ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 115

La quinta Silenia, sede del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV desde su creación en 1958, tuvo una corta vida (escasamente un año) como vivienda unifamiliar. Ubicada en la urbanización residencial La Floresta, es diseñada por el arquitecto colombiano radicado en nuestro país desde 1950 Carlos Celis Cepero (1925) con la colaboración de los ingenieros Federico G. Cortés y Armando Fernández Esté.

Tal y como muestra el dibujo realizado por su creador, que podemos apreciar en la postal del día de hoy, la casa, de considerables proporciones, se ubica en la cota superior de un terreno en esquina dando su fachada principal hacia la avenida principal de La Floresta, circunstancia que le permite marcar con claridad tanto su acceso peatonal como vehicular. Como puede verse, la edificación está conformada fundamentalmente por dos volúmenes articulados que al separarse dan pie a la definición de su ingreso (cubierto con una ligero techo ondulado hoy inexistente cuyo lugar lo ocupa una pesada losa horizontal) e, interiormente, a la presencia de un patio en torno al cual se desarrolla la circulación y sobre el cual viven las principales dependencias. Destaca la manera como los materiales acompañan su contundencia formal donde el cuerpo ubicado a la derecha (el norte en este caso) es trabajado exteriormente por el artista Carlos González Bogen mediante un mural que lo recubre. También es de destacar la existencia en su interior de un vitral (obra igualmente de González Bogen) ejecutado con cristales de catedral por el artesano español Eugenio Robreño.

Cuando se termina la quinta Silenia (1957) ya Carlos Celis Cepero había acumulado, pese a su juventud, una importante experiencia. Mientras realiza sus estudios en la Universidad Nacional de Colombia -Bogotá- (1943-1949), logra construir en esa ciudad el edificio Ricardo Murcia (1946), encabeza la comitiva (en la que también se encontraba Augusto Tobito) de la Sociedad Colombiana de Arquitectos y del gobierno nacional que guía la visita de Le Corbusier a Bogotá entre el 16 y el 24 de junio de 1947 importante (impulso para la planificación moderna de la ciudad), y vive los convulsos acontecimientos que se derivaron del asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948.

Una vez en Venezuela (1950), Celis  trabaja en el Ministerio de Obras Públicas  hasta 1951 y participa en 1952 en la reorganización de la Sala Técnica del Banco Obrero (BO) que derivó en la creación del Taller de Arquitectura de dicho organismo (TABO) el cual, como se sabe, contó con Carlos Raúl Villanueva como Arquitecto Consultor y con Celis como su jefe de sala por la que pasaron también Carlos Brando Paz, José Manuel Mijares, Guido Bermúdez, Víctor Mantilla Bazo, Eduardo Sosa Rodríguez y un grupo de estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.

La participación de Celis en el TABO junto a Villanueva da como resultado los proyectos de la Unidad de Vivienda Pedro Camejo, en Sarría (inaugurada en 1952), la Urbanización Ciudad Tablitas, Catia (1953) y la Unidad Residencial El Paraíso (1954), todos dentro del Plan Nacional de Vivienda (1951-1955). En 1950 Celis diseña su muy bien lograda casa de habitación (conocida como “Las Hormigas”, ubicada en la urbanización Las Palmas, Caracas) y en 1952, con la asesoría de Villanueva en la arquitectura y de Willy Ossott en el cálculo estructural, se termina la construcción del Edificio Shell Caribbean Petroleum Corporation, Maracaibo.

Otros trabajos del arquitecto que nos ocupa son: el proyecto para el Complejo Habitacional Los Ilustres, plaza Los Símbolos (1957); el Centro de Ingenieros, Mérida, estado Mérida (1959) proyectado en 1957 junto Eduardo Dagnino C. por la firma Tekto, C.A.; el edificio San Lorenzo, ubicado en la Urbanización Los Caobos, Plaza Venezuela (1972), diseñado junto a Ana Teresa Caraballo-Gramcko; y la Iglesia Nuestra Señora de los Desamparados, Puerto Píritu, estado Anzoátegui (1980). Celis, valga acotarlo, valida su título de arquitecto en la FAU UCV formando parte de la promoción nº 10 en 1960 y se jubila como docente de esa institución en 1984. La quinta Silenia, a través del tiempo ha sufrido, lamentablemente, una serie de modificaciones de parte de la entidad que la ocupa (que, por cierto, cumple este año 60 de creada). Dichas intervenciones, obligadas por la necesidad de incorporar nuevas funciones o abrirle paso al crecimiento de otras existentes se han hecho sin respeto alguno por el proyecto original. Su presencia exterior, sin embargo, conserva en buena parte la prestancia que la acompaña desde el momento mismo de su construcción.

ACA

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