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1994• Se concluye la construcción de la Casa Hatch, ubicada en la urbanización Campo Alegre, diseñada en 1990 por los arquitectos Omar Seijas y Randolph Corredor. La vivienda fue edificada en un terreno de 2.475 m2 con leve pendiente, muy cercano a los campos de golf del Caracas Country Club, sobre los cuales tiene una hermosa vista. La casa tiene 3 niveles. En la planta principal los arquitectos ubicaron el estudio, la sala y un estar informal en torno a un patio, un bar, el comedor, la cocina, lavandero, las dependencias de servicio, la piscina y un corredor abierto hacia el jardín; en la planta alta, la habitación de los padres, dos habitaciones para los hijos, un estar íntimo, una habitación auxiliar o de costura, balcón y una terraza; en el sótano, ubicaron el garaje, una sala de juegos, la biblioteca, un espacio para taller, un bar, espacios de servicios, la bomba para la piscina y depósitos.
HVH
Rem Koolhaas y David Gianotten revelan el diseño de OMA para el MPavillion de Australia 2017
Sabrina Syed

Tomado de Plataforma Arquitectura
22 de junio 2017
Traducido por Karina Zatarain
La Fundación Naomi Milhave ha revelado los primeros renders y bosquejos de OMA para el próximo MPavillion, que se llevará a cabo este otoño en Melbourne, Australia. Este será el cuarto año que se presenta el MPavillion, la contraparte del Serpentine Gallery Pavillion en Londres. Al contar con elementos dinámicos y estáticos, la propuesta de OMA permite múltiples configuraciones que generan un programa inesperado, haciendo eco a los ideales de la tipología del anfiteatro. Siguiendo la idea del anfiteatro tradicional, el diseño de OMA será construido para funcionar como un espacio para debate público, talleres de diseño, música y eventos de arte.
El pabellón fue un gran éxito el año pasado con el diseño de Bijoy Jain de Studio Mumbai, atrayendo a más de 94.000 visitantes para disfrutar de más de 287 eventos gratuitos durante los 139 días que estuvo habilitado. Junto con el nuevo Museo de Perth (que comienza construcción en 2020), el MPavillion será el primer proyecto de OMA en Australia. Entre los diseñadores anteriores se encuentran Bijoy Jain, Sean Godsell y Amanda Levete.

Comentando sobre sus intenciones para el pabellón MPavillion, Rem Koolhaas, Fundador y David Gianotten, Socio Administrativo de OMA dijeron: «MPavillion es un proyecto que espera provocar una discusión acerca de qué puede hacer la arquitectura tanto globalmente como en un contexto australiano. Estamos interesados en tratar este pabellón no sólo como un objeto arquitectónico, sino como algo que inyecte intensidad a una ciudad y contribuya a una cultura en constante evolución.»


Colocado sobre una colina artificial de plantas endémicas, MPavillion 2017 constará de un anfiteatro circular cubierto por una estructura flotante inmensa. (Koolhaas y Gianoteen trabajaron juntos previamente en un proyecto de techo flotante, el Shenzen Stock Exchange). Un toldo de cuadrícula de 2 metros con un techo protector traslúcido proporcionará servicios de electricidad y tecnología para la serie de eventos públicos gratuitos. La materialidad del pabellón estará «relacionada con su contexto inmediato, posicionando a los Jardines Queen Victoria mismos -y a la ciudad de Melbourne- como base para la actividad y debate dentro del pabellón,» dice Gianotten.
Los elementos móviles del diseño serán las tribunas giratorias del anfiteatro. Las tribunas móviles permiten que el espacio se configure de distintas maneras dependiendo del uso del pabellón y crear un «espacio cívico flexible». Además de borrar la línea entre dentro y fuera, el espacio eliminará la distancia entre público y artista.

“El emocionante diseño de OMA crea un teatro de ideas con Melbourne como escenario. MPavillion 2017 será extremadamente distinta a años previos, con un escenario designado pero flexible que permite todo tipo de actividades. Trabajar con Rem, David y el equipo de OMA es un privilegio extraordinario, y me emociona verlos dar vida a MPavillion 2017 con su inteligencia y visión multifacética – Naomi Milgrom AO, fundadora del MPavillion.”

La construcción comenzará en agosto. El MPavillion abrirá al público del 3 de octubre de 2017 al 4 de febrero 2018.
ACA

En el lapso comprendido entre 1939 y 1958 (o en otras palabras entre la Feria Mundial de Nueva York y la Exposición Universal de Bruselas) a causa del impacto de la II Guerra Mundial y sus secuelas, se suspendió la realización de Exposiciones o Ferias que pudiesen ser catalogadas de «universales» (aquellas con una duración mínima de seis semanas y máxima de seis meses) por la Oficina Internacional de Exposiciones (IBE) .
Si bien es cierto que durante el intervalo entre 1939 y 1945 se produjo la casi total ausencia de encuentros de todo tipo, a partir del fin de la Guerra y en particular de 1947 empiezan poco a poco a moverse los hilos que permitieron la realización de algunos en los que participó Venezuela con sendos pabellones propios diseñados todos, a excepción del de Venecia de Carlo Scarpa (1954), por arquitectos nativos. De esta manera se registra como Luis Malaussena proyecta un ecléctico edificio para la la Exposición Internacional del Bicentenario de Puerto Príncipe, Haití (1949-50) y Alejandro Pietri los muy contemporáneos correspondientes a la Feria Internacional Industrial de Bogotá, Colombia (1954) -en estructura metálica tubular-, a la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre en Santo Domingo, República Dominicana (1955) -en concreto armado y elementos prefabricados- y a la Feria Internacional de Damasco, Siria (1957) -ideado como una cubierta de lona a modo de carpa con mástiles metálicos-.

Así, de entre las ferias de segundo orden de carácter “especial” avaladas por la IBE quizás la más destacada dentro del lapso 47-58 fue la Exposición Internacional de Construcción de Berlín, mejor conocida como la Interbau de Berlín, identificada por el lema “La ciudad del mañana” y cuyo objetivo central era la reconstrucción del barrio de Hansa devastado durante la II Guerra Mundial. A la convocatoria hecha a participar en dicha reconstrucción, que contemplaba la realización de 1160 viviendas entre 1956 y 1957 dentro de un trazado seleccionado por concurso entre destacados urbanistas alemanes, se encontraban arquitectos de primera línea entre quienes se puede mencionar a Le Corbusier, Alvar Aalto, Arne Jacobsen, Johannes van der Broek y Jaap Bakema, Oscar Niemeyer, Pierre Vago y Walter Gropius integrado a The Architects Collaborative -TAC-. También como parte del evento realizado entre el 6 de julio y el 29 de septiembre de 1957 se incorporó la exposición “Técnica de la Construcción” en la que nuestro país estuvo representado por una obra del arquitecto Guido Bermúdez Briceño (1925-2001) en equipo con el ingeniero Johannes Johannson cuya vista desde la calle Altonaer preside la postal del día de hoy.
Cabe señalar que Bermúdez (quien fuera decano de FAU UCV entre 1981 y 1984), egresa en 1951 de la UCV ya vinculado al Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO) dirigido por Carlos Raúl Villanueva, donde desarrolla bajo la tutela del Maestro su trabajo final de grado “la Unidad de Habitación Cerro Grande” la cual se termina de construir en El Valle, Caracas, en 1954. También en 1951 fundará con Pedro Lluberes la firma “Bermúdez y Lluberes Arquitectos Asociados” y con la colaboración de Carlos Brando y Luis Ramírez proyectarán el Centro Comercial que acompaña a la unité de Cerro Grande (1954), la propuesta ganadora del Concurso para la Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación (EFOFAC), Caricuao, Caracas (1954) y el Centro Profesional “La Parábola”, Las Acacias, Caracas con la asesoría de Rino Levi (1955-56). Además formará junto a Lluberes y Brando parte del equipo que acompañará a Cipriano Domínguez en el diseño del Palacio Episcopal de Caracas (1957). Por tanto, cuando a Bermúdez se le encarga la realización del pabellón para la Interbau tiene a sus 32 años una importante experiencia acumulada.

Por otro lado Venezuela, en medio de la bonanza de aquellos años, se da el lujo de presentar y construir el único pabellón nacional propio dentro de la feria que, como ya señalamos, aparece firmado por Bermúdez y el ingeniero alemán de amplia experiencia en nuestro país Johannes Johannson, especialista en estructuras pretensadas, quien para entonces ya había calculado la cubierta de la Casa Monagas de Vegas & Galia (1954) y colaborado en los mencionados proyectos para el Centro Profesional “La Parábola” y el Palacio Episcopal de Caracas.
Como señala José Javier Alayón en la ponencia presentada en la Trienal de Investigación FAU 2014 titulada “El pabellón de Venezuela en la Interbau, Berlín, 1957. Pliegue y despliegue de la modernidad tropical”, gracias a la participación decisiva de Johannson, “el pabellón de Venezuela fue, básicamente un experimento estructural”, inicialmente trabajado “con un material universal (el acero)” con la idea de utilizarlo para dar forma a un tema de carácter también universal (la cubierta) teniéndose en mente la idea de crear “una tienda tropical”.
Aunque Bermúdez terminó decantándose por la utilización como cubierta de una superficie plegada en concreto armado (material que para entonces había alcanzado un importante desarrollo técnico en nuestro país) de sólo 12 cms. de espesor (lo que para Alayón indica que pasaría a ser una “tienda petrificada” que “la convierte de algún modo en cueva”, distanciándose así de la concepción original), ello no impide ver en la manera de manejar el resto de los elementos que conforman el pabellón (muro, puente, hito) una composición ordenada en función del eje que propone la dirección del elemento temático. Así, para Alayón, “la forma es generada por una decisión externa a la visualidad moderna, es decir, la configuración espacial es consecuencia de un mecanismo de proyecto: el plegado de una hoja”.
Esa manera de proyectar que se puede observar con claridad en las primeras obras de Bermúdez ya señaladas, denota en el caso del pabellón, gracias a su escala, una búsqueda particular: lograr que estructura y cerramiento fuesen resueltos con un mismo elemento.
Alayón, al describir el edificio destaca: “Al Pabellón se accedía por una plataforma de madera que salvaba el desnivel entre la calle y el descanso de la escalera que conectaba las dos plantas. Debajo de esta pasarela, un jardín de flores silvestres y plantas tropicales -a modo de huerto un tanto naíf-, era una concesión a la imagen bucólica de país tropical. En el recorrido, un mural de Mateo Manaure (1926) y un vitral de Carlos González Bogen (1920-1992), ambos Disidentes, devolvía al visitante a la realidad abstracto-geométrica que dominaba el arte nacional en ese momento. La falta de otra conexión vertical en el extremo sur del Pabellón obligaba al visitante a regresar sobre sus pasos para acceder al nivel superior cruzando los itinerarios de entrada y salida. Además de corregir esta disfuncionalidad, el recorrido en bucle habría permitido reproducir y comprender el movimiento del pliegue de la envolvente.

En el anverso de la cubierta, las lámparas triangulares dibujaban constelaciones geométricas que evidenciaban la profundidad de la cavidad y la torsión de la estructura (…) Bajo este cielo abstracto, en la planta superior, una barra de cafetería cumplía las funciones de restauración, junto al núcleo de servicios y depósitos, que se repetía en ambas plantas entre dos muros blancos. El grueso muro de ladrillo limitaba las vistas hacia el interior del pabellón, soportaba el balcón del piso superior y el rótulo en letras minúsculas con el nombre del país, contraponiéndose horizontalmente al juego de planos quebrados que emergían detrás de él.”
Este pequeño pabellón con un programa si se quiere elemental, al que la crítica alemana ensalzó por su carácter innovador (no faltando quienes pese a su condición efímera abogaron por su permanencia en suelo berlinés), dentro de una feria cuyo protagonismo en términos de adelantos constructivos debió haber correspondido a otras encumbradas figuras invitadas que pecaron más bien de conservadoras, se incorpora junto a los diseñados por Alejandro Pietri a una refrescante renovación de los códigos manejados convencionalmente por la modernidad venezolana signada por el relevo de las nuevas promociones de arquitectos egresados de sus universidades.
Por su esencial y a la vez tajante propuesta basada en un simple gesto, el de Interbau 1957 junto a los pabellones de Montreal (Carlos Raúl Villanueva, 1967) y Sevilla (Henrique Hernández y Ralph Erminy, 1992), podría pasar a ocupar, luego de hacer un balance histórico, un podio en el que se destaca la manera como lo nacional va acompañado por una actitud contemporánea presta a reconocer con lucidez la presencia de lo universal sin perder de vista los valores de la arquitectura local.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal, 1, 2 y 3. Alayón González J. J.; “El pabellón de Venezuela en la Interbau, Berlín, 1957. Pliegue y despliegue de la modernidad tropical”, Trienal de Investigación, FAU UCV, 2014