 44 apartamentos dúplex, 8 apartamentos de una sola planta en los dos últimos pisos del Altolar y en la ultima del Loma Verde, tres niveles de circulación y cinco plantas dispuestas horizontalmente, que derivan su forma a un extenso muro de contención que soporta el terreno modificado de la colina sobre la cual se apoyan. Alcock asumió como partido de diseño colocar el volumen del edificio, siguiendo la dirección de las curvas de nivel, en el borde de la colina aplanada favoreciendo las visuales urbanas a distancia y a la vez creando un hermoso espacio intermedio interno de características tropicales, sombreado y lleno de vegetación en el cual ubicó el acceso, las circulaciones verticales y horizontales. El edificio, toda una lección de cómo responder a la dimensión de la ciudad a partir de su sensible manifestación en el paisaje, fue seleccionado (junto a la obra de otros arquitectos venezolanos) para representar al país en la exposición “Latin América in Construction; Architecture 1955-1980” (marzo 29–julio 19, 2015), aprovechándose parte del material elaborado para la muestra de 1992.
La exposición “ALCOCK Arquitecto. Obras y Proyectos 1959-1992”, estuvo abierta hasta el 28 de noviembre de 1992, tiempo muy breve -como normalmente ocurre- si se compara al esfuerzo realizado tras ella. Estuvo acompañada durante el mes de noviembre de la realización de una serie de Foros (“La arquitectura de Jimmy Alcock”, “La arquitectura y el espacio tropical desde la perspectiva de la literatura” y ”El arte y la arquitectura en la experiencia de Alcock”); un grupo de Talleres (“De cómo ver la arquitectura”, “Acuarela y lavado” y “Fotografía”); una visita guiada por el propio Jimmy Alcock y William Niño a las obras del primero; y un Ciclo de Charlas realizadas en la UJMV entre noviembre y diciembre por Enrique Larrañaga, Abner Colmenares y Martín Padrón. Propuso, como señala la Fundación Galería de Arte Nacional en uno de los textos introductorios del libro-catálogo, “el concepto de curaduría múltiple, cuyos aportes, desde diversas perspectivas de investigación, la académica, la editorial y la museística, nos permiten demostrar que los eventos de Arquitectura logran (…) un alcance que va más allá del recinto físico de nuestro museo y que nos permite observar la ciudad como una extensión museística, que atesora en sus edificaciones un conjunto de obras cuyo valor histórico, estético, mitológico y afectivo las incorporan a nuestro patrimonio cultural”. Se trató, en resumen, de una trascendental experiencia que pese a la pervivencia de las instituciones que estuvieron involucradas, lamentablemente, no ha logrado repetirse.
ACA
Procedencia de las imágenes
Todas. Catálogo-libro bilingüe ALCOCK, Obras y Proyectos 1959-1992. (Editor A/Fundación Galería de Arte Nacional, 1992) y Cuaderno Taller Alcock. Un aporte a la museología de la arquitectura (Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas de la Universidad José María Vargas/Fundación Galería de Arte Nacional, 1992)
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